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Vida futura por resurrecciónLa Atalaya 1979 | 15 de enero
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Vida futura por resurrección
“A menos que coman la carne del Hijo del hombre y beban su sangre, no tienen vida en ustedes.”—Juan 6:53
1, 2. ¿Qué dijo Jesús en Juan 6:53, 54, y para los que creen qué enseñanza será difícil entender esas palabras?
LA ENSEÑANZA de la inmortalidad del alma humana está ampliamente difundida. Por lo tanto, a los que creen en ella debería hacérseles difícil ver cómo pudieran ser ciertas las palabras de Jesucristo que se registran en la Biblia en Juan 6:53, 54:
2 “Muy verdaderamente les digo: A menos que coman la carne del Hijo del hombre y beban su sangre, no tienen vida en ustedes. El que se alimenta de mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.”
3. ?Cuáles son las preguntas razonables que presentan personas que creen en la inmortalidad respecto a la “vida en ustedes” y la resurrección?
3 Si el alma humana ya es inmortal y sigue viviendo después de la muerte de su envoltura corporal de la actualidad, como alegan tantas personas, ¿por qué tenemos que comer la carne de Jesucristo, “el Hijo del hombre,” y beber su sangre para tener ‘vida en nosotros’? Si el alma queda libre cuando el cuerpo muere, y escapa con vida al mundo de los espíritus, ¿por qué tiene que ser resucitado el ser humano para vivir de nuevo? Todos tenemos que admitir que esto es razonar lógicamente.
4. ¿A quiénes entre los que escuchaban a Jesús se les hizo difícil comprender lo que Jesús estaba diciendo, y qué se puede decir de hoy?
4 Hasta para los seguidores de Jesucristo hubo dificultad con relación a lo que él dijo, porque leemos: “Pero Jesús, conociendo en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ‘¿Esto los hace tropezar?’” (Juan 6:61) Hasta en este día las palabras de Jesús pudieran ser difíciles de entender para algunos de nuestros lectores. Sin embargo, Jesús sabía de qué estaba hablando en aquel tiempo, porque él mismo no creía en la inmortalidad del alma humana. Sus propias palabras prueban ese hecho.
5. ¿Por medio de qué declaraciones mostró Jesús que no creía en la inmortalidad del alma humana?
5 En cierta ocasión Jesús dijo a sus discípulos: “Teman al que puede destruir tanto el alma como el cuerpo en el Gehena.” (Mat. 10:28) Más tarde, antes de que fuera arrestado en el jardín de Getsemaní, dijo a sus discípulos: “Mi alma está hondamente contristada, hasta la muerte.” (Mat. 26:38; Mar. 14:34) Jesús citó de la profecía de Isaías frecuentemente y concordó con lo que decía acerca de él: “Hará su sepultura aun con los inicuos, y con la clase rica en su muerte, . . derramó su alma hasta la mismísima muerte.”—Isa. 53:9, 12.
6. Según Juan 6:53, 54, ¿qué harían algunos acerca del sacrificio humano de Jesús antes del “último día,” y qué les sucedería a éstos en aquél día?
6 Por eso, en Juan 6:53, 54, Jesús indicó que él llegaría a ser un sacrificio humano, y habría quienes comerían o se alimentarían de su carne y beberían su sangre antes del “último día.” Estos morirían con el transcurso del tiempo, pero, en cuanto a cada uno de éstos, Jesús dijo: “Yo lo resucitaré en el último día.” Según lo que Marta de Betania dijo, en Juan 11:24, se consideraba que el tiempo de la resurrección de los muertos era ese “último día.” El lugar donde Marta vivía era cerca de Jerusalén. Aquí, algún tiempo después de la Pascua de 31 E.C., Jesús había hablado acerca de la comisión que Dios le había dado de resucitar a los muertos. Se había pronunciado crítica religiosa contra él debido a que en el día sabático había sanado a un hombre y le había dicho que recogiera su camilla y se fuera a su casa. En respuesta a aquella crítica, Jesús dijo:
7, 8. (a) ¿A quiénes vivifica de entre los muertos Jesucristo, y tal como se honra a quién merece él honra, y por qué? (b) ¿Quién es el que ahora pasa de muerte a vida? (c) ¿A qué clase de resurrecciones llamará el Hijo de hombre a los que están en las tumbas conmemorativas?
7 “Porque así como el Padre levanta a los muertos y los vivifica, así el Hijo también vivifica a los que él quiere. Porque el Padre no juzga a nadie, sino que ha encargado todo el juicio al Hijo. . . . El que no honra al Hijo no honra al Padre que lo envió. Muy verdaderamente les digo: El que oye mi palabra y cree al que me envió tiene vida eterna, y no entra en juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida.
8 “Muy verdaderamente les digo: La hora viene, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios y los que hayan hecho caso vivirán. Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así ha concedido también al Hijo el tener vida en sí mismo. Y le ha dado autoridad para hacer juicio, por cuanto es Hijo del hombre. No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio. No puedo hacer ni una sola cosa de mi propia iniciativa; así como oigo, juzgo; y el juicio que yo dicto es justo, porque no busco mi propia voluntad, sino la voluntad del que me envió.”—Juan 5:21-30.
9. En las palabras ya citadas de Jesús, ¿a qué asunto da énfasis particularmente?
9 En las palabras acabadas de citar notamos el énfasis que se da al asunto del juicio, pues las palabras “juzgo,” “juzga,” y “juicio” aparecen juntas un total de siete veces. Además, al que practica cosas viles le espera una “resurrección de juicio.”
10. Durante el reinado de mil años de Cristo, ¿a quién se pasa el juzgar a la humanidad, y por qué no habrá apelación de tal juzgar?
10 Así, el tema de la resurrección se asocia con juicio. Debido a que el Hijo de Dios que vino del cielo llegó a ser el “Hijo del hombre” en la Tierra, se le ha dado la autoridad de juzgar a todos los miembros de la humanidad. De modo que Dios el Padre ha hecho que su Hijo fiel sea su juez asociado. Durante el reinado milenario de Jesucristo el juzgar a toda la humanidad pasa primero al Hijo de Dios como Juez Asociado. No habrá apelación de la sentencia que dicte el Hijo de Dios, pues será perfecta. El juicio que Jehová Dios hace después del Día de Juicio de mil años no se deberá a ninguna apelación por la humanidad restaurada a Jehová como el Juez Supremo, el Juez Final.—1 Cor. 15:24-28.
PASANDO DE LA MUERTE A LA VIDA AHORA
11. En Juan 5:24, 25, ¿cómo explicó Jesús por qué los que creían en él pasaban de “muerte a vida”?
11 En la Tierra Jesucristo obró como el vocero de Dios para el hombre. Por eso, el que cualquier oyente creyera lo que Jesús el Hijo de Dios decía era lo mismo que creer lo que Dios el Padre decía. Jesús indicó el beneficio que esto traería a los judíos que le oían, cuando dijo las siguientes palabras a los judíos: “Muy verdaderamente les digo: El que oye mi palabra y cree al que me envió tiene vida eterna, y no entra en juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida.” ¿Cómo sucede esto? Jesús explica al decir inmediatamente después: “Muy verdaderamente les digo: La hora viene, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios y los que hayan hecho caso vivirán.” (Juan 5:24, 25) Por supuesto, allá en aquel tiempo los que estaban muertos literalmente en los sepulcros no podían oír la palabra hablada de Jesús y hacerle caso, en la “hora” acerca de la cual hablaba. Por eso, ¿de qué “muertos” hablaba Jesús entonces?
