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  • ¿Instituyó Cristo la misa?
    La Atalaya 1954 | 1 de abril
    • de las más fundamentales enseñanzas de la religión cristiana. Concerniente a ella Pablo declaró: “Porque uno es Dios, uno también el Mediador de Dios y de los hombres, un hombre, Cristo Jesús, que se dió a sí mismo como precio de rescate por todos; divino testimonio dado en el tiempo oportuno.” (1 Tim. 2:5, 6, BC) El rescate se basa en la ley de justicia de Dios, la cual exigía vida por vida.—Deu. 19:21.

      Jesucristo ofreció ese sacrificio de una vez por todas, y no se necesita repetición. Por lo tanto leemos: “Cristo ha sido una sola vez inmolado u ofrecido en sacrificio para quitar de raíz los pecados de muchos.” (Heb. 9:28, TA) “Mas éste, habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecados, está sentado para siempre á la diestra de Dios. Porque con una sola ofrenda [de sacrificio] hizo perfectos para siempre á los que ha santificado.” Y después de mostrar cómo el nuevo pacto (testamento) hará que los pecados del pueblo de Dios sean perdonados, Pablo sigue diciendo: “Pues en donde hay remisión de estos, no es ya menester ofrenda por el pecado.”—Heb. 10:12, 14-18, Scío.

      En la comparación que Pablo hizo de los sacrificios animales de la ley mosaica con el sacrificio de Cristo se destaca otra debilidad de la misa. El sacrificio de Cristo no tenía que ser repetido, porque realmente quitaba el pecado, pero los sacrificios bajo la ley eran repetidos porque éstos quitaban el pecado sólo en un sentido pictórico. El mismísimo hecho de que la misa necesita ser repetida muestra que es como los sacrificios animales, incapaz de quitar el pecado realmente.

      El hecho de que el sacerdote católico no puede aparecer en la presencia de Dios para presentar su sacrificio es prueba adicional de que Cristo no instituyó el “sacrificio de la misa.” Pablo muestra que así como el sumo sacerdote entraba en el compartimiento santísimo del templo con la sangre de los sacrificios hechos por el pecado, así Cristo entró “en el mismo cielo, para presentarse ahora delante de Dios por nosotros.”—Heb. 9:24, Scío.

      Pero puesto que “la carne y la sangre no pueden poseer el reino de Dios, ni la corrupción heredará la incorrupción,” fué necesario que Cristo fuese levantado como criatura espiritual; lo cual fué. (1 Cor. 15:50, NC; 1 Ped. 3:18, NM) Si fué necesario que el sumo sacerdote judío apareciera en la presencia típica de Dios con la sangre de los sacrificios típicos, y fué necesario que Cristo apareciera en la presencia real de Dios con el mérito de su propio sacrificio para quitar los pecados, entonces el sacerdote también tiene que aparecer en la presencia de Dios si sus sacrificios de la misa han de remover los pecados. ¿Aparece él? ¡Naturalmente que no!

      FRUTOS Y ORIGEN

      Que Cristo no instituyó la misa también se ve del hecho de que en la misa sólo el ministro oficiante participa del vino. Esforzándose por justificar esta desviación del ejemplo e instrucciones de Cristo, el catecismo católico de Baltimore (1949) declara: “Cristo está enteramente presente bajo las apariencias del pan, y también enteramente presente bajo las apariencias del vino. Por lo tanto, nosotros lo recibimos a Él completo y entero bajo las apariencias del pan solo o del vino solo.”

