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  • Edificando sobre un fundamento correcto con materiales incombustibles
    La Atalaya 1967 | 1 de mayo
    • la obra de fundamento de la congregación, porque, en Revelación 21:9-14, la congregación bajo Cristo es asemejada a una ciudad, la Nueva Jerusalén, y se dice que los fundamentos de esta ciudad celestial simbólica son los apóstoles, “los doce apóstoles del Cordero.” (1 Cor. 1:1, 2) Fue muy adecuado que Pablo siempre tratara de participar en el trabajo básico del programa de edificación cristiana. Se esforzó especialmente por efectuar servicio de precursor en territorio nuevo, no trabajado. Por eso pudo decir:

      18. Tocante a su territorio de trabajar con las buenas nuevas, ¿qué escribió Pablo a los romanos?

      18 “No me atreveré a decir una sola cosa si no es de aquellas cosas que Cristo obró por medio de mí para que las naciones sean obedientes, por mi palabra y hecho, con el poder de señales y portentos, con el poder de espíritu santo; de modo que desde Jerusalén y en un circuito hasta Ilírico [parte de lo que hoy en día es Yugoslavia] he predicado cabalmente las buenas nuevas acerca del Cristo. De este modo, en realidad, hice mi meta el no declarar las buenas nuevas donde Cristo ya había sido nombrado, para no estar edificando sobre fundamento ajeno; mas, así como está escrito: ‘Aquellos a quienes no se les ha hecho anuncio acerca de él verán, y los que no han oído entenderán.’ Por esto también se me impidió muchas veces llegar a ustedes [romanos]. Mas ahora que ya no tengo territorio sin tocar en estas regiones, y habiendo tenido por algunos años el anhelo de llegar a ustedes cuando viaje con rumbo a España, espero, sobre todo, cuando esté en camino a ese lugar, poder verlos y ser acompañado parte del camino por ustedes después que primero me haya satisfecho hasta cierto grado con su compañía.”—Rom. 15:18-24.

      19. En su aprecio de la parte vital de un edificio, ¿cómo mostró Pablo que tenía el espíritu de Dios y de Cristo?

      19 Así Pablo tuvo, no solo el trabajo duro, sino también el placer de iniciar las cosas y luego verlas crecer. Sabía que un edificador podía iniciar las cosas en una dirección incorrecta, o sobre una base incorrecta. Apreció muchísimo la importancia de un fundamento correcto y bueno de las cosas. En este sentido tuvo el espíritu de Dios y de Cristo. Dios, el gran Edificador de todas las cosas, dio énfasis a la importancia de un fundamento cuando le dijo al Job temeroso de Dios: “¿Dónde te hallabas tú cuando yo fundé la tierra? Infórmame, si de veras conoces el entendimiento. ¿Quién fijó sus medidas, si acaso lo sabes, o quién extendió sobre ella el cordel de medir? ¿En qué han sido hundidos sus pedestales con encajaduras, o quién colocó su piedra angular?” (Job 38:4-6) Jesucristo ilustró la importancia de un fundamento firme cuando dijo: “Es semejante a un hombre que edificó una casa, el cual cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la masa de roca. Por consiguiente, cuando sobrevino una inundación, el río rompió contra aquella casa, mas no tuvo la fuerza para sacudirla, porque estaba bien edificada.”—Luc. 6:47, 48.

      EL FUNDAMENTO

      20. (a) Para ser colaborador de Dios, ¿las especificaciones de quién tiene uno que considerar? (b) ¿Por qué no podría un colaborador de Dios poner un fundamento que no fuera el que Pablo puso?

      20 Una persona no podría ser colaboradora de Dios y al mismo tiempo hacer caso omiso de las especificaciones de Dios, quien es el Principal Edificador y a quien habrá de pertenecer el edificio. Tocante a la base sobre la que descansa el edificio, Dios solo aprueba un fundamento para él. El apóstol Pablo sabía cuál era ese fundamento. Cuando fundó la congregación corintia, éste fue el fundamento que puso a fin de trabajar en armonía con Dios y tener la aprobación de Dios sobre su trabajo. Todo otro colaborador de Dios tenía que reconocer ese fundamento que Pablo había puesto y luego edificar sobre él en vez de tratar de poner algún otro fundamento y transferir la superestructura a aquel otro fundamento. Es por eso que Pablo advirtió: “Nadie puede poner ningún otro fundamento que el que está puesto, que es Jesucristo.” (1 Cor. 3:11) Esta era la masa de roca a la que se refirió el Señor Jesús cuando le dijo al apóstol Pedro: “Sobre esta masa de roca edificaré mi congregación, y las puertas del Hades no la subyugarán.”—Mat. 16:18.

