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  • Manteniendo la santificación
    La Atalaya 1954 | 1 de octubre
    • Manteniendo la santificación

      “Porque esto es la voluntad de Dios, la santificación de ustedes, . . . que cada uno de ustedes sepa tomar posesión de su propio vaso en santificación y honra.”—1 Tes. 4:3, 4, NM.

      1. ¿Cuán preciosa es la Palabra de Dios?

      LA Palabra de Jehová desciende a nosotros en el libro que llamamos la Biblia, compuesto de muchos libros más pequeños, todos inspirados por el gran Autor que usó a escritores humanos fieles así para revelar lo que tiene en su mente sobre los asuntos con los cuales trata la Biblia. Esa Palabra de Dios es fidedigna y probada y es pura. (Pro. 30:5) A través de los siglos ha sido conservada para permanecer brillante y limpia ahora en medio de un sistema de cosas corrompido y decaído. Puesto que su gran Fuente es completa, recta y santa, esta Palabra es suficiente y no está sujeta a adición o reducción. (Deu. 4:2; Apo. 22:18, 19, NM) Indiscutiblemente, las personas que aman la justicia y todo lo que ella denota tienen que dirigirse a esta santa Palabra de Dios porque sólo en ella yace la guía para rectitud. Tan pura, santa y preciosa es ella, y tan hermosas sus partes componentes, que la palabra oportuna se compara a manzanas de oro en engastes de plata. “Una palabra propiamente dicha es semejante a manzanas de oro en cuadros de plata.” “Como manzanas de oro en un engaste de plata cincelada es una palabra que se dice adecuadamente.” “Como manzanas de oro en canastillos de plata, es la palabra que se dice oportunamente.”—Pro. 25:11, VA; UTA; Mod.

      2. En el contenido de la Palabra de Dios, ¿qué verdad se halla, y qué actitudes muestran los hombres en cuanto a ella?

      2 Aunque un adorno o vaso altamente apreciado sea de puro oro o plata, si es tomado por manos inmundas o descuidadas puede ser maltratado vergonzosamente, volteado y vaciado de su contenido precioso. Eso es lo que han hecho hombres impíos en su mal manejo de la Palabra de verdad de Dios. Dentro del contenido hermoso y vital de la Biblia se halla la verdad concerniente a la santificación, y, no obstante, ¿qué entendimiento y aprecio de la santificación tiene en la actualidad la gente de aun el llamado mundo cristiano? Ella conoce la santurronería en todo su significado odioso. La santurronería, hipocresía, cubre como una chapa de brillo externo la entera estructura del viejo mundo en un esfuerzo vano por encubrir la corrupción que se halla debajo de toda parte del viejo sistema de cosas. A causa de su esfuerzo tenaz por justificar su impía manera de proceder por medio de aplicar erróneamente textos bíblicos, los líderes del pensamiento público, y especialmente los maestros religiosos de toda la cristiandad, han quitado a la gente apreciación de la genuina santificación como se presenta en la Palabra de Dios. Ministros de la religión en general, católicos, protestantes, judíos y otros, complacen a las masas que se dan gusto en el exceso, y ellos mismos prosiguen con prácticas que deshonran a Dios, resultando en el torcimiento del sentido de los valores del género humano a tal grado que la persona que sinceramente deplora las cosas que son una abominación a Dios verdaderamente es una excepción. (Eze. 9:4) Y no obstante todavía hay muchas de tales excepciones: personas con corazón honrado que aman la justicia. Estas pueden conocer con seguridad que a pesar de la santurronería hipócrita practicada en el nombre de Dios, la santificación verdadera, ahora como siempre, es la sabia manera de proceder para los cristianos. Que acudan a la santidad del gran Autor, a la santidad de su Palabra de verdad y la santidad de sus doctrinas incorruptibles.

      3. Declare cuál era la relación del apóstol Pablo con la congregación de Tesalónica, y qué estímulo da él a ella y a nosotros tocante a la santificación.

      3 Probablemente fué alrededor de 49 ó 50 d. de J.C. cuando el apóstol Pablo, mientras se encontraba en su segundo recorrido de predicación, fundó la congregación cristiana de Tesalónica. Esos cristianos desde el principio sufrieron severa persecución religiosa a causa de su fe. Su aguante fué un gozo para su hermano mayor, Pablo, y al escribirles los elogió a causa de su fe y los animó con gran énfasis a mantener su santificación, continuando en el camino de justicia en el cual habían comenzado. Fué bueno que Pablo les escribiera como lo hizo en Primera a los Tesalonicenses, y si los cristianos hoy día sólo se lo permiten, las mismas palabras de Pablo pueden ayudar a los que aman a Jehová Dios ahora a mantener su santificación.

      4. ¿Cuál es el origen de la santificación de los cristianos?

      4 La santificación de la congregación cristiana no originó con el apóstol Pablo. Su Autor y Proveedor es Jehová Dios mismo. Por medio de su Hijo, Cristo Jesús, esta relación con Dios fué hecha accesible y disponible, y Jesús mismo hizo referencias a la santificación. Pablo manifiesta que la santificación era la voluntad de Jehová para los miembros del cuerpo de Cristo, la congregación cristiana ungida, de la cual los cristianos en Tesalónica eran una parte.

      5. En lo tocante a la voluntad de Dios para los cristianos, dé evidencia bíblica.

      5 En el primer texto que se citó aquí, Pablo hace notar que “esto es la voluntad de Dios, la santificación de ustedes.” (1 Tes. 4:3, NM) Manifestando adicionalmente que la santificación es la voluntad de Jehová para los cristianos, Pablo se expresó de igual manera en el capítulo diez de Hebreos, al discutir el ministerio de Cristo Jesús y su obra sacerdotal a favor de su cuerpo, su congregación espiritual. Pablo aplica a Cristo. Jesús la profecía del Salmo 40:8, que dice: “Me complazco en hacer tu voluntad, oh Dios mío, y tu ley está en medio de mi corazón.” Pablo lo expresa de esta manera: “Por esto cuando entra en el mundo él dice: . . . ‘“¡Mira! Yo he venido (en el rollo del libro está escrito acerca de mí) para hacer tu voluntad, oh Dios.”’ Mediante dicha ‘voluntad’ hemos sido santificados por medio del ofrecimiento del cuerpo de Jesucristo una vez para todo tiempo.” (Heb. 10:5, 7, 10, NM) De modo que tan seguramente como fué la voluntad de Jehová Dios la que Jesús ejecutó, es Su voluntad que los cristianos sean santificados, sea lo que sea santificación.