      Aun si fuéramos a conceder, por llevar el argumento a un extremo, que la Iglesia católica superó el método de Cristo, ¿qué justificación puede haber para la acción del papa Pío II, el 31 de marzo de 1462, de amenazar excomulgar a todos los que administraran tanto el vino como el pan a los legos, que era lo que muchos de los seguidores de Huss hacían en ese tiempo y contra quienes se dirigió esta amenaza? (Schaaf-Herzog Encyclopedia of Religious Knowledge, página 1046) Sobre esa base todos los cristianos primitivos, los apóstoles, incluyendo a Pedro, de quien el papa se supone que sea sucesor, deberían haber sido excomulgados, porque ninguno de ellos hizo tal distinción; en realidad, ni siquiera reconocieron una distinción de clérigos y legos, sino que apreciaron que “uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos.” (Mat. 23:8, NC) No sólo eso, sino que aun Cristo Jesús hubiera estado sujeto a la excomunión, puesto que él administró tanto la copa como el pan a los once apóstoles, después que Judas se fué.

      En vez de que Cristo instituyera la misa, o que ella encuentre su precedente en los sacrificios de la Ley, los hechos muestran que la misa es de origen pagano. Según el cardenal Newman, kirie eleison, “¡Señor, ten piedad de nosotros!,” las cuales palabras, puestas en música, comienzan el primer movimiento de la misa de la Iglesia católica romana, son de origen pagano y han sido “santificadas por su adopción en la Iglesia.”—An Essay on the Development of Christian Doctrine, página 373.

      La característica incruenta del sacrificio de la misa se remonta hasta la antigua Babilonia. (The Two Babylons, Híslop, páginas 156-158) Las hostias usadas en la misa tienen que ser redondas. Aquí de nuevo no hay nada en las Escrituras que apoye este requisito, pero sí encontramos un precedente en el antiguo Egipto. Dice Wílkinson, en su obra Egyptians, vol. 5, página 353: “La delgada tortita redonda aparece en todos los altares” y era un símbolo del sol. El requisito de que la persona tiene que haber ayunado desde medianoche hasta el tiempo de la misa tampoco encuentra apoyo en las Escrituras, porque los apóstoles acababan de comer la pascua cuando Jesús les ofreció el pan y el vino. (Mat. 26:26) Pero tal costumbre sí predominaba en tiempos antiguos entre los pueblos paganos.

      El tratar de injertar tales enseñanzas y prácticas paganas resulta en muchas inconsistencias, como ya hemos visto. Dos más de ellas pueden notarse. Cristo Jesús es el sumo sacerdote. (Heb. 8:1) No obstante en la misa está a la disposición de todo sacerdote católico. Según la enseñanza católica Cristo Jesús es un miembro de un Dios trino y uno, de la trinidad, ¡lo cual significaría que en la celebración de la misa la gente se está comiendo a su Dios!

  • Amenazas no pudieron intimidar a “oveja”
    La Atalaya 1954 | 1 de abril
    • Amenazas no pudieron intimidar a “oveja”

      AL ESFORZARSE por luchar contra la verdad, las fuerzas del error siempre recurren a amenazas de daño de alguna clase u otra. Pero cuando los hombres de buena voluntad obtienen conocimiento y entendimiento de los propósitos de Jehová, dichas amenazas se hacen en vano. Algo que sirve para ilustrar que así sucede es la siguiente experiencia relatada por un representante viajero de la Sociedad Watch Tówer en Quebec.

      “En San Luis de Gonzaga vivía un católico muy devoto que jamás faltaba a la misa y comunión los domingos aunque vivía a tres millas de la iglesia. Hace aproximadamente un año, o a fines de 1952, asistió a mi discurso público en Sta. Germain, a unas doce millas de San Luis. Previamente había obtenido una Biblia, y esa noche, aunque todavía bastante temeroso, se suscribió a La Atalaya y ¡Despertad! y obtuvo otras ayudas de estudio bíblico. Había comenzado a leer su Biblia y ahora estudiaba las publicaciones de la Sociedad que explican la Biblia. Incidentalmente, él había dicho al misionero testigo, de quien había obtenido la Biblia, que no volviera a visitarlo ya que él era católico. Sin embargo, un mes después que hubo asistido al discurso en Sta. Germain se le invitó a asistir a una asamblea de testigos de Jehová en Trois Rivieres. Hizo esto y como resultado regresó con tal gozo y convicción

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