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  • Lo sagrado de nuestra guerra
    La Atalaya 1955 | 1 de mayo
    • Muchos fueron los milagros que él ejecutó para ellos mientras cumplían obedientemente estas órdenes acerca de guerra teocrática. Él los respaldó en la lucha.

      13. ¿Por qué motivo militar sufrieron los israelitas de diferentes maneras, y cómo era persona favorecida el que participaba obedientemente en estas guerras?

      13 Los israelitas sufrieron tanto física como religiosa, espiritual y nacionalmente porque les faltó obediencia amorosa y denodada al dar impulso a esta guerra teocrática hasta que la tierra quedara completamente depurada de los adoradores de demonios que la contaminaban y la voluntad de Dios se hubiera hecho. Se decía del israelita que obedientemente participaba en la lucha que él estaba peleando las batallas de Jehová. No se trató simplemente de palabras lisonjeras, sino de una verdad real, cuando el rey Saúl le dijo a David el matador del gigante: “Con tal que me seas valiente, y pelees las batallas de Jehová.” (1 Sam. 18:17) Fué con buen entendimiento que Abigail, la mujer de la ciudad de Carmel, habló al mismo David, diciendo: “A buen seguro va a hacer Jehová para mi señor una casa duradera; porque las batallas de Jehová las pelea mi señor.” (1 Sam. 25:28) El ser luchador por Jehová es un alto honor y una bendición, y Jehová está con cada luchador teocrático. La bendición divina está sobre él. Hoy día hay luchadores cristianos por Jehová, y en cierto sentido ellos despliegan mayor valor que el de los israelitas que luchaban por Jehová, porque estos testigos cristianos de Jehová no usan o recurren a armas carnales asestadoras de muerte como hacían los guerreros israelitas y ellos no usarán ni recurrirán a tales armas violentas ni levantarán escuadrones militares particulares ni siquiera en la batalla del Armagedón, “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso.” ¿Por qué es cierto esto respecto a los batalladores cristianos por Jehová Dios? Veremos.

      GUERREROS SANTIFICADOS

      14. A causa de ser cosa sagrada, ¿cómo se preparaban para ello los que en ella participaban, y qué intercambio de palabras entre David y Ahimelec arroja luz sobre este asunto?

      14 La guerra teocrática es cosa sagrada, y los que tienen el privilegio de participar en ella son santificados para ello debido a que ésta es santa. Hay que acercarse a la guerra y participar en ella en una condición santificada como servicio santo. Esto se da a entender claramente en la conversación que David tuvo con el sumo sacerdote Ahimelec en la ciudad de Nob, adonde había sido trasladada el arca sagrada de Jehová Dios. El rey Saúl había llegado a tenerle celos a David porque la bendición de Jehová descansaba sobre este joven como luchador por Jehová. Por fin David tuvo que huir del alcance de Saúl para escaparse de la muerte. Acompañado durante parte del camino por jóvenes fieles, llegó a Nob, hambriento y sin armas. Quería alimento para él mismo y para los jóvenes que había dejado en cierto lugar. David pasó a decir al sumo sacerdote Ahimelec: “‘Ahora bien, ¿qué tienes a mano? Dame cinco panes, o lo que haya.’ Y el sacerdote contestó a David: ‘No tengo a mano pan común, pero hay pan santo; con tal que los jóvenes se hayan guardado de las mujeres.’ Y David contestó al sacerdote: ‘En verdad las mujeres se nos han prohibido como siempre es el caso cuando salgo en expedición; los vasos de los jóvenes están santos, aun cuando sea un viaje común; ¿cuánto más hoy estarán santos sus vasos?’ Así que el sacerdote le dió el pan santo; porque no había allí otro pan aparte del pan de la Presencia, el cual se quita de delante del SEÑOR [Jehová], para reemplazarlo con pan caliente en el día que es quitado.”—1 Sam. 21:1-6, Norm. Rev.

