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  • ¿No desaparecerá nunca el fumar?
    ¡Despertad! 1981 | 22 de julio
    • Parte 1

      ¿No desaparecerá nunca el fumar?

      LA MAYOR parte de las personas de nuestro planeta hoy o fuman o se ven expuestas, en alguna ocasión, al humo que exhalan los fumadores. En casi todo lugar habitado está especialmente arraigado el hábito de fumar cigarrillos.

      Por eso, años atrás, cuando se descubrió a la tribu tasaday en un bosque tropical de las Filipinas, el que ellos desconocieran el tabaco se consideró prueba convincente de su extraordinario aislamiento. Sin embargo, los cigarrillos son de origen relativamente reciente.

      Una breve historia

      Hace menos de 500 años Cristóbal Colón llegó a ser el primer europeo que observó en otras personas el hábito de fumar. Los indios del nuevo mundo fumaban tabaco en pipas. Para el siglo diecisiete los europeos estaban fumando cigarrillos liados a mano. Entonces, en los años ochenta del siglo pasado, se inventó la primera máquina eficiente para la fabricación de cigarrillos.

      Fue especialmente durante la I Guerra Mundial cuando ganó extensa popularidad el fumar cigarrillos. Y, en general, han pasado solamente 40 años, más o menos, desde que las mujeres comenzaron a fumar. Ahora el uso del cigarrillo es fenomenal.

      Una industria en auge

      ¡Durante 1978 se produjeron unos 4.200.000.000.000 de cigarrillos! ¡Eso representa suficientes cigarrillos como para que cada hombre, mujer y niño que hay en la Tierra pueda fumarse casi tres cigarrillos al día, o 1.000 al año! Puesto que más o menos la mitad de la población de la Tierra tiene menos de 20 años de edad, ¡eso representa 2.000 cigarrillos al año para cada miembro adulto de la familia humana!

      Tan solo en China cientos de millones de personas fuman. Además, en los Estados Unidos más de 55 millones de personas fuman; en el Japón, 34 millones; en Gran Bretaña, 18 millones, y así sucesivamente. No es raro que alguien fume 10.000 cigarrillos o más al año. Usted tal vez suponga que ciertamente un hábito tan popular nunca ha de pasar de moda. No obstante, hay quienes tienen otro parecer.

      Un ejecutivo de la industria de los cigarrillos declaró: “Nos estamos preparando para eliminar por etapas el tabaco. No el año que viene, pero tal vez en 20 años.” Las compañías de cigarrillos de los Estados Unidos también están envolviéndose en empresas comerciales de otra índole. Todas han dejado de emplear la palabra “tabaco” en el nombre de su compañía.

      John Pinney, director de la Oficina Estadounidense sobre el Fumar y la Salud, alega: “El fumar está pasando de moda.” ¿Por qué diría él semejante cosa de un hábito al cual la mayor parte de la familia humana está esclavizada?

      Desenmascarando a un asesino

      “Estamos en una nueva era de pandemias,” escribió la Dra. Jean Mayer. Aproximadamente la mitad de los hombres de los países occidentales están muriendo de enfermedades cardíacas, y muchos de los demás mueren de cáncer. Los hechos revelan que estas terribles plagas tienen como causa principal el hábito de fumar cigarrillos.

      El Colegio Real Británico de Médicos declaró que el fumar es “tan importante causa de muerte como lo fueron enfermedades epidémicas como la tifoidea, el cólera, y la tuberculosis.” El Servicio Público de Salud de los Estados Unidos declara que el fumar es nuestra “causa principal de enfermedades y muertes evitables.”

      La prueba ha continuado amontonándose. En enero de 1979 el director general de Sanidad de los Estados Unidos publicó un informe sobre el fumar en el cual citó 30.000 obras de investigación como fuentes de referencia. El informe declara: “En los Estados Unidos, entre los factores ambientales que, funcionando por sí solos, contribuyen a las enfermedades, la incapacidad física y la muerte, el más evitable es el de fumar cigarrillos.” En un comentario editorial sobre ese informe, el Times de Nueva York indicó: “Esa cizaña está matando a más de 350.000 estadounidenses cada año.”

