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  • Sumisión leal al orden teocrático
    La Atalaya 1982 | 1 de septiembre
    • Sumisión leal al orden teocrático

      “¡Miren! ¡Cuán bueno y qué agradable es que los hermanos moren juntos en unidad! Es como el rocío de Hermón que viene descendiendo sobre las montañas de Sión.”—Salmo 133:1, 3.

      1. ¿Cómo describe la Palabra de Jehová su casa terrestre de siervos dedicados?

      ¡QUE excelente descripción es ésta de la casa de los que, aunque ampliamente esparcidos por toda la Tierra, han dedicado la vida al Padre que tienen en común, Jehová Dios! Y El en realidad preside magníficamente sobre esta casa de alcance mundial. En despliegue de amor, nos provee todo lo que necesitamos.—Salmo 145:16.

      2. ¿Qué significa el someterse al orden teocrático?

      2 Sin embargo, Jehová insiste firmemente en que haya paz y unidad por parte de todos sus hijos devotos. (1 Corintios 1:10) Y estos buenos resultados vienen mediante la sumisión leal de los siervos de Dios al orden teocrático. ¿Qué significa eso? Puesto que a la gobernación de Dios se le llama teocracia (gobernación por Dios), el someterse uno al orden teocrático significa ser obediente a las leyes, reglas y principios que proceden de Dios.—Isaías 33:22.

      3. ¿Cómo expresó Jesús su parecer en cuanto a someterse a la gobernación de Dios?

      3 El ejemplo más admirable de sumisión leal al orden teocrático es el de Jesucristo. En el cielo él era “el primogénito de toda la creación.” (Colosenses 1:15) ‘Jehová mismo me produjo como el principio de su camino, el más temprano de sus logros de mucho tiempo atrás. Desde tiempo indefinido fui instalado, desde el comienzo, desde tiempos anteriores a la tierra. Vine a estar al lado de Dios como obrero maestro, y vine a ser aquel con quien él estaba especialmente encariñado de día en día, estando yo alegre delante de él todo el tiempo.’ (Proverbios 8:22, 23, 30) El hecho de que él se deleitaba en someterse a la gobernación de Dios se hizo patente cuando estuvo en la Tierra, pues Jesús explicó: “He bajado del cielo para hacer, no la voluntad mía, sino la voluntad del que me envió.” (Juan 6:38) Como parte de la voluntad de Dios, él ejerció mucho cuidado para enseñar los pensamientos de Dios, no los suyos propios. “Lo que yo enseño no es mío, sino que pertenece al que me envió,” dijo Jesús. (Juan 7:16) ¡Qué excelente es el que todos los siervos de Dios imiten esa actitud!

      4. Describa el arreglo teocrático de nuestro día.

      4 Debido a su sumisión leal a la gobernación teocrática, aun hasta la muerte, Jesús fue recompensado con vida inmortal en el cielo. Además, recibió “toda autoridad ... en el cielo y sobre la tierra.” (Mateo 28:18) A su vez, él confió “todo lo suyo” en la Tierra (los intereses terrestres de su Reino) a fieles cristianos ungidos. A éstos Jesús los llamó un “esclavo fiel y discreto.” (Mateo 24:45-47) La recompensa de ellos es participar algún día en la gobernación celestial con Cristo como “sacerdotes” y “reyes” en Su reino. (Revelación 14:1, 4; 20:6) Hoy, un resto de este ‘esclavo fiel’ todavía está vivo en la Tierra. Entre los deberes de este resto está el de recibir el alimento espiritual al debido tiempo y pasarlo a todos los siervos terrestres de Jehová. Ellos ocupan una posición similar a la que ocuparon Pablo y sus colaboradores cuando dicho apóstol dijo lo siguiente acerca de las maravillosas verdades que Dios da a su pueblo: “Es a nosotros que Dios las ha revelado por medio de su espíritu.” (1 Corintios 2:9, 10) También llevan la delantera en la predicación del Reino, servicio que tiene que efectuarse “en toda la tierra habitada” antes del fin de este sistema de cosas condenado a destrucción.—Mateo 24:14.

      Resultados del proceder incorrecto

      5, 6. (a) ¿Qué consecuencias sufrieron Eva y Adán por querer independizarse de Jehová? (b) ¿Cómo trata Jehová con los ‘lobos disfrazados de ovejas’?

