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La nueva moralidad¡Despertad! 1982 | 8 de noviembre
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La nueva moralidad
La nueva moralidad... se recogen sus frutos
Cómo afecta a los niños
LA REVOLUCIÓN sexual de hoy día está sacudiendo la estructura de la sociedad. Los viejos valores se derrumban a medida que se entroniza el Ego y el Yo domina como rey. “Haga lo que le plazca,” es el lema guiador que está en boga. ¿Quiere tener relaciones sexuales antes de casarse? ¡Hágalo! ¿Tener relaciones sexuales extramaritales? ¡Hágalo! ¿Practicar actos homosexuales? ¡Hágalo! ¿Divorciarse por cualquier capricho? Hágalo también, sin importar quien resulte herido.
Esto no significa de modo alguno que toda persona concuerde con esa letanía de la nueva moralidad, pero la cantidad de personas que están adoptando ese canto va creciendo con rapidez. Libros, revistas, películas y la televisión presentan cada vez más asuntos relativos a lo sexual, los cuales, en su mayor parte, envuelven fornicación y adulterio. Las novelas televisadas están llenas de esto, y ahora se han extendido, como una plaga, a horas de la noche cuando una gran cantidad de personas ve la televisión. Aunque supuestamente reflejan relaciones humanas normales, tales programas son en realidad un juego en que los personajes se disputan el ocupar la cama.
El movimiento de liberación homosexual se esfuerza por hacer que la homosexualidad sea moralmente aceptable, y cuando, en ciertos programas de televisión, hay una confrontación entre la homosexualidad y el precepto moral de la Biblia, se hace que la posición bíblica parezca irrazonable y tonta... ejemplos típicos de esto son los populares seriales de televisión estadounidenses “All in the Family” y “M*A*S*H.” La revista estadounidense TV Guide dijo que los homosexuales han llegado a ser el grupo de presión más eficaz de la televisión. Productores y cadenas de televisión principales consultan con grupos de homosexuales antes de planear programas que tratan sobre la homosexualidad. Sin embargo, algo mucho más escandaloso es la invasión actual, que va en aumento, de los hogares por parte de los sistemas de “cable televisión” que presentan películas pornográficas.
Los jóvenes imitan a otras personas, y notan el ejemplo de los adultos o el patrón que éstos establecen. Lo que los adultos hacen tiene mucha más repercusión que lo que dicen. ¡Y esa repercusión es espantosa! En los Estados Unidos, de cada cinco niños, uno ha tenido relaciones sexuales antes de cumplir catorce años de edad. La mitad de los niños han tenido dicha experiencia antes de terminar la escuela secundaria. De cada diez niñas que participan en actividades sexuales, tres de ellas quedan embarazadas. En los Estados Unidos, madres adolescentes que no están casadas tienen anualmente 600.000 bebés, y de éstos 9.000 nacen de niñas que tienen once años de edad o menos. A todo esto hay que añadir las preñeces que no se informan, y otras que terminan en aborto. Todos los años un millón y medio de niños huyen de sus hogares para vivir en las calles, y miles de éstos terminan siendo prostitutos o prostitutas bajo el control de rufianes.
“Un principio básico de la sicología moderna del desarrollo,” dice el Dr. Sam Janus en su libro The Death of Innocence, “es que siempre se ha creído que en el período entre la infancia y la adolescencia la sexualidad se duerme —llega a estar ‘latente’— en interés del crecimiento síquico y físico.” Entonces dice que dicho período latente “es cosa del pasado, y que nuestros hijos están pasando directamente de la infancia a la pubertad, como seres completamente desarrollados en sentido sexual, sin ningún intermedio. El hacer que los niños sean objetos del erotismo está llegando a ser una realidad establecida en el modo de vida de la sociedad moderna.”
Luego Janus da más detalles sobre esta pérdida de la niñez: “Han desaparecido los días felices en que los niñitos tenían tiempo de pertenecer a clubes infantiles, construir casas para clubes y jugar a la pelota. Por supuesto, algunos todavía lo hacen, pero la cantidad está disminuyendo. Lo mismo sucede con las niñitas, quienes antes jugaban con muñecas y esperaban que algún día llegarían sus caballeros, vestidos con lustrosas armaduras, para casarse con ellas y vivir felices para siempre.”