12, 13. (a) ¿A qué “muertos” se refirió Jesús cuando dijo que éstos oían su palabra y vivían como resultado de ello? (b) Por tal provisión divina, ¿qué pudo escribir Pablo a los que estaban “muertos” en transgresiones y pecados, según Efesios 2:4-7?
12 Puesto que Jesús dijo que la “hora” en la cual esto había de suceder “ahora es,” solo podía querer decir los seres humanos que estaban andando entonces en la Tierra pero que estaban bajo la condenación de la muerte debido a la imperfección y pecaminosidad heredadas de Adán. Desde el punto de vista de Dios toda la humanidad en general está ‘muerta’; no tienen derecho a la vida, y el “salario” que el pecado les paga es muerte. (Rom. 6:23) Pero por medio de oír y hacer caso a la “palabra” de Jesús saldrían de debajo de la condenación divina de ellos a la muerte y así, figurativamente, ‘pasarían de la muerte a la vida.’
13 Debido a tal provisión divina, el apóstol Pablo pudo escribir a los creyentes “santos” de Éfeso que estaban “en unión con Cristo Jesús” las siguientes palabras: “Además, es a ustedes que Dios vivificó aunque estaban muertos en sus ofensas y pecados . . . Dios, que es rico en misericordia, a causa de su gran amor con que nos amó, nos vivificó junto con el Cristo, aun cuando estábamos muertos en ofensas —por bondad inmerecida ustedes han sido salvados— y nos levantó juntos y nos sentó juntos en los lugares celestiales en unión con Cristo Jesús, a fin de que en los sistemas de cosas venideros se demostrasen las riquezas sobrepujantes de su [entonces pasada] bondad inmerecida en su benevolencia para con nosotros en unión con Cristo Jesús.”—Efe. 1:1; 2:1, 4-7.
14. ¿Dónde se sientan las personas a quienes así se vivifica espiritualmente, y qué clase de grupo forman, y con quién tienen que permanecer en unión?
14 A los que se libró de la condenación de la muerte y se vivificó espiritualmente para que se sentaran con Cristo Jesús “en los lugares celestiales” se les hizo miembros del cuerpo de Cristo, la congregación. También se les formó en una clase “del templo” en la cual Dios pudiera morar por su espíritu santo como en un “templo santo.” (Efe. 1:22, 23; 2:20-22) Porque son el “cuerpo” de Cristo, están especialmente “en unión con Cristo Jesús.” Tienen que permanecer en unión con él.—Juan 15:4.
15. ¿Qué preguntas surgen acerca de que el Padre tenga “vida en sí mismo?
15 A éstos aplican estas palabras de Jesús: “Así como el Padre levanta a los muertos y los vivifica, así el Hijo también vivifica a los que él quiere.” (Juan 5:21) Esto significa que el Hijo también tiene el poder de impartir vida a otros. Jesús declaró la razón por la cual esto es así cuando dijo: “Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así ha concedido también al Hijo el tener vida en sí mismo.” (Juan 5:26) ¿Qué significa realmente el que el Padre tenga “vida en sí mismo”? ¿Significa simplemente que está vivo como el único “Dios vivo y verdadero”? (1 Tes. 1:9) ¿Significa que tiene vida independiente o vida inherente? En otras palabras, ¿que tiene inmortalidad? An American Translation (Una Traducción Americana) entiende el asunto de ese modo, porque vierte Juan 5:26 así: “Pues tal como el Padre existe por sí mismo, ha dado al Hijo existencia por sí mismo.” En armonía con esto, The Holy Bible in Modern English (La Santa Biblia en Inglés Moderno), por Farrar Fenton, entiende que el nombre Jehová significa “Siempre-Vivo,” y por eso vierte Isaías 42:8: “Yo soy Siempre-Vivo;... pues ése es mi nombre.” A Jehová se le ha llamado “El que Existe por Sí mismo.”
16. Si el dar “vida en sí mismo” al Hijo de Dios significa simplemente darle vida perfecta, ¿por qué no sería sobresaliente el Hijo a este respecto?
16 Sin embargo, según la línea del argumento en el contexto inmediato la expresión “vida en sí mismo” tiene un significado más vigoroso que el hecho de que él exista por sí mismo. La expresión significa que el Padre celestial tiene un depósito de ida en sí mismo, de modo que, a la manera de un padre, puede impartir vida a otros. Junto a ese hecho, podía impartir vida a su Hijo en tal cantidad que él también pudiera impartir vida a otros. Si el hecho de que el Padre capacitara al Hijo para tener “vida en sí mismo” significara simplemente darle vida perfecta, entonces el Hijo no sería sobresaliente. ¿Por qué no? Porque Dios dio vida perfecta también a los ángeles celestiales. No solo eso, sino que dio vida perfecta a Adán y Eva en el jardín de Edén. Pero ¿por qué se le dio al Hijo de Dios “vida en sí mismo”?
17. ¿Por qué no se le dio al Hijo “vida en sí mismo”, y cómo armoniza con esto la oración que él hizo en Juan 17:1, 2?
17 Fue porque el Hijo de Dios entregó su vida humana perfecta como sacrificio de rescate para toda la humanidad. (Mat. 20:28; 1 Tim. 2:5, 6) De esta manera pudo comprar a la humanidad de la muerte a la cual estaba condenada debido a la imperfección heredada. Teniendo presente este pensamiento, Jesús podía comenzar su oración en la noche de la Pascua con estas palabras: “Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu hijo, para que tu hijo te glorifique a ti, como le has dado autoridad sobre toda carne, para que, en cuanto a todo el número de los que le has dado, les dé vida eterna.”—Juan 17:1, 2
18. ¿Cómo hace patente esa verdad la traducción de Juan 5:26 por R. A. Knox, y cuando se autorizó y dio poder a Cristo para impartir vida?
18 The New Testament of Our Lord and Saviour Jesus Christ (el Nuevo Testamento de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo), por Ronald A. Knox, capta esa verdad y la hace patente en su traducción de Juan 5:26. Allí dice: “Como el Padre tiene dentro de sí mismo el don de la vida, así ha otorgado al Hijo que él también tenga dentro de sí el don de la vida.”a Después de morir como sacrificio, ser resucitado y presentar el valor de su vida humana perfecta a su Padre celestial, Jesucristo podía recibir autoridad y poder para impartir los beneficios de ello a los que lo necesitaban... toda la humanidad condenada y moribunda. Por eso, en Romanos 6:23 leemos: “El salario que el pecado paga es muerte, mas el don que Dios da es vida eterna por Cristo Jesús nuestro Señor.”
19. ¿Por qué es correcto que Jesucristo sea la persona a quien Dios use para juzgar a la humanidad?
