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Optimistas frente al desastreLa Atalaya 1955 | 1 de octubre
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del Creador y tiene fe en éstos. Tampoco está la realización de estos propósitos respecto a la tierra y el hombre en el futuro lejano. Al contrario. Después de predecir las condiciones que vemos en la actualidad Jesús dijo: “Pero al empezar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se está acercando.”—Luc. 21:28, NM.
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¿Es el día de juicio sólo una broma?La Atalaya 1955 | 1 de octubre
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¿Es el día de juicio sólo una broma?
La gente en los días de Noé pensó que era broma. Los ciudadanos de Sodoma en los días de Lot pensaron que era broma. Jesús indicó que la gente hoy en día pensaría que es broma. ¿Qué piensa usted?
LA MAYORÍA de las personas que asisten regularmente a las iglesias hace sólo un esfuerzo endeble, si acaso hace alguno, para explicar el “día del juicio.” Generalmente hablan de ello en broma o se refieren a ello en tonos de horror como el “día de la destrucción,” “el día en que termine la tierra” o “el día en que ya no habrá más tiempo.” Aun el clero rara vez ofrece una explicación más inteligente. Para ellos ciertas preguntas son un rompecabezas que ellos no pueden juntar para hacer un cuadro correcto y comprensivo: ¿Qué es el día del juicio? ¿Cuándo será? ¿Quién tiene a su cargo el juicio? ¿Cuál es el resultado? ¿Estamos en un día de juicio ahora?
El día del juicio les suena como broma a muchas personas porque han sido cegadas por la religión falsa. Se les ha enseñado que la tierra literal será reducida a la nada. Realmente, ésta es una enseñanza absurda. Porque la misma Palabra de Dios declara confiadamente: “La tierra permanece para siempre.” De manera que cuando el clero enseña que la tierra terminará, la gente no puede contener la risa, por ser eso tan irrazonable y contrario a lo que dice la Biblia.—Ecl. 1:4.
No hay duda de que el Dios Todopoderoso ha decretado un día de juicio. La Biblia dice: “Jehová es nuestro Juez.” “Él ha fijado un día en que se propone juzgar la tierra habitada en justicia.” Pero exactamente, ¿qué es lo que se quiere decir con la expresión “día del juicio”? Se refiere a ese tiempo en que la corte suprema del cielo pronuncia juicio justo. Según el uso bíblico, juicio quiere decir el decidir qué es lo que se conforma a la ley de Dios. Para hacer esta gran obra Jehová Dios ha nombrado a un Juez asociado, uno a quien él levantó de entre los muertos, a saber, su amado Hijo, Cristo Jesús. Concerniente a su nombramiento como Juez, Cristo Jesús dijo: “El Padre absolutamente no juzga a nadie, sino que él ha encomendado todo el juicio al Hijo, . . . el juicio que yo dicto es justo, porque yo busco, no mi propia voluntad, sino la voluntad de aquel que me envió.” Se le tiene mayor aprecio al nombramiento del Hijo como juez al considerar las palabras del apóstol Pedro: “Nos ordenó que predicáramos a la gente y que diéramos un testimonio cabal de que éste es Aquel de quien Dios ha decretado que sea juez de vivos y muertos.”—Isa. 33:22, Hech. 17:31; Juan 5:22, 30; Hech. 10:42, NM.
EL DÍA DE JUICIO DE MIL AÑOS
El día en el cual Cristo Jesús juzga a “vivos y muertos” no puede ser un día de veinticuatro horas. Pues la regla bíblica es: “Un día es con Jehová como mil años y mil años como un día.” De modo que el día que Jehová ha designado para que Cristo ejerza su nombramiento judicial es uno que dura mil años. Este juez también es un Rey. Así que es un Rey-Juez. Su reinado de mil años comienza después de la guerra universal del Armagedón, una guerra que va a venir sobre esta generación, guerra en la cual el Dios Todopoderoso destruye este presente sistema de cosas que hay sobre la tierra. Es la tierra simbólica del mundo de Satanás, entonces, lo que sufre destrucción en el Armagedón, no la tierra literal. Los cielos simbólicos, Satanás y su organización de demonios, también se disuelven en el Armagedón; porque por medio de su Hijo, Jehová abisma al Diablo: “Y prendió al dragón, la serpiente original, que es el Diablo y Satanás, y le ató por mil años. Y le arrojó al abismo el cual cerró y selló sobre él, para que no extraviara más a las naciones hasta que terminaran los mil años.”—2 Ped. 3:8; Apo. 20:2, 3, NM.
Aunque todo el inicuo sistema de cosas del día actual sentirá la furia cabal del “decreto de destrucción” expresado por Jehová, un gran número de personas, aquellas que aman la justicia y que se han dedicado al Dios verdadero, sobrevivirán al Armagedón y estarán en condición de recibir los beneficios del día del juicio de mil años. Durante este día del juicio Cristo Jesús resucitará a los muertos que Dios tiene en su memoria. Jesús nos dijo que no nos maravilláramos de este hecho: “No se maravillen de esto, porque la hora viene en la cual todos los que están en las tumbas memorialescas oirán su voz y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio.”—Isa. 28:22, AN; Juan 5:28, 29, NM.
