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¿Qué es cristianismo aplicado?La Atalaya 1955 | 15 de julio
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de ventas que está fracasando se convierta en una “bola de fuego.” La fe puede sanar toda clase de enfermedades, aun los tumores malignos, porque “hay un mensaje sano de salud en el cristianismo,” se le asegura al lector. La religión mejorará su apariencia, porque “Dios maneja un salón de belleza.” El “cristianismo aplicado” le ayudará a vivir más tiempo.
Es indiscutible el “poder del pensamiento positivo.” El que adoptemos la actitud de derrotista, nos preocupemos, tengamos sentimientos de inferioridad, nos encolericemos e irritemos, estemos tensos y abriguemos rencores de seguro que desjarretará nuestros esfuerzos. La buena psicología aconseja en contra de todo esto y puede hallarse en los dichos de Lao-tseu, de filósofos y psicólogos tanto antiguos como modernos y de otros sabios del mundo, a todos los cuales se cita libremente. Y dado que el Creador entiende perfectamente al hombre es de esperarse que de Su Palabra emane una comprensión extraordinaria acerca de lo que psicosomáticamente es mejor para el hombre. Al aprovecharse de la popularidad y sabiduría de la Biblia, el Dr. Peale ha producido uno de los libros que más se venden. Pero su filosofía no es verdadero cristianismo.
Por ejemplo: Muchas de las leyes de Moisés producían buenos efectos físicos; un día de descanso entre cada siete es bueno para el hombre y para la bestia; el prohibir el casamiento entre parientes cercanos es buena eugenesia; el prohibir que se coman ciertas carnes, buena dietética, etc., pero el meramente seguir estas reglas debido a los beneficios físicos que de ellos resultaran no hubiese hecho de ninguna nación el pueblo escogido de Dios ni le hubiera asegurado la protección de Dios delante de sus enemigos. Tales beneficios físicos sólo eran incidentales. Igualmente hoy en día, el que se sigan ciertos principios bíblicos por razones psicológicas no es cristianismo y no le asegurará a uno la salvación, la vida eterna a manos de Dios.
El apóstol Pablo habló de unos “hombres corrompidos de mente y despojados de la verdad, que piensan que la devoción piadosa es un medio de ganancia.” Esto describe exactamente la filosofía de The Power of Positive Thinking, porque en este libro se cita con aprobación esto: “Es importante mantener una vida espiritual sana para poder gozar de energía y fuerza de personalidad.” Todo razonamiento de esta índole es egoísta hasta la médula y es el mismísimo antónimo del verdadero cristianismo, el cual es la esencia del altruísmo. En vez de hacer que Dios sea socio nuestro y que él trabaje para nosotros, como sugiere el libro repetidamente, Su Palabra nos dice que somos esclavos de Él y que “somos los colaboradores de Dios.”—1 Tim. 6:5; 1 Cor. 3:9, NM.
El propósito del cristianismo no es el gozar de energía y fuerza de personalidad. La adoración pura de Dios como Cristo la enseñó no coloca el énfasis sobre lo que se puede sacar de ella sino sobre la vindicación del nombre de Jehová, sobre el hacer lo que es correcto y mostrarle amor al prójimo. Es como Jesús mismo dijo: “Hay más felicidad en dar que la que hay en recibir.”—Hech. 20:35, NM.
Toda la religión, filosofía y psicología mundanas se interesan principalmente en el presente inmediato, en lo que parece ser deseable para la carne: salud, prosperidad, el éxito, la popularidad, etc. Pero el verdadero cristianismo tiene su mente fija en cosas más altas. Se interesa principalmente en la aprobación de Dios y por eso busca su reino y su justicia, seguro de que todas las otras cosas necesarias serán añadidas. Jesús no señaló al ilustre joven rico como símbolo del éxito, sino dijo: “¡Qué cosa tan difícil será para los que tienen dinero abrirse paso para entrar al reino de Dios!” Y en vez de mostrarnos cómo hacernos ricos en cuanto a los bienes de este mundo Jesús nos mostró cómo llegar a ser ricos para con Dios.—Luc. 18:24; 12:21, NM.
Más bien que juntar caudales sobre la tierra los cristianos que han de almacenar tesoros en el cielo. Dijo Jesús a sus discípulos: “Si alguien quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo y levante su madero de tormento y me siga continuamente. Porque cualquiera que desee salvar su alma la perderá; pero cualquiera que pierda su alma por mi causa la hallará. Porque ¿de qué beneficio le será a un hombre si adquiere todo el mundo pero pierde su alma?”—Mat. 16:24-26, NM.
Esas palabras de Jesús deben sonar raras a muchos de los que profesan ser cristianos, ya que sus líderes religiosos les enseñan todo lo contrario, a saber, que por medio de aplicar los principios del cristianismo a los problemas personales de uno se puede esperar realizar las buenas cosas materiales de esta vida.
Y finalmente, ya que la gran profecía de Jesús, registrada en el capítulo 24 de Mateo, muestra que estamos viviendo en los últimos días, los cuales pueden compararse con los días de Noé, el cristianismo aplicado requiere que prestemos atención a las instrucciones de él de que huyamos a toda prisa desde este viejo sistema de cosas hasta las montañas, la “tierra” recién nacida de Dios; que nos refugiemos en el “arca” moderna, el nuevo sistema de cosas, y nos asociemos con sus ocupantes, la sociedad del Nuevo Mundo. ¡Qué necedad, entonces, el que se preocupe el cristiano por ser popular y tener éxito en un mundo destinado por Dios a la destrucción!
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“Teniendo una forma de devoción piadosa”La Atalaya 1955 | 15 de julio
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“Teniendo una forma de devoción piadosa”
¿QUÉ motivo impulsa a nuestra religión, nuestra forma de adoración? ¿Será el amor a Dios, por lo que él es y lo que él ha hecho para nosotros? ¿Se hace porque queremos alabarlo y honrarlo? ¿O se basa en lo que nosotros esperamos recibir de ella, como el que otros piensen bien de nosotros? ¿Estamos adorando a Dios con espíritu y verdad, o estamos practicando solamente “una forma de devoción piadosa pero [mostrándonos] falsos a su poder”?—2 Tim. 3:5, NM.
Es muy fácil que nos engañemos en este asunto porque, como lo expresó el profeta Jeremías: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas y es desesperadamente
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