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¿Tiende a complacerse, o se presta a sacrificarse?La Atalaya 1978 | 15 de diciembre
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¿Tiende a complacerse, o se presta a sacrificarse?
“Entonces dijo Jesús a sus discípulos: ‘Si alguien quiere venir en pos de mí, repúdiese a sí mismo y tome su madero de tormento y sígame de continuo.’”—Mat. 16:24.
1. ¿Qué actitud están mostrando cada vez más personas hoy día?
A MUCHAS personas en el mundo hoy, la idea de hacer sacrificios personales para otra persona, o para una causa, no les parece muy atractiva. ciertamente la actitud de un número cada vez mayor de personas es desear más cosas materiales, más placeres y más libertad para hacer cuanto desean, con poca consideración para con Dios o el hombre. En los últimos años, hasta se ve menos anuencia a sacrificarse por la propia familia de uno, a medida que la desintegración de la familia y la cantidad de divorcios han ido alcanzando marcas en nación tras nación.
2. ¿Por qué no sorprende a los estudiantes de la Biblia esta tendencia de la gente a complacerse?
2 Esta tendencia hacia el ser complaciente o indulgente con uno mismo no causa sorpresa a los que se han mantenido alerta a lo que dice la Palabra inspirada de Dios, la Santa Biblia. Con exactitud esa Palabra profética predijo que en estos “últimos días” muchos serían “amadores de sí mismos,” “amadores del dinero,” “amadores de placeres más bien que amadores de Dios.” Con tanta intensidad se dan algunos a sus caminos de complacerse a sí mismos que la Biblia dice que están “sin gobierno de sí mismos.” Esto se puede ver también en el enorme aumento en el alcoholismo, el abuso de las drogas y la inmoralidad sexual en los últimos años.—2 Tim. 3:1-4.
3. ¿Qué actitud contraria existe, y quién la recomienda?
3 Sin embargo, existe también la actitud contraria, la de estar uno presto a sacrificarse, dispuesto a hacer sacrificios. Este es un proceder recomendado por nada menos que la autoridad del Creador Todopoderoso del universo, Jehová Dios mismo. Pero tal curso o proceder de prestarse a sacrificios... ¿no es cosa anticuada en nuestros tiempos modernos? ¿Por qué querría nadie interesarse en eso cuando a una mayoría cada vez mayor de personas no les interesa?
LO ENVUELTO
4, 5. ¿Cómo habló Jesús de un curso de abnegación, y qué quiso decir con sus palabras?
4 Es muy importante que tengamos el punto de vista correcto sobre este asunto del sacrificarse uno en oposición al complacerse. Acerca de esto, Jesucristo dijo: “Si alguien quiere venir en pos de mí, repúdiese a sí mismo y tome su madero de tormento día tras día y sígame de continuo. Porque el que quiera salvar su alma la perderá; pero el que pierda su alma por causa de mí es el que la salvará. Realmente, ¿de qué provecho le es al hombre si gana el mundo entero pero se pierde a sí mismo o sufre daño?”—Luc. 9:23-25.
5 Jesús estaba describiendo aquí un curso de abnegación, de estar uno presto al sacrificio. Y él tomó la delantera en demostrar lo que esto significaba. Dijo: “No busco mi propia voluntad, sino la voluntad del que me envió.” (Juan 5:30) Así, pues, la razón por la cual Jesús emprendió un curso que envolvía el sacrificio de sí mismo fue para poder cumplir a plenitud la voluntad de su Padre celestial, Jehová. Ese curso es el que Jesús recomendó a sus seguidores. Dijo que deberían estar dispuestos a ‘negarse’ a sí mismos, lo cual quería decir que deberían poner bajo sujeción sus propios deseos personales y hacer que la cosa principal de sus vidas fuera efectuar la voluntad de Dios.
6. (a) ¿Qué costo puede estar envuelto en un curso de prestarse uno al sacrificio? (b) Al hacer la voluntad de Dios, ¿cómo puede uno ‘salvar su alma’?
6 Es verdad que tal vida de sacrificio de uno mismo no es fácil. Envuelve un costo, que incluye tiempo y esfuerzo. En algunos casos hasta pudiera significar la pérdida de la vida de uno a manos de los que persiguen a los siervos de Dios. Sin embargo, como mostró Jesús, el que hiciera la voluntad de Dios ‘salvaría su alma,’ o vida. ¿De qué manera? Porque ganaría la aprobación de Jehová y con el tiempo el galardón que Dios promete a los que le sirven, porque él es “remunerador de los que le buscan encarecidamente.” (Heb. 11:6) Para la mayoría de los siervos leales de Dios, esa remuneración es vida eterna en un nuevo orden de justicia aquí en la Tierra: “Los justos mismos poseerán la tierra, y residirán para siempre sobre ella.” (Sal. 37:29) Y “verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz.” (Sal. 37:11) Ni la muerte misma puede evitar que se reciba esta recompensa, porque Jehová da la garantía de que habrá “una resurrección de vida.”—Juan 5:29.
