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“Recíbanse con gusto los unos a los otros”La Atalaya 1982 | 15 de enero
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“Recíbanse con gusto los unos a los otros”
“Recíbanse los unos a los otros, como el también Cristo los recibió a ustedes, para la gloria a Dios.”—Rom. 15:7, Versión Popular.
1. (a) ¿A cuántos se les ha dado la bienvenida a la Organización de las Naciones Unidas como miembros de ella? (b) ¿Qué no ha podido producir ésta, y por eso qué se teme constantemente?
HASTA la fecha, se ha dado la bienvenida a 154 naciones a la Organización de las Naciones Unidas. No todos sus Estados miembros tienen la misma ideología política. Hasta abrigan actitudes hostiles, pero en las N.U. tratan de ser “enemigos amistosos.” Parece que han captado la veracidad de lo que expresó un periodista y poeta norteamericano al decir: “Unidos... perduramos. Divididos... fracasamos.” La O.N.U. afirma ser una organización para la paz y seguridad mundial. No obstante, durante todos estos años desde que terminó la II Guerra Mundial en 1945, no ha producido lo que dijo el político norteamericano Wendell Wilkie: “Un solo mundo, un solo gobierno.” De modo que se teme cada vez más el estallido de la III Guerra Mundial con armas nucleares.
2. Aun dentro de una nación, ¿qué cosas pueden militar en contra de que a un ciudadano lo reciban con gusto sus conciudadanos?
2 Puede que hasta en una nación que sea miembro de las N.U., sus ciudadanos no reciban con gusto dentro de su grupo social a todos los demás conciudadanos. Existen prejuicios que controlan los asuntos. Los ricos no reciben gustosamente a los pobres. Los miembros de una religión no reciben con gusto a personas de otra religión. Los afiliados a un partido político rehúsan dar la bienvenida a los que son de un partido político opuesto. Las personas que han recibido instrucción superior no consideran a las que han recibido poca o ninguna instrucción dignas de su atención. Hasta el color de la piel de una persona puede militar en su contra en el caso de gente de piel de otro color. Los orígenes raciales pueden influir en el asunto. No se ve que se acepte de modo general y uniforme a un individuo sobre la base de que sea miembro socio de una familia humana grande. Por lo tanto, las aversiones y hostilidades personales determinan a qué lugares la persona puede conseguir entrada.
3. (a) ¿Cómo no ha sido la cristiandad una excepción a las cosas que se han mencionado? (b) ¿Han dado mejor resultado las N.U. que la Sociedad de las Naciones en cuanto a ser una expresión del reino de Dios mediante Cristo?
3 La cristiandad no es excepción a todo lo que se ha descrito aquí, aunque se supone que sea una sociedad de naciones cristianas. Puesto que son cristianas solo de nombre, vez tras vez han violado lo que se profetiza en Isaías 2:4: “Tendrán que batir sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni aprenderán más la guerra.” En la cristiandad las personas que son cristianas solo de nombre pelean patrióticamente en pro de sus propios lazos nacionales aunque resulte en la muerte de ellos mismos o la de sus contrarios. No hallan que la organización de las Naciones Unidas les proporcione razón sólida para regocijarse, a pesar de que allá en diciembre de 1918 el Concilio Federal de las Iglesias de Cristo en América llamó a la Sociedad de las Naciones, que entonces se había propuesto, “la expresión política del reino de Dios en la Tierra.” Ciertamente la Organización de las Naciones Unidas no ha resultado ser una expresión del reino de Dios por medio de Cristo.
4. Dado que Pablo fue uno de los que citaron de las profecías de Isaías, ¿qué dijo él acerca de ‘las cosas escritas en tiempo pasado’?
4 No obstante, las palabras supracitadas acerca de que las naciones no alzarían espada unas contra otras y que no aprenderían más la guerra están resultando ciertas en el caso de los que son verdaderos imitadores de Jesucristo. Este Hijo pacífico de Dios citó muchas veces de las profecías de Isaías que habían sido escritas mucho tiempo antes. Lo hizo a fin de instruir a sus seguidores. Uno de estos seguidores, el apóstol Pablo, escribió a los discípulos de Cristo radicados en Roma en el primer siglo y les recordó: “Porque todas las cosas que fueron escritas en tiempo pasado fueron escritas para nuestra instrucción, para que por medio de nuestra perseverancia y por medio del consuelo de las Escrituras tengamos esperanza.”—Romanos 15:4.
5. En lo que tiene que ver con perseverancia, ¿quién dio el mejor ejemplo a Pablo y a compañeros cristianos?
5 Al cumplir las cosas que en tiempo pasado fueron escritas en las Sagradas Escrituras, Jesucristo soportó vituperio y persecución aun al grado de sufrir una muerte ignominiosa en un madero como si hubiera sido un criminal político. Puesto que perseveró hasta tal extremo, llegó a ser un ejemplo perfecto para sus discípulos que los fortalecería para que perseveraran hasta el fin.
6. (a) ¿Qué muestra que, al estar en el madero, Jesús mantuvo firmemente asida su esperanza, y cómo se le fortaleció para que perseverara? (b) Como en el caso de Jesús, ¿qué es cierto acerca de sus seguidores respecto a la esperanza y la perseverancia?
