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  • ¿Accidentes de evolución, u obras de creación?
    ¡Despertad! 1982 | 8 de febrero
    • ¿Accidentes de evolución, u obras de creación?

      Se intensifica la acalorada controversia

      EL CREACIONISMO CIENTÍFICO quiere ir a la escuela. Quiere que se dedique tanto tiempo a él como a la evolución en las clases de ciencia de las escuelas públicas de los Estados Unidos. También es asunto de disputa en el Canadá pero en meno grado.

      LOS EVOLUCIONISTAS se oponen a la introducción del tema de la creación en el aula. Dicen que no es ciencia, que no tiene lugar en las clases de ciencia y que violaría el principio de separación de la Iglesia y el Estado.

      LA CONTROVERSIA ha figurado en los titulares de los periódicos por todos los Estados Unidos. Se ha debatido ante las legislaturas estatales y ha sido asunto de litigio en los tribunales.

      Hasta la prestigiosa Asociación Americana para el Adelanto de la Ciencia se expresó contra la doctrina de la creación en la reunión que celebró el año pasado, y anunció provisionalmente que en la reunión del año siguiente consideraría modos de combatirla.

      Esta controversia que Darwin inició hace más de 100 años todavía rabia. Pero, sin envolverse en las cuestiones políticas:

      ESTA “¡DESPERTAD!” ESPECIAL considera ciertas preguntas básicas:

      ¿Es científica la doctrina bíblica de la creación?

      ¿Pueden demostrar los científicos cómo sustancias químicas inertes se convirtieron en la primera célula viviente sencilla que pudiera reproducirse?

      ¿Revela el registro de los fósiles cómo esta primera célula evolucionó hasta convertirse en toda cosa viviente que hay en la Tierra, incluso el género humano?

      ¿Pueden las mutaciones que se realizan al azar producir los diseños intrincados y los instintos asombrosos que se hallan en las criaturas vivientes?

      Comencemos nuestra investigación dando una mirada a la célula misma y su increíble complejidad. ¡No es tan sencilla como antes se pensaba!

  • La célula, increíblemente compleja
    ¡Despertad! 1982 | 8 de febrero
    • La célula, increíblemente compleja

      Una mirada al interior

      ¿Son producto de la casualidad sus 100.000.000.000.000 de células?

      Cuando se propuso la teoría de la evolución en el tiempo de Carlos Darwin, los científicos no tenían idea alguna de la complejidad fantástica que se descubriría en la célula. Se precisa la ayuda de poderosos microscopios electrónicos para poder ver claramente la mayoría de las partes de una célula corriente. Aquí se presentan unas cuantas partes de una célula animal típica... todas las cuales están empaquetadas en un recipiente que solo mide 0,0025 centímetros de un lado al otro:

      [Diagrama]

      (Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

      MEMBRANA CELULAR

      MITOCONDRIA

      RETÍCULO ENDOPLASMÁTICO

      RIBOSOMAS

      LISOSOMA

      APARATO DE GOLGI

      CENTRÍOLO

      MITOCONDRIA—Estos orgánulos, que parecen salchichas diminutas, son centros donde se produce una molécula especial que se llama ATP. La célula usa las moléculas de ATP para energía. Dentro de las membranas complejas de la mitocondria, la producción de ATP puede proseguir a un paso aceleradísimo. Se necesitan más de una docena de reacciones químicas distintas para hacer cada molécula de ATP, y, en conjunto, todas las células que usted tiene hacen muchos miles de millones de esas moléculas cada segundo.

      RIBOSOMAS—Apenas pueden verse estas partículas diminutas aun con la ayuda de poderosos microscopios electrónicos, y hay miles de ellas en la mayoría de sus células. Los ribosomas leen las instrucciones procedentes de otras moléculas y fabrican las proteínas que su cuerpo necesita, cumpliendo con especificaciones precisas al hacerlo. Los ribosomas son muy complejos, ya que se componen de no menos de 55 moléculas proteínicas distintas.

      MICROTÚBULOS—Las células pueden cambiar de forma por medio de construir o disolver estos elementos estructurales, de modo que los microtúbulos dan a las células un “esqueleto” flexible. En las células nerviosas muy largas, los microtúbulos forman un sistema interno de “transporte rápido.”

      LISOSOMAS—Como bolsitas que contienen enzimas que pueden destruir la célula, los lisosomas le sirven de estómago a la célula, pues descomponen las sustancias para el uso de la célula. Los glóbulos blancos se valen de las enzimas presentes en sus lisosomas para atacar las bacterias dañinas.

      RETÍCULO ENDOPLASMÁTICO—Parece que éste le sirve a la célula de almacén de proteínas y otras moléculas, las cuales son almacenadas separadamente para que la célula las use posteriormente o para enviarlas al exterior.

      APARATO DE GOLGI—Parece que este gránulo ayuda a juntar la proteína recién sintetizada procedente del retículo endoplasmático de modo que la célula pueda emplearla.

      TÚNICA NUCLEAR—Para proteger el ADN celular, la túnica nuclear está hecha de dos membranas, que contienen poros que no son simplemente orificios, sino puertas complejas, que a veces están abiertas y a veces no.

      CROMOSOMAS—Estos corpúsculos están situados dentro del núcleo y contienen el ADN de la célula, que es el plano genético maestro de la célula. El ADN se reúne alrededor de proteínas especiales que se llaman histones, que quizás ayuden a regularlo.

      CENTRÍOLOS—Estos cilindros se componen de nueve juegos de tres microtúbulos cada uno. Cuando las células se dividen, evidentemente los centríolos controlan las diminutas fibras que separan los cromosomas unos de otros para que cada célula nueva reciba la información genética correcta.

      MEMBRANA CELULAR—Esta membrana es más que una pared, puesto que tiene que controlar lo que entra en la célula y lo que sale de ella. Si hay demasiado líquido, eso pudiera romper la célula; mientras que una insuficiencia de líquido cerraría las reacciones químicas de la célula. Se tiene que cribar el alimento cuidadosamente para detectar sustancias peligrosas, y solo se le permite entrar a la célula después que se le haya envuelto seguramente en un poco de la membrana para transportarlo al lisosoma que lo espera.

      Por supuesto, en la lista de arriba no hemos profundizado mucho en el asunto. Una sola célula es muchísimo más compleja que cualquier cosa que el hombre jamás haya hecho. Realmente, ¿pudiera la célula haber llegado a ser aleatoriamente o por casualidad?

  • ¿Pudiera la casualidad crear bacterias?
    ¡Despertad! 1982 | 8 de febrero
    • ¿Pudiera la casualidad crear bacterias?

      La complejidad de lo más sencillo

      ¿Sencillas? ¡Tienen las moléculas más grandes que se conocen!

      LA MAYOR parte de los evolucionistas admiten de buena gana que las células animales, como la que se ilustra en la página 4, son maravillas de complejidad biológica. ‘Pero los primeros organismos vivientes no eran tan complicados,’ agregan enseguida. Según lo que escribió el profesor de química Richard E. Dickerson para la revista Scientific American: “Los primeros organismos vivientes que hubo en la Tierra . . . supuestamente eran entidades unicelulares semejantes a las bacterias fermentadoras modernas.”

      Pues bien, que el lector considere la humilde bacteria y decida si ésta pudiera haber llegado a existir sin que hubiera un Creador.

      Alguien pudiera pensar que las paredes celulares de las bacterias deberían de ser más primitivas que las de organismos superiores. Todo lo contrario. Las células de plantas superiores contienen paredes de celulosa que consisten en una ristra o serie unida de moléculas de azúcar. Las paredes celulares de las bacterias también empiezan con ristras de moléculas de azúcar, pero en estas ristras se entretejen entonces, intrincadamente, cadenas cortas de aminoácidos. Toda la pared celular, como lo expresó un científico, “puede concebirse en términos generales como una gigantesca molécula en forma de bolsa.”

      Esta bolsa es extremadamente fuerte. Las paredes celulares de las bacterias sostienen presiones internas de 21 kilos por centímetro cuadrado sin reventar. ¡Trate de hacer eso con un neumático de su automóvil!

      Es verdad que las bacterias no tienen núcleo, como lo tienen las células de organismos superiores. Pero aun las bacterias más sencillas contienen una buena cantidad de ADN, la materia genética universal. El ADN bacterial, en vez de estar rodeado de una membrana nuclear, generalmente forma un solo lazo largo dentro de la bacteria. Según un científico, el Dr. John Cairns, la bacteria común del tipo E. coli contiene dentro de su gigantesco lazo de ADN lo que “por mucho es la mayor molécula que se conoce en cualquier sistema biológico.”

      ¿Le parece todo eso a usted como algo que simplemente pudiera haber sido arrojado por el agua sobre una playa primitiva? ¿Pudiera “la mayor molécula” ser el resultado de una combinación accidental de sustancias químicas inertes?

      En preparación para la próxima división, la bacteria E. coli duplica el ADN que contiene. Para que esto suceda, la molécula de ADN, cuya forma se asemeja a un gran cierre de cremallera torcido, tiene que “abrirse” de modo que cada mitad pueda formar su mitad complementaria. Secciones de la molécula de ADN llamadas pares básicos corresponden a los dientes de un cierre de cremallera. ¡En la humilde bacteria del tipo E. coli la duplicación de estos pares básicos tiene lugar, con exactitud escrupulosa, al paso de 150.000 por minuto!

      ¿Qué sucede cuando la bacteria E. coli tiene que viajar? Literalmente echa un propulsor. Según el profesor de biología Howard Berg, de los lados de la célula surgen seis filamentos que se juntan y forman un bulto. Estos filamentos giran, lo cual requiere “los equivalentes estructurales de un rotor, un estator y un cojinete rotatorio,” dice el Dr. Berg. ¡Y eso no es poca cosa para una forma de vida tan “primitiva”!

      Hay más. Como toda cosa viviente, la bacteria E. coli utiliza el ADN para dirigir la síntesis de las sustancias químicas que necesita para vivir. Esta humilde bacteria controla su ADN mediante complicados mecanismos de realimentación que activan o desactivan ciertas secciones del ADN según sea necesario. “Hay que hacer una pausa para llamar atención a la extraordinaria economía y eficiencia de este sistema de control,” dice el bioquímico Pierre Changeux, quien se maravilla de que “el control no le acarrea a la célula absolutamente ningún gasto de energía. . . . ¡Una fábrica con relevadores de control que no requirieran energía para funcionar sería lo óptimo en eficiencia industrial!”

      La complejidad de las bacterias no constituye el único argumento en contra de la idea de que hayan evolucionado. Las mismísimas proteínas que contribuyen a la formación de las bacterias, y de otras cosas vivientes, muestran que la evolución es irremediablemente improbable. ¿Por qué?

      Los evolucionistas dan mucha importancia a un experimento que se llevó a cabo en 1952, en el cual unos científicos hicieron pasar una chispa por una mezcla de gases y sintetizaron varias sustancias químicas, incluso algunos aminoácidos. Esto se considera significativo, puesto que los aminoácidos, cuando se les conecta correctamente, forman proteínas, que constituyen las unidades básicas para la construcción de toda cosa viviente.