19 Como ser humano de carne y sangre, Jesús el “Hijo del hombre” podía ofrecer a Dios lo que era exactamente igual a aquello que Adán había perdido para todos sus descendientes por medio de su pecado voluntarioso en Edén. (Heb. 2:9, 14, 15; Juan 1:14) Puesto que Jehová Dios lo usa para dar vida a la humanidad condenada y moribunda, es lo propio que Jesucristo el “Hijo del hombre” sea la persona a quien Jehová use para juzgar a la humanidad redimida.
20. En Juan 5:26, 27, ¿qué dijo Jesús acerca de autoridad para juzgar, y cómo confirmó esto Pablo en el discurso que pronunció en el cerro de Marte?
20 En armonía con ese hecho, Jesús pasó a decir: “Así [el Padre] ha concedido también al Hijo el tener vida en sí mismo. Y le ha dado autoridad para hacer juicio, por cuanto es Hijo del hombre.” (Juan 5:26, 27) Puesto que Jesucristo, que ahora está glorificado, fue hombre él mismo una vez en medio de un sistema de cosas mundano corrupto, puede ser un juez tanto misericordioso como justo para con las personas a quienes ha redimido de la muerte. Este hecho le fue claramente expresado al más alto cuerpo judicial de la antigua Atenas, Grecia, cuando el apóstol Pablo estuvo de pie entre los jueces en el cerro de Marte y dijo que el Dios que les era desconocido a ellos “ha fijado un día en que se propone juzgar a la tierra habitada con justicia por un varón a quien él ha nombrado, y ha proporcionado a todos los hombres la garantía con haberlo resucitado de entre los muertos.”—Hech. 17:23, 31.
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Una resurrección de vida y una de juicioLa Atalaya 1979 | 15 de enero
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Una resurrección de vida y una de juicio
1, 2. ¿Por qué no es demasiado maravillosa para ser creída la declaración de Jesús de que se le ha dado autoridad para juzgar?
EN EL día “fijado” por Dios su Hijo usará “el don de la vida.” (Juan 5:26, Knox) Resucitará a los muertos humanos a quienes aplica el beneficio de su sacrificio de rescate. El “día” será un tiempo de juicio, pero no de 24 horas de duración. Será el período de 1.000 años que se ha fijado para el reinado de Cristo. (Rev. 20:4-6) El proceso de juicio resultará en vida para algunos y en condenación judicial a la destrucción para otros. ¿Nos parece maravilloso esto a nosotros hoy cuando hay tanto error judicial y tanto mal entendimiento religioso de lo que será el día de juicio de Dios? Les pareció maravilloso a los judíos observadores del sábado que vivían en el día de Jesús.
2 Por consiguiente, Jesús les dijo: “No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio. No puedo hacer ni una sola cosa de mi propia iniciativa; así como oigo [del Padre como Juez Supremo], juzgo; y el juicio que yo dicto es justo, porque no busco mi propia voluntad, sino la voluntad del que me envió.”—Juan 5:28-30.
3. ¿Cómo difieren los que pasan de la muerte a la vida, y que no entran en juicio adverso, de aquellos acerca de los cuales Jesús habló en Juan 5:28, 29, y qué clase de personas deben ser?
3 Antes de que Jesús dijera las palabras que acabamos de citar, habló, en Juan 5:24, 25, acerca de otros “muertos” cuya “hora” para llegar a estar vivos había empezado. De estos designados se decía que estaban “muertos” y sin embargo no estaban “en las tumbas conmemorativas.” Hasta en aquel mismo momento estaban oyendo la “palabra” hablada del Hijo de Dios y creyendo a Aquel que lo había enviado. Así estaban pasando de muerte a vida y no entrarían en juicio adverso. Porque habían pasado de muerte a vida, de éstos que hacían caso a la voz del Hijo de Dios se decía que vivían y tenían la expectativa de vida eterna. Estos deben ser los que llegan a ser los coherederos celestiales de Jesucristo, a saber, los 144.000 a quienes se da una resurrección para la región espiritual de modo que estén con él en el Reino.
4. En vez de juzgárseles, ¿qué asignación se da a los 144.000 coherederos de Cristo?
4 Estos 144.000 coherederos de Jesucristo, en vez de ser juzgados, se sentarán con él en tronos de juicio. Revelación 20:4 dice que “se les dio poder para juzgar.” A la resurrección de ellos se le llama “la primera resurrección.” Por medio de ella se les resucita instantáneamente al estado celestial.—Rev. 20:6.
5. ¿Cuándo comenzó el período de juicio de la congregación del Israel espiritual, y qué privilegio dijo Jesús que ellos tendrían en Su reino?
5 Hubo un período de juicio anterior para estos 144.000 cuando estuvieron en la Tierra. Este empezó cuando nació la congregación cristiana del Israel espiritual en el día del Pentecostés de 33 E.C. Tal período de juicio continúa hasta que queda completa esta congregación de hijos espirituales de Dios. (1 Ped. 4:17, 18) Acerca del glorioso futuro de ellos, Jesús dijo a sus fieles apóstoles en la noche de la Pascua de 33 E.C.: “Yo hago un pacto con ustedes, así como mi Padre ha hecho un pacto conmigo, para un reino, para que coman y beban a mi mesa en mi reino, y se sienten sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.” (Luc. 22:29, 30) Por eso, en lugar de ser juzgados durante el reinado milenario de Cristo, participan con él en juzgar a la humanidad redimida.
6. Para que la humanidad en general tenga un tiempo de juicio, ¿qué es necesario que haya, y cómo será destruido el Hades?
6 Para que la humanidad redimida en general tenga un tiempo de juicio aquí en la Tierra es necesario que haya una resurrección de “todos los que están en las tumbas conmemorativas.” Confirmando ese hecho, Jesús dijo, en Juan 5:28-30, que vendría la “hora” en la cual todos éstos oirían su voz y responderían. El los llamaría para que salieran de sus sepulcros, de la misma manera que en Betania clamó a su amigo encerrado ya en una tumba: “¡Lázaro, sal!” (Juan 11:43, 44) Esa “hora” vendría durante el reinado de 1.000 años de Jesucristo con sus 144.000 coherederos glorificados. (Rev. 20:6, 11-14) Durante ese reinado, el Hades, o el sepulcro común de la humanidad, ha de ser destruido por medio de ser vaciado de todos los muertos humanos redimidos. ¡Eso significa resurrección!
7. ?Qué dos clases se destacan entonces? ?Sucede esto al comienzo del programa de la resurrección?
7 Jesús declaró que dos clases se destacarían entonces. Sin embargo, esto no será al principio del programa de la resurrección, porque no todos los muertos redimidos saldrán de las tumbas conmemorativas al mismo tiempo. Jesús habló (1) de “los que hicieron cosas buenas” y (2) de “los que practicaron cosas viles.” Esto no se refiere a lo que los individuos resucitados son al momento en que salen de las tumbas conmemorativas. ¿Por qué decimos esto?
8. (a) Debido a que “el Cordero de Dios” murió para quitarle el pecado al mundo, ¿en qué no entrarán por medio de ser levantados de entre los muertos? (b) Sin embargo, ¿cómo les afectará su vida anterior, y por qué?
