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¿Te aburres?La Atalaya 1972 | 1 de agosto
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sorprendente fondo de conocimiento y experiencia en su mente, así como excelentes cualidades en su corazón... pero jamás lo sabrás a menos que hagas el esfuerzo por averiguar. Como dice el proverbio: “El consejo en el corazón de un hombre es como aguas profundas, pero el hombre de discernimiento es el que lo sacará.” (Pro. 20:5) Muestra interés, pregunta, prudentemente sondea, particularmente entre los que tienen años de experiencia en cosas que valen la pena. Serás ricamente remunerado y el tiempo pasará muy rápidamente.—Pro. 27:9, 17.
Pero además de lo que puedes obtener a modo de beneficio de otros, ¿qué puedes dar? ¿Te expresas tú, compartes con otros lo que tienes en tu mente y corazón?
Los jóvenes que están genuinamente emocionados por la promesa de Dios de un nuevo orden y que comparten estas buenas nuevas con otros encuentran que esto suministra significado adicional a su vida. El hallar a personas, jóvenes o viejas, que tienen hambre de la verdad y el poder ayudarlas es ricamente remunerador. Y aun el hecho de que los individuos que quieren la verdad son excedidas en número por los que la rechazan no obstruye el estimulante efecto de esta actividad. En cambio la hace más desafiante, hasta llena de suspenso.
Los buenos compañeros también ayudan a combatir el aburrimiento. Pero si tus compañeros son de la clase que fácilmente se aburren porque no tienen ninguna meta que valga la pena en la vida, solo te servirán de estorbo, retardando o impidiendo tu esfuerzo por desarrollar iniciativa y fuerza interna. Son como los estúpidos de los que habla Proverbios 17:24, con sus ojos “en la extremidad de la tierra,” construyendo castillos en el aire en la lejanía, con sus pensamientos vagando acá y allá, pero sin meta fija ante ellos.
Junto con la iniciativa, la perseverancia y la fe son factores importantes para vencer el aburrimiento. Como dice el apóstol Pablo de nuestro servicio a Dios y a los que le sirven: “No desistamos de hacer lo que es excelente, porque al debido tiempo segaremos si no nos rendimos.” (Gál. 6:9) De modo similar, cuando tratamos de desarrollar habilidades que tienen verdadero propósito y valor, debemos continuar hasta que empecemos a segar algunos de los frutos de nuestras labores.
Entonces, a medida que transcurra el tiempo, podemos ensanchar nuestra exploración de todavía otras habilidades que desarrollar, con la debida guía y aprobación de nuestros padres, y como resultado llegaremos a ser personas mejores, más interesantes y que valen la pena. Con una esperanza brillante para el futuro, la vida no será aburrida.
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Por qué se enseña la TrinidadLa Atalaya 1972 | 1 de agosto
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Por qué se enseña la Trinidad
◆ Una señora de Reidsville, Carolina del Norte, comenzó a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová. Después de estudiarla solo por un mes visitó a su ministro para hacerle varias preguntas, algunas sobre la doctrina de la Trinidad. Su conversación acerca de la Trinidad fue más o menos como sigue:
“¿Enseñaron la Trinidad los apóstoles?” preguntó la señora.
“No,” contestó el ministro.
“Entonces, ¿enseñó Jesús la Trinidad?”
“No,” contestó de nuevo el ministro.
“¿Por qué, entonces, enseña usted la Trinidad?” preguntó ella. La respuesta del clérigo a esta pregunta fue que, puesto que la iglesia había adoptado la enseñanza de la Trinidad varios siglos después, ésa era la razón por la cual la enseñaba.
Pero la Biblia dice que ‘todo el que no permanece en la enseñanza del Cristo no tiene a Dios.’—2 Juan 9.
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