-
¿Qué ha logrado el hombre moderno?¡Despertad! 1973 | 22 de enero
-
-
venéreas. La vida de familia y la moralidad se están desmoronando. ¡Se calcula que en algunas escuelas la mitad de los estudiantes contraerán una enfermedad venérea!
Además, las ciudades están deteriorándose. De hecho, la delincuencia y la violencia en las calles hace peligroso para millones de personas hasta el ir a comprar pan a la tienda de la esquina. “El temor merodea por las calles. . . . La gente huye de las calles al oscurecer y, más y más hasta durante el día,” observó el senador de los Estados Unidos Mike Mansfield. Informó el Times de Nueva York: “En casi cada rincón de la Tierra se manifiesta un espíritu de desafuero interno.”
En una escala mayor, constantemente brotan en la Tierra guerras, revoluciones y rompimientos. Muchas personas temen, y con buena razón, la amenaza de una destrucción nuclear.
¿Indican estas condiciones que realmente no necesitamos a Dios? O ¿radica el problema en que el hombre ha tratado de resolver sus dificultades sin considerar los propósitos de Dios? ¿Y podría ser que una razón por la que Dios ha permitido estos problemas por un tiempo es para mostrar al hombre que sí necesita a Dios?
-
-
¿Tiene el hombre alguna necesidad de Dios?¡Despertad! 1973 | 22 de enero
-
-
¿Tiene el hombre alguna necesidad de Dios?
EL 20 de julio de 1969, mientras millones de personas los observaban por la televisión, dos hombres descendieron de su nave sideral a la superficie de la Luna. Fue la coronación de un logro tecnológico.
Ciertamente esta maravillosa hazaña de viajar unos 386.000 kilómetros por el espacio demostró la inteligencia y el ingenio del hombre. Y algunos quizás digan: ‘Fue efectuado sin necesidad de Dios.’
Pero, ¿lo fue en realidad? ¿Cómo llegó el hombre a la Luna?
Se necesitó el conocimiento de leyes
Se necesitaron años de preparación, sí, siglos. Dice la World Book Encyclopedia:
“A principios de los años 1600, Johannes Kepler, un científico alemán, desarrolló las leyes del movimiento planetario que describen las órbitas de los cuerpos en el espacio. Hoy día, estas leyes son usadas para determinar las órbitas de los satélites artificiales y para proyectar los vuelos de las naves siderales.
“En 1687, sir Isaac Newton publicó sus ‘Leyes del movimiento,’ en las que usó como base la obra de Kepler. Las leyes de Newton, y las de Kepler, son una piedra angular en la programación de los vuelos siderales.”
Kepler y Newton no hicieron las susodichas leyes. Ellos solamente las descubrieron, o proveyeron una explicación de su funcionamiento. ¿Por qué depende el vuelo sideral de estas leyes?
Es porque los cuerpos en el espacio se adhieren estrictamente a ellas. Por eso, al entender el hombre estas leyes, puede determinar por medio de cálculos matemáticos en qué lugar del espacio estará un cuerpo en particular a un tiempo dado. Tales cálculos son posibles gracias al movimiento ordenado y consistente de los cuerpos celestes.
Por ejemplo, la Luna viaja alrededor de la Tierra en una siempre predecible órbita a una velocidad promedio de 3.700 kilómetros por hora. Hace un viaje alrededor de la Tierra cada 29 días, 12 horas, 44 minutos y 2,8 segundos. Similarmente, la Tierra se mueve alrededor del Sol a unos 107.000 kilómetros por hora. Completa un viaje alrededor del Sol cada 365 días, 6 horas, 9 minutos y 9,54 segundos.
Así es que en los vuelos a la Luna, el hombre en la Tierra apunta su nave sideral a un punto en el espacio a 265.000 kilómetros de la Luna en su órbita. Por varios cálculos el hombre sabe que es seguro que la Luna estará en ese punto a la hora predeterminada. Y si a la nave sideral se le suministra apropiada dirección y energía también estará en ese punto, lo cual hará posible un alunizaje.
Origen de la ley y el orden
¿Qué es responsable por la precisión de los movimientos de los cuerpos celestes que hace posible los vuelos siderales? ¿Ha pensado usted alguna vez en esto? El primer astronauta norteamericano que circunvoló la Tierra, John Glenn, se sintió impulsado a exclamar:
“Es el orden de todo el universo que nos rodea . . . galaxias de millones de años-luz de lado a lado, todas viajando en órbitas prescritas interrelacionadas.
“¿Pudo esto simplemente haber sucedido por casualidad? ¿Fue un accidente el que un montón de objetos flotantes y basura de pronto comenzara a moverse en estas órbitas espontáneamente? No puedo creerlo. . . . Algún Poder puso todo esto en órbita y lo mantiene allí.”
El científico sideral Dr. Wernher Von Braun quedó impresionado por “la presencia de una racionalidad superior detrás de la existencia del universo.” Él explicó:
“Los vuelos espaciales tripulados son un logro asombroso. Pero hasta ahora esto nos ha abierto solo una pequeñísima puerta para ver los alcances imponentes del espacio. La vista que obtenemos a través de esta ranura de los vastos misterios del universo solo confirma nuestra creencia en su Creador.”
Sí, en el espacio se ha descubierto un extenso complejo de cuerpos celestes gobernados por una extraordinaria precisión matemática. Un profesor de matemáticas de la Universidad de Cambridge, P. Dirac escribió para la Scientific American: “Uno tal vez podría describir la situación diciendo que Dios es un matemático de un orden muy elevado, y que Él usó matemáticas muy avanzadas para construir el universo.”
¿No es obvio que las leyes responsables de tales movimientos ordenados de la Tierra, la Luna y las estrellas tuvieron que tener un Dador de leyes? ¡Sin la existencia de estas leyes, el viaje sideral sería una imposibilidad pues los cuerpos celeste estarían en caos! Por eso, ¿no es evidente que sin Dios, quien creó y sostiene estas leyes, los alunizajes del hombre también serían imposibles?
Pero, ¿depende el hombre de Dios solo al viajar por el espacio sideral?
Recientemente, radiantes informes han estado hablando de la llamada “revolución verde” que ha sido lograda por el hombre mediante el desarrollo de trigos “maravillosos” y variedades “milagrosas” de arroz. Por lo tanto, algunas autoridades dicen que por medio del ingenio del hombre, se proveerá suficiente alimento para la creciente población mundial.
Pero, ¿se le puede acreditar al hombre por la provisión de este alimento? De hecho, ¿depende su crecimiento de los esfuerzos y la tecnología del hombre?
En realidad los llamados granos “milagrosos” no fueron creados por el hombre.
-