6 Puesto que perseveró constantemente hasta el fin de su carrera terrestre, Jesús mantuvo firmemente asida la esperanza que Dios le había dado. Por eso, pudo decirle al ladrón compasivo que fue fijado a un madero al lado de él: “Verdaderamente te digo hoy: Estarás conmigo en el Paraíso.” (Lucas 23:43) Durante aquellas horas penosas en que estuvo en el madero de tormento, Jesús sacó mucho consuelo de recordar las cosas “escritas en tiempo pasado” que se referían a él, y así fue fortalecido poderosamente. Así mismo, sus seguidores dedicados que sufren los vituperios amontonados sobre Jehová Dios y Jesucristo mantienen firmemente asida su esperanza para el futuro, inspirada por las Escrituras. Ellos también derivan muchísimo consuelo de las Escrituras que fueron “escritas en tiempo pasado.” La esperanza de ellos, basada en las Escrituras sumamente fidedignas, “no conduce a la desilusión.”—Romanos 5:5.
7. La entera congregación debe tener la actitud mental ¿de quién?, y, ¿cómo afecta esto el que glorifiquen a Dios?
7 Lo que nosotros debemos hacer es tener el estado de ánimo que Jesucristo tuvo durante todo lo que él sufrió en un mundo enemigo. En armonía con esto, el apóstol Pablo formuló esta oración: “Ahora que el Dios que suministra perseverancia y consuelo les conceda tener entre ustedes la misma actitud mental que Cristo Jesús tuvo, para que, de común acuerdo, con una sola boca glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.” (Romanos 15:5, 6) Al esforzarnos por tener esa actitud mental y así imitar a nuestro Dechado, Jesucristo, nos mantendremos unidos como congregación de sus discípulos. El que un grupo tenga la misma actitud mental resulta en que se hagan expresiones similares. Así parece como si “una sola boca” estuviera hablando por toda la congregación con mayor fuerza y grandiosidad. Esto es sumamente apropiado. Jamás pudiera recalcarse demasiado la importancia de glorificar unidamente a Dios el Padre y a nuestro Señor Jesucristo. Nuestras voces deben combinarse armoniosamente con respecto a Aquel que ha de ser glorificado. De otro modo el oyente se confundiría respecto al mensaje que se quiera transmitir.
Una bienvenida como la que dio Cristo
8. ¿Qué pudiera haber tendido a afectar la unidad de la congregación de Roma a la que Pablo escribió su carta?
8 En muchas organizaciones o sociedades de este sistema de cosas puede que muchos tiendan a no recibir gustosamente a los recién llegados debido a prejuicios nacionales o raciales. Las diferencias que hay en la cantidad de instrucción que se ha recibido pueden desempeñar un papel, o puede que haya diferencias religiosas. Puede que allá en la Roma antigua del primer siglo E.C. haya habido razones naturales para estas cosas divisivas.
9. ¿De quiénes se componía la congregación romana en aquel entonces, y qué pudiera haber producido las diferencias en cuanto a con quiénes preferían asociarse los individuos?
9 El apóstol Pablo todavía no había llegado a Roma, aquella ciudad cosmopolita e imperial, pero, puesto que esperaba llegar allá dentro de poco, escribió su carta inspirada a la congregación que estaba radicada allí. Después de llamar atención a lo abordable que era Jesucristo como el dechado perfecto, Pablo pasó a decir: “Por lo tanto recíbanse con gusto los unos a los otros, así como el Cristo también nos recibió con gusto a nosotros, con gloria a Dios en mira.” (Romanos 15:7) En primer lugar, entre “todos los que están en Roma como amados de Dios, llamados a ser santos,” había judíos naturales circuncisos y gentiles, o sea, no judíos incircuncisos, hombres libres y esclavos. (Romanos 1:7; 3:1-6; Filipenses 4:22) Se ve, pues, que entre aquellos cristianos romanos había personas de diferentes antecedentes religiosos y posición social, todo lo cual producía variedades de puntos de vista y de sentimientos concienzudos. Esto también pudiera haber resultado en preferencias en cuanto a con quién asociarse.
10. ¿Cómo fijó Jesús el modelo en cuanto a cómo debemos recibirnos los unos a los otros, y qué tenía él en mira al hacerlo así?
10 Dejando todo eso a un lado, Pablo exhortó a todos a que ‘se recibieran con gusto los unos a los otros,’ haciéndolo de modo afectuoso, cordial, sincero, debido a tener aprecio genuino a un compañero cristiano, un compañero de creencia. Había un modelo perfecto el cual seguir respecto a esto, porque Pablo dice que debemos hacerlo “así como el Cristo también nos recibió con gusto a nosotros.” Cuando Jesús estuvo en la Tierra, ¿no dijo él: “Al que viene a mí de ninguna manera lo ahuyentaré”? (Juan 6:37) ¡Sí! Como hombre perfecto, él pudiera habernos mantenido a cierta distancia debido a nuestras imperfecciones y condición pecaminosa. Pero no lo hizo. ¿Por qué no? Pablo declara la razón al añadir estas palabras: “Con gloria a Dios en mira.” Al recibir con gusto a todos los que creyeran en él, Cristo glorificó a Dios, puesto que así se ensalzaba la magnanimidad de Dios y su deseo de que todos los humanos se salvaran por medio del sacrificio de rescate de su Hijo Jesucristo. Era justamente como Jesús mismo dijo: “Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.”—Juan 3:16.