      21. En cuanto al bautismo en agua, ¿cómo puso Pablo a Jesucristo como el fundamento?

      21 El precursor Pablo dijo tocante a la congregación corintia: “Puse un fundamento.” (1 Cor. 3:10) Ahora bien, ¿de qué manera puso Pablo a Jesucristo como el fundamento? Bueno, cuando Pablo vino por primera vez a predicar en Corinto, no predicó a Simón Pedro o Cefas, ni al elocuente Apolos, ni aun a él mismo; tampoco bautizó a nadie allí en su propio nombre. En un desafío podía decirles: “Que nadie diga que ustedes fueron bautizados en mi nombre.” (1 Cor. 1:15) Poco después de haber salido de Corinto, se informó que Pablo estuvo en Éfeso y allí bautizó en el nombre de Jesús. (Hech. 19:1-7) De modo que él bautizó en Corinto en el mismo nombre.

      22, 23. (a) Cuando trabajó con los judíos en Corinto, ¿cómo puso Pablo a Jesucristo como el fundamento? (b) Debido a ser el Fundamento, ¿qué fue hecho ser Jesucristo por Dios en cuanto a sus discípulos?

      22 El apóstol Pablo puso a Jesucristo como un fundamento porque enseñó que Jesucristo es la base para nuestra salvación del pecado y de la muerte. El registro de la obra de precursor de Pablo en Corinto dice claramente: “Todos los sábados pronunciaba un discurso en la sinagoga y persuadía a judíos y a griegos. Cuando, pues, Silas y también Timoteo bajaron de Macedonia, Pablo empezó a estar intensamente ocupado con la palabra, dando testimonio a los judíos para probar que Jesús es el Cristo.” (Hech. 18:1-5) Aun en ese país de filosofía griega pagana Pablo no trató de mezclar a Jesucristo con los paganos intelectuales o con la filosofía mundana, sino que predicó a Jesucristo fijado en un madero de tormento como sacrificio humano a Dios. Pablo dice:

      23 “No me despachó Cristo para ir bautizando, sino para ir declarando las buenas nuevas, no con sabiduría de palabra, para que no se haga inútil el madero de tormento del Cristo. Porque tanto los judíos piden señales como los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo fijado en el madero, para los judíos causa de tropiezo mas para las naciones [no judías] necedad; no obstante, para los que son los llamados, tanto judíos como griegos, Cristo el poder de Dios y la sabiduría de Dios. Porque una cosa necia de Dios es más sabia que los hombres, y una cosa débil de Dios es más fuerte que los hombres. Mas a él se debe el que ustedes estén en unión con Cristo Jesús, que ha venido a ser para nosotros sabiduría procedente de Dios, también justicia y santificación y liberación por rescate; para que sea así como está escrito: ‘El que se jacta, jáctese en Jehová.’”—1 Cor. 1:17, 22-25, 30, 31; Jer. 9:24.

      24. Cuando entró en la fortaleza de filosofía pagana que era Corinto, ¿a quiénes persistió en predicar Pablo, y por qué?

      24 Cuando Pablo vino a Corinto a predicar las buenas nuevas, no fue intimidado por la sabiduría mundana de los griegos paganos. No trató de desplegar gran intelectualidad de manera mundana a fin de competir con la filosofía griega y mostrar que era más inteligente que los filósofos paganos y así ganar seguidores. No trató de regalar los oídos de los hombres que buscaban sabiduría mundana, teorías y filosofías humanas. Llegó allí para poner a Jesucristo como fundamento para una congregación cristiana. “Y así es que,” dice él, en 1 Corintios 2:1-5, “yo, cuando fui a ustedes, hermanos, no fui con extravagancia de habla o de sabiduría al declararles el secreto sagrado de Dios. Porque decidí no saber cosa alguna entre ustedes salvo a Jesucristo, y a él fijado en el madero. Y fui a ustedes en debilidad y en temor y con mucho temblor; y mi habla y lo que prediqué no fueron con palabras persuasivas de sabiduría, sino con una demostración de espíritu y poder, para que la fe de ustedes no estuviese en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.”

