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“Mis ovejas escuchan mi voz”La Atalaya 1974 | 1 de octubre
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una testigo de Jehová. Más tarde, la madre se rompió el brazo y le concedieron licencia. Con tanto tiempo extra, se aburrió y por lo tanto empezó a leer el libro La verdad que lleva a vida eterna, una de las publicaciones que había dejado la Testigo. Quedó tan fascinada con su contenido que leyó todo el libro. La siguiente vez que la Testigo vino a estudiar con la hija, la maestra de escuela le dijo que el libro convincentemente le había aclarado muchas cosas. Respondió a la invitación de la Testigo para asistir a una reunión. Al domingo siguiente también asistió a las reuniones y comentó después: “Estoy agradecida de haberme roto el brazo, porque eso me dio tiempo para leer el libro y hallar el camino a la vida.”
● Un matrimonio de Chad fue asignado a dar a conocer el mensaje de la Biblia en una zona donde nunca había predicado un testigo de Jehová de casa en casa. Aunque el clérigo local había advertido a la gente a que no escuchara a este matrimonio, el interés de la gente fue suscitado y manifestó un anhelo por la verdad. El esposo Testigo informa: “Cuando nos levantamos por la mañana, hallamos a la gente ya esperándonos a la puerta, esperando oír algo de la Biblia. Cuando salimos y volvemos, siempre hallamos gente que nos espera. A menudo les hablamos hasta las once de la noche. Rara vez almorzamos. A menudo también se olvida la cena porque simplemente no tenemos tiempo para comer. La gente viene de una distancia de quince y veinte kilómetros y simplemente no podemos dejarla plantada.”
● En el mismo país un señor obtuvo el libro La verdad que lleva a vida eterna de un testigo de Jehová. Poco después fue enviado a negocios oficiales a una aldea a unos dieciocho kilómetros de distancia. Le dijo a la gente que había hablado con los testigos de Jehová en la ciudad. Inmediatamente fue rodeado por un grupo de personas interesadas que querían oír lo que los testigos de Jehová predicaban de la Biblia. Puesto que prácticamente no sabía nada él mismo, el señor leyó todo el libro, capítulo por capítulo, a la gente. Aunque era entendido que él iba a quedarse solo un día, fue detenido toda una semana y los aldeanos insistieron en quedarse con el libro. Luego mandaron avisar con él que los testigos de Jehová deberían ir a enseñarles, puesto que ellos también tenían el derecho de aprender acerca del nuevo orden de Dios.
Verdaderamente, las “ovejas” de Jesús están reconociendo su voz y están respondiendo al compartir con otros las cosas buenas que están aprendiendo.
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1974 | 1 de octubre
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Preguntas de los lectores
● Puesto que los testigos de Jehová consideran el fumar como contrario a la práctica cristiana, ¿impiden que otros fumen cuando éstos vienen a sus hogares o establecimientos comerciales?—EE. UU.
Cualquier cosa que los Testigos individuales decidan hacer tocante a esto es un asunto personal gobernado por su conciencia entrenada en la Biblia.
Sin embargo, generalmente los testigos de Jehová prefieren que nadie fume en sus hogares. Así salvaguardan la salud de sus familias e impiden que sus hogares sean ensuciados con la hediondez del tabaco. Por otra parte, también, ya que los testigos de Jehová se interesan en ayudar a otros a ‘limpiarse de toda contaminación de la carne y del espíritu,’ ¿sería compatible con esto el que permitieran que se fumara sin discriminación en sus hogares? (2 Cor. 7:1) Si lo hicieran, ¿no sugeriría a otros que no consideran el fumar un asunto serio?
Cuando se informa bondadosamente a los visitantes en cuanto al punto de vista de los testigos de Jehová, por lo general respetan los deseos del dueño de la casa. Pero si su afición al hábito del tabaco es tan grande que les parece que absolutamente tienen que fumar un cigarrillo, quizás puedan fumar donde sería menos desagradable y perjudicial a otros. Lo que los Testigos individuales arreglen o permitan en ese caso queda de ellos decidirlo, e influiría en ello si el cabeza de la familia fuera Testigo o no.
En lugares de negocio no es raro ver letreros que indican que “Se prohíbe fumar.” Por supuesto, quizás la ley del país no prohíba específicamente el fumar en ciertos lugares comerciales, y posiblemente los fumadores esperen que puedan participar de su hábito mientras aguardan a que se les sirva. Puesto que el
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