11. ¿Por qué resulta en gloria para Dios el que se les dé una bienvenida afectuosa a los recién llegados?, y por eso, en Galilea, ¿qué dijo el resucitado Jesús que hicieran sus discípulos?
11 Así mismo, cuando nosotros, como imitadores de Jesucristo, recibimos a todos los que buscan la verdad y les damos una bienvenida afectuosa a la congregación a pesar de su raza, color, anterior afiliación religiosa, posición social o educación seglar, esto contribuye a la gloria de Dios. Da a todos los que se reciben así un punto de vista correcto tocante a Jehová Dios. Manifestando que él estaba dispuesto a recibir en la congregación, de la que él era el Cabeza espiritual, a todos los creyentes verdaderos, el resucitado Jesús informó a sus discípulos en “Galilea de las naciones” lo que deberían hacer, diciendo: “Vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado.”—Isaías 9:1; Mateo 28:16-20.
12. (a) ¿De qué nos sirve a nosotros el que tengamos en mira la gloria de Dios cuando recibimos con gusto a otros? (b) ¿Cómo sirve nuestro ir de casa en casa para contrarrestar el que se acuse a Dios de derramamiento de sangre?
12 Cuando damos la bienvenida sin distinción a todos los que vienen, nos sirve de verdadero estímulo recordar que lo estamos haciendo “con gloria a Dios en mira.” Mueve a los que han recibido tal bienvenida a reconocer la generosidad afectuosa de Dios y a glorificarlo ellos mismos. Cuando salimos de nuestros lugares de reunión y vamos de casa en casa para proclamar las buenas nuevas del reino de Dios a todas las personas con quienes nos encontramos, demostramos que ‘nos recibimos con gusto los unos a los otros, así como el Cristo también nos recibió con gusto a nosotros, con gloria a Dios en mira.’ El proceder así resulta en gloria para el Dios de quien somos Testigos, sea que las personas a quienes visitamos aprecien el mensaje del Reino o no. Las personas que reciben con gusto el mensaje del Reino por fin participarán en glorificar al Dios que les envió sus mensajeros del Reino. Los que no reciben con gusto el mensaje de salvación que Dios nos ha dado comprenderán en algún tiempo del futuro que Jehová Dios había pensado en ellos y les había enviado sus fieles Testigos, lo cual los dejará sin motivo para criticar a Dios. (Ezequiel 33:33) Así Dios permanece libre de acusación en cuanto a la sangre de ellos.
De carpintero a “ministro”
13. ¿Por qué no se puede acusar a Dios de parcialidad por haber dado las primeras oportunidades a un pueblo menos populoso que el resto del mundo?
13 Pero, ¿quiénes tuvieron la primera oportunidad para beneficiarse de la provisión de Dios? Fue el pueblo por medio del cual recibimos la Santa Biblia. Fueron los judíos naturales. Bueno, pues, ¿no estaba Dios mostrando parcialidad, especialmente cuando recordamos que los no judíos eran mucho más numerosos que los judíos circuncisos aun hace 1.900 años? Superficialmente, pudiera parecer así. Pero Dios tuvo que comenzar en alguna parte, y comenzó con aquellos a quienes había hecho promesas especiales por medio de los antepasados de ellos, a saber, los judíos circuncisos. Sin embargo, los beneficios finales que resultarían de seguir Dios este proceder no estarían limitados estrictamente a los judíos naturales o hebreos. Así que, ¿hay motivo justo para quejarse acerca de eso? ¡De ninguna manera!
14. Por eso, ¿qué clase de hombre estaba obligado a llegar a ser el Hijo de Dios del cielo, y qué bienvenida le dieron los que eran de su propia clase?
14 No olvidemos nunca que hubo hombres dignos a quienes Dios había hecho promesas inquebrantables respecto a sus descendientes naturales, los judíos. Por consiguiente, el Hijo de Dios tuvo que descender del cielo a fin de cumplir aquellas promesas de su Padre celestial. Esto lo obligó a nacer como miembro de una raza que era objeto de odio internacional, el pueblo con quien Dios hizo un pacto nacional. Sin embargo, aun como judío, el Hijo de Dios no fue recibido con gusto por la mayoría de los consocios judíos, tal como dice un escritor de la historia terrestre del Hijo de Dios, a saber: “Vino a su propia casa, pero los suyos no lo recibieron.”—Juan 1:11.
15. ¿Qué clase de trabajo hizo Jesús en Nazaret, y al hacerlo, estaba sirviendo como “ministro de los circuncisos”?
15 Por eso, a la congregación cristiana que estaba en Roma, de la cual no todos eran judíos naturales, el apóstol Pablo, que era judío, escribió: “Porque digo que Cristo realmente vino a ser ministro de los circuncisos a favor de la veracidad de Dios, para confirmar las promesas que Él hizo a los antepasados de ellos, y para que las naciones glorificasen a Dios por su misericordia.” (Romanos 15:8, 9a) Al ir creciendo Jesús, aprendió a ser carpintero en Nazaret de Galilea, en el hogar de su padre adoptivo, el judío circunciso José. Dado que Jesús nació en la tribu de Judá, no pertenecía a la familia sacerdotal ni a la tribu de los levitas que servían en el templo. Naturalmente, no podía ingresar en las filas de los siervos del templo en Jerusalén. Pero, ¿vino a la Tierra Jesús, el Hijo de Dios, simplemente para servir y morir como carpintero? ¡No! Por eso, el que él llegara a ser “ministro de los circuncisos” significaba mucho más que el llegar a ser carpintero como su padre adoptivo José.
