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  • La religión pierde terreno en “la región de la Biblia”
    ¡Despertad! 1973 | 8 de junio
    • La religión pierde terreno en “la región de la Biblia”

      POR más de dos siglos el Sur de los Estados Unidos ha sido un bastión del pensar religioso protestante de tendencias conservadoras. Los bautistas, los metodistas y otros grupos religiosos “fundamentalistas” han dominado la zona hasta el grado que se hace referencia a ella como “la región de la Biblia.”

      Pero ahora el anterior sólido frente que presentaban las Iglesias del Sur se está astillando. En 1971, entre las principales confesiones religiosas en el Sur, solo la Iglesia Bautista logró un aumento entre sus asociados. Fue un aumento nominal de 1,2 por ciento, solo un décimo del uno por ciento sobre el crecimiento de la población. El aumento de 1972 fue un poco más impresionante.

      Sin embargo, algo más que problemas con la lista de asociados aflije a las Iglesias del Sur. Un anterior presidente de la Convención Bautista del Sur dijo en una conferencia del evangelismo que “una marea de paganismo, hedonismo y ateísmo amenazan . . . a la Iglesia.” El Statesman de Austin (Texas) lo cita declarando: “En un tiempo en que la Iglesia se enfrenta a su mayor desafío, la Iglesia se encuentra en su condición más anémica y enfermiza. . . . Estamos viviendo para ver morir delante de nuestros propios ojos a la Iglesia [Bautista].”

      Los observadores de otras confesiones hacen expresiones similares. Algunos piensan que quizás sea imposible reavivar la ‘agonizante’ Iglesia. Los predicadores se encuentran frustrados ante la merma de la influencia de la religión en el Sur. Ken Forshee, pastor de la Iglesia Cristiana Highland Hills de la ciudad de Oklahoma, después de entrevistar a ministros de veinticinco iglesias de la zona llegó a la siguiente conclusión:

      “Por cada hombre que puedo señalar que recibe satisfacciones del ministerio, tres abandonarían el ministerio si tuvieran alguna idea de lo que podrían hacer. Actualmente esta es una de las cuestiones más críticas de la Iglesia.”

      Un asociado de Forshee, Rex Vaughan, se refiere a “una gran desesperación por parte del clero y de los laicos... una concreta falta de visión y herramientas.”

      Pero, ¿a qué se debe esta “concreta falta de visión,” esta pérdida de “satisfacción” y este sentimiento de “desesperación” en lo que ha llegado a ser considerado como el corazón de la religión fundamentalista de los Estados Unidos? Se debe a que la “región de la Biblia” se enfrenta a cuestiones críticas peculiares a las Iglesias del Sur de los Estados Unidos. Por ejemplo, están los cambios asociados con la integración racial. Para entender su efecto, uno tiene que echar una breve mirada escrutadora a la historia del Sur de los Estados Unidos.

  • La cuestión racial sacude a las Iglesias de “la región de la Biblia”
    ¡Despertad! 1973 | 8 de junio
    • La cuestión racial sacude a las Iglesias de “la región de la Biblia”

      A PRINCIPIOS del siglo diecinueve, se podían encontrar iglesias de la misma organización religiosa tanto en el Norte como en el Sur. La esclavitud de los negros, también, apareció en ambas secciones del país. Pero la esclavitud de los negros no dio buenos resultados en el Norte, donde había una mayor concentración de comercio, manufactura y expansión hacia el Oeste. Sin embargo, en el Sur donde los cultivos de algodón era la base de la economía, la esclavitud proveía mano de obra barata.

      Al dividirse políticamente las dos secciones del país debido a la cuestión de la esclavitud, también se separaron religiosamente. Las Iglesias del Norte condenaban a la esclavitud como ‘profana,’ mientras que las Iglesias del Sur la llamaban “sagrada.” Los fanáticos religiosos del Sur buscaron textos aislados de la Biblia para tratar de apoyar lo apropiado de imponer la esclavitud de los negros. En 1844 la Iglesia Metodista del Norte y del Sur se dividió debido a la cuestión de la esclavitud negra; los bautistas hicieron otro tanto un año después. Entonces, en 1861, el año en que estalló la guerra de Secesión, los presbiterianos se dividieron a lo largo de la línea política Mason-Dixon.

