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¿No desaparecerá nunca el fumar?¡Despertad! 1981 | 22 de julio
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escribió la Dra. Jean Mayer. Aproximadamente la mitad de los hombres de los países occidentales están muriendo de enfermedades cardíacas, y muchos de los demás mueren de cáncer. Los hechos revelan que estas terribles plagas tienen como causa principal el hábito de fumar cigarrillos.
El Colegio Real Británico de Médicos declaró que el fumar es “tan importante causa de muerte como lo fueron enfermedades epidémicas como la tifoidea, el cólera, y la tuberculosis.” El Servicio Público de Salud de los Estados Unidos declara que el fumar es nuestra “causa principal de enfermedades y muertes evitables.”
La prueba ha continuado amontonándose. En enero de 1979 el director general de Sanidad de los Estados Unidos publicó un informe sobre el fumar en el cual citó 30.000 obras de investigación como fuentes de referencia. El informe declara: “En los Estados Unidos, entre los factores ambientales que, funcionando por sí solos, contribuyen a las enfermedades, la incapacidad física y la muerte, el más evitable es el de fumar cigarrillos.” En un comentario editorial sobre ese informe, el Times de Nueva York indicó: “Esa cizaña está matando a más de 350.000 estadounidenses cada año.”
El informe de 1980 presentado por el director general de Sanidad de los Estados Unidos destacó los efectos desastrosos que el fumar tiene en las mujeres, entre las cuales el hábito de fumar se ha generalizado extensamente en época más reciente. El informe declaró: “Ya están presentándose entre las mujeres las primeras señales de una epidemia de enfermedades relacionadas con el fumar. Se calcula que dentro de tres años la cantidad de casos de cáncer pulmonar excederá a la de casos de cáncer mamario.”
El Dr. Halfdan Mahler, director general de la Organización Mundial de la Salud, declaró en marzo del año pasado: “Entre las cosas evitables que, funcionando por sí solas, son causa de mala salud en el mundo, la mayor, probablemente, sea el fumar.”
Si usted fuera fumador y centenares de respetadas autoridades médicas le dijeran esas cosas en cuanto a su hábito, ¿qué haría usted?
¿Pasando de moda?
Decenas de millones de fumadores han dejado de fumar como resultado de toda esta prueba. Tan solo en los Estados Unidos hay 30 millones de ex fumadores. En 1965 la mayoría de los hombres de los Estados Unidos fumaban, pero para 1979 menos del 37 por ciento de los hombres lo hacían. Durante ese mismo tiempo, hasta la cantidad de las mujeres que fumaban disminuyó de 32 por ciento a 28 por ciento. Más de la mitad de la población adulta del Canadá fumaba en 1965; ahora menos del 42 por ciento fuma.
Sí, se ha ayudado a muchos fumadores a dejar el vicio. En 1978 los estadounidenses se fumaron 2.000.000.000 menos cigarrillos que en el año anterior. Daniel Horn, representante de la Agencia Nacional Distribuidora de Información sobre el Fumar y la Salud, proclamó: “La batalla contra el fumar se ha ganado.” Pero, ¿es cierto eso?
¡Ni por asomo! Según contestó un ejecutivo del Instituto del Tabaco: “No tenemos ninguna intención de quedarnos sentados con los brazos cruzados y observar mientras se destruye nuestra industria.” De modo que en cierto año, poco tiempo atrás, invirtieron 875 millones de dólares (E.U.A.) en dar publicidad a los cigarrillos, una suma mayor de la que se invirtió en todo otro producto que se vende en los Estados Unidos. Realmente, la rebaja de 2.000.000.000 en el consumo de cigarrillos en los Estados Unidos simplemente fue bajar de 617 mil millones de cigarrillos a 615 mil millones, una disminución de menos de un tercio de 1 por ciento.
La realidad es que la industria del cigarrillo continúa creciendo, a medida que se abren y aprovechan nuevos mercados en países del tal llamado Tercer Mundo. ¡En cierto año, hace poco, los Estados Unidos aumentaron su exportación de tabaco en más de 20 por ciento! Así, pues, la producción mundial de cigarrillos de 1978 excedió por 100 mil millones a la de 1977.
Para asegurarse de que el fumar no pase de moda, la industria del tabaco se ha aprovechado de otro mercado... la juventud. Según explica el Dr. Ronald Shor, sicólogo: “Los adolescentes tratan de identificarse significativamente con los adultos y tratan de descubrir cómo vivir vidas felices y normales como adultos sin tener que renunciar a su espíritu juvenil. Los anuncios [de cigarrillos] dicen que eso es exactamente lo que se puede lograr cuando se fuma.”