16. A fin de servir a más personas que a las de su propio pueblo de Nazaret como carpintero, ¿qué procedió a hacer Jesús?
16 Si Jesús hubiese persistido en su carpintería en Nazaret y no hubiera progresado más en la vida, ciertamente no habría cumplido con el ministerio que fue predicho para él. Por eso, su Padre celestial, Jehová Dios, lo inició en algo diferente, para que fuera “ministro de los circuncisos,” no solo de los habitantes de Nazaret, sino de la nación entera. Por consiguiente, a los 30 años de edad dejó para siempre el oficio de carpintero.
17. ¿Qué comparación hay entre el trabajo de Jesús, después que fue bautizado y ungido, y el servicio del sumo sacerdote judío en el templo?
17 ¿Qué clase de trabajo emprendió Jesús después de ser bautizado por Juan el Bautizante, quien era levita, y de ser bautizado con el espíritu santo de Dios? ¿Era un servicio inferior a aquel que desempeñaban los sacerdotes del templo y los levitas, quienes eran verdaderos “ministros” de Dios en Jerusalén? Ciertamente todo el que esté familiarizado con los hechos reconoce que él emprendió un servicio oficial, un “ministerio,” y no simplemente una profesión religiosa. Tal como lo expresa la Versión Moderna de la Biblia: “Cristo fué hecho ministro de la circuncisión, a causa de la fidelidad de Dios, para confirmar las promesas dadas a los padres.” (Romanos 15:8; también la Versión Hispanoamericana) Es innegable que él estaba ejecutando un servicio nacional, que estaba ocupando un puesto ministerial, no por el nombramiento de algún hombre, sino el de Dios, el Soberano Universal. Lo que Jesús hizo después de cambiar de ocupación en la Tierra fue muchísimo más importante que el servicio religioso que el sumo sacerdote judío rendía en Jerusalén.
18. Aunque no lo reconoció como “ministro” ninguna nación terrestre, ¿por qué fue “de los circuncisos” que Jesús llegó a ser “ministro”?
18 Tal como Jesucristo no podía desempeñar ningún servicio religioso en el templo de Jerusalén y así competir con los sacerdotes y levitas que servían ahí, no podía desempeñar, y, por supuesto, no desempeñaría ningún servicio religioso en ningún templo de las naciones no judías, en Roma, Atenas ni en ningún otro sitio. No obstante, estaba obligado a llegar a ser “ministro de los circuncisos” por respeto a la veracidad de Dios. ¿Cómo es eso? Pues, tenía que “confirmar las promesas que [Dios] hizo a los antepasados de ellos,” que eran hebreos, no gentiles. Por ejemplo, el ‘antepasado’ de ellos, Abrahán, tuvo muchos hijos de tres mujeres, pero Dios escogió al único hijo que Abrahán tuvo de su primera esposa, Sara, para que recibiera la promesa abrahámica, es decir, a Isaac. A su vez, Isaac tuvo hijos gemelos, pero Dios escogió al gemelo más joven, Jacob, a quien más tarde se llamó Israel, para transmitirle la promesa abrahámica respecto a la “descendencia” por medio de quien se bendeciría a todas las naciones de la Tierra. Con el tiempo, los 12 hijos de Jacob produjeron las 12 tribus de Israel, con las cuales, como nación, Dios hizo su pacto nacional por medio del profeta Moisés en calidad de mediador.
19. ¿Por qué no nació Jesús en la tribu de Leví, y quiénes le dieron la bienvenida a la Tierra, y dónde?
19 Más adelante, después que la nación de Israel optó por tener un rey humano como representante visible de Jehová, Jehová hizo Su promesa respecto a la realeza al rey David de la tribu de Judá. Por lo tanto, el Mesías prometido, o Cristo, tenía que venir de la familia de David. Esto explica por qué Jesús nació en el pueblo natal de David, Belén, como heredero de David, nacido de la virgen María, quien era de la tribu de Judá. Ángeles celestiales le dieron la bienvenida a la Tierra. Así que el Hijo de Dios no pudo escaparse de nacer judío. Las promesas inquebrantables de Dios su Padre tenían que ser confirmadas o vindicadas. Dios no iba a dejar que se le probara mentiroso.
20. Aunque Jesús llegó a ser uno “de los circuncisos,” ¿qué esperaba a las naciones no judías, y por qué?
20 Jesús tuvo mucho gusto en cooperar con su Padre celestial. Por eso, “realmente vino a ser ministro de los circuncisos.” A él se le circuncidó como uno de ellos. Por tres años y medio después de la muerte y resurrección de Jesús se extendió favor especial a los judíos circuncisos. No obstante, a los gentiles incircuncisos, o no judíos, les esperaba una bienvenida a la organización teocrática de Jehová. Esto habría de realizarse en confirmación de las promesas inviolables de Jehová a los hombres.
