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  • “Sea lo que fuere lo demás que adquirieres, adquiere el entendimiento”
    La Atalaya 1950 | 15 de septiembre
    • PARA QUIÉN TRABAJAMOS

      31. ¿Para quién trabajaban? Y ¿con qué provisiones?

      31 Ahora considere la conclusión del Señor a su consejo: “El trabajador es digno de su alimento.” ¿Para quién trabajaban estos discípulos? ¿Trabajaban para algún guía humano, aun el gran Jesús de Nazaret? ¿Trabajaban para la gente de buena voluntad que visitaban y servían? No. Eran siervos del Dios Todopoderoso, su Padre en el cielo. Y Él fué el que les había garantizado el alimento. Por eso todas las acumulaciones terrestres indicarían la falta de fe suficiente para confiar en Jehová hasta el mismo fin. Los discípulos no tenían este inconveniente; ellos confiaban en Jehová. Tenían fe basada en entendimiento y obraban de acuerdo con él y fueron recompensados. Ellos, igual que David, mediante el proceder de su vida dieron este testimonio: “He sido joven, y ya soy viejo; mas no he visto al justo desamparado, ni a su linaje mendigando el pan.”—Sal. 37:25.

      32. ¿Qué fe les hacia falta? ¿Quiénes más tienen que tenerla?

      32 En el caso de Jesús y de sus discípulos no era cosa de no poder conseguir estas ventajas terrestres. Jesús pudo haberlas tenido todas; poseía muchas habilidades tales cuales no tenía ningún otro hombre en la tierra. Pero su gozo no estaba en eso. Tenía fe basada en entendimiento de que cuando salía en el servicio del Señor, su Padre se encargaba de que tuviera bastante que comer, que durmiera lo necesario y que tuviera suficiente ropa. Lo mismo es verdad respecto a sus discípulos. No había posibilidad de fracaso, porque el Dios Todopoderoso del universo era el que garantizaba estas cosas. Esta no fué instancia aislada, o algo que aplicaba sólo a ese único tiempo particular. Fué una regla definida que el Señor puso para sí mismo y para sus discípulos para que la siguieran tanto ahora como entonces, si quieren alcanzar el Reino. Más tarde, cuando envió a los setenta, les dió instrucciones parecidas: “Después de esto el Señor designó a otros [setenta], y los envió delante de sí, de dos en dos, a todo pueblo o lugar a donde él pensaba ir. Y les dijo, ‘La mies es bastante abundante, pero los segadores son pocos. De modo que rueguen al dueño de la mies que envíe segadores para recogerla. Ahora vayan. Aquí los envío a ustedes como corderos entre lobos. No lleven portamonedas ni cartera ni zapatos, y no se detengan para cambiar expresiones corteses con alguien por el camino.’” (Luc. 10:1-4, Una Tradu. Amer. [en inglés]) Aquí se apegó al mismo principio que puso delante de los doce anteriores, y el mismo principio tiene que aplicar hoy en día a los fieles seguidores del Señor Jesucristo.

      33. ¿Por qué hemos de ‘dejar que los muertos sepulten a sus muertos’?

      33 Una ilustración de lo literal que aplicaba esta regla se nos da en Lucas 9:59, 60. Uno de los discípulos de Jesús vino a él y le dijo: ‘Déjame ir primero y sepultar a mi padre.’ (Una Tradu. Amer. [en inglés]) El consejo de Jesús fué, ‘No, vengan y síganme. Que los muertos sepulten a los muertos; eso es negocio de ellos. Allí es donde tienen puesto su interés. Pero ustedes han emprendido nuevos intereses y no pueden estar cargados de esas cosas. Ustedes son llamados a una vocación superior para servir a Dios ahora y tener parte en su reino durante toda la eternidad.’

      34, 35. ¿Cómo, pues, correctamente ‘probamos’ a Jehová Dios?

      34 Si pudiéramos mantener estos puntos delante de nosotros de continuo nos sería de valor inestimable. El entender que nuestro Dios nos proporcionará todo lo que nos hace falta mediante Cristo Jesús nuestro Señor, el entender que podemos depender de él en toda emergencia, nos capacitaría para lograr la plenitud de la vida cristiana.