      6. Diga qué se infiere del título de este artículo, y enumere tres cosas que resultarán sernos útiles.

      6 Cuando hablamos de mantener la santificación damos a entender que es algo que no se retiene automáticamente sino algo que tiene que seguirse buscando continuamente. Y tal es el caso. ¡Qué estímulo en este respecto debe haber sido para los cristianos tesalonicenses recibir la carta de Pablo! La determinación para continuar en el camino en que habían principiado, fieles a su Dios, debe haber aumentado en ellos cuando leyeron: “Finalmente, hermanos, les pedimos y los exhortamos por el Señor Jesús, a que así como recibieron de nosotros la instrucción sobre cómo deben andar y agradar a Dios, así como en realidad ustedes están andando, continúen haciéndolo más plenamente. . . . Porque esto es la voluntad de Dios, la santificación de ustedes, que ustedes se abstengan de la fornicación; que cada uno de ustedes sepa tomar posesión de su propio vaso en santificación y honra.” (1 Tes. 4:1-4, NM) Para que podamos mantener la santificación, nosotros, naturalmente, tenemos que saber qué es, cómo se recibe y cómo puede ser mantenida.

      ¿QUÉ ES SANTIFICACIÓN?

      7. Proceda hacia la definición de “santificación,” manifestando su justificación y el contraste que recalca.

      7 Santificación significa estar en armonía con Jehová Dios, quien jamás desciende de su santidad y justicia, pues jamás cambia. La justicia de Jehová es justificación completa para que sus criaturas se dediquen a él. De hecho, la santificación es precedida por la dedicación personal de uno a hacer la voluntad de Dios, y este paso que uno da, así como su manera de proceder subsiguiente consistente con él, se debe a la adoración de uno a Jehová Dios. Esto ciertamente recalca el contraste extremado entre la moralidad de Jehová en todo respecto y la inmoralidad de la civilización actual en todo respecto. Esta santidad de Dios impulsa sus actos e impele los actos justos de sus criaturas en obediencia a él y en adoración a él; y por lo tanto son apropiadas sus palabras a Israel cuando ya estaba en el pacto de la ley con Él: “Yo soy Jehová vuestro Dios; por lo mismo os santificaréis, y seréis hombres santos, porque yo soy santo; y no habéis de contaminaros . . . Porque yo soy Jehová que os hago subir de la tierra de Egipto, a fin de hacerme el Dios de vosotros; habéis pues de ser santos, porque yo soy santo.”—Lev. 11:44, 45.

      8. ¿Qué aplicación tiene Levítico 11:44, 45 en cuanto a los de la congregación cristiana?

      8 Esta santificación a causa de la santidad de Jehová no terminó con la nación de Israel. Más bien, se extendió en principio a la congregación cristiana de seguidores ungidos de Cristo Jesús con fuerza más impelente, de modo que el apóstol Pedro la practicó y la predicó. Al hacerlo Pedro hizo notar a otros cristianos lo necesario que era mantener su santificación, diciendo: “Fortalezcan su mente para actividad, manténganse completamente equilibrados y tengan la esperanza puesta en la bondad inmerecida que les ha de ser traída en la revelación de Jesucristo. Como hijos obedientes, dejen de amoldarse de acuerdo con los deseos que antes tenían en su ignorancia, sino que, de acuerdo con el santo que los llamó, háganse también santos en todo su comportamiento, porque está escrito: ‘Tienen que ser santos, porque yo soy santo.’”—1 Ped. 1:13-16, NM.

      9. Exponga el ejemplo de Israel que sirve de amonestación.

      9 Israel como nación no mantuvo su santificación, y por lo tanto perdió la aprobación y bendición de Dios. Los cristianos deben aprender una lección de ello.—1 Cor. 10:6-11.

      10. Continúe con la vigorosa definición de “santificación.”

      10 La palabra “santificar” significa hacer sagrado o santo, apartar para un ministerio sagrado. Esa es una definición generalmente reconocida de esta palabra castellana, que proviene del latín y también tiene el significado de librar del pecado, limpiar de corrupción moral. Seguramente es una expresión poderosa e incluye mucho en su significado.

      ¿ES REAL? ¿POSIBLE?

      11. ¿Es la santificación una realidad, y por qué contesta usted así?

      11 ¿Qué diremos? ¿Es real la santificación para los hombres y mujeres cristianos ahora sobre la tierra, o es sólo una frase que las organizaciones religiosas incorporan en sus doctrinas y enseñanzas la cual no tiene ninguna realidad y ninguna aplicación práctica? La santificación es real, así como Jehová Dios mismo es una realidad y es santo. Si creemos la llana declaración de la Palabra de Dios citada antes, sabemos que la santidad de Jehová es una cosa real, sin nada fingido acerca de ella. El Hijo de Dios, Cristo Jesús, no estaba tergiversando las cosas cuando dijo en oración a su Padre celestial poco antes de su muerte: “He hecho tu nombre manifiesto a los hombres que del mundo me diste. . . . Yo hago petición concerniente a ellos; yo hago petición, no concerniente al mundo, sino concerniente a los que me has dado, . . . Padre Santo, vigílalos por respeto de tu propio nombre que me has dado a mí, para que ellos puedan ser uno así como somos nosotros. . . . Yo he dado tu palabra a ellos, pero el mundo los ha aborrecido, porque ellos no son parte del mundo así como yo no soy parte del mundo. . . . Santifícalos por medio de la verdad; tu palabra es la verdad . . . . Y yo me estoy santificando a favor de ellos, para que ellos también puedan ser santificados por medio de la verdad.”—Juan 17:6-19, NM.

      12. La situación de Jesús cuando expresó lo registrado en el texto de Juan 17:6-9 hizo destacar ¿qué contraste?

      12 ¡Cuán raída la chapa brillante de santurronería de la religión falsa al lado de las palabras sanas que el Señor habló de la abundancia del corazón, palabras de uno que se enfrentaba a la muerte en un madero de tormento! Tan seguramente como Jesús vivió y murió a causa de su adoración a Jehová Dios, así de cierta es la realidad de su propia santificación de la cual él habló aquí, y también la de la santificación de sus asociados, o miembros de su cuerpo, a los cuales también hizo referencia aquí.

