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La sabiduría de Dios al tratar con el hombre¡Despertad! 1971 | 8 de septiembre
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duda es un pueblo sabio y entendido.’ Porque ¿qué gran nación hay que tenga dioses cercanos a ella de la manera que lo está Jehová nuestro Dios en todo nuestro invocarlo? ¿Y qué gran nación hay que tenga disposiciones reglamentarias y decisiones judiciales justas como toda esta ley que estoy poniendo delante de ustedes hoy?”—Deu. 4:5-8.
Israel había sido escogida, más bien que alguna otra nación, debido al amor de Dios a Abrahán. (Deu. 7:7, 8; 2 Rey. 13:23) Unos 400 años después del Diluvio, Jehová vio que Abrahán era un hombre que nunca dudaba de lo que Dios decía, que mostraba obediencia sin disputas. (Gén. 15:1, 6; Rom. 4:18-22) Abrahán obedeció según el conocimiento que había recibido acerca de Dios y sus tratos con Noé y Sem, antepasados de Abrahán. En consecuencia, su prole por medio de su esposa fiel Sara recibió la singular bendición de ser el pueblo en pacto con Dios, usado para su propósito.
Las otras naciones siguieron su propio camino de autonomía y desobediencia a Dios. Dios les dejó disfrutar del sol y la lluvia, y el fruto de la tierra, pero Dios no entró en tratos con ellas, y no intervino en sus asuntos salvo cuando tocaron los asuntos de su nación escogida. (Deu. 32:8) Aun entonces, la intervención de Dios no fue porque Israel lo mereciera, sino a causa de su propósito justo. Cuando, por ejemplo, Balac el rey de Moab empleó al profeta Balaam para maldecir a Israel, Dios hizo imposible que Balaam expresara una maldición que permitiera a Balac destruir a Israel, porque Dios estaba usando a Israel para su propósito.—Núm. 22:12; 24:10.
Pero Jehová no había olvidado a las otras naciones. Mientras trataba exclusivamente con Israel, estaba desarrollando un propósito para bendecir más tarde a estas naciones, aunque ellas ignoraban este hecho.
Ninguna injusticia de parte de Dios
Nadie puede quejarse porque Dios escogió a una sola nación para suministrar este fundamento para nuestra fe y entendimiento hoy. Es cierto que durante este período Israel fue bendecida por encima de las otras naciones. Pero, por haber sido colocado sobre ella el nombre de Jehová, esa nación también afrontó una responsabilidad muy fuerte que las otras naciones no llevaron. Israel tuvo que rendir cuentas directamente a Dios. El pueblo fue disciplinado severamente por Jehová cuando pecó, sufriendo plagas, cautiverio y, finalmente, debido a desobediencia sin arrepentimiento, la desolación de su tierra.—Deu., cap. 28.
Así se desplegó la sabiduría asombrosa de Jehová Dios al hacer un registro vivo. Su sabiduría también se manifestó por la manera en que conservó la verdad encomendándola a aquella única nación y disciplinando a aquella nación y manteniéndola junta bajo su pacto de la Ley, mientras que las otras naciones, bajo el régimen del hombre, continuamente servían a dioses falsos de su propia hechura.—Sal. 96:5; 115:2-8; Rom. 3:1, 2.
Pero todos los tratos de Jehová señalan unidamente a su más excelente don para la humanidad. Esa es su provisión de la Descendencia, el Rey de la administración de Dios para la Tierra, que significará vida para todos los hombres obedientes. (Hech. 17:30, 31) ¡Cómo resplandece la sabiduría de Dios al suministrar una identificación inequívoca del Mesías en la genealogía, la cronología y las profecías de las Escrituras Hebreas! (Juan 5:39; Rev. 19:10) Además, el registro histórico no solo da consuelo y esperanza sino que también sirve como guía para la vida actual, porque suministra modelos así como ejemplos a “nosotros a quienes los fines de los sistemas de cosas han llegado.”—1 Cor. 10:11; Heb. 10:1.
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La datilera¡Despertad! 1971 | 8 de septiembre
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La datilera
● Una sola datilera puede producir de 45 a 272 kilos de dátiles en un año bueno. Y el árbol puede continuar dando fruto durante 100 años.
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