A una cantidad cada vez mayor de niños se les está privando de estos años que son necesarios para el desarrollo físico, intelectual y emocional. Los anuncios comerciales de televisión patrocinan cosméticos para niñas... lápiz labial, esmalte de uñas, polvos, perfumes y otros productos similares para niñas entre tres y catorce años de edad. Anuncios de pantalones vaqueros con etiquetas de diseñadores muestran a niños de diez años de edad dando cadera con cadera en discotecas. Los anuncios comerciales de los pantalones vaqueros de la marca “Calvin” presentan a la actriz Brooke Shields posada provocativamente y preguntando: “¿Qué se interpone entre mis ‘Calvins’ y yo? ¡Nada!” y “Si mis ‘Calvins’ pudieran hablar, me meterían en dificultades.” Todos los expertos —siquiatras, pediatras, maestros— concuerdan en que los niños que todavía no han llegado a la adolescencia se esfuerzan por parecerse a personas de más edad y actuar como ellas, y que éste es su modo de responder a un ambiente saturado de cosas sexuales, materialismo y drogas. Los años infantiles se están acortando, están pasando con demasiada rapidez, y al niño se le está privando de uno de los períodos más deleitables de la vida.
Un sicólogo dijo: “Vestimos a nuestros hijos con pequeñas ropas de adultos que tienen etiquetas de diseñadores, los exponemos de manera que no tiene justificación a asuntos sexuales y a violencia, y esperamos que puedan enfrentarse a un ambiente social que va haciéndose cada vez más complejo... divorcios, padres solteros, homosexualidad. Muchos adolescentes se sienten traicionados por una sociedad que les dice que crezcan rápidamente, pero que también actúen como niños.”
La prueba más desconcertante de la decadencia de los valores morales es que hay leyes relativas a la obscenidad, pero los tribunales no pueden decidir qué es obsceno. Muchos jueces están tan ocupados y tienen tanta presión debido al derecho de la libertad de expresión y de prensa que no pueden discernir cuáles son las ideas y opiniones legítimas, ni lo que es obsceno. No pueden comprender que la sórdida pornografía, que hasta muestra en películas o en forma impresa a niñitos participando en actos sexuales, carece totalmente de “méritos sociales compensatorios.” Es como decir que es preciso permitir que la carne contenga estricnina, porque la parte que es carne tiene “valor nutritivo compensatorio.”
Antes de que surgiera la nueva moralidad, había principios en cuanto a lo correcto y lo incorrecto. Ahora ésta es la era de la tolerancia. Ahora lo incorrecto es decir: No. La moda actual es: ‘¡Haga lo que le plazca! ¡Olvídese del amor al prójimo, aunque éste sea un niño de seis años de edad! ¡Vivimos en el tiempo del amarse a sí mismo hasta el final!’
La nueva moralidad, que muchas personas alaban como liberación, es en realidad una explotación. En The Death of Innocence, el Dr. Sam Janus pregunta: “¿Se ha convertido en libertinaje la liberación? ¿Ha transformado a los niños la alabada liberación infantil en corderos que se ofrecen de sacrificio en el altar de la revolución sexual?”
Hay razones sólidas para contestar a ambas preguntas: ¡SI!
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“Pollitos” y “halcones”¡Despertad! 1982 | 8 de noviembre
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“Pollitos” y “halcones”
La nueva moralidad... se recogen sus frutos
“Así como ocurrió en los días de Lot.”–Lucas 17:28
LOS halcones se lanzan sobre los pollitos, y los granjeros mantienen a la mano escopetas cargadas para matar a los halcones. Sin embargo, hoy día estas palabras pueden tener una connotación diferente. Los “pollitos” son niñitos, los “halcones” son homosexuales adultos, pero aquí termina la analogía. Faltan los granjeros. Las leyes no son adecuadas, el hacer que éstas se cumplan es deficiente, los jueces son poco severos, y los “pollitos” llegan a ser las víctimas. Este problema no es nuevo. Se remonta a las antiguas Sodoma y Gomorra. Pero en la última década se ha visto que los “halcones” se han hecho cada vez más agresivos al ir tras los “pollitos.” El descaro de tales “halcones” ha escandalizado a los elementos de la sociedad que todavía pueden escandalizarse.