      13. Pablo y Pedro expresan la santificación como siendo ¿qué?

      13 Fué real para los tesalonicenses, según Pablo, porque él les dijo: “Así como en realidad ustedes están andando, continúen haciéndolo más plenamente.” (1 Tes. 4:1, NM) Y Pedro, al darnos su exhortación ya mencionada en cuanto a procurar la santidad, no estaba engañándonos sobre la realidad de la santificación. De modo que el punto aquí es que la santificación es genuina, no una frase vacía sólo para ser dicha, sino que es un práctico modo de vivir cristiano, la voluntad de Dios para su pueblo y una realidad.

      14. Relate los hechos relativos a hombres imperfectos y la pregunta a que esto da lugar.

      14 Pero quizás alguien con toda sinceridad opine: Somos criaturas débiles e imperfectas y somos pecadores por herencia, por eso aunque la santificación sea la voluntad de Dios para los cristianos y aun concediendo que sea una cosa real a su vista, ¿cómo nos es posible a nosotros ser santificados, santos, dedicados a la justicia o apartados para un servicio sagrado? A esto, basados en las Escrituras decimos que es posible lograr la santificación.

      15, 16. Razone sobre el asunto de la posibilidad de santificación desde el punto de vista de Jehová, Cristo Jesús y la congregación romana.

      15 No hay nadie que conozca las flaquezas humanas que son nuestras mejor que Jehová Dios mismo. Cristo Jesús estuvo y está bien enterado de nuestra condición, apreciando su razón y su remedio aun más que nosotros, y no obstante tenemos sus palabras ya citadas para darnos seguridad. También, el apóstol Pablo escribió a otra congregación acerca de santificación, y esta congregación se formaba de judíos y no judíos, situada en lo que probablemente era la ciudad más corrompida sobre la tierra en su día: la ciudad de la Roma pagana, la capital del pagano imperio romano. Roma ha sido descrita como el sumidero o pozo negro de letrina en el que toda la corrupción del vasto Imperio romano se vaciaba. Naturalmente, el inicuo antiguo sistema de cosas no ha mejorado desde esos días de Roma. Ha empeorado y está más corrompido hoy con su chapa brillante de cristianismo falso; pero así como las provisiones de Dios para sus adoradores fueron eficaces en los días de la congregación romana primitiva, así ahora son completamente eficaces. Por lo tanto, note la consideración que el apóstol Pablo tuvo para las inhabilidades de sus hermanos en Roma y sepa que esta misma consideración que Pablo expresó ahí es la que Jehová tiene por medio de Cristo Jesús para el bien de su pueblo ahora:

      16 “No dejen que el pecado continúe gobernando como rey en sus cuerpos mortales de modo que ustedes obedezcan los deseos de ellos. Tampoco sigan presentando sus miembros al pecado como armas de injusticia, sino preséntense a Dios como aquellos vivos de entre los muertos, también sus miembros a Dios como armas de justicia. Porque el pecado no debe tener señorío sobre ustedes, puesto que ustedes no están bajo ley sino bajo bondad inmerecida. ¿Qué sigue? ¿Cometeremos un pecado a causa de que no estamos bajo ley sino bajo bondad inmerecida? ¡Jamás suceda eso! ¿No saben que si siguen presentándose a cualquiera como esclavos para obedecerlo, ustedes son esclavos de él porque le obedecen, ya sea del pecado con muerte en perspectiva o de la obediencia con justicia en perspectiva? Pero gracias a Dios que ustedes eran los esclavos del pecado pero se hicieron obedientes del corazón a esa forma de enseñanza a la cual ustedes fueron entregados. Sí, puesto que ustedes fueron librados del pecado, llegaron a ser esclavos de la justicia. Estoy hablando en términos humanos a causa de la debilidad de su carne: porque así como ustedes presentaron sus miembros como esclavos a la impureza y a lo que es contrario a ley con lo que es contrario a ley en mira, así ahora presenten sus miembros como esclavos a la justicia con santidad en mira.”—Rom. 6:12-20, NM.

      17. ¿Qué cambio en la vida de la persona se halla implícito en la “santificación,” y continúa automáticamente la santificación con los cristianos?

      17 Para los romanos de aquel entonces así como para los cristianos tesalonicenses y para los cristianos ungidos hoy en el año 1954, la santificación significa que han cambiado su vida y que cada individuo de ellos se ha vuelto de un proceder contrario a ley a uno conforme a ley delante del gran Legislador, Jehová Dios. Esta santificación necesariamente es algo en que se tiene que proseguir y que se tiene que mantener. No continúa con una persona automáticamente, porque implica un cambio en la vida de la persona, el cual cambio ella lo hace después que se dedica a servir al Altísimo y en el cual tiene que continuar y alcanzar la madurez. Este cambio en la vida de la persona significa llevar a cabo su dedicación al Dios justo, y por consiguiente a su causa justa. En la tierra, ¿qué causa es justa? ¿una causa nacional? ¿una causa política? ¿Qué causa está libre de toda mácula de corrupción? ¿Qué punto en cuestión es digno de la devoción de criaturas inteligentes? La determinación correcta del punto en cuestión de divinidad, de supremacía, de adoración pura, la única causa justa y empresa santa, es la causa de Jehová Dios. Este punto en cuestión de la supremacía de Jehová mueve a los que lo adoran a sostener su Divinidad por medio de llamar la atención a los hechos relativos a su relación a sus criaturas y r elativos a su Palabra revelada, la Biblia.

      18. ¿Encuentra Jehová un defensor de su causa entre las religiones de este viejo mundo?

