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  • La esclavitud cristiana provee amigos verdaderos
    La Atalaya 1970 | 15 de junio
    • esclavos fieles, se tiene la promesa segura de vida eterna.

      No se puede evitar este hecho: Ningún hombre en realidad es totalmente libre. Los hombres que creen que tienen libertad para vivir según su conciencia realmente están en esclavitud a sus propios deseos carnales. Son esclavos del pecado. Pero no quieren reconocerlo.

      En una ocasión un señor levantó esta acusación contra un ministro cristiano cuando éste iba haciendo visitas de casa en casa: “Esa Biblia que usted usa es su muleta. Los pensamientos de usted no son suyos propios; ¡provienen de ese libro!” El ministro llamó a la atención del señor la biblioteca que éste tenía, que cubría algunas de las paredes de su casa. El ministro prudentemente indicó que las ideas de este señor eran el modo de pensar de los filósofos que él citaba constantemente.

      Es un hecho. Todos tenemos pensamientos que se originan de una fuente exterior. Estos dan forma a nuestro modo de pensar y de obrar. ¡Cuán felices pueden sentirse los esclavos cristianos de ser impelidos por los pensamientos y acciones de Dios y de Cristo!

      SE CONSIGUEN AMIGOS VERDADEROS

      Jesucristo mostró la magnífica amistad que resulta de la esclavitud cristiana. Dijo a sus discípulos: “Ustedes son mis amigos si hacen lo que les mando.” (Juan 15:14) Note cuidadosamente de qué condición depende esta amistad. Depende de hacer lo que Cristo y su Padre dicen. Jamás queremos perder de vista ese hecho. Puede ilustrarse bien el asunto.

      Es como el caso de un padre que se pasea por la playa con su hijo. Están jugando y riéndose juntos. El padre corre y trepa por las dunas con su hijo y realmente se llevan bien juntos. El hijo levanta la vista a su padre y pregunta: “Papi, ¿yo soy tu amigo?” El padre contesta: “Sí, hijo, por supuesto que eres mi amigo.”

      Más tarde el padre llama al hijo y le dice que es hora de regresar a casa. El hijo vacila: “Pero yo no quiero regresar. Quiero quedarme aquí y jugar.” El padre le advierte: “Bueno, será mejor que me obedezcas si sabes lo que te conviene.”

      “Pero, papi, ¿no dijiste que somos amigos?”

      “Sí,” concuerda el padre. “Somos amigos mientras hagas lo que yo digo.”

      Así sucede con nuestra amistad como cristianos con Dios y Cristo. La maravillosa relación que tenemos se debe a que obedecemos sus mandamientos. Jamás queremos perder esta amistad. Pero recuerde que es la esclavitud cristiana la que provee estos amigos verdaderos.

  • Preguntas de los lectores
    La Atalaya 1970 | 15 de junio
    • Preguntas de los lectores

      ● Vi un periódico que llevaba una fotografía que mostraba pastores y rebaños en un campo fuera de Belén al tiempo de la Navidad. Yo creía que hacía demasiado frío allí para que los pastores estuvieran en los campos con sus ovejas alrededor del 25 de diciembre, la fecha tradicional del nacimiento de Cristo. ¿Es cierto esto?—J. B., EE. UU.

      Varios periódicos estadounidenses publicaron esta fotografía. Los comentarios que se publicaron al pie de la fotografía del Chronicle-Tribune de Marion, Indiana, el 26 de diciembre de 1968 fueron típicos de los otros, y decían: “Soldados israelíes exploran buscando posibles minas de terroristas en un campo fuera de Belén en la víspera de la Navidad mientras pastores vigilan sus rebaños en el fondo. (Telefoto de la PA por radio desde Tel Aviv)”

      Aunque el título dice que la fotografía representa “la víspera de la Navidad,” es obvio que la fotografía se tomó cuando el Sol estaba alto en el cielo ese día, pues las figuras lejanas están bien iluminadas y visibles, y las sombras son muy cortas.

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