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“Cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segara”La Atalaya 1969 | 15 de enero
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“Cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segara”
“No se extravíen: de Dios uno no se puede mofar. Porque cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará; porque el que está sembrando teniendo en mira su carne, segará de su carne la corrupción; mas el que está sembrando teniendo en mira el espíritu, segará del espíritu vida eterna.”—Gál. 6:7, 8.
1, 2. (a) ¿Cómo resulta veraz el principio que se expresa en Gálatas 6:7 en cuanto al sembrar literal? (b) ¿Cómo aplica Pablo el principio al cristiano?
¡CUÁN bien sabe el agricultor la veracidad de este principio, “cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará,” en lo que aplica al sembrar y segar literales! Después de haber sembrado avena en sus campos, cuando llega el tiempo para que comiencen a brotar las nuevas plantas es demasiado tarde para que piense que hubiera sido mejor haber plantado trigo. No importa cuán arduamente lo desee, esto no cambiará su siembra a otra cosa. ¡No! El agricultor de seguro segará lo que ha sembrado. Está en acción una inmutable ley de la naturaleza, ley que tiene como origen al Creador de toda cosa viviente. Como nos dice el inspirado relato de la creación: “Y pasó Dios a decir: ‘Haga brotar la tierra hierba, vegetación que dé semilla, árboles frutales que lleven fruto según sus géneros, cuya semilla esté en él, sobre la tierra.’” (Gén. 1:11) En el resultado que deriva de esta ley natural, “de Dios uno no se puede mofar. Porque cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará.”—Gál. 6:7.
2 El hecho de que es inevitable esta ley natural pone de relieve la fuerza de las palabras de Pablo en el versículo ocho de este capítulo de su carta a los Gálatas: “Porque el que está sembrando teniendo en mira su carne, segará de su carne la corrupción; mas el que está sembrando teniendo en mira el espíritu, segará del espíritu vida eterna.” Sí, lo que sembramos en el terreno de nuestra vida de seguro también tendrá fruto ‘según su género,’ según la semilla que sembramos, si es buena o mala, teniendo en mira el espíritu o teniendo en mira la carne. Puesto que “de Dios uno no se puede mofar” tampoco tocante a esto, vale la pena que atendamos bien la manera en que sembramos ahora.
3. En cuanto a nuestra vida personal, ¿qué se puede decir tocante a la semilla que podemos sembrar y tocante a nuestro motivo al sembrar?
3 Tocante a nuestra vida personal, el propósito con el cual sembramos es tan importante como la semilla misma. Podemos tener buena “semilla” que sembrar, pero un motivo incorrecto, “sembrando teniendo en mira [la] carne.” Esto puede corromper la semilla y producir fruto corrompido. La salud, las fuerzas, el tiempo, la facultad del habla, el oído, el poder leer, las habilidades naturales, las oportunidades de estar con otros, la responsabilidad para con otros... cada una de estas cosas y todas las demás semejantes se pueden usar para lo bueno o para lo malo, para la satisfacción egoísta de la carne o para la edificación de la vida espiritual de nosotros mismos y de otros.
4. ¿Cuál es una manera de ‘sembrar teniendo en mira la carne’?
4 Tomando en cuenta el hecho de que el sembrar teniendo en mira la carne significa segar corrupción, de seguro usted querrá evitar el sembrar así. ¿Cómo es que uno ‘siembra teniendo en mira la carne’? Rápidamente recordarnos varias cosas que se incluyen correctamente en esta clase de sembrar. La búsqueda de posesiones materiales como un fin en sí no es la menor de éstas. ¿Se halla usted descontento con lo que tiene? ¿Siente envidia de lo que otros poseen? ¿Está usted dejándose atrapar en la lucha frenética por mantenerse al mismo nivel que los demás? Si éste es el caso, es hora de considerar honradamente la manera en que usted está sembrando. Bien pudiera ser que esté sembrando teniendo en mira la carne.
5. ¿Cómo podemos sembrar teniendo en mira el espíritu aun en relación con cosas materiales?
5 Esto no quiere decir que sea incorrecto interesarse algo en las cosas materiales. El hombre que tiene una familia tiene que considerar hasta cierto grado el proveer las cosas materiales que se necesitan en la vida: alimento, ropa y abrigo adecuado para su esposa e hijos. En cuanto al cristiano que no hace tal provisión se dice que ha “repudiado la fe” y que es “peor que una persona sin fe.” (1 Tim. 5:8) Pero el cristiano no quiere tener como meta en la vida el ‘ir con empeño tras’ la satisfacción de sus necesidades materiales, como sucede con los pueblos de las naciones en conjunto. (Mat. 6:32) Jesús mandó: “Sigan, pues, buscando primero el reino y Su justicia, y todas estas otras cosas les serán añadidas.” (Mat. 6:33) De modo que es asunto de mantener las cosas en el lugar correcto, no “sembrando teniendo en mira [la] carne” por medio de hacer de las cosas materiales nuestra meta en la vida, sino utilizando nuestras posesiones materiales como un medio para aumentar nuestra alabanza y servicio al Dios verdadero, Jehová. Así estaremos sembrando para beneficiar nuestra vida espiritual, y estaremos teniendo en cuenta la voluntad de Jehová, el Gran Espíritu, a medida que se nos aclara ésta por medio de la operación de su santo espíritu o fuerza activa y por medio de su Palabra de verdad.
6. ¿Cómo manifestaron muchos de los judíos que seguían a Jesús un punto de vista incorrecto hacia el ministerio de él?
6 Muchos de los judíos que siguieron a Jesús por un tiempo mostraron que lo hacían “teniendo en mira [la] carne” y no teniendo en mira las cosas espirituales. En una ocasión una muchedumbre de judíos siguió a Jesús desde la costa oriental del mar de Galilea hasta Capernaum. Cuando finalmente alcanzaron a Jesús, les dijo: “Muy verdaderamente les digo: Ustedes me buscan, no porque vieron señales, sino porque comieron de los panes y quedaron satisfechos. Trabajen, no por el alimento que perece, sino por el alimento que permanece para vida eterna.” (Juan 6:26, 27) Habiendo acabado de participar del sobreabundante alimento que se proveyó milagrosamente para los 5.000, decidieron que el seguir a Jesús era una manera fácil de satisfacer su apetito egoísta. No pensaron en el significado de los milagros que habían contemplado, que eran, en realidad, señales que demostraban que Jesús era el Mesías prometido por largo tiempo, el mismísimo “pan de la vida.”—Juan 6:41-48.
