-
La apatía espiritual atormenta al cleroLa Atalaya 1954 | 15 de mayo
-
-
¡Los responsables de alimentar al rebaño! “Por sus palabras serán condenados.” (Mat. 12:37, NM) ¡Condenados por sí mismos están los clérigos! Su propia boca admite que su rebaño es apático, que se está muriendo de inanición, que tiene hambre. La alacena del clero está llena de estupefacientes tradiciones y credos pero vacía de alimento espiritual. Como se predijo, hay un hambre, “no hambre de pan, ni escasez de agua, sino de oír las palabras de Jehová.”—Amós 8:11.
Debido a que los clérigos no tienen alimento espiritual han recurrido a ritualismo, procesiones, catedrales imponentes, coros, idioma anticuado y lenguas muertas. Esto esconde su alacena desprovista, pero no esconde los efectos del hambre—¡la apatía espiritual! Jesús predicó un mensaje claro e inspirador, el Reino como la esperanza del inundo. Hoy los testigos de Jehová están trayendo a la gente hambrienta las buenas nuevas del reino de Dios. Pronto la guerra del Armagedón exterminará al paganismo y la cristiandad. (Jer. 25:29, 33) El nuevo mundo de Dios será introducido. Por eso ahora es el tiempo de dejar de ‘gastar dinero por lo que no es pan.’ ¡Ahora es el tiempo para huir de las iglesias heridas por el hambre de la cristiandad! Ahora es el tiempo para alimentarse con sólido alimento espiritual. Sí, ahora es el tiempo de despertar a la esperanza de que la vida infinita en el nuevo mundo paradisíaco de Jehová puede ser de usted.—Isa. 55:2; Apo. 18:4; 21:1, 4; 22:17.
-
-
¿Hubiera Cristo proclamado un “Año Mariano”?La Atalaya 1954 | 15 de mayo
-
-
¿Hubiera Cristo proclamado un “Año Mariano”?
CRISTO Jesús mientras estuvo sobre la tierra guardó la ley de Dios perfectamente. Por lo tanto les tuvo debido respeto a su padre adoptivo y su madre, porque la ley de Dios requería que él los honrara. Pero si estuviera él presente hoy día ¿proclamaría un “Año Mariano” como proclamó su presunto vicegerente, el papa de Roma?
¿Un “Año Mariano”? Sí, el Times de Nueva York del 27 de septiembre de 1953 informó que el 8 de septiembre, que, incidentalmente, se pretende que es el cumpleaños de María, el papa publicó su vigésima quinta encíclica, la cual él llamó “Fulgens Corona,” es decir, la “Corona fulgurante,” en la cual designó al 1954 como un “Año Mariano” por el hecho de que había de ser dedicado a la veneración de María.
En esta encíclica el papa pidió que todos los cristianos, católicos y no católicos sin distinción, hicieran del año uno de oración especial. Entre las muchas cosas por las que habían de orar, tres fueron recalcadas en particular: la paz del mundo, la unidad de la iglesia, y libertad para la iglesia en tierras totalitarias. Ninguna peregrinación había de hacerse a Roma, ya que éste sólo era un “Año santo pequeño”; sin embargo, toda iglesia católica sería un santuario especial, con énfasis especial en el caso de iglesias que llevan el nombre de María y santuarios especiales donde se dice que ha aparecido, tal como el de Lourdes, Francia.
¿Y por qué designó el papa al 1954 como un año mariano? Porque es el centésimo aniversario de la promulgación del dogma de la concepción inmaculada de la Virgen María, que, según el párrafo inicial de esta encíclica, sostiene “que la Beatísima Virgen María, en el primer instante de su concepción, fué preservada de toda mancha de culpa original por singular gracia y privilegio de Dios Omnipotente, atendidos los méritos de Jesucristo, salvador del género humano.”
¿APOYO BÍBLICO?
El que Cristo Jesús hubiera proclamado o no un año mariano dependería ante todo de si María fué concebida sin pecado o no. Como cristianos nosotros, por supuesto, aceptamos la Palabra de Dios como autoridad nuestra. ¿Encontramos en ella algo que apoye el dogma bajo discusión? No encontramos nada. Aun la Catholic Encyclopedia, vol. VII, página 675, admite que “ninguna prueba directa o categórica y estricta del dogma puede sacarse de la Escritura.” ¿No es extraño que un dogma, la negación del cual merece excomunión, no se mencione absolutamente en las Escrituras? ¿Y que aun tales “padres” de la iglesia primitiva como Orígenes, Basilio y Crisóstomo no se hayan adherido a él?
Sí, sería extraño el que un dogma esencial para la salvación no se mencionara en las Escrituras. Pero la realidad es que no sólo no se menciona el dogma de la concepción inmaculada de María en las Escrituras sino que ellas enseñan precisamente lo contrario. Clara e inequívocamente declaran: “Pues todos pecaron y todos están privados de la gloria de Dios.” “Todos habían pecado.” “Si decimos que no hemos pecado, le desmentimos y su palabra no está en nosotros.”—Rom. 3:23; 5:12; 1 Juan 1:10, NC.
También sabemos por las Escrituras que Jesús fué una excepción a lo susodicho. Repetidamente se nos asegura que él fué sin pecado: “El cual no cometió pecado alguno.” Él fué “santo, inocente, inmaculado, segregado de los pecadores,” y, aunque fue tentado en todo sentido como somos tentados nosotros, no obstante permaneció “fuera del pecado.” (1 Ped. 2:22; Heb. 7:26, TA; 4:15, NC) Además, él no podría haber dado su vida como rescate si hubiera estado contaminado con el pecado.—Mat. 20:28; 1 Tim. 2:5, 6, NC.
Pero ni una palabra encontramos acerca de que María también haya sido una excepción. Si es necesario que se nos recuerde repetidamente en las Escrituras que Jesús no tuvo pecado, ¿no sería aun más imperativo el que la excepción de María se trajera a nuestra atención clara, estricta y categóricamente, si ella también fuera una excepción? El alegar que era necesario que María fuera sin pecado para que Jesús pudiera estar sin pecado hubiera hecho necesario que tanto el padre como la madre de María estuvieran sin pecado, ¡y así sucesivamente hacia atrás! No, las Escrituras no admiten el dogma de la concepción inmaculada de María y por eso Cristo Jesús no hubiera proclamado un año mariano en celebración del centésimo aniversario de su promulgación.
¿MARÍA SIEMPRE VIRGEN?
Aunque las Escrituras declaran que ‘en pecado nos concibió nuestra madre,’ la pretensión se hace de que María es “siempre virgen” y por lo tanto pudo haber permanecido libre de pecado. Pero ¿qué dicen las Escrituras? En Mateo 1:25 (Scío) leemos que José no “conoció” a María, es decir, no tuvo relaciones sexuales con ella, “hasta que parió a su hijo Primogénito.” Claramente lo que se deduce es que después que Jesus nació José tuvo relaciones sexuales con ella. Además note que Lucas también se refiere a Jesús como el “Hijo primogénito” de María, lo que denota que ella tuvo otros hijos. ¿Por que no manifestó claramente Mateo que José nunca tuvo relaciones sexuales con María, y por qué no manifestó Lucas que María dió a luz a Jesús como hijo único? Porque los dos sabían que María tuvo otros hijos, que ella no fué “siempre virgen.”—Sal. 50:7a; Luc. 2:7, TA.
-