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La manera de enseñar del MaestroLa Atalaya 1960 | 1 de septiembre
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que mi hermana me haya dejado sola para atender las cosas? Dígale, por lo tanto, que me ayude.” “Marta, Marta,” dijo Jesús, “estás inquieta y perturbada en cuanto a muchas cosas. Sin embargo, sólo se necesitan unas cuantas cosas, o una nada más. Por su parte, María escogió la porción buena, y no se le quitará.” (Luc. 10:38-42) Aunque una comida muy sencilla habría bastado, Marta usó demasiado tiempo en preparativos esmerados para su invitado, descuidando las cosas espirituales más importantes, y Jesús aclaró eso. Pero no fue por todas partes de Palestina diciendo a las mujeres que no prepararan comidas grandes para sus invitados. El interés de Marta en los detalles de su trabajo en la casa era su piedra de tropiezo personal. El consejo de Jesús cuadró con la necesidad de ella, así como con la de todos los que tienden a ser como Marta. En otros casos de su enseñanza es evidente que Jesús demostró perspicacia semejante al hacer que el obstáculo personal del individuo resaltara y luego poniendo sobre aviso a la persona en cuanto a dicho obstáculo. Nosotros también debemos ser observadores, notando las inclinaciones y reacciones de aquellos a quienes enseñamos, y luego tomar en cuenta esas cosas al continuar ayudándolos.
DESMENUZÓ LA COMPLACENCIA
14, 15. ¿Cómo principió Jesús su sermón del monte, y con qué efecto?
14 No tomaría más de veinte minutos pronunciar el famoso sermón del monte de Jesús como se registra en Mateo 5:1 a 7:27, ¡pero ha durado diecinueve siglos y no ha sido igualado por ningún sermón desde entonces! Jesús estaba cerca de Capernaum y las muchedumbres le seguían, de modo que subió al monte y se sentó a enseñar a los que le siguieron. ¿Qué dijo? ¿Fue lo que la mayoría aceptaría prontamente? ¿Dijo que es el rico el que no tiene necesidad, o el feliz el que no necesita consuelo? ¿Elogió a los que son apreciados por los hombres? ¡No! Más bien, dijo cosas pasmosas:
15 “Felices son ustedes, los pobres, porque de ustedes es el reino de Dios. Felices son ustedes los que tienen hambre ahora, porque serán saciados. Felices son ustedes los que lloran ahora, porque reirán. Felices son ustedes siempre que los hombres los odien, y siempre que los excluyan y los vituperen y desechen su nombre como inicuos por causa del Hijo del hombre. Regocíjense en ese día y salten, porque, ¡miren! su galardón es grande en el cielo, porque ésas son las mismas cosas que solían hacer a los profetas los antepasados de ellos.” Fue a los espiritualmente hambrientos, sedientos, vituperados, perseguidos, necesitados y dolientes que él pronunció felices.—Luc. 6:20-23.
16. ¿Qué normas elevadas dio a conocer, y qué efecto tendrían estas enseñanzas en sus oyentes?
16 Jesús continuó: “Ustedes oyeron que se dijo a los de la antigüedad: ‘No debes asesinar; pero quienquiera que cometa un asesinato será responsable al tribunal de justicia.’ Sin embargo, yo les digo a ustedes que todo el que continúa airado con su hermano será responsable al tribunal de justicia.” (Mat. 5:21, 22) Muchas personas pueden decir: “Jamás he asesinado. He guardado esa ley.” Pero, ¿cuántos individuos pueden decir: “Jamás he estado airado con mi hermano”? Entonces Jesús dijo: “Ustedes oyeron que se dijo: ‘No cometerás adulterio.’ Pero yo les digo que todo el que sigue mirando a una mujer a fin de tener una pasión por ella ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.” (Mat. 5:27, 28) Muchos de su auditorio podrían decir: “Jamás he cometido adulterio,” pero ¿cuántos de ellos honradamente podrían decir que jamás habían tenido un pensamiento de concupiscencia en su vida? Jesús también dijo: “Han oído que fue dicho: ‘Ojo por ojo y diente por diente.’ Sin embargo, yo les digo: No resistas al que es inicuo; pero al que te dé un bofetón en la mejilla derecha, vuélvele también la otra.” Muchos hombres pueden decir que no andan empezando peleas, pero si alguien se presenta y provocativamente da un bofetón primero, ¿cuántos pueden contener su genio y sus manos y evitar una pelea?—Mat. 5:38, 39.