7. ¿Qué oportunidades y peligros acompañan la posesión de riquezas materiales, con qué consecuencias posibles?
7 Posiblemente sea cierto que el poseer riquezas materiales traiga cierta cantidad de placer. El cristiano que posee riquezas, de hecho, puede efectuar mucho bien a favor de otros, y particularmente para adelantar los intereses del reino de Dios. El hacerlo resulta en placer y satisfacción genuinos. Pero muy a menudo la posesión de riquezas resulta en buscar placer egoísta, en ‘sembrar teniendo en mira la carne.’ El dinero abre la puerta a oportunidades de tener placeres mundanos que hasta entonces habían estado negados, y es fuerte la tentación de disfrutar de ellos mientras está abierta la puerta. Si se apodera de uno “el poder engañoso de las riquezas,” éste ahoga el amor de la verdad y, en poco tiempo, hace que uno sea ‘infructífero’ respecto de cosas espirituales. (Mat. 13:22, y nota al pie de la página de la edición en inglés de 1950) Sí, “los que están determinados a ser ricos caen en tentación y en un lazo y en muchos deseos insensatos y dañinos, que precipitan a los hombres en destrucción y ruina. Porque el amor al dinero es raíz de toda suerte de cosas perjudiciales.” (1 Tim. 6:9, 10) En este respecto, entonces, usted no querrá ser extraviado. Si usted siembra teniendo en mira la carne debido al amor al dinero, de seguro segará corrupción, sí, destrucción y ruina. Porque “de Dios uno no se puede mofar” en cuanto al resultado que deriva de esta ley de la vida tampoco.
DESEO SEXUAL INCORRECTO
8-10. (a) ¿De qué manera se pueden sembrar en la mente las semillas del deseo sexual incorrecto? (b) Si no se refrena, ¿en qué resulta inevitablemente tal deseo?
8 El abrigar deseos sexuales incorrectos así mismo es ‘sembrar teniendo en mira la carne,’ lo cual, si no se refrena, de seguro produce con el tiempo el fruto de la corrupción. En Gálatas 5:19 el apóstol Pablo alista en primer lugar entre “las obras de la carne” los frutos de los deseos sexuales incorrectos, a saber, “fornicación, inmundicia, conducta relajada.”
9 En conexión con esto pudiéramos pensar de nuevo por un instante en la ilustración del agricultor que siembra semilla en sus campos. Realmente las semillas que siembra son muy pequeñas, y cuando caen en el suelo se hacen casi invisibles. Así mismo sucede en cuanto a los deseos sexuales incorrectos. La semilla puede ser pequeña y sembrarse casi sin que otros la disciernan, posiblemente sin discernirla nosotros mismos. Hoy, de toda dirección se amontonan sobre nosotros, y especialmente sobre los adolescentes, las tentaciones que llevan a tener deseos sexuales incorrectos. Las novelas “románticas,” y particularmente las revistas baratas de la clase de relatos ilustrados, revisten de encanto la fornicación y el adulterio bajo el disfraz de “amor verdadero,” donde el “muchacho” rescata a la “muchacha” de un “matrimonio desdichado,” y cosas semejantes. Hoy pocas películas pueden esperar tener éxito sin que en alguna parte del guión se suministre satisfacción al gusto moral pervertido de la mayoría de los que asisten con frecuencia al cine. Los niños de edad escolar, especialmente los de las secundarias, están expuestos al habla de sus condiscípulos, que a menudo tiende hacia el sexo y hacia las “aventuras” con los del sexo opuesto, verdaderas o imaginarias.
10 Quizás un cristiano joven se sienta muy inclinado a decir que puede escuchar tales conversaciones sin recibir daño. “Simplemente entran por un oído y salen por el otro,” quizás diga. Pero, ¡tenga cuidado! Al entrar la información por un oído y salir por el otro pasa por la mente, y, en su camino, se pueden arraigar semillitas de pensamientos inmundos y más tarde germinar en deseo sexual incorrecto. Ciertamente si uno emplea tiempo leyendo libros que estimulan al erotismo y deja que la mente juegue con lo que lee o ve tocante a películas que estimulan al erotismo, de seguro el resultado habrá de ser pensamientos inmundos junto con el deseo sexual incorrecto. Y tal ‘sembrar teniendo en mira la carne,’ aunque sea en lo privado de la mente de uno, al debido tiempo resulta en esas obras de la carne: “fornicación, inmundicia, conducta relajada.” “No se extravíen: de Dios uno no se puede mofar,” porque si uno siembra de esta manera de veras segará de manera semejante, junto con ‘corrupción de su carne.’
11. (a) ¿A qué corrupción todavía mayor conduce la conducta sexual relajada? (b) ¿Qué exhortación, por lo tanto, es apropiada?
11 Aunque es verdad que con la mayor frecuencia la conducta sexual relajada resulta en la corrupción literal de la carne en forma de sífilis, gonorrea y otras enfermedades sociales, ‘el sembrar teniendo en mira la carne’ resulta en la mayor corrupción que significa la pérdida de toda vida procedente de Dios, pérdida de la esperanza de vivir eternamente. Escribió Pablo a los romanos: “El tener la mente puesta en la carne significa muerte, pero el tener la mente puesta en el espíritu significa vida y paz; porque el tener la mente puesta en la carne significa enemistad con Dios, . . . los que están en armonía con la carne no pueden agradar a Dios.” (Rom. 8:6-8) Sí, el tiempo para tal ‘sembrar teniendo en mira la carne’ tiene que estar en el pasado para los que han venido a la luz de la verdad. Ya no quieren estar segando el fruto de la oscuridad, sino que quieren segar el fruto de la luz. “Porque en un tiempo ustedes eran oscuridad,” escribió el apóstol, “mas ahora son luz con relación al Señor. Sigan andando como hijos de luz, porque el fruto de la luz consiste en toda clase de bondad y justicia y verdad. . .. . Así es que vigilen estrechamente que su manera de andar no sea como imprudentes, sino como sabios, comprándose todo el tiempo oportuno que queda, porque los días son inicuos.”—Efe. 5:8-16.
