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Enfrentándonos con confianza a la “grande tribulación”La Atalaya 1977 | 15 de junio
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Enfrentándonos con confianza a la “grande tribulación”
“Jehová mismo resultará ser, de hecho, tu confianza.”—Pro. 3:26.
1, 2. ¿Qué interesa a toda la gente, y cómo despliegan muchos ese interés?
A TODA la humanidad le interesa mucho el futuro. Es una característica humana natural el interesarse mucho en lo que todavía no ha sucedido. La gente puede estar trabajando afanosamente en su actividad de día en día, pero muy a menudo lo hace con el futuro en mira. Constantemente están haciendo planes para el futuro. Sus anhelos y deseos, sus expectativas y esperanzas se basan principalmente en lo que creen que el futuro traerá. Para que puedan sentirse felices, es preciso que tengan confianza en cuanto al futuro.
2 Este deseo humano de saber acerca de los sucesos venideros antes de que ocurran hace que muchas personas consulten a los que afirman conocer el futuro... los mediums espiritistas, adivinos y astrólogos. Cada vez más personas están consultando sus horóscopos y tablas Ouija en un esfuerzo por saber lo que los oráculos inspirados por demonios dicen que va a suceder.
3. Respecto al futuro, ¿cómo difieren los testigos de Jehová de otras personas? (Deu. 18:10-12)
3 Hay una diferencia muy grande, sin embargo, entre los que sirven a Jehová y los que no lo hacen, en lo que se refiere a este deseo innato de conocer el futuro. El pueblo de Dios nunca acude a los sortílegos, astrólogos o pronosticadores espiritistas para enterarse de los sucesos venideros. Tampoco consultan otras fuentes demoníacas de información en un esfuerzo por saber lo que el futuro encierra. Hay una muy buena razón por la cual no lo hacen.
4. ¿Qué fundamento hay para la gran confianza que tiene el pueblo de Jehová cuando considera el futuro?
4 Fue en el siglo nueve antes de esta era común que el profeta Amós registró la siguiente verdad en la Biblia, en el Am capítulo 3, versículo 7: “El Señor Soberano Jehová no hará ni una cosa a no ser que haya revelado su asunto confidencial a sus siervos los profetas.” A su vez, estos profetas le relatan al pueblo de Jehová en general lo que han de esperar en el futuro, y ésta es la base para la confianza del pueblo de Jehová.
5, 6. (a) Describa la situación que reinaba en Jerusalén en el primer siglo E.C. (b) Pero, ¿por qué no tenían los cristianos de aquel tiempo el mismo punto de vista que otros?
5 Considere la situación que existía en la ciudad de Jerusalén en el primer siglo de nuestra era común. La gente en general y sus caudillos admitían que las condiciones estaban lejos de ser satisfactorias. Sin embargo, ¿qué estaban prediciendo acerca del futuro los sabios y los líderes de la gente? Algunos estaban muy satisfechos con el statu quo, y a éstos les hubiera agradado mucho el que éste continuara y casi no ocurriera ningún cambio. Otros abogaban por la rebelión y revolución contra el régimen de Roma y su imposición de impuestos, pues afirmaban que ese camino los llevaría a mayor libertad, paz y prosperidad. Sin embargo, ninguno de los sabios, consejeros ni consultores de aquella ciudad estaba prediciendo que Jerusalén sería destruida por completo en una gran tribulación... y dentro de aquella generación. ¡En lo último que pensarían sería en que sucediera una cosa como aquélla!—Hech. 5:36, 37.
6 ¿Pusieron su fe y confianza los cristianos del primer siglo en aquellos hombres de sabiduría mundana y sus predicciones? No, de ninguna manera. Jehová le había revelado con anticipación algo muy diferente a su Gran Profeta, el Señor Jesucristo, algo que Él se había propuesto que sucediera dentro de poco tiempo durante aquella generación. Aquel profeta verdadero de Dios dio la advertencia, diciendo: “Vendrán días sobre ti [Jerusalén] en que tus enemigos edificarán en derredor de ti una fortificación de estacas puntiagudas y te rodearán y te afligirán de todos lados, . . . y no dejarán en ti piedra sobre piedra.” Sí, “habrá entonces grande tribulación como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder.” Luc. 19:41-44; Mat. 23:36-38; 24:2, 21.
7. ¿Cómo podían los cristianos que vivían en la vecindad de Jerusalén encararse al futuro con confianza?
7 Ante una tribulación semejante, ¿tenían los cristianos que vivían en Jerusalén o cerca de ella razón alguna para encararse con confianza a aquel desastre predicho? Ciertamente que sí. Pues el profeta verdadero de Dios también les dijo cómo sabrían que estaría a punto de acontecer y qué deberían hacer a fin de garantizarse su seguridad. Dijo él: “Cuando vean a Jerusalén cercada de ejércitos acampados, entonces . . . los que estén en Judea echen a huir.”—Luc. 21:20, 21.
SITUACIÓN PARALELA HOY DÍA
8. ¿Qué condiciones paralelas existen en la cristiandad hoy?
