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  • ¿Es la felicidad verdadera un sueño irrealizable?
    ¡Despertad! 1977 | 8 de diciembre
    • su vida. Cuando se le preguntó qué le proporcionaba la mayor felicidad, en vista de su tremenda riqueza, pensó un rato y contestó: “Un paseo a lo largo de una playa buena, y luego meterme en el agua.” ¡Eso es algo que la persona más pobre a menudo puede hacer de balde!

      Hizo eco a esto el suicidio de un cómico de televisión que, a la edad de solo veintidós años, tenía tanto fama como fortuna. El productor de su programa televisado declaró que el actor joven había “invertido todo en busca de la felicidad.” Pero no la halló. En lugar de hallarla se había entristecido cada vez más. Su tristeza giraba alrededor de la pregunta que hacía: “¿Cuál es mi lugar en la vida? ¿Dónde está mi felicidad?” Cuando el productor le dijo al actor: “Tu felicidad está aquí mismo; eres una estrella,” el actor respondió: “No, eso ya no representa felicidad para mí.” Más tarde, se suicidó.

      Los problemas asociados con la acumulación de las riquezas demuestran la veracidad de la declaración bíblica: “Los que están determinados a ser ricos caen en tentación y en un lazo y en muchos deseos insensatos y dañinos, que precipitan a los hombres en destrucción y ruina. Porque el amor al dinero es raíz de toda suerte de cosas perjudiciales.” La Palabra de Dios dice que como resultado de esa búsqueda de las riquezas el individuo a menudo queda “acribillado con muchos dolores.”—1 Tim. 6:9, 10.

      Riquezas no son la solución

      Hubo tiempo en que se pensaba que si se elevaba la norma de vida en un país, la gente se sentiría mucho más feliz. Sin embargo, es en los países más ricos que actualmente se halla la mayor cantidad de personas con problemas mentales.

      Por ejemplo, un encabezamiento del U.S. News & World Report declaró: “Búsqueda de la felicidad... meta fugaz en los ricos Estados Unidos.” El artículo que lo acompañaba decía, en parte: “En una época en que aumentan las riquezas y el tiempo libre, los estadounidenses hallan que la felicidad es más fugaz que nunca. . . . para muchos estadounidenses, el mejor de los tiempos empieza a parecérseles como el peor de los tiempos.”

      Se calcula que en los Estados Unidos diez millones de personas necesitan tratamiento para la depresión mental. Y la cantidad de niños que reciben tratamiento siquiátrico ha experimentado un aumento aterrador en años recientes.

      Se ve, pues, que la busca frenética de “felicidad” por medio de riquezas materiales y fama, o por medio de excesos en recreo, bebidas alcohólicas, drogas o prácticas inmorales, no ha producido felicidad, sino cada vez más infelicidad.

      Hasta muchas de las invenciones de este siglo, que en un tiempo fueron extensamente aclamadas, han llegado a ser la causa de infelicidad para muchos. Por ejemplo, los automóviles han producido, hasta cierto grado, gozo, pero también han dado por resultado tremendas congestiones de tráfico, frustración y contaminación. Además, en todas partes del mundo los automóviles matan a decenas de miles de personas cada año y lesionan a otros millones, lo cual causa tristeza incalculable.

      Y la televisión, que pudiera haber servido de una vía importante para instruir e iluminar, no ha resultado ser edificante. ¡Una encuesta reciente indicó que en el hogar estadounidense de término medio se mira la televisión por seis horas y dieciocho minutos cada día! La encuesta reveló que gran parte de ese tiempo se pasa mirando programas llenos de odio, brutalidad, violencia e inmoralidad.

      Hoy se preocupan por el mal efecto que todo eso puede tener en la mente, especialmente en el caso de los jóvenes. En una universidad de Washington, un sicólogo de niños calcula que para el tiempo que el niño estadounidense de término medio complete su instrucción en la escuela secundaria habrá visto 18.000 asesinatos en la televisión. Ciertamente eso no ayuda a edificar un espíritu de felicidad en la mente de los jóvenes.

      Bueno, pues, ¿puede esperarse que haya felicidad verdadera en un mundo donde en cada generación se le da muerte a millones de personas en guerras, asesinatos y accidentes, donde el crimen aumenta vertiginosamente, donde los odios raciales y nacionales persisten y donde la enfermedad, vejez y muerte les sobrevienen a todos? ¿Es práctico considerar la felicidad como una posibilidad realizable ahora, o lo será algún día en el futuro?

      Por más extraño que parezca en el mundo actual tan lleno de dificultades, la respuesta a estas preguntas es: Sí. La felicidad genuina es posible aun ahora hasta cierto punto, y la felicidad total puede ser una realidad en el futuro. Pero ¿cómo? ¿Dónde? ¿Bajo qué condiciones?

  • ¿Cómo puede uno hallar la felicidad genuina?
    ¡Despertad! 1977 | 8 de diciembre
    • ¿Cómo puede uno hallar la felicidad genuina?

      ¿CUÁLES SON LOS FACTORES PRINCIPALES PARA LOGRAR LA FELICIDAD AHORA?

      SE PUEDE hallar felicidad genuina hasta cierto grado ahora, y el que se pueda hallar felicidad mucho mayor en el futuro cercano es cosa segura.

      Esta no es una creencia inspirada por el deseo. Se basa en lo que realmente es el caso hoy día en la vida de muchos centenares de miles de personas por todo el mundo, y en lo que el futuro definitivamente encierra para la humanidad.

      ¿Cuáles son los factores principales para lograr la felicidad ahora? Las respuestas pueden variar muchísimo, pues depende de quién es el que comenta. Por ejemplo, algunos creen que no hay mal, y por eso se imaginan que pueden hallar gozo en casi todo. Pero eso es engañarse a sí mismo, puesto que hay muchas cosas en este mundo que son muy malas.

      Algunos van al otro extremo. Tienen dificultad en hallar algo bueno en cosa alguna o en persona alguna; por lo tanto no hay causa para felicidad. Tienen un punto de vista muy parecido al del poeta griego Sófocles de la antigüedad, quien dijo: “No considere feliz a ningún hombre que no esté muerto.”

      Pero estos puntos de vista son extremos. En algún punto entre los dos hay un modo equilibrado de ver lo que lleva a la felicidad. Y, por lo general, la mayoría de las autoridades convienen en cuanto a varios factores básicos que son muy necesarios.

      Sin embargo, al mismo tiempo, ¡casi todos estos observadores pasan por alto el factor más importante para lograr la felicidad! Y cuando se pasa por alto este factor, entonces con el tiempo las otras partes empiezan a fracasar.

      Primero, notemos algunos de los factores elementales que pueden contribuir a una vida más feliz aun ahora en este mundo angustiado. Entonces identifiquemos el factor más importante, y observemos la relación entre éste y la felicidad mucho mayor del futuro.

      Apreciando lo que tenemos

      Ciertamente, en nuestra vida cotidiana tenemos que enfrentarnos a mucho que es malo. Pero, por otra parte, hay cosas por las cuales podemos estar agradecidos, cosas que pueden aportarnos alguna felicidad si solo nos damos tiempo para reflexionar sobre ellas.

      Un modo sencillo que nos puede ayudar a apreciar a mayor grado el hecho de que podemos disfrutar de la felicidad hasta cierto punto ahora es considerar

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