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Haciendo la guerra correctaLa Atalaya 1956 | 1 de noviembre
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Haciendo la guerra correcta
“Porque las armas de nuestra guerra no son carnales, sino poderosas por parte de Dios para trastornar cosas fuertemente atrincheradas.”—2 Cor. 10:4, NM.
1, 2. ¿Cuáles son algunas de las causas de las guerras hoy en día?
EN LA Palabra de Jehová está escrito: “Para todo hay una sazón oportuna; y hay un tiempo determinado para todo asunto debajo del cielo . . . tiempo de guerra, y tiempo de paz.” Hace siglos que las naciones hacen guerra entre ellas mismas, así como Cristo predijo que habría guerras durante un período antes de que le sobrevenga el fin completo a este presente sistema de cosas. Ahora vivimos en el punto culminante de siglos de espera. Es un tiempo en que la paz ha sido quitada de la tierra.—Ecl. 3:1, 8.
2 ¿Se le ha enseñado a usted a creer que todas las angustias y congojas, crueldades y barbaries de las guerras han sido ocasionadas por Dios? ¿Es razonable pensar que un Dios de amor, sabiduría y misericordia daría origen al estrago y ruina, a la pérdida de vida preciada, que la guerra trae consigo? Seguramente que no. Más bien, Santiago 3:14-16; 4:1-4 muestra que la voracidad, conflictos, guerras y desórdenes son todos de origen demoníaco, de Satanás, “el dios de este mundo,” que está arruinando la tierra en su lujurioso deseo de poder como rebelde en contra de Jehová. El dominio que él tiene sobre las naciones se refleja claramente en la forma del pensar de ellas. “Porque desde el menor hasta el mayor de ellos, cada uno es dado a ganancias injustas; y desde el profeta hasta el sacerdote, cada uno practica el engaño.” Tan degenerados se han vuelto que vemos a los clérigos invocando la bendición de Dios sobre las guerras carnales de las naciones al poner ellos los intereses nacionales o religiosos por encima de la Palabra de Dios, gritando: “¡Paz! ¡paz! Cuando no hay paz.”—Jer. 6:13, 14.
3. ¿Por qué debemos ser guiados por las Escrituras?
3 ¿Cuál es la mejor manera de proceder que pueden seguir los hombres honrados en medio de esta confusión mundial? ¿Debemos dejarnos llevar por la muchedumbre, o hay un camino más seguro y mejor trazado para nosotros? Las Escrituras nos aseguran que así como los cielos son más altos que la tierra, así los caminos y los pensamientos de Jehová son mucho más altos que los nuestros. Hacemos bien en considerar el camino de Él, no rechazándolo a la ligera. Considere seriamente lo que la Biblia dice acerca de la guerra de la clase correcta y vea si no es mucho más práctica que el proceder de las naciones. El fin de los que proceden de su propia manera se nos describe bien. A pesar de sus crímenes en contra del género humano están tan encallecidos y se muestran tan desvergonzados que ni siquiera pueden ruborizarse; pero “caerán entre los que caen; al tiempo que yo los visite, serán derribados, dice Jehová.” ¿Por qué? Porque han quebrantado el pacto del arco iris, la ley de Jehová respecto a la santidad de la sangre vital, y han ocasionado Su ira e indignación en contra de las naciones y en contra de sus ejércitos. (Jer. 6:15; Isa. 34:1-4) Los resultados de todas las guerras hasta la fecha no han traído una seguridad de paz, sólo han traído un pretexto armado e intranquilo.
4. ¿Qué es guerra espiritual?
4 Las guerras de las naciones son contra sangre y carne. La orden de la Biblia para los cristianos es que hagan una guerra espiritual. “Las armas de nuestra guerra no son carnales, sino poderosas por parte de Dios” para el logro de su propósito. Con el fin de seguir tras esta guerra espiritual tenemos que saber por qué razón se libra la lucha y contra qué luchamos. Esto no es ningún combate cuerpo a cuerpo o una contienda por supremacía mediante métodos científicos superiores de causar destrucción. En el capítulo seis de Efesios Pablo nos dice que es una lucha “no contra sangre y carne, sino contra los gobiernos, contra las autoridades, contra los gobernantes mundiales de esta oscuridad, contra las inicuas fuerzas espirituales en los lugares celestiales.” En ningún sentido significa esto que hemos de pelear en contra u oponernos a los gobiernos humanos de nuestro día. En realidad, se nos dice que oremos por reyes y gobernantes para que podamos continuar llevando vidas pacíficas y tranquilas, efectuando el trabajo que Dios ha asignado. Jesús dijo a Pilato: “Si de este mundo fuera mi reino, entonces pelearían mis servidores.” (Juan 18:36) La ya mencionada lucha a la que el apóstol Pablo se refirió en su carta a los efesios es contra la organización espiritual de Satanás, que ha dominado y gobernado a la tierra por siglos.—2 Cor. 10:4; Efe. 6:12; 1 Tim. 2:1-3, NM.
5. ¿Cómo han sido muchos cegados a la verdad, y qué podemos hacer para ayudarlos?
5 El efecto de este poderoso dominio demoníaco sobre la gente ha sido el cegar la mente de los incrédulos a la luz de la verdad. Un velo ha sido arrojado sobre las buenas nuevas para que los que están pereciendo no puedan discernirlas o comprenderlas. Confusión y oscuridad concernientes a la voluntad de Dios han sido esparcidas por las inicuas fuerzas espirituales en lugares celestiales, las cuales son guardadas en densa oscuridad a causa de su rebelión. El éxito que han tenido se ve en la ignorancia esparcida que hay tocante a la Biblia, aun en la cristiandad. Los fieles asistentes a las iglesias muestran ignorancia profunda tocante a los propósitos de Dios, sólo sabiendo de memoria unos cuantos textos bíblicos fundamentales. Esto no sorprende, ya que muchos reciben órdenes de no leer publicaciones concernientes a la Biblia a menos que primero sean aprobadas por la iglesia. Olvidan la invitación que Dios mismo da: “Venid pues, y arguyamos juntos.” Como resultado ‘tinieblas cubren la tierra y densas tinieblas a la gente.’ (Isa. 1:18; 60:1-3, 19, 20) El combatir el efecto de esta apostasía espiritual es uno de los trabajos principales del cristiano. Así como los hombres de Gedeón rompieron los cántaros que sostenían para dejar brillar lúcidamente sus antorchas, resultando en la consternación del enemigo, así los siervos de Jehová en la tierra están dejando que la luz de la verdad se vea desde el rincón más oscuro de la cristiandad hasta el rincón más oscuro del paganismo.