      15. ¿Cómo mostró Jesús que la santidad era algo que debería considerarse en conexión con esto?

      15 El Señor Jesús mostró que la santidad era algo que había de tomarse en cuenta aquí cuando dió testimonio a la veracidad de este incidente histórico y dijo: “¿No han leído lo que David hizo cuando él y los hombres que iban con él tuvieron hambre? ¿Como entró en la casa de Dios y comieron los panes de la presentación, alimento que no era lícito que él comiera, ni los que con él iban, sino sólo los sacerdotes?” (Mat. 12:3, 4, NM) Por eso fué que Ahimelec primero preguntó si David y los jóvenes que lo acompañaban se habían guardado de las mujeres por lo menos por un día y David contestó que sí. ¿Pero cómo estaba implicado en esto la santidad? ¿Y qué se daba a entender por la respuesta de David respecto a una expedición de guerra?

      16. ¿Por qué hubiera descalificado a David y sus hombres el contacto con las mujeres de modo que no pudieran comer el pan de la proposición, y por qué dió David énfasis a su condición limpia al hacer una comparación con una expedición militar?

      16 El guardarse de las mujeres significaba el guardarse del ayuntamiento con sus esposas o concubinas. En tiempos usuales no había nada malo o que descalificara en ese ayuntamiento correcto. Pero cuando una ocasión o servicio exigía limpieza ceremonial, entonces tales relaciones entre un israelita y su esposa estaban fuera de orden. ¿Por qué? Porque después de tales relaciones tanto el hombre como su esposa estaban ceremonialmente inmundos hasta la próxima tarde. En la ley teocrática que se dió a los israelitas por medio de Moisés estaba escrito: “Ahora bien, en caso de que saliera del hombre una emisión de semen, entonces él debe bañar toda su carne en agua y estar inmundo hasta la tarde. Y cualquier prenda de vestir y cualquier piel sobre la cual llegue a estar la emisión de semen debe ser lavada con agua y estar inmunda hasta la tarde. En cuanto a la mujer con quien el hombre cohabite con una emisión de semen, deben bañarse en agua y estar inmundos hasta la tarde.” (Lev. 15:16-18, NM) Por consiguiente, el ayuntamiento ese día hubiese hecho ineptos a David y sus hombres de modo que no se les pudiera dar a comer el pan de la proposición que no se había usado. Ahora bien, David decía que era una misión ordinaria la que él estaba llevando a cabo en el servicio del rey; sin embargo David dijo que él y sus hombres estaban ceremonialmente limpios de contacto sexual con sus esposas y concubinas tal como si estuvieran saliendo a una “expedición,” es decir, una expedición militar. El emprender una expedición militar o una guerra exigía la santificación mediante una limpieza ceremonial de sus “vasos” u organismos físicos. La índole teocrática de la guerra exigía santidad de esta clase, si la bendición divina había de estar sobre el ejército y la victoria iba a concederse a los que luchaban por Jehová. Era un servicio sagrado.

      17. ¿Cómo había de mantenerse limpio un campamento militar de los israelitas, y por qué?

      17 Se exigía la limpieza ceremonial, moral y física del campamento israelita cuando participaba en guerra teocrática. Decía la ley de Jehová a los israelitas: “En caso de que salieras a campaña contra tus enemigos, entonces debes guardarte de toda cosa mala. En caso de que sucediera que haya en ti un hombre que no continúe limpio, debido a una contaminación que ocurra de noche, entonces debe salir fuera del campamento. No puede entrar en medio del campamento. Y debe suceder que al declinar la tarde él debería lavarse con agua y al ponerse el sol él puede entrar en medio del campamento. Y debería estar a tu servicio un lugar privado fuera del campamento, y debes salir allá. Y deberías tener a tu servicio una estaquilla junto con tus instrumentos, y debe suceder que cuando te agaches afuera, entonces debes cavar un hoyo con ella y volverte y cubrir tu excremento. Porque Jehová tu Dios está andando en medio de tu campamento para libertarte y para abandonar tus enemigos en manos tuyas, y tu campamento debe resultar santo, para que no vea él cosa indecente en ti y de seguro se aparte de acompañarte.” (Deu. 23:9-14, NM) Si la presencia divina representada por el ángel de Jehová había de acompañar al ejército hasta la misma victoria final, el campamento tenía que ser mantenido limpio de acuerdo con las normas teocráticas.