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“Alégrense, oh naciones, con su pueblo”La Atalaya 1982 | 15 de enero
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“Alégrense, oh naciones, con su pueblo”
1. ¿Por qué es que los judíos que todavía guardan la ley de Moisés no han demostrado ser “su pueblo” con el que a las naciones se les hace un llamado a ‘alegrarse’?
¿QUIÉN es “su pueblo” con el cual a todas las naciones se les hace un llamado a ‘estar alegres’? (Romanos 15:10) El pueblo judío no ha demostrado ser éste. Los judíos naturales, quienes todavía tratan de cumplir con la ley de Moisés, han sido objetos de odio y persecución durante los pasados 1.900 años desde el año 70 de la E.C., año en que las legiones romanas bajo el mando del general Tito destruyeron la antigua Jerusalén. Extraño como parezca, ni siquiera los judíos naturales mismos se han regocijado con “su pueblo,” el pueblo de Jehová. En la parte final de una canción que se cantó en el año 1473 a. de la E.C., el profeta judío Moisés fue quien cantó: “Alégrense, oh naciones, con su pueblo, porque él vengará la sangre de sus siervos, y pagará con venganza a sus adversarios y verdaderamente hará expiación por el suelo de su pueblo.”—Deuteronomio 32:43
2. ¿Cuándo comenzó a efectuarse la transferencia de los discípulos de Jesús de “la autoridad de la oscuridad . . . al reino del Hijo de su amor”?
2 Cuando Pablo citó y aplicó aquellas palabras de Moisés, alrededor del 56 de la E.C., Jesús había muerto, resucitado y ascendido al cielo mucho tiempo antes, en 33 de la E.C. Por eso desde el Pentecostés de aquel año “su pueblo,” el pueblo de Jehová, eran los discípulos dedicados y bautizados de Jesucristo, ungidos con espíritu. Unos años después, alrededor de los años 60-61 de la E.C., Pablo escribió a miembros del “pueblo” de Jehová, quienes vivían en Colosas, y les dijo: “Dando gracias al padre [Jehová] que los hizo apropiados para su participación en la herencia de los santos en la luz. El nos libró de la autoridad de la oscuridad y nos transfirió al reino del Hijo de su amor.” (Colosenses 1:12, 13) Esa transferencia comenzó en el día del Pentecostés judío (6 de Siván) del 33 de la E.C., después que Jesús regresó al cielo.
3. Por aquella transferencia al reino espiritual del amado Hijo de Dios, ¿qué llegaron a ser ellos a favor del Rey?
3 Aquel día, mediante su glorificado hijo real Jesucristo, el Padre celestial primero derramó su espíritu santo sobre los discípulos que aguardaban esto, unos 120 de ellos que estaban en Jerusalén. Por eso fueron transferidos de la autoridad de la oscuridad mundana al reino espiritual del amado hijo de Dios, Jesucristo, “la luz del mundo.” (Juan 8:12) Jehová Dios preparó este reino espiritual, y Jesucristo, el rey espiritual, sirvió en éste como ministro de relaciones exteriores a favor de Jehová. Para efectuar este ministerio Jesús utiliza a sus discípulos ungidos de la Tierra como “embajadores sustituyendo por Cristo.” (2 Corintios 5:20) Según la Versión Valera Revisada (1977), son “embajadores en nombre de Cristo.” En efecto, estos “embajadores” tienen un ministerio, un servicio gubernamental.
4. (a) Por consiguiente, ¿quiénes componen el “pueblo” de Dios con el que las naciones han de ‘alegrarse’? (b) ¿En cuanto a qué han de glorificar a Dios las naciones gentiles?
4 Es con estos embajadores que todas las naciones que no son parte del Israel espiritual han de ‘estar alegres.’ ¿Por qué? Pablo, ministro cristiano en capacidad de embajador, contesta a la congregación de Roma con las siguientes palabras: “Cristo realmente vino a ser ministro de los circuncisos [los judíos naturales] a favor de la veracidad de Dios, para confirmar las promesas que El hizo a los antepasados de ellos, y para que las naciones glorificasen a Dios por su misericordia.” (Romanos 15:8, 9a) ¿De qué constaba esta misericordia de Dios para con las “naciones” gentiles?
5. (a) ¿En qué consistía la “misericordia” que Dios había mostrado a favor de los gentiles incircuncisos? (b) ¿Cuándo y con quiénes comenzó aquella “misericordia,” dándoles la entrada a dónde?
5 Allá en el primer siglo de la E.C. la misericordia de Dios consistía en esto: Jehová Dios permitió que los gentiles incircuncisos (o gente de las naciones) llegaran a estar bajo las “promesas” que El había dado a los antepasados de los judíos circuncisos. En el caso de los no judíos incircuncisos aquello comenzó en el año 36 de la E.C., cuando el centurión romano Cornelio, su familia, y amigos de Cesarea aceptaron el ministerio del apóstol Pedro, fueron ungidos con el espíritu santo de Dios y se bautizaron. (Capítulo 10 de Hechos) No sabemos si Cornelio y su familia se mudaron de Cesarea y regresaron a Italia para ser miembros de la congregación de Roma, la cual hasta entonces se componía de creyentes judíos circuncisos y probablemente “prosélitos” judíos. (Hechos 2:1-10) Pero desde entonces Dios ha mostrado misericordia a los creyentes gentiles bautizados, al admitirlos en el “reino” espiritual de su Hijo amado, prescindiendo de que sean incircuncisos.