8 El factor determinante en cuanto a lo que les resultará a estos seres humanos resucitados no es lo que eran antes de su muerte. Esto es verdad, porque al morir pagaron la pena por su condición de pecadores. (Rom. 6:23) Además, Jesucristo murió como “el Cordero de Dios” para ‘quitar el pecado del mundo.’ (Juan 1:29; 1 Juan 2:2) Por eso, lo que él “quita” no se le puede imputar al mundo de la humanidad después que se les resucita de entre los muertos. Sobre esto, el apóstol Pablo escribió: “Ya no sigamos siendo esclavos del pecado. Porque el que ha muerto ha sido absuelto de su pecado.” (Rom. 6:6, 7) Por lo tanto, ningún ser humano redimido entra en “doble riesgo” por medio de ser resucitado, para que se le castigue de nuevo por lo que hizo antes de su muerte. Por consiguiente, el factor determinante para la humanidad resucitada será: ¿Qué harán de su vida los seres humanos desde entonces en adelante, cuando se les ha dado un nuevo comienzo bajo el reino de 1.000 años de Cristo? Por supuesto, durante el sueño de la muerte en el cual han estado sumidos no les viene ningún cambio en la personalidad. Por eso, lo que hicieron y la manera en que vivieron durante el inicuo sistema de cosas actual les afectará en cuanto a sus inclinaciones o actitudes para con el reino de Cristo.
9. ¿Qué dos resultados posibles hay para las personas que, como hemos visto, son afectadas por su patrón de vida anterior?
9 Sí, el patrón de vida anterior afectará el problema de los resucitados en cuanto a conformarse a los requisitos del Reino con relación a la justicia y su progreso hacia el logro de la vida humana perfecta en la Tierra. Entonces habrá dos resultados posibles. Como indicó Jesús, en Juan 5:28, 29, o se volverán al curso de hacer cosas buenas o se volverán a la práctica de cosas viles. ¿Con qué consecuencias respectivas?
10. En la expresión “una resurrección de vida,” ¿qué significa “vida”?
10 Jesús señaló a tales consecuencias cuando habló de “una resurrección de vida” y “una resurrección de juicio.” Por la palabra “vida” en este contexto Jesús no quiso decir la medida de vida que los individuos tienen cuando salen de las tumbas conmemorativas. De otro modo, no solo los hacedores de cosas buenas tienen “una resurrección de vida,” sino que los practicantes de cosas viles también tendrían tal resurrección, puesto que ellos también tendrían que empezar por medio de recibir vida en la Tierra. Por eso, “vida” como se usa en Juan 5:29 significa perfección de vida como la logran algunos al fin del reinado de Cristo por medio de persistentemente hacer cosas buenas en obediencia a su reino y judicatura.
11. En la expresión “una resurrección de juicio,” ¿qué significa “juicio”?
11 De manera similar, “juicio” representa lo que les resulta a otros individuos ya sea durante el “día de juicio” milenario o para el cierre de ese “día.” En Juan 5:29 “juicio” significa lo opuesto de “vida.” Por eso, significa un juicio de condenación, el sentenciar a los que practican cosas viles a destrucción eterna. Esto es una destrucción de alma y cuerpo en el Gehena.—Mat. 10:28.
12. Entonces, ¿qué dos posibles finales hay a los cuales puede conducir la resurrección de alguien bajo el reino de Cristo?
12 De modo que hay dos finales posibles a cualquiera de los cuales puede conducir el que uno sea resucitado bajo el reino de Cristo, o a vida humana perfecta o a juicio que resulta en pérdida de toda la vida. Aptamente, An American Translation (Una Traducción Americana, en inglés) vierte Juan 5:29 de modo que lea así: “vendrán a resurrección y vida, y . . . a resurrección y juicio.”
13, 14. (a) ¿Qué oye Jesús antes de que él y sus jueces asociados den su fallo? (b) ¿Por qué no hay razón que permita apelar de tal sentencia dada por Cristo durante el milenio?
13 Durante el milenio la judicatura de Jesucristo y sus jueces asociados será justa para toda la humanidad. Jesús dijo: “Como oigo, juzgo.”—Juan 5:30.
14 Lo que Jesús oye del Juez Supremo, Jehová Dios, lo incorpora en su propio juicio. El se amoldará a la descripción profética que de él como juez su Padre celestial inspiró a Isaías a escribir en el Isa capítulo 11, versículos uno a cinco inclusive. En su judicatura, los 144.000 jueces asociados imitarán a Jesucristo. De esta manera realmente será el juicio de Jehová el que se llevará a cabo, porque su Hijo Jesucristo siempre procura hacer la voluntad del Padre, no su propia voluntad. Por lo tanto, de tal juicio rendido por Jesucristo no puede haber apelación a un tribunal superior. Así, al fin de los 1.000 años de judicatura él podrá pasar el Reino al Juez Supremo, libre de toda acusación de mal proceder en el puesto. (1 Cor. 15:24-28) Desde entonces en adelante Jehová Dios se encargará de los asuntos respecto a una prueba final, determinante, que se ha de imponer a todos los hombres que le entregue su Hijo.—Rev. 20:7-15.
LA “GRANDE MUCHEDUMBRE” Y LA RESURRECCIÓN
15. Al dar Pablo un encargo solemne a Timoteo por Cristo Jesús que está destinado a juzgar a los vivos y a los muertos, ¿quiénes son los “muertos” a quienes él se refiere?
15 El día de juicio que se acerca es algo que toda la humanidad debe tomar en cuenta. (Hech. 17:30, 31) Con debido reconocimiento de esto, el apóstol Pablo escribió a Timoteo, quien había sido compañero misional de él: “Solemnemente te encargo delante de Dios y de Cristo Jesús, que está destinado a juzgar a los vivos y a los muertos.” (2 Tim. 4:1) Por la expresión “los muertos,” Pablo se refiere a “los que están en las tumbas conmemorativas” y los que están ‘sepultados en las aguas.’ Pero ¿a quiénes llama Pablo “los vivos”?
16. ¿Quiénes son en particular “los vivos”?
16 Estos serán los que sobrevivan en la Tierra la venidera “grande tribulación” y el atar de Satanás el Diablo y sus demonios. Estas personas, por lo tanto, estarán vivas todavía en la Tierra cuando comience el reinado de 1.000 años de Cristo sobre su región terrestre. Es particularmente a éstos que entonces llegan a ser Sus súbditos con la esperanza de vida eterna en un paraíso terrestre a quienes se hace referencia aquí. Algunos individuos del resto ungido de coherederos en perspectiva de Cristo también habrán sobrevivido, pero habrá que esperar para ver si van a empezar a juzgar en la Tierra antes de que se les transfiera al reino celestial. (1 Tes. 4:15-17; 2 Ped. 3:11-14) Sin embargo, una “grande muchedumbre” de las “otras ovejas” de Cristo sobrevivirá la “grande tribulación,” junto con el resto de israelitas espirituales, y entrarán en el milenio vivos Revelación 7:9-17 prueba que esto es verdad.
17. ¿Cómo sabemos si la Tierra será despoblada o no cuando llegue el fin completo de este sistema de cosas?