      Pues bien, dependiendo de cómo esté construido el aminoácido, se le llama levógiro (“zurdo”) o dextrógiro (“derecho”). Los diferentes experimentos en los que se emplean gases y chispas han producido iguales cantidades de aminoácidos levógiros y dextrógiros. En cambio, como lo admite el evolucionista Richard Dickerson: “Exceptuando algunas adaptaciones especializadas. . . todos los organismos vivos actuales incorporan tan solo L-aminoácidos [levógiros].”

      Si una proteína típica tiene 400 aminoácidos, la probabilidad de que todos éstos sean levógiros sería comparable a la probabilidad de que una moneda echada al aire cayera de la misma cara 400 veces consecutivas. ¡La probabilidad de que esto suceda es de menos de una vez contra la cifra de uno seguido de 100 ceros... una cifra muchas veces mayor que la cantidad total de átomos que hay en todas las galaxias del universo conocido! Sin embargo, aun dado el caso de que una proteína aleatoria imposible de 400 aminoácidos levógiros se produjera espontáneamente, habría solo la más mínima probabilidad de que dicha proteína estuviera formada de los aminoácidos levógiros debidos —hay 20 variedades de ellos— y de que éstos estuvieran dispuestos en el orden debido.

      La generación espontánea de las proteínas por casualidad podría ilustrarse de la manera siguiente: Supongamos que usted tenga una caja que contenga pedacitos cuadrados de madera, idénticos al tacto, y que tengan igual cantidad de letras y números escritos encima. Ahora, se le dice que con los ojos vendados usted escoja 400 de estos pedacitos de madera. La probabilidad de que usted escoja solamente letras y ningún número es bastante remota. Pero eso no es todo. Las letras de los 400 cuadraditos que usted escoja tienen que formar un párrafo que tenga significado y que sea gramaticalmente correcto cuando los cuadrados se coloquen lado a lado en el orden en que usted los escoja.

      Los sistemas complejos de E. coli demuestran otro problema inherente a la noción de que la evolución haya producido la vida, aun la vida primitiva. Las moléculas de ADN son necesarias para que haya vida, pero no bastan para que haya vida. Otras moléculas muy complejas, tales como ciertas enzimas, tienen que estar presentes para dirigir las actividades del ADN y cooperar con éstas.

      Por lo tanto, la vida puede existir solo cuando varios sistemas muy complejos llegan a existir al mismo tiempo y funcionan juntos en perfecta armonía. Ninguno de esos sistemas complejos puede jamás producir tan siquiera una forma de vida primitiva sin que estén en su lugar los otros sistemas.

      Los evolucionistas hacen frente a este dilema mediante simplemente afirmar su “fe” en la evolución.

      [Comentario en la página 6]

      Las paredes celulares de las bacterias sostienen presiones internas de 21 kilos por centímetro cuadrado

      [Comentario en la página 7]

      La duplicación de los pares básicos de la bacteria E. coli tiene lugar al paso de 150.000 por minuto

  • Su mejor prueba... el registro de los fósiles
    ¡Despertad! 1982 | 8 de febrero
    • Su mejor prueba... el registro de los fósiles

      LO QUE AFIRMAN, Y LOS HECHOS QUE PRESENTAN

      LO QUE LOS EVOLUCIONISTAS MISMOS DICEN SOBRE EL REGISTRO DE LOS FÓSILES

      SU TESTIGO PRINCIPAL

      “Los fósiles constituyen la mejor prueba de la evolución.”—Introduction to Protozoology, página 36, por Reginald Manwell.

      “Gracias a la ayuda de los fósiles, los paleontólogos ahora pueden darnos un excelente cuadro de la vida que existió en épocas pasadas.”—A Guide to Earth History, página 48, por Richard Carrington.

      “La veracidad de la evolución ha sido comprobada concluyentemente por la paleontología.”—Genetics, Paleontology, and Evolution, página 87, por D. D. Davies (libro preparado por Jepson, Mayr y Simpson).

      SU TESTIGO PRINCIPAL DICE

      Sobre el origen de la vida

      “La geología no nos dice nada en cuanto al origen de la vida.”—Plant Life Through the Ages, por A. C. Seward.

      Sobre la vida microscópica

      “Todavía sabemos poco en cuanto a la evolución protozoaria.”—Introduction to Protozoology, página 42, Manwell.

      Sobre la vida de las plantas

      “El tipo teóricamente primitivo se nos escapa; nuestra fe da por sentada su existencia, pero el tipo no se materializa.”—Plant Life Through the Ages, Seward.

      Sobre los insectos

      “No se conoce de fósiles que demuestren cómo eran los insectos primitivos ancestrales.”—Life Nature Library, The Insects, página 14.

      Sobre los peces

      “El primer pez evolucionó. . . . Que sepamos, no hay ‘eslabón’ que enlace a este nuevo animal con alguna forma anterior de vida. El pez simplemente apareció, dotado de columna vertebral, aquella estructura que separa a todos los animales en uno de dos grupos: los de vida superior y los de vida inferior.”—Marvels and Mysteries of Our Animal World, página 25, por Jean George (libro del Reader’s Digest).

      Sobre la transformación de peces en anfibios

      “Se han hallado solo unos cuantos restos de esta supuesta etapa de transición.”—Life Nature Library, The Fishes, página 64.

      Sobre la transformación de anfibios en reptiles

      “Uno de los rasgos desconcertantes del registro fósil relacionado con la historia de los vertebrados es que muestra muy poco acerca de la evolución de los reptiles durante sus primerísimos días, cuando el huevo estaba desarrollándose dentro del cascarón.”—Life Nature Library, The Reptiles, página 37.

      Sobre la transformación de reptiles en mamíferos

      “Los fósiles, lamentablemente, revelan muy poco acerca de las criaturas que nosotros consideramos los primeros mamíferos en el sentido verdadero.”—Life Nature Library, The Mammals, página 37.

      “No hay eslabón perdido [que enlace a] los mamíferos y los reptiles.”—Life Nature Library, The Reptiles, página 41.

      Sobre la transformación de reptiles en aves

      “No hay nada en los fósiles que muestre las etapas mediante las cuales se realizó la asombrosa transformación de los reptiles en aves.”—Biology and Comparative Physiology, W. E. Swinton, Tomo 1, pág. 1.

      Sobre los antropoides

      “Para el entero período terciario, que abarca unos 60 a 80 millones de años, tenemos que leer la historia de la evolución de los primates de unos puñados de huesos y dientes rotos.”—junio de 1956, Scientific American, página 98, por Eiseley.

      “Desgraciadamente, el registro de los fósiles que habría de hacer posible que trazáramos la emergencia de los antropoides todavía está desesperanzadamente incompleto.”—Life Nature Library, The Primates, página 15.

      De los antropoides al hombre

      “Lamentablemente, las primeras etapas del progreso evolutivo del hombre, en lo que tiene que ver con su propia línea individual, sigue siendo totalmente un misterio.”—Life Nature Library, The Primates, página 177.

      “Aun esta historia relativamente reciente está repleta de incertidumbres; las autoridades frecuentemente están en desacuerdo, tanto sobre puntos fundamentales como sobre detalles.”—Mankind Evolving, página 168, por Theodosius Dobzhansky.

      La conclusión a que llegamos:

      Hemos seguido un procedimiento que Jesús indicó en cierta ocasión: “De tu propia boca te juzgo.” (Lucas 19:22) Los evolucionistas dicen que los fósiles proporcionan la mejor prueba de la evolución, que proveen un excelente cuadro de ella, que la prueban de manera contundente. Luego dicen:

      ‘No hay fósiles que muestren cómo empezó la vida, ni el principio de la vida microscópica, ni cómo empezó la vida vegetal, ni el comienzo de los insectos, ni el de los peces, los anfibios, los reptiles, ni los mamíferos, ni las aves, ni cómo llegaron a existir los monos, ni el hombre.’

      Su “mejor prueba” no es prueba alguna. Su “excelente cuadro” es un vacío total. Su ‘prueba contundente’ no prueba nada. ¿Cómo evaden los evolucionistas este testimonio poco satisfactorio de su testigo principal? El siguiente artículo revela las tácticas modificadas que utilizan.

  • Revolución en la evolución
    ¡Despertad! 1982 | 8 de febrero
    • Revolución en la evolución

      Se busca: alguien que reemplace a Darwin

      Desesperado esfuerzo por respuestas nuevas

      LA EVOLUCIÓN “está pasando por la más extensa y profunda revolución por la que haya pasado en casi 50 años.” Así decía el informe sobre una reunión que se celebró en Chicago en octubre de 1980. Unos 150 científicos que se especializan en la evolución celebraron una conferencia de cuatro días en la cual se trató el tema de “La macroevolución.”

      La revista Science, la publicación oficial de la Asociación Americana para el Adelanto de la Ciencia, informó lo siguiente sobre el ambiente que imperó allí: “Choques de personalidad y críticas académicas llenas de sarcasmo crearon una tensión palpable . . . a veces los procedimientos de la reunión se hicieron ingobernables y hasta acalorados.” Muchos científicos, sintiéndose frustrados, se quejaron de que “gran parte de la información que se suministró estuvo caracterizada más por descripciones y afirmaciones que por la presentación de datos.” Pero, ¿no ha sido por mucho tiempo la táctica de los evolucionistas el presentar afirmaciones en vez de datos?

      Darwin había dicho que la vida había evolucionado muy lentamente por medio de cambios pequeños a partir de un organismo unicelular hasta que toda forma de vida se desarrolló en la Tierra, incluso el hombre. El registro fósil debería mostrar esas transiciones, pero no lo hacía, según Darwin mismo admitió. Hace ciento veinte años él dijo que el registro estaba incompleto, pero él creía que, con el tiempo, se descubrirían más fósiles y así se llenarían las lagunas del registro.

      “El patrón que por los pasados 120 años se nos dijo que halláramos no existe,” declaró Niles Eldridge, paleontólogo del Museo Americano de Historia Natural de Nueva York. Él cree que surgen nuevas especies, no por medio de cambios graduales, sino en estallidos súbitos de evolución. Las muchas formas en estado de transición que se necesitaban para apoyar la evolución de Darwin nunca existieron... jamás habrá fósiles que llenen esas lagunas.

      Stephen Jay Gould, de la Universidad de Harvard, concuerda con Eldridge. En la reunión que se celebró en Chicago, declaró: “Ciertamente el registro es deficiente, pero la irregularidad que se ve en éste no es el resultado de lagunas, es consecuencia del modo irregular del cambio evolutivo.” Everett Olson, paleontólogo de la UCLA (Universidad de California en Los Ángeles) dijo: “Considero con pesimismo el registro de los fósiles como fuente de datos.” Francisco Ayala, quien en el pasado fue uno de los mayores defensores de la teoría de Darwin sobre cambios paulatinos, agregó este comentario: “Basándome en lo que dicen los paleontólogos, ahora estoy convencido de que los cambios pequeños no se acumulan.”

      La revista Science recapituló la controversia de esta manera: “La pregunta central que se consideró en la conferencia de Chicago fue la de si los mecanismos que son fundamento de la microevolución [cambios pequeños que se efectúan dentro de las especies] se pueden extrapolar de modo que expliquen los fenómenos de la macroevolución [grandes saltos que rebasan los límites de las especies]. . . . la respuesta que se puede dar es un rotundo: No.”

