-
¿Por qué todas las aventuras espaciales?¡Despertad! 1973 | 22 de agosto
-
-
¿Por qué todas las aventuras espaciales?
¿SABE usted que una de las principales razones para las muchas aventuras espaciales del hombre es la búsqueda de vida más allá de la Tierra?
Los científicos que creen en la evolución afirman que la vida tiene que haber evolucionado en algunos de los otros planetas a través del vasto universo. También esperan que la exploración de otro planeta arroje luz en cuanto a cómo comenzó la vida en la Tierra.
Además, muchos científicos sugieren que probablemente el universo está rebosando con seres inteligentes que han evolucionado. Así es que los evolucionistas continúan la gran búsqueda de vida extraterrestre.
De hecho, un informe efectuado por la Junta de Ciencia Espacial de la Academia Nacional de Ciencias dice que la búsqueda de vida más allá de la Tierra “es una empresa científica del mayor valor y significado . . . su importancia y las consecuencias para la biología justifican la mayor prioridad entre todos los objetivos de la ciencia espacial... de hecho, del programa espacial como un todo.” ¿Concuerda usted?
Por supuesto, hay otras razones importantes para las aventuras espaciales del hombre. Se citan varios propósitos científicos, como el deseo de conocer la composición de los cuerpos celestes, cuáles son las condiciones en varios planetas, y así por el estilo.
La curiosidad y el deseo de hacer lo “imposible” también son factores en la exploración espacial.
En realidad, hay mucho más envuelto en las aventuras espaciales del hombre que el deseo de conseguir esclarecimiento científico, la búsqueda de la vida y la curiosidad del hombre y el deseo de hacer lo “imposible.” ¿Y qué es eso? El prestigio nacionalista.
Por ejemplo, el programa espacial norteamericano comenzó formalmente después que Rusia puso su Sputnik en órbita. Los redactores del libro Journey to Tranquility dicen acerca de este programa:
“El proyecto nació de la calamidad. Se comenzó como una apresurada respuesta a una crisis inmediata: se cree que la crisis fue desencadenada por los triunfos espaciales de los soviéticos.... Sin embargo, el aspecto decisivo de la amenaza fue su relación con el prestigio norteamericano. Este fue el temor que impulsó al presidente Kennedy.... Prestigio . . . sumado a la creencia de que los Estados Unidos no podían darse el lujo de permitir que los rusos los derrotaran. En otras palabras, el prestigio, fue igualado con el poderío en el mundo, y se vio a la Luna como un medio por el cual podría aumentarse el poderío mundial.”
El hecho de que el prestigio fue un factor motivador clave se hace evidente de un memorándum del presidente John F. Kennedy con fecha del 20 de abril de 1961 al vicepresidente de los Estados Unidos, quien entonces era el presidente del Consejo Espacial. Kennedy preguntó:
“¿Tenemos alguna probabilidad de ganar a los soviéticos por medio de poner un laboratorio en el espacio, o por un viaje alrededor de la Luna, o por un cohete que aterrice en la Luna, o por un cohete que vaya y vuelva a la Luna con un hombre? ¿Hay algún otro programa espacial que prometa resultados extraordinarios?”
Y así comenzó la carrera espacial, y hasta ahora ha habido más de mil hazañas espaciales de la Unión Soviética y de los Estados Unidos combinados.
Después del buen éxito de las misiones lunares Apolo y el regreso a salvo de los hombres que tuvieron parte en ella, hubo mucha alabanza por el logro. El presidente Nixon hasta declaró: ‘¿No vemos en ello la mano de Dios?’
Sin embargo hubo dudas acerca del asunto. Por ejemplo, la revista Time del 1 de enero de 1973, comentó: “La falta de esa declaración [del presidente Nixon] yace en la suposición de que la conquista del espacio es un bien tan puro que Dios se dignaría a concederle alguna protección especial. Si se toman en cuenta los motivos —especialmente la mezquina patriotería que motivó a tantos de los que votaron por la asignación del proyecto Apolo— es posible que la ira divina en vez de la benevolencia haya acompañado al proyecto.”