6. Explique la guerra cristiana y sus beneficios.
6 Un rasgo de la guerra espiritual que produce el mayor gozo es el libertar a los presos, el proclamar libertad a los cautivos y el abrirles las prisiones a los que están encerrados. Esto se hace por medio de enseñar pacientemente la verdad a los hombres de buena voluntad, arrancando gradualmente el velo de superstición y oscuridad religiosa al que han estado acostumbrados desde la niñez. Cuando finalmente son librados por medio de un conocimiento de la verdad, su gozo es tan grande como el de un cautivo que es libertado o como un ciego a quien se le restaura la vista. Para lograr esto tenemos que hacer como Pablo dice: “Predica la palabra, hazlo urgentemente en tiempo favorable, en tiempo dificultoso, . . . mantén tu equilibrio en todas las cosas, sufre el mal, haz obra misionera, efectúa tu ministerio cabalmente.” El apóstol Pablo sigue diciendo: “He peleado la pelea correcta, he corrido la carrera hasta el fin, he observado la fe.” (2 Tim. 4:2-7, NM) Esta es la clase de guerra que ninguna nación terrestre tiene por qué temer, porque se hace a favor de los mejores intereses de la gente. Promueve un conocimiento de Dios y un amor a él y a nuestros semejantes. Esta lucha es constructiva; vigoriza a las personas de buena voluntad mental, moral y espiritualmente. Sus beneficios son de valor duradero y conducen a la vida, y tienen el favor de Dios. No hay ninguno de los efectos que suelen venir en pos de la guerra que fomentan enemistad y esclavitud enconadas mientras destruyen la faz de la tierra. En vez de eso, la piadosa guerra cristiana une a los hombres de toda clase y de todas las naciones con los vínculos de paz duradera y entendimiento mutuo por medio de la Palabra de Dios.
7. Dé ejemplos de la lucha que se libra para apoyar la adoración pura.
7 Por todas partes del mundo los testigos de Jehová están participando en esta lucha para promover el conocimiento bíblico. Han llevado la lucha contra la oscuridad hasta los hogares de la gente, así como Jesús y los discípulos lo hicieron antes de ellos. Pablo supo de experiencia directa qué lucha significaba el ministerio, ya que él nos relató la furia exasperada de la chusma religiosa en Éfeso, la cual por dos horas gritó: “¡Grande es Artemis de los efesios!” en un esfuerzo por intimidar a los primeros cristianos. (Hech. 19:28, NM) Él también habló de las conspiraciones en contra de él, de las encarcelaciones, palizas, peligros en el mar y en la tierra, penalidades y privaciones que aguantó en su lucha por esparcir el conocimiento de Cristo. (2 Cor. 11:23-27) La lucha no ha disminuído hasta este día; más bien los testigos de Jehová han continuado con su ministerio pacífico a pesar de chusmas, proscripciones y encarcelación. En Trinidad, por ejemplo, cuatro misioneros de la Watch Tówer recientemente fueron declarados “visitantes indeseables,” aunque no se dió ninguna razón para ello, cuando trajeron su buque hasta el puerto para reabastecerse de combustible y obtener provisiones con el fin de llevar a cabo su ministerio entre la gente esparcida en las islas del Caribe. En otros lugares los del pueblo de Jehová han sido atacados por chusmas, ridiculizados, deportados, separados de personas amadas, han sufrido encarcelación y hasta muerte, pero no obstante han permanecido fieles como combatientes verdaderos. Han traído su mensaje en paz, pero éste ha sido rechazado con violencia. Este no sólo es un tiempo de guerra entre las naciones, sino que también es tiempo de intensa guerra espiritual a favor de la proclamación de la verdad.
EQUIPO INVENCIBLE
8. ¿Por qué tenemos que ceñirnos con la verdad? ¿Cómo?
8 ¿Qué podemos hacer para participar en esta batalla a favor de Dios? Como sucede con cualquier soldado, para pelear tenemos que conocer bien el equipo que tenemos. Debemos entender por qué razones se lucha y estar convencidos de que son correctas. A causa de sus muchas experiencias y largos años de servicio misional, Pablo detalló las partes principales del equipo de batalla cristiano. Primero habló de tener “los lomos ceñidos con la verdad.” Esto indica que la verdad siempre tiene que estar cerca de nosotros; tenemos que estar ceñidos con ella como con un sostén esencial. Esta es una actitud muy diferente a la de algunos que descartan una consideración de las Escrituras, protestando descuidadamente: “Tengo mi iglesia.” Se ponen un manto de piedad una o dos veces a la semana pero lo desechan el tiempo restante. Personas de esta clase ni siquiera examinan la textura o calidad de lo que suponen sea la verdad, no estando bien versados en el credo de su fe, mucho menos enterados de la Palabra de Dios. Pero al cristiano le es esencial un conocimiento acertado de la verdad. Si no sabemos la diferencia entre la adoración verdadera y la falsa, no nos será posible participar en la lucha para desenmascarar el error. (Isa. 28:17, 18) Los cristianos verdaderos no están divididos. Saben que hay una sola fe verdadera como se registra en la Biblia. Creen en la declaración de Jesús: “Tu palabra es la verdad,” y obran en armonía con ella. Mediante este conocimiento pueden desechar los grillos del ceremonial y la tradición y poner su mente en unidad con Dios. “Para tal libertad Cristo nos libertó. Por lo tanto manténganse firmes, y no se dejen restringir otra vez en el yugo de esclavitud.”—Gál. 5:1; Efe. 6:14; Juan 17:17, NM.
9. ¿Qué protección brinda la coraza de justicia?
9 Luego tenemos que ponernos la coraza de la justicia. Si predicamos la verdad tenemos que vivir en armonía con ella en justicia; de otra manera somos hipócritas, no verdaderos siervos de Jehová. Nuestro servicio tiene que ser de toda el alma, jamás indiferente. A los que ceden a las inclinaciones de la carne por comportamiento inmoral se les advierte que jamás heredarán el reino de Dios, y aun un poco de corrupción rápidamente fermentará y echará a perder todas nuestras buenas obras a la vista de Dios. Tales deseos carnales guerrean contra los intereses de nuestra alma y tienen que ser desviados por medio de la coraza de la justicia.—Gál. 5:9, 13; 1 Ped. 2:11, NM.
10. ¿Qué buenas nuevas se nos manda diseminar?