      A este punto de vista modificado de la evolución se le llama “equilibrio interrumpido a intervalos,” lo cual significa que una especie permanece en el registro fósil por millones de años, desaparece súbitamente y de manera igualmente súbita aparece una nueva especie en el registro. Pero en realidad ésta no es una propuesta nueva. Richard Goldschmidt promovió esta teoría en los años treinta, la llamó la hipótesis de los “monstruos prometedores,” y a causa de tal teoría se le difamó en gran manera. El nombre “equilibrio interrumpido a intervalos” es una designación mucho más impresionante.

      Esta teoría es en cierto modo una bendición para los evolucionistas, porque elimina la necesidad de presentar formas de vida en estado de transición. Mediante esta teoría los evolucionistas sostienen que los cambios suceden tan rápidamente que no dejan impresión en el registro fósil... pero no suceden con suficiente rapidez como para que los veamos suceder. Pero esta teoría también presenta un inconveniente. Cuando los creacionistas señalaron a los diseños intrincados que existen en la naturaleza y que requieren un diseñador, los evolucionistas entronizaron a la selección natural como la diseñadora. Ahora el papel de la selección natural se ha debilitado, y en su lugar los evolucionistas han instalado cómodamente al azar o la casualidad... por mucho tiempo los creacionistas han sostenido que los evolucionistas tenían que depender del azar para apoyar sus puntos.

      Gould reconoce que la selección natural ha perdido terreno ante el azar cuando dice: “Puede que cantidades considerables de cambios genéticos no estén sujetos a la selección natural y puede que se esparzan aleatoriamente [al azar] por las poblaciones.”

      David Raup, conservador de museo para geología, escribió para el número de enero de 1979 de Field Museum of Natural History Bulletin, de Chicago, sobre “Conflictos entre Darwin y la paleontología.” Raup dice que el registro fósil muestra cambio, pero no “como la consecuencia más lógica de la selección natural. . . . [el cambio] continúa en la naturaleza a pesar de que las muestras buenas de ello son sorprendentemente escasas. . . . Hoy día una alternativa importante a la selección natural tiene que ver con los efectos del puro azar. . . . De modo que estamos hablando de la supervivencia de los afortunados así como de la supervivencia de los más aptos.” Él opina que quizás “los mamíferos no fueron mejores que los dinosaurios, sino más afortunados,” y al concluir su artículo dice con relación a Darwin: “¡La parte que él pasó por alto fue el elemento sencillo del azar!”

      Con el azar en el papel dominante de dirigir la evolución, vuelve a surgir la delicada cuestión del diseño: ¿Cómo puede la casualidad o el azar lograr los diseños intrincados y asombrosos que se ven por todas partes? Darwin dijo que el ojo le causaba estremecimientos. Además, no es una sola vez que tienen que darse tales milagros de diseño por el azar, sino que tienen que repetirse vez tras vez en especies que no están concadenadas o relacionadas unas con otras.

      Por ejemplo, el pulpo no es pariente nuestro, pero su ojo es sorprendentemente “humano.” Peces y anguilas sin relación entre sí están equipados para hacer descargas eléctricas. Insectos, gusanos, bacterias y peces sin relación entre sí tienen órganos luminosos que producen luz fría. Lampreas, mosquitos y sanguijuelas sin relación entre sí tienen anticoagulantes que evitan que la sangre de sus víctimas se coagule. De puercos espines, equidnos y erizos sin relación entre sí se dice que desarrollaron púas independientemente. Los delfines y los murciélagos sin relación entre sí tienen sistemas de sonar. Peces e insectos sin relación entre sí tienen ojos bifocales para visión tanto en el aire como bajo el agua. En muchos animales sin relación entre sí —crustáceos, peces, anguilas, insectos, aves, mamíferos— se halla una sorprendente capacidad migratoria.

      Lo que es más, los evolucionistas quisieran hacernos creer que en tres diferentes ocasiones animales de sangre caliente se desarrollaron de reptiles de sangre fría; que en tres ocasiones la visión a color se desarrolló por separado; que en cinco ocasiones se desarrollaron alas y la capacidad de volar en peces, insectos, pterodáctilos, aves y mamíferos que no tienen relación entre sí.

      ¿Pudiera la casualidad repetir estas hazañas vez tras vez? Las probabilidades matemáticas responden: ¡No! Puede que la revolución en la evolución haya ayudado a la evolución a subsistir con un registro de fósiles lleno de lagunas, pero ha entregado al azar un papel que éste dista mucho de poder desempeñar.

      [Comentario en la página 10]

      La hipótesis de los “monstruos prometedores” reaparece como “equilibrio interrumpido a intervalos”

      [Comentario en la página 11]

      Antes de que pueda haber supervivencia del más apto, el azar tiene que producir la supervivencia del más afortunado

  • Dios lo hizo primero
    ¡Despertad! 1982 | 8 de febrero
    • Dios lo hizo primero

      Los humanos son imitadores

      No honran a Dios por sus invenciones, pero sacan patentes para las de ellos

      TERMÓMETROS

      El hombre ha fabricado termómetros muy sensibles y otros instrumentos para medir la temperatura, pero son rústicos si se les compara con las habilidades intraconstruidas que ciertas serpientes han empleado por miles de años. Por ejemplo, una serpiente de cascabel puede detectar un cambio de temperatura que corresponde a una milésima de un grado Celsius. A una boa constrictor le toma 35 milisegundos reaccionar ante un cambio de temperatura, mientras que a un instrumento sensible hecho por el hombre le toma un minuto medir el mismo cambio de temperatura. Dichas serpientes usan esta facultad que tienen de percibir los cambios de temperatura para buscar en la oscuridad víctimas de sangre caliente y capturarlas. Los detectores de temperatura también indican de qué dirección proviene lo que produce el calor.

      HIPOTERMIA

      Hoy día los cirujanos disminuyen la temperatura del cuerpo y reducen el ritmo cardiaco y respiratorio para efectuar ciertas intervenciones quirúrgicas, pero mucho antes de esto, los animales hibernantes empleaban la hipotermia. Por ejemplo, cuando la diminuta ardilla terrestre de pelaje rayado lleva a cabo su actividad de verano, su ritmo cardiaco es de centenares de palpitaciones por minuto y respira cientos de veces por minuto. No obstante, durante el sueño invernal, las palpitaciones del corazón de la ardilla se reducen a una o dos por minuto e inhala aire lentamente cada cinco minutos. La temperatura del cuerpo baja a casi la misma temperatura del frío invernal que hace afuera. Sin embargo, a pesar de estos cambios, la sangre sigue circulando, la tensión arterial permanece normal, no se interrumpe el suministro de oxígeno y se conserva el tono muscular.

      ELECTRICIDAD

      Impulsado por el tratado que escribió Luigi Galvani sobre la electricidad animal, el físico y químico italiano Volta inventó la primera pila eléctrica artificial de corriente continua. No obstante, miles de años antes, unas 500 variedades de peces eléctricos tenían pilas. El siluro africano puede producir 350 voltios, la gigantesca raya torpedo del norte del Atlántico produce pulsaciones de 60 voltios cuya intensidad alcanza 50 amperios, y las descargas que produce la anguila eléctrica de América del Sur han medido hasta 886 voltios. Las corrientes se producen mediante series de placas eléctricas... en efecto, pilas voltaicas. Cada placa eléctrica es una celda electroquímica individual que solo produce una pequeña fracción de un voltio. Pero cuando miles y a veces millones de ellas están conectadas de diversas maneras, en circuitos en serie y en paralelo en las creaciones de Dios, el resultado es una pila eléctrica natural.

      GUERRA QUÍMICA

      Las granadas de gases neurotóxicos tienen dos botes que contienen sustancias químicas que son relativamente inofensivas, pero cuando se dispara la granada, las sustancias químicas se mezclan y tras la explosión se libera el mortífero gas neurotóxico. Mucho antes de esto, y estrictamente para fines de defensa, el escarabajo escopetero o artillero había usado repelentes químicos. Las glándulas producen dos sustancias químicas diferentes, que están almacenadas en cámaras diferentes separadas por válvulas musculares. Cuando se le ataca, el escarabajo abre las válvulas y las dos sustancias químicas fluyen hacia una tercera cámara de paredes muy resistentes. Allí, una enzima provoca una reacción explosiva, con un estallido audible, y de una torreta que el escarabajo puede apuntar en cualquier dirección sale disparado un rocío nocivo. El escarabajo escopetero puede disparar repetidas veces, docenas de veces en cuestión de minutos, y las hormigas, las arañas, las santateresas, las aves o las serpientes huyen sofocadas.

      ORDENADORES

      Los ordenadores o computadoras hacen cosas fantásticas, pero no se les puede comparar al cerebro de los humanos. El cerebro humano... misterio que pesa menos de kilo y medio, que equivale al 2 por ciento del peso del cuerpo, usa el 20 por ciento de la sangre y el 25 por ciento del suministro de oxígeno. Los cálculos que se han hecho de la cantidad de neuronas que éste tiene fluctúan entre 10.000 millones y 100.000 millones, y la cantidad de conexiones de neuronas (sinapsis) fluctúa entre 100 billones y 500 billones. El cerebro recibe cien millones de detalles cada segundo, se explora a sí mismo cada décima de segundo y opera con una potencia de 20 vatios. El cerebro humano recibe, trata y evalúa información, toma decisiones, establece metas, inicia acciones, crea música y arte. Es solo en el cerebro humano donde pueden hallarse sistemas programados para el habla. Y es solo en el cerebro humano donde existe la necesidad innata de creer en un poder supremo y de adorarlo.

      Es tal como dijo un científico: “Cualquiera que se refiera a un ordenador como un ‘cerebro electrónico’ nunca ha visto un cerebro.” No es de extrañar que el Dr. Richard Restak diga que el cerebro humano es “inmensamente más complicado que cualquier otra cosa en el universo conocido.” Y, en cierta ocasión, el antropólogo Henry Fairfield Osborn declaró: “Mi opinión es que el cerebro humano es el objeto más maravilloso y misterioso de todo el universo.”

      EL SINFÍN DE ORIGINALES DE DIOS

      Los murciélagos y delfines usan el sonar; los pulpos la propulsión a chorro; los mosquitos agujas hipodérmicas; las avispas hacen papel; los castores construyen represas; las hormigas hacen puentes; las abejas y los termes usan aire acondicionado; los peces, gusanos e insectos producen luz fría; los pájaros tejen, atan nudos, construyen incubadoras, hacen trabajos de albañilería, edifican sasa de apartamentos, desalan el agua de mar, tienen brújulas y relojes internos y navegan; los escarabajos usan escafandras autónomas; las arañas usan campanas de buzo, hacen puertas, son aeronautas; algunos peces y escarabajos tienen lentes bifocales; las tortugas mordedoras y los escorpiones de agua usan tubos de respiración; los ojos de los animales, al igual que las células solares del hombre, convierten la luz en electricidad; las hormigas son jardineras y ganaderas; un escarabajo poda árboles... la lista de los mecanismos de la creación que los inventores humanos copian es interminable. De las obras del hombre se dice que se deben al ingenio de éste; las de Dios son negadas con la aseveración de que se deben a la casualidad ciega... al menos, los evolucionistas hacen eso. ¡Increíble!