17 Todo esto se combina para establecer que nuestro planeta terrestre no será totalmente despoblado al fin completo de este sistema de cosas. Así, la “grande muchedumbre” de las “otras ovejas” de Cristo serán “los vivos” con los cuales comienza el día de juicio del milenio.
18. ¿Qué habrá de maravilloso en cuanto a esta “grande muchedumbre” de sobrevivientes de la “tribulación,” y por qué?
18 Lo maravilloso acerca de esta “grande muchedumbre” de sobrevivientes de la “tribulación” es que nunca experimentan una resurrección. Puesto que nunca han muerto y experimentado la disolución del cuerpo humano, no habrá necesidad de que el Rey Jesucristo los llame de las tumbas conmemorativas. Por la manera en que trataron al resto ungido de los hermanos espirituales de Cristo en el pasado, a estas personas semejantes a ovejas se les ha puesto a la diestra de favor del Rey, y a ellas él dice al principio de su reinado milenario: “Vengan, ustedes que han sido bendecidos por mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo.” De este modo se les introducirá en el camino que conduce a la adquisición de vida humana perfecta en una Tierra paradisíaca. (Mat. 25:31-46; Juan 10:16) Grande será su privilegio de estar aquí cuando el reinante “Hijo del hombre,” Jesucristo, empiece a llamar a los que están en las tumbas conmemorativas en una resurrección que les dará la oportunidad de adquirir vida eterna en la Tierra.
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Yo lo resucitaré en el último díaLa Atalaya 1979 | 15 de enero
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Yo lo resucitaré en el último día
1. La palabras de Jesús: “Yo lo resucitaré en el último día,” ¿a qué clase que está compuesta de personas que viven hoy no aplican?
JESÚS dijo esas palabras notables, en Juan 6:54. Estas no podrían aplicar a la “grande muchedumbre” que sobrevive la cercana “grande tribulación.” (Rev. 7:9-17) Entonces, ¿en quiénes pensaba Jesús cuando dijo esas palabras hace 19 siglos?
2. ¿A quiénes dijo Jesús aquellas palabras acerca de la resurrección, y cerca de qué fiesta de los judíos qué tenía relación con él?
2 Los versículos bíblicos que rodean a Juan 6:54 muestran que Jesús estaba diciendo aquellas palabras, no solo a judíos como simplemente judíos, sino también a muchos de sus discípulos israelitas, entre ellos sus 12 apóstoles. La Pascua de ellos del año 32 E.C., “la fiesta de los judíos,” estaba cerca. (Juan 6:4) Al prepararse para la fiesta, los judíos degollaban el cordero pascual en el templo, en Jerusalén, y los sacerdotes recogían la sangre en tazones y la arrojaban hacia la base del altar. (Vea la Cyclopædia de M’Clintock y Strong, tomo 7, bajo “Passover” [Pascua], pág. 738, columna 1, párrafo 4, líneas 1-34; también, The Temple—Its Ministry and Services As They Were at the Time of Jesus Christ [El templo... su ministerio y servicios como eran en el tiempo de Jesucristo], por Alfred Edersheim, 1874 E.C., págs. 190, 191.) Jesús se proponía asistir a aquella fiesta para conmemorar la primera Pascua que se había celebrado abajo en Egipto en 1513 a. de la E.C. Él mismo era, de hecho, el antitípico Cordero Pascual, “el Cordero de Dios.”—Juan 1:29, 36.
3. ¿Por qué buscaron los judíos a Jesús hasta hallarlo después de su milagro del día anterior, y que justificación le ofrecieron por esto?
3 Los judíos, entre ellos sus discípulos, le habían visto ejecutar un milagro notable el día antes de esta conversación que se informó que él tuvo con ellos en Capernaum. El había multiplicado cinco panes y dos pescados para alimentar a sus miles de oyentes. Por eso, los patrióticos judíos quisieron hacerlo rey como el Líder Mesiánico de ellos. Puesto que Jesús había de ser un Rey Mesiánico celestial, se alejó de aquellos que querían constituirse en hacedores de reyes. Más tarde, andando sobre el agua se unió a sus 12 apóstoles que estaban en una embarcación sobre el mar de Galilea. (Juan 6:14-21) Pero los judíos no estaban dispuestos a dejarse frustrar tan fácilmente en su propósito de seguir a un Mesías terrestre, humano. Por eso, buscaron a Jesús hasta hallarlo, pensando en el milagro del día anterior. Querían un Rey Mesiánico que les pudiera suministrar alimento material como Jesús había demostrado que podía hacer. Como justificación para esto, le recordaron a Jesús que en el desierto de la península sinaítica Dios había dado a comer a sus antepasados “pan del cielo” en la forma de maná milagroso.—Juan 6:22-31.
4. ¿Cómo explico Jesús si Moisés había dado o no a sus antepasados el verdadero “pan del cielo”?
4 En respuesta a esto, Jesús les dijo que Moisés no había dado a sus antepasados el verdadero pan del cielo. “El pan de Dios,” dijo él, “es el que baja del cielo y da vida al mundo.”—Juan 6:32, 33.
5. ¿Qué le pidieron los judíos entonces a Jesús, y qué dijo él al explicarles la manera en que podían adquirir vida eterna?
5 Al oír esto, los judíos dijeron: “Señor, siempre danos este pan.” Jesús se identificó como tal pan, diciendo: “Yo soy el pan de la vida. Al que viene a mí de ninguna manera le dará hambre, y al que ejerce fe en mí no le dará sed nunca. . . . Porque ésta es la voluntad de mi Padre, que todo el que contempla al Hijo y ejerce fe en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.”—Juan 6:34-40.
6. ¿Por qué tienen garantizada una resurrección los que vienen a Jesús y ponen fe en él como el Mesías durante este sistema de cosas?
6 Así, pues, los que particularmente vienen a Jesús y ejercen fe en el como el Mesías durante el sistema de cosas actual tienen la perspectiva de alcanzar vida eterna. ¿Por qué? Porque Jesucristo los resucitará de entre los muertos en el último día. Esto les garantiza una resurrección. Aquí debemos notar que Jesús no dijo, en este caso que estamos considerando, que uno primero tiene que tener una resurrección y después de eso venir a él con fe y alimentarse de él para tener vida eterna. Muy claramente se ve que Jesús no está hablando aquí acerca de los que ya están muertos en las tumbas conmemorativas como Abrahán, Isaac, Jacob y Moisés, David y Juan el Bautizante. Jesús hablaba allí a los judíos que vivían entonces, entre ellos muchos discípulos de él, que estaban en el pacto de la ley relacionado con Moisés.
7. En respuesta a las murmuraciones por los judíos, ¿qué dijo Jesús acerca de la persona que era atraída a él y tenía vida eterna?
7 Los judíos que escuchaban a Jesús empezaron a murmurar entre sí en una disputa en cuanto al origen de Jesús. Por el comentario que Jesús hizo acerca de esto deberíamos identificar a las personas en particular a quienes él dirige lo que dice. “En respuesta Jesús les dijo: ‘Dejen de murmurar entre ustedes. Nadie puede venir a mi a menos que el Padre, que me envió, lo atraiga, y yo lo resucitaré en el último día. Está escrito en los Profetas: “Y todos ellos serán enseñados por Jehová.” Todo el que ha oído de parte del Padre [como Maestro] y ha aprendido viene a mí. . . . Muy verdaderamente les digo: El que cree tiene vida eterna.’”—Juan 6:41-47.