      Las Iglesias del Sur hasta se envolvieron en el negocio de la esclavitud, según E. M. Poteat, hijo, ministro de la Iglesia Bautista Pullen Memorial, en Raleigh, Carolina del Norte. Dice: “No solo hombres cristianos tenían esclavos para la gloria de Dios, sino que frecuentemente las Iglesias mismas adelantaban los intereses del Reino de los cielos alquilando esclavos que habían llegado a ser bienes muebles de la Casa de Dios.”

      Así la esclavitud de los negros llegó a arraigarse firmemente en el Sur. Sin embargo, no debemos olvidar que, si la esclavitud de los negros hubiera sido económicamente provechosa en el Norte, donde había existido anteriormente, las Iglesias allí, sin duda, la hubieran apoyado tan apasionadamente como las del Sur.

      Después que el Sur quedó derrotado al concluir la guerra de Secesión de 1865, su clero, no obstante, se apegó a lo que era singularmente suyo... del protestantismo de la “región de la Biblia.” “Si no podemos ganar nuestra independencia política, establezcamos por lo menos nuestra independencia mental,” insistía un predicador metodista de Misisipí al fin de la Confederación. La publicación Southern White Protestantism in the Twentieth Century por K. K. Bailey dice: “Los guías sureños estaban convencidos de que la religión blanca del Sur era de una forma más pura que la de la misma confesión en el Norte.”

      Los esclavos quizás hayan sido liberados legalmente después de la guerra de Secesión, pero el negro permaneció excluido del trato social. ¡Los extremistas en el Sur apoyaban la supremacía de los blancos! Aun predicadores metodistas y bautistas estaban alistados en el temido Ku-Klux-Klan para acosar a los negros emancipados. La mayor parte de la población negra estuvo encadenada por décadas a la pobreza y la ignorancia después de la Proclamación de Emancipación en 1863.

      Como consecuencia de ser excluidos de la sociedad, los negros no tenían suficiente educación seglar para leer la Biblia. Y puesto que por lo general no eran bien recibidos en las iglesias de los blancos, comenzaron a celebrar sus propios servicios, los cuales al principio, consistieron de poco más que hablar y cantar. Hicieron sus propias canciones, los ‘cantos religiosos de los negros.’ Cualquier sermón que se daba a menudo no era más que un relato bíblico que había sido transmitido de padre a hijo y que en el proceso había sido grandemente adornado.

      Pero aun si los blancos hubieran permitido que los negros se unieran a sus Iglesias, pocos lo hubieran hecho. Como dice el autor del libro Deep South: “Puesto que el cristianismo personificado por el bautista y metodista anglosajón fue la única religión que ellos conocían, y eso estaba tan definidamente asociado con el amo y terrateniente blanco, existía el temor de que se les obligaría a pasar la eternidad donde el Dios de la raza blanca continuaría imponiendo sobre ellos las mismas crueldades e injusticias que siempre habían conocido.”

      La historia de los Estados Unidos muestra que el negro ha querido tener poco que ver con el Dios racista de los blancos. La mayoría de ellos ha preferido su propia clase de religión fundamentalista.

      Entonces, dramáticamente, en 1954, toda la naturaleza de los acontecimientos empezó a cambiar en el Sur. El Tribunal Supremo de los Estados Unidos derribó la segregación en las escuelas. Desde entonces los negros han revuelto la “región de la Biblia.” Las paredes que por cien años esclavizaron la mente y espíritu de los negros se están derrumbando y está emergiendo una generación de negros con educación universitaria que hablan claro y demandan igualdad con los blancos.