      18 ¿Encuentra Jehová un defensor de su causa entre las religiones de este viejo mundo? ¡Nombre uno! No hay ninguno. Una ilustración de esto se halla en los escritos de un sobresaliente portavoz del protestantismo. En su reciente libro Preaching in a Revolutionary Age (Predicando en una época revolucionaria), al hacer referencia a un previo escritor que contó de un padre y su hijo en la iglesia, este obispo relata: “El anciano rector leyó del Antiguo Testamento, y el muchacho se enteró del Dios terrible que le enviaba plagas a la gente y creaba serpientes feroces para asaltarla. Esa noche, cuando el padre pasó cerca de la recámara del muchacho, el muchacho lo llamó, puso sus brazos alrededor del cuello de su padre, y, atrayéndolo hacia él, dijo: ‘Padre, tú odias a Jehová: yo también. Lo detesto, vil matasiete.’” Observe ahora los comentarios que hizo el autor respecto a esta anécdota, y determine si defendió al Dios de la Biblia y los relatos bíblicos de sus actos de vindicación de tiempos antiguos: “Desde hace mucho hemos rechazado un concepto de reconciliación asociado históricamente con la idea de una Deidad que es aborrecible. Dios, para nosotros, no puede ser imaginado como un Ser encolerizado, terrible, vengativo, el cual a causa del pecado de Adán deba tener su libra de carne al estilo de Shylock. Con razón el muchacho honrado con repugnancia justificable pudo decir: ‘Vil matasiete.’”

      19. ¿Quiénes únicamente defienden la causa de Jehová?

      19 Es una cosa vergonzosa el que una persona que toma el nombre de Cristo, quien consistentemente defendió a Jehová, justifique la conclusión de un pobre niño a quien se le ha instruído mal de que Jehová Dios es un “vil matasiete.” Sin embargo, esta situación no es nueva. Aun desde el tiempo de Jesús hasta ahora, ¿quiénes sobre la tierra han defendido al Dios de las Escrituras hebreas, proclamando Su supremacía, dando a El amor y devoción, y exhortando a sus semejantes a que hagan lo mismo? ¿Quiénes proceden de esta manera a favor de la causa de Jehová Dios en este día? Aquellas personas, y sólo aquéllas, que deliberadamente, con entendimiento y amor, cambian su vida de modo que sus mismos miembros son presentados como “esclavos a la justicia con santidad en mira.” Eso es servir la causa santa del Dios santo. La santificación incluye esta presentación de los miembros dedicados de una persona a Jehová para lograr la santidad. Esta santidad es una cosa real y es posible lograrla y mantenerla.

      ¿CÓMO SE RECIBE?

      20. ¿De quién procede la santificación?

      20 En consistencia con otros textos de la Biblia, los que se consideraron aquí manifiestan que la santificación procede de Jehová Dios. Él es quien mediante su Palabra de verdad trae hombres a él mismo mediante Cristo atrayéndolos con su propia justicia. Él es quien mediante la provisión del rescate de Cristo ha hecho posible para los hombres imperfectos tener una posición de relación reconciliada con Dios, siendo declarados justos por el mérito del sacrificio de Jesús y su fe en él. “Pero se debe a él [Dios] el que ustedes estén en unión con Cristo Jesús, quien se ha hecho para nosotros sabiduría procedente de Dios, también justicia y santificación y liberación mediante rescate.” (1 Cor. 1:30, NM) Jehová Dios es aquel a quien los creyentes se dedican; por eso, verdaderamente, la santificación es de parte de Jehová. Jesús indicó esto, diciendo: “¿Me dicen ustedes a mí, a quien el Padre santificó y despachó al mundo: ‘Usted blasfema,’ porque yo dije: Soy Hijo de Dios?”—Juan 10:36, NM.

      21. ¿Qué parte desempeña la verdad en la santificación?

      21 También, al considerar los medios de obtener santificación, al instante pensamos en las palabras de Jesús que manifiestan que la verdad es el medio, cuando él dijo a su Padre celestial: “Santifícalos por medio de la verdad; tu palabra es la verdad.” (Juan 17:17, NM) Por eso la Palabra revelada de Dios es esencial para el justo proceder de santificación. Jehová, habiendo santificado a los miembros dedicados de la congregación cristiana del cuerpo de Cristo dándoles la llamada al reino celestial, ungiéndolos con su espíritu, los aparta para su santo servicio sagrado, consagrándolos, y los guía mediante su Palabra de verdad. Ah, sí, pero ¿cómo viene en primer lugar la verdad a hombres y mujeres en su vida individual? Es seguro que Jehová Dios no desciende y se sienta con ellos y los instruye en su Palabra. Tampoco lo hace Cristo Jesús, porque él es el Rey celestial. El apóstol Pablo, escribiendo a la misma congregación de los tesalonicenses, manifiesta cómo la verdad que santifica viene a los hombres, porque él recuerda cómo vino a los de Tesalónica, diciendo: “Dios los escogió a ustedes desde el comienzo para salvación al santificarlos con espíritu y por su fe en la verdad. A este mismo destino los llamó a ustedes mediante las buenas nuevas que declaramos, . . . De manera que, hermanos, permanezcan firmes.”—2 Tes. 2:13-15, NM.

      22. Manifieste la parte desempeñada por el ministerio cristiano en la santificación.

      22 ¿Hemos de entender que fué la declaración de las buenas nuevas que Pablo hizo a los tesalonicenses lo que les trajo la Palabra de verdad de Dios, en la cual creyeron y en la cual pusieron fe, y que resultó en que fueran escogidos por Dios para la salvación mediante la santificación? ¡Sí, exactamente! Así fué a través de la era cristiana, y así es hoy, que hombres y mujeres entran en esta relación bendita con su Dios, relación de santificación o devoción a él a causa del hecho de que otros ministros cristianos que los precedieron han venido a ellos con el mensaje de la Palabra de Dios y les han predicado esta verdad bíblica y ellos han oído y respondido. “Que yo sea siervo público de Cristo Jesús a las naciones, ocupándome en la obra santa de las buenas nuevas de Dios, a fin de que la ofrenda, a saber, estas naciones, resulte aceptable, siendo santificada con espíritu santo.”—Rom. 15:16, NM.

