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  • ¿Cómo escaparemos?
    La Atalaya 1981 | 15 de mayo
    • Isaac como ofrenda quemada. Es cierto que el elemento de escape no estaba envuelto en esto. Pero, ¿cómo respondió Abrahán? ¿Tardó en obedecer? ¿O imploró que se le debiera permitir hacer otra ofrenda? ¡No! “Se levantó Abrahán muy de mañana” y emprendió inmediatamente el viaje de tres días, con Isaac a su lado. Llegó hasta el mismo punto de tomar “el cuchillo de degüello para matar a su hijo,” cuando Dios intervino de modo que se le perdonó la vida a Isaac.—Gén. 22:1-14.

      17. (a) Al reflexionar sobre los asuntos que acabamos de considerar, ¿qué lección debemos tomar a pecho? (b) ¿Qué palabras de Jesús nos ayudan, a nosotros que somos sus seguidores, a valorar nuestra posición con relación al sistema de cosas actual?

      17 En esto hay una lección que podemos tomar a pecho. No sigamos un proceder justo simplemente de modo pasivo, quedando satisfechos con evitar conducta realmente mala. Jamás debemos demorarnos y ver cuánto nos podemos acercar al borde de este inicuo sistema de cosas para quedarnos allí en buenas relaciones con él y tratando de valernos de todas sus ventajas materiales y sacar de él toda la “diversión” que nos sea posible. El hecho de que los seguidores de Jesús no habrían de ser de actitud mundana se hizo patente cuando Cristo dijo en oración a Dios: “Yo les he dado tu palabra, pero el mundo los ha odiado, porque ellos no son parte del mundo, así como yo no soy parte del mundo.”—Juan 17:14.

      CÓMO LOGRAR ESCAPE

      18. ¿Cómo enlazó Jesús los relatos de Noé y Lot? ¿Tiene esto aplicación a nosotros hoy día?

      18 En una ocasión Jesús enlazó estrechamente los relatos acerca de Noé y Lot, y dijo que señalaban proféticamente a los venideros “días del Hijo del hombre.” Aunque aquellas palabras proféticas tuvieron un cumplimiento en la generación del día de Jesús, tienen un cumplimiento mayor en nuestro día, en este “tiempo del fin.” (Luc. 17:26-33; Dan. 12:1-4) Según el relato bíblico, en “los días de Lot” la gente no solo estaba comiendo y bebiendo, como en el día de Noé, sino también comprando, vendiendo, plantando y edificando. ¡Cuánto se parece eso al día de hoy, cuando es tan fácil dejar que los asuntos de la vida cotidiana absorban a uno por completo! En realidad, las presiones adversas que resultan de tales cosas como la inflación y el nacionalismo, junto con los alicientes para que uno “haga lo que le plazca” y avance en el mundo, son mayores que en cualquier otro tiempo.

      19. En la gran profecía que Jesús dio cuando estuvo en la Tierra, ¿qué intensificación describió él de una situación amenazadora, y qué exhortación dio después?

      19 Considere, ahora, la gran profecía de Jesús en la cual se describe la intensificación de asuntos que tendría lugar en nuestro día, lo cual resultaría en una situación muy amenazadora y peligrosa de la cual sería imprescindible escapar. Él dijo que habría “angustia de naciones, . . . mientras que los hombres desmayan por el temor y la expectativa de las cosas que vienen sobre la tierra habitada.” Esto culminaría en la “grande tribulación,” cuando “los cielos y la tierra” de Satanás habrán de ser removidos. (Luc. 21:10-33; Mat. 24:21; 2 Ped. 3:7) Después de esa descripción sigue la exhortación oportuna: “Mas presten atención a ustedes mismos para que sus corazones nunca lleguen a estar cargados debido a comer con exceso y beber con exceso y por las inquietudes de la vida, y de repente esté aquel día sobre ustedes instantáneamente como un lazo. Porque vendrá sobre todos los que moran sobre la haz de toda la tierra. Manténganse despiertos, pues, en todo tiempo haciendo ruego para que logren escapar de todas estas cosas que están destinadas a suceder, y estar en pie delante del Hijo del hombre.”—Luc. 21:34-36.

      20. (a) ¿Cómo puede decirse que Noé ‘anduvo con el Dios verdadero’ en todo tiempo? (b) De modo similar, tenemos que ejercer cuidado para hacer ¿qué?

      20 ¿Cómo, pues, escaparemos? No por medio de ser quitados de la escena de acción. Al contrario, tenemos que imitar el ejemplo de Noé, quien puso cuidado en ser obediente en cuanto a construir el arca, y luego, con su familia, entrar dentro de aquella provisión divina. Durante todos aquellos dificultosos años, él se mantuvo en condición de aprobado delante de Jehová. “Noé andaba con el Dios verdadero.” (Gén. 6:9) Lo mismo que Noé, nosotros tenemos que reconocer que existe una situación amenazadora de la cual es preciso que huyamos con sentido de urgencia. También, lo mismo que aquel hombre de fe, debemos ejercer cuidado para obedecer al “Proveedor de escape” y cumplir con las instrucciones divinas en estos tiempos peligrosos. Por una parte, tenemos que evitar tanto la tendencia a ser indulgentes con nosotros mismos, satisfaciendo nuestros apetitos a un grado excesivo, como el llegar a estar cargados con las inquietudes del vivir diario, lo cual resultaría en una actitud de soñolencia y demora. Si procediéramos así, saldríamos perdiendo al llegar ese día repentinamente como un lazo. Por otra parte, tenemos que estar alerta a todo tiempo y tenemos que mantenernos espiritualmente despiertos, acudiendo a Dios en oración con súplicas sinceras. No puede haber duda alguna en nuestra mente respecto al lado en que estamos... el lado del reino de Dios bajo su Rey, Cristo Jesús.—Mat. 6:31-34.

