-
La cultura física era el interés principal de mi vida¡Despertad! 1973 | 22 de agosto
-
-
De inmediato me dirigí a mi empresario y a mi entrenador y les expliqué que el ser Sr. Universo ya no era una meta en mi vida y que de ahora en adelante ya no volvería a participar en ninguna exposición que me trajera alabanza. Estallaron iracundamente en una sarta de obscenidades no solamente contra mí, sino que hasta maldijeron el Nombre de Jehová. Sin embargo, me apegué firmemente a mi resolución. Alrededor de ese tiempo me dio mucho estímulo una noticia publicada en un periódico local acerca de un famoso jugador de fútbol en Inglaterra que había rechazado un contrato por un millón de dólares para seguir en las pisadas de Jesucristo como un testigo de Jehová.
Después determiné notificar mi retiro de la Iglesia Católica. La experiencia con mi empresario y mi entrenador solamente había servido para fortalecer mi decisión. Así es que ahí estaba yo, cara a cara con el sacerdote, diciéndole por qué no quería seguir siendo miembro de su iglesia. Su rostro adquirió una expresión de asombro mientras le explicaba mi deseo de llegar a ser un testigo de Jehová. Indignado, farfulló que los testigos de Jehová sencillamente me habían hecho un lavado de cerebro. Contesté que lo que estaba aprendiendo era la verdad y que estaba cabalmente apoyado por la Palabra de Dios, la Santa Biblia. Esto hizo brotar una respuesta colérica e inesperada: “¡Uno no puede creer todo lo que dice la Biblia!” Eso realmente me sorprendió, al pensar en cuántas veces había besado la Biblia y la había tratado con la mayor reverencia mientras estaba delante de la congregación. Ahora, detrás de puertas cerradas, insinuaba que el Gran Dios del Universo es indigno de confianza... no se podía creer en Su Palabra completamente. Este hombre estaba declarando sus verdaderas opiniones.
En mi mente recordé algo que él había dicho a nuestra familia cuando mi padre murió a la edad de 61 años. “El padre de ustedes tendrá que permanecer en el purgatorio por 61 años debido a sus pecados.” Sin embargo, esto sería condicional, porque cuanto más dinero diéramos para misas cantadas a favor de papá, menos sería el tiempo que él quedaría confinado a esos tormentos. Nunca nos dijo lo que la Biblia enseña... que “en cuanto a los muertos, ellos no están conscientes de nada en absoluto.” (Ecl. 9:5) ¡Este hombre había sido cómplice de uno de los más grandes engaños cometidos en perjuicio de la humanidad! ¡Qué oprobio sobre el Nombre del Dios verdadero! Sin embargo, rehusó quitar mi nombre del registro de la iglesia o entregarme mi fe de bautismo.
No había razón para seguir hablando, así es que lo dejé y fui al Ayuntamiento, donde cambié mi afiliación religiosa de católico romano a testigo de Jehová. A continuación telefoneé a mi médico y le dije que si alguna vez surgía en el futuro la necesidad de una operación en mí o en alguien de mi familia que no usara sangre, porque había aprendido que la Biblia dice que nos debemos ‘abstener . . . de sangre.’ (Hech. 15:20) Entonces cancelé mi afiliación al partido político al que pertenecía, porque sabía que Jesús había rehusado envolverse en la política, y yo quería ser su discípulo. (Mat. 4:8-10; Juan 6:15; 17:16) Sin embargo, todavía me aguardaba otra prueba.
Recibí una invitación pidiéndome que me encontrara y hablara con otro sacerdote. Todavía me querían reunir con la Iglesia Católica. En esta ocasión Jehová verdaderamente me ayudó pues me apoyé en Él por guía. En nuestra discusión, surgió el envolvimiento del papa y los sacerdotes con Hitler. En contestación a mi pregunta: “¿Está usted familiarizado con Santiago 4:4 en la Biblia donde dice, ‘Adúlteras, ¿no saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios?’” él contestó: “Eso no tiene nada que ver con nuestro caso.”