8. ¿Qué profecía estaba citando Jesús, y qué oportunidad estaba ofreciendo allí a sus oyentes judíos?
8 Jesús citaba aquí de la profecía de Isaías 54:13, que se dirige a la “Mujer” de Dios, la Sión celestial, y que dice: “Y todos tus hijos serán personas enseñadas por Jehová, y la paz de tus hijos será abundante.” Estos son los hijos espirituales de Jehová Dios. Es a éstos a quienes él atrae a Jesús porque en la actualidad creen en él. Es de éstos de quienes Jesús dice que entran en vida eterna porque él los resucita en el último día. La vida de ellos sería eterna en la organización celestial de espíritus de Jehová. Por lo tanto Jesús estaba ofreciendo a los judíos que le escuchaban, entre los cuales había muchos discípulos de él, la oportunidad de llegar a ser hijos de la “mujer” de Dios, la Sión celestial.
“MI CARNE A FAVOR DE LA VIDA DEL MUNDO”
9-11. (a) ¿Qué pregunta hace surgir el que Jesús dijera que el “pan” que él da es su “carne,” y esto “a favor de la vida del mundo”? (b) ¿Cómo contesta Pablo esa pregunta en 1 Corintios 10:2-11?
9 Después de haber dicho repetidamente que él era el “pan de la vida,” Jesús pasó a decir: “Yo soy el pan vivo que bajó del cielo; si alguien [de entre ustedes, los que me escuchan] come de este pan vivirá para siempre; y, de hecho, el pan que yo daré es mi carne a favor de la vida del mundo.”—Juan 6:51.
10 Como se ve, Jesús era el verdadero Maná dador de vida procedente del cielo. Este pan simbólico, dijo él, era su carne. Esta carne, dijo, estaba “a favor de la vida del mundo.” Al añadir esas palabras, ¿quiso decir Jesús que los judíos que comieron el maná en el desierto en los días de Moisés representaron al “mundo” de la humanidad durante el reinado milenario de Cristo y su congregación glorificada?
11 Pablo contesta: “Todos fueron bautizados en Moisés por medio de la nube y del mar; y todos comieron el mismo alimento espiritual [el maná] y todos bebieron la misma bebida espiritual. Porque bebían de la masa de roca espiritual que los seguía, y esa masa de roca significó el Cristo. . . . Ahora bien, estas cosas llegaron a ser nuestros ejemplos, para que nosotros [los cristianos] no seamos personas que desean cosas perjudiciales, tal como ellos las desearon. . . . Pues bien, estas cosas siguieron aconteciéndoles como ejemplos, y fueron escritas para amonestación de nosotros [los cristianos engendrados por espíritu] a quienes los fines de los sistemas de cosas han llegado.”—1 Cor. 10:2-11; Éxo. 16:1-35; Núm. 11:1-9.
12. ¿Qué contraste hay entre la situación de los israelitas espirituales durante este sistema de cosas y la del mundo de la humanidad durante el milenio?
12 De manera que aquellos israelitas que estuvieron en el desierto sinaítico bajo Moisés representaron a los israelitas espirituales durante este sistema de cosas. En sentido espiritual, este sistema es mortífero. Es ahora que los israelitas espirituales se alimentan del maná celestial antitípico, el sacrificado Jesucristo. Durante el reinado de 1.000 años de Cristo la humanidad resucitada no estará en una condición de desierto como la del Sinaí. Se estará efectuando la restauración del paraíso por toda la Tierra. Jehová no estará entonces ‘atrayendo’ a la humanidad a Jesús como Él, el Maestro, lo hace ahora con relación a los israelitas espirituales. (Juan 6:44) Más bien, el Señor Soberano Jehová coloca a su Hijo Jesucristo como Rey sobre la humanidad, y este Rey llama de las tumbas a los muertos.
13. Para que sea el antitipo del maná antiguo, esta “carne” tiene que ser ¿de qué clase, o que debe habérsele hecho?
13 El pan hecho de grano es un comestible sin sangre, tal como lo era el maná antiguo. Jesús dijo que el “pan de la vida,” el maná antitípico, era su carne “a favor de la vida del mundo.” Para que corresponda con el maná antiguo, el término “carne” aquí tiene que entenderse como carne de la cual se ha escurrido la sangre. Lo que Jehová dio a beber a los israelitas en el desierto fue agua, no sangre.
14. ¿Por entendieron los que escuchaban a Jesús que su referencia era a “carne” desangrada, hasta carne humana?
14 Los judíos que escuchaban a Jesús entendieron los asuntos así, porque, al disputar en cuanto a lo que él quería decir, dijeron: “¿Cómo [de qué manera] puede este hombre darnos su carne a comer?” (Juan 6:52) Ellos conocían la ley de Dios acerca del tema de la sangre. Después del diluvio del día de Noé, cuando Dios dio mayor amplitud a lo que la humanidad podía comer, no les dio tanto la sangre animal para beberla como la carne animal para que les sirviera de alimento sólido como sostén para la vida. Para beber les dio agua y, para comer, carne sin la sangre. Declaró que la sangre era de él como el Dador de Vida a todas las criaturas de carne y sangre. (Gén. 9:1-4) Bajo la ley mosaica como se dio a la nación de Israel, el violar la ley de Dios acerca de la sangre animal se castigaba con la pena de muerte para el ofensor. (Lev. 17:10-12; Deu. 12:16, 22-27) El comer carne humana, aunque desangrada, era repugnante a los judíos que estaban escuchando a Jesús. Ellos no querían hacerse caníbales.—2 Rey. 6:26-31.a
15, 16. (a) ¿De qué manera se efectuaría el alimentarse de la carne de Jesús? (b) Según Juan 6:53-59. ¿cómo comunicó Jesús este punto con mayor vigor?
15 Jesús quería que sus oyentes judíos entendieran que Su carne se comería de manera figurada. Por eso, para que este punto se comunicara con mayor vigor, pasó a decir algo que sería todavía más objetable si se tomara de manera literal. Leemos:
16 “Entonces Jesús les dijo: ‘Muy verdaderamente les digo: A menos que coman [ustedes los judíos que me escuchan] la carne del Hijo del hombre y beban su sangre, no tienen vida en ustedes. El [de ustedes los que me escuchan] que se alimenta de mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día; porque mi carne es verdadero alimento, y mi sangre es verdadera bebida. El que se alimenta de mi carne y bebe mi sangre permanece en unión conmigo, y yo en unión con él. Así como me envió el Padre viviente y yo vivo a causa del Padre, así también el [de ustedes, los que me escuchan] que se alimenta de mí, sí, ese mismo vivirá a causa de mí. Este es el pan que bajó del cielo. No es como cuando sus antepasados comieron [el maná en el desierto] y sin embargo murieron. El que se alimenta de este pan vivirá para siempre.’ Estas cosas las dijo enseñando en asamblea pública en Capernaum.”—Juan 6:53-59.