      25. En una situación como la de Pablo en Corinto, ¿cómo puede sentirse un cristiano precursor, pero que puede hacer?

      25 Así Como el apóstol Pablo, hoy un cristiano precursor quizás tiemble y se sienta bastante débil al entrar en una fortaleza de sabiduría filosófica mundana. No obstante, puede hacer una demostración del espíritu y poder de Dios y establecer la fe de otros en Dios.

      26. (a) ¿Cómo estimuló el Señor a Pablo en Corinto, y por eso qué hizo? (b) ¿Por qué estaba todavía en pie la congregación de Corinto años después de eso?

      26 Con razón se necesitó que el Señor animara a Pablo en Corinto, así como leemos: “De noche el Señor dijo a Pablo mediante una visión: ‘No temas, sino sigue hablando y no calles, porque yo estoy contigo y nadie te asaltará para hacerte daño; porque tengo mucho pueblo en esta ciudad.’ De modo que se quedó establecido allí un año y seis meses, enseñando entre ellos la palabra de Dios.” (Hech. 18:9-11) La Palabra de Dios no fue derrotada por la filosofía pagana mundana. La congregación que Pablo fundó en Corinto todavía estaba allí y estaba floreciendo años después cuando Pablo escribió su primera y segunda cartas a los cristianos corintios. Había sido fundada sobre un fundamento correcto. Pudo permanecer firme.

  • La necesidad de materiales incombustibles
    La Atalaya 1967 | 1 de mayo
    • La necesidad de materiales incombustibles

      1. ¿Cuándo se fundó la congregación cristiana, y sobre qué fundamento, y cómo mostró ese hecho el discurso clave de Pedro?

      EL ÚNICO fundamento que se permite para el “edificio de Dios” es su Hijo Jesucristo. La verdadera congregación cristiana, no la cristiandad, se fundó sobre ese fundamento hace diecinueve siglos, en el día del Pentecostés, 6 de Siván, del año 33 E.C. en Jerusalén. Sirviendo como ‘colaborador de Dios,’ el apóstol Pedro valerosamente anunció el fundamento de Dios para el edificio de Dios y concluyó su discurso clave a los judíos reunidos allí, diciendo: “Por lo tanto sepa con certeza toda la casa de Israel que Dios lo hizo Señor y también Cristo, a este Jesús a quien ustedes fijaron en un madero.”

      2. ¿A qué fundamento señaló el consejo de Pedro a los judíos que les remordía la conciencia, y qué posición ocupan los miembros del edificio de Dios en esta era espacial?

      2 Entonces, cuando los judíos que les remordía la conciencia le preguntaron qué deberían hacer según la provisión de Dios, Pedro todavía se adhirió al único fundamento de Dios aconsejándoles: “Arrepiéntanse, y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados y recibirán el don gratuito del espíritu santo.” (Hech. 2:11-38) Ese fundamento puesto allí ha resistido las tempestades enfurecidas de los siglos. Hoy en día, en esta era materialista, modernista, adoradora de la ciencia, nuclear, espacial, los miembros del edificio de Dios subsisten inmovibles sobre ese mismo fundamento imperecedero.

      3, 4. (a) ¿Qué sacrificio tenemos que aceptar como la base de nuestra salvación, y por qué? (b) Al edificar, ¿basta con edificar en él solo como el sacrificio de rescate, y qué muestra el discurso de Pedro en el Pentecostés?

      3 El edificar sobre Jesucristo como el Fundamento significa más que edificar sobre él como el sacrificio de rescate para nuestros pecados. Es verdad que su sacrificio humano está en la base de nuestra salvación a la vida eterna. Tenemos que aceptar en su significado estricto las palabras de Jesús: “El Hijo del hombre no vino para que se le sirviera, sino para servir y para dar su alma en rescate en cambio por muchos.” (Mat. 20:28) Tenemos que aceptar en su sentido exacto las palabras del apóstol Pablo: “Nuestro Salvador, Dios, cuya voluntad es que hombres de toda clase sean salvos y lleguen a un conocimiento exacto de la verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, un hombre, Cristo Jesús, que se dio a sí mismo como rescate correspondiente por todos.” (1 Tim. 2:3-6) Pero tenemos que aceptarlo como más que nuestro Rescatador.