      5 ¡Qué vital es que todo miembro de la familia de Dios se someta lealmente a las enseñanzas y los arreglos del Gran Teócrata, Jehová, y su Hijo-Rey, Cristo Jesús, según se transmiten mediante el ‘esclavo fiel’ en la Tierra! Puesto que el orden teocrático empieza con Jehová mismo y se extiende hacia abajo, nunca debería ser nuestro deseo imitar a Satanás el Diablo por medio de independizarnos de la gobernación teocrática. Recuerde los resultados lamentables que experimentó Eva cuando prestó atención a la instancia engañosa de Satanás de que no se sometiera al orden teocrático. En sustancia, él le dijo: ‘Independízate de Dios. Piensa por ti misma. Decide tú misma lo que es correcto o incorrecto. Entonces serás como Dios. Positivamente no morirás.’ (Génesis 3:1-5) Eso quizás haya sonado atrayente, pero era una mentira. (Juan 8:44) Cuando el esposo de ella se unió a Eva en su proceder y dejó de someterse al orden teocrático, ambos fueron echados del jardín de Edén y de la familia de leales de Dios. Con el tiempo, tal como Jehová había advertido, se ejecutó la sentencia de muerte en el caso de ambos.—Génesis 2:17.

      6 Hoy, de igual manera, cualesquiera personas de entre el pueblo de Jehová que se entregan a enseñanza independiente y opuesta imitan, no a Dios, sino a Satanás el Diablo. No obstante, Jehová ve lo que está sucediendo entre Su familia y lo toma en cuenta. (Proverbios 15:3) No tolerará a las personas que son como lobos y quisieran devorar a las que son como ovejas, sino que al debido tiempo toma acción decisiva. (Mateo 7:15-23) Como padre amoroso, él protege el bienestar espiritual de Su familia.—Ezequiel 34:11-16.

      7. (a) ¿Qué factor no tomaron a pecho Aarón y Míriam? (b) ¿Qué consecuencias tuvo esto?

      7 Otros ejemplos bíblicos también hacen resaltar el peligro de no someterse lealmente al orden teocrático. Por ejemplo, Míriam y Aarón abusaron de modo presuntuoso de su relación de familia con Moisés y pusieron en duda la posición de Moisés en la congregación del Israel antiguo. (Números 12:1, 2) No tomaron a pecho el hecho de que Jehová mismo había asignado autoridad especial a Moisés, de lo cual se dio testimonio mediante acontecimientos milagrosos. Jehová les recordó: “Mi siervo Moisés ... tiene confiada a él toda mi casa. Boca a boca le hablo a él. ... ¿Por qué, pues, no temieron hablar contra mi siervo, contra Moisés?” Entonces “ardió la cólera de Jehová contra ellos.” Aarón fue reprendido severamente, y, en cuanto a Míriam, ésta fue herida de lepra y echada del campamento de Israel por siete días.—Números 12:7-15.

      8. ¿Qué ilustra el caso del rey Saúl?

      8 Además tenemos el ejemplo del rey Saúl del antiguo Israel, quien rehusó esperar en Jehová. En vez de esperar, presuntuosamente ofreció sacrificios aunque no era sacerdote. Su excusa poco convincente fue que estaba en peligro de perder su ejército por deserciones. Pero, ¿de quién era el ejército? ¿De Saúl, o de Jehová? El profeta Samuel le dijo: “Has obrado tontamente. No has guardado el mandamiento de Jehová tu Dios ... Y ahora tu reino no durará.” (1 Samuel 13:13, 14) La gobernación real fue quitada de Saúl y dada a ‘un hombre agradable al corazón de Jehová.’ Así, Saúl pagó un precio muy alto por su falta de sumisión y por no arrepentirse genuinamente cuando se llamó a la atención de él el asunto. Esto ilustra que Jehová sí toma nota de la actividad presuntuosa, independiente y no teocrática entre Su pueblo.—Proverbios 11:2.

      9. ¿Por qué quedó convertido en un paria el rey Uzías?

      9 El caso del rey Uzías de Judá es similar. Aunque éste era rey sobre el pueblo de Jehová, no estaba autorizado para servir en capacidad sacerdotal alguna. Sin embargo, insistió en ejercer la función de sacerdote. Los sacerdotes protestaron vigorosamente y declararon: “No es negocio tuyo, oh Uzías, quemar incienso a Jehová, sino que es negocio de los sacerdotes los hijos de Aarón, los santificados, el quemar incienso. Sal del santuario; porque has actuado infielmente.” Entonces, mostrando que no se arrepentía, Uzías se enfureció contra los sacerdotes, lo cual añadió a su pecado de presuntuosidad. “Durante su furia contra los sacerdotes, la lepra misma relumbró en su frente ... porque Jehová lo había herido. Hasta el día de su muerte él continuó en condición de leproso, un paria, “excluido de la casa de Jehová.”—2 Crónicas 26:16-21.

      10. ¿Cómo describió Pablo a los que pusieron en duda el que él hubiese sido nombrado por Jesús?