Ciertamente las hazañas espaciales del hombre han provocado varias dudas y preguntas. Una de las mayores preguntas es si valió la pena, por ejemplo, financiar el programa lunar Apolo a un costo de 25 mil millones de dólares. ¿Qué hubiera podido hacerse con ese dinero para ayudar a hacer las condiciones en la Tierra más deseables? Amitai Etzioni pregunta en su libro The Moon-Doggle: “¿Es llegar a la Luna la única ‘imposibilidad’ en la que podemos pensar? La Tierra nunca ha estado libre del hambre o de la guerra. Los que están ansiosos de tomar desafíos ‘imposibles’ tienen éstos a su disposición.”
También existen dudas, dice este escritor, acerca de la pertinencia de muchos objetivos científicos que se usan para promover las aventuras espaciales: “Las declaraciones de que las sondas espaciales nos dirán ‘cómo late el universo’ y ‘cómo comenzó la vida en la Tierra’ son una afrenta ofensiva al pensar correcto, una envoltura ostentosa para una clase de exploración que es interesante, pero que está lejos de ser sensacional.”
Una cuestión relacionada que necesita ser investigada es si vale la pena el gastar grandes sumas en buscar vida que haya evolucionado en otros planetas. ¿Cuán prudente o imprudente es esa búsqueda?
Y, en lo que tiene que ver con los propósitos de prestigio nacionalista, ¿ha valido la pena el esfuerzo para las naciones implicadas? Muchas personas en los Estados Unidos piensan que bien ha valido 25 mil millones de dólares el plantar la bandera norteamericana seis veces en la Luna. Pero no todos están de acuerdo. Escriben los redactores de Journey to Tranquility: “Los acontecimientos sugieren fuertemente que, por el impacto a breve plazo que se procuraba de él, el Proyecto Apolo será contado entre los errores de cálculo más palpables del siglo veinte. Aunque la tarea inmediata se realizó perfectamente, su objetivo fundamental quedó en ruinas. Los hombres dieron su paso en la Luna, pero no hubo salto gigantesco en el poder de atracción del modo de vivir norteamericano.”
Pero aunque quizás los Estados Unidos no hayan conseguido el valor de 25 mil millones de prestigio del programa Apolo, éste sí le dio al hombre un nuevo entendimiento de la Luna y lo obligó a revisar algunas de sus teorías acerca de ella.
-
-
La Luna... ¿qué se descubrió allí?¡Despertad! 1973 | 22 de agosto
-
-
La Luna... ¿qué se descubrió allí?
ERA seguro que la ida y vuelta del hombre a la Luna produciría algunas sorpresas. Científicamente, hubo muchas. Una de ellas tuvo que ver con la Luna misma, la cual según se creía era un cuerpo celeste relativamente sencillo.
Pero no es así. Dice el Dr. R. J. Allenby, director auxiliar de selenografía de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio: “Probablemente lo más significante que hemos aprendido es que la Luna es un cuerpo muy complejo... no simplemente el sencillo ‘globo’ que mucha gente creía que era. Las misiones Apolo han vuelto a enviar a muchos científicos a las mesas de dibujo. Requerirá muchos años el encontrar nuevos conceptos que tengan aceptación general.”
Puesto que la Luna no es meramente un sencillo “globo,” ¿qué hay de la ampliamente esparcida teoría de que la Luna originalmente se desprendió de la superficie superior de la Tierra? Un reciente informe científico dice: “La idea de que la Luna se desprendió de las capas superiores de la Tierra prácticamente ha muerto como consecuencia de los hallazgos del Apolo.”—Times de Nueva York del 4 de diciembre de 1972.
