BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • Cómo afecta el fumar al fumador
    La Atalaya 1981 | 15 de junio
    • El sentido común debería decirle a uno que el inhalar el humo de un cigarrillo tiene que afectar adversamente la vía respiratoria. La evidencia lo comprueba. Los cilios, que son como cabellitos que se encuentran dentro de los bronquios, se dañan y no pueden moverse como una escobilla para eliminar los microbios y la suciedad. Además, el humo hace que a los pulmones se les dificulte deshacerse de las impurezas que se hayan inhalado. Esto significa que los fumadores corren mayor riesgo de contraer enfermedades transmitidas por sustancias dañinas que flotan en el aire.

      En realidad, es poco honrado sugerir que un cigarrillo sea “inocuo.” Como dijo el Dr. Julius Richmond, funcionario principal en asuntos de la salud en los Estados Unidos: “Entre la voluminosa evidencia científica sobre los peligros del fumar, no se encuentran datos que den razón para esperar que haya tal cosa como un cigarrillo inocuo o un nivel de fumar que no sea peligroso.” El Dr. Richmond dijo en conclusión: “El único cigarrillo que no es peligroso es el que no está encendido.”

      Pero aun si usted no es fumador, ¿está libre del peligro de los malos efectos del humo que emiten otras personas?

  • ¿Puede perjudicarle el fumar de otros?
    La Atalaya 1981 | 15 de junio
    • ¿Puede perjudicarle el fumar de otros?

      Millones de personas sufren grave daño debido a que otras fuman, y los resultados frecuentemente son fatales. Por ejemplo, si una mujer que está encinta fuma, esto en muchos casos causa daño al infante aún no nacido. De hecho, la criatura quizás muera antes de nacer.

      Quizás usted pregunte: “¿Cómo puede suceder eso? ¿Cómo puede el humo causar daño al niño dentro de la madre?”

      CÓMO SE CAUSA DAÑO AL FETO

      Casi inmediatamente después de inhalaras el humo, la nicotina pasa a la corriente sanguínea de la madre. Esta potente droga hace que se estrechen los vasos sanguíneos y las arterias del útero, y de ese modo se priva al feto de oxígeno y alimento. A la misma vez, el monóxido de carbono pasa fácilmente al feto a través de la placenta. En la sangre del feto, este gas reemplaza cierta cantidad del oxígeno vital que se necesita para que el crecimiento y el desarrollo procedan de manera normal.

      Al respecto, es de interés un estudio efectuado por médicos ingleses en la Universidad de Oxford. Estos dijeron que se puede notar que, cuando la madre fuma, el infante “en la matriz hace esfuerzos por respirar, . . . es casi seguro que está sufriendo temporalmente de una escasez de oxígeno.”

      Hay buena documentación sobre los tristes resultados. Según dice la revista Family Health, “el fumar durante la preñez puede causar deformaciones congénitas tan severas que la criatura muera como feto o poco después de nacer.” En el caso de madres que fuman, el riesgo de que la prole muera poco después del nacimiento es tres veces mayor de lo que es si la madre no fuma. Y en comparación con los hijos de las que no fuman, los de las fumadoras tienen doble probabilidad de nacer más pequeños de lo normal.

      Además, según informan los investigadores, la probabilidad de que el infante llegue a ser víctima de “muerte en la cuna” (síndrome de muerte infantil repentina) aumenta en 52 por ciento si la madre es fumadora. Parece que los hijos de las madres fumadoras tienen leves anormalidades en la base del cerebro y éstas quizás interfieran con la respiración, con el resultado de muerte repentina.

      Si el fumar de la madre puede hacer daño a un infante aún no nacido, ¿cómo afecta el humo al niño después de su nacimiento?

      EL EFECTO EN LOS JOVENCITOS

      En realidad, los padres que fuman están obligando indirectamente a sus niños a fumar. El Dr. Alfred Munzer, especialista en los pulmones, explicó: “Se calcula que el fumar de los padres afecta a los hijos jóvenes más o menos de la misma manera que les afectaría el que ellos mismos fumaran entre tres y cinco cigarrillos al día.” Para los pulmones sensibles de un niñito, ¡ésa es una enorme cantidad de veneno!

