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¿Cómo puede usted hallar seguridad verdadera?La Atalaya 1977 | 1 de septiembre
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esfuerza constantemente por ir teniendo cada vez más cosas materiales, como una casa más grande y mejor, más dinero en el banco, un trabajo mejor, prescindiendo de las consecuencias, entonces revela que realmente quiere las cosas del mundo. Demuestra por sus obras que su mente está principalmente en los beneficios del sistema actual. Pero ¡cuán falto de perspicacia es esto! puesto que “todo lo que hay en el mundo —el deseo de la carne y el deseo de los ojos y la exhibición ostentosa del medio de vida de uno— no se origina del Padre, sino que se origina del mundo. Además, el mundo va pasando y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.”—1 Juan 2:16, 17.
APRENDIENDO DEL PASADO
12. ¿Qué fue lo incorrecto en el caso de la gente del día de Noé?
12 Podemos imaginarnos cuánto deben de haberse mofado los inicuos de Noé y su familia, en los días de antes del diluvio, por el mucho tiempo que éstos dedicaban a hacer la voluntad de Jehová. Por supuesto, tenían que trabajar para obtener lo que diariamente necesitaban y mantener un lugar donde vivir, pero eso no era el centro de sus actividades. Sin embargo, para el resto de aquel mundo aquello sí lo era, pues estaban dedicados a estar “comiendo y bebiendo, los hombres casándose y las mujeres dándose en matrimonio, hasta el día en que Noé entró en el arca.” (Mat. 24:38) Pero si se evitan los excesos, ¿hay algo malo en comer, o en beber, o en casarse? No, pues Jehová mismo instituyó esas cosas cuando creó al hombre y a la mujer. Lo incorrecto era que en un tiempo de juicio, cuando era cuestión de vida o muerte, aquella gente tontamente tuviera como centro de su vida esas actividades y no prestara atención a la voluntad de Dios.
13. ¿Les proporcionaron seguridad las posesiones materiales a las personas de aquel tiempo? ¿Le proporcionaron seguridad a Noé sus posesiones?
13 De esas personas, Jesús dijo: “No hicieron caso hasta que vino el diluvio y los barrió a todos.” (Mat. 24:39) Sí, quizás hayan pensado que Noé era “excéntrico” porque renunciaba a beneficios materiales a fin de concentrarse en construir el arca y predicar. Pero ¿de qué le sirvió a la gente el ir tras las cosas materiales y sus “diversiones”? De ningún bien duradero. No solo perdieron sus posesiones, sino también la vida, pues aquel mundo fue destruido por agua. (2 Ped. 2:5) También, note esto cuidadosamente: ¿De qué les sirvieron a Noé, sus hijos y sus esposas sus casas y posesiones? Tampoco proveyeron seguridad alguna. Era en el arca donde había de hallarse seguridad. Y cuando llegó el tiempo en que habían de abandonar las casas que tenían, no vacilaron. No habían estado confiando en aquellas cosas para seguridad, y por eso pudieron dejarlas sin dificultad alguna.—Gén. 6:22.
14. ¿Qué pérdida sufrió toda la gente en Sodoma y Gomorra, pero qué diferencia hubo en el caso de Lot y sus hijas? (Luc. 9:62)
14 Siglos después, cuando Jehová destruyó a Sodoma y Gomorra por la crasa iniquidad de aquellas ciudades, ¿cuánto quedó de las casas y posesiones que había en ellas? ¡Nada! Cuando Lot y su familia abandonaron a Sodoma, pudieron tomar muy pocas cosas consigo. Su casa, sus muebles y la mayoría de sus posesiones también fueron destruidos. Pero Lot y sus dos hijas comprendieron que su vida era mucho más importante. Discernieron la cuestión. Por su fe y obediencia a las instrucciones de Jehová, se salvaron. Pero ni la población de aquella zona ni sus posesiones se salvaron. Como dijo Jesús, en los días de Lot “comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban. Mas el día en que Lot salió de Sodoma llovió del cielo fuego y azufre y los destruyó a todos.” Entre ellos, ¿a quién? Tristemente, entre ellos a la esposa de Lot. Cuando iban huyendo, ella desobedeció y miró atrás hacia las cosas que habían dejado, y perdió la vida.—Gén. 19:26; Luc. 17:28, 29.
15. ¿Por qué comparó Jesús nuestro día con el de Noé y Lot?
15 Jesús dijo que tal como fue en los días de Noé y también de Lot, así sería en la venidera “grande tribulación.” La inmensa mayoría de la población de la Tierra no estaría interesada en Dios ni su voluntad. Como resultado, perderían la vida. Y cuando una persona está muerta, ¿de cuántas de sus posesiones materiales puede disfrutar? De ninguna de ellas. Pero para los que quieren seguir viviendo, y que acuden a Dios en busca de seguridad, no sucederá eso. Ellos no permitirán que los entrampen los intereses materiales. Realmente, están listos para abandonar toda posesión material “en aquel día en que el Hijo del hombre ha de ser revelado.” Pues Jesús dijo: “En aquel día el que esté en la azotea pero cuyas cosas movibles estén dentro de la casa no baje a tomarlas, y el que esté en el campo igualmente no vuelva a las cosas atrás. Acuérdense de la esposa de Lot.”—Luc. 17:30-32.
16. ¿Sufrieron pérdida los cristianos en la destrucción de Jerusalén en 70 E.C.?
