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  • Manteniendo la santificación
    La Atalaya 1954 | 1 de octubre
    • Dios, para nosotros, no puede ser imaginado como un Ser encolerizado, terrible, vengativo, el cual a causa del pecado de Adán deba tener su libra de carne al estilo de Shylock. Con razón el muchacho honrado con repugnancia justificable pudo decir: ‘Vil matasiete.’”

      19. ¿Quiénes únicamente defienden la causa de Jehová?

      19 Es una cosa vergonzosa el que una persona que toma el nombre de Cristo, quien consistentemente defendió a Jehová, justifique la conclusión de un pobre niño a quien se le ha instruído mal de que Jehová Dios es un “vil matasiete.” Sin embargo, esta situación no es nueva. Aun desde el tiempo de Jesús hasta ahora, ¿quiénes sobre la tierra han defendido al Dios de las Escrituras hebreas, proclamando Su supremacía, dando a El amor y devoción, y exhortando a sus semejantes a que hagan lo mismo? ¿Quiénes proceden de esta manera a favor de la causa de Jehová Dios en este día? Aquellas personas, y sólo aquéllas, que deliberadamente, con entendimiento y amor, cambian su vida de modo que sus mismos miembros son presentados como “esclavos a la justicia con santidad en mira.” Eso es servir la causa santa del Dios santo. La santificación incluye esta presentación de los miembros dedicados de una persona a Jehová para lograr la santidad. Esta santidad es una cosa real y es posible lograrla y mantenerla.

      ¿CÓMO SE RECIBE?

      20. ¿De quién procede la santificación?

      20 En consistencia con otros textos de la Biblia, los que se consideraron aquí manifiestan que la santificación procede de Jehová Dios. Él es quien mediante su Palabra de verdad trae hombres a él mismo mediante Cristo atrayéndolos con su propia justicia. Él es quien mediante la provisión del rescate de Cristo ha hecho posible para los hombres imperfectos tener una posición de relación reconciliada con Dios, siendo declarados justos por el mérito del sacrificio de Jesús y su fe en él. “Pero se debe a él [Dios] el que ustedes estén en unión con Cristo Jesús, quien se ha hecho para nosotros sabiduría procedente de Dios, también justicia y santificación y liberación mediante rescate.” (1 Cor. 1:30, NM) Jehová Dios es aquel a quien los creyentes se dedican; por eso, verdaderamente, la santificación es de parte de Jehová. Jesús indicó esto, diciendo: “¿Me dicen ustedes a mí, a quien el Padre santificó y despachó al mundo: ‘Usted blasfema,’ porque yo dije: Soy Hijo de Dios?”—Juan 10:36, NM.

      21. ¿Qué parte desempeña la verdad en la santificación?

      21 También, al considerar los medios de obtener santificación, al instante pensamos en las palabras de Jesús que manifiestan que la verdad es el medio, cuando él dijo a su Padre celestial: “Santifícalos por medio de la verdad; tu palabra es la verdad.” (Juan 17:17, NM) Por eso la Palabra revelada de Dios es esencial para el justo proceder de santificación. Jehová, habiendo santificado a los miembros dedicados de la congregación cristiana del cuerpo de Cristo dándoles la llamada al reino celestial, ungiéndolos con su espíritu, los aparta para su santo servicio sagrado, consagrándolos, y los guía mediante su Palabra de verdad. Ah, sí, pero ¿cómo viene en primer lugar la verdad a hombres y mujeres en su vida individual? Es seguro que Jehová Dios no desciende y se sienta con ellos y los instruye en su Palabra. Tampoco lo hace Cristo Jesús, porque él es el Rey celestial. El apóstol Pablo, escribiendo a la misma congregación de los tesalonicenses, manifiesta cómo la verdad que santifica viene a los hombres, porque él recuerda cómo vino a los de Tesalónica, diciendo: “Dios los escogió a ustedes desde el comienzo para salvación al santificarlos con espíritu y por su fe en la verdad. A este mismo destino los llamó a ustedes mediante las buenas nuevas que declaramos, . . . De manera que, hermanos, permanezcan firmes.”—2 Tes. 2:13-15, NM.