8 Hoy hay una situación paralela en las religiones de la cristiandad... que forman una organización hipócrita que corresponde con la ciudad infiel de Jerusalén. La gente del mundo moderno consulta a sus sortílegos políticos, consejeros económicos, profetas religiosos, así como también a sus sabios de la ciencia, y en respuesta reciben toda clase de predicciones en cuanto a lo que el futuro traerá. Aunque por lo general estos consejeros admiten desde luego que el estado actual de los asuntos es deplorable, al mismo tiempo predicen que algún día, de alguna manera o forma, “vendrán mejores tiempos.”
9. ¿Pone usted su confianza en las predicciones de los líderes mundiales?
9 Ahora bien, ¿pone usted su fe y confianza en las especulaciones de estos consejeros humanos? No si cree firmemente en la Biblia y sus profecías. ¿Y por qué no? Porque estas opiniones de hombres no son lo que Jehová ha revelado por boca de sus profetas acerca del futuro cercano.
10. ¿Cómo han mostrado los testigos de Jehová que confían en el futuro predicho en la Biblia?
10 Por años los testigos cristianos de Jehová se han mantenido muy activos hablando a otros acerca de estos sucesos ineludibles que vendrán. Desde las “azoteas,” por decirlo así, el pueblo de Dios ha proclamado a todo el mundo lo que Jehová ha revelado acerca de la “grande tribulación” venidera, que llega a su punto culminante en la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso,” en el lugar “que en hebreo se llama Har-Magedón.”—Mat. 10:26, 27; Rev. 7:14; 16:14, 16.
11. ¿Qué opinión errónea tienen muchos en cuanto a la destrucción catastrófica futura?
11 No vaya a equivocarse en cuanto a esta guerra en el lugar que se llama Har-Magedón. Esta no será una guerra nuclear de esfuerzo total entre las naciones en la cual ellas traten de desplegar su reserva actual de bombas nucleares... ¡que, según se dice, supera por mucho la cantidad que bastaría para matar a toda la población del mundo de unos 4.000.000.000 de personas! Semejante guerra nuclear no es la “grande tribulación” del futuro acerca de la cual nos advierte Jehová.
12, 13. ¿Qué contraste existe entre la opinión popular de la mayoría de la gente y la de los testigos de Jehová, y por qué?
12 Bueno, pues, ¿disminuye este hecho el peligro que amenaza a la humanidad en general? Como es el caso en cualquier guerra, esto depende enteramente del lado en que estamos, si en el lado vencedor o en el lado perdedor. Una cosa es segura: el mundo de la humanidad, por hallarse alejado de Jehová, tiene toda razón para temer la guerra en Har-Magedón. Esto se debe a que se han alineado voluntaria o involuntariamente con “los reyes de toda la tierra habitada” y por lo tanto están siendo recogidos junto con esos reyes a la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso.”
13 ¡Pero no es así con el pueblo fiel de Jehová! Como individuos ellos se han declarado sólida e intransigentemente de parte del lado vencedor, el lado de Dios. Por lo tanto pueden enfrentarse a la predicha “grande tribulación” con plena confianza y fe en Jehová.
LA MAYOR TRIBULACIÓN DE TODAS
14. Según Mateo 24:21, ¿de qué magnitud es la “tribulación” que le sobrevendrá al mundo en el futuro cercano?
14 ¿Qué magnitud tendrá esta tribulación sin igual del futuro? Usando como ilustración profética la tribulación que le sobrevino a Jerusalén en el año 70 E.C., Jesús dijo que sería una “como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora,” y entonces, para que no la minimizáramos, añadió, comunicando énfasis: “ni volverá a suceder.” Bueno, eso quiere decir una tribulación mayor que las Guerras Mundiales I y II en las cuales decenas de millones de personas perdieron la vida. ¡Sí, mayor que el diluvio del día de Noé que abarcó al globo terráqueo y eliminó a un sistema mundial completo!
15. ¿Qué aspecto de la “grande tribulación” causa sobresalto particularmente, y por qué?
15 Entonces, ¿qué magnitud tendrá esta “grande tribulación” venidera para que exceda a toda otra tribulación de la historia humana? ¡En primer lugar, podrá destruir al entero imperio mundial de la religión falsa, tanto las organizaciones religiosas de la cristiandad como las del paganismo, lo que en la Biblia se llama la mística “Babilonia la Grande”! (Rev. 17:5) Ciertamente esto llenará de sobresalto y les será incomprensible a los habitantes de la Tierra que han apoyado a esta “madre de las rameras,” Babilonia la Grande.
16. ¿Qué otro rasgo de la venidera “tribulación” predice Revelación 19:19-21?
16 Pero dicha humillación y destrucción del imperio mundial de la religión falsa es solamente la Parte I de la “grande tribulación.” Como la Parte II, enseguida se les dará atención a los “reyes de la tierra que cometieron fornicación con [Babilonia la Grande] y vivieron [con ella] en lujo desvergonzado,” y éstos no escaparán de ser destruidos. (Rev. 18:9; 16:14) Además, la profecía de Revelación, capítulo 19, versículos 19-21, dice: “La bestia salvaje y . . . los reyes de la tierra y . . . sus ejércitos [estaban] reunidos para hacer la guerra contra el que iba sentado en el caballo [el glorificado Señor Jesucristo] y contra su ejército. . . . Estando todavía vivos, . . . fueron arrojados al lago de fuego que arde con azufre.” El Rev. 20 versículo 14 del capítulo 20 explica que “esto significa la muerte segunda: el lago de fuego.”