De modo que en los Estados Unidos 6.000.000 de jóvenes de menos de 20 años de edad ahora fuman. Parece que en otros países la cantidad de fumadores jóvenes es mayor, según indica la revista World Health: “En Bélgica, el 50 por ciento de los jóvenes fuman al llegar a la edad de 15 años. En la República Federal de Alemania, el 36 por ciento de los jóvenes entre las edades de 10 a 12 años ya son fumadores empedernidos.”
Pero, ¿por qué no se prohíbe un producto del cual se reconoce que causa enfermedades tan terribles, en vez de dar publicidad tan llamativa al producto como algo que fuera tan provechoso? Y, si los peligros del fumar están tan bien establecidos, ¿a qué se debe que tantos millones de personas continúen fumando?
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Por qué es tan popular el fumar¡Despertad! 1981 | 22 de julio
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Parte 2
Por qué es tan popular el fumar
A PESAR de las advertencias de que el fumar es peligroso para la salud y a pesar de las campañas contra ese hábito, el fumar sigue siendo muy popular. De hecho, muchas personas fuman más de lo que fumaban antes.
Desde 1965 a 1978, la cantidad de cigarrillos que se fumaron en los Estados Unidos alcanzó un aumento de 90.000.000.000, pero la cantidad de fumadores permaneció más o menos igual. ¿Por qué aumentó el consumo?
Contenido de brea y nicotina
Parece que un factor en esto es la reducción en la cantidad de nicotina y brea en los cigarrillos. La nicotina, un ingrediente importante en el tabaco que se usa para fumar, es una droga venenosa que se utiliza comercialmente en los insecticidas. Y la brea consta de las diminutas partículas del humo, y se le conoce también como “el residuo pegajoso del humo del tabaco.” Debido a que la nicotina y la brea son peligrosas para la salud, las compañías de tabaco han estado disminuyendo el contenido de estas sustancias en sus cigarrillos. ¿Con qué resultados?
Uno de los resultados es que los fumadores tienden a fumar más cigarrillos. “En pruebas preliminares,” informa Medical World News, “siete fumadores empedernidos se fumaron un promedio de 25 por ciento más cigarrillos por día cuando cambiaron a una marca de cigarrillo que contenía menos nicotina.” Debido a esto, el Dr. Stanley Schachter, quien condujo los experimentos, concluye que “la campaña a favor de cigarrillos con menos nicotina es una campaña descarriada.”
Pero, ¿qué hace que la gente fume más cigarrillos cuando los niveles de nicotina y brea son más bajos? En particular, el fumador hace eso para satisfacer su deseo vehemente de nicotina... de obtener la cantidad a la cual se ha acostumbrado. La nicotina llega al cerebro pocos segundos después que el fumador inhala. Por eso, cada fumada, según dice el Dr. Michael A. H. Russell, representa una dosis de una unidad de nicotina. Esto es, según declara él en Drug Metabolism Reviews (1978), como ponerse una inyección de heroína.
Un adicto a la heroína pudiera pasar varias horas sin ésta antes de desear vehementemente otra inyección. Después que alguien se fuma un cigarrillo, toma de 20 a 30 minutos el que la nicotina se disipe del cerebro y pase a otros órganos. Es más o menos a ese intervalo que un fumador empedernido se fuma otro cigarrillo... cuando necesita otra “inyección” de nicotina.
No obstante, ¿es justo comparar el deseo vehemente de fumarse un cigarrillo con el de la heroína? ¿Envicia realmente la nicotina?
¿Es el fumar un enviciamiento?
Comúnmente, las personas dicen que fuman porque les ayuda a relajarse, les alivia la tensión y las tranquiliza. Pero los experimentos muestran que, en vez de realmente hacer que el fumador se sienta relajado, el fumar simplemente le permite al fumador evitar los síntomas adversos del verse privado de fumar.
Este hecho quedó demostrado cuando tanto fumadores como no fumadores fueron expuestos a situaciones de tensión. Los fumadores que fumaban cigarrillos con un alto nivel de nicotina salieron mejor en tales situaciones que cuando fumaban cigarrillos con un nivel bajo de nicotina o cuando no fumaban en absoluto. Pero a estos fumadores no les fue mejor ni peor que a los no fumadores bajo las mismas circunstancias. La conclusión: “El fumar no hace que el fumador se irrite menos o esté menos propenso al fastidio,” dijo el Dr. Schachter. Sin embargo, añadió lo siguiente: “El no fumar o no tener suficiente nicotina lo hace más irritable.”