      22. Manifieste la parte desempeñada por el ministerio cristiano en la santificación.

      22 ¿Hemos de entender que fué la declaración de las buenas nuevas que Pablo hizo a los tesalonicenses lo que les trajo la Palabra de verdad de Dios, en la cual creyeron y en la cual pusieron fe, y que resultó en que fueran escogidos por Dios para la salvación mediante la santificación? ¡Sí, exactamente! Así fué a través de la era cristiana, y así es hoy, que hombres y mujeres entran en esta relación bendita con su Dios, relación de santificación o devoción a él a causa del hecho de que otros ministros cristianos que los precedieron han venido a ellos con el mensaje de la Palabra de Dios y les han predicado esta verdad bíblica y ellos han oído y respondido. “Que yo sea siervo público de Cristo Jesús a las naciones, ocupándome en la obra santa de las buenas nuevas de Dios, a fin de que la ofrenda, a saber, estas naciones, resulte aceptable, siendo santificada con espíritu santo.”—Rom. 15:16, NM.

      23. Describa una relación actual de hermanos espirituales “mayores” y “menores.”

      23 Hablando espiritualmente, Pablo era su hermano mayor y ellos eran sus hermanos menores en Tesalónica, porque habían recibido de él este mensaje de la Palabra de Dios. Ese modelo cristiano no ha cambiado. Es el mismo hoy día. Desde que el Reino nació en 1914, y el Señor vino al templo para juicio en 1918, y desde la proclamación activa del mensaje del reino presente de Dios por toda la tierra desde 1920, el número de los que están adorando a Jehová se ha ensanchado hasta que hoy hay cientos de miles de personas en 143 países y tierras que han respondido a la predicación de ministros que espiritualmente son “mayores” que ellos, así como los tesalonicenses respondieron a la predicación del apóstol Pablo. Activos en el servicio de Dios ahora hay ministros que han defendido la causa de Jehová durante muchos años. Todavía siguen activos algunos que fueron ministros de las buenas nuevas aun antes de que el Reino naciera en 1914. Muchos de ellos han estado con la presente obra de educación bíblica cristiana a través de su presente prosperidad creciente, la cual data desde 1919. Estos fieles siervos de Dios han hecho mucha predicación, y a medida que los años han pasado otros se han unido a ellos, y así la obra ha aumentado. Sobre la tierra ahora sólo hay unas 18,000 personas que dan evidencia de ser de los que quedan o del resto del cuerpo santificado de Cristo que es posesión de Dios, según se manifestó por el número que participó de los emblemas del Memorial en 1954.

      24. ¿En qué discernimos a nuestro “hermano mayor”?

      24 Los de nosotros a quienes más recientemente se nos han abierto los ojos mediante la verdad bíblica para ver la maravilla de Jehová reconocemos en estos hermanos mayores a ministros que tienen para nosotros una relación semejante a la que el apóstol Pablo tenía con la congregación en Tesalónica. Además, y de mayor importancia, reconocemos en la organización del resto ungido a un hermano mayor amoroso, y si ahora estamos dedicados a Dios, sabemos que la razón por la que hemos sido escogidos para la salvación, teniendo fe en la verdad, es que este “hermano mayor” nos predicó las buenas nuevas. Principalmente, sin embargo, todos reconocemos el ministerio pasado y presente de nuestro Hermano verdaderamente mayor, Cristo Jesús. Esto lo reconocemos gustosamente, dando todas las gracias y alabanza a Jehová Dios mediante Jesucristo.

  • Todos: “Manténganse firmes”
    La Atalaya 1954 | 1 de octubre
    • Todos: “Manténganse firmes”

      “En consecuencia, hermanos míos amados y anhelados, gozo y corona míos, manténganse firmes de esta manera en el Señor, amados.”—Fili. 4:1, NM.