  • El diseño exige un diseñador
    ¡Despertad! 1982 | 8 de febrero
    • El diseño exige un diseñador

      “Sí” y “No,” dicen los evolucionistas

      “Toda casa es construida por alguien, más el que construyó todas las cosas es Dios.”—Hebreos 3:4

      NINGÚN evolucionista afirmaría que una casa inanimada puede construirse por sí sola. Sin embargo, los evolucionistas adoptan una actitud dogmática al argüir que esto sucedió en el caso del universo inanimado... un universo compuesto de incontables millones de galaxias, cada galaxia formada por incontables millones de estrellas, todo moviéndose magníficamente con pasmosa precisión de fracciones de segundo.

      Y mucho más que eso. Los evolucionistas dicen que, en la Tierra, todas las miríadas de organismos vivos se construyeron a sí mismos como formas derivadas de sus antepasados, en un proceso que se remonta hasta un primer progenitor original de todo, que se construyó espontáneamente a sí mismo de sustancias químicas inanimadas. Y el evolucionista no se retrae de este proceder ni ante la pasmosa complejidad y el intrincado y significativo diseño que se halla en todas estas cosas vivientes.

      Nos maravillan los inventos ingeniosos de los diseñadores humanos, pero la obra más impresionante de ellos es insignificante cuando se le compara con el más sencillo organismo. Con toda la tecnología científica del siglo veinte, los diseñadores humanos no pueden siquiera comenzar a construir una pequeña amiba unicelular. Sin embargo, no se les hace difícil asignar a la casualidad ciega —mutaciones que se efectúan al azar con la ayuda discutible de la selección natural— el poder de construir toda forma de vida que existe en la Tierra.

      En esto resalta una inconsecuencia evidente. Los evolucionistas pueden asignar despreocupadamente a la casualidad el poder de diseñar todas las complejas criaturas vivientes, y al mismo tiempo insistir en que objetos extremadamente sencillos requieren la existencia de un diseñador inteligente.

      Por ejemplo, un científico excava en escombros antiguos, halla una piedra oblonga que tiene una ranura circular en el centro, y anuncia con confianza que en ésta se encajaba un palo y que el hombre primitivo usaba el instrumento resultante como martillo o arma. Una criatura inteligente la diseñó con propósito. Sin embargo, dicen lo contrario en el caso de la pluma de un ave. Una pluma de vuelo o remera puede tener un cálamo o astil del cual crecen miles de barbas, centenares de miles de bárbulas que salen de las barbas, y millones de barbicelas, o ganchitos, para mantener a todas estas partes juntas de manera que el ave pueda volar. Si las barbas se separan, el pájaro puede unirlas con el pico como si fueran una cremallera. Cremalleras... ¡muchísimo antes que el hombre las “inventara”!

      ¿Es esto el producto de un diseñador inteligente? No para el evolucionista, quien dice: “¿Cómo evolucionó esta maravilla estructural? No se requiere gran imaginación para ver en una pluma una escama modificada, básicamente semejante a la de un reptil... una escama alargada y un poco suelta, cuyas orillas exteriores se deshilacharon y se abrieron hasta que la escama se convirtió mediante el proceso evolutivo en la estructura sumamente compleja que es en la actualidad.”—Life Nature Library, The Birds, pág. 34.

      Otro ejemplo de la arbitrariedad del evolucionista: el evolucionista halla una piedra plana con el borde afilado, y está seguro de que un hombre inteligente de la edad de piedra diseñó esto para usarlo como cuchillo o raspador. Sin embargo, el evolucionista nos dice que no hace falta un diseñador para diseñar al pequeño escarabajo que vive en el árbol de mimosa. La hembra de este escarabajo trepa el árbol de mimosa, se arrastra hasta la punta de la rama, corta una hendidura en la corteza y pone sus huevos allí. Luego se arrastra hasta el centro de la rama, roe alrededor de la rama con suficiente profundidad como para cortar a través del cambium, y el extremo de la rama muere y se desprende. Los huevos del escarabajo se esparcen y al tiempo los escarabajos salen, y el ciclo comienza de nuevo. En cambio, el árbol de mimosa se beneficia. Se le poda, y debido a esto vive 40 ó 50 años... el doble de lo que viviría de otro modo. De hecho, el árbol de mimosa despide un olor para atraer al escarabajo de la mimosa, y este pequeño escarabajo no puede reproducirse en ningún otro árbol. La piedra afilada y plana requirió un diseñador; el escarabajo de la mimosa simplemente apareció. Bueno, eso nos dice el evolucionista.

      Otra comparación: un pedacito de pedernal afilado en la forma de punta de flecha convence al evolucionista de que el hombre la diseñó para usarla en la extremidad de una flecha o de una lanza. El evolucionista concluye que tales cosas, que muestran diseño y propósito, no pueden surgir por casualidad. No obstante, dice que el caso de las arañas es diferente. Considere la araña Aranea. Tiene seis pezones, cada uno con 100 grifos, cada grifo conectado por su propio tubo a una glándula individual dentro de la araña. Esta araña puede hacer hilos separados o unirlos para producir una ancha banda de seda. Las arañas fabrican siete clases de seda. Ninguna especie produce las siete; todas producen por lo menos tres clases, y la Aranea produce cinco. No todos sus 600 tubos producen seda; algunos segregan pegamento para que parte de la telaraña sea pegajosa. Sin embargo, Aranea se aceita las patas y nunca queda pegada. ¿De dónde vinieron estos órganos hiladores? Los evolucionistas dicen que unas patas de araña se convirtieron en estos órganos.

      Medite en esto: La araña tiene el laboratorio químico que necesita para producir la seda, el mecanismo físico que le permite hilarla y la sabiduría instintiva que le hace posible tejer la telaraña. Ninguna de estas cosas por sí sola sirve de nada sin las otras dos. Todas tienen que evolucionar por casualidad, al mismo tiempo, en la misma araña. Los evolucionistas creen que esto fue lo que sucedió. ¿Cree usted eso? ¿Cuál tendría más probabilidad de simplemente suceder?... ¿el pedacito de pedernal afilado, o la araña?

      Entremos en la era espacial y escuchemos al Dr. Carl Sagan, de la Universidad de Cornell. “Es fácil crear un mensaje radiado interestelar,” dice él, “que pueda ser reconocido sin ambigüedades como procedente de seres inteligentes.” El cree que, “con mucho, el método más prometedor es enviar imágenes.” Se ha sugerido enviar un cuadro en el cual haya un hombre, una mujer, un niño, el sistema solar y varios átomos... logrado todo por medio de enviar una serie de puntos y rayas, cada uno llamado un “trocito” de información; el retrato requiere un total de 1.271 trocitos.

      Piense en esto. Si 1.271 trocitos de información en cierta secuencia dan a entender que hay orden y diseño, y prueban “sin ambigüedades” que lo enviado ha provenido “de seres inteligentes,” ¿qué hay de los aproximadamente 10 mil millones de trocitos de información codificados en los cromosomas de cada célula viviente? Los evolucionistas dicen que los 1.271 trocitos de información ‘prueban sin ambigüedades que hay un diseñador inteligente,’ pero descartan la idea de que 10 mil millones de trocitos de información necesiten un diseñador, pues dicen que eso simplemente sucedió.

      ¿No le parece que tal manera de razonar es ilógica, arbitraria y que hasta muestra prejuicio? Si diseños sencillos exigen un diseñador, ¿no exigirían, con mucha más razón, un diseñador superior los diseños extremadamente complejos? El teórico británico Edward Milne, al considerar el origen del universo, llegó a esta sabia conclusión: “El cuadro que tenemos está incompleto sin Él.”

      [Ilustración en la página 15]

      Una punta de flecha exige un diseñador, ¿pero no el ADN?

  • El instinto... sabiduría programada antes del nacimiento
    ¡Despertad! 1982 | 8 de febrero
    • El instinto... sabiduría programada antes del nacimiento

      Cerebros diminutos, hazañas colosales

      “Son instintivamente sabias.”—Proverbios 30:24

      EL VIAJE INCREÍBLE

      No parece muy probable que un pajarillo de nombre científico Dendroica straita ‘desafiara’ a la institución evolucionista... pero lo hace. Este pájaro cantor de Norteamérica pesa solo 20 gramos y mide tan solo 13 centímetros de largo. No obstante, realiza colosales hazañas migratorias.

      Cuando se acerca el otoño, parte desde su lugar de veraneo en Alaska y cruza volando hacia el sudeste el continente Norteamericano hasta llegar a la costa del Atlántico, come vorazmente durante todo el trayecto, pues éste es tan solo el comienzo de su viaje.

      A lo largo de la costa de Nueva Inglaterra, este pajarillo se detiene y observa las condiciones atmosféricas. De alguna manera sabe exactamente qué clase de tiempo desea... un poderoso frente frío que sople hacia el sudeste a través de la costa y pase al Atlántico.

      Cuando llega el frente frío, esta criaturita alada emprende su viaje, ayudada por los vientos favorables mientras vuela hacia el sudeste... en dirección al mar. El frente frío también significa que probablemente no tenga que enfrentarse a tormentas tropicales durante el trayecto... ¡una sabia selección de condiciones meteorológicas!

      Al volar hacia el sudeste el pajarillo se pone rumbo al África, que está a distancia desanimadora y además no es su destino. Pero este viajero no cambia de dirección. Sin hacer escala, vuela hasta más allá de las islas Bermudas, y sube a alturas de 6.400 metros al acercarse a Antigua. Hace frío, y a esta altitud el oxígeno es escaso. ¿Por qué se encuentra allá arriba el pajarillo? Porque allá encuentra los vientos dominantes que lo empujan hacia el oeste a su verdadero destino: Sudamérica. Después de hacer un vuelo sin escala de más de 3.850 kilómetros en poco más de tres días y tres noches, llega a otro continente, ¡precisamente su objetivo!

      Los científicos se maravillan de la hazaña que este pajarillo ejecuta cada año. ¿Cómo sabe exactamente qué condiciones atmosféricas necesita? ¿Cómo sabe exactamente cuándo cambiar de altitud para encontrarse con los vientos que lo llevan a Sudamérica? ¿Cómo sabe seleccionar exactamente el rumbo aeronáutico apropiado que le permita cruzarse con esos vientos en el lugar debido sobre el océano? Los científicos no pueden explicar esto. Ciertamente no puede explicarlo la teoría de la evolución.

      No obstante, hay una buena razón por la cual la Dendroica sigue esa extraordinaria ruta. Su ruta oceánica a Sudamérica es mucho más corta de lo que sería un trayecto que la llevara “de isla en isla,” y además hay pocos animales de rapiña por los cuales preocuparse. El metabolismo especialmente diseñado de esta ave migratoria es lo que le permite hacer su vuelo sin escala, hazaña que equivale al logro de un caballo de carrera que efectuara carreras consecutivas de poco más de kilómetro y medio cada dos minutos por espacio de 80 horas. “Si [este pajarillo] estuviese utilizando gasolina en vez de la reserva de grasa que tiene en el cuerpo,” comenta un científico, “¡podría jactarse de conseguir 720.000 millas por galón [más de 306.100 kilómetros por litro]!”

      LOS COMEJENES... INGENIEROS DEL AIRE ACONDICIONADO

      Si los comejenes le están causando algún problema, no es probable que usted se compadezca mucho de las debilidades físicas de estos insectos. Tienden a ser blandos y débiles, de modo que es preciso que estén bien controladas la temperatura y la humedad del lugar donde viven. Parecería que estos insectos jamás podrían sobrevivir en el clima extremo de los trópicos. No obstante, abundan allí. ¿Cómo?