Sin embargo, le recordé de la visita del papa a las Naciones Unidas cuando le dijo a ese cuerpo: “He venido como su amigo.” “¿No constituye eso adulterio espiritual?” le pregunté. Él se puso visiblemente nervioso. Entonces mencioné que la Iglesia Católica era una parte sustancial de Babilonia la Grande, como se muestra en el libro de Revelación. “En Revelación 17:1-4,” señalé, “se dice que ella se sienta con mantos de color escarlata como una reina, y comete fornicación religiosa con los reyes de la tierra.” Ante esto se puso furioso y salió como un bólido de la habitación. Su actitud sirvió para fortalecer más que nunca mi fe en la Palabra de Jehová y en sus caminos, y le agradecí por haberme dado el valor para hablar la verdad francamente.
Desde entonces solo he reconocido como “mi fuerza” al Soberano Señor Jehová. Ya no busco la fama como Sr. Universo. La Biblia ha cambiado mi punto de vista de la vida. La verdad me ha liberado del cautiverio a los vanos deseos que una vez tenía. Ahora sé que, como se declara en 1 Timoteo 4:8, “el entrenamiento corporal es provechoso por un poco; pero la devoción piadosa . . . encierra promesa de la vida de ahora y de la que ha de venir.”
Ahora el gozo y la felicidad son mi porción diaria en la vida. Es mi más sincero deseo el usar mi fortaleza corporal y mis habilidades para alegrar el corazón del Todopoderoso del universo, Jehová.—Contribuido.
-
-
‘Realmente no es un caso especial’¡Despertad! 1973 | 22 de agosto
-
-
‘Realmente no es un caso especial’
BAJO el título: “Cirugía vascular en los testigos de Jehová,” el Journal of the American Medical Association del 10 de agosto de 1970, publicó un interesante artículo. Fue preparado por un equipo de cirujanos de Houston, Texas, entre los que estaba el Dr. Denton A. Cooley, un cirujano cardíaco.
El informe relató los resultados de veinte operaciones quirúrgicas de enfermedades vasculares congénitas o adquiridas. Entre otras cosas declaró: “Los pacientes que pertenecen a la secta religiosa de los Testigos de Jehová rehúsan ser sometidos a procedimiento quirúrgico alguno que requiera transfusión de sangre, pues les es prohibido por su interpretación literal de pasajes bíblicos como Hechos 1[5]15:20, 29, que exhortan a los que creen en Dios a ‘abstenerse de . . . sangre.’ El desarrollo de una técnica [moderna] . . . ha permitido que esos pacientes sean sometidos a cirugía de corazón al descubierto sin desafiar sus convicciones religiosas; y desde 1964, se han informado muchas operaciones de corazón al descubierto en Testigos de Jehová. Sin embargo, existe relativamente poca información en cuanto a otros procedimientos efectuados en miembros de esta fe. . . . En este documento detallamos nuestra experiencia con Testigos de Jehová que fueron sometidos a procedimientos vasculares sin transfusión sanguínea.”
“Los resultados en este grupo de Testigos de Jehová que fueron sometidos a cirugía vascular mayor se comparan favorablemente con los resultados en otros pacientes que recibieron operaciones similares . . . El reemplazo de la inmediata pérdida de sangre con dextrosa al 5 por ciento en una solución Ringer láctea y la administración del mismo fluido durante el primer período postoperatorio fue suficiente para mantener la circulación estable. La solución Ringer láctea es preferible.”
Los pacientes estuvieron entre las edades de diecisiete meses y setenta y seis años. De los veinte operados, dieciocho se recobraron y regresaron al hogar después de una permanencia promedio de una semana en el hospital. Un paciente, de setenta y cuatro años, murió de complicaciones que se iniciaron al tercer día después de la operación, y un paciente de cincuenta y dos años murió después en una subsecuente cirugía de corazón al descubierto. Pero “no pudo atribuirse ninguna complicación a no restituir la pérdida de sangre después del procedimiento vascular.”
“Puesto que es nuestra norma,” pasaron a decir los autores, “evitar el uso de transfusión de sangre siempre que es posible en todas las operaciones, el paciente que es Testigo de Jehová realmente no representa un caso especial; y podemos satisfacer sus demandas sin excesiva preocupación. Hemos encontrado que la transfusión de sangre no es un acompañante necesario de la cirugía vascular, sino que ciertamente tiene algunas desventajas, como el riesgo de hepatitis.”
-