7. ¿Por qué nos parece que vale la pena pagar cualquier precio por el futuro que Jehová promete?
7 ¡Sí, la vida está en juego en este asunto de estar uno presto a sacrificarse, en oposición a tender a complacerse! ¡Y qué maravillosa vida... el vivir para siempre en condiciones paradisíacas que harán de cada día un “deleite exquisito”! Esa realmente será la verdadera vida. No hay curso de vida que uno pudiera escoger en este mundo, ni cantidad de trabajo afanoso en ninguna ocupación o profesión, ni actos de lealtad a hombre alguno u organización alguna de este mundo que pudiera producir un futuro como el que Jehová promete a los que le sirven. Esto, pues, seguramente hace que valgan la pena cualesquier sacrificios que sean necesarios.
NECESARIO ESTAR DESPIERTOS
8, 9. ¿Por qué tenemos que intensificar nuestros esfuerzos por mantenernos despiertos y hacer sacrificios ahora?
8 Mientras más nos internamos en los “últimos días,” mayor va haciéndose la necesidad de que nos mantengamos bien despiertos en sentido espiritual e intensifiquemos nuestra anuencia a hacer sacrificios para servir a Dios de modo aceptable. Una razón para esto es el hecho de que Satanás el Diablo sabe que solo le queda “un corto período de tiempo” antes de que se le remueva. (Rev. 12:12; 20:1-3) Puesto que para ahora le queda muy poco tiempo, podemos esperar que intensifique sus esfuerzos dementes por corromper y destruir. Nada le gustaría mejor que influir en los siervos de Jehová de modo que se embotara su percepción espiritual y éstos perdieran su sentido de urgencia con relación a estos tiempos críticos. Y ciertamente le complacería mucho el que ellos efectuaran menos proclamación de las “buenas nuevas del reino” de Dios a otros, o abandonaran por completo esa proclamación.—Mat. 24:14.
9 Nunca debemos subestimar lo que Satanás puede hacer en cuanto a engaño y perjuicio. La Palabra inspirada de Jehová da esta advertencia: “Mantengan su juicio, sean vigilantes. Su adversario, el Diablo, anda en derredor como león rugiente, procurando devorar a alguien. Pero pónganse en contra de él, sólidos en la fe.” (1 Ped. 5:8, 9) Si una persona sabia supiera que por el vecindario estuviera andando suelto un león enfurecido y sin control, tomaría toda precaución posible para protegerse a sí misma y proteger a su familia, ¿no es verdad?
10, 11. (a) ¿Qué advertencia dio Jesús acerca de estar complaciéndose en demasía? (b) ¿Por qué aplican las palabras de Jesús hasta a algunos que se encuentran en la organización de Jehová hoy?
10 Jesús habló sobre la necesidad de que estemos alerta cuando dijo lo siguiente acerca de la destrucción venidera del inicuo sistema de cosas actual: “Mas presten atención a ustedes mismos para que sus corazones nunca lleguen a estar cargados debido a comer con exceso y beber con exceso y por las inquietudes de la vida, y de repente esté aquel día sobre ustedes instantáneamente como un lazo. Porque vendrá sobre todos los que moran sobre la haz de toda la tierra. Manténganse despiertos, pues, en todo tiempo haciendo ruego para que logren escapar de todas estas cosas que están destinadas a suceder, y estar en pie delante del Hijo del hombre.”—Luc. 21:34-36.
11 ¿A quiénes estaba hablando Jesús? En este caso estaba hablando a sus seguidores. Sin embargo, les advirtió que, a menos que se mantuvieran despiertos, hasta a algunos de ellos se les podría hallar desprevenidos al llegar el día de destrucción de Jehová. ¿Qué conduciría a que se les sorprendiera así, desprevenidos? Llegarían a estar demasiado envueltos en las inquietudes cotidianas de esta vida, o en estar gratificándose en demasía con placeres. Esas palabras de cautela que pronunció Jesús son una verdadera advertencia para nosotros hoy. Debido a que todavía no ha llegado el fin de este sistema, algunos que están sirviendo a Jehová pudieran sentirse tentados a aflojar respecto a su deseo de hacer sacrificios para él. Quizás piensen que Su nuevo orden está demasiado lejos en el futuro distante como para que la situación actual se deba considerar con urgencia. Puede ser que crean que deben estar más interesados en llevar lo que se llama una vida “normal.”
12. ¿Es sensato el buscar una vida “normal” en este sistema?
