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¿Por qué estamos aquí en el planeta Tierra?¡Despertad! 1976 | 8 de octubre
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¿Por qué estamos aquí en el planeta Tierra?
¿LE HA sucedido alguna vez que en una noche de cielo despejado usted haya levantado los ojos a la bóveda celeste y se haya preguntado: ¿Por qué estoy aquí? Se sabe que de todos los planetas y otros cuerpos celestes, solo la Tierra provee un ambiente ideal para el mantenimiento de una gran variedad de vida vegetal y animal. ¿Se debe solo a una combinación casual de muchas improbabilidades el que esta Tierra y sus varias formas de vida llegaran a existir? ¿O, hay evidencia de que estas cosas son la obra de las manos de un Hacedor inteligente?
Muchas personas hoy día creen que las criaturas humanas son el producto de la evolución y que no tienen que rendir cuentas a un ser superior. Así es que llegan a la conclusión de que nuestro propósito aquí en la Tierra es vivir nuestra vida según nuestros propios deseos y normas. Pero, puesto que ninguna persona puede vivir totalmente aislada, cada uno tendría que ejercer cuidado de no arruinar las relaciones que tiene con las personas de que él o ella depende. Básicamente, toda la vida de uno pudiera girar alrededor del deseo de complacerse a uno mismo y de tratar de hacer alguna contribución a la sociedad con miras a obtener satisfacción personal y reconocimiento en el mundo.
Pero, ¿de qué verdadero estímulo es este modo de ver la vida? Prescindiendo de lo que uno realice durante el transcurso de su vida, todo se pierde en la muerte. Con el tiempo somos olvidados como individuos, aunque se mencione nuestro nombre por varios años después.
Todo esto hace surgir la pregunta: ¿Son unos setenta u ochenta años de vida en la Tierra verdaderamente suficientes para hacer que la vida parezca tener un propósito? Más bien, ¿no parece desconcertante que se pierda tanto en la muerte? Una persona pasa unos veinte años creciendo, otros veinte años obteniendo más conocimiento y experiencia, y poco después empieza a envejecer y a debilitarse. Finalmente la muerte pone fin a toda su obra. Aunque quizás parte de su conocimiento se haya impartido a otros, la suma total de su conocimiento y experiencia se ha perdido para la posteridad. ¡Qué lástima y qué desperdicio es esto cuando, después de tantos siglos de la existencia del hombre, todavía hay innumerables misterios acerca de la Tierra y del ilimitado espacio sin resolverse!
Por otra parte, millones de personas creen que existe un Hacedor inteligente. Si existe, ¿cuál es su propósito para la Tierra y para el hombre que vive en ella? ¿Es la Tierra, según piensan muchos, un lugar que finalmente será destruido? ¿Es meramente un terreno de prueba para determinar el destino eterno de la humanidad? Si la Tierra es un terreno de ensayos, ¿cómo se explica el hecho de que hasta los bebés recién nacidos mueren? ¿Qué han hecho ellos para probar la clase de personas que son? Además, ¿por qué arrancaría un Creador inteligente a los hombres y mujeres de la escena terrestre mucho antes de que lograran familiarizarse con más que tan solo una pequeña parte de su vasto terreno de pruebas? ¿Y qué razón tendría para querer quemar nuestro hermoso planeta, con sus agradables variedades de formas de vida?
Hoy aumenta cada vez más la cantidad de personas que no están satisfechas con las opiniones comúnmente sostenidas en cuanto a la razón por la cual los seres humanos están aquí en la Tierra. Esta opinión bien pudiera ser la suya también. Pero, ¿hay algún modo de saber a ciencia cierta la razón verdadera de nuestra presencia aquí en la Tierra? ¿O, pudiera ser para nuestra ventaja el sencillamente olvidarnos de este asunto y vivir nuestra vida lo mejor que podamos?
El hecho es que los puntos de vista equivocados acerca de estos asuntos podrían sernos perjudiciales. Por ejemplo, si no hay un Hacedor a quien los seres humanos tienen que rendir cuenta, cientos de millones de personas están siendo engañadas. Sus creencias los pueden estar impulsando a sacrificar su tiempo, energía y haberes en adelantar metas religiosas que no beneficiarán a nadie. Por otra parte, si existe un Ser Supremo y Éste tiene un propósito para el hombre, deberíamos querer saber lo que es ese propósito. Solo entonces estaríamos en la debida posición para vivir en armonía con Su propósito. Sí, nuestro punto de vista en cuanto a la razón por la cual estamos en la Tierra puede afectar nuestra vida tanto ahora como en el futuro.
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Tiene que haber un propósito¡Despertad! 1976 | 8 de octubre
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Tiene que haber un propósito
CASI todo el mundo tiene el deseo de realizar algo, a menos que se sienta tan frustrado que haya adoptado la filosofía de: ‘Comamos y bebamos, porque mañana moriremos.’ Pero aun los que se han entregado a seguir este derrotero falto de propósito, tienen un sentimiento de insatisfacción y no son felices. Aunque no se pueda garantizar su obtención, es mucho más satisfaciente trabajar para lograr alguna meta que vivir una vida totalmente sin objeto.
Además, la mayoría de la gente no solo quiere un propósito que valga la pena en la vida, sino que junto con ello quiere la oportunidad de disfrutar de la vida de un modo constructivo. Casi todos están interesados en la Tierra y en su prójimo y comprenden que los propósitos verdaderamente provechosos son los que contribuyen al bienestar y felicidad de otros. El individuo que está despierto a la belleza de sus alrededores y a lo bueno que se halla en otras personas se siente impulsado más que nunca a trabajar para lograr un propósito. Los esfuerzos realizados por millares de personas en la investigación médica y en muchos campos científicos ilustran que —a pesar del egoísmo y las imperfecciones— mucha gente está interesada básicamente en el bienestar de los demás.