10 “Manténganse firmes, por lo tanto, . . . con los pies calzados con el equipo de las buenas nuevas de la paz.” (Efe. 6:14, 15, NM) Este es el mensaje y consuelo que los testigos de Jehová traen a la gente. Es el mismo anuncio al que Jesús dió prominencia cuando declaró: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada . . . y entonces vendrá el fin consumado.” (Mat. 24:14, NM) Hoy los testigos de Jehová por todo el mundo le están diciendo a la gente las buenas nuevas de que Cristo ya está entronizado en el cielo y que estamos viviendo en un tiempo de cambio que traerá paz duradera a todos los hombres de fe por medio del reino de Dios. “¡Cuán hermosos sobre las montañas son los pies de aquel que trae buenas nuevas, del que publica la paz; que trae buenas nuevas de felicidad, que publica la salvación; que dice a Sión: ¡Tu Dios reina!” (Isa. 52:7) ¿Qué hay de malo en ese mensaje de paz y esperanza? Aun los pies de estos que llevan las buenas nuevas parecen hermosos a la vista de nuestro Dios. No obstante este mensaje de paz le es como una declaración abierta de guerra a la organización de Satanás.
11. (a) ¿Cómo es una protección la fe y cómo se consigue? (b) Dé ejemplos pasados de gran fe.
11 Por lo tanto se nos advierte: “Tomen el escudo grande de la fe, con el cual podrán apagar todos los dardos encendidos del inicuo.” Podemos esperar estar bajo ataque en esta guerra, y nos es preciso tener fe en Jehová para poder continuar. Mediante fe podemos vencer al mundo, salvando cualesquier obstáculos que nos estorben en nuestro servicio fiel. La fe fuerte impedirá que nos desanimemos, aunque nuestra predicación paciente no tenga el efecto inmediato que nos gustaría ver. Noé no se desanimó ni se rindió después de años de predicación. Él sabía que Dios es veraz. Isaías dice: “Jehová, ¿quién creyó nuestro informe? . . . Todo el día he extendido las manos hacia un pueblo que es desobediente y respondón.” Sin embargo no se rindió, y Pablo cita este ejemplo a los romanos porque él entendió que aunque muchos no creían, el trabajo de Dios estaba lográndose de todos modos. Pero no podemos tener fe sin un fundamento de conocimiento sobre el cual establecerla. Mientras más grande sea nuestro conocimiento acertado de Dios y mientras más lo usemos, más protector será nuestro escudo de la fe.—Efe. 6:16, 17; Rom. 10:16, 20, 21, NM; Isa. 53:1; 65:2.
12. ¿Cómo recibimos el yelmo de salvación?
12 Acepte también el “yelmo de salvación” como parte de su equipo, aconseja Pablo. Él bien sabía cómo Dios en su bondad inmerecida había llegado a ser el autor de salvación eterna para nosotros por medio de Cristo. Esta provisión es una dádiva y nos es preciso aceptarla si queremos recibir sus beneficios, ya que no se obliga a nadie a aceptarla. Pablo vió el cumplimiento de muchas profecías, por eso escribió: “Ahora la salvación está más cercana que cuando por primera vez creímos.” (Rom. 13:11) Esto es doblemente cierto para los cristianos hoy en día porque vivimos en la generación que verá la salvación de los hombres de fe. (Apo. 12:10) Es fácil identificar a los que están cumpliendo los requisitos para la salvación, no a causa de algún vestido peculiar, sino por su fe y obras. Dejan que su luz brille por medio de vivir y predicar como testigos cristianos de Jehová.
13. ¿Por qué nos da gusto alzar la espada del espíritu, y cómo se usa?
13 Una parte muy importante del equipo para la guerra espiritual es la “espada del espíritu, es decir, la palabra de Dios.” (Efe. 6:17, NM) Esta es esencial para acciones defensivas y ofensivas. (2 Cor. 6:2-10) ¿De qué sirve un soldado sin su arma? o ¿cuánto durará en la batalla si no sabe usarla? De igual manera, el que un ministro del evangelio tenga una Biblia sin poder usarla eficazmente y sin poder encontrar textos es hacerse impotente en la guerra espiritual. Sin embargo muchos clérigos se encuentran en esas circunstancias hoy día. Ya que han rechazado la Palabra de Jehová por medio de negar su autenticidad o inspiración, ¿qué sabiduría hay en ellos? Acepte la espada del espíritu, dice Pablo. Él elogió a los de Berea por su diligente consideración de las Escrituras y su aceptación de lo que se les probaba. Debemos proceder como ellos. Es por medio de esta Palabra que Dios revela su propósito y su voluntad para el género humano y sus requisitos para la vida. Con esta espada del espíritu estamos armados para el ataque y se nos hace poderosos mediante Dios para derribar cosas fuertemente atrincheradas.
14. ¿Qué oraciones oirá Dios?
14 Pablo continúa su consejo inspirado: “Mientras que con toda forma de oración y súplica hacen oración en toda ocasión en espíritu. Y con ese fin manténganse despiertos con toda constancia.” La oración suministra nuestro medio de acceso a Jehová y comunicación con él por medio de Cristo, nuestro Caudillo y Comandante en esta guerra espiritual. Tenemos que pedir a Dios su espíritu para que nos dé fuerza y guía en todo tiempo de necesidad. Podemos estar seguros de que él oirá nuestra oración si está de acuerdo con su voluntad; mientras que él rehusa escuchar las oraciones que a favor de intereses egoístas le ofrecen regularmente los combatientes empapados de sangre del sistema del viejo mundo. (Isa. 1:15; Efe. 6:18, NM) En cuanto a mantenerse “despiertos con toda constancia,” esto ciertamente le es necesario a un soldado, pero especialmente a los cristianos hoy en este tiempo de apremio. Como Cristo previó, el mundo en general no ha observado su llegada, aunque los testigos de Jehová la anuncian públicamente. La mayoría sigue durmiendo, sin que la despierte el regocijo a causa de la señal de su presencia.—Apo. 16:15, NM; Mat. 24:42-44.
15, 16. ¿Cómo participamos en la guerra espiritual? ¿Qué provisiones han sido hechas para nosotros?
15 Finalmente, todo combatiente a favor de Jehová tiene que tener la habilidad de dar a conocer la verdad a otros. Como Pablo dijo: “Que se me dé habilidad para hablar . . . con toda libertad de palabra para dar a conocer el secreto sagrado de las buenas nuevas, . . . para que hable en conexión con él con denuedo como debo hablar.” (Efe. 6:19, 20, NM) Aunque escribió como embajador en cadenas, Pablo lo hizo libremente y con denuedo, porque entendía plenamente el punto en disputa y la razón que había para la lucha. El soldado cristiano consigue este conocimiento por medio de la Palabra divina de verdad. De esta fuente él también saca el valor que es concomitante con la fe. Estando usted bien equipado de todas estas maneras con las armas de la luz o de la justicia, no retroceda tímidamente ahora. La noche está bien avanzada, el día se ha acercado, ¡y éste es el tiempo para acción!—Rom. 13:12.