6. (a) En los días de Pablo la “misericordia” de Dios consistía en permitir que las naciones llegaran a ser miembros de ¿qué? (b) ¿Por qué no pueden los que participan de la “misericordia” de Dios tomar parte en los ministerios de los gobiernos del mundo?
6 Así las “naciones,” fueran samaritanos circuncisos, egipcios circuncisos o personas incircuncisas no judías, fueron favorecidas con el llegar a ser miembros de la “descendencia de Abrahán,” mediante la cual todas las familias de la Tierra serán bendecidas. (Génesis 12:3; 22:15-18; Gálatas 3:3-29) Aunque actualmente éstos están en el reino espiritual del Hijo del amor de Dios, todos los que sean fieles hasta la muerte en la Tierra, serán resucitados al reino celestial de Dios. Allí reinarán con Cristo por 1.000 años para bendecir a todas las familias de la Tierra. (Revelación 20:4-6) Entretanto, mientras permanecen en la carne en la Tierra, tienen un ministerio que reciben como “embajadores sustituyendo por Cristo” y participan en el “ministerio de la palabra” acerca del reino de Jehová en manos de Cristo. Debido a esto, no pueden consecuentemente llegar a ser ministros de los gobiernos políticos de este mundo controlado por el Diablo.—Hechos 6:4.
Dando reconocimiento público entre las naciones
7. ¿Qué posición asumen estos “embajadores” tocante a los conflictos de este mundo, y por qué continúan regocijándose e invitando a otras personas a unirse a ellos en este asunto?
7 Los “embajadores” del Reino asumen estrictamente una posición neutral respecto a los conflictos del mundo. Saben que “los tiempos de los gentiles,” o “tiempos señalados de las naciones,” terminaron a principios del otoño del año 1914, en el tercer mes de la I Guerra Mundial. (Lucas 21:24) Fue en aquel tiempo que expiró el contrato que tenían las naciones para dominar el mundo. Tales naciones mundanas, incluso las de la cristiandad, obstinadamente rehusaron reconocer aquel hecho. De modo que se oponen y persiguen a los testigos cristianos de Jehová, quienes llaman la atención a aquel hecho. Tal persecución se efectúa precisamente como se predijo en las profecías bíblicas. A pesar de todo esto, los “embajadores” del reino establecido de Dios siguen adelante regocijándose. Invitan a personas de todas las naciones a regocijarse con ellos y a que se les unan en la proclamación del reino que Dios ha colocado en los hombros de Jesucristo.
8. (a) ¿Desde cuándo se ha estado reuniendo al lado del reino establecido de Dios una “grande muchedumbre” de todas las naciones? (b) ¿Qué disciernen claramente los miembros de ésta y qué experiencia misericordiosa quisieran disfrutar?
8 Desde la primavera de 1935 (mayo) una “grande muchedumbre” de personas de todas las naciones comenzaron a regocijarse con el “pueblo” de ungidos con espíritu de Jehová, quienes eran herederos de Su reino celestial. Personas alegres que componen esta “grande muchedumbre” de toda nacionalidad están profundamente interesadas en llegar a ser súbditos terrestres del reino milenario de Dios en manos de Cristo. (Revelación 7:9-17; 22:17) Disciernen claramente que al concluir los Tiempos de los Gentiles en 1914, “el reino del mundo sí llegó a ser el reino de nuestro Señor [Jehová] y de su Cristo, y él gobernará como rey para siempre jamás.” (Revelación 11:15) Reconocen que están viviendo en el tiempo en que pasarán del estar bajo los gobiernos políticos de este mundo, que están condenados a la destrucción, al reino milenario del Cristo o Mesías de Dios. Les gustaría muchísimo vivir la experiencia de este período de transición y, sin morir, entrar en el nuevo orden terrestre, bajo el reino mesiánico. Eso sería un gran despliegue de la “misericordia” de Jehová a favor de ellos.
9. (a) ¿A qué invitación han respondido los que componen la “grande muchedumbre” internacional, y cómo han simbolizado esto? (b) Como personas con cualidades de oveja, ¿cómo han hecho el bien a los “hermanos” espirituales de Cristo durante la conclusión de este sistema de cosas?
9 Sí, hasta ha sido una “misericordia” extraordinaria de Jehová el que “estas buenas nuevas del reino” se hayan ‘predicado en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones’ y hayan alcanzado a éstas. (Mateo 24:14) Desde la primavera de 1935, los que componen la “grande muchedumbre” se han beneficiado de la “misericordia” de Dios, han respondido a la invitación de dedicarse a Jehová Dios mediante Jesucristo y han simbolizado su dedicación por medio del bautismo en agua. La parábola de Jesús de las ovejas y las cabras, según está registrada en Mateo 25:31-46, muestra que tienen que hacer el bien a los escogidos de él, sus hermanos espirituales, ahora, durante esta “conclusión del sistema de cosas.” (Mateo 24:3, 31) Esto incluye el que ellos ayuden a los “hermanos” espirituales de Cristo en predicar “estas buenas nuevas del reino” hasta la venidera “grande tribulación,” una como la cual nunca ha ocurrido antes. (Mateo 24:14-22) Debido a que cooperan con el resto de “embajadores sustituyendo por Cristo,” ellos entran en una nueva condición.