17. (a) ¿Qué impresión o efecto tuvieron aquellas palabras de Jesús en la sinagoga judía, hasta en muchos de sus discípulos? (b) De modo que, en gran parte, ¿a quiénes estaban dirigidas las palabras de Jesús en Juan 6:53, y que llegaron a ser estas personas?
17 Aquí la expresión “en asamblea pública” es, literalmente, en el texto griego original, “en sinagoga.” Es la misma expresión que Jesús usó en Juan 18:20, al decir: “En una sinagoga y en el templo, donde concurren todos los judíos.” De modo que Jesús estaba hablando a un auditorio de judíos que estaban en el pacto de la ley de Moisés. Entre estas personas estaban muchos discípulos de Jesús. Podemos imaginarnos la impresión o efecto que deben haber causado las palabras de Jesús cuando él habló, no solo de alimentarse de su carne, sino también de beber su sangre. “Por lo tanto muchos de sus discípulos, al oír esto, dijeron: ‘Este discurso es ofensivo; ¿quién puede escucharlo?’” (Juan 6:60) Esta declaración muestra que no todos los discípulos de Jesús se ofendieron por su discurso. Además de los ofendidos, había más “discípulos,” entre ellos los 12 apóstoles. (Juan 6:61-66) Se ve, pues, que las palabras de Jesús en Juan 6:53 fueron dirigidas en gran parte a sus discípulos y, por extensión, a los que llegarían a ser sus discípulos antes del “último día.” Estos llegaron a ser judíos espirituales, israelitas espirituales.—Rom. 2:28, 29.
18, 19. (a) ¿A quién pertenecía la sangre de la víctima que se sacrificaba, y, por lo tanto, qué significaba el que se hiciera una comida con la sangre y la carne de Jesús? (b) ¿Cómo hizo referencia Jesús a tal comida debido a la fe de un gentil que era oficial del ejército y también por lo que cierto judío dijo acerca de las palabras de Jesús en una comida?
18 Los judíos que estaban en el pacto de la ley relacionado con Moisés sabían que tanto la sangre como la grasa de la víctima que se sacrificaba pertenecían a Jehová. (Lev. 3:16, 17) Cuando Jesús ascendió al cielo y apareció en la presencia de Jehová, ofreció a Jehová su “sangre” o el valor de ella como precio de redención. (Heb. 9:12-14; Juan 6:61, 62) Puesto que la sangre pertenecía a Jehová, el beberla y comer la carne de Jesús indicaría tener una comida con Jehová. De ese modo Dios estaría compartiendo la sangre de su Cordero Jesucristo con los discípulos de este Cordero. Jesús habló acerca de tal comida con Jehová como el Abrahán Mayor, cuando predijo que muchos creyentes gentiles (como el “oficial del ejército” gentil que creyó) vendrían de todas partes de la Tierra y “se reclinarán a la mesa con Abrahán [Jehová] e Isaac [Jesucristo] y Jacob [la congregación cristiana engendrada por espíritu] en el reino de los cielos.”—Mat. 8:5-12.
19 En cierta ocasión en que hablaba acerca de una comida que tenía verdadero mérito debido a las personas a quienes se invitaba a asistir, Jesús explicó por qué tenía mérito diciendo: “Se te pagará en la resurrección de los justos.” Esto hizo que alguien pensara en el privilegio de tener una comida con Jehová Dios, porque leemos: “Al oír estas cosas cierta persona de entre los convidados con él le dijo: ‘Feliz es el que coma pan en el reino de Dios.’” (Luc. 14:12-15) En respuesta a esta exclamación Jesús dio la parábola de la “gran cena” que extendió cierto amo de casa. Por medio de esto Jesús mostró que no toda persona tendría la felicidad de comer con Dios en el Reino.—Luc. 14:16-24.
“VIDA EN USTEDES MISMOS”
20. Los que adquieren ‘vida dentro de’ sí mismos por medio de comer la carne de Cristo y beber su sangre tienen vida ¿en qué medida? ¿y dónde y cuando usarán esta capacidad?
20 En Juan 6:53 Jesús dijo: “A menos que coman la carne del Hijo del hombre y beban su sangre, no tienen vida en ustedes.” Porque la expresión que aparece aquí es similar a la de Juan 5:26, An American Translation (Una Traducción Americana) vierte Juan 6:53 así: “Os digo que si no coméis la carne del Hijo del Hombre y bebéis su sangre, no tenéis vida que exista por sí misma.” De manera que Jesús aquí quiso decir “vida” con una capacidad específica cuando pasó a decir: “El que se alimenta de mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.” (Juan 6:54) El que adquiere esa vida eterna disfruta de ella, no en la Tierra, sino en el reino celestial con Cristo. Esa persona entra en tal vida cuando Jesucristo la resucita en “el último día.” Los que, estando con Cristo en los cielos, tengan tal ‘vida en sí mismos’ podrán impartir a otros los beneficios del sacrificio humano de Cristo. Harán eso cuando se llame a los redimidos de la humanidad para que salgan de sus tumbas conmemorativas en “el último día.”—Juan 5:28, 29.
21, 22. (a) ¿En que respecto eran la carne y la sangre de Jesús “verdadero alimento”para los participantes? (b) ¿Qué relación tienen con él tales participantes, y cómo dependen de él?
21 Cuando contemplamos la calidad de la “vida eterna” que se ha de adquirir en el cielo, apreciamos por qué Jesús dijo: “Mi carne es verdadero alimento, y mi sangre es verdadera bebida.” (Juan 6:55) Después de esa declaración él mostró la relación especial en la cual entrarían sus discípulos obedientes al añadir las palabras: “El que se alimenta de mi carne y bebe mi sangre permanece en unión conmigo, y yo en unión con el. Así como me envió el Padre viviente y yo vivo a causa del Padre, así también el que se alimenta de mí, sí, ese mismo vivirá a causa de mí.” (Juan 6:56, 57) Así Jesús dijo que sus discípulos permanecían en unión con él y él permanecía en unión con ellos. Más tarde, en fraseología similar, dijo en una parábola:
22 “Permanezcan en unión conmigo, y yo en unión con ustedes. Así como el sarmiento no puede llevar fruto por sí mismo a menos que permanezca en la vid, así mismo tampoco pueden ustedes, a menos que permanezcan en unión conmigo. Yo soy la vid, ustedes son los sarmientos. El que permanece en unión conmigo, y yo en unión con él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí ustedes no pueden hacer nada.”—Juan 15:4, 5.
23. Entonces, ¿por qué quedó sin adquirir ‘vida en sí mismo’ Juan Iscariote?
23 Aunque Judas Iscariote permaneció en la compañía personal de Jesucristo por más de un año después de eso, no permaneció en unión con su Amo. De modo que no emprendió el alimentarse del cuerpo sacrificado de Jesús y beber su sangre, desde el Pentecostés de 33 E.C. en adelante. Quedó sin adquirir ‘vida en sí mismo.’—Juan 6:66-71.
24. (a) ¿Cómo fue Jesús el “pan” que vino del cielo? (b) ¿Cómo vivía Jesús a causa del Padre, y cómo viven a causa de Jesús los que se alimentan de él?