      El informe de 1980 presentado por el director general de Sanidad de los Estados Unidos destacó los efectos desastrosos que el fumar tiene en las mujeres, entre las cuales el hábito de fumar se ha generalizado extensamente en época más reciente. El informe declaró: “Ya están presentándose entre las mujeres las primeras señales de una epidemia de enfermedades relacionadas con el fumar. Se calcula que dentro de tres años la cantidad de casos de cáncer pulmonar excederá a la de casos de cáncer mamario.”

      El Dr. Halfdan Mahler, director general de la Organización Mundial de la Salud, declaró en marzo del año pasado: “Entre las cosas evitables que, funcionando por sí solas, son causa de mala salud en el mundo, la mayor, probablemente, sea el fumar.”

      Si usted fuera fumador y centenares de respetadas autoridades médicas le dijeran esas cosas en cuanto a su hábito, ¿qué haría usted?

      ¿Pasando de moda?

      Decenas de millones de fumadores han dejado de fumar como resultado de toda esta prueba. Tan solo en los Estados Unidos hay 30 millones de ex fumadores. En 1965 la mayoría de los hombres de los Estados Unidos fumaban, pero para 1979 menos del 37 por ciento de los hombres lo hacían. Durante ese mismo tiempo, hasta la cantidad de las mujeres que fumaban disminuyó de 32 por ciento a 28 por ciento. Más de la mitad de la población adulta del Canadá fumaba en 1965; ahora menos del 42 por ciento fuma.

      Sí, se ha ayudado a muchos fumadores a dejar el vicio. En 1978 los estadounidenses se fumaron 2.000.000.000 menos cigarrillos que en el año anterior. Daniel Horn, representante de la Agencia Nacional Distribuidora de Información sobre el Fumar y la Salud, proclamó: “La batalla contra el fumar se ha ganado.” Pero, ¿es cierto eso?

      ¡Ni por asomo! Según contestó un ejecutivo del Instituto del Tabaco: “No tenemos ninguna intención de quedarnos sentados con los brazos cruzados y observar mientras se destruye nuestra industria.” De modo que en cierto año, poco tiempo atrás, invirtieron 875 millones de dólares (E.U.A.) en dar publicidad a los cigarrillos, una suma mayor de la que se invirtió en todo otro producto que se vende en los Estados Unidos. Realmente, la rebaja de 2.000.000.000 en el consumo de cigarrillos en los Estados Unidos simplemente fue bajar de 617 mil millones de cigarrillos a 615 mil millones, una disminución de menos de un tercio de 1 por ciento.

      La realidad es que la industria del cigarrillo continúa creciendo, a medida que se abren y aprovechan nuevos mercados en países del tal llamado Tercer Mundo. ¡En cierto año, hace poco, los Estados Unidos aumentaron su exportación de tabaco en más de 20 por ciento! Así, pues, la producción mundial de cigarrillos de 1978 excedió por 100 mil millones a la de 1977.

      Para asegurarse de que el fumar no pase de moda, la industria del tabaco se ha aprovechado de otro mercado... la juventud. Según explica el Dr. Ronald Shor, sicólogo: “Los adolescentes tratan de identificarse significativamente con los adultos y tratan de descubrir cómo vivir vidas felices y normales como adultos sin tener que renunciar a su espíritu juvenil. Los anuncios [de cigarrillos] dicen que eso es exactamente lo que se puede lograr cuando se fuma.”

      De modo que en los Estados Unidos 6.000.000 de jóvenes de menos de 20 años de edad ahora fuman. Parece que en otros países la cantidad de fumadores jóvenes es mayor, según indica la revista World Health: “En Bélgica, el 50 por ciento de los jóvenes fuman al llegar a la edad de 15 años. En la República Federal de Alemania, el 36 por ciento de los jóvenes entre las edades de 10 a 12 años ya son fumadores empedernidos.”

      Pero, ¿por qué no se prohíbe un producto del cual se reconoce que causa enfermedades tan terribles, en vez de dar publicidad tan llamativa al producto como algo que fuera tan provechoso? Y, si los peligros del fumar están tan bien establecidos, ¿a qué se debe que tantos millones de personas continúen fumando?

  • Por qué es tan popular el fumar
    ¡Despertad! 1981 | 22 de julio
    • Parte 2

      Por qué es tan popular el fumar

      A PESAR de las advertencias de que el fumar es peligroso para la salud y a pesar de las campañas contra ese hábito, el fumar sigue siendo muy popular. De hecho, muchas personas fuman más de lo que fumaban antes.