      23. Describa una relación actual de hermanos espirituales “mayores” y “menores.”

      23 Hablando espiritualmente, Pablo era su hermano mayor y ellos eran sus hermanos menores en Tesalónica, porque habían recibido de él este mensaje de la Palabra de Dios. Ese modelo cristiano no ha cambiado. Es el mismo hoy día. Desde que el Reino nació en 1914, y el Señor vino al templo para juicio en 1918, y desde la proclamación activa del mensaje del reino presente de Dios por toda la tierra desde 1920, el número de los que están adorando a Jehová se ha ensanchado hasta que hoy hay cientos de miles de personas en 143 países y tierras que han respondido a la predicación de ministros que espiritualmente son “mayores” que ellos, así como los tesalonicenses respondieron a la predicación del apóstol Pablo. Activos en el servicio de Dios ahora hay ministros que han defendido la causa de Jehová durante muchos años. Todavía siguen activos algunos que fueron ministros de las buenas nuevas aun antes de que el Reino naciera en 1914. Muchos de ellos han estado con la presente obra de educación bíblica cristiana a través de su presente prosperidad creciente, la cual data desde 1919. Estos fieles siervos de Dios han hecho mucha predicación, y a medida que los años han pasado otros se han unido a ellos, y así la obra ha aumentado. Sobre la tierra ahora sólo hay unas 18,000 personas que dan evidencia de ser de los que quedan o del resto del cuerpo santificado de Cristo que es posesión de Dios, según se manifestó por el número que participó de los emblemas del Memorial en 1954.

      24. ¿En qué discernimos a nuestro “hermano mayor”?

      24 Los de nosotros a quienes más recientemente se nos han abierto los ojos mediante la verdad bíblica para ver la maravilla de Jehová reconocemos en estos hermanos mayores a ministros que tienen para nosotros una relación semejante a la que el apóstol Pablo tenía con la congregación en Tesalónica. Además, y de mayor importancia, reconocemos en la organización del resto ungido a un hermano mayor amoroso, y si ahora estamos dedicados a Dios, sabemos que la razón por la que hemos sido escogidos para la salvación, teniendo fe en la verdad, es que este “hermano mayor” nos predicó las buenas nuevas. Principalmente, sin embargo, todos reconocemos el ministerio pasado y presente de nuestro Hermano verdaderamente mayor, Cristo Jesús. Esto lo reconocemos gustosamente, dando todas las gracias y alabanza a Jehová Dios mediante Jesucristo.

  • Todos: “Manténganse firmes”
    La Atalaya 1954 | 1 de octubre
    • Todos: “Manténganse firmes”

      “En consecuencia, hermanos míos amados y anhelados, gozo y corona míos, manténganse firmes de esta manera en el Señor, amados.”—Fili. 4:1, NM.

      1. Cite o vuelva a leer 2 Tesalonicenses 2:13-15 y muestre cómo pudiera apropiadamente ser considerado por nosotros.

      CUANDO nosotros los menores de entre las otras ovejas del Señor leemos tal pasaje como 2 Tesalonicenses 2:13-15, es como si nuestro gran “hermano mayor,” Cristo Jesús, mediante la clase del “esclavo fiel y discreto” de Jehová, nos estuviera hablando y nos dijera que, a causa de las buenas nuevas que nos ha predicado ella, tenemos la oportunidad para salvación, y estamos agradecidos por la exhortación que Jehová nos da mediante este conducto de ‘mantenernos firmes.’

      2. ¿Dónde se halla una prueba de que la santificación puede mantenerse?

      2 La presencia sobre la tierra durante los cuarenta años desde el nacimiento del reino celestial de miembros sólidos, firmes y fieles de la “manada pequeña” de santificados y también de miembros de las otras ovejas del Señor que han estado mucho tiempo en el ministerio es prueba, no sólo de que la santificación es la voluntad de Jehová para los cristianos, sino también de que es algo que puede mantenerse año tras año. Se prueba ser tanto real como posible. Los siervos de Jehová que reconocen ser de los miembros del cuerpo de Cristo o la congregación santificada con humildad delante de Dios le agradecen los privilegios que han tenido y están teniendo ahora, y saben que ellos, también, tienen que mantenerse firmes y mantener su santificación, aferrándose a ella con la tenacidad de un buldog. No tratan de jubilarse del servicio, no buscan desviación inconsistente con su unción. Los pasos que han dado hacia su premio celestial los han llevado demasiado lejos en el camino para que ellos siquiera piensen en apartarse a esta fecha tardía. Para ellos la prosperidad del Reino que está presente y vendrá en el futuro no es indicación real para que persona alguna afloje la mano y descanse, o se acomode y busque placer personal, sino, más bien, para continuar avanzando, así como Pablo mismo dijo: “Hermanos, todavía no me considero como si ya la hubiera asido; pero hay una cosa en cuanto a esto: Olvidando las cosas que están atrás y esforzándome hacia adelante a las cosas que están más allá, prosigo hacia la meta para alcanzar el premio de la vocación de arriba y que Dios extiende en Cristo Jesús. En cuanto a nosotros, nuestra ciudadanía existe en los cielos, lugar de donde también esperamos ansiosamente a un salvador, el Señor Jesucristo, que modelará de nuevo nuestro cuerpo humillado para que se conforme a su cuerpo glorioso en virtud de la operación del poder que él tiene, aun para sujetar todas las cosas a sí mismo. En consecuencia, hermanos míos amados y anhelados, gozo y corona míos, manténganse firmes de esta manera en el Señor, amados.” (Fili. 3:13, 14, 20, 21; 4:1, NM) La congregación anciana, incluyendo a los “que quedan” o el “esclavo discreto” y sus miembros, han anhelado el aumento que ahora ven, y, viéndolo ahora, tienen grande gozo.

      3. Explique la relación entre el apóstol Pablo y la congregación filipense, y muestre hechos paralelos hoy día.

      3 Tal como fué su privilegio con los tesalonicenses, igualmente parece que Pablo fué el primero en predicar las buenas nuevas a los filipenses antes de escribir lo citado. El vínculo de amor entre Pablo y la congregación en Filipos era fuerte. Pablo los visitó dos veces después de su establecimiento y los fortaleció en la fe. Él les escribió su epístola que aparece en las Escrituras cristianas griegas como carta de Pablo “a los filipenses,” y los filipenses rindieron a Pablo ayuda espiritual y también material. Ciertamente cumplían su anhelo. Eran su gozo. Hablando desde el punto de vista de la antigua organización y los ministros mayores en la obra de Dios en este día, decimos: Ustedes que más recientemente han venido a la verdad y servicio de Jehová, ustedes que son de las otras ovejas del Señor, aumentando tanto el número como la actividad de esta sociedad del Nuevo Mundo, “ustedes son nuestro gozo.” Los hemos anhelado. Ustedes son evidencia y prueba vivas de que la devoción a la causa justa de Jehová no está limitada a un puñado pequeño, sino que abarca a muchos, aun a ustedes, y a ustedes les decimos: “manténganse firmes de esta manera en el Señor, amados.”