      1. Cite o vuelva a leer 2 Tesalonicenses 2:13-15 y muestre cómo pudiera apropiadamente ser considerado por nosotros.

      CUANDO nosotros los menores de entre las otras ovejas del Señor leemos tal pasaje como 2 Tesalonicenses 2:13-15, es como si nuestro gran “hermano mayor,” Cristo Jesús, mediante la clase del “esclavo fiel y discreto” de Jehová, nos estuviera hablando y nos dijera que, a causa de las buenas nuevas que nos ha predicado ella, tenemos la oportunidad para salvación, y estamos agradecidos por la exhortación que Jehová nos da mediante este conducto de ‘mantenernos firmes.’

      2. ¿Dónde se halla una prueba de que la santificación puede mantenerse?

      2 La presencia sobre la tierra durante los cuarenta años desde el nacimiento del reino celestial de miembros sólidos, firmes y fieles de la “manada pequeña” de santificados y también de miembros de las otras ovejas del Señor que han estado mucho tiempo en el ministerio es prueba, no sólo de que la santificación es la voluntad de Jehová para los cristianos, sino también de que es algo que puede mantenerse año tras año. Se prueba ser tanto real como posible. Los siervos de Jehová que reconocen ser de los miembros del cuerpo de Cristo o la congregación santificada con humildad delante de Dios le agradecen los privilegios que han tenido y están teniendo ahora, y saben que ellos, también, tienen que mantenerse firmes y mantener su santificación, aferrándose a ella con la tenacidad de un buldog. No tratan de jubilarse del servicio, no buscan desviación inconsistente con su unción. Los pasos que han dado hacia su premio celestial los han llevado demasiado lejos en el camino para que ellos siquiera piensen en apartarse a esta fecha tardía. Para ellos la prosperidad del Reino que está presente y vendrá en el futuro no es indicación real para que persona alguna afloje la mano y descanse, o se acomode y busque placer personal, sino, más bien, para continuar avanzando, así como Pablo mismo dijo: “Hermanos, todavía no me considero como si ya la hubiera asido; pero hay una cosa en cuanto a esto: Olvidando las cosas que están atrás y esforzándome hacia adelante a las cosas que están más allá, prosigo hacia la meta para alcanzar el premio de la vocación de arriba y que Dios extiende en Cristo Jesús. En cuanto a nosotros, nuestra ciudadanía existe en los cielos, lugar de donde también esperamos ansiosamente a un salvador, el Señor Jesucristo, que modelará de nuevo nuestro cuerpo humillado para que se conforme a su cuerpo glorioso en virtud de la operación del poder que él tiene, aun para sujetar todas las cosas a sí mismo. En consecuencia, hermanos míos amados y anhelados, gozo y corona míos, manténganse firmes de esta manera en el Señor, amados.” (Fili. 3:13, 14, 20, 21; 4:1, NM) La congregación anciana, incluyendo a los “que quedan” o el “esclavo discreto” y sus miembros, han anhelado el aumento que ahora ven, y, viéndolo ahora, tienen grande gozo.

      3. Explique la relación entre el apóstol Pablo y la congregación filipense, y muestre hechos paralelos hoy día.

      3 Tal como fué su privilegio con los tesalonicenses, igualmente parece que Pablo fué el primero en predicar las buenas nuevas a los filipenses antes de escribir lo citado. El vínculo de amor entre Pablo y la congregación en Filipos era fuerte. Pablo los visitó dos veces después de su establecimiento y los fortaleció en la fe. Él les escribió su epístola que aparece en las Escrituras cristianas griegas como carta de Pablo “a los filipenses,” y los filipenses rindieron a Pablo ayuda espiritual y también material. Ciertamente cumplían su anhelo. Eran su gozo. Hablando desde el punto de vista de la antigua organización y los ministros mayores en la obra de Dios en este día, decimos: Ustedes que más recientemente han venido a la verdad y servicio de Jehová, ustedes que son de las otras ovejas del Señor, aumentando tanto el número como la actividad de esta sociedad del Nuevo Mundo, “ustedes son nuestro gozo.” Los hemos anhelado. Ustedes son evidencia y prueba vivas de que la devoción a la causa justa de Jehová no está limitada a un puñado pequeño, sino que abarca a muchos, aun a ustedes, y a ustedes les decimos: “manténganse firmes de esta manera en el Señor, amados.”