EL MOTIVO CORRECTO
12. ¿Qué efecto tiene el motivo incorrecto en la vida espiritual del cristiano?
12 Pero hay otras maneras de ‘sembrar teniendo en mira la carne’ que quizás no sean tan obvias y no obstante también pueden afectar grandemente nuestro crecimiento espiritual como cristianos y hasta pueden ser desastrosas para nosotros. Hasta podemos estar haciendo cosas que son correctas y buenas en sí, pero, si el motivo es incorrecto, si nuestras acciones son para autojustificación, autoalabanza o procedentes de un espíritu de celos o rivalidad, nuestras buenas obras no tendrían valor alguno y veríamos la corrupción de nuestra vida espiritual.—Rom. 10:3; Pro. 14:30.
13. ¿Por qué no condujo la Ley a la mayoría de los judíos a aceptar a Cristo?
13 Esta mismísima actitud corrompió a la nación de Israel. Jehová Dios, por medio del mediador Moisés, dio a aquella nación un conjunto de leyes, “la Ley.” En su carta a los Gálatas, Pablo explica que la Ley “fue añadida para poner de manifiesto las transgresiones,” para recordar a los judíos que eran pecadores que necesitaban la clase de sacrificio que verdaderamente podía quitar los pecados y librarlos de la condenación de la muerte. Realmente estaban siendo “guardados bajo ley, entregados juntos en custodia,” lo cual debería haber resultado en que estuvieran “esperando la fe que estaba destinada a ser revelada.” De modo que la Ley habría sido para ellos un ‘tutor que los condujera a Cristo.’ (Gál. 3:19, 23, 24) Pero los judíos como nación no quisieron que fuera así. Es verdad que guardaron muchas de las cosas de la Ley, pero no alcanzaron la meta a la que estaba conduciendo la Ley. “Israel, aunque seguía tras una ley de justicia, no logró alcanzar la ley. ¿Por qué razón? Porque siguió tras ella, no por fe, sino como por obras.” Los judíos querían presentar “una apariencia agradable en la carne” y querían que otros se circuncidaran y guardaran la Ley para poder tener “motivo para jactarse en la carne” de otros.—Rom. 9:31, 32; Gál. 6:12, 13.
14, 15. (a) ¿Cómo ilustró Jesús la actitud de pagados de su propia rectitud de los fariseos? (b) ¿Cómo pueden los cristianos en la actualidad caer en esta misma trampa de ser pagados de su propia rectitud?
14 Viendo que los caudillos judíos de su día tenían este espíritu, Jesús “habló esta ilustración también a algunos que confiaban en sí mismos de que eran justos y que consideraban como nada a los demás: ‘Dos hombres subieron al templo a orar, el uno fariseo y el otro recaudador de impuestos. El fariseo se puso en pie y oraba para sí estas cosas: “Oh Dios, te doy gracias de que no soy como los demás hombres, dados a extorsión, injustos, adúlteros, ni aun como este recaudador de impuestos. Ayuno dos veces a la semana, doy el décimo de todas las cosas que adquiero.” Mas el recaudador de impuestos, estando de pie a la distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos hacia el cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: “Oh Dios, sé benévolo para conmigo, pecador.” Les digo: Este hombre bajó a su casa probado más justo que aquél; porque todo el que se ensalza será humillado, pero el que se humilla será ensalzado.’”—Luc. 18:9-14.
15 Aunque hoy los cristianos no están bajo la Ley que fue dada por medio de Moisés a Israel, no obstante, siendo imperfectos y estando sujetos al pecado, pueden caer en la misma trampa de ser pagados de su propia rectitud, haciendo “distinciones por parcialidad” sobre la base de las obras de la carne, siguiendo en pos de la justicia “no por fe, sino como por obras.” (Sant. 3:17; Rom. 9:32) Por lo tanto, siempre recordemos que cualquier relación que tengamos con Dios tocante a justicia solo es como resultado de la bondad inmerecida de Dios sobre la base del sacrificio de rescate de su Hijo amado, Jesús.
16. ¿Por qué llevan registro los testigos de Jehová de la obra que efectúan en el ministerio, y cuál es el propósito de establecer metas en el ministerio?
16 Los testigos de Jehová son personas activas. Tienen “mucho que hacer en la obra del Señor,” y confían en que, mientras mantengan puro su motivo por su servicio y sobre la base del amor, su “labor no es en vano en lo relacionado con el Señor.” (1 Cor. 15:58) Invitan a otros de todas las naciones a participar con ellos en su excelente obra de declarar las buenas nuevas del reino de Dios, reconociendo que “Dios no es parcial, sino que en toda nación el que le teme y obra justicia le es acepto.” (Hech. 10:34, 35) Estando interesados en el progreso de esta obra del Reino, llevan un registro de su actividad, de las horas que emplean en predicar y de los resultados que se obtienen. Además de suministrar estímulo a medida que se nota el progreso, esto también ayuda a las congregaciones a ver fácilmente en qué se puede lograr mejoramiento y cómo se puede llevar a cabo el ministerio más eficazmente. Tales registros también proveen la base para rendir amorosa ayuda personal a los nuevos ministros y a los que hallan difícil el progresar en el ministerio. Para suministrar alguna base para considerar el progreso de la congregación en conjunto, se han ofrecido metas de promedio sugeridas como medio para estimular a que se efectúe un ministerio equilibrado, para que se preste atención a trabajar regularmente todo el territorio por medio de visitas de casa en casa así como por medio de volver a hacer visitas y conducir estudios bíblicos de casa con las personas que muestran interés.