12 Sin embargo, desde el punto de vista de Dios, ¿puede ser “normal” cualquier modo de vida en este sistema de cosas? Este mundo está bajo la influencia de Satanás y sus demonios, dominado por crueles sistemas políticos, codiciosos intereses comerciales y egoístas religiones falsas. Está lleno de temor, odio, violencia, inmoralidad, corrupción, dificultades económicas, enfermedad y muerte. Todo esto está muy lejos de ser la vida normal que Jehová se ha propuesto para la humanidad, que incluye salud perfecta, seguridad y felicidad completas, así como vida eterna, y todo esto sobre una Tierra paradisíaca. Por eso, la vida ahora está muy distante de ser normal. Es muy anormal, y permanecerá así hasta que Jehová triture a este entero sistema inicuo y le ponga fin, preparando el camino para su glorioso nuevo orden. De modo que es engañarse uno mismo el buscar normalidad en un mundo anormal.
13. Dé ejemplos de personas a quienes alcanzó Satanás debido a la tendencia de éstas a complacerse a sí mismas.
13 ¡Qué calamidad pudiera ser el que, en esta fecha tardía, el cristiano no prestara atención a la advertencia de Jesús, descuidara su vigilancia y pusiera en peligro su relación con Jehová! Tal individuo pudiera quedar abiertamente expuesto a caer en ‘el lazo del Diablo, pescado vivo por él para la voluntad de ése.’ (2 Tim. 2:26) Eso fue precisamente lo que le sucedió en el primer siglo a Demas, que había sido cristiano. De él, el apóstol Pablo dijo: “Demas me ha abandonado porque amó el presente sistema de cosas.” (2 Tim. 4:10) La esposa de Lot fue otra persona que cayó en la trampa de Satanás. Desobedientemente, ella miró atrás hacia Sodoma cuando aquella ciudad estaba siendo destruida y ‘perdió su alma.’ Por buena razón Jesús dijo: “Acuérdense de la esposa de Lot.” (Luc. 17:32) Hubo también el caso de Esaú, quien cedió su derecho de primogenitura por una ventaja material temporera. ¡Qué mal juicio desplegó él! (Gén. 25:29-34) Otro caso fue el de Acán, quien pensó más del dinero y la ropa de lujo que del propósito de Jehová. (Jos. 7:1, 20-25) Es lamentable el hecho de que todas estas personas pagaran un tremendo costo por haber tenido el espíritu de complacerse a sí mismas, en vez del espíritu de sacrificarse. No, no es raro el ser vencido por la tendencia a complacerse uno mismo. Les ha sucedido a siervos de Dios en el pasado antiguo, y les ha sucedido a algunos en tiempos modernos. Puede suceder de nuevo.
“COMO UN LAZO”
14. ¿Cómo se asemeja a un lazo la venidera destrucción mundial?
14 Cuando Jesús dijo que el día de destrucción procedente de Jehová vendría, dijo que vendría “como un lazo.” (Luc. 21:35) El lazo se cierra sobre el animal desprevenido cuando el animal anda por la senda del peligro sin prestar atención. Así, también, el fin de este sistema vendrá de súbito, cuando la mayoría de la gente no lo esté esperando. Entre estas personas pudieran estar algunas que hayan empezado a andar en “el camino que conduce a la vida,” pero que, por descuido, hayan llegado a estar absortas en actividades mundanas, y se hayan desviado demasiado en la dirección incorrecta.—Mat. 7:14.
15. ¿Es el hecho de que la situación mundial se haga menos amenazadora prueba alguna de que el fin de este sistema tenga que estar muy lejos?
15 Sin embargo, ¿no daría a algunos razón para pensar que el fin no está cerca el ver una situación mundial menos amenazadora, una apariencia externa de prosperidad en varios lugares? En realidad, eso pudiera significar precisamente lo contrario. Note las palabras de Jesús: “Porque así como eran los días de Noé, así será la presencia del Hijo del hombre. Porque como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, los hombres casándose y las mujeres dándose en matrimonio, hasta el día en que Noé entró en el arca; y no hicieron caso hasta que vino el diluvio y los barrió a todos, así será la presencia del Hijo del hombre.” Por eso Jesús también amonestó: “Por este motivo, ustedes también demuestren estar listos, porque a una hora que no piensan que es, viene el Hijo del hombre.”—Mat. 24:37-39, 44.
16. ¿Qué expresiones hicieron Pablo y Pedro acerca de lo súbito del fin de este sistema?