17. ¿Cómo da Jeremías 25:31-33 una idea que sirve de muestra de lo que vendrá en esta tribulación, la más grande de todas?
17 Sí, será en escala que hasta sobrepasará a la que describió otro profeta de Jehová, Jeremías, quien escribió lo siguiente acerca de una tribulación que entonces se acercaba: “Los muertos por Jehová ciertamente llegarán a estar en aquel día desde un extremo de la tierra hasta el mismísimo otro extremo de la tierra. No serán plañidos, ni serán recogidos ni enterrados. Quedarán como estiércol sobre la superficie del suelo.”—Jer. 25:33.
18. ¿Qué sucederá después de esta “tribulación,” de modo que la haga muy diferente de toda tribulación del pasado?
18 Pero todavía hay otra cosa que sucederá después de esa “grande tribulación,” algo que ni siquiera ocurrió cuando el primer mundo, ‘el mundo del día de Noé,’ fue destruido. Esto será el prender a Satanás y sus demonios y atarlos con una “gran cadena,” y arrojarlos en un abismo.—Rev. 20:1-3.
19, 20. (a) ¿Cómo se está encarando usted a la más grande de todas las tribulaciones? (b) ¿De qué manera puede usted mostrar una actitud de confianza?
19 Bueno, pues, ¿le cree usted a Jehová y lo que él ha dicho por boca de estos profetas acerca de esta “grande tribulación” a la cual se encara toda la humanidad? En tal caso, ¿se encara usted a esta “tribulación” ineludible con seguridad firme y confianza completa? Una cosa es decir que sí; es otra muy diferente demostrarlo por sus acciones.
20 Considere brevemente algunos ejemplos de personas que en el pasado confiaron cabalmente en Jehová, y note en particular cómo estos individuos demostraron su confianza.
DEMOSTRACIONES DE CONFIANZA EN EL PASADO
21. Describa cómo Noé y su familia demostraron confianza en la palabra de Jehová.
21 Noé probó que tenía confianza completa en la advertencia de Jehová por el modo en que vivió de día en día. No se aisló físicamente, aunque permaneció separado del sistema de cosas tanto política como socialmente. Al mismo tiempo trabajó duro en la asignación que Dios le había dado de construir el arca, y en predicar a otros y advertirles de la inminente destrucción. Y durante todo ese tiempo demostró que tenía fe y confianza absolutas en que su Dios, Jehová, podía protegerlo y librarlo durante aquel tiempo, el tiempo de mayor dificultad que se había experimentado hasta entonces.—Gén. 6:9; Heb. 11:7; 2 Ped. 2:5.
22. ¿Qué lecciones importantes debemos aprender de los que salieron de la inicua Sodoma antes de que fuera destruida?
22 También estuvo Lot. Habiéndoseles advertido con anticipación que salieran de Sodoma, y debido a la instancia de fuerzas angélicas, cuatro miembros de aquella casa partieron de la ciudad, pero solo tres de ellos vivieron para poder relatarlo. ¿Por qué solo tres en vez de cuatro? Jesús respondió: “Acuérdense de la esposa de Lot.” Contrario a las instrucciones que se les habían dado, ella miró atrás cuando estaba huyendo de Sodoma, evidentemente por alguna razón egoísta.—Gén. 19:1-26; Luc. 17:32; 2 Ped. 2:7, 8.
23. ¿Qué se necesitó por parte de los israelitas y sus compañeros en el mar Rojo y que resultó en que fueran libertados?
23 En esos casos solo unas cuantas personas sobrevivieron. Pero con la misma facilidad Jehová puede librar a una gran multitud de personas y llevarlas a un lugar de seguridad. Esto quedó demostrado en el caso de la nación de Israel, y sus compañeros, en el mar Rojo. “Por fe pasaron por el mar Rojo como en tierra seca,” dice el apóstol Pablo. Demostraron su fe y confianza por medio de su obediencia, como leemos: “De modo que todos los hijos de Israel hicieron tal como Jehová había mandado a Moisés y Aarón. Hicieron precisamente así.”—Heb. 11:29; Éxo. 12:37, 38, 50.
ALGUNOS ESCAPARON DE LA “TRIBULACIÓN” QUE LE SOBREVINO A JERUSALÉN
24-26. (a) ¿Qué se requirió de los cristianos que vivían en Jerusalén en los años sesenta del primer siglo E.C.? (b) Relate la sucesión de acontecimientos que muestra que los que pusieron su confianza en la advertencia divina no quedaron desilusionados.
24 Los cristianos fieles que vivieron en los años sesenta del primer siglo tuvieron que tener una confianza similar en Jehová y en su profeta, el Moisés Mayor, el Señor Jesucristo. También tuvieron que obrar por fe y mostrar que realmente creían lo que se les había dicho con anticipación acerca de la venidera destrucción de Jerusalén. Se les había advertido que, cuando vieran una “cosa repugnante que causa desolación estar en pie donde no debe,” entonces no habrían de demorarse, sino salir lo más pronto posible de Jerusalén y de la circundante provincia de Judea.—Mar. 13:14.