      Pero, ¿realmente causa daño a los niños el humo que emiten los padres al fumar? En The Journal of the American Medical Association se resumieron del modo siguiente las investigaciones médicas que se han hecho sobre esta pregunta:

      “Los infantes cuyas madres fuman tienen mayor probabilidad de ser hospitalizados con bronquitis o pulmonía que aquellos cuyas madres no fuman. Otro estudio indicó que si tanto el padre como la madre fuman, la probabilidad de que el infante contraiga pulmonía o bronquitis aumenta casi al doble de lo que sería si los padres no fumaran. . . . Otros estudios han mostrado que la frecuencia con la cual se manifiestan síntomas de enfermedades respiratorias en los niños está en proporción directa con la cantidad de humo de tabaco que hay en el ambiente que los rodea. Además, en los niños que están expuestos al humo del tabaco hay aceleramiento de los latidos del corazón y aumentos en la presión sanguínea, cambios parecidos a los que experimentan las personas que fuman.”

      Tal vez el fumador opte por perjudicar su propia salud con el fin de disfrutar del placer que, según él, le proporciona el fumar. Pero, ¿le parece a usted que es moralmente correcto que esa persona perjudique a sus propios hijos?

      EL EFECTO EN LOS ADULTOS

      ¿Qué hay si usted es un adulto que no fuma? ¿Le perjudica el fumar de otras personas?

      Si usted se sienta cerca de una persona que está fumando, el humo puede afectarle casi como si usted mismo estuviera fumando. La revista Today’s Health dice: “Según demuestran los estudios, puesto que el fumador de término medio fuma su cigarrillo por solo una pequeña parte del tiempo durante el cual lo tiene encendido, la persona que no fuma y que está sentada al lado del fumador realmente puede verse obligada a respirar la misma cantidad de monóxido de carbono, brea y nicotina que está inhalando el fumador mismo.”

      El Dr. John L. Pool comentó sobre el efecto de tan solo un leve aumento en la cantidad de monóxido de carbono en el aire. Dijo que cuando en el aire “hay más de ocho partes [de monóxido de carbono] por cada millón (la proporción en el aire limpio es de una por cada cuatro), definitivamente disminuye la cantidad de oxígeno que llega al corazón y a los pulmones.” ¿Cuánto monóxido de carbono puede haber en el aire de un cuarto lleno de humo?

      Como redactor de la revista Science, Philip Abelson escribió en un artículo de fondo: “En un cuarto mal ventilado y lleno de humo, las concentraciones de monóxido de carbono fácilmente pueden alcanzar el nivel de centenares de partes de monóxido de carbono por cada millón de partes de aire, lo cual significa que las personas presentes, sean fumadoras o no, están expuestas al peligro de experimentar envenenamiento.” Esos niveles de monóxido de carbono exceden por mucho los límites legales.

      Pero, ¿puede este humo realmente causar daño a usted? ¡Ciertamente que sí! El respirar el humo pudiera llevarlo a sentirse enfermo. Esto no debería sorprender a los fumadores, puesto que, cuando ellos empezaron a fumar, muchos de ellos enfermaron.

      De hecho, para las personas que padecen del corazón el respirar el aire en un cuarto lleno de humo puede ser peligroso. “Definitivamente pone en peligro la salud.” Esa fue la conclusión que resultó de un estudio federal estadounidense hecho en California bajo la dirección del Dr. Wilbert S. Aronow.

      Un estudio efectuado más recientemente, en el cual participaron 2.100 hombres y mujeres de mediana edad, revela que hasta adultos saludables se perjudican si se ven obligados a respirar el humo que viene de otras personas que fuman con regularidad. Se halló que al igual que sucede en el caso de los fumadores, a estas personas que no fumaban se les dañaron las pequeñas vías para el paso del aire ubicadas en la profundidad de los pulmones. El fisiólogo James R. White explicó: “Este es un daño permanente que ocurre en personas que han optado por no fumar.”

      Un estudio que se llevó a cabo en Erie County, Pensilvania, E.U.A., recalcó lo peligroso que es el verse obligado uno a respirar humo de tabaco. Según informa el Times de Nueva York, este estudio “reveló que, por término medio, mujeres que no fuman, pero que están casadas con fumadores, mueren cuatro años antes que mujeres de la misma edad cuyos esposos no son fumadores.”