En cuanto a la composición de la Luna, la misión del Apolo 16 halló que el material de la Luna es rico en aluminio y calcio. El hierro metálico está presente en las rocas lunares. Las muestras de roca del Apolo 11 revelaron 68 de los elementos conocidos. Las rocas de la Luna están esencialmente compuestas de las mismas materias primas que las rocas de la Tierra. No obstante, hay una diferencia... en proporción.
Por ejemplo, en las rocas lunares se ha encontrado que la proporción entre el uranio y el potasio era cuatro veces más elevada que en las rocas terrestres típicas. Se halló que en las rocas lunares el titanio es más del doble de lo común que en las rocas terrestres más ricas en titanio. No los elementos en sí sino las combinaciones de elementos hallados en las rocas lunares ciertamente fueron “no terrenales.” Como dijo un selenógrafo: “Es el mismo alfabeto pero una gramática diferente.”
Un descubrimiento hecho por el Apolo 12 en 1969 fue la existencia de un campo magnético lunar. Las primeras astronaves no tripuladas no habían detectado esto.
Se halló que la temperatura en la Luna oscila entre 170 grados centígrados bajo cero y 120 grados centígrados sobre cero. Un hoyo perforado en la Luna reveló un aumento constante de temperatura con la profundidad, aproximadamente 0,6 décimas de grado centígrado por cada 30 centímetros. Pero todavía hay algunas dudas en cuanto a si el centro de la Luna está parcialmente fundido o relativamente frío. La observación sísmica ha señalado a un centro parcialmente fundido. Sin embargo, la información obtenida con magnetómetros sobre la superficie lunar y en la órbita lunar ha hecho que algunos científicos crean que ésta tiene un interior relativamente frío.
En cuanto a la búsqueda de vida que haya evolucionado más allá de la Tierra, los alunizajes han hecho claro que no se ha encontrado nada que ni siquiera se parezca remotamente a la vida. Se hicieron estudios microscópicos para hallar algún material vivo, previamente vivo o fósil. No se encontró ninguno sobre la Luna.
¿Se ha preguntado usted acerca de la edad de la Luna? Se calculó que las rocas tomadas de los primeros viajes de las misiones Apolo tenían de 3,3 a 3,7 mil millones de años de edad. Sin embargo, se calculó que una roca del tamaño de un limón tenía una edad de 4,6 mil millones de años. Se calculó que el suelo de la Luna tiene una edad de 4,2 a 4,9 mil millones de años. Science World del 16 de febrero de 1970, comentó: “Varios investigadores confirmaron que la Luna tiene unos 4,6 mil millones de años de edad. La Tierra y los meteoritos tienen aproximadamente la misma edad.”
Así es que el consenso es que la edad de la Luna es igual a la del sistema solar, una confirmación notable de Génesis 2:4, que indica que la Tierra y los cielos fueron formados en el mismo período de tiempo.
No puesta en órbita por casualidad
Otro descubrimiento de las hazañas espaciales es éste: La Luna no pudo haber sido puesta en su órbita por casualidad o accidente. Comentando acerca de este descubrimiento William Roy Shelton dice en el libro Winning the Moon:
“Es importante recordar que algo tuvo que poner a la Luna en o cerca de su actual trayectoria circular alrededor de la Tierra. Tal como una astronave Apolo que gira alrededor de la Tierra cada 90 minutos a una altura de| ciento sesenta kilómetros tiene que tener una velocidad aproximada de 29.000 kilómetros por hora para permanecer en órbita, así algo tuvo que proporcionarle a la Luna la velocidad precisa que necesita para su peso y altitud. Por ejemplo, no pudo haberse desprendido de la Tierra a cualquier velocidad o dirección. Descubrimos esto cuando comenzamos a tratar de poner en órbita satélites artificiales. Descubrimos que a menos que el propuesto satélite llegara a cierta altura a cierta velocidad en cierto curso paralelo a la superficie de la Tierra, no tendría la necesaria fuerza centrífuga para mantener el delicado equilibrio con la gravedad de la Tierra que le permitiría permanecer en la órbita deseada.”