      Desde 1965 a 1978, la cantidad de cigarrillos que se fumaron en los Estados Unidos alcanzó un aumento de 90.000.000.000, pero la cantidad de fumadores permaneció más o menos igual. ¿Por qué aumentó el consumo?

      Contenido de brea y nicotina

      Parece que un factor en esto es la reducción en la cantidad de nicotina y brea en los cigarrillos. La nicotina, un ingrediente importante en el tabaco que se usa para fumar, es una droga venenosa que se utiliza comercialmente en los insecticidas. Y la brea consta de las diminutas partículas del humo, y se le conoce también como “el residuo pegajoso del humo del tabaco.” Debido a que la nicotina y la brea son peligrosas para la salud, las compañías de tabaco han estado disminuyendo el contenido de estas sustancias en sus cigarrillos. ¿Con qué resultados?

      Uno de los resultados es que los fumadores tienden a fumar más cigarrillos. “En pruebas preliminares,” informa Medical World News, “siete fumadores empedernidos se fumaron un promedio de 25 por ciento más cigarrillos por día cuando cambiaron a una marca de cigarrillo que contenía menos nicotina.” Debido a esto, el Dr. Stanley Schachter, quien condujo los experimentos, concluye que “la campaña a favor de cigarrillos con menos nicotina es una campaña descarriada.”

      Pero, ¿qué hace que la gente fume más cigarrillos cuando los niveles de nicotina y brea son más bajos? En particular, el fumador hace eso para satisfacer su deseo vehemente de nicotina... de obtener la cantidad a la cual se ha acostumbrado. La nicotina llega al cerebro pocos segundos después que el fumador inhala. Por eso, cada fumada, según dice el Dr. Michael A. H. Russell, representa una dosis de una unidad de nicotina. Esto es, según declara él en Drug Metabolism Reviews (1978), como ponerse una inyección de heroína.

      Un adicto a la heroína pudiera pasar varias horas sin ésta antes de desear vehementemente otra inyección. Después que alguien se fuma un cigarrillo, toma de 20 a 30 minutos el que la nicotina se disipe del cerebro y pase a otros órganos. Es más o menos a ese intervalo que un fumador empedernido se fuma otro cigarrillo... cuando necesita otra “inyección” de nicotina.

      No obstante, ¿es justo comparar el deseo vehemente de fumarse un cigarrillo con el de la heroína? ¿Envicia realmente la nicotina?

      ¿Es el fumar un enviciamiento?

      Comúnmente, las personas dicen que fuman porque les ayuda a relajarse, les alivia la tensión y las tranquiliza. Pero los experimentos muestran que, en vez de realmente hacer que el fumador se sienta relajado, el fumar simplemente le permite al fumador evitar los síntomas adversos del verse privado de fumar.

      Este hecho quedó demostrado cuando tanto fumadores como no fumadores fueron expuestos a situaciones de tensión. Los fumadores que fumaban cigarrillos con un alto nivel de nicotina salieron mejor en tales situaciones que cuando fumaban cigarrillos con un nivel bajo de nicotina o cuando no fumaban en absoluto. Pero a estos fumadores no les fue mejor ni peor que a los no fumadores bajo las mismas circunstancias. La conclusión: “El fumar no hace que el fumador se irrite menos o esté menos propenso al fastidio,” dijo el Dr. Schachter. Sin embargo, añadió lo siguiente: “El no fumar o no tener suficiente nicotina lo hace más irritable.”

      Tal como un adicto a la heroína necesita la heroína para evitar la irritabilidad y otros síntomas parecidos, así el fumador necesita su nicotina por una razón similar.

      Actualmente las autoridades consideran el fumar cigarrillos como una forma de enviciamiento o toxicomanía. Según el informe “Fumar o tener salud,” hecho por el Colegio Real Británico de Médicos, “es una forma de depender de drogas distinta, pero no menos fuerte, que la de otras drogas que crean hábito.”

      Fundándose en considerable investigación, el Dr. M. A. H. Russell declaró francamente: “Si no fuera por la nicotina del humo del tabaco, la gente no mostraría mucha más inclinación a fumar cigarrillos que a hacer pompas de jabón o encender cohetes chisperos.” Aunque también puede ser que haya otros factores envueltos en el que este hábito esté tan arraigado, es obvio que muchos fumadores están físicamente enviciados. Esto se puede ver por la agonía que sienten cuando tienen que pasarla sin cigarrillos. Al describir su abstinencia, Budd Whitebook escribió en la revista Harper:

      “Mi cuerpo estaba más enfermo de lo que yo pensaba. En la primera noche, fue tanto el dolor en las coyunturas de los brazos y de los hombros y en los músculos del pecho y de las pantorrillas, que me escondí en la oscuridad y lloré. El dolor duró solo un día, pero por lo menos por una semana siempre estuve sintiendo dolor en alguna parte del cuerpo. Privé del humo y la nicotina a miembros de mi cuerpo como la boca, la nariz, la garganta, el estómago y cada diente, y la reacción de éstos a la falta de nicotina duró por mucho más tiempo. Continuamente arqueaba la boca como si estuviera ajustándome a una caja de dientes barata que hubiera comprado en alguna tienda. Me dolía la garganta como si hubiera fumado demasiado, quizás por estar inhalando demasiado fuertemente de un cigarrillo imaginario. Me sonaba la nariz sin necesidad. Es asombroso cuántas partes de mí —falange, órgano, membrana y pelo— deseaban que fumara, y cada una lo manifestaba con un dolor particular. Por dos semanas completas tuve náuseas.”

      Quizás usted se pregunte: ‘¿No es un acto criminal el promover un hábito que envicia tanto y que es tan perjudicial a la salud?’ ¿Por qué se le promueve?

      Cualquier cosa por dinero

      Se ha sabido que hasta personas a quienes se considera bondadosas y respetables hacen prácticamente cualquier cosa por dinero. Sí, hasta matan. A veces los gobiernos entran en guerra y sacrifican muchas vidas a fin de proteger sus intereses económicos, por egoísmo. ¿Pudiera haber un paralelo en la promoción del fumar cigarrillos?

      El Medical Tribune declara: “Los cigarrillos son una de las principales causas de muerte en los Estados Unidos; sin embargo, la mayoría de los cuerpos gubernamentales han demostrado repetidas veces renuencia a proteger al público o, peor aún, actúan para agravar una situación maligna por medio de dar subsidios a los cultivadores de tabaco.”

      El Daily News de Nueva York declaró: “La actitud del gobierno para con el tabaco es un estudio en hipocresía. . . . ha suministrado apoyos al precio del tabaco desde 1938, aumentando constantemente la cantidad hasta la actual de 65 millones de dólares, incluso una asignación de 24 millones de dólares en préstamos para que se envíe tabaco a las naciones de escasos recursos bajo el programa de Alimento para la Paz.”

      El gobierno de los Estados Unidos devenga miles de millones de dólares anualmente de los impuestos sobre los cigarrillos. Pero también se benefician del tabaco miles de ciudadanos. Tan solamente en los Estados Unidos el hábito de fumar suministra empleo que significa el sustento para unas 450.000 familias que viven en granjas de tabaco y para 72.700 obreros de la industria del cigarrillo.

      No obstante, se pueden hacer ajustes, y la gente puede ganarse la vida de otras maneras. Hace unos años todos los testigos de Jehová que estaban asociados de alguna manera con el negocio del tabaco se salieron completamente de él. Podían ver lo inconsecuente que era el que un cristiano produjera un producto que, según las pruebas médicas, “es responsable, anualmente, por más muertes que las que ocurrieron entre los estadounidenses en los conflictos de la II Guerra Mundial, Corea y Vietnam combinados.”

      Pero alguien pudiera decir: ‘El fumador sólo se está haciendo daño a sí mismo. ¿Por qué prohibir un producto del cual la gente siente que deriva placer?

      [Ilustraciones en la página 8]

      Tal como un adicto a la heroína necesita la heroína para evitar la irritabilidad . . . . . . así el fumador necesita la nicotina por una razón similar

  • ¿Debe prohibirse el fumar?
    ¡Despertad! 1981 | 22 de julio
    • Parte 3

      ¿Debe prohibirse el fumar?

      “DISFRUTO muchísimo del fumar. Si me cuesta unos cuantos años de vida, vale la pena por el placer que me proporciona.” Así explicó un hombre a su nieto por qué fumaba. Más tarde el hombre murió de cáncer.