      10 El apóstol Pablo habló de ciertos individuos que pusieron en duda el nombramiento especial que él había recibido del Cabeza de la congregación cristiana, Jesucristo. (2 Corintios 11:12) Pero Pablo dijo que aquellos hombres eran “falsos apóstoles, obreros engañosos, que se transforman en apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque Satanás mismo sigue transformándose en ángel de luz.” (2 Corintios 11:13, 14) Aquellos hombres tenían sus propios propósitos egoístas a los cuales querían dar adelanto. Pablo había dado advertencia acerca de este tipo de personas cuando había declarado: “De entre ustedes mismos se levantarán varones y hablarán cosas torcidas para arrastrar a los discípulos tras sí. Por lo tanto manténganse despiertos.” (Hechos 20:30, 31) Pablo suplicó a los hermanos, incluso a aquellos supuestos apóstoles, que no permitieran que la riña y el desorden estropearan la unidad y lo fructífero de la congregación cristiana. Si algunos no prestaban atención al consejo inspirado por espíritu santo, entonces de seguro iban encaminados al desastre.—Gálatas 1:7-9.

      11. ¿Cómo protege Jehová la armonía de su casa terrestre?

      11 Juan, escritor bíblico inspirado, declaró: “Todo el que se adelanta y no permanece en la enseñanza del Cristo no tiene a Dios. ... Si alguno viene a ustedes y no trae esta enseñanza, nunca lo reciban en casa ni le digan un saludo. Porque el que le dice un saludo es partícipe en sus obras inicuas.” (2 Juan 9-11) Sí, Jehová protege el buen espíritu y la armonía de Su casa.

      El estar en guardia hoy día

      12. ¿A qué está recogiendo Jehová a todos los que lo aman?

      12 En esta “parte final de los días” Jehová está recogiendo a todos los que lo aman a una sola organización donde hay unidad y armonía. Gente de todas las naciones está prestando atención a la llamada: “Vengan, y subamos a la montaña de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y él nos instruirá acerca de sus caminos, y ciertamente andaremos en sus sendas.” (Isaías 2:2, 3) Note que Jehová instruye a las personas en Sus caminos para que puedan andar en Sus sendas, no en los caminos ni en las sendas de ellas mismas.—Jeremías 10:23, 24.

      13. (a) ¿Por qué tenemos que estar especialmente en guardia ahora? (b) ¿Qué necesitamos para contrarrestar los designios de Satanás?

      13 No obstante, ahora Satanás tiene “gran cólera.” Sabe que solo le queda “un corto período de tiempo” antes de que se le ponga fuera de combate. Así que “anda en derredor como león rugiente, procurando devorar a alguien.” (Revelación 12:12; 1 Pedro 5:8) Por lo tanto, tenemos que estar en guardia contra cualquier esfuerzo que haga el dios de este mundo, Satanás el Diablo, por introducir contienda y división entre los miembros de la familia de Jehová. “Así es que vigilen estrechamente que su manera de andar no sea como imprudentes, sino como sabios, comprándose todo el tiempo oportuno que queda, porque los días son inicuos. Por este motivo dejen de estar haciéndose irrazonables, sino sigan percibiendo cuál es la voluntad de Jehová.” (Efesios 5:15-17) Por medio de aprovechar las provisiones que Jehová suministra para nuestro bienestar espiritual, nos fortaleceremos, nos refinaremos, nos armaremos apropiadamente. Así podremos contrarrestar los proyectos inicuos de Satanás y derrotar su propósito.—Efesios 6:10-13.

      14. ¿Por qué es muy peligroso tener una opinión demasiado elevada de nosotros mismos?

      14 Una actitud mental de la cual tenemos que cuidarnos es la de tener una opinión demasiado elevada de nosotros mismos. (Romanos 12:3) Esa actitud pudiera llevar al cristiano a creer que tiene una misión especial de Dios aparte del conducto por el cual Jehová dispensa Sus verdades y dirige a Su casa. Esto, en realidad, colocaría a tal cristiano en una supuesta relación especial con Jehová de la cual no disfrutaría ningún otro hermano o hermana de la casa. Pero esa forma de aislamiento sólo puede llevar a insensatez: “El que se aísla buscará su propio anhelo egoísta; contra toda sabiduría práctica estallará.”—Proverbios 18:1.

      El esperar en Jehová

      15. (a) ¿Es apropiado dar sugerencias a la clase del “esclavo” de Jehová? (b) Ilustre cómo aplicaba la sumisión teocrática durante el primer siglo.