17. ¿Qué no debería constituirse en base para juzgar la integridad de los compañeros cristianos, y por qué?
17 Pero tales metas sugeridas jamás se pueden usar como base para medir la integridad del cristiano. Las obras de uno en el ministerio tampoco deben llegar a ser base para hacer comparaciones con otros cristianos de modo que resulte en vanagloria por la rectitud propia y en jactancia. Los muchos años de predicación de tiempo cabal o de servir en algún puesto prominente en la organización de Jehová no suministran base alguna para hacer distinciones por parcialidad o para llegar a ser como aquellos para quienes Jesús dio la ilustración a que ya se ha hecho referencia, los “que confiaban en sí mismos de que eran justos y que consideraban como nada a los demás.” (Luc. 18:9) No toda persona se halla en la misma etapa de crecimiento hacia la madurez cristiana. También, las circunstancias y las habilidades naturales determinan a cierto grado lo que alguien puede hacer o no puede hacer tocante a actividad cristiana, tal como pueden determinar lo que uno puede hacer tocante a apoyar financieramente la obra de Dios, como Jesús ilustró en sus comentarios acerca de la contribución que la viuda necesitada hizo para el templo.—Luc. 21:1-4.
18. ¿Qué actitud correcta querrá asumir el cristiano para con su ministerio?
18 El ministro cristiano jamás querrá hacerse esclavo de las cifras; de estar dedicando tiempo a la predicación solo para alcanzar cierta cuota de horas, o para edificar algún registro de servicio ante su congregación o ante la Sociedad Watch Tower. Aunque es digno de encomio el que un ministro se esfuerce por alcanzar o exceder las metas sugeridas para un ministerio equilibrado, en realidad sería imprudente el hacer de éstas un fin en sí mismas. Siempre, el ministro cristiano querrá mantener vivos en su corazón y mente los motivos correctos para su servicio, de hecho, para todo lo que haga con relación a la congregación. “Cualquier cosa que estén haciendo, trabajen en ello de toda alma como para Jehová, y no para los hombres, porque ustedes saben que es de Jehová que recibirán el debido galardón de la herencia.”—Col. 3:23, 24.
19, 20. ¿Por qué es apropiada y provechosa la oración antes de salir a predicar?
19 Es por eso que es sumamente apropiado el que cada uno de los testigos dedicados de Jehová emplee algún tiempo en oración antes de cada ocasión en que participe en el ministerio. Siempre que los testigos de Jehová se reúnen antes de participar en la actividad de predicar en grupo se ofrece una oración para pedir la bendición de Jehová sobre su actividad. Entre otras cosas, esto les ayuda a recordar el propósito de su predicación. Preeminentemente, éste es declarar el gran nombre y propósito de Jehová. Además, provee la oportunidad de ayudar a las personas inclinadas a la justicia a encontrar el camino que lleva a la salvación y vida, y, a la vez, de dar la advertencia de los juicios de Jehová que habrán de venir sobre este presente e inicuo sistema de cosas. También, el ministerio nos provee a cada uno de nosotros la oportunidad de demostrar nuestra lealtad e integridad al Dios Todopoderoso.
20 El predicar teniendo presentes esos pensamientos siempre resulta en satisfacción gozosa, sin importar cómo reaccione la gente al mensaje. Verdaderamente, esto es sembrar teniendo en mira el espíritu.
21. ¿Por qué puede hacérseles gravoso a algunos el ministerio cristiano, y entonces qué peligro se presenta?
21 Quizás usted sea una persona que haya participado en el ministerio cristiano por varios años pero ahora ha descubierto que falta este sentimiento de satisfacción gozosa. Quizás la predicación de las buenas nuevas del reino de Dios se haya hecho para usted una cosa tan gravosa que usted esté a punto de cesar del todo en esta obra bendita, o quizás ya haya cesado. ¿Por qué debería pasar esto? En un tiempo usted tenía gozo en el servicio de Dios, ¿no es verdad? Sí, en otro tiempo usted estuvo lleno de entusiasmo y de celo. Podía decir que tenía el “espíritu” del servicio cristiano. Usted había comenzado a sembrar teniendo en mira el espíritu. Pero en algún punto a lo largo del camino quizás usted cambió sus hábitos de sembrar. ¿Pudiera ser que usted se permitió adquirir el hábito de considerar las cosas de manera carnal, viendo simplemente las cuotas, las cifras, trabajando solo por causa del trabajo sin tener presente la verdadera meta y dejando de mantener viva su fe por medio de alimentarse de la Palabra de Dios? Después de empezar a sembrar bien teniendo en mira el espíritu, es posible que ahora se halle usted en peligro de fallar totalmente y no alcanzar la entereza de la madurez espiritual, algo que nunca se puede alcanzar sembrando para la carne.—Gál. 3:2, 3.
22. (a) ¿Qué estímulo hay para que nosotros sembremos “teniendo en mira el espíritu”? (b) ¿Qué fruto han de segar ahora los que siembran en armonía con el espíritu de Dios?
22 Sinceramente considere la pregunta: ¿Cómo está usted sembrando? ¿Teniendo en mira la carne o teniendo en mira el espíritu? Sin duda su deseo es sembrar teniendo en mira el espíritu. De otro modo, ¿por qué estaría usted leyendo esta revista? Esté seguro de esto: tal como el que está “sembrando teniendo en mira su carne, segará de su carne la corrupción,” así tan seguramente el que esté “sembrando teniendo en mira el espíritu” segará algo. ¿Qué? ¡Vida eterna! (Gál. 6:8) ¡Qué estímulo para atender bien la manera en que estamos sembrando, para aprender a sembrar en armonía con el espíritu de Dios para los intereses eternos de nuestra vida espiritual! Aun ahora hay fruto abundante que podemos segar a medida que sembremos teniendo en mira el espíritu. Sin falta, entonces, “sigan andando por espíritu . . . el fruto del espíritu [aun ahora] es: amor, gozo, paz, gran paciencia, benignidad, bondad, fe, apacibilidad, gobierno de uno mismo. . . . Si estamos viviendo por espíritu, sigamos andando ordenadamente también por espíritu.”—Gál. 5:16, 22-25.