Tanto en la ciudad de Nueva York como en Los Ángeles, algunas personas alegan que hay mayor demanda de niños que de niñas. Un sargento de la policía de Los Ángeles, que investiga casos de corrupción de menores, dice: “Las cifras de esta zona muestran que niños figuran en el 70 al 75 por ciento de los casos, y niñas en el 25 por ciento.” En Massachusetts se descubrió una operación de proveer niños prostitutos que tenía 250 niños que podían conseguirse por una llamada telefónica para actos sexuales en cualquier parte del estado, por 50 dólares o más. Sin embargo, aquella operación resultó ser solo una de una red nacional, cuyo centro de operaciones estaba en Houston, Texas. Los “halcones” podían telefonear a esa ciudad desde cualquier parte del país y pedir “pollitos.” En media hora, o antes, un niño estaría tocando a la puerta de esa persona, con tal que la tarjeta de crédito del “halcón” se hubiese hallado en orden.
Los “halcones” han formado grupos y exigen que se les respete. La organización Rene Guyon, con base en California, se jacta de tener 8.500 miembros. El lema de ésta es: “Para lo sexual, que a los ocho sea legal.” Existen muchas otras organizaciones que promueven las relaciones sexuales entre hombres y niños. Se compilan listas que muestran dónde se pueden conseguir niños en cada estado. Una de tales organizaciones tiene sus oficinas centrales en Londres y sucursales en los Estados Unidos y en otros países. Los homosexuales están ejerciendo presión para cambiar las leyes a fin de reducir la edad de consentimiento y legalizar las relaciones sexuales entre adultos y niños. Los homosexuales alegan que están luchando por los derechos de los niños, y, en campañas que hacen, se llaman a sí mismos defensores de los niños. El Gay Community News dijo:
“El movimiento de liberación homosexual no solo lucha por los derechos de los adultos de participar libremente en actos homoeróticos, sino también por los millones de niños de nuestra sociedad, con el fin de que disfruten de una vida sexual libre ... y [por] los derechos de los niños de controlar su propio cuerpo. En un tiempo en que hay una epidemia de abusos contra hijos a mano de sus padres, es irónico el que se les considere criminales de la peor clase a hombres que aman a los niños.”
¿Luchar por los derechos de los niños de ser objetos de abuso, prostitución y sodomía? La proclamada preocupación que ellos sienten por los derechos de los niños es un disfraz para hombres cuyo único interés es satisfacer sus propias perversiones sexuales. Cuando los niños se hacen un poco mayores, esos adultos “amorosos” los echan a la calle de nuevo y buscan víctimas nuevas. Reconózcanlo o no, los niños, a esta edad tierna, no comprenden lo que encierra el derrotero que escogen ni pueden prever las consecuencias. Son víctimas. Son vulnerables. Engañados, buscan cariño de un homosexual, y quedan sicológicamente anonadados cuando son rechazados. Algunos son asesinados. Un homosexual mató a 33 niños y los enterró debajo de su casa. ¿Dónde está todo aquel supuesto gran amor?
Los movimientos homosexuales reciben apoyo de fuentes extrañas. La Biblia expresa claramente su punto de vista en cuanto a la homosexualidad. Sodoma y Gomorra fueron destruidas porque se efectuaba tal práctica en ellas. La ley mosaica la prohibió, bajo pena de muerte: “En el caso donde un hombre se acuesta con un varón igual a como uno se acuesta con una mujer, ambos han hecho una cosa detestable. Deben ser muertos sin falta. Su propia sangre está sobre ellos.” En las Escrituras Griegas Cristianas se expresa la misma posición tocante a tales hombres: “Dios los entregó a apetitos sexuales vergonzosos, porque sus hembras cambiaron el uso natural de sí mismas a uno que es contrario a la naturaleza; y así mismo hasta los varones dejaron el uso natural de la hembra y se encendieron violentamente en su lascivia unos para con otros, varones con varones, obrando lo que es obsceno.”—Levítico 20:13; Romanos 1:26, 27.