      18. ¿Cómo diferían de esto los paganos en cuanto a campamento y en conquista, y cómo se ilustró esta diferencia por el proceder de Urías el heteo, guerrero del rey David?

      18 El campamento de la nación teocrática de Jehová difería, por lo tanto, del campamento de los ejércitos paganos. Los paganos llevaban mujeres con ellos para que los guerreros se entregaran a relaciones con ellas, o al capturar un lugar a los soldados se les daba rienda suelta para agarrar las mujeres y violarlas. (Isa. 13:16; Lam. 5:11; Zac. 14:2) Hoy día existe algo parecido a esto, puesto que leemos u oímos de prostitutas que van siguiendo a los campamentos militares y de oficiales militares que deliberadamente proveen lugares de prostitución en la vecindad para la satisfacción sexual de sus soldados. Esto estaba prohibido en el campamento teocrático de Israel porque la guerra a la que ellos habían salido era teocrática, por lo tanto sagrada, y exigía la santificación de los luchadores. Por eso el contacto sexual con mujeres, aun sus propias esposas y concubinas, les estaba prohibido y ellos voluntariamente se abstenían de ello. Por eso fué que Urías, un heteo de buena voluntad, cuando fué llamado del campamento por el rey David, no fué de noche a su hogar en Jerusalén para estar con su esposa. Cuando el rey David, pasando por alto los requisitos sagrados de la campaña militar, le preguntó a Urías por qué no se había ido a casa esa noche, ese fiel soldado contestó teocráticamente: “El Arca, e Israel y Judá están debajo de enramadas; y mi señor Joab, con los siervos de mi señor, están acampados al raso; ¿y por ventura había yo de irme a mi casa, para comer, y beber, y acostarme con mi mujer? ¡Por tu vida, y por la vida de tu alma, que no haré tal cosa!” (2 Sam. 11:6-11) Urías quería permanecer santificado para la lucha. De modo que durante ese tiempo estaría él como si no tuviera esposa. Nos recuerda esto de lo que el apóstol Pablo dijo a los cristianos: “Además, esto digo, hermanos, el tiempo que queda está reducido. De ahora en adelante que los que tengan esposa sean como si no tuvieran ninguna.” (1 Cor. 7:29, NM) A veces los deberes teocráticos exigirán que el cristiano deje el lado de su esposa y él tiene que cumplir.

      19. En el interés de la santidad del ejército israelita, ¿qué proceder se exigía en cuanto a las doncellas cautivas a quienes se deseaba por esposas, y cómo y por qué estaba libre de servicio militar el hombre comprometido a casarse con una muchacha?

      19 Si a los israelitas se les mandaba capturar cierto lugar y matar a todos los hombres y a las mujeres que no fueran vírgenes, no estaban libres para violar las muchachas que fueran conservadas con vida. Eso hubiese sido corromper el ejército, porque hubiera sido cometer fornicación, inmoralidad. Si algún israelita quería alguna doncella cautiva no podía tener relaciones con ella inmediatamente después de cautivarla. No, sino que tenía que mantenerse santificado para la guerra teocrática por medio de cumplir con la ley que decía: “En caso de que salieras a la guerra contra tus enemigos y Jehová tu Dios los haya entregado en tu mano y te los hayas llevado cautivos, y hayas visto entre los cautivos a una mujer de forma bella y hayas llegado a prenderte mucho de ella y la hayas tomado por esposa tuya, entonces debes traerla en medio de tu casa. Ahora ella debe rasurarse la cabeza y atender a sus uñas, y quitarse la prenda de vestir de su cautiverio y morar en tu casa y lamentar por su padre y su madre por un mes entero, y después de eso deberías tener relaciones con ella y debes tomar posesión de ella como tu novia y ella debe llegar a ser esposa tuya.” (Deu. 21:10-13, NM) Hasta que la campaña militar hubiese terminado y su santidad se hubiese mantenido, este contacto sexual no podría tomar lugar con aprobación divina. Si un hombre llamado al ejército estaba comprometido a casarse con una muchacha, se le dejaba libre de sus obligaciones al ejército por un año para que se fuera a casa y se casara con su prometida y tuviera un hijo por ella para que tuviera descendencia y mantuviera vivo su nombre, para que así no fuera muerto en batalla sin tener un hijo.—Deu. 20:7; 24:5.