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“No desistamos de hacer lo que es excelente”La Atalaya 1969 | 15 de enero
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“No desistamos de hacer lo que es excelente”
1. ¿Qué clase de superintendente del rebaño de Dios mostró ser Pablo, y cómo respondieron sus hermanos cristianos?
EL APÓSTOL Pablo como fiel superintendente y pastor del rebaño de Dios siempre estaba ansiosamente interesado en ayudar a otros a progresar en su vida espiritual. Escribió a los cristianos de Roma: “Anhelo verlos, para impartirles algún don espiritual a fin de que sean hechos firmes.” (Rom. 1:11) Fue este afectuoso y amoroso interés en otros lo que hizo que el ministerio de este apóstol tuviera tanto éxito y fuera una bendición tan grande para aquellas personas junto con las cuales servía. Sus hermanos cristianos apreciaron su amor. El pensar en perder a este hermano suyo bastó para hacer que a “los hombres de mayor edad de la congregación” de Éfeso ‘especialmente les causara dolor,’ sí, que hasta lloraran. En una expresión espontánea de su amor a él “se echaron sobre el cuello de Pablo y lo besaron tiernamente.”—Hech. 20:17, 37, 38.
2. ¿Qué exhortación dio Pablo a los hombres de mayor edad de la congregación de Éfeso?
2 Solo unos minutos antes de esta ocasión conmovedora, Pablo había estado estimulando a los hombres de mayor edad de la congregación de Éfeso a que manifestaran este mismo interés amoroso en los que estaban bajo su cuidado espiritual. Quería que ellos también hicieran cuanto pudieran por ayudar a los miembros de la congregación a estar “sembrando teniendo en mira el espíritu.” Encarecidamente les dijo: “Presten atención a ustedes mismos y a todo el rebaño, entre el cual el espíritu santo los ha nombrado superintendentes, para pastorear la congregación de Dios, que él compró con la sangre del Hijo suyo.”—Hech. 20:28.
3. ¿Qué clase de superintendentes se necesitan hoy en la congregación del pueblo de Dios?
3 Certísimamente hay necesidad de superintendentes de esta clase en la congregación cristiana en el día presente. No, no solo hombres celosos por el ministerio, hombres que puedan poner un excelente ejemplo en la predicación pública de casa en casa, hombres que puedan pronunciar animadores discursos públicos desde la plataforma y que demuestren un excelente conocimiento de las enseñanzas bíblicas. Es verdad, se ha de dar encomio por tales cualidades y éstas son sumamente provechosas tanto para la congregación como para otros que escuchen la predicación de las “buenas nuevas.” Pero el interés solícito de Pablo como superintendente, según lo indican los pasajes bíblicos ya mencionados, está en el rebaño ya reunido. Está muy interesado en que crezcan espiritualmente, en que lleguen a ser hombres espirituales ‘hechos’ “a la medida de crecimiento que pertenece a la plenitud del Cristo.” El apóstol se expresó con esas mismísimas palabras cuando escribió a la congregación de Éfeso después de llegar a Roma como prisionero. (Efe. 4:11-13) Esto, entonces, llega a ser un interés principal de los superintendentes cristianos y de sus auxiliares ministeriales hoy día: ayudar a cada uno de la congregación a crecer espiritualmente, ayudar a cada uno a sembrar “teniendo en mira el espíritu” para que cada uno pueda ‘segar del espíritu vida eterna,’ no desistiendo de “hacer lo que es excelente.”—Gál. 6:8, 9.
4. Al ayudar a otros a progresar espiritualmente, ¿qué palabras de Pablo a los gálatas es bueno tener presentes?
4 Es verdad que el que ayudemos a alguien a dedicar más tiempo a la predicación de las buenas nuevas puede ser una manera de ayudar a un miembro de la congregación a sembrar más teniendo en mira el espíritu. Pero no es preciso que sea así. Hasta pudiera hacer que alguien pensara que está progresando espiritualmente cuando de hecho carece de algún aspecto más esencial del crecimiento espiritual. Por eso, en cuanto al crecimiento espiritual es bueno que el cristiano individual y que el superintendente tengan presentes estas palabras adicionales de la carta de Pablo a los Gálatas: “Porque si alguien piensa que es algo, no siendo nada, está engañando su propia mente. Pero que él pruebe lo que es su propia obra, y entonces tendrá motivo de alborozarse respecto de sí mismo solo, y no en comparación con la otra persona. Porque cada uno cargará con su propia responsabilidad.”—Gál. 6:3-5.
5. ¿Cómo estaban algunos cristianos judíos de Galacia “engañando su propia mente” por la manera en que razonaban?
5 Aquellos cristianos judíos de las congregaciones de la provincia de Galacia que daban gran importancia al hecho de que estaban circuncidados en verdad estaban “engañando su propia mente.” Habiendo profesado en otro tiempo fe en Cristo Jesús y su sacrificio como el medio de la salvación del pecado y de la muerte, ahora estaban ‘echando a un lado la bondad inmerecida de Dios.’ Como Pablo les escribió claramente: “Si la justicia es por medio de ley, Cristo realmente murió en balde.” El aceptar ellos tales ideas era ‘insensato,’ se dejaban poner “bajo influencia mala.” De modo que el apóstol razona con ellos: “Después de comenzar en espíritu ¿están ahora completándose en carne?” ¡Imposible! El considerar las cosas de manera carnal no podía completarlos como hombres espirituales que tuvieran en mira la vida eterna. Estaban considerando que eran algo cuando no eran nada. El hacer comparaciones sobre la base de la carne, prefiriendo la circuncisión a la no circuncisión, no los hacía avanzar y estar más adelantados que sus hermanos cristianos no circuncidados en el crecimiento hacia la madurez espiritual. Al contrario, debido a tal actitud el padecer ellos sufrimiento por el nombre de Cristo sería, de hecho, en vano. No segarían la vida eterna, por sembrar teniendo en mira la carne en vez del espíritu.—Gál. 2:21; 3:1-4.