A pesar de estas denunciaciones bíblicas, muchos clérigos e iglesias hablan a favor de los homosexuales. San Francisco, cuya población es 30 por ciento homosexual, ilustra este punto. Un informe de noticias dice: “Mucha de la tolerancia viene, quizás un tanto de manera sorprendente, de la religión organizada... de las principales iglesias y sinagogas protestantes, anglicanas, católica romanas y judías. ... El rev. Otto Sommers, ministro de 50 años de edad que preside las conferencias de las 250 congregaciones de la Iglesia Unida de Cristo, del estado de Maine, [E.U.A.] ... dice: ‘Las relaciones homosexuales, así como las relaciones heterosexuales, son un don divino que ha de practicarse bajo la ética del amor. Todos vivimos bajo Cristo.’”
A pesar de las declaraciones de muchos líderes religiosos del día actual y las de sus organizaciones religiosas, el punto de vista de Jehová Dios tocante a la homosexualidad no ha cambiado. Y, en cuanto a las condiciones que existirían en la Tierra al tiempo de su segunda venida, Cristo Jesús dijo: “De igual modo, así como ocurrió en los días de Lot ... de la misma manera será en aquel día en que el Hijo del hombre ha de ser revelado.”—Lucas 17:28-30.
[Recuadro en la página 5]
“Los hombres de la ciudad, los hombres de Sodoma, cercaron la casa, desde el muchacho hasta el anciano, toda la gente en una chusma. Y siguieron llamando a Lot y diciéndole: ‘¿Dónde están los hombres que entraron contigo esta noche? Sácanoslos para que tengamos ayuntamiento con ellos.’”—Génesis 19:4, 5
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Prostitución de niñas y pornografía de chiquillos¡Despertad! 1982 | 8 de noviembre
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Prostitución de niñas y pornografía de chiquillos
La nueva moralidad... se recogen sus frutos
LA INDUSTRIA de más rápido crecimiento de los Estados Unidos hoy día es un negocio embrutecedor y depravado... la corrupción de menores. Esta emplea a más de medio millón de jóvenes. La mayoría de ellos son fugitivos, han huido de sus respectivos hogares hacia grandes ciudades, donde llegan a ser vulnerables y presa fácil de rufianes y pornógrafos.
Los rufianes usan a las prostitutas juveniles y abusan de ellas. En la zona de Times Square, en la ciudad de Nueva York, 800 rufianes controlan a miles y miles de muchachas. Hay informes que revelan que tales rufianes han tratado brutalmente a cientos y cientos de esas jovencitas, pues las han golpeado, torturado y ultrajado sexualmente. Algunas prostitutas terminan asesinadas. Sin embargo, la prostitución se conoce como un “delito sin víctimas.”
La pornografía se introduce hasta en los grupos de criaturas de tierna edad. Se puede hallar infantes de solo tres o cuatro años de edad —quienes a menudo acaban en instituciones mentales o prostituyéndose por las calles— haciendo cosas increíbles enfrente de cámaras cinematográficas. Pero si hay que ver para creer, entonces tiene que creerse, porque está allí para que se vea en las películas y revistas pornográficas. Se explota a niños de cinco o seis años de edad mientras participan en todo tipo de actividad y perversión sexual imaginable, incluso masturbación, sodomía, sadomasoquismo y hasta incesto.
La pornografía empezó relativamente leve, pero prontamente se intensificó para satisfacer las crecientes demandas de las personas cuyo apetito pervertido quedaba saciado rápidamente. Comenzó con el desnudo, de ahí pasó al coito simulado entre un hombre y una mujer, y de ahí, al coito verdadero. Luego aparecieron las actividades homosexuales, hombres con hombres y mujeres con mujeres. A esto le siguió la bestialidad. Y, finalmente, la pornografía infantil, llamada “pornografía de chiquillos.” Se mostró a niños participando tanto en actos homosexuales como heterosexuales: a veces niños con niños, y en otras ocasiones niños con adultos. La “pornografía de chiquillos” se ha convertido súbitamente en un negocio de miles de millones de dólares, y anualmente utiliza a 300.000 niños menores de dieciséis años de edad.