16 También el apóstol Pablo llamó atención a lo súbito que vendría el fin de este sistema, inesperado para la mayoría de la gente. Dijo: “Porque ustedes mismos saben bastante bien que el día de Jehová viene exactamente como ladrón en la noche. Cuando sea que ellos estén diciendo: ‘¡Paz y seguridad!’, entonces destrucción repentina ha de sobrevenirles instantáneamente.” (1 Tes. 5:2, 3) El apóstol Pedro también mencionó el hecho de que “el día de Jehová vendrá como ladrón,” de manera inesperada para los que no estuvieran despiertos espiritualmente. (2 Ped. 3:10) Por eso Pablo aconsejó: “No sigamos durmiendo como los demás, sino quedémonos despiertos y mantengamos nuestro juicio.”—1 Tes. 5:6.
17. ¿Por qué no debemos creer que Jehová haya pospuesto su día de la ira?
17 El día de la ira de Jehová contra la iniquidad vendrá exactamente según el horario que él ha fijado. No será pospuesto ni un instante. Por lo tanto, ninguna persona que ama a Jehová debe jamás llegar a estar en un estado de ánimo o en un patrón de vida que sugiera que no cree en el propósito de Jehová de librar de la iniquidad a esta Tierra y establecer un nuevo orden justo. Si uno adoptara una actitud tan negativa, se parecería mucho a los individuos a quienes se describe en 2 Ped. 3:3, 4, que dice: “En los últimos días vendrán burlones con su burla, procediendo según sus propios deseos y diciendo: ‘¿Dónde está esa prometida presencia de él? Pues, desde el día en que nuestros antepasados se durmieron en la muerte, todas las cosas continúan exactamente como desde el principio de la creación.’”
18. (a) ¿Qué evidencia hay de que nuestro día verdaderamente difiere mucho del “principio de la creación”? (b) ¿Por qué debemos orientar nuestros esfuerzos principales hacia el hacer la voluntad de Jehová?
18 Es verdad que los procesos originales de la vida han continuado hasta el presente. Sin embargo, en este siglo, toda la evidencia de los “últimos días” nos ha llegado en medida plena. La mayoría de las más grandes calamidades de la historia se han concentrado en este siglo. Y ahora el hombre tiene en sus manos el poder de destruir toda la vida que hay en esta Tierra. De seguro toda la evidencia que cumple lo que la Biblia profetizó muestra que este mundo avanza sin asomos de detenerse hacia su fin. Y cuando eso venga, significará un período de dificultades sin paralelo para la humanidad. Jesús lo llamó “grande tribulación como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder.” (Mat. 24:21) Durante ese tiempo todos los sistemas políticos, económicos y religiosos falsos del mundo serán demolidos. Así, todo el tiempo, esfuerzo y gastos que se hayan dedicado a sostener esos sistemas habrán quedado en nada. De seguro los cristianos no querrán dirigir sus esfuerzos principales hacia esas cosas que no van a durar. Deben orientar su lealtad y sacrificios principales hacia lo que es eterno. “El mundo va pasando y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.”—1 Juan 2:17.
19. Durante la “grande tribulación,” ¿qué necesidad habrá de que se hagan sacrificios, y quiénes, con la mayor probabilidad, los harán?
19 Durante la venidera “grande tribulación” indudablemente habrá mucha ocasión para que los siervos de Jehová demuestren el espíritu del que se presta a sacrificios. Tendrán que ayudar a sus compañeros cristianos de muchas maneras, entre ellas compartiendo con ellos cosas materiales necesarias. (Heb. 13:16) Debido a los grandes trastornos que entonces acontecerán en los sistemas políticos, sociales y económicos, los siervos de Dios quizás hasta pierdan algunas posesiones, si no todas. Por eso, a los que ahora ponen en primer lugar en su vida los intereses de Jehová, y que ya tienen el espíritu de presteza al sacrificio, probablemente se les haga más fácil hacer los sacrificios que se necesiten entonces.
20. ¿Precisamente cuán serio es el asunto de prestarse uno al sacrificio?
20 No podemos evitar el hecho de que la pregunta: “¿Tiende a complacerse, o se presta a sacrificarse?” es asunto de vida o muerte cuando se ve desde el punto de vista de Jehová. Si amamos la vida, y deseamos vivir la vida perfecta en el nuevo orden de Dios, entonces necesitamos el espíritu de estar prestos al sacrificio para servir a Jehová de manera aceptable a él ahora.
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Cultivando el espíritu de presteza al sacrificioLa Atalaya 1978 | 15 de diciembre
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Cultivando el espíritu de presteza al sacrificio
“Les suplico por las compasiones de Dios, hermanos, que presenten sus cuerpos en sacrificio vivo, santo, acepto a Dios, un servicio sagrado con su facultad de raciocinio.”—Rom. 12:1.
1. ¿Por qué es digno Jehová de los sacrificios que hacemos por él?