      15 A veces algunos llaman a la atención de la clase del “esclavo” varios asuntos doctrinales o de organización que ellos creen que deben revisarse. Desde luego, son apropiadas las sugerencias que se dan para mejoras, así como lo son las preguntas que se hacen en busca de esclarecimiento. Un ejemplo de esto fue el caso en que Pablo, Bernabé y otros fueron enviados ‘a subir a los apóstoles y ancianos en Jerusalén’ para tratar el asunto de la circuncisión. Cuando aquellos ancianos de Jerusalén decidieron el asunto, bajo dirección de espíritu santo, entonces enviaron hermanos a varias ciudades para que ‘entregaran a los de allí para que observasen los decretos sobre los cuales habían hecho decisión los apóstoles y ancianos que estaban en Jerusalén.’ La sumisión leal a aquellos decretos trajo la bendición de Jehová. Así, “las congregaciones continuaron haciéndose firmes en la fe y aumentando en número de día en día.”—Hechos 15:1–16:5.

      16. (a) ¿Qué espíritu apropiado debe desplegarse después de ofrecer sugerencias? (b) De acuerdo con el consejo de Pablo, ¿cómo se debe tratar a los que despliegan el espíritu incorrecto?

      16 El espíritu apropiado que debe desplegarse después de ofrecer sugerencias es el de quedar uno satisfecho con dejar el asunto a la consideración, junto con oración, de los hermanos maduros que dirigen la obra en la organización de Jehová. Pero si los que dan las sugerencias no quedan satisfechos con esto y continúan discutiendo con espíritu de disputa el asunto en las congregaciones con miras a conseguir el apoyo de otros, entonces, ¿qué pudiera suceder? Eso crearía divisiones, y pudiera subvertir la fe de algunos. Por eso Pablo aconseja: “Que vigilen a los que causan divisiones y ocasiones de tropiezo contrario a la enseñanza que ustedes han aprendido, y que los eviten.” Pablo también aconsejó a Tito que ‘censurara a los que contradecían,’ y añadió: “Hay que cerrarles la boca a éstos, puesto que estos mismos hombres siguen subvirtiendo casas enteras, enseñando cosas que no deben ... Por esta misma causa sigue censurándolos con severidad.”—Romanos 16:17, 18; Tito 1:9-13.

      17. ¿Cómo podemos imitar hoy día la excelente actitud de David?

      17 La Palabra de Dios declara: “El conocimiento hincha, pero el amor edifica.” (1 Corintios 8:1) Por eso, ¡cuánto mejor es mantenerse uno ocupado en la obra principal de proclamar el maravilloso reino de Dios, hablar de cosas edificantes, fortalecer la fe de otros y la suya, mientras espera con paciencia que Jehová efectúe Su voluntad mediante Su conducto nombrado! (Romanos 14:19; Filipenses 4:8, 9) Imite a David cuando dijo: “Porque a ti, oh Jehová, esperé; tú mismo procediste a responder, oh Jehová Dios mío.” (Salmo 38:15) Siempre tenga presente lo que es importante, según lo declaró Pablo, a saber, “que todos hablen de acuerdo, y que no haya divisiones entre ustedes, sino que estén aptamente unidos en la misma mente y en la misma forma de pensar.” (1 Corintios 1:10) Debido a que este principio se está aplicando en la familia de Jehová por todo el mundo, vemos resultados maravillosos. En efecto, “¡cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos moren juntos en unidad!”—Salmo 133:1.

      ¿Puede contestar estas preguntas?

      ◻ ¿Qué ejemplo excelente dio Jesús en cuanto a someterse al orden teocrático?

      ◻ ¿Qué resultados puede tener la falta de sumisión al orden teocrático?

      ◻ ¿Por qué tenemos que estar especialmente en guardia contra Satanás hoy?

      ◻ Al dar sugerencias, ¿qué actitud debemos desplegar?

  • “Cada uno en su lugar”
    La Atalaya 1982 | 1 de septiembre
    • “Cada uno en su lugar”

      “Todo este tiempo se quedaron de pie, cada uno en su lugar en derredor del campamento.”—Jueces 7:21.

      1, 2. ¿Qué contraste hay entre las obras de Dios y las obras de los hombres?

      ¿QUÉ le viene al pensamiento cuando usted nota el contraste entre la armonía de las obras de creación de Dios y el desorden que existe en la sociedad humana? ¿No concuerda usted con el escritor bíblico inspirado que dijo: “Porque Dios no es Dios de desorden, sino de paz”? (1 Corintios 14:33) Esas palabras del apóstol Pablo indican que no se pudiera culpar a Dios por el confuso estado de los asuntos del mundo. Jehová sabe arreglar los asuntos de modo que todo lo que esté gobernado por sus leyes tenga su lugar. Sus creaciones que nos rodean dan testimonio de ese hecho. El conocimiento que el hombre va adquiriendo del universo da testimonio, constantemente, del orden y control que se manifiesta en éste. Adonde sea que el hombre apunte sus telescopios, nota que todo astro y planeta está en su lugar y se mueve ordenadamente en su órbita.