¿Por qué tienen tanto interés, en sentido sexual, en las jovencitas? Los medios de publicidad las han hecho objeto de atracción sexual. Los anunciantes las hacen posar con los productos de ellos de modo provocativo, con el pelo revuelto por el viento, y labios prometedores. Las jóvenes en especial atraen a los hombres que tienen miedo a las mujeres adultas, dicen los siquiatras. La mujer moderna, la feminista liberada, al disfrutar de igualdad y hasta ser competidora, intimida a esos hombres inseguros. Pero las jovencitas, vestidas de modo atrayente y en una pose provocativa, parecen vulnerables, no son nada de lo cual temer, y por eso son seductoras para tales hombres. Al presentar a estas jóvenes como objetos de atracción sexual, se les convierte en blancos de ataques sexuales.
Derek Eaves, siquiatra forense cuyo empleo tiene que ver con delincuentes sexuales, está preocupado: “Hay un aumento enorme en la cantidad de delitos que se cometen contra niños.” Considera que la sociedad está pasando por una crisis moral. Un profesor de la Universidad de Columbia dice que el hacer posar a jovencitas de modo provocativo significa que “están en venta” y así se ha dado un paso hacia la destrucción de los valores occidentales. Daniel Cappon, especialista en la sicoterapia analítica, dice: “Hemos entrado en la nueva Edad del Oscurantismo de la sociedad. Estamos viviendo en la era ennegrecida de la degeneración. La oscuridad ha caído sobre nuestra sique; la gente se ha embrutecido más ahora que nunca antes.” Esas son palabras fuertes, pero quizás no sean demasiado fuertes cuando uno lee acerca de una niña de treinta y tres meses de edad a quien trató de ultrajar un hombre de cincuenta y un años de edad. O considere la enfermedad que se pone de manifiesto cuando unos pornógrafos toman fotografías de una niña de siete meses de edad con las piernas separadas, y hay pederastas (los que codician sexualmente a los niños) que las compran.
Los sicólogos Victor Cline y Frank Osanka se burlan de la idea de que la pornografía es un “delito sin víctimas.” Osanka dice: “La pornografía infantil no es nada menos que el registro fotográfico del abuso sexual de niños, y se ha comprobado claramente el grave efecto sicológico de ello.” Cline dice: “El potencial de verdadero daño sicológico debido a la exposición continua a la pornografía es significativo.”
Por supuesto, los grupos que están a favor de la pornografía no ven nada malo en su enfermedad. Varios grupos, tales como la Organización a favor de la Liberación de los Pederastas, el Intercambio de Información para Pederastas y el Círculo a favor de la Sexualidad durante la Niñez, les están lanzando un contraataque a los que se oponen a la pornografía. Esos grupos mantienen redes secretas que trabajan clandestinamente por todo el país y que les permiten trocar e intercambiar obscenidades por valor de millones de dólares. Algunas de esas organizaciones nacionales e internacionales ya están saliendo a la superficie para ejercer presión a favor de sus “derechos.” Los pederastas no ven nada malo en la “pornografía de chiquillos,” solo porque están cegados por su propia lascivia.
Pero los niños a quienes se utiliza en ella salen perjudicados, y a menudo terminan vendiendo su cuerpo por las calles y se les hace difícil verse a sí mismos como personas deseables de cualquier otro modo que no sea como un artículo de comercio, objeto de atracción sexual, que tiene una etiqueta de precio. En este asunto también, como en el caso de hombres maduros que cometen sodomía con niñitos, los tribunales tienen problemas en determinar si la “pornografía de chiquillos” debe considerarse obscenidad. “Hay cierto miedo general de que el prohibir a un niño de diez años de edad que aparezca en una película pornográfica pudiera violar los derechos que tiene el niño según la Primera Enmienda.”
Es increíble, ¡pero hasta algunos padres aparecen en películas de la “pornografía de chiquillos” utilizando a sus propios hijos! Y eso nos trae al tema del siguiente artículo... EL INCESTO.
[Ilustración en la página 7]
Los rufianes y pornógrafos se aprovechan de los menores indefensos
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Ultraje sexual en casa¡Despertad! 1982 | 8 de noviembre
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Ultraje sexual en casa
La nueva moralidad... se recogen sus frutos
“TODO niño tiene derecho a tener relaciones amorosas, incluso de índole sexual, con su padre o madre, hermano o hermana, u otros adultos o niños responsables.”—Artículo siete de la “Declaración de derechos sexuales del niño,” por el líder del Círculo a favor de la Vida Sexual durante la Niñez.