25 ¡Con el tiempo, esta “señal” se les hizo clarísima a los que tenían discernimiento! ¡Allí estaba, el “repugnante” ejército romano bajo el general Cestio Galo tenía cercada a la santa ciudad de Jerusalén, y ‘estaba en pie donde no debería estar,’ y hasta se puso a socavar la mismísima muralla de la zona del templo!—Mat. 24:15.
26 De modo que tan pronto como aquellas fuerzas romanas se retiraron temporalmente de su asedio —de repente, inesperadamente y sin manifiesta razón militar para ello— los cristianos creyentes se dieron prisa a salir antes de que los romanos volvieran. Los que no tenían fe y confianza en la advertencia profética de Jesús siguieron en aquel lugar hasta que los ejércitos invasores bajo el general Tito sitiaron de nuevo la ciudad, con el resultado de que la gran mayoría murió y los pocos que sobrevivieron fueron llevados a la esclavitud.
27, 28. En una situación paralela hoy, ¿cómo están ejerciendo confianza completa en Jehová los seguidores del Rey, Cristo Jesús?
27 La fe que manifiestan hoy día los que confían cabalmente en la Palabra escrita de Dios no es menor que la fe de los cristianos del primer siglo. Vieron que las iglesias de la cristiandad aclamaron a la Liga de Naciones como “la expresión política del Reino de Dios en la Tierra,” y ahora ven que a las Naciones Unidas se les está idolatrando como la ‘última esperanza de paz’ del hombre. Ven a los elementos radicales de la O.N.U. preparándose como un equipo para invadir la región donde opera la cristiandad y sus supuestos derechos, su “lugar santo.” ¡Allí está, la Organización de las Naciones Unidas, obrando en desafío al Príncipe de Paz, el Gobernante legítimo y apropiado de la Tierra, el Señor Jesucristo, y lista para estar de pie en el lugar que la cristiandad considera “santo”! (Rev. 11:15; 12:10) Sí, de veras la Organización de las Naciones Unidas es la “cosa repugnante” del día actual “que [le] causa desolación” a la cristiandad en la venidera “grande tribulación.”—Mat. 24:15, 21.
28 Puesto que han visto esta persistente “señal” obvia, los que tienen confianza en la Palabra de Jehová se han salido de Babilonia la Grande, de la cual la cristiandad es la parte principal.—Rev. 18:4, 5.
29. Teniendo presente el ser liberadas de la destrucción inminente, ¿qué pasos han dado más de 2.000.000 de personas?
29 Si usted se cuenta entre los más de 2.000.000 de individuos que ya han huido de Babilonia la Grande antes de que le venga su destrucción y ha llegado a ser un adorador limpio de Jehová, entonces está en una posición parecida a la de la familia de Noé que entró en el arca, como la de Lot y sus dos hijas que huyeron de Sodoma, como la de los israelitas que salieron de Egipto bajo el mando de Moisés. Sí, usted es como los cristianos del primer siglo que escaparon de Jerusalén antes de que fuera destruida.
30. ¿Qué preguntas es apropiado que usted se haga?
30 Pero dado que usted se halla en una posición tan favorable en la actualidad, ¿cómo se enfrentará al futuro? ¿Permanecerá usted en el paraíso espiritual semejante a arca en el cual ha entrado? Ya que ha dejado el imperio mundial de la religión falsa, ¿espera usted la destrucción de Babilonia la Grande en la venidera “grande tribulación” con verdadero anhelo y completa confianza? Mientras piensa en estas preguntas, sírvase considerar el artículo siguiente.
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Edifique su confianza ahora para el futuroLa Atalaya 1977 | 15 de junio
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Edifique su confianza ahora para el futuro
1, 2. (a) ¿En qué condición, generalmente, se encuentra el mundo de la humanidad? y ¿por qué? (b) Pero, en contraste, ¿qué confianza despliegan muchos?
HEMOS avanzado ya mucho en el siglo veinte, y hay toda indicación de que el sistema de cosas actual pasará junto con esta generación que va desvaneciéndose. Cada década sucediente de este siglo ha producido un aumento de temor en los hombres que están alejados de Dios. Esto ha sido tal como el gran profeta Jesucristo dijo que sería. En respuesta a la pregunta: “¿Cuándo realmente serán estas cosas, y qué será la señal cuando estas cosas están destinadas a suceder?” él contestó y dijo, entre otras cosas: “Habrá . . . sobre la tierra angustia de naciones, no conociendo la salida . . . mientras que los hombres desmayan por el temor y la expectativa de las cosas que vienen sobre la tierra habitada.”—Luc. 21:7, 25, 26.
2 Por lo tanto, no sorprende el que la mayoría del mundo de la humanidad, que no tienen fe ni confianza en Jehová ni en su Palabra, la Biblia, estén languideciendo en un estado mental de temor a lo que el futuro traiga. En contraste con eso, como se ha señalado en el artículo anterior, hoy alrededor del mundo hay más de 2.000.000 de personas que se encaran al futuro con gran optimismo. Despliegan gran confianza en que el inicuo sistema de cosas actual pronto será reemplazado por un orden nuevo y justo... el reino de Dios por el cual Jesús enseñó a los cristianos a orar.—Mat. 6:9, 10.