      4. Discuta la gloria y adorno de la sociedad del Nuevo Mundo.

      4 La gloria supuesta del viejo sistema de cosas es raída y falsa, porque es el reflejo del mal de su dios falso, Satanás el Diablo. La gloria maravillosa del reino de Jehová es imposible de describir en nuestras palabras inadecuadas, porque es un reflejo de la gloria del Dios verdadero, Jehová. En lo que toca a nosotros sobre la tierra, como miembros representativos del núcleo de la sociedad del Nuevo Mundo, nuestro propósito común es la adoración a este Dios glorioso. La gloria y belleza de Jehová sobre la organización terrestre de los siervos de Dios se hallan en sus miembros fieles quienes ellos mismos se amoldan a los principios de la justicia; y así, en alguna medida, aunque verdaderamente limitada, la gloria de Dios es reflejada. Cuando ustedes se enteran de las provisiones de Jehová como se bosquejan en su Palabra, se declaran de parte de él, se dedican a él y defienden su causa, ustedes son el adorno de este grupo cristiano. Jehová conoce a los que son suyos, y si ustedes le pertenecen él los conoce y los ama. Sus consiervos sobre la tierra los tienen en alta estimación, y ustedes que son hermanos menores en la adoración y servicio a Dios en realidad son como el gozo de la organización terrestre de Dios ahora. Tienen una gran responsabilidad de mantenerse limpios y rectos, no llevando el camino de las naciones que no conocen a Dios, porque “el hombre que manifiesta desatención está desatendiendo, no al hombre, sino a Dios, que coloca su espíritu santo en ustedes.”—1 Tes. 4:8, NM.

      5. A ustedes las otras ovejas del Señor, ¿qué les dice 1 Tesalonicenses 2:19, 20, y qué deuda tienen?

      5 Al continuar ustedes fieles a Jehová es como si sus hermanos mayores y su “esclavo discreto” mayor les dijeran: “Porque ¿cuál es nuestra esperanza o gozo o corona de alborozo—¿no lo son en verdad ustedes?—delante de nuestro Señor Jesús en su presencia? Ustedes ciertamente son nuestra gloria y gozo.” (1 Tes. 2:19, 20, NM) Se desprende que ustedes tienen una gran deuda, una deuda espiritual con Dios, y con su sociedad fiel que les ha traído la verdad a la cual ustedes han respondido y la cual los ha conducido a ponerse en la senda de la santidad y salvación. Paguen su deuda con lealtad y devoción amorosa.

      6. Mencione brevemente algunos preliminares adicionales a la santificación.

      6 Podemos decir que la santificación se recibe no sólo de Dios y por medio de la verdad y al ser predicada ésta a nosotros, sino también por medio de dedicarse a Jehová. Por consiguiente la santificación de los miembros del cuerpo de Cristo viene por medio de la unión con él, por medio del espíritu de Dios sobre ellos, por medio de su fe en Jehová y su Palabra, y fe en Cristo Jesús, su provisión para vida. Como está escrito: “Conforme a la presciencia de Dios el Padre, con santificación por el espíritu, con el propósito de que sean obedientes y rociados con la sangre de Jesucristo.”—1 Ped. 1:2, NM.

      7. En el párrafo siete, varios puntos se aclaran concernientes a la santurronería eclesiástica. Sírvase relatarlos en sus propias palabras.