16 “¡Bendito sea Jehová, mi roca, quien adiestra mis manos para la batalla, y mis dedos para la guerra!” (Sal. 144:1) Sí, el equipo para la batalla, un conocimiento del enemigo, la fuerza y valor para avanzar, todas estas cosas las provee sabiamente Jehová. Sin embargo, tenemos que hacer cuanto esté de nuestra parte. Así como el ejercicio y entrenamiento preceden a toda batalla humana, lo mismo sucede con la guerra espiritual. Jehová sabe lo que necesitamos y está consciente de nuestros requisitos, pero tenemos que usar sus provisiones. ¿Cuáles son? Estudio, asociación y servicio. Cada una de estas cosas desempeña una parte esencial en equiparnos y prepararnos. El estudio incluye tanto intenso como constante estudio personal y también el participar activamente en los estudios de congregación, todo lo cual es una parte del programa de entrenamiento para prepararnos para la refriega. De la asociación obtenemos estímulo y confianza y nos sentimos seguros del apoyo sincero de nuestros hermanos. No hay probabilidad de que uno gane en la lucha si está solo sin quien le apoye; por eso la asociación es vital. Luego en el servicio tenemos la oportunidad de probar nuestro equipo, de fortalecer nuestro conocimiento y de acostumbrarnos a usar la espada del espíritu. Use estas provisiones de Jehová al grado cabal y, después de que haya hecho usted todo lo que su poder le permita, Dios suministrará lo que se necesita para la victoria. Porque “tenemos este tesoro en vasijas de barro, para que el poder que es más allá de lo normal sea de Dios y no el que procede de nosotros mismos.”—2 Cor. 4:7-11, NM.
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Combatientes por la verdadLa Atalaya 1956 | 1 de noviembre
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Combatientes por la verdad
“Que sigas haciendo la guerra correcta, reteniendo la fe y una buena conciencia, la cual algunos han echado a un lado, y han experimentado naufragio respecto a su fe.”—1 Tim. 1:18, 19, NM.
1. ¿Quién está capacitado para el ministerio?
¿Está usted capacitado para estar hoy entre las filas de los que combaten por la verdad de parte de Jehová? Todo el que se dedica al servicio de Jehová estará capacitado, sea hombre o mujer, joven o anciano, si cumple los requisitos. Pablo habló acerca de ser un “soldado de Cristo Jesús de la clase correcta”; porque así como tenemos que librar la guerra correcta, asimismo tenemos que ser soldados de la clase correcta para recibir la aprobación de Dios. Tenemos que estar dedicados al ministerio y compartir de buena gana las dificultades y persecuciones que lo acompañan junto con muchos gozos y bendiciones. “Como un soldado de Cristo Jesús de la clase correcta toma tu parte en el sufrimiento del mal.” (2 Tim. 2:3, NM) La clase de soldado que una persona verdaderamente es se deja ver en la lucha. ¿Puede confiarse en él para cualquier asignación, o falta a las reuniones y sale con irregularidad al servicio? ¿Es confiable y constante, o se parece más a un mercenario instable que da la primera atención a sus propios intereses? No es al hombre a quien servimos, sino a Dios. No se nos manda comparecer ante un tribunal humano si descuidamos nuestros deberes; es Jehová quien nos examina.—1 Cor. 4:1-4.
2. ¿Cómo manifestamos un espíritu de amor hacia nuestros hermanos?
2 Muchas veces no sólo tenemos que llevar nuestra propia carga de servicio, sino que también tenemos que prestar ayuda a otros que la necesitan. Es bien sabido que las más elevadas bajas del combate ocurren cuando los soldados pelean sus primeras batallas y antes de hacerse experimentados en el combate. Tal como un padre cuida a sus hijos esmeradamente, así los veteranos maduros de la guerra espiritual tienen que ayudar a los nuevos a través de sus primeras escaramuzas para que continúen andando de una manera digna de Dios. (1 Tes. 2:11, 12) Además, un regimiento bien entrenado se enorgullece de sus logros; y aunque un cristiano no se hincha de orgullo personal, debe tener un buen espíritu y deleitarse al trabajar con sus hermanos. “Porque Dios no nos dió un espíritu de cobardía, sino de poder y de amor y de mente sana. Por esto no te avergüences del testimonio acerca de nuestro Señor.”—2 Tim. 1:7, 8, NM.
3, 4. ¿Cuáles son algunos de los requisitos del ministerio?
3 Además de aconsejarnos que nos mostremos dignos de estar en las filas de los combatientes cristianos por llenar esos requisitos, Pablo recalca otra cosa necesaria: Vivir de acuerdo con nuestra fe. Él escribió a Timoteo (1 Tim. 1:18-20, NM): “Este mandato te encomiendo, . . . que por éstas sigas haciendo la guerra correcta, reteniendo la fe y una buena conciencia, la cual algunos han echado a un lado, y han experimentado naufragio respecto a su fe.” Pablo tuvo buena razón para mencionar esto, porque algunos en su tiempo habían tratado de subvertir la fe, resistiendo la verdad a un grado inmoderado; y él advirtió que tales ideas serían tan mortíferas como gangrena si se permitía que se apoderaran de uno. Así como un soldado que es vacilante o indeciso bien pudiera pagar con la vida, lo mismo nos puede pasar a nosotros si no tenemos nuestra fe firmemente asida. Tenemos que dejar que Dios quede probado veraz por medio de fe y confianza en su Palabra. Préndase de ella como si fuera la vida misma. Los que tratan de destruir la fe de otros serán disciplinados por la organización de Jehová y quitados de las filas. Pablo dijo a los corintios: “Nos estamos manteniendo listos para descargar castigo por toda desobediencia.” En los primeros días de la organización cristiana tal acción disciplinaria fué necesaria, así como lo es en ocasiones hoy en día. Un caso antiguo se menciona: “Himeneo y Alejandro pertenecen a éstos, y los he entregado a Satanás para que sean enseñados mediante la disciplina a no blasfemar.”—2 Cor. 10:6; 1 Tim. 1:20, NM.
4 Así como los soldados de Israel tenían que mantenerse limpios mediante la santificación para sus guerras bajo la dirección de Dios, hoy tenemos que retener “una buena conciencia” por medio de vivir de acuerdo con sus requisitos. “Pórtense de una manera digna de las buenas nuevas acerca del Cristo, a fin de que, ya sea que venga y los vea o esté ausente, oiga . . . que ustedes se mantienen firmes en un mismo espíritu.” (Fili. 1:27, NM) Algunas de las maneras de andar dignamente se describen como estar “con completa humildad de mente y apacibilidad, con gran paciencia, soportándose los unos a los otros en amor, esforzándose sinceramente por observar la unidad del espíritu en el vínculo unidor de la paz.”—Efe. 4:1-3, NM.