3. ¿Qué advertencia apropiada da el apóstol Pablo?
3 En este momento usted quizás sea una de estas personas, y quizás tenga bastante confianza en cuanto a su posición actual y a lo que afronta en este tiempo del fin. Pero el apóstol nos advierte: “El que piensa que está en pie, cuídese que no caiga.” (1 Cor. 10:12) Si prestamos atención a este consejo, hay varias cosas que podemos hacer ahora para fortalecer nuestra condición de confianza.
4, 5. ¿Cómo podemos fortalecer nuestra confianza en el futuro?
4 Ante todo, debemos recordar lo que dicen los Proverbios, que la confianza de uno en Jehová debe fundarse en conocimiento de él y sus tratos con la humanidad en el pasado, así como en conocimiento de sus propósitos presentes y futuros.—Pro. 14:26; 22:19.
5 Esto da énfasis a la importancia del estudio personal y el estudio en grupo en la congregación. Aprenda cuanto pueda acerca de este Gran Creador, no solo de su Palabra la Biblia, sino al observar la creación material que lo rodea. El apóstol Pablo dijo esto al pueblo de Listra: “Verdaderamente, [Jehová] no se dejó a sí mismo sin testimonio por cuanto hizo bien, dándoles lluvias desde el cielo y épocas fructíferas, llenando sus corazones por completo de alimento y de alegría.” (Hech. 14:17) Y a los cristianos romanos Pablo escribió: “Porque sus cualidades invisibles [las de Dios] se ven claramente desde la creación del mundo en adelante, porque se perciben por medio de las cosas hechas, hasta su poder sempiterno y Divinidad.”—Rom. 1:20.
6. ¿Cómo edifican la fe y confianza de uno en su Creador el estudio y la observación del universo físico?
6 Además de observar las cosas creadas aquí en la Tierra, debemos dirigir nuestra atención hacia los cielos físicos. En respuesta a la pregunta: “¿Quién ha creado estas cosas?” Isaías 40:26 dice: “Es Aquel que está sacando el ejército de ellas aun por número, todas las cuales él llama aun por nombre. Debido a la abundancia de energía dinámica, él también siendo vigoroso en poder, ninguna de ellas falta.” ¡Qué testimonio vasto e impresionante presentan los cuerpos cósmicos de los cielos... innumerables miles de millones de estrellas, todas testificando en cuanto a la eterna grandeza de Jehová! David lo expresó hermosamente cuando dijo: “Los cielos están declarando la gloria de Dios; y de la obra de sus manos la expansión está informando.”—Sal. 19:1.
7-9. (a) ¿Qué ocurrió en el día de Ezequías que demostró el poder de las criaturas angélicas? (b) ¿Cómo fortalece esto nuestra confianza en el futuro?
7 También hay las criaturas angélicas invisibles, que se cuentan en miríadas. (Heb. 12:22; Judas 14, 15) Recuerde como el rey Ezequías, adorador antiguo de Jehová, recibió esta mofa desafiadora que le lanzaron los asirios: “¿Cuál es esta confianza en que has confiado? . . . ¿en quién has cifrado tu confianza, para que te hayas rebelado contra mí [Senaquerib]?” Pero pronto aquellos mofadores paganos sabrían por qué el fiel rey Ezequías había cifrado su fiada expectativa y confianza en Jehová y en Sus fuerzas angelicales, porque, según dice el registro: “Aconteció en aquella noche que el ángel de Jehová procedió a salir y derribar a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios.”—2 Rey. 18:19, 20; 19:35; compare con Isaías 36:1 a 37:38.
8 Bueno, un relato histórico como éste ciertamente debe dar gran confianza al que hoy teme a Jehová. Está escrito: “El ángel de Jehová está acampando todo alrededor de los que le temen, y los libra.”—Sal. 34:7; compare con Salmo 91:11, 12.
9 Si un solo ángel de Jehová es tan poderoso que puede aniquilar a 185.000 hombres, ciertamente nosotros deberíamos confiar completamente en este mismo Jehová y sus fuerzas angelicales que hoy están bajo el mando directo del Señor Jesucristo. Y recordemos... este Señor Jesucristo ya no es el ‘niñito en un pesebre de Belén.’ Este es aquel que ahora es el poderoso “Rey de reyes y Señor de señores,” el que puede decir: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y sobre la tierra,” el que cabalga al frente de los ejércitos del cielo, ¡una fuerza que se compone de no menos de 100.000.000 de ángeles!—Mat. 28:18; Rev. 5:11; 19:14-16.
LA EVIDENCIA MODERNA EDIFICA CONFIANZA
10. ¿Qué se puso a hacer el resto ungido de los seguidores de Cristo en el año 1919, y con qué apoyo?
10 Fue con este estímulo divino y este apoyo angélico que en el año 1919 un pequeño “resto” de los seguidores ungidos de Cristo Jesús se puso en marcha y emprendió la obra de predicar estas “buenas nuevas del reino . . . en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones.” (Mat. 24:14) En los años que han transcurrido desde que se comenzó esa obra, ha habido una “grande muchedumbre” de personas “de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas” que han respondido. Se les describe como “los que salen de la grande tribulación.”—Rev. 7:9, 10, 14.