      4. Discuta la gloria y adorno de la sociedad del Nuevo Mundo.

      4 La gloria supuesta del viejo sistema de cosas es raída y falsa, porque es el reflejo del mal de su dios falso, Satanás el Diablo. La gloria maravillosa del reino de Jehová es imposible de describir en nuestras palabras inadecuadas, porque es un reflejo de la gloria del Dios verdadero, Jehová. En lo que toca a nosotros sobre la tierra, como miembros representativos del núcleo de la sociedad del Nuevo Mundo, nuestro propósito común es la adoración a este Dios glorioso. La gloria y belleza de Jehová sobre la organización terrestre de los siervos de Dios se hallan en sus miembros fieles quienes ellos mismos se amoldan a los principios de la justicia; y así, en alguna medida, aunque verdaderamente limitada, la gloria de Dios es reflejada. Cuando ustedes se enteran de las provisiones de Jehová como se bosquejan en su Palabra, se declaran de parte de él, se dedican a él y defienden su causa, ustedes son el adorno de este grupo cristiano. Jehová conoce a los que son suyos, y si ustedes le pertenecen él los conoce y los ama. Sus consiervos sobre la tierra los tienen en alta estimación, y ustedes que son hermanos menores en la adoración y servicio a Dios en realidad son como el gozo de la organización terrestre de Dios ahora. Tienen una gran responsabilidad de mantenerse limpios y rectos, no llevando el camino de las naciones que no conocen a Dios, porque “el hombre que manifiesta desatención está desatendiendo, no al hombre, sino a Dios, que coloca su espíritu santo en ustedes.”—1 Tes. 4:8, NM.

      5. A ustedes las otras ovejas del Señor, ¿qué les dice 1 Tesalonicenses 2:19, 20, y qué deuda tienen?

      5 Al continuar ustedes fieles a Jehová es como si sus hermanos mayores y su “esclavo discreto” mayor les dijeran: “Porque ¿cuál es nuestra esperanza o gozo o corona de alborozo—¿no lo son en verdad ustedes?—delante de nuestro Señor Jesús en su presencia? Ustedes ciertamente son nuestra gloria y gozo.” (1 Tes. 2:19, 20, NM) Se desprende que ustedes tienen una gran deuda, una deuda espiritual con Dios, y con su sociedad fiel que les ha traído la verdad a la cual ustedes han respondido y la cual los ha conducido a ponerse en la senda de la santidad y salvación. Paguen su deuda con lealtad y devoción amorosa.

      6. Mencione brevemente algunos preliminares adicionales a la santificación.

      6 Podemos decir que la santificación se recibe no sólo de Dios y por medio de la verdad y al ser predicada ésta a nosotros, sino también por medio de dedicarse a Jehová. Por consiguiente la santificación de los miembros del cuerpo de Cristo viene por medio de la unión con él, por medio del espíritu de Dios sobre ellos, por medio de su fe en Jehová y su Palabra, y fe en Cristo Jesús, su provisión para vida. Como está escrito: “Conforme a la presciencia de Dios el Padre, con santificación por el espíritu, con el propósito de que sean obedientes y rociados con la sangre de Jesucristo.”—1 Ped. 1:2, NM.

      7. En el párrafo siete, varios puntos se aclaran concernientes a la santurronería eclesiástica. Sírvase relatarlos en sus propias palabras.

      7 Bien, en todos estos puntos relativos a la santificación y cómo se recibe, ¿dónde entran las ostentosas ceremonias eclesiásticas? En ninguna parte. No tienen nada que ver con la santificación que se enseña en la Biblia. Son invenciones de hombres que datan de paganismo craso, embellecidas por medio de la imaginación de adoradores paganos modernos para impresionar y extraviar a la gente. Una de las pruebas sobresalientes, además de la Biblia, de que la pretendida santificación por medio de las ceremonias pueriles de la cristiandad ortodoxa es falsa y sólo contribuye a la santurronería hipócrita se encuentra en el hecho de que la cristiandad es moralmente mala, podrida y corrompida en todo departamento suyo, reprocha a Jehová Dios, lucha en contra de él, no a favor de él y su causa, persigue hasta el límite a los que tratan de enseñar a la gente los principios limpios de la santa Palabra de Dios, y está destinada a la destrucción a manos del principal vindicador de Jehová, Cristo Jesús, en la guerra cercana del Armagedón. Sus doctrinas paganas y falsas de la llamada “santificación,” así como también otras de sus doctrinas y prácticas, no tienen un solo apoyo bíblico. Cometen una gran injusticia contra la humanidad en general porque esconden de los ojos de la gente la verdad de la Palabra de Dios, la Biblia, concerniente a la santidad verdadera. Los caudillos y la gente participan de su culpa común al reprochar el nombre de Dios.

      8. ¿Qué tienen que hacer los que están dedicados a la justicia?

      8 En nuestra consideración de la santificación no tenemos que dejarnos confundir o desanimar por lo que la religión ortodoxa ha hecho a esta expresión de oro que se halla en la Palabra de Dios, la cual está llena de significado y es un requisito esencial del cristiano. A ustedes que están dedicados a la justicia no les conviene ni siquiera por un minuto ir de acuerdo con el viejo mundo, con este viejo sistema de cosas, y sus normas, sus doctrinas, o sus prácticas. Estén limpios. Mantengan su santificación y su esperanza de santificación para vida.

      ¿CÓMO SE MANTIENE?

      9. ¿Qué punto aclara Pablo concerniente al dominio de uno mismo?

      9 Uno de los puntos que Pablo aclara al escribir a los tesalonicenses acerca del imperio sobre uno mismo es: “Que cada uno de ustedes sepa tomar posesión de su propio vaso en santificación y honra, no en codicioso apetito sexual tal como también tienen aquellas naciones que no conocen a Dios; que ninguno llegue al punto de perjudicar y traspase los derechos de su hermano en este asunto, porque Jehová es uno que exige castigo por todas estas cosas, así como les dijimos de antemano y también les dimos un testimonio cabal.” (1 Tes. 4:4-6, NM) (Un uso semejante de la palabra “vaso” se advierte donde Saulo es llamado un “vaso escogido” en Hechos 9:15.)

      10. ¿Cómo se usa “vaso” aquí, y de qué manera es el dominio de uno mismo un requisito esencial?

