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Los “mil años”... no una esperanza falsaEl reino de mil años de Dios se ha acercado
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27. En la Tierra, ¿qué sucedió después que se soltó a Satanás, y qué le sucedió a él?
27 “Cuando se terminen los mil años, será Satanás soltado de su prisión y saldrá a seducir a las naciones de los cuatro extremos de la tierra, a Gog y a Magog, y a reunirlos para la guerra, numerosos como la arena del mar. Subieron por toda la anchura de la tierra y cercaron el campamento de los santos y la Ciudad amada. Pero bajó fuego del cielo y los devoró. Y el Diablo, su seductor, fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde están también la Bestia y el falso profeta, y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.”—Apocalipsis Rev. 19:11 a 20:10 inclusive, Biblia de Jerusalén.
28. (a) Por eso, ¿después de qué acontecimientos comienzan los mil años? (b) Entonces, ¿por qué, patentemente, no han empezado todavía esos mil años?
28 Notamos que la expresión “mil años” se usa seis veces en ese relato. Notamos también que esos mil años empiezan después que hay una batalla entre el “Rey de Reyes” y los “reyes de la tierra” junto con la “Bestia” y el “falso profeta” y entonces se encadena a Satanás el Diablo y se le abisma. Estos sucesos son parte de “lo que ha de suceder pronto.” Hasta ahora el mundo no ha tenido nada que pueda compararse con esos acontecimientos. Muy patentemente, pues, esos “mil años” todavía no han comenzado. No significan algún período indefinidamente largo, un período que no podamos medir con exactitud. Son mil años literales.
29. ¿Qué duración para esos mil años encaja armoniosamente con el horario probado de Dios?
29 Los estudiantes que afirman que esos mil años representan un tiempo de duración indefinida dicen que éstos empezaron en el día de fiesta del Pentecostés de 33 E.C., cuando Dios derramó su espíritu santo sobre su congregación cristiana acabada de formar en Jerusalén. Pero este argumento conduce a dificultades e intentos explicativos que son contrarios a lo que verdaderamente les ha sucedido a los cristianos engendrados por el espíritu durante los más de mil novecientos cuarenta años desde aquel día del Pentecostés cuando la congregación cristiana vino a la vida espiritualmente hasta ahora. Un milenio literal encaja armoniosamente con el horario o arreglo de tiempos probado de Dios.
30. ¿Por qué no deberíamos poder retenernos de examinar en detalle el cuadro profético de esos mil años?
30 Lo que esos mil años introducirán en la Tierra es algo vitalmente necesario para la vida y la felicidad sin fin del mundo de la humanidad. Entonces, ¿sería razonable que nos retuviéramos de examinar cuidadosamente en este mismo momento el cuadro profético del maravilloso milenio que el apóstol Juan tan hermosamente pintó para nosotros?
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Antes de los mil años hay guerra entre el cielo y la tierraEl reino de mil años de Dios se ha acercado
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Capítulo 2
Antes de los mil años hay guerra entre el cielo y la tierra
1. (a) Según la Revelación o Apocalipsis, ¿qué conflicto tiene que anteceder a la venida de El Milenio? (b) ¿Por qué, evidentemente, esa batalla todavía no ha venido, y qué actitud debemos tener en cuanto a ella?
ACABAMOS de leer la descripción que nos da el apóstol Juan de la vista por anticipado que tuvo de los mil años. Se predicen cosas tan maravillosas para ese período que se le llama El Milenio. Ah, ¿pero qué describe Juan que aconteció inmediatamente antes de ese glorioso Milenio? Fue una batalla entre fuerzas celestiales y fuerzas terrestres humanas. Hasta ahora no ha tenido lugar esa pelea desde el día del Pentecostés de 33 E.C., el día de fiesta en el cual la congregación cristiana vino a la vida espiritualmente al ser engendrada por medio del espíritu dador de vida de Dios. Es verdad que Jesucristo estaba en el cielo y a la diestra de Dios en aquel tiempo de la fiesta, más de sesenta años antes que Juan recibiera la Revelación de “lo que ha de suceder pronto.” (Apocalipsis Rev. 1:1, 2, BJ) Pero aun después que Juan recibió la Revelación no ocurrió tal batalla en aquel tiempo entre el “Rey de reyes” y los “reyes de la tierra.” (BJ) Esa batalla todavía no ha venido, y debemos interesarnos en el relato que por anticipado
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