11. ¿Qué ha sucedido en los pasados sesenta años que ha dado al resto y la “grande muchedumbre” confianza en Jehová?
11 Ahora, en el día actual, a medida que este “resto” fiel reflexiona sobre los años que han pasado puede decir, como lo expresa Salmo 71:5: “Porque tú eres mi esperanza, oh Señor Soberano Jehová, mi confianza desde mi juventud.” Con solo leer la historia de los testigos de Jehová durante los pasados sesenta años uno puede ver por qué este “resto” y la “grande muchedumbre” tienen confianza tan firme en Jehová. Parece que Satanás el Diablo y sus demonios les pusieron todo artificio y obstáculo en el camino para obstruir e impedir su trabajo. En muchas naciones alrededor del mundo se hizo de ellos el blanco especial de varias organizaciones políticas y religiosas. Las dictaduras proscribieron su obra y prohibieron su actividad de predicar. Hasta en las llamadas “naciones libres” fanáticos religiosos y patrióticos ‘forjaron penoso afán por medio de decreto,’ y recurrieron a acción de chusmas y boicoteo, todo en un esfuerzo por acallar al pueblo de Dios.a (Sal. 94:20) Evolucionistas, críticos de la Biblia y aquel “hombre de desafuero,” el clero de la cristiandad apóstata, intentaron causar estorbo a la obra de hacer discípulos de los testigos fieles de Dios.
12. ¿Qué seguridad suministra Isaías 54:17?
12 Estas experiencias del pasado han grabado en los testigos cristianos de Jehová la veracidad de Isaías 54:17, que dice: “‘Cualquiera que sea el arma que se forme contra ti no tendrá éxito, y cualquiera que sea la lengua que se levante contra ti en el juicio la condenarás. Esta es la posesión hereditaria de los siervos de Jehová, y su justicia proviene de mí,’ es la expresión de Jehová.”
13. ¿Qué otros datos son fortalecedores para la fe?
13 ¡Mire, también, al aumento y prosperidad espiritual mundiales de que disfruta el pueblo de Dios a pesar de toda la oposición inspirada por los demonios! Ciertamente no hubiera sido posible lograr la tremenda expansión de esta obra de predicar si no hubiera sido por la protección y bendición de Jehová y su espíritu sobre su pueblo. Esto también fortalece la confianza que el pueblo de Dios tiene en cuanto al futuro.
POR QUÉ ES POSIBLE ESTAR LIBRES DEL TEMOR
14, 15. ¿Qué distinción no debemos pasar por alto cuando consideramos la posibilidad de ser sobrevivientes de la “grande tribulación”?
14 Pero, en realidad, si la “grande tribulación” va a ser tan devastadora y destructora como lo indican las Escrituras, ¿es posible que los que sirven a Dios esperen su venida sin temor ni ansiedad nerviosa? Tenemos que tener presente que hay una gran diferencia entre la “grande tribulación” que Jehová Dios mismo trae sobre la organización bestial de Satanás y todos los que se adhieren a ella, y la tribulación que Satanás trae ahora sobre los testigos fieles de Jehová en la forma de persecución, proscripciones, acción de chusmas y otros actos hostiles similares de violencia.
15 Esta última clase de dificultad se origina de Satanás y no es posible eludirla si uno sirve a Jehová, porque está escrito: “Todos los que desean vivir con devoción piadosa en asociación con Cristo Jesús también serán perseguidos.” “De hecho, viene la hora en que todo el que los mate se imaginará que ha rendido servicio sagrado a Dios.”—2 Tim. 3:12; Juan 16:2.
16. ¿Qué estímulo puede hallar el pueblo de Dios hoy en ejemplos de persecuciones Satánicas del pasado?
16 Ahora bien, ciertamente no se puede decir que esa clase de sufrimiento personal a manos de personas mal informadas y engañadas sea una experiencia agradable que se ansíe y se espere con anhelo y de la cual se disfrute cuando llega. Los del pueblo de Jehová no tienen ningún deseo de ser víctimas de la persecución. Jesús mismo le oró tres veces a su Padre pidiendo que, de ser posible, se le dejara sin tener que beber la “copa” de que se le hiciera parecer un blasfemador contra Dios y violador de su Ley por ser fijado en un madero de tormento. No obstante, ‘que no se haga mi voluntad, sino la voluntad de Dios,’ dijo él. (Mat. 26:39-44) Sin embargo, cuando la tempestad de aflicción ha pasado y uno ha aguantado bajo la persecución, uno puede regocijarse de haber resultado fiel como Job y otros hombres y mujeres piadosos de la antigüedad cuando estuvieron en situaciones de prueba. Usted recordará que al fin Job fue recompensado abundantemente por lo que sufrió. (Job 42:10-17) Esta también fue la experiencia de los apóstoles cuando sufrieron azotes severos por orden del tribunal religioso. Después de aquella experiencia “se fueron de delante del Sanedrín, regocijándose porque se les había considerado dignos de sufrir deshonra a favor de su nombre.”—Hech. 5:40, 41.