      10 Aquí se hace referencia al cuerpo de cada cristiano individual como un “vaso.” Está hablando del cuerpo o el propio yo del siervo de Dios como un instrumento que el cristiano ha de usar de la manera apropiada. Esto requiere dominio de uno mismo. Resulta en confiabilidad, y esta confiabilidad viene de nuestra propia valuación de nuestra relación con Jehová Dios, de nuestro glorioso tesoro de servicio y de la teocrática sociedad del Nuevo Mundo y nuestra parte en ella. El que mantiene la santificación es un hombre confiable o una mujer confiable. El que ésta no se mantiene automáticamente sino que es preciso proseguir en ella lo sugiere la súplica de Pablo: “Pero pórtense de una manera digna de las buenas nuevas acerca del Cristo, a fin de que, ya sea que venga y los vea o esté ausente, oiga acerca de las cosas que atañen a ustedes, que ustedes se mantienen firmes en un mismo espíritu, con una misma alma luchando lado a lado por la fe de las buenas nuevas, y en nada amedrentados por sus opositores. Esta misma cosa es prueba de destrucción para ellos, pero de salvación para ustedes; y esta indicación procede de Dios, porque a ustedes se les dió el privilegio a favor de Cristo, no sólo de poner su fe en él, sino también de sufrir a favor de él.”—Fili. 1:27-29, NM.

      11, 12. ¿Qué es necesario para que pueda mantenerse la santificación?

      11 Hemos mencionado brevemente los medios mediante los cuales se logra la santificación. A fin de mantener la santificación es necesario mantener brillantes estos medios de lograrla. La santificación procede de Jehová Dios. Para mantenerla, mantenga el corazón fijo en Jehová. La santificación viene mediante la verdad de la Palabra de Jehová, la Biblia. Para continuar en esta condición de devoción santa es necesario estudiar y adherirse constantemente a la Palabra de verdad. Las aguas de verdad se representan como una gran corriente, que fluye desde el templo de Jehová. (Apo. 22:1, 2) De esta corriente abundante los cristianos tienen que llenar su corazón y mente de continuo y, al beber constantemente estas aguas de vida, dentro de ellos fuentes de agua burbujean para impartir vida eterna.—Juan 4:14.

      12 A nosotros se nos trajo la oportunidad para santificación a causa de que fuimos asistidos por alguna otra persona que estaba predicando las buenas nuevas de la Palabra de Dios. Nuestra santificación, desde este punto de vista, dependía de ese ministerio. A fin de que mantengamos nuestra santificación es esencial que seamos activos en el ministerio, ocupándonos en él, predicando, llevando la verdad a otros. Esta actividad es una prueba de nuestro ministerio y glorifica a nuestro Dios en armonía con lo que declaró el santificado Señor Cristo Jesús: “Mi Padre es glorificado en esto, que ustedes sigan produciendo mucho fruto y muestren ser mis discípulos.” (Juan 15:8, NM) La devoción a Jehová, evidenciada por nuestra inmersión en agua en símbolo de nuestra dedicación a él, tiene que ser constante, y en ella tiene que manifestarse nuestra unidad con nuestros consiervos. Mantenga fuerte la fe que nos trajo en relación con Jehová, para que su espíritu que conduce a santificación siempre descanse sobre nosotros. Semejante a los tesalonicenses, hoy nosotros conocemos las órdenes dirigidas a los cristianos en la Palabra de Dios. “Porque ustedes conocen las órdenes que les dimos por medio del Señor Jesús.”—1 Tes. 4:2, NM.

      ¿SON SANTIFICADAS LAS OTRAS OVEJAS?

      13. Pablo identifica a los santificados. ¿Quiénes son?

      13 Previamente hicimos notar que al dirigirse a los tesalonicenses Pablo estaba escribiendo a miembros en perspectiva del cuerpo de Cristo, santificados por Jehová Dios a causa de estar apartados para hacer la obra de los que son sus hijos espirituales. “Además, hermanos, no queremos que sean ignorantes concerniente a los que están durmiendo en la muerte, para que ustedes no se aflijan así como hacen también los demás que no tienen esperanza. Porque si nuestra fe es que Jesús murió y volvió a levantarse, así, también, los que se han dormido en la muerte por medio de Jesús, Dios los traerá con él. Porque esto es lo que les decimos por palabra de Jehová, que nosotros los vivientes que sobrevivamos hasta la presencia del Señor de ninguna manera precederemos a aquellos que se han dormido en la muerte, porque el Señor mismo descenderá del cielo con un llamamiento imperativo, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios, y los que están muertos en unión con Cristo se levantarán primero. Después nosotros los vivientes que sobrevivimos seremos arrebatados en nubes juntamente con ellos para encontrar al Señor en el aire; y así nosotros siempre estaremos con el Señor. En consecuencia, sigan consolándose mutuamente con estas palabras.” (1 Tes. 4:13-18, NM) Luego, también, en conexión con el mantener la santificación y abstenerse de la fornicación Pablo escribió a los corintios: “¿No saben que sus cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré, entonces, los miembros del Cristo y los haré miembros de una ramera? ¡Jamás suceda eso!”—1 Cor. 6:15, NM.

      14. ¿A quiénes se refiere el Apocalipsis 7:9?

      14 Con aplicación al tiempo que fueron escritos así como en nuestro día, los textos que hemos considerado aquí de las Escrituras cristianas griegas tienen directa referencia a los santificados, consagrados y espirituales hijos de Dios. ¿Qué puede decirse entonces concerniente a las otras ovejas del Señor Jesús? ¿Qué hay acerca de la grande muchedumbre de siervos de Dios, a la cual se refiere, por ejemplo, el Apocalipsis 7:9 (NM), como: “¡He aquí! una grande muchedumbre, que ningún hombre podía contar, de entre todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos de mantos blancos, y había palmas en sus manos”? Su servicio de alabanza a Dios se manifiesta en el versículo 10: “Y ellos continuamente claman en alta voz, diciendo: ‘La salvación se la debemos a nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero.’”

      15. ¿Es santificada esa “grande muchedumbre”?