“Por ejemplo en el antiguo Cabo Cañaveral en la noche del 5 de marzo de 1958 observé el despegue del Explorador 2 que había sido programado como el segundo satélite que los Estados Unidos pondrían en órbita con buen éxito. Todo funcionó perfectamente hasta que la cuarta y última etapa trató de obtener la precisa velocidad, altitud y rapidez requeridas. En esta ocasión no se logró la difícil combinación y nuestro propuesto satélite muy pronto volvió a caer en la atmósfera terrestre. . . .
“La velocidad orbital requerida cambia cada vez que se altera o la altitud o el peso del propuesto satélite y los objetos más alejados de la Tierra requieren más tiempo para dar la vuelta a la Tierra. Para la distancia y peso de la Luna, ese tiempo, llamado el período orbital, es aproximadamente de 27,3 días. El punto —y es uno que raramente se menciona al considerar el origen de la Luna— es que es extremadamente improbable que cualquier objeto sencillamente tropiece con la correcta combinación de factores que se requieren para permanecer, en órbita. ‘Algo’ tuvo que poner a la Luna en su altitud, en su curso y a su velocidad. La pregunta es: ¿qué fue ese algo?”
¿Es “ese algo” que puso a nuestra Luna en una órbita permanente una fuerza desprovista de inteligencia? Bueno, considere no solo nuestra Luna, sino, al mirar en el espacio, todos los cuerpos celestes. Vemos a la materia en movimiento. ¿Cómo llegó a suceder esto, especialmente en vista de que un cuerpo de materia al ser dejado solo queda inmóvil, inerte? Y para que la materia sea puesta en movimiento, ¿no tiene que recibir un empujón, un impulso. Lo que es más, esta fuerza que la empuja tiene que venir de afuera, puesto que la materia no es autoimpulsante.
A medida que observamos estos cuerpos materiales en el espacio, notamos que, interesantemente, su curso de movimiento es circular. Y tan maravillosamente regular y preciso es su movimiento orbital que los hombres pueden navegar por medio de observar el Sol, la Luna, los planetas y las estrellas. Se pueden hacer cálculos con mucha anticipación de la exacta posición de un cuerpo celeste a cualquier tiempo señalado. Dice la World Book Encyclopedia: “El navegante de a bordo lleva consigo un libro intitulado el Nautical Almanac. Este libro da la posición exacta de cada cuerpo celeste en tiempos y fechas exactas. Suministra la posición del cuerpo celeste como si éste fuera a caer a la Tierra en cualquier instante. Por medio de observar la dirección, o rumbo de una estrella, y midiendo su ángulo de altura sobre el horizonte, el navegante puede calcular cuán lejos está de la posición terrestre de la estrella.”
Cuando consideramos todas estas cosas —la materia en movimiento, movimiento circular preciso, y así por el estilo— la indicación es que hay una fuerza exterior reguladora, guiadora; es decir, alguien que conoce la precisa velocidad, altitud y rapidez que necesita un cuerpo celeste para estar en una órbita permanente. Debe haber un Legislador que dirige el movimiento de esta materia que de otra manera es inerte. Tiene que haber una inteligencia que hace que estos cuerpos, como nuestra Luna, permanezcan en sus órbitas.
Así es que vemos que esta fuerza responsable por el movimiento de la materia no pudiera ser solo “algo” desprovisto de inteligencia. Tiene que haber un Diseñador inteligente que puso todos estos cuerpos de materia en su relación el uno con el otro, y que los coordinó de modo que no haya una colisión o choque. El célebre científico Alberto Einstein dijo una vez: “Me basta contemplar el misterio de la vida consciente perpetuándose a través de toda la eternidad; reflexionar sobre la estructura maravillosa del universo, que podemos percibir solo oscuramente, y tratar humildemente de comprender siquiera una parte infinitesimal de la inteligencia manifiesta en la naturaleza.”