Todo este tiempo el incesto, el delito oculto, ha estado esperando impacientemente entre bastidores, pero ahora se está abriendo paso para tomar su turno en el centro del escenario.
Cada año se informan cinco mil casos nuevos de incesto por todo el país, y los expertos dicen que por cada caso que se informa, diez o veinte casos no se denuncian. El director de cierto dispensario donde se tratan casos de incesto dice: “Creo que el incesto está muy difundido en los Estados Unidos.” Una persona cuyo trabajo está relacionado con la crianza y el cuidado de niños dice que el incesto es “más común que el ultraje sexual, y se informa con menos frecuencia.” Algunas personas calculan que hoy hay veinticinco millones de mujeres estadounidenses que sufrieron abuso incestuoso cuando eran niñas. Hay informes que indican que otros países están experimentando el mismo problema creciente. “Ahora lo más novedoso es,” según un nuevo libro sobre el abuso de menores, “los clubs de padres e hijos que tienen relaciones sexuales.” “El índice de extensión es tan grande,” dice cierta fuente, “que sería absurdo establecer una prohibición.” La lógica extraña es: si el delito está tan difundido, ¿por qué combatirlo?
Se puede comprender el que se haya expresado una opinión tan extraña como la de esa última cita cuando se conoce quién la expresó. Es uno de los muchos argumentos que presenta el grupo estadounidense activo en cabildear a favor del incesto. El número de marzo de 1980 de Psychology Today presentó un informe sobre algunos de los argumentos de dicho grupo de cabildeo en el cual incluyó los siguientes:
“Algunas experiencias incestuosas parecen ser positivas y hasta beneficiosas.” “En algunos casos el incesto puede ser una experiencia positiva y saludable, o, en el peor de los casos, una experiencia indiferente e insípida.” “El temor al incesto tiene un efecto espeluznante en la expresión de ternura amorosa en el hogar.”
El escritor del artículo que apareció en Psychology Today no está de acuerdo con esos argumentos a favor del incesto. El dice: “El ser objeto de amor, por lo que uno es, más bien que por lo que uno puede dar o llegar a ser, es para el niño un deseo tan apremiante como el deseo que tiene de alimento físico. Pero pocos niños pueden saber desde la infancia la diferencia entre el ser objeto de amor por lo que uno es, y el ser utilizado ... para satisfacer el apetito sexual de alguien mayor.”
La revista Time del 7 de septiembre de 1981 también publicó alguna propaganda de los que favorecen el incesto, bajo el título “Intimidad: de la Cuna a la Tumba”:
“A los niñitos se les debe permitir, y quizás animar, a llevar una vida sexual plena sin la intromisión de los padres ni la ley.” “Los seres humanos, como los demás primates, necesitan un período en que ensayen el juego sexual con mucha antelación.” “Los niños realmente son una minoría privada de sus derechos civiles. Deben tener derecho a expresarse en lo sexual, lo cual significa que a ellos les toca decidir si han de tener contacto con personas mayores que ellos o no.” “Ese tipo de relación sexual es esencialmente inofensivo para el niño.” “El incesto a veces puede ser provechoso.” “Creemos que los niños deben comenzar a tener relaciones sexuales desde su nacimiento. Surgen muchos problemas si no se practica el incesto.”
El artículo de Time concluye con algunas declaraciones de siquiatras. Uno dijo: “El comportamiento sexual prematuro entre los niños de esta sociedad casi siempre lleva a dificultades sicológicas.” Otro siquiatra, cuyo trabajo tiene que ver con niños, concluye: “El llevar una vida sexual durante la niñez es como jugar con un revólver cargado.”
El lema popular: Haz según te plazca, también es un revólver cargado. Puede que el rufián esté haciendo lo que le place, pero eso no es lo que a sus prostitutas juveniles les place. El sodomita quizás haga lo que le place, pero eso no es lo que a su joven víctima le place. El padre o la madre que comete incesto quizás esté haciendo lo que le place, pero es poco probable que eso sea lo que place al infante. Lo que place al infante es ser niño, sentirse seguro durante su niñez, y el que sus padres casados lo amen. Amor es pensar en otros; el hacer lo que a uno le place es pensar en uno mismo.