PARA que los seres humanos deseen hacer sacrificios, el objeto de tales sacrificios debe ser digno, debe ser tenido en alta estima. En todo respecto, Jehová Dios ciertamente es digno de cualesquier sacrificios que hagamos por él. Es el Creador del imponente y magnífico universo y la fuente de toda cosa viva. También es el Hacedor de un nuevo orden de justicia que remediará todos los problemas de la humanidad. Apropiadamente, la Biblia dice: “Digno eres tú, Jehová, nuestro Dios mismo, de recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y a causa de tu voluntad existieron y fueron creadas.” (Rev. 4:11) Debido a que Jehová es tan merecedor, se nos insta a ‘presentar nuestros cuerpos en sacrificio vivo’ a él.—Rom. 12:1.
2. ¿Qué pensamientos abarca la palabra “sacrificio”? (Lea Hebreos 13:15, 16.)
2 ¿Qué envuelve precisamente el ser un sacrificio vivo a Jehová? Una definición de la palabra “sacrificio” es “ceder algo que se considera precioso o deseable por algo a lo cual uno considera de superior prioridad.” Un significado adicional de “sacrificio” es “ofrecer la vida a una deidad.” Puesto que Jehová no nos pide que nos dejemos matar literalmente sobre algún altar, el ofrecimiento de nuestra vida lo haríamos en servicio a él. El apóstol Pedro, al hablar acerca de la destrucción venidera de este sistema, instó a los cristianos a ser personas que se distinguieran por “actos santos de conducta y hechos de devoción piadosa.” (2 Ped. 3:11) Por eso, el sacrificio aceptable a Dios envuelve actos positivos, así como abandonar las prácticas que Jehová no aprueba o que pudieran estorbarnos al servirle a él.
3. ¿Aprueba Jehová todo sacrificio que tiene que ver con la adoración?
3 ¿Significa el adoptar un curso de prestarse al sacrificio que Dios está pidiéndole a la gente que se haga fanática, que haga cosas irracionales? Por ejemplo, hay personas que se arrastran por largas distancias sobre rodillas ensangrentadas hasta santuarios eclesiásticos, con la idea de que a Dios le complacen esos sacrificios. Otras quizás emprendan deliberadamente una vida de pobreza y de pedir limosnas. Algunas rehúsan comer ciertos alimentos como parte de su adoración. Pero Jehová no pide a sus siervos que se inflijan penalidades deliberadamente. No aprueba los decretos de hechura humana que tienen “una apariencia de sabiduría en una forma autoimpuesta de adoración y humildad ficticia, un tratamiento severo del cuerpo.”—Col. 2:23.
4. ¿Qué significa sacrificarse por los intereses de Jehová hoy día?
4 La clase de razonable sacrificio de uno mismo que Jehová requiere de nosotros es que limitemos nuestros deseos personales de modo que podamos rendir servicio más pleno a Su causa. Esa causa tiene como centro el gobierno entrante que Dios tiene para toda la Tierra, su reino celestial en las manos de Cristo. Puesto que pronto ese gobierno será la única autoridad que gobernará, todos los que deseen vivir bajo su administración justa tienen que aprender sus leyes, principios y propósitos. También tienen que promover sus intereses, al ‘predicar estas buenas nuevas del reino’ entre la humanidad hoy. Así, el hacer sacrificios por los intereses de Jehová significa obedecer sus leyes y poner en primer lugar en nuestra vida su reino: “Sigan, pues, buscando primero el reino y Su justicia,” dijo Jesús.—Mat. 6:33.
5. ¿Debería considerarse demasiado difícil el adoptar un curso de presteza al sacrificio?
5 ¿Es carrera fácil la del que se presta al sacrificio? No, no es fácil. Pero son Jehová Dios y Cristo Jesús quienes nos invitan a seguir ese curso en la vida. Eso significa que tal curso es posible, puesto que el Padre amoroso y su Hijo, quienes crearon a los seres humanos, saben lo que la gente puede lograr. Además, puesto que Jehová y Cristo aman tanto a la humanidad, podemos estar seguros de que no nos pedirían nada que pudiera ir en contra de nuestros mejores intereses. También, cuando consideramos los magníficos galardones que nos esperan, podemos decir con confianza que el hacer sacrificios para servir a Jehová es el único curso de vida que vale la pena hoy. Tarde o temprano, todo lo demás terminará en desilusión.—Mat. 19:26; Rom. 9:33; 1 Juan 4:16.
6, 7. (a) ¿Qué clase de sacrificios tuvo que hacer Noé? (b) ¿Se desanimó Noé al transcurrir el tiempo?
6 Podemos recibir gran estímulo al seguir nuestro curso de estar prestos al sacrificio cuando examinemos la historia bíblica y vemos cómo otras personas ordinarias siguieron con buen éxito un curso similar, y las bendiciones que recibieron por hacer eso. Por ejemplo, Jehová le pidió a Noé que sacrificara algunas cosas de modo que pudiera efectuar un trabajo que el mundo de su día consideraba insensato. Le dio instrucciones de hacer una enorme embarcación, un arca. Sin embargo, nunca había habido antes grandes lluvias ni inundaciones. Además, Noé no era constructor de barcos, y, también, tenía responsabilidades de familia.
