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  • Lo que se necesita para mantenerse separado del mundo
    La Atalaya 1980 | 1 de noviembre
    • El ser humildes nos ayudará a estar contentos con las bendiciones espirituales y materiales que tenemos. Si tenemos devoción piadosa y nos bastamos con lo que tenemos, como a ello se nos exhorta en 1 Timoteo 6:6, no estaremos inquietos y anhelando placeres prohibidos, excitación o fuertes emociones por medio de ver la violencia en la pantalla de cine o televisión; no nos sentiremos tentados a obrar con falta de honradez en nuestras relaciones con otros, ni a hacernos codiciosos de ganancia personal. Si tenemos una opinión modesta de nosotros mismos, estaremos contentos con nuestro propio cónyuge y no estaremos echando miradas codiciosas hacia otras personas que tal vez puedan ofrecernos más encanto, placer o compañerismo.

      El mantenerse uno separado del mundo también requiere que uno sepa gobernarse. El tener gobierno de nosotros mismos nos ayudará a tolerar el dolor de modo que no transijamos bajo persecución severa, pues en todo tiempo acudiremos a Jehová Dios para recibir de él la fortaleza necesaria. Es lo mismo con relación a las tentaciones que el mundo de Satanás o las circunstancias puedan ponernos en el camino, es decir, tentaciones para hacernos ceder a las obras de la carne. (Gál. 5:19-21) Si hemos cultivado el fruto del gobierno de nosotros mismos, podremos resistir a todas las tentaciones de esta clase, y hacer lo que el apóstol Pablo dice que él hizo: “Aporreo mi cuerpo y lo conduzco como a esclavo, para que, después de haber predicado a otros, yo mismo no llegue a ser desaprobado de algún modo.”—1 Cor. 9:27.

      TEMOR A JEHOVÁ Y AMOR ALTRUISTA

      El mantenernos separados del mundo también requiere que temamos a Jehová, lo cual es el principio de la sabiduría. (Sal. 111:10) El temor piadoso respecto a desagradar a nuestro Padre celestial nos mantendrá separados del mundo inicuo. El mundo es muy malo, y el temer a Jehová significa odiar lo que es malo.

      Pero, sobre todo, necesitamos amor altruista para mantenernos separados del mundo. El mundo presenta atracción al egoísmo. El que las tentaciones del mundo no tengan ninguna atracción para nosotros depende del grado al que seamos altruistas. Si verdaderamente amamos a Jehová Dios de todo corazón y alma, con toda nuestra mente y fuerza, le seremos leales y no nos asociaremos con sus enemigos. No resultaremos infieles a él. Y si amamos a nuestros hermanos cristianos nos mantendremos separados del mundo, pues, de no hacer eso, pudiéramos causarles tropiezo, dado que nuestras acciones serían mal ejemplo. Si amamos a nuestra propia familia, nos guardaremos de toda forma de incitación mundana que pudiera tentarnos a ser desleales a ella en pensamiento, palabra o acción.

      RECOMPENSAS DEL MANTENERNOS SEPARADOS

      ¿Cuáles son las recompensas que nos vienen por mantenernos separados del mundo? Una es que podemos disfrutar de la amistad pura de Jehová Dios, Jesucristo y nuestros hermanos cristianos. Además, al mantenernos separados del mundo mantendremos una conciencia limpia y evitaremos los malos frutos que son el resultado de las obras de la carne. (Gál. 6:7, 8) Al mantenernos separados de Babilonia la Grande, no participaremos en su culpa ni recibiremos de sus plagas.—Rev. 18:4.

      El mantenernos separados de las naciones políticas también tiene sus recompensas. Aunque frecuentemente ha resultado en que los verdaderos cristianos sufran penalidades, sin embargo vez tras vez el que ellos se hayan mantenido separados de los conflictos nacionalistas ha sido para ventaja de ellos. En países como el Líbano y el norte de Irlanda, que están divididos por contiendas, la posición de neutralidad de estos cristianos les ha permitido participar libremente en la obra de testificar y hasta les ha salvado la vida.