Así es que toda la “naturaleza,” como la llaman los científicos mundanos, denota inteligencia. Y donde hay inteligencia, hay una personalidad ligada a una persona. Y esa Persona, que es la gran fuerza responsable por el movimiento de la materia, inerte de por sí, le dio el empujón inicial y la dirigió en su movimiento de curso circular. Cuando consideramos los enormes cuerpos que están en movimiento, ésta debe ser una persona Poderosa.
En la Santa Biblia a esa persona se le llama “Dios.” El antiguo salmista reconoció que los cielos tuvieron que tener un Diseñador y Hacedor: “Los cielos están declarando la gloria de Dios.” Y el apóstol cristiano Pablo también llegó a la misma conclusión cuando declaró: “Por supuesto, toda casa es construida por alguien, mas el que construyó todas las cosas es Dios.”—Sal. 19:1; Heb. 3:4.
Es con respecto a este Personaje inteligente, que determinó la relación que el Sol y la Luna tendrían con la Tierra, que la Biblia dice: “Procedió Dios a hacer las dos grandes lumbreras, la lumbrera mayor para dominar el día y la lumbrera menor para dominar la noche, y también las estrellas.”—Gén. 1:16.
Hecha para ser una “lumbrera menor”
Otro sobresaliente descubrimiento de la exploración lunar es que la Luna fue diseñada para ser una “lumbrera menor.” La exploración de la Luna reveló lo que se ha llamado una “sorprendente abundancia de vidrio.”
Un examen de la superficie lunar ha llevado al cálculo de que aproximadamente el 50 por ciento de su “suelo” consiste de minúsculas partículas de vidrio. El vidrio puede encontrarse en diferentes formas. Parte de éste es redondo; parte es elíptico; parte tiene la forma de lágrima o la forma de haltera. Las esferas de vidrio varían en tamaño desde menudas motitas hasta cuentas muy pequeñas, y son extremadamente lustrosas cuando la luz da en ellas.
Hasta las rocas de la Luna muestran que fueron hechas para reflejar la luz, pues están picadas con hoyitos forrados de vidrio. Cuando el investigador explorador espacial W. R. Shelton vio por primera vez las rocas lunares, dijo que contempló una roca del tamaño de un limón enjoyada con fragmentos de vidrio: “El material fundamental de la roca se parecía a un carbón gris. Un hombre que estaba cerca de mí dijo que si hubiera tropezado con ella en un parque de estacionamiento, no se hubiera molestado en recogerla. Pero yo sí lo hubiera hecho. Instantáneamente hubiera quedado intrigado por los fragmentos brillantes que me miraban, casi como si tuvieran vida.”—Winning the Moon.
Sí, ¡algunos de los esferoides de vidrio fulguraban en la gris roca lunar como si fueran pequeños diamantes! Y algunas de las rocas están cubiertas de gotas de vidrio esparcidas y parecían estar satinadas.
El que tanto de la superficie lunar esté compuesta de vidrio es raro, pues el vidrio que se halla naturalmente en el suelo de la Tierra es muy poco. ¿Por qué, entonces, hay tanto vidrio en la Luna? Porque la Santa Biblia revela que Dios hizo la Luna para servir como una “lumbrera menor” o una ‘luz nocturna.’ Las diminutas cuentas de vidrio actúan como las cuentas de vidrio de los reflectores a la orilla del camino que atrapan la luz de los faros de los automóviles y relucen brillantemente. El vidriado de las rocas también contribuye a las propiedades reflectoras de la Luna, como lo hace el forro vidrioso de los hoyitos de las rocas.
De hecho, los descubrimientos hechos con relación a la Luna confirman lo que la Biblia dice acerca de ésta: Que fue creada por Dios, que sería de provecho para el hombre y serviría como una lumbrera.
Los cohetes del hombre han ido más allá de la Luna, hasta a otros planetas. ¿Qué han descubierto estas sondas interplanetarias?