      35 Para ayudarnos a adquirir este entendimiento, Jehová mediante su profeta nos da esta invitación: “Probadme, si queréis, en esto, dice Jehová de los Ejércitos; y veréis si no os abro las ventanas del cielo, y os derramo una bendición tal que no haya donde quepa.” (Mal. 3:10) ¿Cómo vamos a probar a Jehová a menos que nos valgamos de sus promesas? ¿a menos que traigamos todos nuestros diezmos al granero y confiemos en él? Si hacemos eso el Señor proporcionará la prueba y nos capacitará para apreciar con entendimiento lo verdadero que son sus promesas y lo sabio que es su consejo.

  • La manera de adquirir el entendimiento
    La Atalaya 1950 | 15 de septiembre
    • La manera de adquirir el entendimiento

      1, 2. ¿Cómo adquirió entendimiento Jesús? De modo que ¿cómo debemos de adquirirlo nosotros?

      JESÚS adquirió el entendimiento del estudio de la Palabra de Dios. No nació con él como niñito humano; tuvo que estudiar la Palabra de Jehová. Estaba escrito respecto a reyes: “Y será que cuando se sentare sobre el trono de su reino, escribirá para sí una copia de esta ley en un libro, del ejemplar que estuviere delante de los sacerdotes levitas; la cual permanecerá con él, para que lea en ella todos los días de su vida, a fin de que aprenda a temer a Jehová su Dios, para guardar todas las palabras de esta ley y de estos estatutos, para ponerlos por obra.”—Deu. 17:18, 19.

      2 Si hacía falta el estudio para que el Rey adquiriera el entendimiento y aprendiera a temer a Jehová, cuánta más falta hace que nosotros sus súbditos estudiemos Su ley y que nos apliquemos diligentemente al entendimiento de sus propósitos. Tenemos que hacer esto si hemos de adquirir la confianza y la seguridad que nos capacitarán para valernos de las promesas de Jehová con paz y certeza absoluta de que él cumplirá cada una de ellas.

      3. Por esto ¿cómo tenemos que estudiar la Biblia y las publicaciones bíblicas?

      3 Este es entendimiento; quiere decir ‘comer el libro’. Quiere decir mucho más que sólo tomar los instrumentos que el Señor proporciona para nuestra edificación, tales como la Biblia, La Atalaya, los libros y los folletos y el Informador, y darles una ojeada o sólo estudiarlos para poder contestar una pregunta la noche de la reunión. No, tenemos que aplicarnos diligentemente a un estudio detenido, para que este conocimiento que el Señor proporciona llegue a formar parte de nosotros y nos disponga y equipe para siempre dar la respuesta por la esperanza que abrigamos. Este conocimiento es lo que tenía presente el profeta cuando dijo: “El conocimiento del Santísimo es entendimiento.” (Pro. 9:10, Ver. Jud. Esp.) Con ese entendimiento estaremos equipados para hacer frente a todo punto en disputa con respuestas bíblicas positivas, tal como lo hizo Jesús cuando fué tentado por el adversario. Debemos de estudiar nuestra Atalaya u otras publicaciones teocráticas hasta que entendamos su contenido completamente. Si es necesario, luchen con el tema, pídanle ayuda al Señor. ¡No desistan! Jacob tuvo que luchar toda la noche con el ángel del Señor para adquirir una bendición. El Señor recompensó su diligencia y determinación. También recompensará la nuestra. Nos dice que si nos falta sabiduría se la pidamos al Señor, y él nos la concederá abundantemente sin agregarle ninguna tristeza. Por eso, “con todas tus adquisiciones adquiere el entendimiento.”—Pro. 4:7, Ver. Ing. Aut.

      4. ¿Los siervos deben de estudiar el bosquejo de las instrucciones de quién? ¿Por qué?