      Al mantenernos separados del mundo podremos, con beneficio para nosotros mismos, obedecer el mandato que se encuentra en Sofonías 2:3: “Busquen a Jehová, todos ustedes los mansos de la tierra, los que han practicado Su propia decisión judicial. Busquen justicia, busquen mansedumbre. Probablemente sean ocultados en el día de la cólera de Jehová.” Así, tal vez podamos pasar a través de la “grande tribulación” y disfrutar entonces de vida eterna en el nuevo orden de Dios.—Mat. 24:21; 2 Ped. 3:13.

      Por lo tanto, que todos los cristianos verdaderamente dedicados tengan siempre presente la necesidad de mantenerse separados del mundo dominado por Satanás el Diablo. Que siempre reconozcan las muchas razones por las cuales deben hacer eso. Y que se muestren diligentes en cultivar las cualidades que se necesitan para mantenerse separados del mundo.

      Como se muestra en los siguientes artículos preparados para ser estudiados, nuestra actitud hacia este mundo nos afecta profundamente. De veras, ‘segamos lo que sembramos.’

  • Sembrando con miras al reino de Dios
    La Atalaya 1980 | 1 de noviembre
    • Sembrando con miras al reino de Dios

      1. ¿A qué reino asignó una alumna al emperador que le preguntó acerca de ello? ¿Dejaba su respuesta lugar a dudas?

      El emperador de un país del centro de Europa estaba inspeccionando una escuela pública de sus súbditos. Hizo varias preguntas a la clase escolar. Según lo que se cuenta, preguntó a una muchachita acerca del “reino vegetal” y “el reino animal” y quedó complacido con sus respuestas. Tras eso, le preguntó: “¿A qué reino pertenezco yo?” Puesto que esperaba que ella respondiera: “Al reino animal,” se le llenaron los ojos de lágrimas cuando la niña respondió: “Al reino de Dios.” Aunque la iglesia a la cual pertenecía el emperador haya considerado la respuesta de la alumna tanto correcta como reverencial, ¿pertenecía el emperador al reino de Dios? ¿Realmente se le había dado entrada en “el reino de Dios” a este gobernante político de un gobierno mundano? ¡Esto da en qué pensar!

      2. (a) El ser admitido en el reino de Dios es ser admitido en un gobierno de ¿qué categoría? (b) ¿Cómo mostraron los judíos de los días de Jesús que no estaban sembrando con miras a ese reino?

      2 El ser admitido en el reino de Dios es el mayor honor que se pudiera otorgar a alguien en la Tierra. El reino de Dios es el gobierno más grandioso de todos. Este fue el gobierno acerca del cual el Fundador del cristianismo predicó en el Oriente Medio. La historia dice acerca de Jesucristo: “Ahora bien, después que Juan [el Bautizante] fue hecho preso [en el año 30 E.C.], Jesús entró en Galilea, predicando las buenas nuevas de Dios y diciendo: ‘El tiempo señalado se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado. Arrepiéntanse y tengan fe en las buenas nuevas.’” (Relato de Marcos, cap. 1, vss. 14 y 15) Sin embargo, la arrolladora mayoría del pueblo judío no se arrepintió ni tuvo fe. Asombrosamente, hicieron que se diera muerte a Jesús como enemigo del emperador romano, César. Figurativamente, no sembraron con miras al reino de Dios. Pero, ¿quién de nosotros hoy día sí está haciendo eso? ¿Cómo podemos saberlo? Veremos.

      3. ¿Acerca de qué ilustración que Jesús dio a un auditorio reunido en la playa preguntaron sus discípulos, y qué dijo él acerca del oído?

      3 A la mayoría de nosotros hoy día nos gusta que se nos hagan ilustraciones de las cosas. Jesucristo se hizo famoso por presentar

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