6, 7. (a) ¿Cómo han caído algunos cristianos hoy en la trampa de tratar de completarse “en carne,” después de haber comenzado “en espíritu”? (b) Por eso, al ayudar a otros, ¿qué querremos hacer?
6 Así, también, el que aguantemos sufrimiento y persecución en la actualidad, nuestras excelentes obras de predicar y enseñar en el ministerio público pueden ser en vano si comenzamos a confiar en esas obras nuestras como la base para la justicia en vez de en la bondad inmerecida de Dios. También estaremos pensando que somos algo cuando no somos nada, engañando nuestra mente. Algunos han caído en esta trampa y han llegado a estar confiados en demasía tocante a su posición, comparando favorablemente su actividad y registro con los de otros. Realmente están tratando de ‘completarse’ como cristianos “en carne” más bien que de manera espiritual.
7 Por eso, si estamos en condiciones de ayudar a otros en cuanto a la madurez cristiana querremos ayudarles a llegar a esa meta de la manera correcta. Querremos ayudar a cada uno a sembrar teniendo en mira el espíritu, para que siegue fruto espiritual y logre verdadero progreso espiritual teniendo en mira la vida eterna. ¿Cómo se puede hacer esto? En Gálatas 6:4 se nota una excelente sugerencia que ofrece Pablo: “Que él pruebe lo que es su propia obra, y entonces tendrá motivo de alborozarse respecto de sí mismo solo, y no en comparación con la otra persona.”
8. ¿Por qué es tan importante la empatía al suministrar ayuda de la clase correcta a otros?
8 El superintendente cristiano querrá tener presente este principio cuando ofrezca ayuda a otros miembros de la congregación. Esto requiere verdadera empatía o sintonía de afecto como compañero, la habilidad de ponerse uno en el lugar de la otra persona. Los miembros individuales de la congregación, dependiendo de una variedad de factores, como años y experiencia en la verdad, habilidad para entender y retener información y aplicarla, entrenamiento temprano en la juventud, problemas presentes de la vida cotidiana, etc., se encuentran en diferentes etapas de crecimiento o desarrollo espiritual. El siguiente paso que hayan de dar depende en gran parte de dónde se hallan en el camino a la madurez cristiana. El superintendente tiene que discernir esto para dar el consejo y estímulo que necesita personalmente cada individuo.
9. ¿Qué clase de progreso queremos que logren otros, y por qué?
9 Por ejemplo, se ve fácilmente que la persona que todavía no ha comenzado a asistir a las reuniones con regularidad no está en condiciones de dar el paso siguiente de participar en el ministerio público, de predicar las buenas nuevas a otros de casa en casa. El esfuerzo espiritual de dar tan grande paso hacia adelante pudiera resultar en una caída que lastimara la fe en vez de en progreso espiritual hacia la madurez, sin mencionar el hecho de que tal persona no puede representar apropiadamente a la congregación, pues todavía no es un asociado regular de ella. Es verdad, queremos que todos los que están interesados en la Palabra de Dios progresen hasta el grado en que participen en el ministerio cristiano. Esta es la voluntad de Jehová para ellos. Pero tienen que progresar paso a paso, logrando progreso ordenado según una buena rutina espiritual.
10. (a) ¿Por qué es importante que un padre o una madre note el progreso de parte de sus hijos y dé encomio apropiado? (b) ¿Sobre qué base estimulará el padre o madre prudente a sus hijos a progresar?
10 Realmente es alentador el poder ver que estamos progresando. Eso es cierto tocante a todo lo que hacemos, ¿no es verdad? Es cierto del niño muy joven cuando aprende por primera vez a hacer algo nuevo: a gatear, a dar sus primeros pasos, a hablar sus primeras palabras. Gorgotea deleitado por haber logrado algo. A veces, el progreso, debido a que requiere tiempo, apenas se nota. Esto es igualmente cierto del crecimiento. Uno puede sentarse y observar una planta en su jardín durante horas y no discernir ninguna evidencia de crecimiento. ¡Pero está creciendo! Después que uno se ha alejado varios días y vuelve... pues, es fácil ver los cambios que se han efectuado en el jardín, cambios que se han debido al crecimiento. Un padre o una madre, dado que ven a su hijo todos los días, quizás no estén tan conscientes del crecimiento del niño, pero algún amigo, volviendo después de haberse ausentado algunos meses, inmediatamente le dirá al jovencito: “¡Cómo has crecido!” Le es alentador al jovencito mientras va creciendo que también se note su desarrollo en otros aspectos. Si se le ayuda a ver que está progresando en sus lecciones escolares, recibe estímulo y es probable que trabaje más duro. Tiene un sentido de logro, de satisfacción. El padre discernidor también busca que haya crecimiento espiritual en sus hijos, y da encomio afectuoso y amoroso cuando es apropiado. Sabiamente guía a sus hijos a dar los pasos hacia adelante en el crecimiento espiritual según sus necesidades y habilidades individuales. Se abstiene de hacer comparaciones desalentadoras con otros niños, pero ayuda a cada niño a ‘probar lo que es su propia obra,’ a ver hasta dónde ha progresado, y el niño encuentra “motivo de alborozarse respecto de sí mismo solo, y no en comparación con” algún otro niño, cosa que quizás desaliente, o, en algunos casos, quizás dé una base falsa de estímulo.
11. (a) Para estimular a su estudiante bíblico, ¿qué querrá hacer el ministro discernidor? (b) ¿Qué clase de ayuda será de sumo provecho a las personas espiritualmente enfermas, pero cómo debe darse? (c) ¿Qué es lo que dará a los recién asociados o a los espiritualmente enfermos causa genuina para alborozarse?