      7 Bien, en todos estos puntos relativos a la santificación y cómo se recibe, ¿dónde entran las ostentosas ceremonias eclesiásticas? En ninguna parte. No tienen nada que ver con la santificación que se enseña en la Biblia. Son invenciones de hombres que datan de paganismo craso, embellecidas por medio de la imaginación de adoradores paganos modernos para impresionar y extraviar a la gente. Una de las pruebas sobresalientes, además de la Biblia, de que la pretendida santificación por medio de las ceremonias pueriles de la cristiandad ortodoxa es falsa y sólo contribuye a la santurronería hipócrita se encuentra en el hecho de que la cristiandad es moralmente mala, podrida y corrompida en todo departamento suyo, reprocha a Jehová Dios, lucha en contra de él, no a favor de él y su causa, persigue hasta el límite a los que tratan de enseñar a la gente los principios limpios de la santa Palabra de Dios, y está destinada a la destrucción a manos del principal vindicador de Jehová, Cristo Jesús, en la guerra cercana del Armagedón. Sus doctrinas paganas y falsas de la llamada “santificación,” así como también otras de sus doctrinas y prácticas, no tienen un solo apoyo bíblico. Cometen una gran injusticia contra la humanidad en general porque esconden de los ojos de la gente la verdad de la Palabra de Dios, la Biblia, concerniente a la santidad verdadera. Los caudillos y la gente participan de su culpa común al reprochar el nombre de Dios.

      8. ¿Qué tienen que hacer los que están dedicados a la justicia?

      8 En nuestra consideración de la santificación no tenemos que dejarnos confundir o desanimar por lo que la religión ortodoxa ha hecho a esta expresión de oro que se halla en la Palabra de Dios, la cual está llena de significado y es un requisito esencial del cristiano. A ustedes que están dedicados a la justicia no les conviene ni siquiera por un minuto ir de acuerdo con el viejo mundo, con este viejo sistema de cosas, y sus normas, sus doctrinas, o sus prácticas. Estén limpios. Mantengan su santificación y su esperanza de santificación para vida.

      ¿CÓMO SE MANTIENE?

      9. ¿Qué punto aclara Pablo concerniente al dominio de uno mismo?

      9 Uno de los puntos que Pablo aclara al escribir a los tesalonicenses acerca del imperio sobre uno mismo es: “Que cada uno de ustedes sepa tomar posesión de su propio vaso en santificación y honra, no en codicioso apetito sexual tal como también tienen aquellas naciones que no conocen a Dios; que ninguno llegue al punto de perjudicar y traspase los derechos de su hermano en este asunto, porque Jehová es uno que exige castigo por todas estas cosas, así como les dijimos de antemano y también les dimos un testimonio cabal.” (1 Tes. 4:4-6, NM) (Un uso semejante de la palabra “vaso” se advierte donde Saulo es llamado un “vaso escogido” en Hechos 9:15.)

      10. ¿Cómo se usa “vaso” aquí, y de qué manera es el dominio de uno mismo un requisito esencial?

      10 Aquí se hace referencia al cuerpo de cada cristiano individual como un “vaso.” Está hablando del cuerpo o el propio yo del siervo de Dios como un instrumento que el cristiano ha de usar de la manera apropiada. Esto requiere dominio de uno mismo. Resulta en confiabilidad, y esta confiabilidad viene de nuestra propia valuación de nuestra relación con Jehová Dios, de nuestro glorioso tesoro de servicio y de la teocrática sociedad del Nuevo Mundo y nuestra parte en ella. El que mantiene la santificación es un hombre confiable o una mujer confiable. El que ésta no se mantiene automáticamente sino que es preciso proseguir en ella lo sugiere la súplica de Pablo: “Pero pórtense de una manera digna de las buenas nuevas acerca del Cristo, a fin de que, ya sea que venga y los vea o esté ausente, oiga acerca de las cosas que atañen a ustedes, que ustedes se mantienen firmes en un mismo espíritu, con una misma alma luchando lado a lado por la fe de las buenas nuevas, y en nada amedrentados por sus opositores. Esta misma cosa es prueba de destrucción para ellos, pero de salvación para ustedes; y esta indicación procede de Dios, porque a ustedes se les dió el privilegio a favor de Cristo, no sólo de poner su fe en él, sino también de sufrir a favor de él.”—Fili. 1:27-29, NM.