17. Al enfrentarnos a esas pruebas procedentes de Satanás, ¿qué no debemos olvidar?
17 Por lo tanto, hasta cuando nos enfrentemos a pruebas y tribulación a manos del Diablo, debemos tener confianza en que Jehová tiene la buena disposición y aptitud para ayudarnos a salir completamente victoriosos. (Rom. 8:37) Recuerde las palabras alentadoras de 1 Corintios 10:13: “Dios es fiel, y no dejará que sean tentados más allá de lo que pueden soportar, sino que junto con la tentación él también dispondrá la salida para que puedan aguantarla.” Expresado de otra manera, “nos hallamos perplejos, mas no absolutamente sin salida; se nos persigue, pero no se nos deja sin ayuda; se nos derriba, pero no se nos destruye. Siempre aguantamos por todas partes en nuestro cuerpo el tratamiento mortífero que se le dio a Jesús.”—2 Cor. 4:8-10.
18, 19. (a) ¿Cómo difiere la “grande tribulación” de las persecuciones que sufren los siervos de Dios? (b) Por eso, ¿qué piden en oración los siervos de Dios, y con qué seguridad?
18 Por otra parte, la “grande tribulación,” predicha en Mateo 24:21, 22, es algo enteramente diferente de la dificultad y persecución que el Diablo, tanto en el pasado como en el presente, dirige e inflige a los siervos de Dios. La “grande tribulación” es una tribulación procedente de Dios que le sobrevendrá a toda la muchedumbre del Diablo y en vindicación de Jehová y de todos los que están de parte de Dios. Así como está escrito en 2 Tesalonicenses 1:6: “Es justo por parte de Dios pagar con tribulación a los que les causan tribulación a ustedes.”
19 Por estas razones el pueblo de Dios le tiene un amor y aprecio más profundos a Jehová, y esto, a su vez, les da una confianza libre de todo temor mórbido o debilitador. Tremenda como haya de ser la “grande tribulación,” estos amadores de Jehová esperan con gran expectación ser testigos oculares al tiempo de esa grandiosa ejecución del juicio divino. (Sal. 89:7; Hab. 3:16, 18) Y por eso de continuo oran que venga el reino de Dios y que se logren su voluntad y su propósito... una oración que hacen ‘con plena confianza mediante fe.’ “Esta es la confianza que tenemos para con él,” dice el apóstol Juan, “que, no importa qué sea lo que pidamos conforme a su voluntad, él nos oye.”—1 Juan 5:14; Efe. 3:12; Mat. 6:9, 10.
NUNCA CIFRE SU CONFIANZA EN LO QUE NO ES APROPIADO
20. Con el edificar la confianza, ¿qué peligro debe evitarse, y cómo?
20 Ahora que la “grande tribulación” se aproxima aceleradamente, éste no es el tiempo para sentirnos demasiado confiados, para sentirnos seguros de nosotros mismos. Nunca debemos apoyarnos en nuestro propio entendimiento, ni en el de otros hombres, sean éstos estadistas, consejeros sobre la economía, asesores sociales o profetas religiosos. (Pro. 3:5, 6; Sal. 146:3) El individuo que equivocadamente cifra su confianza ‘en el hombre terrestre y que realmente hace de la carne su brazo,’ está “maldito,” según el libro de Jeremías. En contraste, está escrito allí en Jeremías 17:5-8: “Bendito es el hombre físicamente capacitado que cifra su fiada expectativa en Jehová, y cuya confianza Jehová ha llegado a ser.”
21. ¿Cómo advierte la Biblia contra el cifrar la confianza de uno en las posesiones materiales?
21 La persona que tiene su confianza cifrada en Jehová le da al reino de Dios el primer lugar en su vida, y así se evita muchas de las inquietudes que causa el apuro económico. (Mat. 6:25-34) No se olvida de lo que Jesús también dijo, que “aun cuando uno tenga en abundancia, su vida no resulta de las cosas que posee.” (Luc. 12:15) Entonces, ¡qué insensato es acumular provisiones materiales y confiar en que ellas ayudarán a uno a pasar incólume a través de la furia de la “grande tribulación”! Dice Proverbios 11:4, 28: “Las cosas valiosas no serán de ningún provecho en el día del furor. . . . El que confía en sus riquezas... él mismo caerá.” El fiel Job tuvo cuidado de no cifrar su confianza en las posesiones materiales, pues dijo: “Si he puesto el oro como mi seguridad, o al oro he dicho: ‘¡Tú eres mi confianza!’ . . . hubiese negado al Dios verdadero arriba.”—Job 31:24, 28.
22. ¿Le vendrá la “grande tribulación” a este sistema de cosas debido a sus debilidades estructurales internas?
22 Puede que los mercados de valores y los precios bajen y los cabezas de gobiernos tambaleen y caigan, pero estos sucesos no son barómetros que determinen ni midan la proximidad de la tempestad de la “grande tribulación.” Recuerde que en el pasado, cuando Jehová destruyó potencias mundiales, la caída de éstas no se debió a debilidad interna ni a corrupción dentro de su propia estructura. Eran sistemas en pleno funcionamiento y evidentemente estaban en el apogeo de su poder cuando Dios las depuso por fuerzas externas.