7 El que Noé construyera tan grande arca requeriría que tomara tiempo para ello de cosas que quizás hubiera preferido hacer. Ciertamente si hubiera dedicado la misma cantidad de tiempo y energía a aumentar su riqueza material, no hay duda de que pudiera haber estado en situación más cómoda. Además, tuvo que sacrificar parte de su reputación ante los vecinos, puesto que el trabajo que hacía en el arca lo dejaba expuesto a la burla de otros. ¿Se desanimó o se rindió él porque aquel trabajo tomó muchos años mientras él esperaba el fin de aquel sistema? Al contrario, pacientemente Noé continuó su curso de sacrificio de sí mismo. Esto incluyó el ser “predicador de justicia.” (2 Ped. 2:5) Él entendía que no vivía en un mundo “normal,” sino en uno que estaba ‘arruinado a la vista del Dios verdadero y lleno de violencia,’ uno que con el tiempo sería destruido. Así, la Biblia dice: “Noé procedió a hacer conforme a todo lo que le había mandado Dios. Hizo precisamente así.”—Gén. 6:11, 22.
8. ¿Cómo nos ha afectado a todos la obediencia de Noé?
8 Debería alegrarnos muchísimo el que Noé rehusara ponerse de parte de las personas que se complacían a sí mismas en su día. Por la obediencia de él nosotros estamos vivos hoy, pues todos somos descendientes de Noé. Los que se complacían a sí mismos perdieron todo... casas, posesiones, su modo de vivir supuestamente “normal.” También perdieron su mismísima vida y la vida de sus hijos, cuando “el mundo de aquel tiempo sufrió destrucción cuando fue anegado en agua.”—2 Ped. 3:6.
9. ¿Cómo fue bendito Abrahán por estar dispuesto a hacer sacrificios?
9 Abrahán fue otra persona que apreció la necesidad de hacer sacrificios para Jehová. Jehová le dio esta instrucción: “Vete de tu país y de tus parientes y de la casa de tu padre al país que yo te mostraré.” (Gén. 12:1) Abrahán no se retrajo porque Jehová le estuviera pidiendo que abandonara un modo de vivir en el cual disfrutaba de seguridad por algo que era tan incierto. Confiaba en que, fuera lo que fuera que Jehová exigiera de él, aquello era correcto y para su propio bien. “Ante eso Abrán se fue tal como le había hablado Jehová.” (Gén. 12:4) Es verdad que eso significaba una cantidad considerable de sacrificios por muchos años. Pero Jehová bendijo en gran manera su anuencia a servir: Abrahán vio muchos actos maravillosos de Jehová a favor de él y de su familia; no careció de las necesidades materiales; se le llegó a llamar “amigo de Jehová.” (Sant. 2:23) Dios también le prometió a Abrahán que una nación entera de personas vendría de él. Y es significativo el hecho de que la Biblia dice de esto: “Después que Abrahán hubo mostrado paciencia, obtuvo esta promesa.” (Heb. 6:15) Además, tuvo el privilegio de ser antecesor de Jesús.
10. ¿Qué contraste de actitudes hubo en el primer siglo, con qué resultados?
10 En el primer siglo de nuestra era común muchos hombres y mujeres ordinarios sacrificaron algunos de sus propios intereses por los intereses de Jehová. Sí, trabajaban arduamente y experimentaban dificultades, pero se sentían muy contentos por saber que estaban haciendo lo correcto y agradando a Dios. Además, tenían confianza en que Jehová recordaría su fe y obras a favor de él y de seguro les daría una excelente recompensa en el futuro. Y ¿qué les sucedió a los que buscaron complacerse en demasía, los que quisieron conservar su modo de vida “normal” y que rechazaron a Jesús por temor a que ‘los romanos vinieran y les quitaran tanto su lugar como su nación’? (Juan 11:48) De todas maneras en aquella misma generación su modo de vivir terminó. Los ejércitos romanos devastaron el país, y hubo enorme pérdida de vida y propiedad. Pero los cristianos que estuvieron prestos al sacrificio escucharon las enseñanzas de Jesús, huyeron de aquella zona y se conservaron la vida, aunque dejaron atrás casas y casi todas las posesiones materiales. Se les cuenta como verdaderamente “felices.”—Luc. 21:20-24; 22:28-30; Rev. 20:4-6.
SACRIFICIOS EN NUESTRO TIEMPO
11. (a) ¿Se requiere hoy que los cristianos abandonen todas sus posesiones? (b) ¿Cómo está envuelta nuestra actividad para con otras personas en el hacer sacrificios para Jehová?