      2 ¡Qué diferente es la escena cuando volvemos la atención a los asuntos de los hombres voluntariosos aquí en la Tierra! ¡Hay tanta confusión, tanto desorden y tantas rivalidades asesinas! La humanidad está dividida en sentido político, religioso, social y racial, y abrumada por problemas sin solución. El delito está tan difundido que es imposible descubrir y llevar a la justicia a todo delincuente. Hasta soldados de ejércitos nacionales, personas de quienes se espera que sirvan bajo disciplina estricta, con frecuencia violan las reglas.

      3. ¿A qué son asemejados los cristianos, pero qué clase de pelea llevan a cabo?

      3 Poco sorprende entonces el que, tal como sucede con relación al universo físico, Jehová se interese en la paz y orden entre los que son Sus representantes en la Tierra. Como siervos de él, a los cristianos individuales se les asemeja a soldados disciplinados de un ejército. El apóstol Pablo escribió que cada uno debería ser como un “fiel soldado de Cristo.” (2 Timoteo 2:3, Valera) El deseo de cada uno de nosotros debe ser el de ‘seguir guerreando el guerrear de la clase correcta.’ (1 Timoteo 1:18) Pero es necesario que recordemos siempre que nuestro pelear no es físico. Es espiritual. Es contra los “gobernantes mundiales [invisibles] de esta oscuridad, contra las fuerzas espirituales inicuas en los lugares celestiales.”—Efesios 6:12.

      4. ¿Por qué no tendrán éxito los ataques de Satanás contra los siervos de Dios?

      4 Sin embargo, las fuerzas bajo el “dios de este sistema de cosas” quieren intimidar a los siervos de Dios para que pierdan el valor y huyan delante del enemigo. (2 Corintios 4:4) Pero esa estrategia de opositores fracasará miserablemente, porque es Jehová quien dirige los asuntos y quien ‘adiestra nuestras manos para la guerra.’ (Salmo 18:34) Recibimos estímulo de la garantía de que “la batalla no es de ustedes, sino de Dios.” (2 Crónicas 20:15) Por medio de su poderoso Mariscal de Campo, Cristo Jesús, Jehová dirigirá la batalla hasta su final victorioso. Por eso, él asegura a sus leales que nunca serán avergonzados. Nunca tendrán que retirarse ante los ataques del enemigo.—Salmo 18:25.

      5. ¿Por qué dio Jehová a Gedeón instrucciones que eran contrarias a las ideas humanas tocante a estrategia de guerra?

      5 Mediante el emocionante relato inspirado de una batalla que se peleó en los días de los jueces en Israel, siglos antes de nuestra era común, Jehová llama nuestra atención a algunos principios del guerrear a los cuales los ‘soldados de Cristo’ hacen bien en prestar atención. Fue en el tiempo del juez Gedeón, cuando una hueste de adoradores de demonios descrita como “tan numerosos como las langostas” invadió la tierra de Israel. (Jueces 6:5) Jehová dio instrucciones a Gedeón en cuanto a cómo debería enfrentarse el ejército de Israel a aquella amenaza aparentemente arrolladora. Contrario a todas las ideas humanas acerca de la estrategia de guerra, a Gedeón se le dijo que redujera su ejército de 32.000 hombres a 10.000, y entonces de 10.000 a solo 300. Jehová dio esta promesa de lo que haría mediante estos pocos: “Los salvaré.”—Jueces 7:2-7.

      6. Describa el ataque de Gedeón y los 300 sobre el campamento madianita.

      6 Los 300 fueron equipados con cuernos y grandes jarrones vacíos, y antorchas dentro de los jarrones. En lo más oscuro de la noche Gedeón los apostó alrededor del campamento de Madián y sus aliados. Recibieron la instrucción de estar atentos para oír la señal que les daría Gedeón, y entonces entrar en acción. Era vital el obedecer lealmente y cumplir estrictamente las órdenes de batalla de Gedeón. Cuando todos estuvieron en su lugar, Gedeón dio la señal. Entonces los 300 hombres “tocaron los cuernos e hicieron añicos los jarrones [que cubrían sus antorchas] y asieron de nuevo las antorchas con la mano izquierda y con la mano derecha los cuernos para tocarlos, y empezaron a gritar: ‘¡La espada de Jehová y de Gedeón!’ Todo este tiempo se quedaron en pie, cada uno en su lugar en derredor del campamento, y el entero campamento echó a correr y rompió a gritar y se fue huyendo.” El enemigo fue aplastado.—Jueces 7:19-22.

      7. ¿Qué preguntas surgen respecto a este relato bíblico?