      La respuesta tiene que ver con la aptitud que los comejenes poseen en los campos de la arquitectura e ingeniería. En los países tropicales los nidos de los comejenes consisten en montículos de barro que son tan duros que pueden hacer salir chispas de un hacha. Algunos comejenes de Australia construyen un montículo cuneiforme largo y angosto en el cual un lado siempre está dirigido hacia el norte y el otro siempre hacia el sur, lo cual evidentemente sirve de protección contra el sol caliente del mediodía. Otras especies edifican montículos que de lejos parecen casuchas hechas por seres humanos.

      Aunque el exterior de un nido de comejenes tal vez esté demasiado caliente para que uno lo toque, por dentro hay una temperatura cómoda de 30 grados Celsius. ¿Cómo se controla la temperatura? Para esto, son útiles las paredes gruesas, pero eso no es todo. ¡Algunos comejenes cavan túneles de 40 metros en la tierra, debajo del nido, para obtener agua, la cual utilizan tanto para refrescar el nido mediante un proceso de evaporación como para mantener la humedad apropiada, aun en el aire seco y caluroso del desierto! Otros comejenes edifican nidos que tienen “sótano” y “desván.” Para que haya un cambio de aire, la parte exterior del montículo está horadado por canales vacíos que controlan la temperatura y aseguran que haya bastante aire fresco dentro del nido. Se ha observado que los comejenes atienden constantemente estos canales, y por medio de abrirlos y cerrarlos pueden ajustar el aire acondicionado a la perfección.

      ¿Quién enseñó a los comejenes a ser aptos en la arquitectura e ingeniería? ¿Fue la evolución ciega, o fue un Diseñador Maestro que desplegó discernimiento?

      LAS ABEJAS QUE BAILAN Y VOTAN

      Tal vez usted haya oído acerca de las hazañas instintivas que ejecutan las abejas melíferas. A menudo estas criaturitas desempeñan muchas diferentes tareas durante su corta vida, pues empiezan por servir de enfermeras a la reina y a las larvas, entonces ascienden a ser constructoras de panales, guardias de la colmena y conserjes. Pero las abejas maduras son las que reciben la asignación arriesgada de ir en busca del néctar y de otras sustancias que se necesitan, y las aptitudes instintivas de éstas son lo que inspira el mayor grado de admiración.

      Cuando una abeja que ha salido en busca de néctar halla una nueva fuente de esta sustancia, regresa a la colmena para compartir las buenas noticias con las demás abejas. Comparte la información mediante un baile. La velocidad del baile y el patrón de éste (sea en forma de círculo o de número ocho), y también la cantidad de movimiento del abdomen de la abeja mientras baila, informan a las demás abejas a qué distancia está la fuente del néctar. El baile también indica en qué dirección se encuentra el néctar con relación al Sol. “El lenguaje de las abejas parece increíble,” admite el libro “The Insects,” “no obstante, ha sido confirmado por un sinnúmero de experimentos.”

      Cuando la colmena llega a estar atestada, algunas de las abejas siguen a la vieja reina a un nuevo hogar. ¿Cómo saben a dónde ir? Abejas exploradoras del nuevo enjambre vuelan en toda dirección. Pero ahora no están buscando flores. Están buscando huecos en los árboles, grietas en las paredes... sitios donde puedan establecer un nuevo hogar. Al regresar, las exploradoras bailan para indicar dónde están estos nuevos sitios, de manera muy parecida a como bailan para indicar dónde hay una flor. Las exploradoras que han hallado buenos sitios bailan muy entusiásticamente, a veces hasta por horas, y su enérgico baile estimula a muchas otras abejas que salen a echar un vistazo. Las exploradoras que han hallado sitios menos deseables no bailan por tanto tiempo ni con el mismo entusiasmo, y menos abejas se sienten estimuladas a investigar.

      Gradualmente las abejas reducen la selección a unos cuantos lugares, y, finalmente, a uno solo, a medida que un número creciente de abejas da su apoyo al mejor sitio a consecuencia de los bailes entusiásticos de abejas que han vuelto de éste después de comprobar su idoneidad. En realidad, el enjambre de abejas está considerando varios lugares en perspectiva y votando por el que más les gusta. ¡Puede que todo el proceso tome cinco días, después de lo cual, ya que reina acuerdo unánime, el enjambre vuela a su nuevo hogar!

      ¿Podrían mutaciones accidentales y sucesos aleatorios producir hazañas tan maravillosas y semejante armonía social? ¿Acaso producen armonía los accidentes y el caos en cualquier otra sociedad?

      [Ilustración en la página 16]

      Una dendroica dotada de gran capacidad migratoria

      [Ilustraciones en la página 17]

      El hogar de los termes... comodidad de aire acondicionado

      Las abejas van a las urnas

  • ¿Es un hecho?
    ¡Despertad! 1982 | 8 de febrero
    • ¿Es un hecho?

      ¿Qué dice el método científico?

      Muchos evolucionistas son dogmáticos, pero, ¿hay lugar para duda razonable?

      ¿ES LA evolución un hecho científico? Porter Kier, científico asociado con la Institución Smithsoniana, es muy dogmático. En la última reunión anual de la Asociación Americana para el Adelanto de la Ciencia, él dijo: “Hay cien millones de fósiles, todos catalogados e identificados, en los museos de todo el mundo. Eso representa cien millones de hechos en pro de la evolución.” No está del todo claro como 100.000.000 de fósiles, de los cuales se admite que no son los fósiles de transición que la teoría exige, constituyen 100.000.000 de hechos en apoyo de la evolución. Entonces Kier añade que, aunque los evolucionistas disputen sobre detalles, “concuerdan en que la evolución es una realidad y que se le debería clasificar como tal.”

      El famoso evolucionista Theodosius Dobzhansky no es tan dogmático. En el libro Evolution, Dobzhansky y sus colaboradores describieron la evolución como una hipótesis o teoría, y confesaron lo siguiente: “Las hipótesis científicas solo pueden aceptarse provisionalmente, puesto que la veracidad de ellas nunca puede establecerse definitivamente.” Apoyándose en el Dr. Karl Popper como autoridad, el libro también declara: “Una hipótesis que no se preste, por lo menos en principio, a la posibilidad de ser demostrada falsa empíricamente [experimentalmente] no pertenece al dominio de la ciencia.” Stephen Jay Gould, de Harvard, también hace referencia a Popper y dice: “Un conjunto de ideas que, en principio, no pueda ser desmentido por pruebas no es ciencia.”

      ¿Por qué está relacionado todo esto con nuestra consideración? Porque es sobre esta base que Gould y otros descartan la creación como ciencia, y por lo tanto dicen que no se le debería incluir en las clases de ciencia. La creación no es verificable por pruebas, ni puede ser probada falsa mediante experimentación científica. Los creacionistas dicen: ‘Dios lo hizo,’ y no hay modo de someter eso a prueba ni de demostrar que sea falso. “‘El creacionismo científico’ es una frase que se contradice a sí misma,” dice Gould, “precisamente porque no se le puede probar falso.” Pero Gould es inflexible en su dictamen de que la evolución es un hecho.

      Sin embargo, es muy interesante saber que el Dr. Popper aplica este mismo criterio a la evolución. Dice: “He llegado a la conclusión de que el darvinismo no es una teoría científica que pueda someterse a prueba, sino un programa de investigación metafísica.” Conforme a estas definiciones, la teoría de la evolución no es ciencia, puesto que no puede ser sometida a pruebas. Puesto que no es observable ni demostrable mediante experimentos, y solo es apoyada por aserciones dogmáticas, no se puede verificar por el método científico. Se estima mucho al Dr. Popper por su estudio del método científico, y al basarse en este método, él halla que la evolución no llega a la altura de una teoría científica legítima. Más bien, halla que no es ciencia, sino apropiada para investigación metafísica.

      Norman Cousins da una definición del método científico que no solo describe el método, sino que también muestra el valor de éste: “La cosa de más importancia relacionada con la ciencia es el método científico... un modo de pensar sistemáticamente, un modo de reunir pruebas y avalorarlas, un modo de dirigir experimentos que permita predecir con exactitud lo que sucederá en circunstancias determinadas, un modo de averiguar y reconocer uno sus propios errores, un modo de descubrir la falsedad de ideas por largo tiempo defendidas. La ciencia misma está cambiando de continuo, principalmente como resultado del método científico.”—Anatomy of an Illness, págs. 120, 121.

      Tanto la evolución como la creación describen acontecimientos que ocurrieron, o que supuestamente ocurrieron, en el pasado. No estuvo presente ningún observador humano para ser testigo de aquellos acontecimientos. No pueden crearse de nuevo en un laboratorio. Ningún experimento científico pudiera probar o refutar la evolución o la creación. Según este modo de razonar, si el relato bíblico de la creación no es científico, entonces por la misma premisa tampoco es científica la evolución.

      ¿Por qué, pues, creen tantos científicos en la evolución? “La razón por la cual el darvinismo se ha aceptado casi universalmente,” escribe el Dr. Popper, es que “su teoría de la adaptación fue la primera teoría no teísta que fue convincente; y el teísmo era peor que una admisión franca de fracaso, porque creaba la impresión de que se había llegado a una explicación final.” El evolucionista Peter Medawar lo expresa de esta manera: “Para el biólogo, la alternativa es: pensar en términos de la evolución o no pensar en absoluto.”

      Los científicos han aceptado la evolución principalmente porque no les gusta la alternativa... el teísmo, creencia en Dios. Pero, ¿es científico el que uno acepte una teoría simplemente porque no le gusta la alternativa? Posiblemente lo que irrite a científicos como Medawar sea que, al reconocer a Dios como Creador, ellos estarían glorificándolo cada vez que descubrieran nuevos hechos asombrosos acerca de la creación de Dios. ¿Sería eso más de lo que su orgullo pudiera soportar? Lo que admitió el ateo Aldous Huxley revela otra posible explicación, pues dijo: “Objetábamos a la moralidad [de la Biblia] porque interfería con nuestra libertad sexual.”

      ¿Es la evolución un hecho científico? No.

      ¿Es una teoría científica que pueda ser sometida a pruebas? No.

      ¿Se adhiere al método científico? No.

      Realmente, pues, ¿qué cosa es precisamente la teoría de la evolución, y por qué creen tantos en ella?

      Sírvase leer el artículo siguiente.

      [Comentario en la página 18]

      “El darvinismo no es una teoría científica que pueda someterse a prueba, sino un programa de investigación metafísica”

      [Recuadro en la página 19]

      ¿Hay motivo para duda razonable?

      ¿Es razonable dudar que las amebas se hayan hecho peces? ¿o los peces, lagartos? ¿o que los lagartos se hayan transformado en petirrojos y lobos?

      El libro “Evolution,” por Dobzhansky, dijo que aunque nunca pudiera establecerse la verdad de la evolución, era una hipótesis que estaba “corroborada más allá de duda razonable”. La definición jurídica de “duda razonable” es “una duda como la que impelería a un hombre razonable y prudente en los asuntos más graves e importantes de la vida a pausar y vacilar en cuanto a obrar sobre el asunto de que se acusa [o que se afirma]”. En un fallo judicial se declaró: “Una ‘duda razonable’ es una duda como la que un hombre recto pudiera abrigar al indagar sinceramente para llegar a la verdad”.—“Black’s Law Dictionary,” pág. 580.