11 ¿Quiere decir esto que todos los siervos de Dios hoy deben abandonar sus casas y otras posesiones materiales como parte de sus sacrificios a Dios? No, ése no es el punto, aunque en el caso de los ejemplos señalados con relación a Noé, Abrahán, y los cristianos del primer siglo, hubo anuencia para hacer eso si era necesario. Lo principal es que uno esté dispuesto de buena gana a poner en primer lugar en su vida los intereses de Dios, haciendo cuanto sacrificio sea necesario para ello. No es tanto lo que una persona tenga o no tenga, sino dónde está su corazón. ¿Está orientado hacia los intereses de Jehová en primer lugar, o hacia los intereses personales en primer lugar? Y entre los intereses de Jehová está el hacer cosas buenas para otras personas, pues la Palabra de Dios dice que debemos estar, ‘no vigilando con interés personal solo nuestros propios asuntos, sino también con interés personal los de los demás,’ y “no estar agradándonos [solo] a nosotros mismos,” sino “cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno para su edificación.”—Fili. 2:4; Rom. 15:1, 2.
12. ¿Por qué debemos apreciar el que en tiempos modernos otros siguieran un curso de anuencia al sacrificio?
12 ¿Vemos en los tiempos modernos tal espíritu de presteza o anuencia al sacrificio? Ciertamente que sí. De hecho, los varios millones de personas que ahora disfrutan de las verdades bíblicas y el compañerismo cristiano en asociación con las más de 40.000 congregaciones de los testigos de Jehová por toda la Tierra están beneficiándose de los sacrificios que hicieron siervos leales de Dios en época más temprana en tiempos modernos. Allá hacia fines del siglo pasado y a principios de éste muchas personas que estuvieron prestas a hacer sacrificios trabajaron arduamente por enseñar las verdades bíblicas a otras personas y establecer el fundamento para la organización visible moderna de Jehová, de la cual nosotros estamos recibiendo ahora la verdad acerca de Jehová, así como tantos otros beneficios.
13. ¿Qué sacrificios están haciendo muchos para servir a Jehová a mayor cabalidad?
13 Ahora mismo, por toda la Tierra, en muchas decenas de miles se cuentan los hombres y mujeres devotos que están haciendo sacrificios extraordinarios para servir a Dios. Algunos han sacrificado literalmente casas y posesiones para poder trabajar de tiempo completo a favor de los intereses de Jehová en la obra misional, en hogares Betel, o como representantes viajeros que rinden servicio a las congregaciones. Otros están haciendo sacrificios para efectuar obra de precursor especial, regular o auxiliar, de modo que puedan participar a mayor cabalidad en enseñar a otros acerca del nuevo orden entrante de Jehová.
14. ¿Cómo ve Jehová a las personas cuyo servicio a él se halla más restringido debido a sus circunstancias?
14 Sin embargo, no todos los que se apegan a Jehová con devoción están libres de responsabilidades hasta tal grado que puedan efectuar esa obra de tiempo completo. Muchos tienen que hacer grandes esfuerzos en medio de un sistema económico difícil para ganar el sustento para su familia, pues comprenden que si no hicieran eso serían ‘peores que una persona sin fe.’ (1 Tim. 5:8) Los padres cristianos también tienen las responsabilidades que les vienen a los que crían hijos. Comprenden que tienen que sacrificar parte de lo que ellos preferirían hacer de modo que puedan dedicar tiempo a la crianza de sus hijos “en la disciplina y regulación mental de Jehová.” (Efe. 6:4) También hay quienes, debido a mala salud, edad avanzada u otras limitaciones, pueden ofrecer muy poco en lo que se refiere a servicio directo a Jehová. En esto, se parecen a la viuda necesitada que solo pudo ofrecer “dos monedas pequeñas de ínfimo valor” en el templo de Dios. (Luc. 21:1-4) Sin embargo, todas esas personas que hacen lo que pueden para ayudar a otros a aprender acerca de Jehová ciertamente hacen sacrificios que agradan a Dios. Él las ama por su disposición de aguantar condiciones difíciles y sin embargo hacer alguna ofrenda de servicio a él, según lo que la situación suya les permite.—Sant. 5:11.
EXAMÍNESE
15. ¿Qué preguntas sería bueno que nos hiciéramos?
15 ¿Tiene usted el espíritu de presteza al sacrificio, o tiende a complacerse a sí mismo? ¿Sirve a Jehová hasta la medida plena que le permiten sus circunstancias? ¿Por qué no examinarse para ver si pudiera haber mejora en su servicio cristiano a Dios?
16. ¿Cómo pudiéramos ‘comprar el tiempo oportuno’? (Lea Romanos 10:9, 10.)