      21. ¿Cómo se nos anima a siempre mantenernos en condición de aprobados?

      21 Es imprescindible que tratemos de mantenernos en una condición de aprobación delante del Hijo del hombre, Jesucristo, hasta el final de estos tiempos críticos. Puede que el hacerlo sea penoso, pero no será más difícil de lo que podemos soportar si nos mantenemos despiertos y seguimos siendo obedientes. El apóstol Pablo nos asegura: “Dios es fiel, y no dejará que sean tentados más allá de lo que pueden soportar, sino que junto con la tentación él también dispondrá la salida [no necesariamente para que escapen de la situación, sino] para que puedan aguantarla.” Por eso, es necesario que cultivemos aguante, para que podamos superar las tentaciones y pruebas a fin de seguir “en pie,” fieles, en este ‘fin de los sistemas de cosas.’—1 Cor. 10:11-13; Mat. 24:3.

      22. ¿Adónde debemos dirigirnos para conseguir guía a fin de escapar, y por qué?

      22 Sin embargo, ¿se puede decir más en respuesta a las preguntas: ¿Cómo escaparemos? ¿Adónde huiremos? Se puede, y, a este respecto, examinemos más detalladamente la Palabra de nuestro Dios, Jehová, que conoce nuestras necesidades y cuidará de nosotros a medida que busquemos humildemente su guía.—1 Ped. 5:6, 7.

  • ¡Huya al reino de Dios!
    La Atalaya 1981 | 15 de mayo
    • ¡Huya al reino de Dios!

      1. En la carta que Pablo escribió a los hebreos, ¿qué se puede notar con relación a escape?

      EN SU carta a los hebreos, el apóstol Pablo dice algunas cosas importantes con relación a escape. Considera dos aspectos: cosas que deben observarse y cosas que deben evitarse. En apoyo de su argumento, frecuentemente cita de las Escrituras Hebreas, con las cuales habrían estado muy familiarizados sus lectores de aquel tiempo... judíos que se habían hecho cristianos.

      2. ¿Qué comparación hizo Pablo entre el Hijo de Dios y los ángeles, y a qué conclusión lleva esto?

      2 En el primer capítulo de Hebreos 1, Pablo subraya la posición superior que ocupa el Hijo de Dios sobre los ángeles. Entonces dice el apóstol: “Por eso es necesario que [nosotros, los cristianos,] prestemos más que la acostumbrada atención a las cosas oídas por nosotros, para que nunca nos deslicemos [o, “seamos arrastrados a la deriva,” Bover-Cantera]. Porque si la palabra hablada por medio de ángeles resultó firme, . . . ¿cómo escaparemos nosotros si hemos descuidado una salvación de tal grandeza siendo que empezó a ser hablada por medio de nuestro Señor [Jesucristo] . . .?”—Heb. 2:1-4.

      3. (a) La esperanza de salvación mediante Cristo Jesús es mejor que ¿qué otra esperanza? ¿y en qué sentido? (b) ¿De qué viene acompañada esta “esperanza mejor”? (c) ¿De qué hay necesidad, prescindiendo de que nuestras esperanzas sean celestiales o terrestres?

      3 La esperanza de salvación que se dio por medio de Jesucristo es mucho mejor y mayor que la que se ofreció por medio de la Ley “transmitida mediante ángeles” en el monte Sinaí. (Gál. 3:19) Es mejor porque está basada en un “pacto mejor . . . establecido legalmente sobre mejores promesas,” un sacrificio mucho mejor (que se hizo “una vez para siempre,” y da una “esperanza mejor”) y un sacerdocio mejor, semejante al de Melquisedec. (Heb. 7:15-25; 8:6; 9:23-28) No obstante, esta “esperanza mejor” viene acompañada de una responsabilidad mayor. Por eso, es necesario prestar atención detenidamente y ejercer cuidado para evitar todo descuido, “para que nunca nos deslicemos” o vayamos “a la deriva.” Y aunque aquí se hace referencia a la salvación celestial, responsabilidades similares descansan sobre los que tienen la esperanza de salvación terrestre bajo el reino de Dios.

      4. ¿Qué quiere decir ir a la deriva, y cómo aplicaría esto a los cristianos?

      4 ¿Cuánto esfuerzo se requiere para que alguien vaya deslizándose, o para ir a la deriva? Ninguno en absoluto. Si estamos en un río, sea que estemos dentro de un barco o sobre el agua misma, la corriente simplemente nos lleva río abajo. Lo mismo sucede en la vida real. Si nosotros, como cristianos, empezamos a ir a la deriva, nos dejamos llevar por cualesquier

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