      En los tribunales, si hay razón para dudar de alguna parte decisiva de la prueba que se ofrece, no se hace declaración de culpabilidad. ¿Es razonable dudar que la vida se haya generado espontáneamente por casualidad? ¿Es razonable dudar que las amebas se hayan hecho peces? ¿o los peces lagartos? ¿o que los lagartos se hayan transformado en petirrojos y lobos? ¿Es el dudar acerca de la evolución una duda razonable, o una duda irrazonable?

      Si usted cree en la evolución, cuando esté solo en su dormitorio enfrente de su espejo, donde no haya nadie ante quien pierda prestigio, pregúntese: ¿Por qué creo en la evolución? ¿Puedo citar evidencia en pro de ella? ¿Puedo probarla a mi propia satisfacción? ¿O creo en ella simplemente porque otros me han dicho que debo creer en ella? ¿Es verdaderamente cierta la evolución y está “corroborada más allá de duda razonable”?

  • Si no es un hecho, ¿qué es?
    ¡Despertad! 1982 | 8 de febrero
    • Si no es un hecho, ¿qué es?

      ¿Una “fe” religiosa? ¿una filosofía?

      ‘Científicos acreditados también dudan de la evolución’

      ‘LOS incrédulos son incultos, irrazonables, irresponsables, incompetentes, ignorantes, dogmáticos, esclavizados por ilusiones y prejuicios anticuados.’ Así describen los evolucionistas principales a los que no aceptan la evolución como realidad. Pero el razonamiento científico sereno y lógico, apoyado con evidencia que proviene de la observación y el experimento, no tendría necesidad de recurrir a tal invectiva personal.

      La posición de los evolucionistas es más bien característica del dogmatismo religioso. Cuando los principales sacerdotes y los fariseos vieron que las muchedumbres estaban aceptando a Jesús, despacharon funcionarios para que lo arrestaran, y el resultado de ello fue esto: “Los policías del Templo, a quienes se había despachado para arrestarlo, volvieron a los principales sacerdotes y fariseos. ‘¿Por qué no lo trajeron?,’ insistieron éstos. ‘¡Dice cosas tan maravillosas!’ dijeron entre dientes los primeros. ‘Jamás hemos oído cosa semejante.’ ‘¿Conque ustedes también se han dejado descarriar?,’ dijeron, burlándose, los fariseos. ‘¿Hay siquiera uno de entre nosotros los gobernantes judíos o fariseos que crea que él sea el Mesías? Estas muchedumbres estúpidas sí lo creen; pero, ¿qué saben ellas al respecto? ¡Sea como sea, sobrevéngales una maldición!’”—Juan 7:32, 45-49, The Living Bible.

      Los fariseos estaban equivocados, pues hay prueba de que la enseñanza de Jesús influía en muchos gobernantes. Individualmente, aun sacerdotes llegaron a ser seguidores de él. (Juan 12:42; Hechos 6:7; 15:5) Puesto que los fariseos no podían refutar a Jesús, como grupo recurrieron a la tiranía de la autoridad. Hoy los evolucionistas adoptan las mismas tácticas: ‘Muchedumbres estúpidas, ¿qué saben ellas? ¡Todo científico acreditado acepta la evolución!’ No es así. Como dijo la revista Discover: “Ahora esa teoría venerada no solo es atacada por cristianos fundamentalistas; también dudan de ella científicos acreditados.”—Octubre de 1980.

      En un artículo que escribió para la publicación Science, R. E. Gibson dijo que Galileo sentía “un antagonismo apasionado para con cualquier tipo de dogma basado en la autoridad humana.” Fue debido a su integridad intelectual que se vio en líos con la Inquisición. Pero Gibson afirma que esa clase de integridad “ya no está de moda; en la actualidad la comunidad científica, ya que se ha hecho poderosa, tiende a portarse de modo muy parecido a como se portó la iglesia en el tiempo de Galileo.” ¿Puede decirse que la ciencia moderna esté manejando el poder y el prestigio mejor que como lo hizo la Iglesia Católica? En cierta ocasión Einstein comentó que no estamos tan lejos del tiempo de Galileo como quisiéramos pensar.—Science, 18 de septiembre de 1964, págs. 1271-1276.

      Robert Jastrow hace referencia a “la fe religiosa del científico” y a la irritación que éste manifiesta cuando los hechos no concuerdan con sus creencias. J. N. W. Sullivan llama el creer en la generación espontánea “un artículo de fe,” y T. H. Huxley dijo que era “un acto de fe filosófica.” Sullivan dijo que el creer que la evolución produjo toda la vida en la Tierra era “un extraordinario acto de fe.” El Dr. J. R. Durant explica que “muchos científicos sucumben a la tentación de ser dogmáticos, y se valen de nuevas ideas con un celo semejante al de misioneros . . . Parece que en el caso de la teoría de la evolución, el espíritu misional ha dominado.” El físico H. S. Lipson dice que después de Darwin “la evolución llegó a ser en cierto sentido una religión científica; casi todos los científicos la han aceptado y muchos están dispuestos a ‘ajustar’ sus observaciones para que concuerden con ella.”

      En prueba de lo susodicho, U.S. News & World Report (del 2 de marzo de 1981) se refirió a escándalos que habían acontecido en los laboratorios científicos. Un investigador asociado con Yale dijo: “Es la experiencia Watergate de la ciencia.” El artículo dijo en conclusión: “’Es escandaloso,’ admite el Dr. Arnold Relman, director de la revista New England Journal of Medicine. ‘Da contra un ídolo más. Resulta que todo el mundo tiene pies de barro... incluso algunos investigadores científicos.’” En The Meaning of Evolution, Simpson dijo que los evolucionistas “pueden usar los mismos datos para ‘probar’ teorías que están diametralmente opuestas” y que cada uno “introduce su propia teoría en los datos.” (Págs. 137-9) Sullivan dijo que los científicos no “siempre dicen la verdad, ni tratan de decirla, ni siquiera en cuanto a la ciencia de ellos. Se ha sabido que mienten, pero no han mentido a fin de rendir un servicio a la ciencia, sino, casi siempre, a los prejuicios religiosos o antirreligiosos.”—Limitations of Science, págs. 173-5.

      A menudo, a medida que cada uno se dedica a buscar ideas para reforzar su propia convicción emocional, sea que se trate de algún dogma científico o credo religioso, se pierde de vista el propósito original de ir en busca de la verdad. La evolución no alcanza el calibre de la ciencia que envía hombres a la Luna o que descifra el código genético. Se asemeja más a la religión... con autoridades semejantes a sacerdotes que hablan ex cathedra, riñas sectarias, misterios inexplicables, fe en eslabones perdidos y mutaciones perdidas, seglares que siguen ciegamente, pruebas alteradas para concordar con su credo y censuras contra los no creyentes a quienes se trata de estúpidos. ¿Y quién es el dios de ellos? El mismo a quien hacían sacrificios los antiguos cuando preparaban “una mesa para el dios de la Buena Suerte.”—Isaías 65:11.

      En el famoso cuento de Hans Christian Andersen acerca de la ropa nueva del emperador, fue necesario que un niñito informara al emperador que éste se hallaba desnudo. Hoy la evolución se despliega como realidad plenamente vestida. Necesitamos honradez como la de un niño para decirle que está desnuda. Y necesitamos científicos denodados como el profesor Lipson, quien dijo: “Tenemos que ir más allá aún y admitir que la única explicación aceptable es la de la creación. Sé que para los físicos esto es anatema, como en realidad lo es para mí, pero no debemos rechazar una teoría que no nos guste si la evidencia experimental la apoya.”

      ¿Qué pruebas hay para creer que ha habido creación? Sírvase ver el artículo siguiente.

      [Recuadro en la página 21]

      La “Tiranía de la evolución” que los evolucionistas emplean

      “Cuando [Darwin] terminó, la realidad de la evolución solo podía negarse mediante el abandono de la razón.” —Life Nature Library, “Evolution,” pág. 10.

      “El que creamos o no creamos en la evolución no es asunto de gusto personal. La evidencia en pro de la evolución es irresistible”. —“Evolution, Genetics, and Man,” pág. 319, Dobzhansky.

      “Ya se acepta universalmente la veracidad esencial de ella entre científicos que están capacitados para juzgar”. —“Nature and Man’s Fate,” pág. v, Hardin.

      “Ya es reconocido universalmente por todos los científicos responsables que el establecimiento del árbol genealógico de la vida se debe al proceso evolutivo”. —“A Guide to Earth History,” pág. 82, Carrington.

      “Ninguna mente informada hoy día niega que el hombre haya descendido mediante un proceso lento del mundo del pez y la rana”. —La revista “Life” del 26 de agosto de 1966, Ardrey.

      “Ha llegado a ser casi evidente por sí misma, y nadie que esté razonablemente libre de las viejas ilusiones y prejuicios necesita más prueba”. —“The Meaning of Evolution,” pág. 338, Simpson.

      “No hay hipótesis que rivalice con ella, salvo la trillada idea de la creación especial que ha sido refutada por completo y que solo los ignorantes, los dogmáticos y los dominados por prejuicios retienen hoy”. —“Outlines of General Zoology,” pág. 407, Newman.

  • ¿Qué concuerda con los hechos?
    ¡Despertad! 1982 | 8 de febrero
    • ¿Qué concuerda con los hechos?

      Lea y juzgue usted mismo

      A medida que adelanta el conocimiento la evolución retrocede

      LOS egipcios antiguos veían que los escarabajos peloteros salían súbitamente del terreno, y creían que éstos se producían por sí mismos. Pero las hembras de los escarabajos habían puesto huevos en bolitas de estiércol y los habían enterrado, y luego las crías salían. ¿Era aquello generación espontánea? En el siglo quinto a. de la E.C. los filósofos griegos Anaxágoras y Empédocles enseñaban la generación espontánea, y un siglo después Aristóteles pensó que los gusanos y los caracoles se producían de la putrefacción. En fecha tan posterior como la del siglo diecisiete E.C. los científicos Francis Bacon y William Harvey enseñaron que la generación espontánea era realidad.

      El adelanto de conocimiento cambió todas aquellas ideas. En aquel mismo siglo, el diecisiete, Redi mostró que no aparecían cresas en la carne a menos que primero las moscas hubieran puesto huevos en ella. Las bacterias fueron descubiertas, y fueron aclamadas como ejemplos de generación espontánea de la vida, pero un siglo después Spallanzani hizo ver que aquello no era así. En el siglo siguiente Pasteur definitivamente resolvió la cuestión y quedó claro que “la vida solo viene de la vida.” Esta declaración es ahora axiomática. Hasta Darwin la aceptó cuando declaró en la frase final de su libro El origen de las especies que la vida se originó al “haber sido originalmente inspirada por el Creador dentro de unas pocas formas o de una sola.”—Página 450, edición Mentor.

      La enseñanza de que ha habido creación concuerda con el hecho de que “la vida solo viene de la vida.” De Jehová Dios está escrito: “Contigo está la fuente de la vida.”—Salmo 36:9.