Si hay seres humanos que tienen este punto de vista, ¿qué se puede decir acerca del Creador? Si usted pudiera mirar la Tierra desde la posición ventajosa de Dios, ¿le parecería a usted que es lógico o satisfaciente el ver a sucesivas generaciones meramente aparecer en escena, vivir unos cuantos años turbulentos y llenos de frustración, y entonces morir? ¿Consideraría usted que tiene sentido el que esta misma escena se repita vez tras vez, indefinidamente? Cuando Dios declaró, según se registra en Isaías 45:18: ‘Yo, el Formador de la tierra, no la creé sencillamente para nada, sino que la formé para ser habitada,’ ¿quiso decir que fuera habitada por generaciones moribundas? ¿Dejará que la situación continúe tal como la describió el escritor de la Biblia que observó la vanidad de esa condición y dijo: “Una generación va, y otra generación viene; mas la tierra permanece para siempre”? (Ecl. 1:4, Versión Moderna) ¿Es ésa la clase de propósito que uno esperaría de un Creador sapientísimo? Seguramente él debe tener un propósito mayor que incluye a todos con respecto a lo que está aconteciendo, con miras a mejores cosas por venir.
Resalta el propósito en el cuerpo humano
Considere más detenidamente las cosas vivas que existen en la Tierra, particularmente el hombre, la forma de vida más elevada de la Tierra. Se puede ver que ningún rasgo del cuerpo humano carece de propósito. Observe su mano. ¿Ha hecho alguien jamás un sustituto tan adecuado, diestro y hermoso? Piense en el sentido del tacto, en la habilidad de mover los dedos para hacer lo que uno desea. Ninguna producción humana sobre esta Tierra, desde un minúsculo transistor hasta un transatlántico majestuoso, se pudo haber construido sin la manipulación de esos dedos dados por Dios.
Examine sus ojos... dos minúsculas “cámaras” de cine esferoides de hermosa forma y perfecta coordinación, que pueden filmar en color en tres dimensiones, sin que se necesite tiempo para la revelación. Pero el ojo es muy superior a una cámara. Por ejemplo, no necesita obturador para “detener” el movimiento de un objeto. Los ojos ven el movimiento sin borrones y diferencian los objetos que se mueven de los inmóviles. Estas dos cámaras vivientes, junto con la sección del cerebro que interpreta la visión, se forman dentro del embrión humano de unos cuantos minerales, algunas proteínas, grasas, azúcar y agua.
Un informe científico en el Times de Nueva York dijo lo siguiente acerca de este maravilloso cerebro:
‘La constitución del cerebro como una entidad física es tan compleja que hace que cualquiera de las gigantescas computadoras electrónicas parezcan meros juguetes para niños en comparación. Aun una sola célula nerviosa del cerebro está compuesta de partes infinitamente más complejas que la máquina más grande jamás hecha por el hombre. Sin embargo la corteza cerebral, el asiento de las funciones mentales más elevadas, que constituye solo una pequeña parte del órgano total, está compuesta de diez mil millones de células nerviosas individuales. Cada una es una compleja unidad protoplásmica que funciona como un dinamo viviente.’
Y de los billones o más de células en el cuerpo humano, ¡los estudios han revelado que cualquiera de estas células puede realizar entre mil y dos mil diferentes reacciones químicas simultáneamente!
Tierra... nuestro hogar ideal
Cuando uno vuelve la mirada a la Tierra misma, resalta el hecho de que es un lugar maravilloso en que viva la humanidad... precisamente el lugar apropiado. Cuando el hombre y la mujer fueron puestos en la Tierra, todo lo necesario para su sustento y vida feliz estaba aquí para que ellos lo disfrutaran. Aun hoy día la ecología —donde el hombre no la ha estorbado indebidamente— suministra lo que la humanidad necesita. Esto fue subrayado en una conferencia pronunciada ante un grupo universitario en Brooklyn, Nueva York. El orador dijo:
‘¡Cómo se asemeja a una casa literal el modo en que está diseñada y equipada esta Tierra! Por ejemplo, una casa literal tiene una luz en el cielo raso; la Tierra también tiene una... el Sol. Una casa literal tiene una luz nocturna en el vestíbulo; la Tierra también tiene una... la Luna. Dios dijo que la Luna sería una lumbrera para dominar la noche. (Gén. 1:14-18) Su composición es levemente luminiscente. Provee un brillo suave que no estorba el sueño.
‘Una casa literal tiene un sistema de cañerías para transportar el agua a las diferentes habitaciones; la Tierra también está equipada con un sistema de cañerías que transporta el agua por caños y canales subterráneos a toda parte de la Tierra. Hasta en las montañas hallamos burbujeantes manantiales. En algunos lugares en el desierto del Sáhara solo se necesita cavar cosa de un metro más o menos para obtener agua.
‘En el sótano de una casa de familia hay petróleo o carbón para la calefacción; en el “sótano” de la Tierra también hay depósitos de petróleo y carbón esperando que los use el hombre. En un cuarto bajo de una casa por lo general se ven trozos de cobre, hierro y otros metales que se usan para reparar y fabricar cosas. Bueno, la Tierra también tiene éstos en sus “depósitos subterráneos”: hierro, cobre, plata, oro, platino y otros. Y hay diamantes, rubíes e innumerables otras piedras preciosas para que las mujeres de esta “familia” terrestre se adornen en arreglos espléndidos.
‘En una casa hay una variedad de alimentos en la despensa. La Tierra también tiene una abundante “despensa” con una multitud de deliciosos alimentos: frutas, bayas, melones, hortalizas, cereales y muchos otros para el sustento de la humanidad.’
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