      No obstante, algunas personas que han fumado por mucho tiempo viven hasta los 80 años de edad, o aun 90, y disfrutan de una salud relativamente buena. Por lo tanto, si un fumador reconoce los riesgos que está corriendo, ¿se le debería privar de disfrutar de algo que a él le gusta?

      Además, ¿es el fumador responsable de alguna manera por el efecto que su hábito tiene en otros?

      ¿Una responsabilidad moral?

      No se puede pasar por alto que la mayoría de los fumadores empezaron a fumar a edad temprana. Según informa la revista World Health, en la Unión Soviética “el 82,4 por ciento de los fumadores que fueron entrevistados habían empezado a fumar antes de tener 19 años de edad.” ¡Otro estudio reveló que más o menos la tercera parte de los que son fumadores asiduos empezaron a fumar antes de tener nueve años de edad!

      ¿Por qué emprenden los niños un hábito que ellos por la mayor parte luego dirán que quisieran abandonar? La razón principal es el ejemplo de los adultos. Los niños fuman por parecerse a los adultos. Desean imitar el mundo duro y sofisticado de los mayores. En la Unión Soviética, de cada cinco fumadores entrevistados, cuatro venían de hogares en los cuales un adulto fumaba. Por eso, aunque al fumador le parezca que lo que él hace es puramente asunto suyo, su ejemplo afecta a otros.

      Esto es particularmente cierto en lo que tiene que ver con el ejemplo que dan a otras personas los médicos. A éstos por lo general se les considera como personas que saben si el fumar es realmente peligroso para la salud o no. Un artículo de fondo en Journal of the American Medical Association hizo el siguiente comentario:

      “Todo ramo de la medicina organizada debería enfrentarse francamente al hecho de que el aspecto que presentan sus miembros es un factor primordial en determinar el comportamiento de los pacientes. Si fumamos o permitimos el fumar durante nuestras reuniones y en nuestras instituciones médicas, claramente estamos diciendo: ‘No crean nuestras palabras; miren lo que hacemos.’ Por eso, en todas sus funciones oficiales las instituciones médicas deberían prohibir el fumar y deberían instar a sus miembros a que individualmente practiquen lo mismo en sus propias oficinas y en las instituciones médicas con las que se asocian. Después de todo, si rehúsan tomar tales medidas los médicos, que son los que más saben acerca de las enfermedades causadas por el fumar, y que en general son personas bastante disciplinadas, ¿cómo podemos razonablemente esperar que proceda de mejor manera la persona de término medio, que no está informada y que es relativamente indisciplinada?”

      Por lo tanto, se esperaría que, como apoyo a las advertencias médicas sobre los peligros del fumar, se prohibiera el fumar en los hospitales. Pero según informó la publicación Medical World News, de los 7.200 hospitales que hay en los Estados Unidos, solamente 472 habían designado áreas donde no se permite el fumar, y solo 491 habían prohibido la venta de cigarrillos. Un hospital que había dejado de vender cigarrillos hasta volvió a adoptar la práctica de venderlos “debido a que las ventas en general disminuyeron cuando en la tienda de regalos del hospital cesó la venta de cigarrillos.”

      ¿Qué opina usted de las personas que colocan el dinero y los intereses egoístas por encima del bienestar de otros? ¿Realmente le importa a usted cómo afecta a otros el ejemplo que usted da? Es cosa triste, pero lo frecuente es que el egoísmo domine. Por ejemplo, en 1978 la publicación Columbia Journalism Review no logró hallar un solo artículo extenso acerca de los peligros del fumar que se hubiese publicado durante los siete años precedentes en alguna de las principales revistas nacionales que aceptan anuncios de cigarrillos.

      Se está prohibiendo el fumar

      No obstante, se puede ver inequívocamente en qué dirección están yendo las cosas. En cada vez más lugares se está prohibiendo el fumar. Y cuando alguien empieza a fumar en áreas donde está prohibido hacerlo, frecuentemente se le pide que apague su cigarrillo.

      En los Estados Unidos, algunos estados han adoptado leyes estrictas contra el fumar. En el estado de Minnesota se prohíbe el fumar en lugares públicos, y la definición de “lugares públicos” es: “cualquier área cerrada que no esté al aire libre y que el público en general utilice.” El estado de Utah ha puesto en vigor restricciones parecidas con relación al fumar, de modo que, según se explica, “¡en Utah los fumadores tienen plena libertad para fumar solamente cuando están al aire libre o en hogares privados!”