5, 6. ¿Cómo puede ser que algunos sean descalificados de las filas de los combatientes de Jehová?
5 Aún más precisamente, Gálatas 5:19-21 describe las obras de la carne, incluyendo tales cosas como fornicación, idolatría, espiritismo, celos, ira y embriaguez, y declara que los que practican tales cosas jamás heredarán el reino de Dios. Por eso, con el fin de llenar los requisitos a la vista de Dios para participar en la guerra espiritual bajo la dirección de Cristo, el cristiano tiene que evitar tales cosas y tiene que demostrar en cambio el fruto del espíritu de Dios. No puede ser un testigo sólo de nombre, sino que tiene que adherirse a la fe y a una buena conciencia, que significa una conciencia entrenada en armonía con la Palabra de Dios. Aunque nuestro comportamiento puede parecer apropiado a la vista de nuestros amigos, tenemos que recordar que Dios discierne las intenciones secretas del corazón. Al tiempo de nuestra dedicación a Jehová no sólo hacemos promesa solemne de rechazar la inmundicia de la carne sino que también pedimos a Dios una buena conciencia para con Dios. (1 Ped. 3:16, 17, 21, NM) De modo que guerreamos contra las inclinaciones de la carne, y por el espíritu de Dios nos fortalecemos en la lucha.—1 Cor. 10:13; Rom. 7:23.
6 Pablo sabía que el sólo estar asociado con el pueblo de Dios no le aseguraría a uno la vida, ni el participar en el servicio, a menos que viva y sirva como es propio de los guerreros cristianos. Él no quería estar entre los que corren la carrera de la fe y participan en predicar a otros sólo para ser descalificados y no recibir el premio de la vida. (1 Cor. 9:24-27) El que cualquiera en el servicio de Jehová siga un proceder rebelde, obstinado, no sólo le acarreará castigo a él, sino que muy probablemente le ocasionará oprobio a la causa que sirve y hará que se debilite la fe de otros. Una ilustración poderosa de esto se vió en el caso de Acán, cuando como soldado de Israel violó los mandatos de Jehová. Como resultado de su transgresión treinta y seis de sus compañeros murieron porque la bendición de Jehová les fué quitada. A causa de este acto infiel de desobediencia voluntariosa Acán y toda su familia y posesiones fueron destruídos.—Josué, capítulo 7.
ACCIÓN DE COMBATE ORGANIZADA
7. ¿Qué efecto tiene la unidad cristiana en el enemigo?
7 En el ejército un soldado no puede obrar por sí mismo. Necesita la ayuda de otros para tener víveres y apoyo en el combate. Él acude a sus oficiales para recibir órdenes y dirección. De manera semejante hoy día los cristianos trabajan juntos de manera organizada, aceptando la dirección que Dios suministra por medio de su organización visible y por medio de los siervos nombrados, “con una misma alma luchando lado a lado por la fe de las buenas nuevas, y en nada amedrentados por sus opositores. Esta misma cosa es prueba de destrucción para ellos, pero de salvación para ustedes; y esta indicación procede de Dios, porque a ustedes se les dió el privilegio a favor de Cristo, no sólo de poner su fe en él, sino también de sufrir a favor de él.” (Fili. 1:27-29, NM) Dependemos de Dios más que de cualquier individuo. “Porque no el que se recomienda a sí mismo es aprobado, sino el hombre a quien Jehová recomienda.” Todos nuestros esfuerzos son inútiles sin su apoyo. Por eso Pablo dijo: “Mas el que se jacta, jáctese en Jehová.”—2 Cor. 10:18, 17, NM; Jer. 1:19; Sal. 35:1-10.
8, 9. Describa la organización demoníaca.
8 Entendiendo a mayor grado ahora los detalles concernientes a nuestro equipo y los requisitos que tenemos que llenar para participar en la lucha, ¿qué problemas podemos esperar arrostrar? Ningún ejército entra en la batalla sin primero sondear al enemigo para determinar sus debilidades. El estar prevenido es estar armado de antemano. Por lo tanto hacemos bien en examinar la estructura y los métodos de operación de la organización de Satanás. “¿Organización?” Sí. Jehová Dios consiguió un triunfo sobre ella por medio de la fidelidad de Cristo hasta la muerte en el madero de tormento; como está escrito: “Él lo ha quitado del camino clavándolo [la ley que condena a los cristianos] al madero de tormento. Desnudando a los gobiernos y a las autoridades [de la organización de Satanás], los exhibió a la vista pública como vencidos, conduciéndolos en una procesión triunfal por medio de ello.” (Col. 2:14, 15, NM)a Jesús, cuando estuvo sobre la tierra como hombre, tuvo que guerrear contra esos gobiernos y autoridades demoníacos, resistiendo las tentaciones que le presentó Satanás el jefe de ellos y echando fuera a más de una legión de demonios de personas desafortunadas obsesionadas por estas inicuas fuerzas espirituales. Después del nacimiento del reino de Dios en el cielo en 1914 d. de J.C. el Rey de Jehová, Jesucristo, y sus ángeles hicieron una guerra contra Satanás y sus demonios y arrojaron a estos ángeles inicuos fuera del cielo a la proximidad de nuestra tierra. Por lo tanto se nos advierte que estemos en guardia especial contra estos demonios ahora reunidos en masa aquí.—Apo. 12:1-12.
9 En su carta a los efesios el apóstol Pablo de nuevo hace referencia a la organización invisible de poderes demoníacos de Satanás el Diablo, nombrando las varias partes de esta organización invisible que está puesta en orden de batalla contra nosotros. Nos dice cómo mantenernos “firmes contra las maquinaciones del Diablo,” que no es de sangre y carne. “Porque tenemos un pleito, no contra sangre y carne, sino contra los gobiernos, contra las autoridades, contra los gobernantes mundiales [cosmócratas] de esta oscuridad, contra las inicuas fuerzas espirituales en los lugares celestiales.” (Efe. 6:11, 12, NM) Son estas inicuas fuerzas espirituales restringidas ahora a la tierra las que inspiran las expresiones engañadoras que salen de la boca del dragón y de la bestia salvaje y del falso profeta, para hacer marchar a los reyes de la tierra a la batalla del Armagedón.—Apo. 16:13-16, NM.
10. ¿Cómo es que Jehová protege de la aniquilación a su pueblo?
