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  • Granjéense amigos
    La Atalaya 1962 | 15 de julio
    • mundo y esclavos de su odiado enemigo, el dios de este mundo.

      15. (a) ¿Quiénes son los amigos apropiados que hemos de granjearnos, y por qué no hay mala voluntad conectada con el ser sus esclavos? (b) ¿Cómo demostró Jesús su amistad para con los que lo obedecen, y qué no se cancela mediante ello?

      15 Los amigos apropiados para los que verdaderamente buscan la vida eterna son el principal Amo, Jehová Dios, y su Hijo “a quien él ha nombrado heredero de todas las cosas.” (Heb. 1:2) Al llegar a ser esclavo de Dios y de Jesucristo uno no entra en una posición odiada, una en la que es oprimido y pisoteado y mantenido en ignorancia en cuanto a los propósitos de su amo. No, sino que al llegar a ser esclavos lealmente obedientes de Dios y de su Hijo, uno llega a ser amigo de ellos. Es confortador pensar en las palabras de Jesús a sus seguidores leales: “Ustedes son mis amigos si hacen lo que les estoy mandando. Ya no los llamo a ustedes esclavos, porque el esclavo no sabe lo que su amo hace. Pero los he llamado amigos, porque todas las cosas que he oído de mi Padre se las he hecho saber a ustedes.” (Juan 15:14, 15) Desemejante a la acostumbrada relación fría y formal del amo para con los esclavos, los que siguen a Jesús, aunque son esclavos, también son sus amigos. Jesucristo demostró su amistad entregando su alma “a favor de sus amigos.” (Juan 15:13) El precio que Jesús pagó fue su propia sangre preciosa; así esta amistad no nulifica el hecho de que los cristianos son esclavos de Dios y de Jesucristo. Si desean mantener su amigable relación de esclavos y amo, los cristianos deben guardarse de granjearse vínculos amigables con este mundo y su amo satánico, el Diablo. Nadie puede ser esclavo de dos amos.

      16. ¿Qué parábola relató Jesús concerniente a un mayordomo doméstico, y qué punto aclaró Jesús?

      16 ¿Cómo podemos granjearnos la amistad de Jehová y de su Hijo, y por qué es urgente que lo hagamos ahora? En el libro de Lucas 16, en el capítulo dieciséis, Jesús dio una parábola acerca de un criado, un mayordomo que estaba a punto de perder su trabajo y el cual mostró sabiduría práctica granjeándose amigos con las riquezas. El mayordomo de la parábola de Jesús no recibía salario, como es la costumbre hoy día. Cuando fuera despedido de su trabajo, tendría que vivir de limosna o efectuar trabajo servil tal como el cavar. No siendo lo bastante fuerte para cavar y no deseando vivir de limosna, el mayordomo redujo varias deudas que los hombres debían a su amo. Cuando perdiera su mayordomía, así tendría gente que lo recibiría en sus hogares; porque se había granjeado la amistad de ellos por medio de las riquezas. Ahora no tendría que ganarse la vida de la manera odiosa por medio de cavar o de manera humillante por medio de vivir de limosna. Tenía buen discernimiento en cuanto al futuro, y obró con sabiduría práctica al usar riquezas o bienes materiales para granjearse amigos. Por eso Jesucristo dice que los cristianos deberían obrar con una sabiduría práctica semejante a ésa: “También, les digo a ustedes: Granjéense amigos por medio de las riquezas injustas, para que, cuando las tales fracasen, ellos los reciban a ustedes en los lugares de habitación eternos.”—Luc. 16:9.

      17. (a) ¿Qué poseen Jehová y Jesucristo, y qué deja de considerar mucha gente? (b) En contraste con la incertidumbre de las riquezas y la vida en este mundo, ¿qué conocimiento concerniente a las promesas de Dios debería impulsarnos a emprender el derrotero de la sabiduría práctica?