      Además, ahora se requiere por ley que en los aviones comerciales de los Estados Unidos a todo pasajero que lo pida se le provea un asiento en una sección donde esté prohibido fumar.

      Muchos fumadores se resienten de que se les restrinja cada vez más su libertad de fumar. ¡En diciembre del año pasado un hombre mató a tiros a un policía después que éste le pidió que apagara su cigarrillo! ¿Hay buena razón para las prohibiciones contra el fumar?

      Cómo afecta a los que no fuman

      Tal vez pocas personas se den cuenta del enorme daño que el fumar causa a otras personas, además de a los fumadores. Por ejemplo, cada año mueren muchos miles de personas en incendios causados por el fumar, ¡2.000 personas anualmente tan solo en los Estados Unidos! En el Canadá, más del 40 por ciento de todos los incendios están directamente relacionados con el fumar.

      Además, el humo del cigarrillo contamina terriblemente el aire. Durante un juego de futbol en el estadio Silverdome, de Pontiac, Michigan, E.U.A., una prueba del aire reveló que el nivel de partículas era lo suficientemente elevado como para haber exigido que se emitiera un aviso acerca de la contaminación del aire si se hubiese tratado del aire de afuera. Esto se debía a que muchos de los 80.000 entusiastas presentes estaban fumando.

      El respirar aire lleno de humo puede afectar a una persona de la misma manera que el fumar. American Medical News citó al Dr. Charles F. Tate como sigue: “Ahora hay estudios que demuestran que si uno se sienta en un cuarto donde la gente está fumando, dependiendo del número de personas que estén fumando en el cuarto y el tamaño de éste, la persona que no fuma puede estar fumándose el equivalente de una cajetilla al día.” Además, el inhalar el humo de un cigarrillo que se haya dejado encendido sin que nadie lo esté fumando es en realidad más perjudicial, puesto que ese humo contiene casi dos veces más brea y nicotina que la cantidad que inhala una persona al fumar.

      Ya hace bastante tiempo que se reconoce que tanto adultos no fumadores que padecen del corazón y de los pulmones como los niños de tierna edad reciben efectos adversos del humo de cigarrillo en su ambiente. Recientemente un estudio que se publicó en New England Journal of Medicine reveló que los adultos saludables que no fuman también sufren malas consecuencias al inhalar el humo de cigarrillos ajenos. “Ahora, por primera vez, sabemos en términos cuantitativos el cambio físico que ocurre,” escriben el Dr. Claude Lenfant y Barbara Liu en un artículo de fondo que aparece en la publicación ya mencionada.

      El que una mujer que está encinta fume es especialmente peligroso para el niño en gestación. El fumar encoge los vasos sanguíneos y las arterias del útero, de modo que el infante queda privado del oxígeno y el alimento que necesita. Además, el venenoso gas monóxido de carbono pasa a través de la placenta y llega al bebé. Según la Dra. Mary B. Meyer, de la Escuela de Higiene y Salud Pública de Johns Hopkins, “está bastante claro que el fumar aumenta el riesgo de que ocurra un aborto, un parto muerto o un alumbramiento prematuro.”

      En vista del daño que el fumar causa al fumador, así como a los que tal vez se vean obligados a respirar el humo que él exhala, ¿no puede usted ver buena razón para prohibir el fumar? Por largo tiempo los testigos de Jehová han mostrado que el fumar es incompatible con los principios bíblicos. “Limpiémonos de toda contaminación de la carne y del espíritu,” dice la Palabra de Dios. (2 Cor. 7:1) Queda claro que el fumar contamina y frecuentemente enferma al fumador, como también a los que estén cerca de él. ¿Cómo, entonces, puede alguien fumar y a la vez amar a otros que desean permanecer libres de la contaminación del humo?—Mat. 22:39.

      Cuando el reino de Dios haya destruido el viejo sistema de cosas donde falta el amor, ya no habrá personas que fumen tabaco. El fumar ciertamente no permanecerá para siempre. Por eso, si usted quiere seguir existiendo para disfrutar de las bendiciones del nuevo orden de Dios —y usted por casualidad es fumador de tabaco— tiene que deshacerse de este hábito contaminador. Si usted realmente quiere hacerlo, ¡puede hacerlo!

      [Ilustraciones en la página 10]

      La razón principal por la cual los jóvenes empiezan a fumar es el ejemplo de los adultos

      [Ilustraciones en la página 11]

      En cada vez más lugares se está prohibiendo fumar

      El inhalar humo de un cigarrillo encendido que nadie está fumando es más perjudicial que inhalar el humo mientras se fuma el cigarrillo

      [Ilustraciones en la página 12]

      El fumar aumenta el riesgo de abortos, partos muertos y alumbramientos prematuros

      ¿Puede alguien vivir en armonía con principios bíblicos y también fumar?

  • ¡Usted puede librarse del hábito!
    ¡Despertad! 1981 | 22 de julio
    • Parte 4

      ¡Usted puede librarse del hábito!

      “FUE la cosa más fácil que jamás hice.” Así describió el famoso escritor Mark Twain el dejar de fumar. Luego agregó: “Yo debo saber de ello, pues lo he hecho miles de veces.”

      Sí, el verdadero desafío no es el de dejar de fumar, sino el de no volver a hacerlo. Millones de fumadores dejan de fumar —tal vez por un día, o hasta por una semana o por varios meses— pero entonces emprenden el hábito de nuevo. A menudo lo más difícil de la batalla no es el vencer la dependencia física con relación a la nicotina... es resistir el fuerte deseo de volver a fumarse un cigarrillo.

      No obstante, si uno realmente quiere hacerlo, puede librarse del hábito de fumar. ¿Hay prueba de ello? Una sociedad entera de personas, la de los testigos de Jehová, está libre del tabaco. Pero, como miembros de la sociedad en general, estas personas no siempre estuvieron en esa condición.

      En muchos países la tercera parte o más de los adultos fuman. Eso significa que más o menos la tercera parte de los más de 2.000.000 de Testigos fumaban en un tiempo. ¿Cómo se libraron del hábito de fumar al llegar a ser Testigos estos centenares de miles de personas?

      El conocimiento y una decisión

      Según explicó el Dr. Charles F. Tate en American Medical News: “La decisión tiene que brotar desde lo más profundo de la persona. Una vez que se toma la decisión, se ha completado la mayor parte de la batalla.” En otras palabras, uno realmente tiene que querer dejar de fumar. ¿Qué puede darle a uno esta resolución?

      El conocimiento puede. Pero, ¿conocimiento acerca de qué? Bueno, en el caso de muchos se trata del conocimiento de que el fumar puede matar. “Un paciente tras otro viene a ver los resultados de una radiografía,” dice el Dr. Tate. “Les muestro una radiografía en la que aparece un tumor. Preguntan si es cáncer. Me veo obligado a confirmar su sospecha, y ellos no quieren volver a mirar un cigarrillo.”

      Pero cuando alguien llega a ser testigo de Jehová lo que hace que deje de fumar no es simplemente el conocimiento de que el fumar puede quitarle la vida. Más bien, es el conocimiento acerca de Jehová Dios... el saber que, como dice la Biblia, “es él que nos ha hecho.” (Sal. 100:3) Puesto que saben que al que los creó no le agrada que se contamine el cuerpo, los Testigos se abstienen del fumar.—2 Cor. 7:1.

      Algo que también influye en su decisión firme de no fumar es el saber que al hacerlo causarían daño a otros. Por un lado, los niños adquieren este hábito mortífero de los mayores, y, además, el humo mismo puede contribuir a la muerte prematura de personas que no fuman. Al saber esto, el cristiano verdadero halla que se le hace imposible fumar. Por eso, en obediencia a la ley de Dios, la de: “Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo,” todo fumador que se hace testigo de Jehová deja de fumar.—Mat. 22:39.

      Esto no quiere decir que el dejar de fumar siempre sea fácil para los que se hacen Testigos. Para algunos es toda una agonía... es la cosa más difícil que jamás hayan hecho en la vida. Pero han dejado de fumar, con la ayuda que se les ha proporcionado. Y usted puede hacerlo también.

      La ayuda que se necesita

      Según informa New Scientist: “Rápidamente los remedios contra el fumar están haciéndose tan potencialmente lucrativos como las ayudas para rebajar de peso.” No obstante, después de hacer un repaso de una variedad de terapias y programas, esta publicación concluye: “Sin excepción, las ayudas que actualmente están en el mercado ofrecen poca ayuda verdadera al fumador.” Evidentemente las preparaciones químicas para contrarrestar el fumar tienen valor limitado, o tal vez nulo.