[Ilustración de la página 6]
De sus hazañas espaciales los hombres aprendieron que para poner un cohete en órbita alrededor de la Tierra se requiere precisión, altitud y velocidad. ¿Qué hay entonces de la Luna en su órbita alrededor de la Tierra? Ésta también requiere una precisión que no pudo haberse producido por accidente
[Ilustración de la página 8]
Un secreto que los hombres aprendieron fue que glóbulos vidriosos como éste aumentado 3.300 veces, componen más del 50 por ciento del suelo de la superficie lunar
-
-
Sondas a otros planetas¡Despertad! 1973 | 22 de agosto
-
-
Sondas a otros planetas
TANTO los Estados Unidos como la Unión Soviética han enviado astronaves a la vecindad de otros planetas. ¿Hay alguna indicación de vida evolucionada en ellos? ¿Qué se ha aprendido acerca de estos planetas?
En cuanto a las sondas espaciales que los Estados Unidos han enviado a Marte, un científico del proyecto espacial Mariner 9 dijo: “Marte tiene un carácter propio. No es como la Tierra ni como la Luna, es como Marte.”
¿Cómo entonces es Marte? Las fotografías del Mariner por medio de filtros de color muestran que el suelo marciano es de color rojizo. Esto confirma las observaciones hechas con telescopios desde la Tierra que muestran que Marte es un “planeta rojo.”
En Marte se han descubierto cuatro “provincias geológicas” principales, con la ayuda de miles de fotografías transmitidas por la astronave. La primera de estas regiones es una provincia volcánica en el hemisferio occidental del planeta. Esta es una zona de por lo menos nueve gigantescos volcanes. Están dominados por el gigantesco Nix Olímpica, de unos 500 kilómetros de un lado a otro de su base; se calcula que su cima superior es más de tres veces más alta que el monte Everest, el cual tiene más de 8.800 metros de altura.
Otra de estas provincias tiene un terreno muy escabroso, en el que se encuentran muchos cañones. Se informa que el más grande de los cañones de esta región tiene diez veces el largo del Gran Cañón y aproximadamente cuatro veces más profundidad. En otras palabras, se calcula que el desfiladero tiene unos 4.000 kilómetros de largo y 120 kilómetros de ancho y casi 6,5 kilómetros de profundidad.
La tercera región está profundamente marcada con cráteres. Esta zona llena de hoyos se parece a la Luna.
La cuarta región es una espectacular expansión de terrazas escalonadas y profundas que irradian de la región polar del sur.
También se halló que cerca del polo sur hay un pequeño “casquete de hielo” de unos 320 kilómetros de diámetro hasta en pleno verano. Algunos científicos creen que este “casquete de hielo” no está compuesto solo de anhídrido carbónico congelado (hielo seco) sino que, en parte, quizás sea agua congelada.
¿Qué hay de la atmósfera de Marte? Las sondas de la Unión Soviética Marte 2 y Marte 3 revelaron que la atmósfera del planeta es 2.000 veces más seca que la atmósfera de la Tierra, lo cual hace a Marte “un planeta más seco de lo que los observadores en la Tierra habían esperado,” según informó Tass, la agencia de prensa soviética. Se halló que la atmósfera cerca de la superficie del planeta estaba principalmente compuesta de anhídrido carbónico y era tan tenue que es un centésimo de la atmósfera de la Tierra.
¿Hay alguna posibilidad de agua en estado líquido en Marte? Los científicos piensan que quizás en un tiempo hubo agua, puesto que se considera que ésta fue probablemente la fuerza que excavó los cañones y los desfiladeros. Pero el conocimiento del hombre es limitado, y es posible que otras fuerzas pudieran haber causado esos cañones. En todo caso, los científicos consideran que ahora es físicamente imposible que exista agua sobre la superficie de Marte. ¿Por qué? Porque la atmósfera de anhídrido carbónico de Marte es tan tenue que no hay suficiente presión atmosférica para mantener el agua en estado líquido. Así es que una gota de agua se evaporaría instantáneamente.