      15 Ese mismo capítulo del Apocalipsis aclara que éstos no son los 144,000 sellados del Israel espiritual. Más bien, ellos se manifiestan después que se da consideración a la congregación o cuerpo de Cristo. Los de la “grande muchedumbre” ciertamente no son santificados en el sentido de ser miembros de la congregación del Israel espiritual; y no obstante ¿recaen sobre ellos los requisitos de santidad en vista de toda la evidencia que hemos considerado aquí concerniente a la adoración limpia y pura del Dios verdadero, quien él mismo es santo y justo? Decimos: Sí, por razón de que Jehová Dios no aprueba la injusticia, y los de la grande muchedumbre de sus otras ovejas ciertamente se hallan en su aprobación, si es que están probando, y a medida que estén probando, su devoción fiel a él. Su dedicación es indiscutiblemente genuina. Su servicio de alabanza a él ahora está engrosándose hasta incluir un coro tremendo para su honor y gloria. Hermosean la organización del pueblo de Jehová sobre la tierra en este día. Aman a Jehová y él los ama. Sus perspectivas para vida eterna en el nuevo mundo son conmovedoras. Así como Jehová le impuso el requisito de santidad a la clase de sus siervos terrestres sin esperanzas celestiales, tal como se expresa a ellos en Levítico, en el cual tiempo Dios llamó la atención a Su propia santidad, y tal como Pedro dictó este mismo principio como uno para gobernar a los cristianos de su día, así ahora aplica a todos los cristianos en nuestro día, incluyendo a los de las otras ovejas del Señor.

      16. ¿Dónde se muestra que la “grande muchedumbre” está sirviendo, y a qué conclusión nos conduce esto?

      16 Existe otra razón para esta conclusión, la cual es el hecho de que el Apocalipsis 7:15 representa a éstos de la grande muchedumbre como “delante del trono de Dios, y le rinden servicio sagrado día y noche en su templo, y el que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos.” (NM) No podemos concluir que alguno que sirve a Jehová en su templo o en conexión con él sea corrompido, impío, profano. “En su Templo todo ello le dice: ¡Gloria!”—Sal. 29:9.

      17. Distinga entre consagración y santificación.

      17 ¿Es santificación sinónimo de consagración? No, porque consagración se refiere al acto de Jehová al escoger y facultar al Sumo Sacerdote Cristo Jesús y a los ungidos sacerdotes asociados con Cristo Jesús. (Vea La Atalaya del 1 de octubre de 1952.) La santificación es en relación con otras cosas. Contrasta a uno que es apropiadamente llamado “santificado” con una persona no santificada o una condición no santificada. Por lo tanto, es lo más correcto que Jehová Dios, mediante su gran Juez nombrado, Cristo Jesús, determine quiénes le están sirviendo fielmente y por eso son dignos de su aprobación por su devoción a él.

      18, 19. Al discutir de cónyuges creyentes e incrédulos, ¿cómo aplica el apóstol Pablo la santificación?

      18 Note la aplicación que hace el apóstol Pablo de este principio en el capítulo siete de Primera a los Corintios, donde discute la santificación relativa de una persona casada que no es creyente y un cónyuge que es cristiano. Sus palabras son: “Si algún hermano tiene una esposa incrédula, y sin embargo ella está de acuerdo en vivir con él, que él no la deje; y la mujer que tenga un esposo incrédulo, y no obstante él está de acuerdo en vivir con ella, que no deje a su esposo. [¿Por qué?] Porque el esposo incrédulo es santificado en relación con su esposa, y la esposa incrédula es santificada en relación con el hermano; de otra manera, sus hijos en verdad serían inmundos, pero ahora son santos.”—1 Cor. 7:12-14, NM.

      19 En esta familia dividida existe un contraste entre la posición favorable en que el cónyuge incrédulo se encuentra en relación con el creyente y la posición desfavorable si ambos cónyuges fueran incrédulos. Se manifiesta que la santidad es para los niños jóvenes, quienes de otra manera serían inmundos, si ninguno de los padres fuera creyente, o si el otro padre no fuera santificado en relación con el creyente. Esto no es decir que el cónyuge incrédulo no es personalmente responsable por su curso de incredulidad, y no significa que el cónyuge creyente va a llevar al incrédulo a la vida eterna en incredulidad. Nos interesamos en el hecho de que el apóstol Pablo dice que el incrédulo es santificado relativamente, aunque no llega a ser un santificado o “santo.” Lo mencionamos aquí para manifestar que es correcto que las otras ovejas del Señor al leer en la Palabra de Dios los requisitos para santificación a Jehová Dios apliquen a ellas mismas esos principios de justicia que tienen que ser observados y que vivan en conformidad con ellos. Es correcto, también, que ellas sepan que tienen que mantener su condición de devoción a la causa justa de Dios a fin de ser una alabanza a su nombre y heredar vida eterna en su justo nuevo mundo. (2 Ped. 3:13) Como está escrito a la congregación santificada: “Dios nos llamó, no con permiso para inmundicia, sino en conexión con santificación.” (1 Tes. 4:7, NM) Aunque las otras ovejas no son miembros de la “nación santa,” que se compone de los que son llamados “santos” o “santificados,” ahora están asociadas estrechamente con esa nación como parte de la “una sola manada” bajo el “un solo pastor.” Por consiguiente no deben actuar como una influencia contaminadora entre ella como lo hizo la “muchedumbre mixta” una vez entre los hijos de Israel en el desierto. (Núm. 11:4, NM) No; sino que se requiere que ellos cumplan con los requisitos de santidad hasta donde éstos aplican a las otras ovejas del Señor y así sean buenos y confiables compañeros del resto de la “manada pequeña” de santificados.

      20. ¿Con qué estímulo a mantenerse firmes termina Pablo su primera carta a los tesalonicenses?

      20 Pablo termina su primera carta a la congregación tesalonicense de santificados con una nota muy feliz y alentadora, diciendo: “Que el mismo Dios de paz los santifique completamente. Y con sana solidez en toda parte que el espíritu y alma y cuerpo de ustedes los hermanos sea conservado intachable en la presencia de nuestro Señor Jesucristo. El que los está llamando es fiel, y él también lo hará. La bondad inmerecida de nuestro Señor Jesucristo sea con ustedes.” (1 Tes. 5:23, 24, 28, NM) En armonía con el hecho de que Dios ha santificado por completo al resto de la “manada pequeña” que todavía está sobre la tierra, él tratará favorablemente a la “grande muchedumbre” de otras ovejas fieles a causa de su relación leal con el resto santificado.—Mat. 25:34-40, 46.

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