24 Sin embargo, Jesús les recordó a Judas y los demás de su auditorio judío allí en aquella reunión en Capernaum que los antepasados de ellos habían comido maná en el desierto para sostenerse. Al cierre de su discurso, dijo: “Este es el pan que bajó del cielo. . . . El que se alimenta de este pan vivirá para siempre.” (Juan 6:58) El había sido “la Palabra” de Dios arriba en el cielo, pero, al tiempo debido de Dios, “vino a ser carne.” (Juan 1:14) Así, como Hijo de Dios de carne y perfecto era “el pan vivo que bajó del cielo,” el maná antitípico. Su carne, que sirvió de maná simbólico para los israelitas espirituales,b también sirve “a favor de la vida del mundo.” (Juan 6:51) Hoy Jesucristo vive de nuevo en los cielos, inmortal, a causa de su Padre celestial, porque este “Padre viviente” lo resucitó de entre los muertos a vida de espíritu. De manera correspondiente, el discípulo que “se alimenta” del maná antitípico (la “carne” de Cristo) antes de la venida del “último día,” como Jesús dijo, “vivirá a causa de mí,” porque Jesús el viviente lo resucitará “en el último día.”—Juan 6:54, 57, 58.
25. (a) Una vez que estén en el cielo, ¿continuarán alimentándose del sacrificio de Cristo los que se alimentan de él en la Tierra? (b) ¿En qué oficio sagrado servirán, y cómo beneficiará esto a la humanidad?
25 En el cielo, cuando tengan ‘vida en sí mismos,’ los israelitas espirituales resucitados ya no tendrán que alimentarse de la carne de Jesús ni beber su sangre. (Juan 6:53) Tendrán el privilegio de servir de “sacerdotes de Dios y del Cristo” y así podrán pasar a la humanidad los beneficios duraderos del sacrificio propiciatorio de Cristo. (Rev. 20:6) Debido a que en el cielo tienen vida eterna, no necesitarán sucesores en el oficio sacerdotal. Como el Sumo Sacerdote, Jesucristo, podrán servir de subsacerdotes continuamente durante todo el milenio. De esta manera participarán con Cristo en elevar a la humanidad a la perfección humana en la Tierra.
PROVISIONES DIVINAS PARA LA VIDA HUMANA PERFECTA
26. ¿Desde cuándo se ha estado formando la “grande muchedumbre,” y qué necesidad sienten de la sangre del Cordero Jesucristo?
26 Como sabemos, desde la mitad de la cuarta década de nuestro siglo 20 una “grande muchedumbre” de “otras ovejas” de Cristo se ha estado formando. (Rev. 7:9, 10; Juan 10:16) Ellos también se beneficiarán de su sacerdocio de mil años. El apóstol Juan, quien tuvo la visión apocalíptica de la “grande muchedumbre,” recibió el recordatorio de que ellos también aprecian la sangre derramada del Cordero Jesucristo. La aprecian como un medio de limpiarse, porque a Juan se le dijo: “Estos son los que salen de la grande tribulación, y han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero.” (Rev. 7:14) Estos saben que no podrían servir a Dios aceptablemente en su santo templo si permanecieran vestidos con prendas de vestir sucias.—Compare con Zacarías 3:3-10.
27. Aunque no necesitan una resurrección, ¿de qué servicios necesitarán el beneficio durante el milenio?
27 La “grande muchedumbre” no atribuye a Dios y al Cordero Jesucristo una resurrección de las tumbas conmemorativas, sino “salvación” de la “grande tribulación.” Se les conserva con vida a través de esa “grande tribulación.” Por esa razón no necesitan que se les ‘resucite en el último día,’ como lo necesitan las personas de quienes se habla en Juan 6:54. Sin embargo, necesitarán el beneficio de los servicios del Sumo Sacerdote Jesucristo y sus 144.000 subsacerdotes durante el milenio.
28. ¿Qué “hora” se acerca con relación a la humanidad muerta redimida, y qué oportunidad se pondrá ante ésta?
28 Ahora se está acercando una maravillosa “hora.” Es la “hora” en que Jesucristo como juez asociado de Jehová llamará a “todos los que están en las tumbas conmemorativas” para que salgan como personas redimidas por él. A todos se les hará súbditos terrestres de su reino celestial, sea que les guste o no. Ante todos ellos se pondrá la oportunidad de alcanzar vida humana perfecta en una Tierra hecha un paraíso.—Juan 5:28, 29.
29. ¿Qué beberán y comerán entonces la “grande muchedumbre” y la humanidad resucitada, y que oportunidad excepcional tendrá entonces la “grande muchedumbre”?
29 ¿Qué tendrán de beber entonces los súbditos de Cristo? ¿Qué comerán? La revelación dada al apóstol Juan muestra que entonces “un río de agua de vida” estará fluyendo de debajo del trono de Jehová Dios y del Cordero Jesucristo. A ambos lados del “río” estaban los “árboles de vida,” llevando una cosecha de fruto cada mes. Sus hojas eran para la curación de las naciones. De esas provisiones divinas beberán y comerán los de la “grande muchedumbre” y los muertos resucitados. (Rev. 22:1-3) Al aprovechar plenamente toda esta bondad inmerecida de Jehová Dios por medio de Jesucristo, los que muestren aprecio y sean obedientes harán de su resurrección “una resurrección de vida.” Los de la “grande muchedumbre” sin resurrección que son las “otras ovejas” de Cristo tendrán entonces la oportunidad de seguir viviendo sin morir jamás para volver al polvo del suelo.
[Notas]
a El equivalente hebreo para “caníbal” es okhel adam que significa “uno que se come al hombre terrestre”; o pudiera ser okhel ben minó, “uno que se come al hijo de su género.” Para notar el horror que produjo un caso de esto en Jerusalén en 70 E.C., vea “Guerra de los Judíos,” de Josefo, libro 7, sec. VIII.
b Note que, según Revelación 2:9, 17, “el maná escondido” se mantiene reservado para los israelitas espirituales como vencedores.—Compare con Hebreos 9:4.
[Ilustración de la página 25]
Tal como el maná sostuvo a los israelitas en el desierto, así Jesús, “el pan de la vida,” ahora sostiene a los israelitas espirituales
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Ponderando las noticiasLa Atalaya 1979 | 15 de enero
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Ponderando las noticias
“Sabiduría instintiva”
● “Me jacté de que por una semana entera podría almacenar alimento en un receptáculo abierto y evitar que llegaran a él las hormigas domésticas,” dice O. A. Battista, presidente del Instituto Americano de Químicos. Sin embargo, las hormigas “me avergonzaron,” escribe él en “Science Digest.” Battista había colocado dulce de chocolate sobre un banquillo alto puesto en medio de una gran tina de madera llena de agua. Alrededor de la tina, pintó una banda amplia de pegamento que se secaba muy lentamente. Pero cuando regresó seis días después para ver qué había pasado con su “trampa de hormigas,” “¡las hormigas pululaban sobre el señuelo!” ¿Cómo lo lograron?
Bueno, las hormigas habían hecho un puente sobre el pegamento con sus propios cuerpos (sacrificados). Después de llegar al agua, relata él, “habían reunido pedacitos de hierba y astillas de madera que no pasaban de .8 milímetros,
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