10 El capítulo 38 de Ezequiel habla del cerco que se pone a los del pueblo de Dios por vivir éstos en aparente desamparo por toda la tierra en “aldeas . . . sin muros,” mientras las hordas de Satanás vienen contra ellos como una tormenta con oscuridad y destrucción amenazadora. Pero ¿está el pueblo de Jehová imposibilitado e indefenso? No mientras tenga puesto el equipo de combate que Jehová ha provisto. Está dentro de Su cuidado protector, tan seguramente como el profeta Eliseo lo estuvo cuando un destacamento del rey de Siria lo rodeó en Dotán. En esa ocasión las huestes angelicales de Jehová protegieron y guardaron a Eliseo, pero cegaron a los sirios enemigos. (2 Rey. 6:14-19) Jehová todavía protege y cuida a sus siervos para que Satanás no los arrolle. Protegidos de esta manera, podemos mirar hacia adelante intrépidamente a la lucha definitiva que pronto vendrá en el Armagedón, cuando Jehová luche contra Satanás, el Gog del día presente, y sus hordas demoníacas.—Sal. 34:7.
11, 12. ¿Cuál es la causa de la controversia, y cómo respondemos?
11 Estos son los días de verdadero combate para los siervos de Jehová, ya que Satanás trae ayes como un diluvio sobre la gente de la tierra y guerrea contra los que “observan los mandamientos de Dios y tienen la obra de dar el testimonio de Jesús.” (Apo. 12:17, NM) Las Escrituras indican que él tendrá tanto éxito en su plan de cegar la mente de la gente a la verdad que “viene la hora cuando todo aquel que los mate [a los discípulos de Jesús] se imaginará que ha rendido un servicio sagrado a Dios.” (Juan 16:2, NM) Esta es una lucha de la verdad contra el error, de Jehová contra Satanás, y podemos estar orgullosos de tener el privilegio de servir en la proclamación de la verdad.
12 Pablo nos dice: “Pónganse la armadura completa que proviene de Dios para que puedan mantenerse firmes contra las maquinaciones del Diablo.” Esto indica que él tiene un plan de ataque para quebrantar nuestra fe e integridad. ¿Cuáles son algunos de estos dardos encendidos contra los que tenemos que guardarnos?—Efe. 6:11, NM.
13. ¿Cómo podemos demostrar afecto a Cristo?
13 Un cristiano puede hallarse bajo constante ataque en su propia casa. Concerniente a esto Jesús dijo: “¿Se imaginan ustedes que vine a dar paz sobre la tierra? No, les digo en verdad, sino más bien división. Porque de ahora en adelante habrá cinco en una casa divididos, tres contra dos y dos contra tres. Estarán divididos, padre contra hijo e hijo contra padre, madre contra hija e hija contra su madre, suegra contra su nuera y nuera contra su suegra.” “En verdad, los enemigos del hombre serán personas de su propia casa. El que le tiene mayor cariño a padre o madre que a mí no es digno de mí; y el que le tiene mayor cariño a hijo o hija que a mí no es digno de mí.” (Luc. 12:51-53; Mat. 10:36, 37, NM) Es muy difícil aguantar la prueba de la constante oposición y ridículo de la familia contra la verdad. Para vencer dicha oposición necesitamos el escudo grande de la fe, que es fortalecida por la verdad, y también hacer oración en toda ocasión en espíritu. Tenemos que continuar buscando los intereses del Reino primero. Si cedemos ante la opresión de la familia y abandonamos nuestra adoración de Jehová, perderemos la batalla y seremos aislados de la asociación vital con los hermanos.
14. ¿Por qué exhortó Pablo en contra del mercantilismo?
14 Otra trampa siempre lista para hacernos caer es el dejarnos enredar en los intereses comerciales a causa del amor a lo que brinda el presente sistema. Demas, compañero de Pablo en el ministerio, fué uno que se apartó de esta manera. Como Pablo lo expresó: “Demas me ha abandonado porque amó el presente sistema de cosas.” (2 Tim. 4:10, NM) No podemos servir a dos amos aceptablemente, ni puede un soldado servir dos causas al mismo tiempo. “Ningún hombre que sirve como soldado se envuelve en los negocios comerciales de la vida, a fin de que pueda alcanzar la aprobación de aquel que lo alistó como soldado.” (2 Tim. 2:4, NM) Pablo tuvo que trabajar para sostenerse, pero nunca dejó que eso suspendiera su ministerio, y nosotros debemos ver el asunto desde el mismo punto de vista. No hay necesidad de que almacenemos para el futuro. Todo lo que necesitamos, como es el caso con cualquier soldado, es provisiones para el día, y con alimento y ropa debemos estar contentos.
15. ¿De qué manera podemos resistir a Satanás?
15 Sin embargo, la maniobra más próspera de Satanás para desviar a la gente es usar propaganda contraria a la Palabra de Dios. Desde el tiempo del Edén cuando él engañó a Eva prometiéndole un conocimiento del bien y del mal él ha estado tergiversando sutilmente la verdad y fomentando el engaño religioso. A través de los siglos ha desarrollado doctrinas e ideologías falsas hasta que el mundo ahora está dividido, con el hombre contra su hermano en todo rasgo de la vida, incluyendo la adoración. Ahora es el tiempo para andar otra vez en los antiguos caminos de la verdad, derribando la fortaleza del error y desarrollando conocimiento de Dios. Al hacerlo así podremos resistir a Satanás y participar en librar a los que él ha mantenido en esclavitud mental. “Porque las armas de nuestra guerra no son carnales, sino poderosas por parte de Dios para trastornar cosas fuertemente atrincheradas. Porque estamos trastornando razonamientos y toda cosa encumbrada que se ha levantado contra el conocimiento de Dios, y estamos trayendo todo pensamiento en cautiverio para hacerlo obediente al Cristo.”—2 Cor. 10:4, 5, NM.
16. (a) ¿Cómo puede uno determinar cuál es la verdad? (b) ¿Cómo puede ser presentada de la mejor manera a otros?