11 El no poder ver ningún progreso en uno mismo puede ser sumamente desanimador. A menudo las personas que recientemente se han asociado con la congregación cristiana y que han estado teniendo un estudio bíblico por algún tiempo quizás crean que no están logrando el progreso deseado. Por lo tanto, un maestro discernidor ayudará a tales personas a ver el progreso que, de hecho, están logrando, estando preparado para dar encomio afectuoso y sincero en los casos en que sea apropiado. Así mismo, el superintendente querrá hacer igual tocante a los que se asocian regularmente con la congregación. No, no adulación. Si una persona que ha estado asociada activamente con la congregación se enferma espiritualmente necesita ayuda genuina, ayuda amorosa. Le será una ayuda ver exactamente lo que es su obra, lo que falta y luego recibir algunas sugerencias prácticas para vencer su problema. Quizás su problema sea que simplemente no esté seguro de lo que es necesario que haga, del paso que debe dar. Agradecerá la ayuda y guía en cuanto a qué hacer para fortalecer su vida espiritual. Es verdad que tal ayuda siempre debe darse de manera amorosa y prudente, pero también tiene que ser ayuda honrada y apegada a la realidad. Cuando se da tal ayuda con amor y empatía, las personas ayudadas quedan agradecidas porque se les haya ayudado a dar el paso correcto en el camino al desarrollo y la madurez espirituales. A medida que éstos den pasos hacia adelante, sinceramente déles encomio. Ayúdelos a discernir su propio progreso. Entonces tendrán motivo de alborozarse, y esto respecto de sí mismos, no en comparación con algún otro individuo.
ALERTOS A LA PÉRDIDA DE LA ESPIRITUALIDAD
12. Si queremos segar el fruto de la vida eterna por nuestro sembrar, ¿a qué tenemos que estar alerta?
12 El sembrar teniendo en mira el espíritu resulta en crecimiento espiritual. Si cesamos de sembrar teniendo en mira el espíritu, cesamos de crecer espiritualmente. Peor todavía, si regresamos a sembrar teniendo en mira la carne, cesamos de hacer lo que es excelente y se marchita el aprecio que teníamos por las cosas espirituales, y el resultado es inactividad espiritual y muerte. Es posible que en un tiempo hayamos ‘andado conforme al sistema de cosas de este mundo.’ “Sí, entre ellos todos nosotros en un tiempo nos comportamos en armonía con los deseos de nuestra carne, haciendo las cosas que eran la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos naturalmente hijos de ira así como los demás.” (Efe. 2:2, 3) Pero cuando empezamos a alimentarnos de la verdad de la Palabra de Dios, cuando empezamos a discernir y hacer lo que el espíritu santo de Jehová aclaraba que era Su voluntad para nosotros, entonces empezamos a llegar a vivir en sentido verdadero. (1 Cor. 2:11, 12; 2 Cor. 3:6) Si seguimos sembrando teniendo en mira el espíritu ‘segaremos del espíritu vida eterna.’ No queremos perder esta bendita siega de vida eterna, ¿no es verdad? Entonces, es necesario que estemos alerta para discernir en nosotros mismos cualquier tendencia a regresar a sembrar teniendo en mira la carne.
13, 14. (a) ¿Cómo muestra uno que está obrando en armonía con el espíritu de Dios al tratar los problemas personales que tiene con otros? (b) ¿A qué consecuencia puede conducir el no obrar en armonía con el espíritu de Dios en tales asuntos? (c) ¿Cómo contribuye el estar inclinado a lo espiritual a buenas relaciones entre hermanos cristianos?
13 Es posible, estimado lector, que usted ya sea miembro de una congregación de los testigos de Jehová. Bueno, ¿cómo considera usted a sus compañeros cristianos? ¿Sabe usted que la manera en que considere a otros le suministra una indicación clara de la manera en que usted está sembrando? Eso rápidamente le indicará a usted si está considerando las cosas solo de manera carnal o de manera espiritual. Si, por ejemplo, usted discierne que está comenzando a criticar, a denigrar mentalmente los esfuerzos de otros en el servicio de Jehová, ésta es una señal que le advierte que está en peligro de regresar a sembrar teniendo en mira la carne. Si usted tiene alguna causa de desacuerdo con su hermano o hermana en Cristo, si usted cree que éste ha pecado contra usted, sea pronto en zanjar las cosas, ya sea por no ‘llevar cuenta del daño’ —y eso significa el realmente echarlo de la mente, sin guardar rencor alguno— o por llevar a cabo el consejo de Jesús que se da en Mateo 18:15-17 a fin de ganar a su hermano. Esto es obrar en armonía con el espíritu de Dios. (1 Cor. 13:5) ¿Cuál es el resultado si usted no sigue este derrotero? Se retiene un rencor en el corazón contra ese hermano o hermana. Esto, a su vez, desfigura su entera relación con esa persona. El que aparezca el “ofensor” en la plataforma para presentar una conferencia bíblica o participar en una discusión o demostración produce una sensación de resentimiento y se encuentra usted escuchando con una actitud crítica en vez de con amor y aprecio. Esta es la actitud de hombres “carnales,” no de hombres “espirituales,” ¿no es verdad?—1 Cor. 3:1-3.
14 Esto no significa que no estamos conscientes de las debilidades de otros. Pero, el hombre que se inclina a lo espiritual, que produce el fruto del espíritu de Dios, es misericordioso, usa de gran paciencia, está lleno de bondad. Toma en cuenta las circunstancias de otros. Tiene presente que cada uno de la congregación es siervo de Jehová, que trata de agradarle a Él.
15. ¿Qué indican los sentimientos de celos y resentimiento, y a qué actitud anima Santiago?
15 La pérdida de la inclinación a lo espiritual se puede echar de ver en los sentimientos de celo. Es posible que un individuo haya esperado que cierta asignación o privilegio de servicio se le diera a él pero se le pasa por alto a favor de otra persona. El ‘hombre carnal,’ el que ‘siembra teniendo en mira la carne,’ sentirá el resentimiento brotando en su corazón. Este resentimiento disipa el gozo, lo cual hace difícil o hasta imposible que él coopere con el hermano nombrado ahora. No fue sin buena razón que el discípulo Santiago escribió: “¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Que muestre por su conducta excelente sus obras con una mansedumbre que pertenece a la sabiduría. Pero si ustedes tienen en su corazón amargo celo y espíritu de contradicción, no anden haciendo alardes y mintiendo contra la verdad. Esta no es la sabiduría que desciende de arriba, sino que es la terrenal, animal, demoníaca. Porque donde hay celo y espíritu de contradicción, allí hay desorden y toda cosa vil.”—Sant. 3:13-16.