En cuanto a la temperatura en Marte, las sondas soviéticas hallaron que el planeta tiene una temperatura que varía de 100 grados bajo cero a 12,8 grados centígrados sobre cero. La sonda Mariner 9 enviada por los EE. UU. indicó que temprano por las tardes la temperatura sube a 26,7 grados centígrados sobre cero.
En Marte los vientos atmosféricos alcanzan velocidades de hasta 185 kilómetros por hora. Durante las tormentas globales de polvo, se piensa que los vientos llegan a una velocidad de 480 kilómetros por hora.
En cuanto a los controversiales “canales” de Marte, en 1895 un astrónomo sugirió que habían sido construidos por criaturas inteligentes para transportar el agua desde los casquetes de hielo polar de Marte hasta sus desiertos ecuatoriales. Por mucho tiempo los canales han sido un enigma. ¿Qué, pues, descubrió el Mariner 9? Después de más de 7.000 fotografías de televisión, los análisis no mostraron ningún canal. Los misteriosos “canales” fueron una ilusión óptica. The National Observer del 25 de noviembre de 1972, explicó: “Los violentos vientos marcianos soplan arena fina y polvo sobre el planeta, y, al hacerlo, destapan y vuelven a cubrir pedazos de material más oscuro. Eso es suficiente para que alguien que quiera encontrar canales los vea.” También parece que los cañones en Marte han contribuido a la idea de que había canales en el “planeta rojo.”
Pero, ¿qué hay acerca de las perspectivas de vida evolucionada en Marte? El Dr. Rudolph A. Hanel del Centro de Vuelo Espacial Goddard en Greenbelt, Maryland, uno de los científicos del proyecto del Mariner 9, dijo: “No hemos visto ninguna señal de vida en Marte.”
La Unión Soviética ha enviado por lo menos diez misiones a ese planeta envuelto en nubes que se llama Venus. Su misión Venera 8 les permitió aterrizar un paquete con instrumentos en la superficie del planeta, el cual transmitió señales por cincuenta minutos en julio de 1972. ¿Qué se descubrió?
La revista Time del 25 de septiembre de 1972 informó: “La más significante de las revelaciones del Venera es que la composición química de por lo menos parte de la superficie es similar a la de la Tierra. El espectrómetro de rayos gamma del Venera determinó que la zona del aterrizaje contenía potasio, uranio y torio radiactivos en aproximadamente la misma proporción en que aparecen en muchas rocas volcánicas en la Tierra. Esto, a su vez, indica que Venus, lo mismo que Marte y la Luna, está ‘diferenciado’; es decir, en un tiempo el planeta estuvo lo suficientemente caliente para que su material se ablandara y fluyera. Durante este período, los elementos más pesados se asentaron hacia el centro mientras que los más livianos, llevando consigo elementos radiactivos, subieron a la superficie para formar una corteza.”
Se halló que la atmósfera del planeta consiste principalmente de anhídrido carbónico. Su presión atmosférica es noventa veces o más superior a la de la Tierra.
Otro de los descubrimientos con respecto a Venus tiene que ver con las capas de nubes que rodean al planeta, nubes tan densas que los astrónomos nunca han visto su superficie con sus poderosos telescopios. ¿Pudiera parte de la luz solar penetrar la cubierta de nubes del planeta? Esto ha sido debatido por mucho tiempo. La misión soviética del Venera 8 llevaba un fotómetro que era sensible a amplias variaciones de luminosidad. La Scientific American de noviembre de 1972, dijo: “El fotómetro mostró que la luz solar es muy atenuada por la atmósfera, . . . y que parte de la luz sí se las arregla para penetrar hasta la superficie del lado diurno.” La revista Time dijo: “Los científicos soviéticos pudieron determinar que aproximadamente dos terceras partes de la radiación solar percuciente a Venus penetra la espesa capa de nubes y llega hasta la superficie.”
