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El origen del cristianismo y los rollos del Mar MuertoLa Atalaya 1960 | 15 de marzo
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Tampoco ha de pasarse por alto el hecho de que la secta de los Rollos del mar Muerto tomó prestado del zoroastrismo persa. Esto puede verse en su adoración de ángeles y del sol y por el énfasis que da a los misterios. El verdadero cristianismo no tiene absolutamente nada en común con ninguna religión pagana.—2 Cor. 6:15-17.
CONTRASTES NOTABLES EN CUANTO A COSTUMBRES
Otra cosa que subraya lo insostenible que es la teoría de que la secta de los Rollos del mar Muerto dio a luz al cristianismo es el contraste notorio entre las costumbres de los dos. Los esenios orgullosamente se separaron de su pueblo judío. Según ellos, todo el resto del mundo se iba a la ruina. Lo único que importaba era salvar su propia alma.
¡Qué diferente el cristianismo bíblico! Lejos de recluirse, Jesús iba de ciudad en ciudad y de aldea en aldea predicando las buenas nuevas del reino de Dios. Más que eso, envió a doce y después a setenta de sus seguidores a hacer lo mismo. Y poco antes de ausentarse de ellos él les mandó que hiciesen discípulos de gente de todas las naciones y que testificasen hasta las partes más lejanas de la tierra.—Luc. 8:1; Mat. 28:19; Hech. 1:8.
El ascetismo de la secta también estaba en notable contraste con el cristianismo bíblico. El apóstol Pablo condena el ascetismo como “una apariencia de sabiduría consistente en una forma autoimpuesta de adoración y humildad ficticia, un tratamiento severo del cuerpo, pero no son de ningún valor en combatir la satisfacción de la carne.” El clero del día de Jesús se quejaba porque sus discípulos no ayunaban, y a él lo acusaron de ser “un comelón y bebedor de vino.” ¡Ciertamente Jesús distó mucho de ser asceta!—Col. 2:23; Mat. 11:19; 9:14.
Note usted también la exclusividad no cristiana de esta secta monástica. A sus miembros no se les permitía comer alimento alguno preparado por forasteros, y se rechazaba de miembro a toda persona que tuviera cualquier impedimento físico. Tenía distinciones finamente definidas que se mantenían en vigor continua y rígidamente; a tal grado que si a uno de alto rango, un superior, lo tocara un inferior tenía aquél que bañarse para volver a estar puro. También, ocultaban sus enseñanzas en gran secreto.
En notable contraste con todo esto hallamos que Jesús comía y bebía con los despreciados pecadores y recaudadores de impuestos. Ministraba continuamente a los que sufrían de impedimentos físicos. Enseñó a sus seguidores que ellos tenían un solo Amo y que todos ellos habían de ser hermanos. ¡Y lejos de ocultar sus enseñanzas en secreto las pregonaba por todas partes y mandó a sus seguidores que las proclamaran desde los terrados!—Mat. 10:27; 15:31; 23:8.
Además, los Rollos del mar Muerto sectarios despiden odio mordaz contra todo aquel que no perteneciese a aquella secta. Qué contraste con el proceder que Jesús mandó que sus seguidores adoptaran: “Sigan amando a sus enemigos y orando por aquellos que los persiguen; para que prueben ustedes que son hijos de su Padre que está en los cielos, ya que él hace que su sol se levante sobre gente inicua y buena y hace que llueva sobre gente justa e injusta.”—Mat. 5:44, 45.
VINO NUEVO EN ODRES NUEVOS
Escépticos, tales como los unitarios y agnósticos, acusan a los cristianos de carecer de objetividad al considerar la evidencia de los Rollos del mar Muerto y de temer a esta evidencia. Lo que ya se ha presentado aquí refuta esta acusación. El caso es exactamente lo contrario. Los que tratan de usar los Rollos del mar Muerto para probar el origen humano del cristianismo recurren a afirmaciones sensacionales y aserciones dogmáticas y han sido censurados justamente por “hacer inferencias dudosas basadas en pasajes obscuros.” Más que eso, repetidamente han hecho declaraciones contradictorias, todo lo cual revela su propia falta de objetividad y que ellos están aun más emocionalmente envueltos en probar que la Biblia es errónea que lo que están los amadores de ella en probar que la Biblia tiene razón. De interés en este respecto es la declaración típica de un erudito judío: “Niego la relación especial que se afirma que hay entre los Rollos del mar Muerto y el cristianismo no porque ofenda a teología alguna, sino porque las afirmaciones constituyen un ultraje a la erudición sobria y prudente.”
Aunque casi todo erudito serio rechaza el punto de vista extremado de que la comunidad del Rollo del mar Muerto explica el origen del cristianismo, se sienten obligados a encontrar toda clase de vestigios de esenismo en el ministerio y en las enseñanzas de Juan el Bautista y de Jesucristo. Pero si es cierto eso, ¿cómo podemos explicar el silencio absoluto en las Escrituras respecto a la secta de los Rollos del mar Muerto? Se hace mención de los fariseos, los saduceos, los herodianos y los celotes pero jamás de los esenios ni de su monasterio de Qumrán. ¿Por qué?
Si Jesús se hubiese encontrado con ellos, sin duda los habría censurado en términos aun más fuertes que aquellos con los cuales censuró a los fariseos, por cuanto ellos aventajaban a los fariseos en lo de colar mosquitos y tragarse camellos. Si alguna criatura se caía en un hoyo en el sábado el fariseo podía sacarla, pero no el esenio. Una enfermera esenia ni siquiera podía llevar un bebé en el sábado. Más aún, el esenio se atrevía a comer pescado sólo si éste había sido destripado vivo para que se escurriese la sangre.—Mat. 23:23, 24; Luc. 14:3-6.
Juan el Bautista no copió de los esenios el bautismo. Él mismo nos dice que fue Dios quien lo autorizó a bautizar. (Juan 1:33) Jesús trajo un mensaje nuevo, comparado en la Biblia a vino nuevo, enteramente distinto al “vino añejo” del sectarismo judío, fuere éste esénico o farisaico. Jesús sabía que sería infructífero tratar de poner este “vino nuevo” en los viejos odres secos de organizaciones y métodos sectarios. Él recibió este “vino” de su Padre tal como lo confesó: “Muy ciertamente les digo: El Hijo no puede hacer ni una sola cosa de su propia iniciativa, sino sólo lo que ve hacer a su Padre.” Nosotros aceptamos su testimonio como verídico. Por eso podemos tener la plena seguridad de que a pesar de todas las teorías de los hombres, el cristianismo se originó de Dios y no debe nada en absoluto a los Rollos del mar Muerto ni a su secta.—Luc. 5:37-39; Juan 5:19.
En fuerte contraste con los rollos que contienen la filosofía de los esenios, los manuscritos de la Biblia que se han hallado en tan gran abundancia cerca del mar Muerto contienen la Palabra de Dios y constan una confirmación asombrosa del hecho de que dicha palabra no ha cambiado, porque “la palabra hablada por Jehová dura para siempre.”—1 Ped. 1:25.
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Hambre religiosaLa Atalaya 1960 | 15 de marzo
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Hambre religiosa
Después de analizar a centenares de personas el psicoanalista Donald Slesinger comentó: “El hambre religiosa es tan fuerte y universal como la de la unión sexual. . . . El adorar a Dios es necesidad del hombre, no de Dios.”—Cosmopolitan, diciembre de 1958.
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