23. Al vernos ante varias calamidades, hasta la muerte, ¿cómo podemos individualmente mirar al futuro con confianza?
23 Aunque a individuos del pueblo del Señor se les dé muerte entre ahora y entonces (y las Escrituras indican que a algunos se les hará esto [Mat. 10:21; 24:9]), no obstante el pueblo de Jehová como clase sobrevivirá la “grande tribulación.” Aun si fuera el caso que usted personalmente sufriera grandes penalidades y calamidades —como el quebranto de su salud, una muerte en su familia, la pérdida de hijos o de posesiones materiales, o desastres económicos— no obstante, prescindiendo de lo que ocurra, usted nunca debe sufrir la pérdida de su fe y confianza en Jehová. Nunca dude de las promesas de su Dios. Nunca se atemorice ni corra como un cobarde en busca de abrigo; nunca niegue a su Dios ni transija en su integridad. Y que jamás se empañe su vista de modo que no pueda ver el apoyo angelical que reciben los que se adhieren firmemente a su dedicación a Jehová.—2 Rey. 6:14-17; Hab. 3:17, 18.
24. A medida que la “grande tribulación” se acerca a paso rápido, ¿qué actitud mental tendrá el pueblo de Jehová, como lo indican las Escrituras?
24 No hay duda en cuanto a ello: “Feliz es el que tiene al Dios de Jacob por ayuda suya, cuya esperanza está en Jehová su Dios.” (Sal. 146:5) Por lo tanto, ¡regocíjese en Jehová y en la ayuda, guía, protección y prosperidad espiritual que él les ha concedido y está proporcionando a sus testigos fieles en este tiempo del fin!—Luc. 21:28; 2 Tim. 1:7.
25. ¿Para quiénes hay consuelo especial y estímulo en las promesas de Proverbios 3:25, 26?
25 Como los agentes publicitarios de Jehová, sigamos siendo valerosos y denodados, y sigamos advirtiendo a la gente acerca del día de la venganza de Dios. (Eze. 3:17) Sigamos orando que el reino de Dios venga con toda su furia contra el sistema inicuo de Satanás, para que éste sea hecho añicos y molido hasta quedar hecho polvo. (Mat. 6:9, 10; Dan. 2:44; Mal. 4:3) Al encararse los testigos de Jehová a la destrucción de la entera organización del Diablo, ¡oh, qué animadora es para ellos la promesa de Dios en Proverbios 3:25, 26: “No tendrás que temer ninguna cosa pavorosa repentina, ni la tempestad sobre los inicuos, porque viene. Pues Jehová mismo resultará ser, de hecho, TU CONFIANZA”!
[Nota]
a Vea el libro Los testigos de Jehová en el propósito divino.
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¿Está usted dispuesto a prestar atención?La Atalaya 1977 | 15 de junio
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¿Está usted dispuesto a prestar atención?
“SER presto en cuanto a oír, lento en cuanto a hablar, lento en cuanto a ira” es buen consejo, el cual, si se siguiera, le ahorraría desconsuelo a muchas personas.—Sant. 1:19.
Esta admonición de oír o prestar atención provino de una persona que sabía lo que quería decir tanto el prestar atención como el no prestar atención. Fue medio hermano de Jesucristo. Durante sus primeros años sin duda se crió con Jesús y conocía sus excelentes cualidades, su amor, su humildad y comprensión. Se pudiera pensar que Santiago y su hermano Judas (que escribió el libro bíblico de Judas) deberían haber estado entre los primeros que llegaran a ser seguidores y apóstoles de Jesús. Pero no fue así.
El apóstol Juan ha registrado para nosotros lo que sucedió unos seis meses antes de la muerte de Jesús. Escribió:
“Le dijeron sus hermanos [los de Jesús]: ‘Sal de aquí y ve a Judea, para que tus discípulos también contemplen las obras que haces. Porque nadie hace cosa alguna en secreto mientras él mismo procura ser conocido públicamente. Si haces estas cosas, manifiéstate al mundo.’ Sus hermanos, de hecho, no ejercían fe en él.”—Juan 7:3-5.
Parece que no fue sino hasta después de la muerte y resurrección de Jesús que estos medio hermanos suyos repasaron las cosas que habían oído pero a las cuales no habían prestado atención, y ahora llegaron a la conclusión de que él en realidad era el Mesías. Pero el no haber prestado atención durante la vida de él les costó la oportunidad y gozo de servir con él y de que Jesús les enseñara directamente durante los tres años y medio en que predicó las buenas nuevas. Solo fue debido a la bondad inmerecida de Jehová y de Jesús mismo que finalmente se les abrieron los ojos y fueron aceptados como seguidores de Cristo y hechos sus hermanos espirituales.
¿Cómo presta atención usted, especialmente cuando Dios le habla por medio de su Palabra? ¿O cuando uno de sus representantes, un superintendente u otro hermano fiel, habla? ¿Toma usted a pechos la información, captando el sentido de ella y aplicándosela? El proverbio dice: “Escucha el consejo y acepta la disciplina, a fin de que te hagas sabio en tu futuro.” (Pro. 19:20) Y el rey David, que fue sometido a fuerte disciplina, escribió: “Que el justo me castigue, será un favor, y que me reprenda será un excelente bálsamo que no me herirá la cabeza.”—Sal. 141:5, Versión Valera.
LOS SUPERINTENDENTES DEBEN PRESTAR ATENCIÓN
Quizás usted ocupe una posición de superintendencia. ¿Cómo presta atención a
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