10. ¿En qué nueva condición ha entrado la “grande muchedumbre,” y qué servicio han estado rindiendo con los “embajadores sustituyendo por Cristo”?
10 Los de la “grande muchedumbre” que tienen cualidades de ovejas, quienes están a la derecha de aprobación de Cristo, sirven en capacidad de enviados que representan a Cristo en el servicio sagrado de su reino. Se les entrega un “ministerio” para que sirvan a favor de los intereses de un gobierno real, “el reino de los cielos.” Por el excelente servicio que rinden con los “embajadores” del Reino, muestran su gratitud a Jehová Dios.
Se predice la alegría de las naciones
11. ¿Quién es Aquel a quien David dijo que tocaría melodía a Su nombre, y cómo lo describe?
11 El apóstol Pablo cita palabras del salmista, el rey David, cuando habla sobre cómo las naciones ‘glorificarán a Dios por su misericordia,’ y entonces Pablo sigue diciendo: “Así como está escrito: ‘Por eso es que abiertamente te reconoceré entre las naciones y tocaré melodía a tu nombre.’” (Salmo 18:49; 2 Samuel 22:50; Romanos 15:9b) El salmista inspirado describió quién era Aquel a quien él tocaría melodía a Su nombre, cuando concluyó con las siguientes palabras: “Aquel que está haciendo grandes actos de salvación para su rey y ejerciéndole bondad amorosa a su ungido, a David y a su descendencia para tiempo indefinido.”—2 Samuel 22:51.
12. (a) Cuando Jesús era un hombre en la Tierra, ¿cómo reconoció abiertamente a Jehová? (b) ¿En qué provincia dijo el resucitado Jesús a sus discípulos lo que habían de hacer como “embajadores” de él?
12 El David Mayor, a saber, Jesucristo, no dio muchas gracias ni alabó a Dios entre las naciones gentiles cuando estuvo aquí en la Tierra como hombre perfecto. Es cierto que predicó el Reino a grado limitado entre los samaritanos y a una mujer sirio-fenicia que tenía una hija a quien él libró de un demonio. Además, él efectuó mucha predicación en lo que Isaías 9:1 llama “Galilea de las naciones.” En aquel lugar hizo de Capernaum, ubicada a orillas del mar de Galilea, el centro de operaciones para su campaña de predicar el Reino. (Mateo 4:12-15) Después de su resurrección de entre los muertos, fue allá arriba en “Galilea de las naciones” donde él dijo a sus discípulos como “embajadores sustituyendo por Cristo”: “Por lo tanto vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado.”—Mateo 28:19, 20.
13. (a) ¿En qué día y cómo fueron comisionados para su ministerio embajatorio los discípulos que esperaban en Jerusalén? (b) ¿Dónde comenzaron a ‘reconocer’ públicamente a Jehová entre las naciones?
13 Unos días después de haber dado el resucitado Jesús aquella comisión a sus discípulos bautizados, llegó el día de Pentecostés del 33 de la E.C. Temprano en la mañana de aquel día, Jesús canalizó el espíritu santo de Jehová Dios sobre unos 120 discípulos que estaban en Jerusalén. Como resultado de la predicación que efectuaron aquel día, unos 3.000 judíos y prosélitos judíos aceptaron las nuevas del Reino y se bautizaron en agua. Luego, estos que recibieron el espíritu santo se unieron a la obra embajatoria como sustitutos por Cristo. Después de haberse desatado la persecución en Jerusalén, algunos comenzaron a ‘reconocer abiertamente’ a Jehová entre los samaritanos y más tarde entre los gentiles incircuncisos de nacionalidad romana y otras. A medida que oyeran que Jehová era alabado y reconocido abiertamente entre ellos, personas de toda nacionalidad invocarían Su nombre mediante Cristo por salvación misericordiosa.
14. ¿Qué fue lo siguiente que citó el apóstol Pablo de Deuteronomio 32:43, y por eso qué tenían que hacer al respecto los que pertenecían al pueblo de Jehová?
14 El apóstol Pablo cita más de la profecía para apoyar su argumento, al decir: “Y de nuevo dice: ‘Alégrense, naciones, con su pueblo.’” (Romanos 15:10; Deuteronomio 32:43) No obstante, ¿cómo podían alegrarse con el “pueblo” de Jehová personas de todas las naciones a menos que oyeran sobre él? De modo que los que pertenecían a “su pueblo” tenían que predicarles acerca de Su reino mesiánico.—Romanos 10:13-15.
15. ¿Quiénes tienen que poner en práctica lo que citó Pablo de Salmo 117:1, y mediante qué acción, para que las naciones puedan responder?