17. ¿A quiénes debemos amar, y por qué? Y ¿cómo puede vencerse el odio?
17 “Han oído que fue dicho: ‘Debes amar a tu prójimo y odiar a tu enemigo.’ Sin embargo, yo les digo: Sigan amando a sus enemigos y orando por aquellos que los persiguen. Porque si ustedes aman a los que los aman, ¿qué recompensa tienen?” (Mat. 5:43, 44, 46) Es fácil amar a los que lo aman a usted, pero es sumamente difícil amar a los que lo odian y lo persiguen. Jehová puede amar a sus enemigos, y tenemos que copiarlo si queremos ser hijos suyos. ¿Por qué dejar que la conducta de usted sea gobernada por la mala conducta de otros? ¿Por qué odiar simplemente porque otros odian? ¿Por qué entrar en el ciclo vicioso de hacer mal por mal? ¿Por qué envilecerse adoptando las normas ruines de sus enemigos? El hacer frente al odio con odio acarrea dificultad, mientras que el hacerle frente con amor puede terminar la dificultad. ¡Qué bendición sería si usted mediante su conducta correcta pudiera atraer aun a su enemigo! “No devuelvan mal por mal a nadie,” dijo Pablo. “Sino sigue venciendo el mal con el bien.”—Rom. 12:17, 21.
18. En su enseñanza, ¿cómo llegó Jesús directamente a la raíz del problema, y cómo reaccionan los cristianos a su consejo?
18 En su enseñanza Jesús llegó directamente a la raíz del problema, desmenuzando el sentimiento que tuviera uno de complacencia farisaica. Él demostró que más está envuelto que sólo el abstenerse de hechos de violencia e inmoralidad. Él señaló los pensamientos que conducirían a estos hechos malos, e instó a otros pensamientos para cultivar deseos piadosos para que sus hechos correctos fuesen impelidos por amor. De esa manera evitarían caer en el ciclo mortífero que Santiago describió más tarde cuando dijo: “Cada uno es probado por medio de ser atraído e inducido por su propio deseo. Luego el deseo, cuando se ha hecho fértil, da a luz el pecado; en seguida, el pecado, cuando se ha realizado, produce la muerte.” (Sant. 1:14, 15) Los cristianos toman a pecho el consejo de Jesús y de veras se esfuerzan por aplicarlo, pero ¿qué hombre pecaminoso puede decir honradamente que se eleva a la plena altura de esa norma perfecta? ¿Quién puede decir que no necesita le gran paciencia de Jehová Dios y Su provisión del Mesías? En el día de Jesús verdades como ésta que llamaba la atención a las faltas humanas perturbaban mucho a los tradicionalistas religiosos, cuyo fariseísmo se hallaba en guardar exteriormente las reglas y los reglamentos. (Mat. 23:23) Jesús dio duros golpes a la complacencia con el fin de hacer que los individuos honrados recobraran el sentido y para salvarlos de la trampa del orgullo y el fariseísmo.
JESÚS PREDICÓ ACTIVIDAD
19. ¿De qué ansiedades tenía conocimiento Jesús, pero dónde nos enseñó que fijáramos nuestra atención?