      20. ¿Qué cosa consideraba el campamento de mucha más importancia que la inmundicia ceremonial o moral?

      20 La vindicación de Jehová, el Dios de victoria, estaba comprometida. El mantener el campamento irreprensible a los ojos de Dios y digno de conseguir la victoria por seguir disfrutando del favor de Jehová era de mucha más importancia que el cometer algún acto ceremonial o moralmente inmundo y violar la santidad de la expedición militar. Esto también es cierto hoy en día en cuanto a la guerra sagrada de los luchadores cristianos de Jehová. Por supuesto, el pacto legal que Jehová Dios hizo con los antiguos israelitas por medio de Moisés no aplica hoy día a los cristianos y por eso no se requiere de los luchadores cristianos que se abstengan de ayuntamiento con sus esposas debido a que están en una guerra sagrada. Sin embargo, su comportamiento tiene que ser limpio moral y espiritualmente. El que se guarden de la inmoralidad y también del adulterio espiritual que resulta de ser parte de este mundo tiene que estar en conformidad con lo sagrado de esta guerra cristiana. (Sant. 4:4) Su parte en la vindicación de Jehová está envuelta en ello, y les suministra una influencia limpiadora, un impulso a pureza, moral y espiritualmente.

  • Sacerdotes con el ejército teocrático
    La Atalaya 1955 | 1 de mayo
    • Sacerdotes con el ejército teocrático

      1. ¿Por la presencia de quiénes era santificado el campamento israelita, y por qué se requería su presencia?

      LO SAGRADO de la guerra teocrática exigía que se santificara a los hombres israelitas para este servicio de Dios como sostenedores de su soberanía universal y como ejecutores de su justa indignación contra los adoradores de dioses falsos. Por consiguiente era necesario que los sacerdote de la tribu de Leví acompañaran al ejército israelita. Su presencia añadía santidad al ejército de Jehová. En los días cuando el arca sagrada del pacto se abrigaba bajo el tabernáculo o tienda era la costumbre llevar el arca dentro del campamento del ejército, puesto que simbolizaba la presencia de Jehová Dios con sus fuerzas luchadoras. (1 Sam. 4:4-6; 14:18, 19; 2 Sam. 11:11) Esto de necesidad requería la presencia de los sacerdotes levitas en el campamento, porque ellos eran los únicos que estaban autorizados para cargar el arca de Jehová Dios. En una ocasión un israelita que no era sacerdote quedó muerto por haber tocado el arca, pensando que iba a evitar que ésta se cayera de la carreta. Si los sacerdotes levitas hubiesen estado cargando el arca, esto no habría sucedido. (Deu. 31:9; Jos. 3:17; 6:4-11; 1 Sam. 4:4; 2 Sam. 6:6, 7; 1 Cró. 15:2-15, 26) Además, cuando el ejército israelita estaba frente a un compromiso de lucha, era la costumbre ofrecer un sacrificio a Jehová Dios, y esto requería que estuviera presente el profeta de Jehová o sus sacerdotes levitas. (1 Sam. 7:9; 13:9) Además, antes de tomar parte en cierta estrategia

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