      7 Aquí surgen unas preguntas pertinentes. Por ejemplo, ¿hubiera otorgado Jehová tan tremendo triunfo si los 300 hubieran tratado como de poca importancia las órdenes de batalla procedentes de él? ¿Qué hay si no hubieran esperado la señal de Gedeón? Si hubieran descuidado cualquier parte del equipo de batalla que Gedeón les había provisto, ¿qué habría ocurrido? ¿Habrían vencido si cada uno hubiera decidido por sí mismo que había otros puntos ventajosos al borde del campamento enemigo que eran preferibles a los que se les habían asignado? En todo esto hay principios vitales por los cuales debemos guiarnos hoy, puesto que ‘estas cosas fueron aconteciéndoles para que nosotros notáramos el ejemplo y nos beneficiáramos.’—1 Corintios 10:11.

      8. ¿A quién tenemos que acudir para salir victoriosos en nuestro guerrear?

      8 En nuestro guerrear cristiano tenemos que reconocer a Jehová en todos nuestros caminos. Tenemos que acudir a él y confiar en él como el Dador de la victoria. Por otra parte, la astuta estrategia humana, el más profundo pensamiento de simples hombres, no puede garantizar el triunfo. “No por una fuerza militar, ni por poder, sino por mi espíritu,” dice Jehová. (Zacarías 4:6) Por eso, mientras efectuamos nuestro pelear cotidiano en apoyo de la verdad y la justicia, los cristianos evitamos las ideas y los métodos mundanos que están en oposición a los principios que Dios provee para guiar a Su pueblo. El que nos inclinemos a seguir el consejo de mundanos revela un debilitarnos respecto a aceptar por fe que nuestro Dios puede acudir en socorro nuestro en los tiempos en que precisamos ayuda. Nuestra convicción debe ser tan fuerte como la del escritor bíblico Santiago (1:5): “Por lo tanto, si alguno de ustedes tiene deficiencia en cuanto a sabiduría, que siga pidiéndole a Dios, porque él da generosamente a todos y sin reconvenir; y le será dada.”

      ‘Aprendan por observarme’

      9, 10. (a) ¿Quién es nuestro Comandante y Líder hoy? (b) ¿Cómo podemos ‘observarle,’ puesto que él es invisible?

      9 Cristo Jesús, el Gedeón Mayor, ahora tiene mando completo de sus fuerzas visibles e invisibles. Mediante él Jehová revela progresivamente sus propósitos y los tiempos que fija para los acontecimientos relacionados con su pueblo. ¡Qué emocionante es darse cuenta de que Cristo Jesús está participando activamente en dirigir a sus ‘soldados’ en la Tierra, y así les asegura que participarán en la victoria final! En cumplimiento de su promesa, él está con ellos “todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas.”—Mateo 28:20.

      10 Puesto que Cristo Jesús es ahora el Líder y Comandante entronizado de todos los que guerrean por la verdad y la justicia, en unidad podemos ‘aprender al observarle,’ tal como los 300 aprendieron al observar a Gedeón. (Jueces 7:17) Pero, ¿cómo podemos ‘observar’ hoy a Cristo, puesto que él es invisible? Le ‘observamos’ en el sentido de que discernimos sus señales como las da mediante su “esclavo” visible que ha sido nombrado sobre todos los intereses terrestres de Su Reino. (Mateo 24:45-47) Mediante ese conducto nombrado por espíritu, la dirección y estrategia de Cristo se comunica a todos los que son sus “soldados.” Estos últimos no pueden permitirse el adelantar por su propia cuenta ni impacientarse porque su punto de vista de las cosas no se realice. Nuestro Comandante invisible es quien fija el tiempo de los asuntos. El punto de vista de él es lo que debe considerarse importante, no nuestros propios puntos de vista personales.

      Equipo provisto divinamente

      11. ¿Qué clase de equipo usan los siervos de Dios hoy?

      11 El Gedeón Mayor sabe qué equipo necesitan los soldados que él tiene en la Tierra. No necesitamos armas ni armadura literales, pues no peleamos contra nuestro semejante humano. Nuestro guerrear es espiritual. Por eso nuestras armas son “poderosas por Dios para derrumbar cosas fuertemente atrincheradas ... derrumbando razonamientos y toda cosa encumbrada levantada contra el conocimiento de Dios ... haciendo cautivo todo pensamiento para hacerlo obediente al Cristo.” (2 Corintios 10:4, 5) Prescindiendo de la oposición que venga sobre ellos, los fieles guerreros cristianos tienen que hacerse aptos en el uso del equipo que Dios les ha provisto de modo que puedan hacer como hizo el apóstol Pablo, a saber, ‘decir a la gente todo el consejo de Dios.’—Hechos 20:27.

      12. (a) ¿Por qué obró con tanta eficacia el grupito de Gedeón? (b) ¿Por qué son tan eficaces hoy los siervos de Jehová?