16. ¿Por qué debemos combatir cualquier tendencia a rechazar el estímulo que nos den otros o a tener en poco el consejo?
16 Una señal segura de la pérdida de visión espiritual es cuando comenzamos a resentirnos por el estímulo o consejo que nos den cristianos maduros, aun cuando sea apropiado, se dé con amor y con apoyo de las Escrituras. Esté alerta a esta señal de peligro. Evite toda tendencia a tener en poco el consejo diciéndose usted mismo: “Oh, si es el mismo de siempre Fulano de Tal que está hablando,” considerando así que el consejo solo proviene de una fuente humana en vez de Jehová por medio de uno de sus siervos. En realidad, debido a que estamos asociados con la organización verdadera de Dios, podemos esperar que se nos ofrezca ayuda personal, que recibamos consejo y estímulo según lo necesitemos. Los “que tienen las debidas cualidades espirituales” tienen órdenes de cuidar del rebaño, de restaurar con un espíritu de apacibilidad a los que dan “algún paso en falso.” (Gál. 6:1) Reciba con gusto tal ayuda. Procediendo así, usted manifesta la clase de humildad que resulta en una bendición procedente de Jehová, en recibir de su bondad inmerecida y en ser ensalzado a la vida en su justo nuevo orden.—Sant. 4:6, 10.
17, 18. (a) ¿Qué otro síntoma de pérdida de espiritualidad es el que más probablemente afecte al cristiano, y qué puede contribuir a eso? (b) ¿Por qué no es éste el tiempo para desistir de hacer lo que es excelente?
17 Un síntoma común de la pérdida de la espiritualidad es una pérdida de celo por el ministerio cristiano. El primer celo de la ‘juventud cristiana,’ incitado por la expectativa de ver realizada pronto la esperanza de vida en felicidad bajo el reino de Dios, se puede disipar. El tiempo pasa y el Armagedón no viene tan pronto como se esperaba. Los problemas diarios de la vida se apiñan de nuevo y hacen que recordemos nuestras imperfecciones y debilidades. O quizás estemos considerando con anhelo los beneficios materiales presentes de que otros disfrutan, y la tentación de no perdernos los placeres presentes de la vida mina nuestra devoción a la causa de Jehová.
18 Pero, realmente, ¿es éste el tiempo para estar desistiendo de hacer la excelente obra que Dios ha dado a sus siervos en estos “últimos días”? De todos los tiempos, éste es el tiempo para estar mostrando aguante y perseverancia en el servicio de Jehová. Su reino prometido por largo tiempo ha estado rigiendo desde los cielos desde 1914. Ya hemos avanzado bastante en el tiempo del fin, en los últimos días de este presente sistema de cosas. El fin completo de la iniquidad se acerca, en nuestra generación. Las vidas de millones de personas penden en la balanza; necesitan con urgencia nuestra ayuda. ¡Qué privilegio es el que los cristianos dedicados dirijan a los hombres y mujeres de corazón honrado del derrotero enloquecido de este mundo a abrazar la adoración verdadera que lleva a vida eterna! Sin falta, entonces, “no desistamos de hacer lo que es excelente, porque al debido tiempo segaremos si no nos rendimos. Realmente, pues, mientras tengamos tiempo favorable para ello, obremos lo que es bueno para con todos, pero especialmente para con los que están relacionados con nosotros en la fe.”—Gál. 6:9, 10.
19. ¿Qué “guerra” tiene que reconocer cada uno que existe en él, y qué punto en cuestión vital está envuelto?
19 No descarte como insignificantes las tendencias de ‘sembrar teniendo en mira la carne.’ Naturalmente, siendo todavía imperfectos, aún nos plagan las debilidades de la carne. Descubrimos que no siempre hacemos las cosas que quisiéramos hacer, o que hacemos cosas que prefiriéramos no haber hecho. Pero, no debemos ceder a los deseos de la carne, “para vivir de acuerdo con la carne.” Sí, hay una guerra dentro de nosotros mismos, entre nuestra mente, con la cual nos esforzamos por estar en armonía con la dirección del espíritu de Jehová, y nuestra carne. (Rom. 7:18-23; 8:12, 13) El ceder a la carne, el reanudar el sembrar teniendo en mira la carne, de seguro significa segar corrupción, sí, muerte. Pero, “el que está sembrando teniendo en mira el espíritu, segará del espíritu vida eterna.”—Gál. 6:8.
20. ¿Qué palabras estimulantes se registran en Hebreos 6:9-12 para los que perseveran fielmente en hacer lo que es excelente?
20 Para los que perseveran en hacer lo que es excelente hay estas amorosas palabras de estímulo y consejo: “Sin embargo, en el caso de ustedes, amados, estamos convencidos de cosas mejores y de cosas acompañadas de la salvación, aunque estamos hablando de esta manera. Porque Dios no es injusto para olvidar la obra de ustedes y el amor que mostraron para con su nombre, en que han servido a los santos y continúan sirviendo. Pero deseamos que cada uno de ustedes muestre la misma diligencia a fin de tener la plena seguridad de la esperanza hasta el fin, para que no se hagan indolentes, sino que sean imitadores de los que por medio de fe y paciencia heredan las promesas.”—Heb. 6:9-12.
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Él también hizo los huesosLa Atalaya 1969 | 15 de enero
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Él también hizo los huesos
● Al comentar sobre sus propias creaciones maravillosas, Jehová llamó la atención de Job al hipopótamo, diciendo que sus huesos son como “varas de hierro forjado” y “tubos de cobre.” (Job 40:18) Igual de maravilloso es el estribo en miniatura del oído humano. Solo mide de 2,6 a 3,4 milímetros de longitud y solo pesa de 2,0 a 4,3 miligramos. El Dios que hizo los voluminosos huesos de las piernas del hipopótamo también hizo el menudo estribo.
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