      4 Con su entendimiento, Jesús vió la necesidad de sus discípulos de entonces y de los de hoy en día. Dió instrucciones detalladas y bajo la guía de Dios puso en operación arreglos para proteger los intereses de ellos. Éstas han formado un bosquejo modelo para los superintendentes en la organización teocrática de Jehová desde entonces hasta ahora. Todo siervo de sucursal de la Sociedad Watch Tówer, todo siervo de distrito, todo siervo de circuito y todo siervo de compañía harían bien en estudiar este bosquejo detenida y continuamente. Les manifiesta cómo deben de considerar fielmente los intereses del Reino en la organización a la cual han sido asignados para servir. Deben de planear sus reuniones de congregación u otro proceder para fortalecer los puntos débiles y proteger los intereses de la organización de Jehová que se les han encomendado. Deben de portarse de la manera que instruye la Palabra divina. Los mismos planes y comportamiento correcto aplicarían también a un estudio bíblico celebrado en el Salón del Reino o en las casas de personas interesadas. El conductor del estudio debe de considerar amorosamente lo que les haga falta a las personas a quienes sirve y debe de planear la reunión y conducirla de la manera que logre el mayor bien.

      5. ¿Cómo aumentamos nuestro entendimiento de sus instrucciones?

      5 Cuanto más consideramos el cuidado amoroso y el consejo tierno que Jesús les impartió a sus discípulos y a todas las demás personas de buena voluntad que se congregaron con él, tanto más nos damos cuenta de que esta información vital constituye excelente instrucción para la conducta de todos los siervos de Dios. Manifiesta sabiduría y entendimiento y amor en toda circunstancia que pudiera influir en su ministerio. Copiándolo a él aplicamos la misma sabiduría y entendimiento y amor y llegamos a ser ministros efectivos equipados para toda obra buena. El llevar a cabo sus instrucciones aumenta nuestro entendimiento de ellas y de nuestra relación a Dios su Padre.—Sal. 111:10.

      6. En cuanto a entendimiento, ¿cómo son los guías mundanos? ¿Por qué?

      6 Vivimos en día decisivo. Es muy importante que adquiramos comprensión de los propósitos de Jehová y de los mandamientos que él le expide a su pueblo en armonía con sus propósitos. Ahora los guías del mundo, los elementos políticos, comerciales, religiosos y militares, ponen su tal llamado “conocimiento” y filosofías y progresos científicos en oposición a los propósitos revelados y declarados de Dios. Por consiguiente hablan contra los testigos del Dios Altísimo y persiguen a los que han sido honrados con el glorioso privilegio de proclamar su reino hasta los confines de la tierra. Todos esos opositores de Dios y de su pueblo que confían en sí mismos siguen voluntariosamente en su ignorancia de los propósitos divinos para este período en la historia humana. En cuanto a un aprecio de la voluntad y mandamientos de Dios, son poco mejores que bestias irracionales y ciertamente son más reprensibles que tales bestias. El apóstol Pedro aptamente los describe en estas palabras: “Mas aquéllos, como bestias irracionales, nacidas de propósito para ser cogidas y destruídas, dicen injurias contra lo que no entienden, y perecerán del todo en su misma corrupción, sufriendo mal como la recompensa del mal hacer.”—2 Ped. 2:12, 13.

      QUIENES LO TIENEN EN EL “TIEMPO DEL FIN”

      7. Como lo predijo Daniel, ¿quiénes no entienden ahora? ¿Por qué no?

      7 En este “tiempo del fin”, cuando los justos de Dios gozan del beneficio del aumento de conocimiento divino, esos mundanajos no tienen ninguna comprensión de que estamos en el fin de este mundo y que el justo nuevo mundo de Dios bajo el reino de su Hijo amado se ha acercado. Se niegan a renunciar los honores y la gloria de este mundo y a escuchar el mensaje de Dios y humillarse bajo su mano poderosa y buscar la honra que viene de él únicamente. ¿Es maravilla, pues, que esos mundanajos no penetren las operaciones de Jehová Dios en estos postreros días de este mundo? En verdad, la profecía de Daniel respecto al “tiempo del fin” correctamente predijo su inhabilidad de comprender las cosas divinas: “Estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. Muchos serán purificados y emblanquecidos y acrisolados; pero los malos seguirán haciendo maldades; y no entenderá ninguno de los malhechores; mas los sabios entenderán.”—Dan. 12:9, 10.

      8. ¿Qué les pasará a su sabiduría y entendimiento dentro de poco tiempo? ¿Por qué?

      8 Por esto los inicuos no son tan inteligentes como creen. En sus tinieblas mentales respecto a las palabras de la Biblia de Dios proceden a la destrucción temprana en el Armagedón. Allí toda su adoración religiosa hipócrita, junto con toda su astucia mundana, resultará ser vana y será destruída. Como bien

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