Tal como un adicto a la heroína necesita la heroína para evitar la irritabilidad y otros síntomas parecidos, así el fumador necesita su nicotina por una razón similar.
Actualmente las autoridades consideran el fumar cigarrillos como una forma de enviciamiento o toxicomanía. Según el informe “Fumar o tener salud,” hecho por el Colegio Real Británico de Médicos, “es una forma de depender de drogas distinta, pero no menos fuerte, que la de otras drogas que crean hábito.”
Fundándose en considerable investigación, el Dr. M. A. H. Russell declaró francamente: “Si no fuera por la nicotina del humo del tabaco, la gente no mostraría mucha más inclinación a fumar cigarrillos que a hacer pompas de jabón o encender cohetes chisperos.” Aunque también puede ser que haya otros factores envueltos en el que este hábito esté tan arraigado, es obvio que muchos fumadores están físicamente enviciados. Esto se puede ver por la agonía que sienten cuando tienen que pasarla sin cigarrillos. Al describir su abstinencia, Budd Whitebook escribió en la revista Harper:
“Mi cuerpo estaba más enfermo de lo que yo pensaba. En la primera noche, fue tanto el dolor en las coyunturas de los brazos y de los hombros y en los músculos del pecho y de las pantorrillas, que me escondí en la oscuridad y lloré. El dolor duró solo un día, pero por lo menos por una semana siempre estuve sintiendo dolor en alguna parte del cuerpo. Privé del humo y la nicotina a miembros de mi cuerpo como la boca, la nariz, la garganta, el estómago y cada diente, y la reacción de éstos a la falta de nicotina duró por mucho más tiempo. Continuamente arqueaba la boca como si estuviera ajustándome a una caja de dientes barata que hubiera comprado en alguna tienda. Me dolía la garganta como si hubiera fumado demasiado, quizás por estar inhalando demasiado fuertemente de un cigarrillo imaginario. Me sonaba la nariz sin necesidad. Es asombroso cuántas partes de mí —falange, órgano, membrana y pelo— deseaban que fumara, y cada una lo manifestaba con un dolor particular. Por dos semanas completas tuve náuseas.”
Quizás usted se pregunte: ‘¿No es un acto criminal el promover un hábito que envicia tanto y que es tan perjudicial a la salud?’ ¿Por qué se le promueve?
Cualquier cosa por dinero
Se ha sabido que hasta personas a quienes se considera bondadosas y respetables hacen prácticamente cualquier cosa por dinero. Sí, hasta matan. A veces los gobiernos entran en guerra y sacrifican muchas vidas a fin de proteger sus intereses económicos, por egoísmo. ¿Pudiera haber un paralelo en la promoción del fumar cigarrillos?
El Medical Tribune declara: “Los cigarrillos son una de las principales causas de muerte en los Estados Unidos; sin embargo, la mayoría de los cuerpos gubernamentales han demostrado repetidas veces renuencia a proteger al público o, peor aún, actúan para agravar una situación maligna por medio de dar subsidios a los cultivadores de tabaco.”
El Daily News de Nueva York declaró: “La actitud del gobierno para con el tabaco es un estudio en hipocresía. . . . ha suministrado apoyos al precio del tabaco desde 1938, aumentando constantemente la cantidad hasta la actual de 65 millones de dólares, incluso una asignación de 24 millones de dólares en préstamos para que se envíe tabaco a las naciones de escasos recursos bajo el programa de Alimento para la Paz.”
El gobierno de los Estados Unidos devenga miles de millones de dólares anualmente de los impuestos sobre los cigarrillos. Pero también se benefician del tabaco miles de ciudadanos. Tan solamente en los Estados Unidos el hábito de fumar suministra empleo que significa el sustento para unas 450.000 familias que viven en granjas de tabaco y para 72.700 obreros de la industria del cigarrillo.
No obstante, se pueden hacer ajustes, y la gente puede ganarse la vida de otras maneras. Hace unos años todos los testigos de Jehová que estaban asociados de alguna manera con el negocio del tabaco se salieron completamente de él. Podían ver lo inconsecuente que era el que un cristiano produjera un producto que, según las pruebas médicas, “es responsable, anualmente, por más muertes que las que ocurrieron entre los estadounidenses en los conflictos de la II Guerra Mundial, Corea y Vietnam combinados.”
Pero alguien pudiera decir: ‘El fumador sólo se está haciendo daño a sí mismo. ¿Por qué prohibir un producto del cual la gente siente que deriva placer?
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