      LO QUE INDICA LA EVIDENCIA

      Las pruebas son definitivas: Si usted no fuma, pero se ve obligado a respirar el humo de los fumadores, puede resultar perjudicado. Con el transcurso del tiempo, esto está siendo reconocido generalmente como hecho establecido. Por eso, la mayoría de los estados de los Estados Unidos, y centenares de ciudades, han instituido alguna forma de restricción del fumar en los lugares públicos. Además, algunos establecimientos permiten que se fume solamente en áreas designadas para ello. Y debido a que el fumar disminuye la productividad, varios empresarios han ofrecido a sus empleados bonos de cientos de dólares a condición de que dejen de fumar.

      Muchas personas que no fuman han presentado demandas judiciales en un esfuerzo por hallar alivio de la contaminación que provocan los fumadores. En un caso, el juez señaló que en cierta empresa se había prohibido fumar en el cuarto de las computadoras, pues el equipo funcionaba defectuosamente cuando se le exponía al humo de cigarrillos. Por lo tanto, el juez decidió que, si se podía disminuir el fumar debido a una máquina, se podía hacer lo mismo para el bienestar de los humanos.

      Algunos fumadores ahora se creen víctimas de hostigamiento debido a las leyes que se han aprobado en contra de su hábito. Según ellos, no puede haber justificación para tales leyes. Dijo uno: “El fumar, después de todo, no es pecado.”

      Pero, ¿es verdad eso? ¿no es pecado? ¿Puede alguien fumar y realmente agradar a Dios y amar a su prójimo?

      [Ilustración en la página 6]

      EL FUMAR PRIVA AL INFANTE EN DESARROLLO DEL OXÍGENO Y NUTRIENTES NECESARIOS PARA EL CRECIMIENTO NORMAL

      [Ilustración en la página 7]

      EL FUMAR TAMBIÉN CAUSA DAÑO A LA GENTE

  • ¿Puede usted amar a su prójimo y fumar?
    La Atalaya 1981 | 15 de junio
    • ¿Puede usted amar a su prójimo y fumar?

      Los humanos que fuman no solamente contaminan el aire que otros tienen que respirar; también perjudican su propia salud. Ellas mismas estarían más saludables si dejaran de fumar. Además de no contaminar el aire, estarían ahorrándose mucho dinero... hasta aproximadamente 700 dólares (E.U.A.) al año en gastos de cigarrillos. De modo que para el fumador el único derrotero sensato es dejar de fumar.

      Considere la cantidad de contaminación que contiene la voluta de humo que sale de la parte encendida del cigarrillo. Este humo es mucho más venenoso que el que inhala el fumador. La voluta de humo de la parte encendida del cigarrillo contiene doble cantidad de alquitrán, o brea, y nicotina, y cinco veces más monóxido de carbono y 50 veces más amoníaco que el humo que el fumador inhala, sin mencionar los otros venenos que están presentes.

      El haber encendido 10 cigarrillos en un automóvil cerrado aumenta el nivel de monóxido de carbono a 100 partes por cada millón de partes de aire, algo que excede por mucho la cantidad de exposición a este gas que se permite conforme a las normas establecidas por el gobierno federal de los Estados Unidos para controlar la calidad del aire. El periódico Times de Nueva York hizo notar que “en una típica reunión social en un recinto universitario el nivel de partículas esparcidas en el aire por el humo de los cigarrillos es 40 veces mayor de lo que debería ser según la norma estadounidense para la calidad del aire.” Y, según ya se ha dicho, el daño que este humo causa a las personas que se ven obligadas a respirarlo con regularidad ha quedado bien confirmado.

      ¿CONSECUENTE CON EL AMOR AL PRÓJIMO?

      La Biblia dice que “amar a tu prójimo como a ti mismo” es “la ley real,” dando énfasis así a la importancia de esta ley. (Sant. 2:8) ¿Sería mostrar amor al prójimo el echar basura en la propiedad de su vecino a propósito, o el escupirle en la cara? “¡Por supuesto que no!” tal vez usted replique. ¿Sería un pecado el que usted hiciera esas cosas a su vecino?

      La definición de “pecado” ayuda a contestar esta pregunta. “El pecado es quebrantamiento de la ley” —la ley de Dios— declara la Biblia. (1 Juan 3:4, Biblia de Jerusalén) Así que el imponer voluntariosamente a su vecino algo que es tan desagradable como esputo arrojado a su cara o basura echada en su propiedad sería pecado. Sería una violación de “la ley real” que declara: “Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo.”