      Las ayudas o los programas en contra del fumar son de beneficio al fumador como medio de proporcionarle apoyo, como algo para darle confianza, como un sistema en que pueda creer. Muchos fumadores no logran dejar de fumar, porque no están convencidos de que realmente puedan hacerlo. Por eso, lo que necesitan es algo que les ayude a sentirse convencidos de que pueden tener éxito. Son de valor inestimable las amistades comprensivas, especialmente si ellas mismas han dejado de fumar y por lo tanto pueden corroborar que es posible hacerlo. Fumadores que se han hecho testigos de Jehová han recibido esta clase de ayuda para dejar de fumar.

      Pero lo que especialmente se necesita para deshacerse del hábito de fumar es la ayuda de Dios. El apóstol Pablo habló la verdad cuando dijo: “Para todas las cosas tengo las fuerzas en virtud de aquel que me imparte poder.” (Fili. 4:13) Un ama de casa de Brooklyn, Nueva York, que fumaba de tres a cuatro cajetillas de cigarrillos al día, relató cómo ella pudo adherirse a su decisión de dejar de fumar:

      “Las manos me temblaban. Lloraba casi constantemente. Estaba enferma; el deseo de fumar era una agonía. Pero yo había hecho una resolución, y con la ayuda de Jehová me adherí a ella. Ahora he quedado convencida de que las personas que no logran dejar de fumar realmente no desean dejar de hacerlo. Su amor al fumar todavía excede a su amor a Jehová.”

      He aquí una clave para dejar de fumar... el tener un deseo genuino de agradar a Dios. El fumar puede proporcionar placer, al igual que el usar la marihuana y el participar en relaciones sexuales promiscuas y en otras formas de comportamiento ilícito. Por eso, como dijo un fumador, a quien se le hizo muy difícil el dejar de fumar: “Con el tiempo admití en oración a Jehová que realmente me gustaba el fumar, pero que quería dejar de hacerlo a fin de agradarle a Él. . . . Por fin me libré del hábito.”

      Usted también puede librarse. Si usted desea agradar a Dios, escriba a los que publican la revista ¡Despertad! y ellos con gusto enviarán a su hogar, sin costo para usted, a un ministro capacitado que le proporcionará información bíblica y la clase de apoyo moral que ha ayudado a muchísimas personas a dejar de fumar.

      [Ilustración en la página 13]

      Millones de personas se han librado del hábito de fumar

  • “Practican lo que predican”
    ¡Despertad! 1981 | 22 de julio
    • “Practican lo que predican”

      DESDE la II Guerra Mundial el número de testigos de Jehová en Italia ha aumentado desde unos cuantos centenares a más de 81.000 publicadores activos. La prensa italiana no ha dejado de notar este crecimiento, como también las características espirituales de los Testigos.

      El bien conocido jesuita Virginio Rotondi escribió en “Il Tempo” del 8 de octubre de 1978: “[Los testigos de Jehová] saben de lo que hablan. . . . citan un versículo específico de un capítulo específico de las cartas de San Pablo, San Pedro, o San Juan. . . . Además, los nuevos ‘conversos’ pronto empiezan a poner en práctica y a ‘predicar’ lo que han aprendido sea donde sea que se encuentren. Paradójicamente, me veo obligado a admitir que no se puede negar que esos cristianos están experimentando un aumento fenomenal.”

      Después, el 12 de agosto de 1979, “La Stampa” indicó que en Italia los testigos de Jehová son “la única comunidad religiosa que está creciendo a tan sorprendente paso. Pero ellos practican lo que predican . . . Su predicación no consiste solamente en palabras, sino que es un modo de vivir . . . son los ciudadanos más leales que se pudiera desear tener: no evaden el pago de los impuestos ni buscan modos de esquivar las leyes que no les convengan con el fin de sacar ganancia. Los ideales morales de mostrar amor al prójimo, rehusar el poder, no practicar la violencia y ser honrados en su vida personal (cualidades que para la mayoría de los cristianos son ‘reglas dominicales’ que solo sirven para ser predicadas desde el púlpito) forman parte de su ‘diario’ vivir.”

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