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¿Qué efecto tiene en los niños la televisión?¡Despertad! 1978 | 22 de octubre
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han lesionado al saltar de lugares elevados, imitando a personajes de la TV de los tipos de “superhombre” o “batman.” Niños que montan bicicletas han sufrido numerosas lesiones al tratar de imitar a los motociclistas acrobáticos de la TV.
Así, son cada vez más los estudios de los efectos de corto plazo y largo plazo que señalan a la conclusión que la revista Parade hizo notar: “La violencia de la TV . . . perjudica a los niños de tres maneras: Aprenden y recuerdan —y muchos de ellos copian— el comportamiento agresivo; se les hace más fácil ser violentos, y les preocupa menos; intensifica su agresividad, más bien que ‘disiparla.’”
Por supuesto, es cierto que la agresión y la violencia han ocurrido entre los jóvenes desde hace siglos. Pero el hecho es que, prescindiendo de lo mala que haya estado la situación anteriormente, un régimen constante de programas inadecuados de TV está empeorando la situación.
¿Qué, pues, pueden hacer los padres para contrarrestar estas tendencias? ¿Qué deben hacer los adultos para evitar ellos mismos los malos efectos de los programas deficientes de la TV?
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¡Controle su televisor!¡Despertad! 1978 | 22 de octubre
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¡Controle su televisor!
DEBIDAMENTE controlada, la televisión puede informar, educar y entretener. Puede contribuir a nuestro disfrute de la vida. Sin control apropiado, puede ser destructiva. Así es que aprenda a controlarla antes de que lo controle a usted... y a sus hijos.
Escribiendo para el Daily News de Nueva York, el Dr. Saul Kapel declaró: “El tiempo de dudar la investigación ha pasado hace mucho. Es hora de que los padres obren en armonía con ella . . . y presten más atención a la cantidad de TV y a los programas que ven los niños.” Se puede decir lo mismo en cuanto a los hábitos de los televidentes adultos.
¿Está usted enviciado con la TV?
Sería bueno echar una ojeada honrada a cuánto tiempo usted y su familia pasan viendo TV. Usted pudiera colocar una hoja de papel y un lápiz cerca de su televisor, y para una semana normal escribir, cada día, la cantidad de televisión que se ve y quién la ve. Entonces súmelo. Los resultados pudieran sorprenderle.
Además, para ayudar a determinar si usted se está enviciando con la TV, hágase preguntas como las siguientes:
1. ¿Espera usted con anhelo el fin del día para poder ver sus programas favoritos de TV?
2. ¿Deja usted encendida la TV después que sus programas favoritos han terminado, y sigue viendo otros?
3. ¿Hace usted lo de arriba (1 y 2) noche tras noche?
4. ¿Prefiere usted ver TV a estar con amigos o hacer cosas con la familia?
5. ¿Enciende usted la TV por la mañana si tiene la oportunidad?
6. ¿Mantiene usted el televisor encendido aun cuando en realidad no lo está viendo?
7. ¿Se siente usted irritado durante la noche si no puede ver la TV?
8. ¿Se pone usted a la defensiva si se le acusa de ver demasiada TV?
9. ¿Presenta usted excusas por ver demasiada TV?
10. ¿Pasa usted más horas viendo TV que en todas las otras actividades de su tiempo libre?
Si usted ha respondido “Sí” a varias de estas preguntas, entonces esto sugiere que hasta cierto grado ya se ha enviciado con la TV.
Cómo controlarla
¿Cómo puede uno controlarse para no ver en exceso la televisión? Primero, es preciso reconocer que casi todo lo que se hace en exceso puede ser dañino a los seres humanos.
El comer buen alimento es provechoso, pero, ¿lo es la glotonería? El beber bebidas alcohólicas puede ser agradable, pero, ¿lo es el alcoholismo? El dormir es vital para la buena salud, pero el hacerlo en demasía puede perjudicar el cuerpo y la mente.
Sin embargo, reconocer que algo es potencialmente dañino pudiera ser más fácil que dar pasos para controlarlo. Y esto es lo que les sucede a muchos televidentes.
Lo que el buen control exige es disciplina. Y eso requiere el motivo correcto.
Pudiera ser útil abordar el problema de la manera en que usted lo haría si su médico le dijera que evitara una práctica que fuera dañina para su salud. El ver demasiada TV es una práctica que puede ser dañina a la salud mental y física. El saber esto puede motivar a algunos a desarrollar la disciplina que se necesita para tener moderación.
Para ayudar a controlar la TV, algunos han puesto su televisor en un lugar donde es inconveniente pasar largas horas frente a él. Esto pudiera ser en una habitación que todos los miembros de la familia usan más extensamente. Algunos lo han puesto en un gabinete o en un armario, lo cual precisa esfuerzo para prepararse para usarlo. Además, puesto que el dormitorio es demasiado propicio para recostarse y observar por largos períodos, muchos rehúsan poner su televisor allí.
Algunas familias tienen un horario, y solo ven ciertos programas en la TV, y el televisor se mantiene apagado por el resto del tiempo. El recurrir a otras actividades también es útil, tal como apartar ciertas noches para las consideraciones familiares, lectura, u otros tipos de recreación que envuelvan a toda la familia.
Por supuesto, hasta la moderación puede ser improductiva si los programas que uno ve recalcan las ideas incorrectas. Así es que es preciso dar atención al contenido del programa.
Control de lo que ven los niños
Los padres tienen la seria responsabilidad de dirigir los hábitos televisuales de sus pequeñuelos. Algunos padres le dicen un firme “No” al niño que desea jugar en una calle muy transitada, puesto que hay peligro envuelto. Pero el mismo padre deja que el hijo tenga acceso a la TV sin controlarlo. De modo que es preciso aprender a hacer que su “No” signifique precisamente eso. Y la mayoría de los niños cesan de importunar a sus padres acerca de la TV cuando se dan cuenta de que sus padres no cederán.
Por supuesto, nadie puede establecer reglas en cuanto a lo que los padres deben hacer en este asunto. Pero es interesante ver lo que otros han hecho con buen éxito. Por ejemplo, algunos les limitan a sus hijos el número de horas que les permiten ver televisión durante los días de escuela a solamente una hora al día, o media hora al día, y una hora o dos durante los fines de semana. Otros padres han eliminado totalmente la TV para sus hijos durante los días escolares, y solo les permiten una cantidad limitada de tiempo durante los fines de semana y las vacaciones.
Muchos padres no permiten que se vea la TV durante las comidas, o cuando es hora de estudiar o hacer quehaceres o a la
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