16 ¿Qué magnitud tendrá la destrucción de cosas materiales que habrá en la venidera “grande tribulación”? Solo el tiempo lo dirá. Pero en los ejemplos de la historia bíblica que hemos notado antes hubo enorme pérdida material, entre la cual estuvo mucha pérdida material para el pueblo de Dios. Eso también fue lo que sucedió en 70 E.C. cuando los ejércitos romanos devastaron a Jerusalén. Los cristianos tuvieron que abandonar sus hogares antes, y quizás tomaron consigo solo unas cuantas cosas que pudieran llevar con facilidad. (Luc. 21:20, 21) ¿Qué les sucedió a los que no quisieron partir de allí? Perdieron no solo sus hogares y posesiones a manos de los romanos, sino posiblemente también la vida. Los cristianos que huyeron de la ciudad, aunque también sufrieron la pérdida de sus casas y la mayor parte de sus posesiones, escaparon con vida y retuvieron su libertad. Por eso, también, en la venidera tribulación, podría haber gran pérdida en sentido material. ¿Cómo consideraría usted una pérdida personal de esa índole?
17. ¿Por qué es un error penoso buscar seguridad donde no se debe? (Sof. 1:18)
17 Por eso piense ahora, ¿en qué confía usted como lo que realmente le puede suministrar seguridad? ¿En el “oro,” o en Dios? ¿En torno de qué giran su mente, y su corazón,... en torno de las cosas de este sistema o en torno del nuevo orden de Dios? ¿Muestran sus acciones, su modo de vivir, dónde busca usted la seguridad? ¡Qué penoso error sería buscar la seguridad donde no se debe en esta fecha tardía! Como dice Job 31:24-28: “Si he puesto el oro como mi seguridad, o al oro he dicho: ‘¡Tú eres mi confianza!’ Si solía regocijarme porque era mucha mi propiedad, y porque mi mano había hallado muchas cosas; . . . eso también sería un error para la atención de los jueces, porque hubiese negado al Dios verdadero arriba.”
18. ¿Qué conmovedora expectativa hay para los que dirigen su búsqueda en la dirección correcta para hallar la seguridad?
18 En vista del derrumbe inminente de los sistemas humanos, y la subsecuente pérdida material inmensa que podría acontecer, ciertamente sería falto de perspicacia el que no nos preparáramos mentalmente para ello. Si usted ama la vida, y quiere seguir viviendo, no llegue a tener apego a ninguna cosa material. “Las cosas valiosas no serán de ningún provecho en el día del furor, pero la justicia misma librará de la muerte.” “El que confía en sus riquezas... él mismo caerá; pero justamente como follaje los justos reverdecerán.” (Pro. 11:4, 28) Estos “justos” serán introducidos en el nuevo orden de Dios, y participarán allí en la conmovedora obra de convertir toda la Tierra en un Paraíso, un hermoso hogar en el cual disfrutarán de vivir eternamente. Habiendo dirigido su búsqueda en la dirección correcta, éstos “realmente morarán en seguridad, sin nadie que [los] haga temblar.”—Eze. 34:28.
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¿En qué está su seguridad?... ¿en su casa?... ¿en su cuenta bancaria?... ¿en su trabajo?La Atalaya 1977 | 1 de septiembre
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¿En qué está su seguridad?... ¿en su casa?... ¿en su cuenta bancaria?... ¿en su trabajo?
1. ¿Qué deseos apropiados satisfará Jehová, y cómo?
TODA persona normal desea seguridad. Quiere seguridad económica, un lugar hermoso en el cual vivir, trabajo satisfactorio, libertad del temor y tranquilidad de ánimo. Jehová implantó el deseo de esas cosas apropiadas cuando creó al hombre y a la mujer. Y en el nuevo orden de Jehová, bajo el gobierno de su reino celestial, de esa seguridad disfrutará felizmente la humanidad. Tocante a Jehová, el salmista inspirado dijo: “Estás abriendo tu mano y satisfaciendo el deseo de toda cosa viviente.” (Sal. 145:16) En el nuevo orden de Dios los deseos apropiados de los seres humanos serán satisfechos a cabalidad, a grado mayor de lo que esperan.
2. ¿Qué pérdida habrá en la venidera “grande tribulación”?
2 Pero todavía no estamos en el nuevo orden de Jehová. Todavía vivimos en este sistema de cosas inicuo del presente. Y este sistema se está acercando rápidamente a su fin. Su fin le vendrá en breve cuando choque de frente con Dios en la venidera “grande tribulación.” (Mat. 24:21) Por lo tanto, antes de que el nuevo orden de Dios se convierta en realidad, el viejo sistema de gobierno político, comercial y religioso bajo Satanás tiene que ser quitado de en medio. (2 Cor. 4:4; Rev. 19:11-21) En ese tiempo habrá enorme pérdida de vida cuando Jehová ejecute a los que rehúsan hacer su voluntad. También, sin duda habrá mucha pérdida material, como sucedió cuando los inicuos perecieron en el diluvio del día de Noé, y cuando Sodoma y Gomorra fueron destruidas, y también cuando Jerusalén fue devastada en 70 E.C.—Luc. 17:26-29; 2 Cró. 36:19.
3. A causa de lo que encierra el futuro inmediato, ¿qué actitud debemos desplegar?
3 Por eso ahora hay razón apremiante para mantener en su lugar apropiado el deseo normal que tengamos de seguridad material. El prestar demasiada atención a las cosas materiales puede desviarnos de la cosa más importante... hacer la voluntad de Jehová y conseguir su aprobación. Como escribió el apóstol Pablo: “Quitémonos nosotros también todo peso y el pecado que fácilmente nos enreda, y corramos con aguante la carrera que está puesta delante de nosotros.” (Heb. 12:1) La falta de fe puede vencernos fácilmente
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