      12 Los soldados de Gedeón tuvieron que actuar como un solo hombre y usar su equipo para lograr el resultado deseado. El rompimiento de 300 jarrones de barro, el poner en alto 300 antorchas, la alarma dada por 300 cuernos, y los gritos de 300 voces desde todas partes en medio de la calma nocturna, ¡seguramente todo eso tuvo un efecto devastador en los madianitas! Igualmente, ¿acaso no es cierto que aun en este tiempo la proclamación unida del reino de Dios y Su venganza hace que el enemigo exagere el alcance y peligro del mensaje que se les proclama? ¿A qué se debe esto? A que la entera organización del pueblo de Jehová se amolda gustosamente a los tiempos fijados para los mensajes específicos que dan al mundo según dirige el Gedeón Mayor mediante su “esclavo” nombrado. Por otro lado, si cada uno de los testigos de Jehová se complaciera a sí mismo en cuanto a cuándo y cómo declarar el mensaje de Dios, ¿cómo pudiera darse alguna vez el testimonio mundial? De seguro está claro que la voluntad de Jehová es que ‘tengamos entre nosotros la misma actitud mental que Cristo Jesús [el Gedeón Mayor] tuvo, para que, de común acuerdo, con una sola boca glorifiquemos al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.’—Romanos 15:5, 6.

      13, 14. ¿Qué da fuerza al mensaje que llevan hoy los siervos de Jehová?

      13 La fuerza unificadora es el espíritu de Jehová y Su Palabra, la Biblia. Felizmente, no estamos saliendo cada uno a enseñar su propia impresión del mensaje bíblico. Jehová ha provisto, en forma de publicaciones, una buena cantidad de ayudas para entender la Biblia, para que nuestro pensamiento y nuestra enseñanza sean armoniosos. Así evitamos la mortífera falta de unidad y la multitud de doctrinas en conflicto de la cristiandad y el paganismo. Tampoco ablandamos ni desvirtuamos el mensaje de Dios a las naciones, un mensaje que, por cierto, es de gran esperanza, pero también de venganza y retribución. Bien sabemos que el sonido de la trompeta tiene que ser fuerte y claro.—1 Corintios 14:8.

      14 ¡Qué apropiado es, pues, el que todos apreciemos lo valioso que es el equipo que Jehová ha provisto para nuestro guerrear cristiano! Además, él nos instruye bien en el uso de este equipo, para que se dé un testimonio muy eficaz a individuos y naciones. Este testimonio no es la voz de una sola persona que clame en el desierto, sino que es una advertencia fuerte y penetrante que se da por todo el mundo. Así, ‘Jehová ciertamente está dando su poderosa voz delante de su fuerza militar.’—Joel 2:9, 11.

      “Cada uno en su lugar”

      15. ¿Qué acciones hubieran sido inimaginables para cualquiera de los hombres de Gedeón?

      15 En el caso de los trescientos de Gedeón, no nos pudiéramos imaginar que alguno de éstos, después de haber sido asignado a su puesto, se resistiera y deseara cambiar de puesto con otra persona, o hasta escoger la posición que él considerara ventajosa. Eso sería poner su propio juicio por delante de aquel a quien Jehová estaba utilizando para dirigir el ataque, Gedeón. Desplegaría falta de humildad y una actitud de no esperar el tiempo y la determinación de Jehová respecto a hacer un cambio. ¿Cómo pudiera tal actitud armonizar con el participar sinceramente en dar el grito: “¡La espada de Jehová y de Gedeón!”?

      16. ¿Cómo nos ayudará la humildad a cumplir con nuestras obligaciones?

      16 En el arreglo de cosas de Jehová hoy día, cada uno de nosotros tiene que tener presente en primer lugar el propósito de Jehová y los intereses generales de su reino. Se requiere que cumplamos fielmente con nuestro deber asignado, sea cual sea el lugar dentro de la organización que esté envuelto en esto. (1 Corintios 4:2) También tenemos que desplegar humildad, lo que no admite el buscar promoción personal. El principio que enseñó Cristo Jesús aplica en todas las situaciones: “El que se ensalce será humillado, y el que se humille será ensalzado.” (Mateo 23:12) Y Santiago insta: “Humíllense a los ojos de Jehová [no simplemente a los ojos de los hombres], y él los ensalzará.”—Santiago 4:10.

      17. ¿Se interesa personalmente Jehová en cada uno de nosotros?

