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  • ¿Cómo le dará gracias usted por Su bondad amorosa?
    La Atalaya 1977 | 15 de julio
    • nuestra familia, nuestra congregación y otros. Si usted es padre o madre, sin duda le agrada el que sus hijos busquen su consejo y ayuda. Sin embargo, ¿cómo se sentiría usted si un hijo suyo le dijera: “Papá, quiero decirte que nosotros tus hijos te queremos mucho, mucho. Eres firme, y te respetamos por eso, pero también eres amoroso. Eres nuestro mejor amigo.” Considerando el mucho gusto que le daría a usted oír una expresión tan sincera como ésa, ¿cómo piensa usted que Dios se siente cuando incluimos gracias y alabanza en nuestras oraciones? El profeta Daniel nos puso un excelente ejemplo en esto. La Biblia claramente menciona que él alababa a Dios en oración.—Dan. 6:10.

      21. ¿Cómo pudieran expresar nuestras oraciones más que generalidades?

      21 Es bueno ser específicos en nuestras oraciones en cuanto a la benignidad de Dios para con nosotros. ¿Ha escuchado alguna vez a un niño orar y le ha oído darle gracias a Dios por el helado de chocolate, el paseo en lancha de que disfrutó o por sus vacaciones de la escuela? ¿No podemos ser específicos también nosotros, más bien que darle gracias a Dios simplemente con generalidades? Si usted ha tenido una excelente experiencia en la predicación, déle gracias específicas a Dios por ello. Si ha recibido un regalo, probablemente usted le haya dado gracias a la persona que se lo dio. Pero ¿qué hay en cuanto a darle las gracias a Aquel que ha hecho todas las cosas? ¿Ha discernido usted el consejo de la Biblia sobre algún problema de peso? Exprese sus gracias en oración. Y cuando tenga el privilegio de representar a otros en oración, ¿por qué no mencionar ejemplos singulares, específicos, de la bendición de Dios por los cuales todos ustedes están agradecidos?—Sal. 42:8.

      22. A modo de repaso, ¿de qué maneras podemos dar gracias a Jehová por su bondad amorosa, reflejando qué sentimientos?

      22 Es innegable que hay muchas evidencias de la bondad amorosa de Dios que se nos muestra como siervos aprobados de él. Podemos observarlas diariamente si estamos alerta para notarlas. (Sal. 107:43) Y cada uno de nosotros puede responder con agradecimiento por medio de hablar acerca de nuestro Dios. ¿Cómo? ¿Cuándo? En nuestra obra de predicar y enseñar. En conversación general con compañeros cristianos y otros. Y en canción y en oración. Sí, aunque todavía esperamos el tiempo en que toda la creación alabará unidamente a Jehová como lo describe el Salmo 150, personalmente podemos participar de lleno en hacer eso ahora mismo. Así reflejaremos los sentimientos que expresó David en Salmo 59:16, 17: “En cuanto a mí, yo cantaré de tu fuerza, y a la mañana informaré gozosamente acerca de tu bondad amorosa. . . . Oh Fuerza mía, a ti te celebraré con melodía, porque Dios es mi altura segura, el Dios de bondad amorosa hacia mí.”

  • ¿Qué quiso decir el sabio?
    La Atalaya 1977 | 15 de julio
    • ¿Qué quiso decir el sabio?

      Dios da al justo y al inicuo

      Tocante a lo que Dios da al justo y al inicuo, dice Eclesiastés 2:26: “Al hombre que es bueno ante él le ha dado sabiduría y conocimiento y regocijo, pero al pecador le ha dado la ocupación de recoger y reunir meramente para dar al que es bueno ante el Dios verdadero.”

      El hombre bueno, por aplicar las pautas que provee el Creador, se hace sabio e informado. Se pone en condición de usar sus haberes y aptitudes en armonía con la sabiduría y el conocimiento, y esto contribuye a su felicidad. Si no fuese por su relación con Dios, no tendría esta sabiduría, conocimiento y gozo genuinos. Por eso se puede decir de veras que Jehová Dios le ha dado “sabiduría y conocimiento y regocijo.”