      Además, los fósiles hablan a favor de que ha habido creación. Simpson escribe en su libro The Meaning of Evolution: “Las rocas de a principios de la era cámbrica, que se fundaron hace aproximadamente 500.000.000 de años, están atestadas de fósiles. En una parte u otra de la Tierra también hay ricos yacimientos fosilíferos de casi todos los períodos desde los comienzos del Cámbrico. Pero en las rocas precámbricas, que representan un largo intervalo de 1.500.000.000 de años, por lo general los fósiles son escasos y usualmente dudosos y controvertibles.” Esta aparición súbita de fósiles pertenecientes a todos los grupos o filos principales en el registro fósil, con la excepción de los vertebrados, fue llamada por Simpson “este gran e importante misterio en la historia de la vida.”—Páginas 16-19.

      Romer, profesor de la Universidad de Harvard, citó el siguiente comentario hecho por Darwin tocante a este misterio: “No puedo dar ninguna respuesta satisfactoria”... y Romer agregó: “Tampoco podemos hacerlo nosotros hoy.” Es significativo el que luego él dijera: “Podría decirse razonablemente que el cuadro general es consecuente con la idea de una creación especial al principio de los tiempos cámbricos.” Sin embargo, ahora que sobreabunda el registro fósil desde los tiempos cámbricos, ¿muestra este registro los principios de los vertebrados o formas de vida con espinazo? No. En su libro The Material Basis of Evolution, Goldschmidt, profesor de zoología, dijo: “Los hechos no dan ninguna información en cuanto al origen de verdaderas especies, sin mencionar las categorías más elevadas.” (Página 165) Hoy día éste es un hecho comúnmente aceptado entre los peritos que estudian los fósiles.

      Un hecho interesante es que los evolucionistas saben que el registro fósil es más compatible con la idea de creación que con la idea de evolución, aun mientras vehementemente rechazan la creación. Años atrás algunos de ellos reconocieron esto: “Mientras más estudia uno la paleontología, más seguro llega a estar de que la evolución se basa solamente en fe; exactamente la misma clase de fe que se tiene que tener cuando uno se enfrenta a los misterios grandes de la religión. . . . La única alternativa es la doctrina de creación especial, que tal vez sea verdad, pero es irracional.” (L. T. More) “La evolución misma es aceptada por los zoólogos, no porque . . . pueda ser probada mediante evidencia lógica coherente, sino porque la única otra posibilidad, la de creación especial, es claramente increíble.” (D. Watson) “La evolución no ha sido probada ni puede serlo. Creemos en ella solo porque la otra posibilidad es la de creación especial, y eso es inconcebible.”—Sir Arthur Keith.

      Hoy día todavía hay quienes reconocen que la idea de la creación concuerda con los hechos. J. H. Corner, botánico y evolucionista de la Universidad de Cambridge, declaró: “Todavía creo que para los que están libres de prejuicios el registro fósil de las plantas favorece la idea de creación especial.” (Contemporary Botanical Thought, 1961, pág. 97) En el Physics Bulletin de mayo de 1980 el profesor Lipson confesó contra su deseo lo siguiente: “Tenemos que ir más allá de esto y admitir que la única explicación admisible es creación.”

      El registro fósil no presta apoyo a la teoría de la evolución. La creación concuerda con los hechos de dicho registro.

      Ni siquiera las mutaciones testifican a favor de la evolución. Las mutaciones son cambios que ocurren en la materia genética y producen en el organismo nuevas características heredables. El grueso de las mutaciones menores son perjudiciales; las importantes incapacitan o resultan letales. Se piensa que las mutaciones contribuyen a la degeneración de los organismos y que son responsables de muchas enfermedades y malformaciones. No obstante, los evolucionistas cifran su esperanza en ellas como mecanismos de la evolución. Pero se ha descubierto que no pueden producir nuevas familias de organismos. El evolucionista Bengelsdorf dijo: “Las mutaciones, que encierran cambios básicos en los genes, pueden ser la explicación de las diferencias que existen entre dos hombres . . . Pero, por diversas razones, no pueden explicar la evolución en conjunto... por qué hay peces, reptiles, aves y mamíferos.”

      Los creacionistas siempre han reconocido que existen variaciones dentro de los grupos de la índole de familias que se mencionan en el capítulo uno de Génesis... el grado de variación del cual atestigua la revista Science del 21 de noviembre de 1980 de este modo: “Las especies ciertamente tienen la capacidad de experimentar modificaciones menores tanto en sus características físicas como en otros rasgos, pero esta capacidad es limitada y desde una perspectiva de mayor alcance se refleja en oscilar alrededor de un punto medio.” Los genetistas han comprobado esto por sus experimentos: Han inducido torrentes de mutaciones en organismos de rápida reproducción, pero “después de 40 años de manipular la evolución de la mosca de las frutas, que produce generaciones en cuestión de días, se han visto muchos cambios curiosos, pero la mosca de las frutas sigue siendo una mosca de las frutas.”

      De acuerdo con los evolucionistas, el registro fósil muestra que por millones de años las especies se han reproducido con fidelidad como tales. Las mutaciones, tanto las que se han observado como las que se han inducido mediante experimentos, muestran la constancia de las especies. Cuando Génesis 1:12, 21, 24 dice que cada cosa viviente se reproduciría “según su género [o clase de forma de vida],” concuerda con los hechos científicos.

      Por último, considérese la laguna más grande. Existe un abismo sumamente grande entre el hombre y el animal que los evolucionistas consideran más cercano al hombre. Dobzhansky dice: “Aun esta historia relativamente reciente está repleta de incertidumbres; las autoridades frecuentemente están en desacuerdo, tanto sobre puntos fundamentales como sobre detalles.” (Mankind Evolving, pág. 168) Los antropólogos hacen afirmaciones entusiásticas a favor de sus hallazgos que constan de trozos de huesos y de dientes, luego los descartan como eslabones perdidos a favor de otros restos que encuentran y entronizan como el eslabón perdido entre el antropoide y el hombre... y riñen con otros evolucionistas que tratan de promover sus hallazgos como el verdadero eslabón.

      Los dones del hombre tales como el lenguaje, la lógica, la inventiva, la música y el arte, la conciencia del tiempo: el pasado, el presente y el futuro, su necesidad de logro y significado y propósito en la vida, el que pueda ejercer cualidades como la justicia, la bondad, la compasión y el amor... estas cosas ponen al hombre muy por encima de todo animal. Esto no puede explicarse con la evolución como base, sino que tiene que atribuirse a la creación del hombre ‘a la imagen y semejanza de Dios.’ (Génesis 1:26, 27) Una vez más, es la creación lo que concuerda con los hechos.

      A propósito, muchos religiosos modernos abrazan la evolución y dicen que Dios creó al hombre, pero que se valió de la evolución para hacerlo. El registro de Génesis no permite tal pensar. Nuestro Creador no hizo que el hombre evolucionara de ningún animal; antes bien, “procedió Jehová Dios a formar al hombre del polvo del suelo.”—Génesis 2:7.

      El origen de la vida dice: ¡Creación! Los fósiles dicen: ¡Creación! Las mutaciones dicen: ¡Creación! El abismo que existe entre el hombre y el animal que más se asemeja a él grita: ¡Creación! ¡Es la creación, no la evolución, lo que concuerda con los hechos científicos!

      [Comentario en la página 24]

      “Para los que están libres de prejuicios el registro fósil de las plantas favorece la idea de creación especial”

      [Recuadro en la página 23]

      La duración de los días creativos

      A la vez que los evolucionistas han velado su teoría en la mística cifra de miles de millones de años, a menudo se han mofado de los seis “días” creativos de que habla la Biblia. Pero es interesante notar que la Biblia misma muestra que estos días no eran períodos de veinticuatro horas. La palabra hebrea “yohm,” que se traduce “día” en los capítulos 1 y 2 de Génesis, puede tener varios significados, como se nota a continuación:

      1. El período durante el cual hay luz, la luz del día. —Proverbios 4:18

      2. El período de 24 horas, un día y una noche. —Génesis 7:17

      3. Un período de tiempo que se distingue por ciertos sucesos, según se define en el libro “Old Testament Word Studies” por William Wilson “Un día; la expresión se emplea a menudo para el tiempo en general, o para un tiempo largo; un período entero que esté bajo consideración... Día también se emplea para referirse a una época o a un tiempo en particular en que transcurre un acontecimiento extraordinario”. —Página 109.

      Ejemplos de la Biblia que ilustran el caso número 3:

      “Día” puede incluir el verano y el invierno, el transcurso de las estaciones. —Zacarías 14:8.

      Cierto “día” que, según se dice después, resulta ser muchos días. —Ezequiel 38:14, 16; Compare Proverbios 25:13 con Génesis 30:14.

      Mil años se asemejan a un día, y también a una guardia nocturna o vigilia de cuatro horas: “Mil años son a tus ojos solo como el día de ayer... y como una vigilia durante la noche”. —Salmo 90:4; vea también 2 Pedro 3:8, 10.

      El “día de salvación” abarca miles de años. —Isaías 49:8

      “El Día de Juicio” comprende muchos años. —Mateo 10:15; 11:22-24.

      En algunos idiomas al tiempo que dura la vida de un hombre se le llama su día: “el día de Noé,” “el día de Lot”. Aun ahora se puede hablar del “día de mi padre”. Puede que se divida ese día con expresiones tales como “en la aurora o el albor de su vida” o “en el ocaso o la declinación de su vida”. —Lucas 17:26, 28, “The Jerusalem Bible”.

      Los días de la creación

      ¿Cómo sabemos que los días creativos de Génesis no son días de 24 horas? Porque se hace referencia a los seis días en conjunto como un día, en Génesis 2:4: “Esta es una historia de los cielos y la tierra en el tiempo [seis días] de ser creados, en el día [un día] que hizo Jehová Dios tierra y cielo.” Además, el séptimo día sabático de Jehová o su día de descanso en que desistió de su obra creativa respecto a la Tierra, el cual día, según lo indica la Biblia, todavía continúa. —Hebreos 4:3-11

      Los seis días de la creación designaron períodos en que se realizaron ciertas obras. Según la palabra hebrea “yohm,” que se vierte “día,” estos períodos pueden ser de larga duración. —Vea “Aid to Bible Understanding,” página 1427, publicado por la Sociedad Watchtower Bible and Tract de Nueva York, Inc.

  • Cuando habla de temas científicos la Biblia es científica
    ¡Despertad! 1982 | 8 de febrero
    • Cuando habla de temas científicos la Biblia es científica

      “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. —Génesis 1:1. El libro “God and the Astronomers,” página 14, dice: “Ahora vemos que la evidencia astronómica conduce a un punto de vista bíblico respecto al origen del mundo”. “El está... colgando la tierra sobre nada”. —Job 26:7.

      Los egipcios decían que la Tierra estaba soportada por pilares; los griegos afirmaban que Atlas la sostenía; otros creían que la sostenía un elefante parado sobre una tortuga que nadaba en un mar cósmico. Pero el libro de Job, del siglo 15 a. de la E.C., decía lo que es científicamente correcto.

      En el octavo siglo a. de la E.C. Isaías escribió acerca de Jehová y dijo “que mora por encima del círculo de la tierra”. La palabra hebrea “hhug,” que se traduce “círculo,” también puede significar “esfera,” como lo indican la “Concordance” de Davidson y el libro “Old Testament Word Studies” por Wilson. Por lo tanto, la traducción de Franquesa y Solé dice en Isaías 40:22: “El está sentado sobre el globo de la tierra”.

      La Biblia declara: “Estrella difiere de estrella en gloria”. Los científicos ahora saben que hay estrellas azules, amarillas, enanas blancas y muchas otras de rasgos distintivos. —1 Corintios 15:41

      Siglos antes de que los naturalistas estuvieran al tanto del fenómeno de la migración, Jeremías escribió (séptimo siglo a. de la E.C.): “La cigüeña en el cielo conoce su estación, y la tórtola, la golondrina o la grulla, observan la época de sus migraciones”. —Jeremías 8:7, “Biblia de Jerusalén”.

      Mil años antes de Cristo, Salomón escribió en lenguaje figurativo tocante a la circulación de la sangre. (Eclesiastés 12:6) La ciencia médica no entendió dicho sistema sino hasta cuando el Dr. Harvey realizó sus estudios en el siglo 15 después de Cristo.

      Miles de años antes de Pasteur, la ley mosaica (siglo 16 a. de la E.C.) reflejó conocimiento acerca de gérmenes que causan enfermedades. Aquella ley contenía ordenanzas destinadas a proteger contra el contagio. —Levítico, caps. 13 y 14.

      En 1907 la ciencia médica descubrió que los roedores causan plagas. 1 Samuel 6:5 habla de una plaga y hace referencia a “las ratas que devastan el país”. (“B de J”) Aquello ocurrió en el siglo 11 a. de la E.C.

      El relato de Génesis sobre la creación es biología exacta —de lo cual testifican el registro de los fósiles y la genética moderna —cuando declara que cada género o clase familiar había de reproducirse “según su género”. —Génesis 1:12, 21, 25.

      “Ve a la hormiga, oh perezoso;... ha recogido su abastecimiento de alimento aun en la siega.“ (Proverbios 6:6-8) Los críticos se mofaban y decían que no había hormigas que hiceran aquello, pero en 1871 un naturalista inglés descubrió hormigas que mantenían graneros. Se les llama hormigas graneras. La Biblia habló de ellas centenares de años antes de Cristo.

      La cianocopia genética que está en el óvulo humano que ha sido fertilizado contiene programas para todas las partes del cuerpo humano, antes de que haya señal alguna de la presencia de éstas. Compare con Salmo 139:16. “Tus ojos [los de Jehová] vieron hasta mi embrión, y en tu libro todas sus partes estaban escritas, respecto a los días cuando fueron formadas y no había todavía ni una entre ellas”.

  • La alternativa: ningún futuro; un futuro brillante
    ¡Despertad! 1982 | 8 de febrero
    • La alternativa: ningún futuro; un futuro brillante

      Antes de escoger, ¡infórmese!

      La verdad que muchos no quieren afrontar: esperanza en Dios, o abandonar la esperanza

      LOS científicos predicen que con el tiempo el universo en expansión quedará sin energía, se sumirá en oscuridad y pondrá fin a toda vida. O que se desplomará dentro de sí mismo y pondrá fin a toda vida. El científico Peacocke dice: “De modo que la ciencia no puede resolver ‘la cuestión fundamental de la esperanza.’” La ciencia “cuestiona el significado fundamental de la vida humana en un universo que, con el tiempo, con absoluta seguridad acabará con ella.”

      Si atribuimos a la evolución nuestra presencia aquí y eliminamos a Dios, la Biblia y las restricciones morales, también eliminamos todo propósito y significado que pueda haber tenido nuestra vida. Nos convertimos en hermanos de las hormigas y los elefantes, de los gusanos y los garranchuelos, de las cucarachas y los gatos. ¿De qué importancia son las hormigas? ¿o los garranchuelos? ¿o los hombres?

      Una vez que nos han despojado de significado, los evolucionistas sienten la presión de hacer que tengamos significado. Muchos concluyen sus libros con discursitos flojos sobre la gloria que compartimos al ser un peldaño en la escalera evolutiva que de aquí a millones de años colocará a nuestros descendientes en algún majestuoso pináculo de grandeza.

      El vacío filosofar de los evolucionistas

      El profesor Millikan se expresa con manifiesta emoción acerca de la “tremenda atracción emotiva” que puede significar para el hombre el participar en el ascenso evolutivo hacia alturas futuras. El genetista Herman Muller se sobrecoge ante el armagedón biológico con que las mutaciones nos amenazan, pero todavía cree que éstas harán que evolucionemos hacia “alturas no soñadas.” El movimiento se demuestra andando, pero él no está dispuesto a dar un paso por medio de desear las mutaciones para sí. Dobzhansky dice que los esfuerzos del hombre por evolucionar hacia niveles superiores dan esperanza, dignidad y significado a la vida, y concluye: “Así, permítaseme repetir que la evolución otorga esperanza.”

      Tal habla vacía no consuela a nadie. Sullivan, en “Limitations of Science,” muy bien dice: “Tan solo una creencia en que la vida tiene significado trascendental puede satisfacer nuestros impulsos religiosos.” (Págs. 149, 150) Si vamos a terminar en olvido eterno, nada realmente importa. Y si ése también es el final de nuestra grandiosa prole hipotética que ha de vivir a millones de años desde nuestro tiempo, la existencia de ella no tiene sentido. Por su filosofar vacío los evolucionistas buscan a tientas con qué acallar la necesidad inherente de creer en Dios. Tallan muletas nuevas para reemplazar las muletas de índole religiosa que han rechazado. Se niegan a afrontar esta verdad: esperar en Dios, o abandonar la esperanza.

      La esperanza bíblica

      En contraste, ¿qué esperanza nos da Dios? El hizo la Tierra para que durara para siempre, para que sea un paraíso eternamente, para que la habiten perpetuamente criaturas obedientes. (Eclesiastés 1:4; Isaías 45:18) La gente no hace relojes excelentes, ni construye edificios hermosos, ni planta bellísimos jardines simplemente para destruirlos. Tampoco fracasará el propósito que tuvo Dios al crear la Tierra y toda la vida que hay en ella. “Yo lo he ideado,” dice él, “y lo cumpliré.”—Isaías 46:11, “Sagrada Biblia,” ed. Herder.

      El interés de Dios en la Tierra se demuestra por Su edicto respecto a los hombres que la están contaminando actualmente, y éste es “causar la ruina de los que están arruinando la tierra.” (Revelación 11:18) El reino de Dios bajo Cristo Jesús hará que se realicen las condiciones descritas en Revelación 21:3, 4: “¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos . . . Y él limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado.”

      La “esperanza” evolutiva es desesperanzada. Es olvido eterno. La esperanza bíblica es la de un futuro brillante de vida eterna en una Tierra paradisíaca. A cada persona le toca escoger. Antes que usted escoja, infórmese a plenitud.

  • La cuestión del momento: ¿Debería concederse a la creación tanto tiempo como a la evolución en las clases de ciencia?
    ¡Despertad! 1982 | 8 de febrero
    • La cuestión del momento: ¿Debería concederse a la creación tanto tiempo como a la evolución en las clases de ciencia?

      Un punto de vista bíblico

      Hay desacuerdo hasta entre grupos religiosos

      FUNDAMENTALISTAS cristianos de los Estados Unidos están haciendo campaña para que “el creacionismo científico” se enseñe junto con la evolución en las clases de ciencia de las escuelas públicas de esa nación. Un informe dice que los cuerpos legislativos de hasta 40 estados han considerado proyectos de ley que solicitan eso. El estado de Arkansas ha aprobado una ley que favorece dicha enseñanza. La cuestión se ha debatido en los tribunales. Se han hecho cambios respecto a los libros de texto. El asunto se está debatiendo también en el Canadá.

      Muchos padres cristianos creen que sus hijos están bajo ataque. El blanco: la fe de sus hijos. El lugar de ataque: el aula. Los agresores: los evolucionistas. Las municiones: aseveraciones... no ciencia. La técnica: amedrentamiento y lavados de cerebro. El resultado: decadencia en los valores.

      Los evolucionistas no concuerdan con estas declaraciones, especialmente con la última. Pero el historiador H. G. Wells no actuó así. En su obra “Outline of History,” en las páginas 956 y 957, hizo referencia al libro de Darwin, “El origen de las especies,” y dijo: “Se produjo una verdadera desmoralización . . . Hubo una verdadera pérdida de fe después de 1859. El oro verdadero de la religión fue en muchos casos tirado junto con el bolso gastado que lo había contenido por tanto tiempo, y no fue recobrado.”

      Derrumbe incontrolable de la moral

      Hoy día la desintegración moral es mucho más grave, y diariamente empeora. Las relaciones sexuales premaritales, las preñeces antes del matrimonio, el control de la natalidad mediante abortos, la homosexualidad... cualquier cosa se acepta. Haga lo que le parezca, lo que a su juicio sea correcto. No obstante, “un camino hay que al hombre le parece recto; pero su paradero es la muerte.”—Proverbios 16:25, “Sagrada Biblia,” ed. Herder.

      Los grupos religiosos dan diversas contestaciones a la cuestión de enseñar la creación en la sala de clases. Algunos dicen que debería enseñarse, otros dicen que no, y muchas veces ni siquiera los miembros de un mismo grupo religioso están de acuerdo. Los que se oponen a la enseñanza de la creación dicen que el enseñar la creación viola el principio de separación de Iglesia y Estado; los que favorecen el enseñarla se quejan de que los impuestos que ellos pagan se usen para enseñar la evolución atea. El asunto se ha convertido en cuestión política.

      ¿Cómo consideran los testigos de Jehová todo esto? Ellos no participan en la política mundana, sino que confían en el reino de Jehová en manos de Cristo como la solución a la gran cantidad de problemas que afronta la humanidad hoy día. (Juan 18:36) Predican diligentemente el reino de Dios como la única esperanza... y esta predicación incluye el relato de la creación que está registrado en Génesis.

      A menudo se invita a representantes de los testigos de Jehová a las aulas para que hablen sobre la organización a que pertenecen. Cuando estos Testigos hablan, incluyen información sobre la creación. Algunos maestros han usado en consideraciones en las clases la publicación de los testigos de Jehová intitulada “¿Llegó a existir el hombre por evolución, o por creación?”

      Los padres enseñan a sus hijos

      A menudo los hijos de los testigos de Jehová explican la creación cuando el maestro considera el tema de la evolución. Pueden hacerlo porque se les ha enseñado acerca de la creación en el hogar. Estos padres enseñan a sus hijos acerca de los orígenes, en vez de dejar que sus hijos reciban esta enseñanza de profesores seglares o maestros de escuelas dominicales.

      Por lo tanto, los testigos de Jehová cumplen con esta responsabilidad que en la Biblia se da a los padres: “Padres, no estén irritando a sus hijos, sino sigan criándolos en la disciplina y regulación mental de Jehová.” También: “Tienes que inculcarlas en tu hijo y hablar de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino y cuando te acuestes y cuando te levantes.”—Efesios 6:4; Deuteronomio 6:6, 7.

      Los testigos de Jehová y sus hijos no creen en las filosofías de la evolución, sino que reconocen a Jehová como ‘Creador del cielo y de la tierra y Aquel que da vida a toda la gente.’—Isaías 42:5.

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