      ¿Pero qué tiene que ver esto con el fumar? En un editorial en el periódico Cancer News, el Dr. Isaac Asimov mostró vigorosamente qué. Dijo: “Cuando alguien fuma delante de mí su vicio ya no es asunto privado. Las emanaciones asquerosas que vienen de él entran en mis pulmones y mi corriente sanguínea. El hedor suyo llega a ser el mío y se me pega. Además, él hace que aumente el riesgo de que yo contraiga una enfermedad cardíaca y cáncer pulmonar.”

      En respuesta a los fumadores que quizás aleguen que tienen libertad para fumar delante de otras personas, el Dr. Asimov dijo: “Si el fumador cree que tiene que fumar y que cuando yo expreso mi disgusto estoy privándole de su libertad, entonces, ¿estaría él dispuesto a tolerarme si yo le diera una patada en la ingle porque yo creyera que tuviera que hacerlo y que él, al oponerse, estaría privándome de mi libertad? Expresémoslo de esta manera: La libertad de fumar suya termina donde comienzan mis pulmones.”

      No hay duda de ello: ni el patear a alguien en la ingle, o escupirle en la cara o echar basura en su propiedad son consecuentes con el amor al prójimo. Tampoco lo es el fumar. Constituye transgredir contra los derechos de otras personas... hacerles daño en vez de mostrarles amor. Sí, el fumar es pecado.

      No obstante, algún fumador pudiera dar esta explicación: “Yo reconozco que el fumar puede ser dañino. Por eso yo nunca fumo delante de la gente.” Entonces, si se fuma únicamente en privado, ¿es pecado? Nadie más sufre daño.

      ¿ES PECADO FUMAR EN PRIVADO?

      Sin embargo, reflexione: La vida del fumador recibe efectos adversos. ¿Y quién es realmente la fuente de nuestra vida? “Contigo [Jehová Dios] está la fuente de la vida,” contesta la Biblia. “Él mismo da a todos vida y aliento.” (Sal. 36:9; Hech. 17:25) Sí, nuestra vida realmente es un don magnífico procedente de Dios.

      ¿Cómo mostramos aprecio por el don de la vida que Dios nos ha dado? ¿Haciendo lo que puede arruinarla? ¡Por supuesto que no! Es patente que el estar haciendo tal cosa voluntariosamente sería censurable. Con este contexto, examinemos la declaración hecha por Joseph Califano, ex secretario de Salud, Educación y Bienestar de los Estados Unidos: “Hoy en día no hay duda de que el fumar es verdaderamente suicidio paulatino.”

      La destrucción deliberada de la vida humana es censurable... es pecado. La Biblia manda a los cristianos que ni siquiera contaminen su cuerpo. Exhorta: “Limpiémonos de toda contaminación de la carne.” (2 Cor. 7:1) Para obedecer este mandamiento, el fumador tiene que librarse del hábito del tabaco, puesto que éste realmente contamina. El humo del fumar contamina los dedos, los dientes, el aliento, la ropa del fumador... casi todo lo que llega a estar en contacto con él.

      Pero, ¿qué hay si un fumador quiere dejar el hábito, pero está tan enviciado que no puede? ¿Ejercerá Dios comprensión misericordiosa, puesto que Jesucristo dijo, ‘El espíritu, por supuesto, está pronto, mas la carne es débil’?—Mat. 26:41.

      ¿SIRVE DE DISCULPA LA FLAQUEZA HUMANA?

      No hay duda de que el dejar de fumar puede ser algo extremadamente difícil. “Fue más fácil dejar el vicio de la heroína que los cigarrillos,” han dicho personas adictas al cigarrillo. Los síntomas que la persona sufre al abstenerse del tabaco son, por mucho, de más larga duración. La revista Science 80 comentó: “Para la mayoría de la gente que deja de fumar, el apetecer el cigarrillo persiste por lo menos por un mes, y para una quinta parte de esas personas el apetecerlo continúa por de cinco a nueve años después de haber dejado el vicio.”

      Estos hechos ayudan a entender por qué muchas personas que dejan el hábito de fumar por un tiempo después vuelven a fumar. De cada 10 fumadores, 9 desearían dejar de fumar. Pero para abstenerse del tabaco uno tiene que llevar

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir