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¿Qué encierra el futuro para las Naciones Unidas?La Atalaya 1975 | 1 de febrero
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Sin importar cuáles sean los méritos de las reuniones en la cumbre, conferencias regionales, acuerdos bilaterales y multilaterales, todos descansan sobre las arenas mudables del acaudillamiento y opinión pública caprichosos y cambiables. Solo las N.U., como los gobiernos nacionales, se basan firmemente en una constitución y unidades administrativas que tienen vida propia y que duran de década en década.”
LO QUE REVELA LA PROFECÍA BÍBLICA
Sin embargo, la respuesta concluyente en cuanto a lo que encierra el futuro para las Naciones Unidas no se halla analizando las condiciones o tendencias mundiales. Se halla en la inspirada Palabra de Dios, la Biblia, y sus profecías. Los acontecimientos y tendencias del día presente confirman lo correcto de esas profecías.
En la Biblia, a las potencias mundiales políticas se les representa bajo el símbolo de bestias. (Vea Daniel 7:17, 23; 8:20-22.) El capítulo 17 del libro de Revelación predice una organización política compuesta, combinando en sí los restos de las potencias mundiales de la historia. Está representada bajo el símbolo de una bestia de siete cabezas (cada cabeza representando a una potencia mundial, las cuales se cuentan sobre la base de su efecto sobre los siervos del Dios verdadero) con diez cuernos, los cuernos representando la totalidad de los gobiernos políticos terrestres. Esta organización habría de desaparecer de la escena por un tiempo, cayendo como si fuese en un hoyo de inactividad semejante a la muerte. Luego volvería a aparecer y se movería a su destino final.
Las Naciones Unidas, con su predecesora, la Sociedad de Naciones (que entró en un período de inactividad semejante a muerte durante la II Guerra Mundial), cuadran con esta descripción simbólica. Tal como los gobiernos representados por los “diez cuernos” obtuvieron autoridad aumentada sobre una escala mundial por medio de asociarse con la organización política compuesta, así también vemos que aun naciones pequeñas han conseguido una voz, importancia y poder por medio de ser miembros de las Naciones Unidas.—Rev. 17:7-13.a
Como se representó proféticamente, estos reyes simbólicos diferentes “tienen un solo pensamiento.” (Rev. 17:13) Es decir, aunque no están de acuerdo en numerosas proposiciones, están unidos en su determinación de utilizar un proyecto humano para establecer paz y seguridad duraderas en escala global. Al proceder así, rechazan la propia provisión de Dios para efectuar esto: su reino por medio de Cristo Jesús. Por lo tanto la profecía muestra que esta organización política internacional pelea contra el Rey nombrado de Dios y contra los que están de parte de él en la cuestión. Esto hace inevitable la destrucción final de esa organización política compuesta y todos sus miembros y apoyadores, abriendo el paso así para el propio gobierno de Dios de la Tierra.—Rev. 17:14; compare con Daniel 2:44.
Pero antes de pasar de la escena terrestre, esa organización política compuesta cumplirá otro rasgo de la profecía divina. La Biblia muestra que las naciones miembros de la organización por largo tiempo han estado bajo la engañosa dominación de sistemas religiosos mundanos, los cuales forman un imperio mundial de religión falsa representado en Revelación por una mujer meretricia llamada “Babilonia la Grande.” Pero la profecía muestra que las potencias políticas se cansarán de la hipocresía, el entremetimiento, las demandas de los sistemas religiosos meretricios y se volverán contra ellos, devastándolos completamente.—Rev. 17:1-6, 15-18.b
Aunque parece extraño, precisamente cuando esta organización global parezca alcanzar el cenit de su prominencia, aparentemente en el umbral de establecer un fundamento político para paz y seguridad, simultáneamente se acercará al punto de su propia caída. Como fue inspirado el apóstol Pablo a escribir: “Cuando sea que ellos estén diciendo: ‘¡Paz y seguridad!’, entonces destrucción repentina ha de sobrevenirles instantáneamente.” (1 Tes. 5:2, 3) Y, aunque después de dicha proclamación esta organización mundial participará en su acto más dramático y sacudidor del mundo —la destrucción del imperio mundial de la religión falsa— ese acto no la protegerá de ser destruida por Dios como una falsificación, un esfuerzo fútil y rebelde para sustituir con un arreglo político el reino prometido de Dios.
Por esta razón crecientes cantidades de personas en más de 200 países e islas del mar, sí, gente de muchas naciones, ahora se unen en cifrar su plena confianza y esperanza, no en un sistema político de este mundo afligido, sino en el gobierno de Cristo Jesús, el cual gobierno con base en el cielo es la fuente verdadera de paz y seguridad duraderas para esta Tierra.
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El práctico códiceLa Atalaya 1975 | 1 de febrero
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El práctico códice
CADA año se imprimen millones y millones de libros. Tan solo en la imprenta de la Sociedad Watchtower de Brooklyn, Nueva York, con frecuencia se produce más de un millón de libros encuadernados cada semana. Puesto que los libros son tan comunes hoy, quizás sea difícil imaginarse un tiempo en la historia humana cuando no se conocían. Sin embargo eso fue lo que sucedió durante muchos siglos.
No fue sino hasta después de haber pasado unos cuatro mil años de historia humana que el códice o libro de hojas, el precursor del libro moderno, entró en uso común. Antes de eso, los rollos de papiro o pergamino servían el propósito que sirven los libros hoy día.
Los rollos tenían desventajas definitivas que el códice no tenía. Para hallar un punto en particular en una sección concluyente de un rollo había que desenrollar seis, nueve o más metros de éste. Esto quizás explique por qué las citas hechas por antiguos escritores seglares de otras fuentes a menudo son muy inexactas. En vez de molestarse en desenrollar un rollo y tratar de hallar la cita, probablemente la registraban de memoria.
El códice fue mucho más práctico que el rollo. Aunque pudiera necesitarse un rollo de unos 32 metros para abarcar los cuatro Evangelios, un códice compacto tendría espacio para todos ellos. Debido a que la escritura estaba en páginas separadas y no simplemente en un rollo largo con numerosas columnas de escritura, se le facilitaba a uno el hallar declaraciones específicas. Un códice por lo general contenía el doble de información que un rollo que tuviera la misma cantidad de papiro o pergamino. Esto se debía a que los rollos comúnmente solo tenían escritura en un lado, mientras que las hojas del códice tenían escritura en ambos lados. De modo que el códice era más económico que el rollo.
DESARROLLO DEL CÓDICE
En cuanto al desarrollo del códice, la palabra latina de la cual se deriva el término “códice” suministra indicios. Proviene del latín caudex y originalmente quería decir tronco de árbol. Más tarde el término se aplicó a las tablillas de madera que se usaban para escribir después de haber sido untadas con cera. Con el tiempo, las tablillas individuales se juntaban con cuerdas o anillos, y a las tablillas aunadas las llamaron códice.
Con el tiempo los romanos empezaron a usar pergamino en vez de madera revestida
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