      Por otra parte, el inicuo o pecador pasa por alto el consejo de Dios. Por lo tanto, el Altísimo le permite proseguir con sus proyectos egoístas y sufrir las consecuencias de ello. El pecador se afana y lucha, tratando de acumular posesiones. Pero nunca obtiene contentamiento ni satisfacción, pues carece de la sabiduría y el conocimiento que le permitirían obtener gozo de todo su trabajo. Pierde la felicidad que proviene de emplear las posesiones para ayudar a los necesitados. (Hech. 20:35) Además, pudiera ser que lograra sus fines con desafuero y, con el tiempo, pudiera ser sorprendido en sus propias maquinaciones. Con el tiempo todo lo que el pecador ha adquirido pudiera pasar a manos del hombre bueno. Así sucedió en el caso de los cananeos. Aunque eran un pueblo señalado por la depravación moral, prosperaron por muchos años. Pero, luego, como Jehová Dios había decretado, sus viñas, olivares, casas y otras posesiones llegaron a ser herencia de los israelitas.—Deu. 6:10, 11.

      ‘Un tiempo determinado para todo’

      El rey Salomón notó que en el escenario terrestre las cosas siempre pasan por ciclos y cambian. Tal como llega el tiempo para que una madre encinta dé a luz un bebé, así llega finalmente el tiempo cuando la vejez o la enfermedad ponen fin a la vida. Como sucede con el nacimiento y la muerte, así, también, hay ‘tiempo para plantar y desarraigar, para matar y sanar, para derruir y edificar, para llorar y reír, para callar y hablar, para amar y odiar, y para guerra y paz.’—Ecl. 3:1-8.

      A menudo el tiempo para tales cosas viene como resultado de circunstancias que están fuera del control humano. Es por eso por lo cual, inmediatamente después de considerar estas cosas, Salomón pasó a plantear esta pregunta: “¿Qué ventaja hay para el hacedor en aquello en que está trabajando duro?” (Ecl. 3:9) Sí, tomando en cuenta el hecho de que en la vida suceden cosas importantes sobre las cuales uno no tiene ningún control, ¿cuánta prudencia habría en tratar de procurar felicidad solo del trabajo duro? Por las incertidumbres de la vida, todo el trabajo y lucha de uno por alguna meta material rápidamente puede quedar en nada.—Mat. 6:27.

      Salomón continúa: “He visto la ocupación que Dios ha dado a los hijos de la humanidad en qué ocuparse.” (Ecl. 3:10) Pudo decir que había ‘visto’ esto porque había efectuado personalmente un examen cabal del trabajo humano. Con su observación perspicaz como fundamento, ¿a qué conclusión llegó Salomón acerca del marco en el cual el hombre tiene que llevar acabó sus actividades? Leemos: “Todo lo ha hecho [Dios] bello a su tiempo.”—Ecl. 3:11.

      De acuerdo con esto, en Eclesiastés 7:29 Salomón escribió: “¡Ve! Esto solo he hallado, que el Dios verdadero hizo a la humanidad recta.” Esto sucedió en un tiempo apropiado en el programa divino de la creación, cuando Dios creó perfecta a la primera criatura humana. A este hombre, Adán, Dios le dio una esposa, Eva, que fue la perfección de belleza femenina, mucho más bella que las tres famosas hijas de Job. (Job 42:15) Con el matrimonio de Adán y Eva en medio de belleza edénica, terminó el sexto día creativo de Dios, y entonces “vio Dios todo lo que había hecho y, ¡mire! era muy bueno.”—Gén. 1:31.

      En el paraíso de Edén Dios colocó ante los padres terrestres de la humanidad la expectativa de vivir felizmente en perfección “hasta tiempo indefinido.” Puso ante ellos un futuro eterno con la condición de que continuaran en obediencia exenta de tacha a él. Así ‘puso el tiempo indefinido en el corazón de la humanidad.’ (Ecl. 3:11; Gén. 2:16-3:3) Cuando, a instancias

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