15 El apóstol Pablo da más apoyo bíblico al mencionar lo que Jehová dijo mediante Su portavoz inspirado: “Y otra vez: ‘Alaben a Jehová, naciones todas, y alábenlo todos los pueblos.’” (Romanos 15:11; Salmo 117:1) Sí, es fácil decir esto, pero, ¿cómo pueden hacer eso todas las naciones, los pueblos y las tribus a menos que les hablemos sobre Jehová y les expliquemos por qué deben alabarlo? Por consiguiente, es necesario que se efectúe una predicación internacional acerca de Su reino mediante Cristo. Este es el “ministerio” que ha sido asignado al resto de los herederos del Reino y a la “grande muchedumbre” que los acompaña en su obra.—Revelación 7:9-17.
16. ¿Cómo ha de cumplirse lo que Pablo citó de Isaías 11:10 respecto a la “raíz de Jesé”?
16 El apóstol Pablo cita las palabras de un cuarto testigo en apoyo de su argumento, al decir: “Y otra vez dice Isaías: ‘Habrá la raíz de Jesé, y habrá uno levantándose para gobernar naciones; en él cifrarán su esperanza naciones.’” (Romanos 15:12; Isaías 11:10) Jesé de Belén era padre de David, a quien Dios nombró para ser rey sobre las 12 tribus de Israel. David mismo no podía ser “raíz” de vida para su padre natural. Por eso la verdadera “raíz de Jesé” tenía que ser Jesucristo, quien nació en Belén y en la tribu real de Judá, la propia tribu de Jesé. Jesús llegará a ser una “raíz” dadora de vida para su antepasado terrestre Jesé cuando resucite de entre los muertos a éste y a su hijo David en Su reinado milenario.—Revelación 22:16.
17. Entonces, ¿quién es la “raíz de Jesé” en quien las naciones pueden cifrar su esperanza?
17 Es cierto que David ‘gobernó naciones’ después que subyugó a las naciones no judías que quedaban en la Tierra Prometida. Sin embargo, ahora David ha estado muerto desde 1037 a. de la E.C., y personas de las naciones no pueden cifrar su confianza en él. Felizmente pueden cifrar su esperanza en el David Mayor que ahora reina, Jesucristo, “la raíz y la prole de David.” (Revelación 22:16) El que ellas cifren su confianza en él, el David antitípico, no será en vano ni estará mal fundada.
18. ¿Quiénes entre todas las naciones ya han cifrado su confianza en este Gobernador prometido, y a quiénes gobierna éste ya?
18 Desde 1935 centenares de miles de personas que pertenecen a la “grande muchedumbre” que se recoge de toda nación, tribu, lengua y todo pueblo han cifrado su esperanza en el Gobernante que no las desilusionará. Prueban esto por medio de obedecer el mandato de él de predicar “estas buenas nuevas del reino . . . en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones.” (Mateo 24:14) La esperanza de toda persona de las naciones que ha muerto desde que invadió el pecado que causa la muerte en la humanidad, descansa en el Rey celestial que ahora gobierna, Jesucristo. Ya desde que fue entronizado al final de los tiempos de los gentiles en 1914, él gobierna a creyentes llenos de esperanza, quienes vienen de todas las naciones. Todavía gobernará sobre muchísimas más personas después de la resurrección de todas las que hayan sido redimidas de entre la humanidad.
19. Por consiguiente, ¿hay razón para que creyentes de todas las naciones rebosen con la esperanza a medida que transcurre el tiempo? ¿Hay razón para que estén ‘alegres’?
19 Entonces, ¿hay razón para que personas de todas las naciones ‘se alegren’ con el “pueblo” de Jehová, los israelitas espirituales? ¡Sí, hay razón de sobra! ¡Qué apropiada es aquí la amorosa bendición con la cual Pablo concluye sus citas proféticas! Pues él dice: “Que el Dios que da esperanza los llene de todo gozo y paz por el creer de ustedes, para que abunden en la esperanza con poder de espíritu santo.” (Romanos 15:13) Esta oración inspirada está cumpliéndose más allá de toda negación en todos los testigos cristianos de Jehová de todas partes del mundo. El que las profecías bíblicas se estén cumpliendo indica que nuestra gloriosa esperanza se realizará pronto. ¡”Alégrense”!
[Ilustración en la página 26]
El centurión romano Cornelio, su familia y amigos en Cesarea se beneficiaron del ministerio de Pedro
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Testigo ciego salva una vidaLa Atalaya 1982 | 15 de enero
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Testigo ciego salva una vida
Vicente es un ciego de 75 años de edad. Ha servido en España como precursor auxiliar por unos cinco años, distribuye unas 110 revistas cada mes y conduce tres estudios bíblicos. Cierta noche fría de invierno su compañero de servicio no se apareció para acompañarlo a visitar de nuevo, a las 9:15 de la noche, a una persona que había mostrado interés en el mensaje bíblico. Puesto que era algo temprano para hacer esa visita y no quería perder tiempo, Vicente decidió visitar otra casa él solo. El hombre que abrió la puerta lo trató amablemente, escuchó el mensaje sobre la esperanza del Reino y tomó las dos revistas que Vicente le ofreció. Unas semanas después, cuando éste le visitó de nuevo para llevarle los últimos números de las revistas, el hombre dijo: “Señor Vicente, si usted no me hubiera visitado aquella noche, no estaríamos conversando hoy. Había decidido quitarme la vida con una pistola. En aquel momento lo único que deseaba era morir, pero ahora, al leer estas revistas y aprender más acerca del Reino, mi deseo de vivir está creciendo cada vez más.
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