      11, 12. ¿Qué es necesario para que pueda mantenerse la santificación?

      11 Hemos mencionado brevemente los medios mediante los cuales se logra la santificación. A fin de mantener la santificación es necesario mantener brillantes estos medios de lograrla. La santificación procede de Jehová Dios. Para mantenerla, mantenga el corazón fijo en Jehová. La santificación viene mediante la verdad de la Palabra de Jehová, la Biblia. Para continuar en esta condición de devoción santa es necesario estudiar y adherirse constantemente a la Palabra de verdad. Las aguas de verdad se representan como una gran corriente, que fluye desde el templo de Jehová. (Apo. 22:1, 2) De esta corriente abundante los cristianos tienen que llenar su corazón y mente de continuo y, al beber constantemente estas aguas de vida, dentro de ellos fuentes de agua burbujean para impartir vida eterna.—Juan 4:14.

      12 A nosotros se nos trajo la oportunidad para santificación a causa de que fuimos asistidos por alguna otra persona que estaba predicando las buenas nuevas de la Palabra de Dios. Nuestra santificación, desde este punto de vista, dependía de ese ministerio. A fin de que mantengamos nuestra santificación es esencial que seamos activos en el ministerio, ocupándonos en él, predicando, llevando la verdad a otros. Esta actividad es una prueba de nuestro ministerio y glorifica a nuestro Dios en armonía con lo que declaró el santificado Señor Cristo Jesús: “Mi Padre es glorificado en esto, que ustedes sigan produciendo mucho fruto y muestren ser mis discípulos.” (Juan 15:8, NM) La devoción a Jehová, evidenciada por nuestra inmersión en agua en símbolo de nuestra dedicación a él, tiene que ser constante, y en ella tiene que manifestarse nuestra unidad con nuestros consiervos. Mantenga fuerte la fe que nos trajo en relación con Jehová, para que su espíritu que conduce a santificación siempre descanse sobre nosotros. Semejante a los tesalonicenses, hoy nosotros conocemos las órdenes dirigidas a los cristianos en la Palabra de Dios. “Porque ustedes conocen las órdenes que les dimos por medio del Señor Jesús.”—1 Tes. 4:2, NM.

      ¿SON SANTIFICADAS LAS OTRAS OVEJAS?

      13. Pablo identifica a los santificados. ¿Quiénes son?

      13 Previamente hicimos notar que al dirigirse a los tesalonicenses Pablo estaba escribiendo a miembros en perspectiva del cuerpo de Cristo, santificados por Jehová Dios a causa de estar apartados para hacer la obra de los que son sus hijos espirituales. “Además, hermanos, no queremos que sean ignorantes concerniente a los que están durmiendo en la muerte, para que ustedes no se aflijan así como hacen también los demás que no tienen esperanza. Porque si nuestra fe es que Jesús murió y volvió a levantarse, así, también, los que se han dormido en la muerte por medio de Jesús, Dios los traerá con él. Porque esto es lo que les decimos por palabra de Jehová, que nosotros los vivientes que sobrevivamos hasta la presencia del Señor de ninguna manera precederemos a aquellos que se han dormido en la muerte, porque el Señor mismo descenderá del cielo con un llamamiento imperativo, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios, y los que están muertos en unión con Cristo se levantarán primero. Después nosotros los vivientes que sobrevivimos seremos arrebatados en nubes juntamente con ellos para encontrar al Señor en el aire; y así nosotros siempre estaremos con el

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