      17 Jehová Dios y Jesucristo son los únicos poseedores de “los lugares de habitación eternos.” Recibirán en estos “lugares de habitación eternos” únicamente a sus amigos. En este día y era cuando muchas personas están profundamente preocupadas y perturbadas a causa de las escaseces de alojamiento, el alto costo del alojamiento y los elevados impuestos prediales, probablemente piensen poco en el asunto de asegurarse lugares de habitación eternos en el nuevo mundo de justicia de Dios. No solo es un nuevo mundo en el cual “la justicia habrá de morar,” sino que será un mundo del cual Dios nos asegura: “La muerte no será más, ni habrá más duelo ni lloro ni dolor. Las cosas anteriores han pasado.” (2 Ped. 3:13; Apo. Rev. 21:4) Esto es lo que Dios ha prometido en su Palabra. ¿Lo cree usted? Las palabras de Jehová jamás son falsas, como Josué dijo a los israelitas: “Ustedes bien saben con todo su corazón y con toda su alma que ni una sola palabra de todas las buenas palabras que Jehová su Dios les ha hablado ha fallado. Todas han resultado ciertas para ustedes. Ni una sola palabra de ellas ha fallado.” (Jos. 23:14) Teniendo la promesa infalible de Dios de un justo nuevo mundo, ¿por qué, entonces, buscar lugares de habitación permanentes en este mundo? Sería inútil aun si tratáramos, porque no solo pueden esfumarse las riquezas de la noche a la mañana, sino que la vida de uno es tan incierta como ellas. Por eso el derrotero de la sabiduría práctica es usar nuestras posesiones materiales de tal manera que nos granjeemos la amistad del Edificador de todas las cosas y de Jesucristo su Hijo, quien dijo a sus seguidores: “En la casa de mi Padre hay muchas moradas. De otra manera, se lo hubiera dicho a ustedes, porque me voy para preparar un lugar para ustedes.” (Juan 14:2) Entonces cuando las riquezas nos fallen, podemos estar seguros de una bienvenida amorosa en los “lugares de habitación eternos” del nuevo mundo.

      18. ¿Por qué el dinero no compra los dones de Dios, y quiénes pueden ser amigos de Dios?

      18 ¿Significa esto que Dios acepta sobornos o que podemos librarnos de la ira de Dios con dinero? No, de ninguna manera. Ananías y Safira pensaron que podían comprar el favor de Dios al grado de tener una reputación importante. No entendieron que el entregar dinero para comprar algo con un propósito egoísta no podía ser un acto amistoso para con Dios. Además, Simón, el que en otro tiempo practicaba artes de magia, pensó que podía comprar los favores de Dios con dinero. Averiguó que el asunto era diferente, como Pedro le dijo: “Perezca tu plata contigo, porque pensaste conseguir posesión del don gratuito de Dios mediante el dinero.” (Hech. 8:20) No, el dinero no puede comprar los dones de Dios; si ése fuera el caso, entonces los ricos tendrían ventaja y podrían comprar reservaciones en el nuevo mundo de Dios. Pero Dios no es mercenario; no es parcial. Cualquiera puede granjearse la amistad de Dios y de Su Hijo, aunque sus posesiones materiales sean pequeñas e insignificantes.

      19. (a) ¿Cómo pueden ser usados el dinero o los bienes materiales, entonces, para ganar la amistad de Dios? (b) ¿Cuál es el uso apropiado de los recursos de uno?

      19 ¿Cómo, entonces, usamos las riquezas o los bienes materiales para granjearnos la amistad de Dios? ¡No sobornando a Dios sino glorificando a Dios! Dios es dueño de todo el mundo, y “la plata es mía, y el oro es mío,” dice Jehová. “A mi me pertenece todo animal silvestre del bosque, las bestias de mil montañas.” (Agg. 2:8; Sal. 50:10) Por eso no podríamos enriquecer a Dios materialmente, pero podemos usar nuestros recursos para glorificar a Dios, hablándoles a otros de sus propósitos, dándole devoción exclusiva y amor leal. Cuando animamos a otras personas a estudiar la Biblia, cuando les traemos ayudas para el estudio de la Biblia, cuando hablamos con ellas y las ayudamos a entender los propósitos de Dios y la promesa de un justo nuevo mundo—estamos usando nuestros recursos para glorificar a Dios.