Es probable que el incesto sea la clase de abuso de menores más egoísta y censurable. Es una grotesca violación de la confianza y dependencia del niño. El protector más allegado del niño es quien se vuelve contra él. Y el niño es la víctima perjudicada. “Nunca he hablado a sabiendas con una víctima de incesto que esté contenta, bien adaptada y tranquila,” dijo la Dra. Suzanne Sgroi, ex presidenta del Programa de Tratamiento del Trauma Sexual.
La Dra. Judianne Densen-Gerber, directora del Instituto Odyssey de la ciudad de Nueva York, dice: “En el ejercicio de mi profesión paso el tiempo más malo que se puede imaginar atendiendo a estos niños que son víctimas de incesto; aún más malo que cuando atiendo a los pequeñuelos que son apaleados, objetos de abuso, castigados con fuego y azotados, porque por lo menos estos niños no confunden con el amor lo que se les hace. El padre o la madre que utiliza a un niño en el aspecto sexual mientras le dice: ‘Te amo,’ está criando a un niño que tendrá miedo de establecer afinidad, confianza y compromiso con persona alguna en su vida, ni siquiera con el especialista en terapia, porque, a diferencia del niño golpeado, él no busca cariño, teme al cariño y se hace extremadamente solitario.”
En la página 129 del libro The Death of Innocence, leemos: “Entre las prostitutas, al 92 por ciento de ellas se les importunó en cuanto a lo sexual durante la niñez; el 67 por ciento de ellas experimentó algún tipo de ataque incestuoso. ... Por lo menos el 75 por ciento de las fugitivas, como promedio nacional, huyen para escapar del abuso incestuoso. Las mismas cifras aplican a los casos de toxicomanía entre las adolescentes: Alrededor del 70 por ciento son víctimas de incesto.”
Y nuevamente, como en el caso de la homosexualidad, la Biblia considera el incesto un delito que merece la pena de muerte: “No deben acercarse ustedes, ningún hombre de ustedes, a nadie que sea su parienta carnal próxima para poner al descubierto desnudez. Yo soy Jehová. En caso de que alguno haga cualquiera de todas estas cosas detestables, entonces las almas que las hagan tienen que ser cortadas.”—Levítico 18:6, 29.
[Ilustración en la página 9]
Ahora, hasta el incesto clama por aceptación
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Para acabar con el abuso de menores¡Despertad! 1982 | 8 de noviembre
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Para acabar con el abuso de menores
La nueva moralidad... se recogen sus frutos
El remedio surte efecto cuando se practica, no cuando se predica
LA NUEVA moralidad no es nada nuevo. Es solamente un nuevo nombre para la vieja inmoralidad. El árbol todavía está podrido, su fruto todavía no tiene valor alguno. La sabiduría de la nueva moralidad es injusta, sus “hijos” lo demuestran. Lo que ocurrió en los días de Noé y en los días de Lot está ocurriendo en estos últimos días de otro sistema inmoral. Los frutos que se están recogiendo son los mismos, solo que esta vez es una cosecha abundante. Y nada de práctica... en realidad, muy lejos de práctica. Es así especialmente para los niños.
El remedio que ofrece la Biblia es práctico, para los niños y para toda otra persona. Hasta los profesionales que tienen que ver con el problema del abuso de menores sugieren soluciones similares, hasta cierto punto. Saben que las malas condiciones de familia hacen que los niños huyan del hogar, y que un gran porcentaje de fugitivos terminan en las calles, en la prostitución y la pornografía, y sufren abuso repugnante. Algunos huyen para escapar del incesto en casa, de hogares divididos por el divorcio, de los conflictos crónicos con los padres, de la falta de atención amorosa, y algunos son persuadidos por sus compañeros. Cualquiera que sea la causa específica, el remedio es la curación de la ruptura familiar. Eso dicen los expertos.
Eso también dice la Biblia. Se requiere que haya una comunicación estrecha entre padres e hijos. Con relación a los principios justos, el mandato es: ‘Tienes que inculcarlos en tu hijo y hablar de ellos cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino y cuando te acuestes y cuando te levantes.’—Deuteronomio 6:7.