Se halló que los vientos en Venus eran de unos 175 kilómetros por hora a una altitud de 48 kilómetros. Esta es aproximadamente la misma velocidad de las corrientes aéreas en la Tierra. Cerca de la superficie la velocidad del viento solo fue de unos 6 kilómetros por hora.
Otro descubrimiento fue que el planeta no se enfría durante sus períodos nocturnos. La atmósfera del planeta crea lo que se llama un “efecto de invernadero” que impide que el calor se escape de noche. ¿Cuál es la temperatura de este calor, y, en vista de eso, podría existir vida en Venus?
Las señales de la astronave Venera 8 transmitieron señales que indicaron una temperatura superficial en Venus de 470 grados C. . . . ¡más de 120 grados centígrados sobre el punto de fusión del plomo! No es de sorprender que el tomo del Science Year para 1972 informara: “Las señales confirmaron indicaciones previas de que ninguna criatura humana podría sobrevivir en Venus debido a las elevadas temperaturas y a las aplastantes presiones atmosféricas.”
Actualmente hay una astronave con rumbo a Júpiter, el mayor de los nueve planetas en nuestro sistema solar. Es la astronave Pioneer 10, lanzada desde el Cabo Kennedy el 2 de marzo de 1972. Pioneer 10 no está programado para llegar a la vecindad de Júpiter sino hasta diciembre de 1973, puesto que es un viaje de 997 millones de kilómetros. Se planean más sondas a Júpiter. Dice un informe noticioso: “La Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio ha hecho planes para buscar vida en el planeta con una astronave programada para pasar por él en 1979.”
Lo que hasta ahora se ha aprendido de los planetas en las aventuras espaciales es, principalmente, que no son apropiados para ser habitados por humanos, ni se ha encontrado en ellos ninguna vida. Pero los evolucionistas continúan la búsqueda de vida en el espacio sideral.
¿Hay información autoritativa acerca de la vida en el espacio sideral? ¿Podemos saber con seguridad si hay vida más allá de la Tierra?
[Ilustración de la página 11]
Por mucho tiempo los hombres se preguntaron si parte de la luz solar podía penetrar las densas nubes de Venus. La sonda soviética Venera 8 aterrizó en Venus y reveló el secreto
[Ilustraciones de la página 10]
DERECHA: Una gran sima de unos 120 kilómetros de ancho y 480 kilómetros de largo, y cañones que se ramifican en Marte, basado en una foto tomada por el Mariner 9. ARRIBA: La versión de un artista de una sección angosta de uno de estos cañones en Marte de más de tres kilómetros de profundidad. Un informe dijo: “Marte es un cuerpo mucho más complicado de lo que habíamos pensado.”
-
-
¿Hay vida más allá de la Tierra?¡Despertad! 1973 | 22 de agosto
-
-
¿Hay vida más allá de la Tierra?
HASTA ahora las hazañas espaciales no han detectado ninguna señal de vida en ninguno de los planetas de nuestro sistema solar. Además, se ha hallado que no hay sistemas sustentadores de vida en el espacio sideral. Sin embargo los científicos evolucionistas creen que, en alguna parte, hay planetas rebosando con personas inteligentes. ¿Es ése un punto de vista razonable?
Entre los mismos evolucionistas, no todos creen que la vida humana haya podido evolucionar en otros planetas. Carl Sagan, astrónomo de la Universidad de Cornell, un vocero de los evolucionistas que buscan vida extraterrestre reconoce lo siguiente:
“Si volviéramos a comenzar la Tierra, aun con las mismas condiciones físicas, y simplemente dejáramos que los factores operaran al azar, nunca obtendríamos nada que ni remotamente se pareciera a seres humanos. Sencillamente hay demasiados accidentes en nuestro pasado evolucionario para que surjan
-