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Esfuerzos mundiales para tiempos mejores¡Despertad! 1974 | 22 de julio
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¿Cambiará el sistema?
Para que haya tiempos genuinamente mejores, los guías mundiales tendrán que llevar a cabo un cambio drástico en todos los campos de la actividad humana. Tendrán que cambiar el modo en que va todo el sistema de cosas. Además, tendrán que llevar a cabo cambios fundamentales en la misma disposición de la gente. ¿Cree usted que todo esto es probable?
Entre los principales esfuerzos en marcha para traer una nueva era está el de mayor cooperación entre las “superpotencias” del mundo. Mientras visitaba a Alemania Occidental, Leonid Brezhnev, el dirigente del partido comunista soviético, dijo acerca de las mejoradas relaciones soviético-norteamericanas:
“En conjunto, uno pudiera decir que actualmente nuestro planeta está más cerca de una paz permanente y duradera que nunca antes. Y la Unión Soviética está usando toda su influencia para afianzar esta tendencia provechosa.”
No puede haber duda de que se están efectuando maniobras diplomáticas de gran importancia a un paso y de una intensidad rara vez vistas antes... particularmente en tiempo de paz. Muchos observadores concordarían con Spartak Beglov de la agencia noticiosa soviética Novosti de que “se está creando un nuevo clima político” en todo el mundo. Prevén tremendos beneficios si se puede lograr cooperación verdadera entre las grandes potencias del mundo, incluso China.
Además, se expresan esperanzas de que los sistemas económicos se estabilizarán, que las crisis recientes obligarán a las naciones a llevar a cabo cambios o ajustes que desde hace mucho se necesitan, que se desarrollarán nuevas fuentes de energía —por ejemplo, convertidores de energía solar— o que las fuentes antiguas se usarán más eficazmente, y que, como resultado, volverá a aparecer una nueva ola de prosperidad y abundancia.
Sí, el lector puede estar seguro de que en 1974 se harán poderosos esfuerzos para tratar de inyectar nueva vida en los sistemas mundiales. Y las cosas quizás parezcan estar ‘de parabienes’ otra vez. Pero, ¿puede uno confiadamente cifrar su esperanza en que estos desenvolvimientos produzcan resultados duraderos?
El optimismo ciertamente es mejor que el pesimismo. Sin embargo más vital aún es el realismo, porque sin él el optimismo se convierte en solo castillos en el aire que llevan a la desilusión. ¿Cuán reales, pues, son los esfuerzos del mundo en crear una nueva era de paz y seguridad duraderas?
Enfrentándose a los hechos tal como son
Las naciones han firmado muchos, muchos tratados y acuerdos de paz en el pasado, y éstos han sido aclamados en su tiempo como prometedores de ‘paz duradera.’ Pero cada breve período de calma más tarde fue sacudido por guerras que se hicieron sucesivamente más costosas y horrendas. Prescindiendo de cuán solemnes y sinceros hayan sido los pactos de paz entre las naciones, éstos nunca han producido paz y seguridad genuinas y duraderas. Los intereses egoístas siempre han obrado como un ácido corrosivo que con el tiempo disuelve los vínculos de unión y cooperación. ¿Diría usted que actualmente las naciones son menos egoístas que en el pasado?
Pregúntese también: Si las naciones y los líderes en varios campos pueden en realidad llevar a cabo los vastos cambios que se necesitan para tiempos verdaderamente mejores, ¿por qué no se ha hecho esto ya? O, ¿por qué, por lo menos, no hemos visto algún mejoramiento constante, gradual?
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‘Problemas en el punto de peligro’¡Despertad! 1974 | 22 de julio
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‘Problemas en el punto de peligro’
Los “problemas se están acercando al punto de peligro. . . . Nombre el problema. Si en un tiempo parecía que se podía tratar, o que por lo menos era tolerable, hoy día parece haber empeorado en proporciones que amenazan con ponerlo más allá de nuestro dominio.”—“Pharos-Tribune & Press” de Indiana.
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