La Biblia da consejo a padres y a hijos tocante a cómo comportarse: “Hijos, sean obedientes a sus padres en unión con el Señor, porque esto es justo ... Y ustedes, padres, no estén irritando a sus hijos, sino sigan criándolos en la disciplina y regulación mental de Jehová.”—Efesios 6:1, 4.
Los siquiatras concuerdan con dichos consejos. Dicen que los padres tienen que ser justos y dar buen ejemplo; no obstante, los niños necesitan reglas y disciplina. Un especialista en sicoterapia confirma esto al decir: “También abandonamos a nuestros hijos cuando, por esperar hacernos sus ‘amigos,’ renunciamos a nuestras responsabilidades como modelos y legisladores. Esta es una traición que los hijos sienten, porque no hay mayor necesidad para el niño en crecimiento que el sentir que tiene restricciones y límites. El hijo las experimenta como amor.” La Biblia confirma esto. “Al que Jehová ama él censura, aun como lo hace un padre a un hijo en quien se complace.”—Proverbios 3:12.
Algunas personas afirman que lo que se necesita es mayor educación sexual en las escuelas; otras disputan que ésta ya es demasiado explícita y va demasiado lejos. Cierto folleto ilustrado para niños, preparado por un profesor de la Universidad de Syracuse, dice: “Todos los pensamientos son normales.” “La masturbación es una expresión sexual normal tanto para los varones como para las hembras de cualquier edad. Disfruten de ella.” La homosexualidad es asunto suyo, “así que escoge la vida sexual que quieras.” “Muchas personas están en duda acerca de las relaciones sexuales orales y anales, y algunas opinan que son ‘pervertidas.’ Nosotros creemos que no hay nada malo en ninguna clase de relación sexual.” “La pornografía es inofensiva.”
Quizás Juanito no pueda leer o escribir debido a que sus maestros están demasiado ocupados adoctrinándolo en el “aspecto normal” de las perversiones sexuales. La instrucción sexual para niños puede ser demasiada información dada prematuramente. El Dr. Greenwood advierte: “Hay padres que, en su esfuerzo por ser liberales, a menudo proveen demasiada educación, y puede que den a sus hijos algún material con el cual éstos todavía no están listos para enfrentarse.” Prescindiendo de los pros y los contras de la educación sexual, el hecho innegable es que ha habido un tremendo aumento en la participación de niños en la prostitución, la sodomía, la pornografía y el incesto.
Los que explotan así a los niños por codicia cuadran con la descripción bíblica que se halla en Efesios 4:19: “Habiendo llegado a estar más allá de todo sentido moral, se entregaron a la conducta relajada para obrar toda clase de inmundicia con avaricia.” Les sienta la descripción de la gente de los días de Noé: “Vio Jehová que abundaba la maldad del hombre en la tierra y que toda inclinación de los pensamientos de su corazón era solamente mala todo el tiempo.”—Génesis 6:5.
Solo la solución de la cual habla la Biblia acabará con el abuso de menores. Jesús lo resumió así: ‘Ama a Dios con todo tu corazón. Ama a tu prójimo como a ti mismo.’ (Mateo 22:37-39) El apóstol Pablo lo repitió: “El amor no obra mal al prójimo; por lo tanto el amor es el cumplimiento de la ley.”—Romanos 13:10.
Esa solución del amor fraternal es práctica. Cuando se aplica, surte efecto. Demasiadas personas son oidoras de la Palabra de Dios, pero no hacedoras de ella. Demasiadas dicen: “Señor, Señor,” pero no prestan atención a Jesús ni hacen la voluntad de Jehová.—Santiago 1:22; Mateo 7:21.
Al debido tiempo de Dios, todos los que acepten Su reino en manos de Cristo podrán guardar perfectamente esa ley del amor. Entonces vendrá el cumplimiento de Proverbios 2:21, 22: “Los rectos son los que residirán en la tierra, y los exentos de culpa son los que quedarán en ella. En cuanto a los inicuos, ellos serán cortados de la mismísima tierra; y en cuanto a los traicioneros, ellos serán arrancados de ella.”
Este es el único modo, el modo terminante, de acabar con el abuso de menores.
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