      20. ¿Por qué es apremiante granjearse la amistad de Dios ahora, y con quiénes deberíamos asociarnos?

      20 Al usar nuestros recursos para glorificar a Dios, estamos almacenando tesoro celestial y granjeándonos la amistad de los que jamás nos rechazarán, jamás nos abandonarán y que nos pueden dar el don de la vida eterna bajo el reino del cielo. Este asunto de granjearnos la amistad de Dios y de su Hijo es apremiante porque este mundo se halla ahora en su “tiempo del fin,” y pronto desaparecerá en la guerra del Armagedón de Dios. Ahora es el tiempo para mostrar que somos amigables para con Dios. Ahora es el tiempo de conseguir toda la ayuda que podamos para ganar la amistad de Dios. Por eso necesitamos asociarnos con regularidad con los que aman y obedecen a Dios, con los que Jesucristo llamó “amigos míos.” (Luc. 12:4) Asociándose con la sociedad del nuevo mundo de testigos de Jehová, millares de personas están aprendiendo el derrotero que hay que emprender para granjearse amigos ‘por medio de las riquezas injustas, para que, cuando las tales fracasen, ellos las reciban en los lugares de habitación eternos.’—Luc. 16:9.

  • Probando que somos amigos de Dios
    La Atalaya 1962 | 15 de julio
    • Probando que somos amigos de Dios

      “Oh Jehová, ¿quién será un invitado en tu tienda? ¿Quién residirá en tu montaña santa? El que esté andando sin culpa y practicando la justicia y hablando la verdad en su corazón.”—Salmo 15:1, 2.

      1. ¿Cómo describe la Biblia el nuevo mundo de Dios, y qué requisitos deberían interesarnos?

      NADIE conseguirá entrar en el nuevo mundo de Dios, para permanecer allí permanentemente como invitado de Dios, a menos que sea amigo de Dios. Dado que Dios congrega alrededor de él solo a los puros y a los buenos, hay requisitos para ser un invitado en la tienda de Jehová. Cuáles son estos requisitos debería ser el interés de cada cristiano verdadero, porque solo satisfaciéndolos puede alcanzar la bendita realización de la vida eterna en un lugar de habitación del cual la Biblia declara: “Yo vi un nuevo cielo y una nueva tierra; porque el cielo anterior y la tierra anterior habían pasado. . .Oí a una voz fuerte desde el trono decir: ‘¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos.”’—Apo. Rev. 21:1, 3.

      2. ¿Qué descripción divina se da del amigo de Dios?

      2 Al salmista David se le inspiró a poner por escrito los requisitos para ser invitado de Dios, por consiguiente amigo de Dios: “Oh Jehová, ¿quién será un invitado en tu tienda? ¿Quién residirá en tu montaña santa? El que esté andando sin culpa y practicando la justicia y hablando la verdad en su corazón. No ha calumniado con la lengua. A su compañero no le ha hecho nada malo, y no ha levantado oprobio contra su conocido íntimo. A sus ojos cualquiera despreciable ciertamente es rechazado, mas honra a los que temen a Jehová.”—Sal. 15:1-4.

      3. ¿Por qué es cuidadoso correctamente Jehová con respecto a los que serán sus invitados, y cómo se demostró este cuidado en el día de David?

      3 Que el Todopoderoso Dios recibe en su tienda como invitados solo a ciertos individuos no sorprende. Cualquiera que tiene una casa propia no recibe en ella como invitado a cualquier persona; no agasaja a toda persona. Muchos dueños de casa no permitirían que personas malas se quedaran con ellos ni aun por un corto tiempo. El mismo principio aplica en cuanto a

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