      17 Por eso, podemos ver el significado pleno de las palabras en Jueces 7:21: “Cada uno en su lugar.” A medida que servimos en la organización de Jehová, estemos contentos con servir dondequiera que él nos asigne, y efectuar con la mayor fidelidad posible el trabajo. Estemos convencidos de que Aquel que nota la caída de un gorrioncillo tiene mucho más interés en nosotros a medida que trabajamos con lealtad en cualquier cosa que se nos asigne. (Mateo 10:29-31) El sabe qué entrenamiento necesitamos, y para qué trabajo estamos capacitados, y por eso trata con nosotros en armonía con esto. Podemos estar seguros de que no se nos pasa por alto.—1 Pedro 5:10.

      18. ¿Por qué tenemos tanta confianza en Jehová hoy?

      18 Hoy, todos los siervos de Dios están bajo el mando del Gedeón Mayor, Cristo Jesús. Queremos servir en unión para la vindicación del nombre de Jehová y permanecer humildemente en sujeción a sus reglas de combate, “cada uno en su lugar.” Confiamos en que la estrategia general de Jehová asegurará la victoria final. Además, confiamos en que Jehová ve nuestra obediencia leal y en que nos recompensará con la “vida que lo es realmente” en su nuevo orden, pues su Palabra declara: “Háganse constantes, inmovibles, siempre teniendo mucho que hacer en la obra del Señor, sabiendo que su labor no es en vano en lo relacionado con el Señor.”—1 Timoteo 6:19; 1 Corintios 15:58.

      ¿Recuerda usted estos puntos?

      ◻ ¿Por qué fue la estrategia de Gedeón tan diferente de las ideas mundanas respecto a la guerra?

      ◻ ¿Por qué pudo ganar Gedeón una victoria tan cabal?

      ◻ ¿Cómo se comunica Jehová con sus siervos hoy?

      ◻ ¿Cuál es la actitud correcta de los ‘soldados de Cristo’ hoy tocante a las asignaciones que tienen?

      [Comentario en la página 23]

      La obediencia leal y el cumplir estrictamente con las órdenes de Jehová dio a Gedeón y sus hombres una tremenda victoria

      [Ilustración en la página 25]

      Jehová nos ha provisto el equipo vital que necesitamos hoy en nuestro guerrear

  • La evaluación de Einstein sobre el conocimiento del hombre
    La Atalaya 1982 | 1 de septiembre
    • La evaluación de Einstein sobre el conocimiento del hombre

      “Por sí solo, el mayor logro científico,” afirmó el célebre escritor de temas científicos Lewis Thomas en un ensayo que apareció en The New York Times, “es el descubrimiento de que somos sumamente ignorantes.” ¿Es esta declaración una exageración? Al contrario, pues en una carta dirigida al Times, Ely E. Pilchik escribió: “Permítanme suministrar algún apoyo [a la declaración de Thomas] procedente de una fuente bastante confiable.” Explicó que el 20 de mayo de 1954 había dirigido la siguiente petición al profesor Albert Einstein:

      “Se me ha informado que más o menos el mes pasado usted tuvo conversaciones con cierto visitante y consideró con él el tema del conocimiento que tenemos de las leyes del universo. Usted indicó que, a pesar de todos nuestros adelantos recientes, nuestro conocimiento sigue siendo bastante limitado. Usted ilustró eso mediante dos ejemplos: Primero, el conocimiento que hemos logrado conseguir puede compararse con el conocimiento que adquiere un hombre que tiene interés en aprender más respecto a la Luna y sube al tejado de su casa para observar más de cerca dicho cuerpo celeste.

      “Según el informe, su segunda ilustración sobre el escaso conocimiento del hombre en cuanto al universo enfocó el momento en que usted completó su fórmula general sobre la teoría de la relatividad. [En] ese momento, una mosca común se paró en su papel. Usted reflexionó en que había puesto por escrito todas las principales leyes físicas del universo, como si estuviera diciendo: aquí está la clave a todos los secretos del universo, y sin embargo realmente sabía muy poco acerca de la naturaleza de aquella mosquita.

      “Eso fue lo que me dijeron. Quisiera citar dichas palabras, si usted lo permite, si eso fue lo que dijo. Si usted no lo dijo, agradecería muchísimo que me corrigiera.”

      La persona que hizo la pregunta recibió una contestación con fecha del 21 de mayo de 1954, que decía: “La descripción de mi conversación con la persona que le dio la información es sustancialmente correcta y puede usarla del modo que me la presentó. Con muchos recuerdos, le saluda atentamente, (firmado) A. Einstein.”—New York Times, 1 de septiembre de 1981.

      Aunque el hombre sigue adquiriendo conocimiento sobre el universo, este conocimiento sigue siendo escaso, lo que nos hace recordar las palabras de Job con relación a Dios y Su creación: “¡Miren! Estos son los bordes de sus caminos, ¡y qué susurro de un asunto se ha oído acerca de él! Pero de su poderoso trueno, ¿quién puede mostrar entendimiento?”—Job 26:14.

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