      4 Tenemos que cifrar la fe y la esperanza en él como el resucitado Jesucristo, ensalzado a la gloria en los cielos. Así es como lo predicó Pedro a los judíos en el día del Pentecostés. Lo presentó como el resucitado Jesús, a quien Dios había ensalzado a su propia diestra y lo había hecho ser el Sacerdote prefigurado por el antiguo rey Melquisedec de Salem y sacerdote del Dios Altísimo.

      5. La aplicación de Pedro del Salmo 110:1 ¿qué aplicación requiere del Salmo 110:4, y por eso en qué capacidad tenemos que aceptar a Jesús?

      5 De modo que Jesús ascendió al cielo, en cumplimiento del Salmo 110:1 escrito por el rey David. Por consiguiente Pedro, después de decir que Jesús fue ensalzado a la diestra de Dios, se refiere al Salmo 110:1 y dice: “De hecho David no ascendió a los cielos, sino que él mismo dice: ‘Jehová dijo a mi Señor: “Siéntate a mi diestra, hasta que coloque a tus enemigos como banquillo para tus pies.”’” Por lo tanto es al ensalzado Señor Jesucristo a la diestra de Dios en el cielo que se dirige el versículo cuatro del Salmo 110, con estas palabras: “Jehová ha jurado (y no sentirá pesar): ‘¡Tú eres sacerdote hasta tiempo indefinido a la manera de Melquisedec!’” Este hecho se confirma repetidamente más tarde en las escrituras inspiradas dirigidas a los hebreos cristianizados. (Hech. 2:32-35; Heb. 1:1-4, 13; 5:5-10; 6:19 a 7:22; 10:12, 13) Como cristianos tenemos que aceptar a Jesús en esa posición oficial.

      6. (a) Para ahora, ¿cómo han cambiado las condiciones en cuanto a Dios y su Cristo desde las que se describieron en el discurso de Pedro? (b) ¿Cómo han tratado las naciones gentiles a Cristo, pero cómo tenemos que aceptarlo ahora?

      6 Sin embargo, desde que el apóstol Pedro dio su discurso en el Pentecostés, las circunstancias han cambiado radicalmente en cuanto a Dios y su Cristo. Solo diez días antes del discurso de Pedro, Jesús había ascendido al cielo para sentarse a la diestra de Dios, y solo habían pasado 638 años de los Tiempos de los Gentiles que durarían 2.520 años. Pero ya han terminado esos Tiempos de los Gentiles. El otoño de 1914 señaló su fin. Ha terminado el tiempo de esperar Jesús a la diestra de Dios. En ese tiempo Dios lo produjo como su Rey entronizado, coronado, autorizado plenamente para comenzar a gobernar en medio de sus enemigos. Entonces Dios envió la vara de su Rey instalado Jesucristo desde la Sion celestial, con el mandato de ir subyugando en medio de sus enemigos. Desde entonces ha reinado. Fue rechazado por los hombres, por las naciones gentiles que han preferido su Sociedad de las Naciones y su sucesora, las Naciones Unidas; ¡pero nosotros tenemos que aceptarlo ahora como el Rey reinante de Dios! Si ciframos la fe en él como “el precioso ángulo de un fundamento seguro” puesto en la Sion celestial, nunca nos llenaremos de pánico a causa de las condiciones mundiales ni quedaremos desilusionados.—Isa. 28:16; 1 Ped. 2:6-8.

      7. ¿Cómo ha reconocido formalmente la cristiandad a Cristo como sacrificio de rescate, pero cómo lo trata ella en Su capacidad del día presente?

      7 La cristiandad, con sus centenares de millones de miembros católicos, ortodoxos y protestantes, aparentemente ha dado grande importancia al Cristo sacrificado. Despliega crucifijos en todas partes, exhibiendo a Cristo clavado a una cruz. Tiene sus agujas de iglesias coronadas con cruces para simbolizar el instrumento sobre el cual fue hecho morir Cristo. Celebra sus misas religiosas diariamente, su Viernes Santo anualmente, su cena del Señor semanal o mensualmente. Le rinde respeto formal como sacrificio de rescate, pero

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