16 “¿Qué cosa es la verdad?” preguntó Pilato. Casi todas las personas creen crédulamente que la fe de sus padres es la verdadera. Pero si sólo tomamos en cuenta las más de 260 denominaciones llamadas cristianas, habría alrededor de una posibilidad en 260 de que se nos hubiese criado en la “una fe,” en la una esperanza de la Biblia. De modo que nos es preciso hacer una indagación inteligente con el fin de determinar la verdad concerniente a los propósitos de Dios; sencillamente no podemos ser adormecidos en un falso sentido de seguridad y dejarnos llevar como por una corriente por una herencia religiosa de origen posiblemente demoníaco. Al hacer tal indagación podemos agradecer a Jehová que, cual padre amoroso, haya hecho provisión para nuestra instrucción y guía revelándonos su voluntad en las páginas inspiradas de la Biblia. Una vez que llegamos a un entendimiento claro de las Escrituras, no debemos estar a la defensiva respecto a nuestra fe, sino a la ofensiva, librando la guerra espiritual para compartir nuestro conocimiento con otros. En vez de hacer un ataque directo contra la adoración falsa Pablo aconseja que usemos estrategia con el fin de ganar el mayor número de personas. “Así que a los judíos me hice como judío, para poder ganar a los judíos; a los que estaban bajo ley me hice como bajo ley, aunque yo mismo no estoy bajo ley, . . . Me he hecho toda cosa a gente de toda clase, para poder de todos modos salvar a algunos. Pero hago toda cosa por causa de las buenas nuevas, para hacerme un partícipe de ellas con otros.” Pablo no comprometió la verdad mediante su predicación, sino que usó tacto y discernimiento en su presentación. Él consideró cómo podría atacar y derribar la barrera mental del error más eficazmente, librando así a sus oyentes para gozosa aceptación de la verdad.—1 Cor. 9:20-23, NM.
EVITANDO SER UNA BAJA EN LA BATALLA
17. ¿Cómo demostramos amor a Dios y al prójimo?
17 Hemos sido grandemente privilegiados con haber sido asignados para participar en este ministerio, y queremos atesorar esa oportunidad y usarla como se debe. Si decimos que tenemos amor a Dios, entonces tenemos que mostrarlo sobresaliendo en el ministerio. Esto significa estudiar concienzudamente para conseguir conocimiento acertado y discernimiento pleno, asegurándonos de las cosas importantes, para que no hagamos tropezar a nadie, y teniendo un celo verdadero para el servicio. (Fili. 1:9-11) El tener este conocimiento correcto y el usarlo como se debe significa la diferencia entre la vida y la muerte en esta lucha. (Ecl. 7:12) Sirve para guiar a los hombres de las divisiones y desuniones de este mundo a una unidad de mente y acción que sólo es posible en el servicio de Jehová. A medida que la grande muchedumbre de personas de todas las naciones responde a la invitación de reunirse dentro de la familia de la fe, se enteran del camino de Jehová y andan en su senda. Ya no levantan la espada uno contra el otro en enemistad nacionalista, porque ahora su lucha es la buena contienda de la fe. Por esto la guerra espiritual promueve paz duradera basada en la verdad y unida con amor a Dios y al prójimo—algo que el combate carnal nunca ha logrado.—Ecl. 9:18.
18, 19. ¿A qué peligros nos enfrentamos? ¿Cómo los vencemos?
18 ¿Hay bajas en esta guerra espiritual? Sí, aun con todo el equipo que se nos da para nuestra protección algunos no podrán menos que caer al borde del camino si se hacen indiferentes. Sin embargo, no tenemos causa para temer si mantenemos la actitud mental correcta. En ningún respecto debemos amedrentarnos por nuestros oponentes ni ceder al temor de los hombres. (Isa. 41:11, 12) Sabemos que mientras Satanás continúe sus actividades estamos metidos en una lucha, pero no queremos perder las oportunidades que están delante de nosotros: “Porque una puerta grande que conduce a la actividad se . . . ha abierto, pero hay muchos opositores.” (1 Cor. 16:9, NM) ¿Ha entrado usted osadamente por esa puerta al servicio activo?
19 Aunque muchos ridiculizan la verdad, no hay razón para que nosotros caigamos presa de su forma de pensar negativa o dejemos que se nos haga adoptar una actitud apática. Noé tuvo todo el mundo de su tiempo reunido en masa en contra de su forma de pensar del Nuevo Mundo, pero él no se rindió en la lucha. La indiferencia es un tipo de enfermedad espiritual—una parte de la guerra microbiana de Satanás. Si usted tuviera una enfermedad que pudiese ser fatal, usted trataría de recuperarse de ella tan rápidamente como fuera posible. Podemos hacer lo mismo con la enfermedad espiritual con la ayuda de nuestros hermanos y el tratamiento provisto por Jehová. Ahora no es el tiempo de seguir nuestras propias ideas, cada uno haciendo lo que a él le parezca mejor. Sería imposible ganar una batalla combatiendo de tal manera desorganizada. En cambio nos es preciso tener una misma mente sobre las cosas, la mente del Señor, luchando hombro a hombro en el servicio y apoyando las reuniones, reteniendo la fe y una buena conciencia.
20, 21. ¿Qué estímulo bíblico tenemos para continuar en la guerra correcta?
20 La cosa asombrosa es que después de toda la lucha para apoyar la verdad y vivir de acuerdo con ella, rechazando los ataques de Satanás, no nos debilitamos ni nos agotamos. No mostramos finalmente señales de fatiga o postración nerviosa en el combate. Todas estas pruebas resultan en nuestro bien para fortalecernos espiritualmente, porque la guerra espiritual es fortificante. “Regocijémonos mientras estemos en tribulaciones, dado que sabemos que la tribulación produce aguante; el aguante, a su vez, una condición aprobada; la condición aprobada, a su vez, esperanza, y la esperanza no conduce a la desilusión; porque el amor de Dios ha sido derramado dentro de nuestro corazón por medio del espíritu santo que nos fué dado.” (Rom. 5:3-5, NM)Sin embargo, nadie recibirá las recompensas de su lucha a menos que continúe fiel hasta el fin, librando la lucha correcta y sirviendo la fe. La recompensa final que esperamos es la vida misma, y nada puede compararse a ella, ya que es la recompensa más grande de todas. Aunque perdamos la vida ahora como testigos fieles, todavía tenemos la perspectiva de vida en el nuevo mundo por medio de la resurrección. Por eso contienda por la victoria en la correcta contienda de la fe.—Apo. 2:10; 1 Tim. 6:12, NM.
21 Además de la promesa de la vida, hay muchas otras recompensas de día en día que nos sustentan en nuestra esperanza. Estas no vienen de saqueo o botín, sino que son concesiones espirituales de gran valor. Estas recompensas están ligadas con los dos grandes mandamientos de amar a Dios con todo nuestro corazón, mente, alma y fuerza y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Mientras más cerca estamos de estos requisitos rectos, mayores son nuestras bendiciones. Tenemos que dar a Dios el primer lugar en nuestra vida y servirle con toda nuestra fuerza. Cuando un soldado es llamado a las armas él se desprende de todo para responder a la llamada; igual sucede con la guerra cristiana. Ni siquiera los vínculos de familia tienen prioridad sobre el grito de alistamiento: “Se mi seguidor,” porque Jesús dijo: “Deja que los muertos entierren a sus muertos, pero tú ve y declara por todas partes el reino de Dios.”—Luc. 9:59, 60, NM.