19 Su sermón continuó: “Dejen de estar ansiosos acerca de su alma en cuanto e qué comerán o qué beberán, o acerca de su cuerpo en cuanto a qué se pondrán. ¿No tiene el alma más valor que la comida y el cuerpo que la ropa?” Luego, escogiendo ilustraciones a la mano en la ladera del monte, les dijo que observaran a las aves que comían sin sembrar y a los lirios del campo que estaban tan hermosamente vestidos sin hilar. El hombre también debe aprender a acudir a Dios y darle gracias por las cosas que Él provee. “Pues, si Dios viste así la vegetación del campo que hoy está aquí y mañana se echa al horno, ¿no los vestirá a ustedes con mucha más razón, hombres de poca fe?” Jesús dio énfasis a dar el lugar de primera importancia a las cosas espirituales, el Reino y la justicia de Dios, en vez de emplear tanto tiempo y ansiedad en las cosas materiales.—Mat. 6:25-34.
20. (a) ¿A qué dio énfasis Jesús, y qué evidencia puede usted dar? (b) ¿Afecta eso nuestra enseñanza? ¿Cómo?
20 Jesús enseñó a sus discípulos que la actividad era importante. Puso más énfasis en hacer cosas buenas que en no hacer cosas malas. Si usted está haciendo lo que es correcto no puede estar haciendo lo que es incorrecto al mismo tiempo. “Todo árbol bueno produce buen fruto, pero todo árbol podrido produce mal fruto; un árbol bueno no puede dar mal fruto, ni puede un árbol podrido producir buen fruto. No todo el que me dice: ‘Señor, Señor,’ entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.” El simplemente afirmar que uno es cristiano y abstenerse de hechos inicuos no basta. En vez de formular una larga lista de cosas que sus discípulos no habían de hacer, Jesús los instó a hacer la voluntad de Dios. Principalmente trató de acción positiva, no de bondad negativa. Más a menudo condenó a la gente por dejar de hacer el bien que por cometer el mal. Por ejemplo, hubo el sacerdote y el levita que se fueron al otro lado de la calle y dejaron a la víctima de salteadores sin ayuda, las personas semejantes a cabras que se abstuvieron de hacer bien a los hermanos del Rey, y el hombre rico que no hizo nada para Lázaro el mendigo. Jesús amonestó a sus discípulos contra el camino incorrecto, pero dio énfasis al camino de Dios. Dejó el modelo que deben seguir los maestros cristianos.—Mat. 7:17, 18, 21.
21. ¿Cuál fue el efecto de su sermón en sus oyentes, y qué añadirá iluminación a los incidentes de la Biblia en que él estuvo envuelto?
21 “Ahora bien, cuando Jesús terminó estos dichos, el efecto fue que las muchedumbres quedaron atónitas de su modo de enseñar; porque estaba enseñándoles como una persona que tiene autoridad, y no como sus escribas.” ¿Cómo enseñaban los escribas? ¿Quiénes fueron ellos? ¿Qué otros grupos religiosos funcionaban en Palestina cuando Jesús enseñó allí? El saber algo en cuanto a la situación religiosa de Palestina al tiempo de la predicación de Jesús nos ayudará a entender mejor muchos incidentes que se hallan registrados en la Biblia. (Mat. 7:28, 29) También apreciaremos más por qué las muchedumbres que escuchaban quedaron atónitas por la diferencia en la manera de enseñar del Señor y Maestro Jesús.
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Actitudes religiosas cuando el Maestro predicóLa Atalaya 1960 | 1 de septiembre
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Actitudes religiosas cuando el Maestro predicó
1. ¿Qué creían y practicaban los esenios?
ADEMÁS de la actividad celosa de Juan el Bautista, hubo varios grupos judíos que estaban moldeando actitudes religiosas en Palestina cuando Jesús comenzó su ministerio. Uno de estos grupos fue el de los esenios, a los cuales no se les menciona en los escritos inspirados de los apóstoles y discípulos de Jesús. Los esenios creían que la piedad exigía que ellos castigaran el cuerpo, ayunaran y vivieran austeramente, por lo tanto despreciaban cualquier cosa que era un placer para la carne. Se aislaban en comunidades pequeñas. Los esenios no fueron un grupo religioso mayor que se encaró a Jesús en su predicación, aunque recientemente han llegado a ocupar un lugar de prominencia debido al hallazgo
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