16 Por ejemplo, ¿pudiera dedicar más tiempo a la lectura personal de la Biblia? Si tiene familia, ¿tiene consideraciones bíblicas regulares con su familia? ¿Pudiera usar una porción mayor de su tiempo libre para visitar a la gente de su vecindario y anunciarles las “buenas nuevas”? ¿O pudiera dedicar algún tiempo a ayudar a los enfermos, los de edad avanzada o a otras personas por medio de ejecutar actos cristianos de bondad y amor? Usted pudiera quizás comparar la cantidad de tiempo que dedica a recrearse, como a ver programas de televisión, con el tiempo que pasa sirviendo a Jehová en una esfera u otra de Su actividad. ¿Hay equilibrio?—Efe. 5:15.
17. ¿Por qué es importante que los padres examinen qué les piden a sus hijos que hagan?
17 ¿Es usted padre, o madre? Examine su relación con sus hijos. Comprenda que el mejor tiempo en que sus hijitos pueden empezar a aprender el curso de estar prestos a sacrificarse es en la niñez. Dé a sus hijos algún trabajo útil que hacer en la casa. Haga que vean que la vida no consiste solo en juego, que envuelve trabajo, sacrificio. Puede ser que en su propia niñez usted haya sido una persona que careció de buena ropa, no disfrutó de mucha recreación y no fue bien alimentada. Quizás le parezca que no desearía que su hijo tuviera las privaciones que usted conoció. Pero, ¡por otra parte, el dar a su hijo todo lo que él desea pudiera costarle la vida a él! Esto pudiera hacer que él pensara que la vida es fácil, que las cosas vienen con facilidad, que el hacer la voluntad de Jehová es fácil, y por eso, más tarde quizás no esté dispuesto a hacer sacrificios por Jehová. Como ustedes los adultos ya saben, la vida no es fácil, las cosas no vienen con facilidad, y el hacer la voluntad de Jehová no es necesariamente fácil. Por eso, ayuden a sus hijos a obtener un punto de vista equilibrado de la vida. Enséñenles que aunque hay tiempo para la diversión, también tiene que haber tiempo para trabajar, para estudiar la Biblia, para hacer sacrificios. Discipline a sus hijos e hijas en un proceder de abnegación con sensatez. El fruto de esta disciplina bien pudiera ser una de las cosas más valiosas que heredaran de usted. (Efe. 6:4; Heb. 12:11) Y su propio buen ejemplo será el mejor refuerzo para las instrucciones verbales que dé.
18. Si no podemos dedicar más tiempo a servir a Jehová, ¿qué mejoras podemos hacer todavía?
18 Sea usted casado o soltero, puede ser que un autoanálisis sincero le muestre que está dedicando cuanto tiempo razonablemente puede a servir en los intereses del Reino. ¿Habrá algo más que pueda hacer? Sí, lo hay. Puede trabajar en hacerse mejor cristiano, aprender a desplegar en mayor medida el fruto del espíritu de Dios, que es “amor, gozo, paz, gran paciencia, benignidad, bondad, fe, apacibilidad, gobierno de uno mismo.” (Gál. 5:22, 23) Además, puede trabajar en el mejoramiento de la calidad de su servicio a Dios.
19. ¿Por qué debería ser nuestro deseo cultivar el espíritu de presteza al sacrificio? (Lea Hebreos 6:11; 1 Corintios 15:58.)
19 En el futuro, en el nuevo orden de Dios, ¡cuánto le satisfará el mirar al pasado y saber que cuando en realidad contaba, en este tiempo de urgencia, usted puso sus ‘manos a la tarea,’ hizo los sacrificios necesarios, y desempeñó su parte en servir a Jehová! Sí, esté dispuesto a poner a un lado los intereses personales por los intereses de Jehová, mientras mantiene en mira las emocionantes recompensas que le esperan. Cultive el espíritu del salmista cuando dijo: “De buena gana ciertamente te haré sacrificios. Elogiaré tu nombre, oh Jehová, porque es bueno.”—Sal. 54:6.
[Ilustración de la página 25]
Pedro, Noé, Abrahán y otros hicieron sacrificios por Jehová y recibieron su bendición
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Relaciones sexuales sin matrimonio... lo que las hace dañinasLa Atalaya 1978 | 15 de diciembre
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Relaciones sexuales sin matrimonio... lo que las hace dañinas
LA ATRACCIÓN sexual puede ser muy poderosa. Evidentemente el Creador la implantó en los seres humanos para que contribuyera a hacer del matrimonio un placentero enlace que ata.
Hay quienes se ríen burlonamente de la idea de que sea dañino el participar en intimidades sexuales cuando los que lo hacen no están casados. Quizás se pregunten qué daño causan a sus cuerpos cuando ceden
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