22. Contraste los combatientes del viejo mundo con los del nuevo mundo.
22 Una vez que haya empezado en el servicio de Dios, no se vuelva atrás como se volvieron muchos de los guerreros que estaban bajo el mando del juez Gedeón, perdiendo la oportunidad de participar en la victoria final. Recuerde, “Ningún hombre que ha puesto la mano en el arado y mira a las cosas atrás, es muy apto para el reino de Dios.” (Luc. 9:62, NM) Las bendiciones más grandes vienen con el servicio abundante. Por lo tanto los que se hallan en posición de participar en el ministerio de tiempo cabal, tal como el servicio de precursor, tienen una maravillosa oportunidad de disfrutar de las ricas bendiciones que Jehová derrama con abundancia sobre los que sinceramente le sirven. Estos trabajadores de tiempo cabal verdaderamente están en la vanguardia de los combatientes en esta guerra espiritual, a menudo llevando la plena furia del ataque a medida que promueven la lucha en nuevos territorios. Sin embargo, a pesar de todas las pruebas y dificultades pueden tener confianza en Jehová, aun perfecta paz de ánimo. ¡Qué diferente de la ansiedad y perspectiva angustiada del soldado en un campo de batalla rasgado por la guerra mientras espera la señal para atacar! (Isa. 26:3, 4, margen; Rom. 8:6) Su mente no está pensando en el mandamiento de amar a su prójimo, sino enteramente lo contrario. Pero es por medio de guardar este mandamiento que la guerra espiritual llega a ser plenamente remuneradora. Quizás tome meses y hasta años de instrucción y cuidado pacientes, pero hay pocos gozos que puedan compararse con el deleite de ayudar a una persona a crecer y llegar a ser madura en conocimiento de la verdad. Usted puede enseñar a tales personas a reflejar la luz de la verdad a los que todavía están en oscuridad. Condúzcalas a combate activo con la espada del espíritu, manteniendo en alto la antorcha de la verdad y la luz como soldados del Gedeón Mayor, Cristo Jesús. (Jueces 7; Dan. 12:3) ¿Ha tenido usted personalmente el privilegio de ayudar a libertar a algunos de las muchedumbres de personas mantenidas en oscuridad por las inicuas fuerzas espirituales bajo Satanás? Esta es la meta para cada combatiente del nuevo mundo, y las recompensas de compartir esta perspectiva de vida con otros que aman la justicia y la paz verdaderamente son preciosas.
23. ¿Cómo es un trabajo edificador y cultivador la guerra espiritual?
23 La guerra espiritual no deja huella de matanza sobre la faz de una tierra chamuscada en que hay niños hinchados a causa de inanición y sus padres están lisiados o muertos y sus hogares destruídos. Para los que causan tal devastación Jehová ha declarado que traerá a ruina a los que están arruinando la tierra, con Satanás como principal entre ellos. En vez de ser frutos malos, los frutos del espíritu y de la guerra espiritual son buenos. Es un trabajo de plantar, cultivar y vigorizar en un sentido espiritual. A hombres y mujeres de todas las naciones se les está reuniendo en entendimiento, amor y confianza. Una sociedad del Nuevo Mundo está siendo formada; no una sociedad secreta, sino una sociedad que habla abiertamente y se compone de verdaderos cristianos bíblicos. Están construyendo una carretera, quitando las piedras de tropiezo, y dirigiendo a la gente a lo largo de ella para la vida en el nuevo mundo. Esta es la guerra de la clase correcta que ahora está siendo ordenada por Jehová y dirigida por Cristo Jesús.
24. ¿Cómo y cuándo pondrá fin Jehová a la gran controversia?
24 ¿Cuánto tiempo continuará esta controversia? Por nuestra parte continuaremos con la ofensiva de predicar la verdad mientras Jehová lo permita; o, como Isaías lo expresó, ‘hasta que las ciudades sean arruinadas y queden desoladas.’ No hay licencia para nosotros; pero ¿quién quiere una licencia cuando tiene el grandioso privilegio de hacer esta obra preparatoria sobre la tierra como una introducción para el gran clímax de los asuntos mundiales en el Armagedón? (Isa. 6:11; Ecl. 8:8) En ese tiempo Jehová por medio de su Mariscal de Campo, Cristo Jesús, se moverá con venganza para aplastar a la organización mundial de Satanás, tanto visible como invisible, pulverizando la parte terrestre visible y arrojando a la parte demoníaca invisible al abismo de inactividad semejante a la muerte por los mil años del reinado de Cristo. En esta “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” los siervos de Jehová sobre la tierra no participarán con armas carnales. Nuestro trabajo ahora lo hacemos como soldados de Cristo de la clase correcta. La parte que corresponde a Dios él la hará en el Armagedón. (Sal. 46:9; Rom. 12:17-21; Apo. 19:11-16, 19) Hasta ese tiempo tenemos que continuar librando la guerra de la clase correcta, no los conflictos de la parte visible de la organización de Satanás, sino la guerra de la verdad en contra del error, de la religión correcta en contra de la religión falsa, nunca aflojando en celo o en fe, ‘olvidando las cosas que están atrás y esforzándonos hacia adelante a las cosas que están más allá,’ como lo hizo Pablo. (Fili. 3:13, NM) Por proceder así Jehová nos dará la victoria y seremos recompensados con paz y vida en su nuevo mundo de justicia. (2 Ped. 3:13) Ahora es el tiempo para la guerra; después del Armagedón es el tiempo para la paz.
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Es sólo un negocioLa Atalaya 1956 | 1 de noviembre
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Es sólo un negocio
● Bajo el encabezamiento “Sacerdotes demandan salarios de gremio” el periódico Journal de Ithaca, Nueva York, del 19 de enero, publicó un despacho de la Prensa Asociada el cual decía que en Ahmedabad alrededor de cien sacerdotes “han formado un gremio para luchar por salarios más altos y mejoras en las condiciones del trabajo. Sosteniendo que son empleados de una industria, los sacerdotes han pedido al gobierno estatal de Bombay que los incorpore bajo la ley de salarios mínimos y que les permita presentar su causa ante un tribunal industrial del estado.” ¡Qué desemejante a la verdadera religión, la cual es un servicio a Dios, no a uno mismo, y en la cual ministros maduros siguen el consejo: “Pastoreen la grey de Dios . . . , no por fuerza, sino voluntariamente, tampoco por amor de ganancia deshonrosa, sino con anhelo”!—1 Ped. 5:2, NM.
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