Cuando estos millones de personas salgan de sus tumbas, ¿cómo serán juzgados? ¿Por el registro de su conducta pasada? No, ellos empezarán de nuevo sin ninguna culpa en su contra. Serán juzgados según sus obras futuras. Si hubieran de ser juzgados por sus obras pasadas, podrían ser juzgados estando aún en sus sepulcros. En ese caso solamente habría necesidad de una “resurrección de vida.” Pero Jesús, el Juez, ha prometido una “resurrección de juicio” y que los que son resucitados así serán juzgados según sus hechos futuros sobre una tierra libre de la influencia del Diablo. Dice la profecía: “Y el mar entregó los muertos que había en él, y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos, y fueron juzgados individualmente según sus hechos.” A cada uno se le dará la oportunidad de probar por su manera de obrar que ama la justicia. Pocas son las naciones hoy en día que ofrecen justicia para todos, y aun aquellas que lo hacen no pueden cumplir con sus promesas debido a la imperfección del hombre. Y además de eso, el pobre tiene poca esperanza de recibir justicia cabal; sólo el rico tiene los recursos para apelar a las cortes superiores. ¡Cuán diferente al tiempo presente será el día de juicio de mil años! En aquel entonces todos estarán en un nivel de igualdad. No habrá prejuicio en contra de los que eran pobres anteriormente: “Y no juzgará según la vista de los ojos, ni fallará según el oír de los oídos; sino que con justicia juzgará a los desvalidos, y fallará con rectitud por los mansos de la tierra.”—Apo. 20:13, NM; Isa. 11:3, 4.
APLÍCASE LA PRUEBA FINAL
¿Qué ocurre al final del día de juicio de mil años? Cristo Jesús, habiendo devuelto a la perfección a la raza humana, entrega el reino a su Padre para que Jehová sea todo para todos: “En seguida, el fin consumado, cuando él entrega el reino a su Dios y Padre, cuando él haya destruido todo gobierno y autoridad y poder.” Entonces Jehová usa a Jesús para soltar al Diablo: “Ahora, tan pronto como los mil años hayan terminado, Satanás será soltado de su prisión.” ¿Por qué se suelta al Diablo de su estado de detención de mil años parecido a la muerte? Porque tiene que hacerse una prueba final para determinar quién es digno de recibir de la mano de Jehová Dios el derecho de vivir sobre esta tierra para siempre.—1 Cor. 15:24; Apo. 20:7, NM.
No se sorprenda porque se suelte al Diablo. Tenemos que recordar que el hombre perfecto Adán fué probado por Dios. Jehová usó el “árbol del conocimiento del bien y del mal.” Pero durante la prueba final, después que terminen los mil años, el Juez supremo no usa ningún árbol sino más bien al Diablo para aplicar una prueba sobre la cual él pueda basar su juicio. Algunos de entre la humanidad perfeccionada, cual Adán en el jardín de Edén, se dejarán desviar por el Diablo. El resultado: estos inicuos voluntariosos, engañados, llamados simbólicamente Gog y Magog, se preparan para guerrear en contra de los que se mantienen fieles a Jehová. Dios no permite que las cosas se hagan ingobernables, porque cuando estos rebeldes dirigidos por el Diablo hacen su asalto supremo contra los habitantes leales del nuevo mundo, Jehová entra en acción: “Bajó fuego del cielo y los devoró. Y el Diablo que los estaba desviando fué arrojado al lago de fuego y azufre.” Esta vez Dios no abisma al Diablo, sino que lo arroja en el lago de fuego, símbolo de la muerte segunda o el estado de la aniquilación eterna. Todos los rebeldes que perecen con el Diablo sufren el mismo fin.—Gén. 2:17; Apo. 20:9, 10, NM.
PERÍODOS DE JUICIO SOBRE LA SOCIEDAD HUMANA
Puesto que el día del juicio de mil años y el período de juicio al final de ese día están todavía en el futuro, ¿puede uno hacer lo que se le antoje ahora y pasar por alto las buenas nuevas del reino de Dios? La respuesta bíblica es: No. Si las naciones, comunidades, familias e individuos no hubieran de ser considerados responsables por sus acciones, entonces no serviría para ningún propósito vital la obra de predicación mundial que Cristo Jesús predijo: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada con el propósito de dar un testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin consumado.” (Mat. 24:14, NM) El pasar por alto este mensaje acerca del nuevo mundo de Dios y el fin de este sistema de cosas es un error, un error mortal. Porque aunque el día del juicio de mil años aun no ha empezado, no crea usted que no ha habido o que no está en progreso ahora un período de juicio que abarca a la sociedad humana.
¿Cuán serio es un período de juicio? La condenación divina siempre resulta
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