      Los viejos argumentos sureños religiosos de la supremacía de los blancos han perdido su agarre ante la ofensiva de la legislación federal y los movimientos de protesta con apoyo nacional. Mucha gente ha abandonado a las Iglesias que anteriormente tenían opiniones racistas. Sin embargo, en los radicales cambios de los pasados pocos años, las Iglesias de los negros en el Sur no han resultado indemnes.

      Más bien, las iglesias de los negros se han convertido en lugares de reunión para organizar protestas y manifestaciones. Los predicadores negros, prominentes en la lucha por la justicia social, hasta buscan puestos políticos desde el concejo municipal hasta el Senado.

      Además, el negro de término medio se ha hecho más materialista como resultado de las demandas por igualdad. U.S. News & World Report dice: “Los clérigos negros están percibiendo un aumento en la indiferencia religiosa entre la gente para quien la Iglesia de los negros solía ser el soporte principal de la vida.” (25 de septiembre de 1972) Es cierto, muchos negros en el Sur siguen siendo profundamente religiosos y respetan la Biblia. Pero los bruscos cambios en el panorama social y religioso están desarrollando un nuevo estado de ánimo. Como dijo un blanco, el negro en el Sur ahora “tiene poco sentimiento de culpa si decide abandonar la iglesia y convertirse en un agnóstico o en un ateo.”

      La aparición de la integración y el aumento del poder de los negros han contribuido a que la religión fundamentalista, “blanca” y “negra,” pierda terreno en “la región de la Biblia.” Pero, ¿qué otros factores han servido también para abrir brechas en él, hasta ahora firme, frente religioso de las tierras del Sur?

      [Mapa de la página 5]

      (Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

      LA REGIÓN DE LA BIBLIA

  • La ignorancia bíblica acarrea más mermas
    ¡Despertad! 1973 | 8 de junio
    • La ignorancia bíblica acarrea más mermas

      DURANTE los años 1950 las Iglesias norteamericanas crecieron rápidamente. Las congregaciones rebosaban. Nuevas sectas se ramificaban de las confesiones principales. En ninguna otra parte era el sueño rosado de ‘convertir el mundo al Reino de Cristo’ más rosado que en “la región de la Biblia.” Pero, comenzando con los años 1960, la religión perdió su ardor. En el Sur, como hemos visto, muchos de los miembros y ministros de la Iglesia se apartaron por el interés en las cuestiones sociales y políticas.

      Pero, ¿qué hay de los que sinceramente buscaron alimento espiritual en las iglesias? ¿Hallaron que se enseñaba claramente que la Biblia es la Palabra de Dios y se les mostró la manera de usarla como una guía para la vida? La respuesta clara viene de los guías eclesiásticos. Por ejemplo, Carl Bates, el anterior presidente de la Convención Bautista del Sur, admitió: “Hemos criado una generación de bautistas que ignoran casi totalmente nuestra doctrina.” Y el Dr. K. L. Chafin, bautista, dice: “No saben cómo expresar distintamente sus creencias.”

      ¿A qué se debe la ignorancia bíblica entre los miembros de la Iglesia?

      Pero, ¿por qué es que los miembros de las Iglesias “ignoran casi totalmente” las doctrinas y no pueden “expresar distintamente sus creencias,” las cuales deben estar basadas en la Biblia? ¿Es posible que el clero no tenga nada substancial que ofrecer de la Biblia a sus rebaños? ¿Cree verdaderamente el clero sureño que la Biblia es “inspirada de Dios,” tal como lo creyó el apóstol Pablo?—2 Tim. 3:16.

      Para la respuesta de una Iglesia, considere el Broadman Bible Commentary, de doce tomos, preparado por eruditos bautistas. Arroja tanta duda sobre la autenticidad de la Biblia que su aparición ha creado un furor en círculos bautistas del Sur por varios años. Pero, ahora, menos y menos feligreses desafían el comentario. El Christian Century dice con respecto a las sesiones de negocio de la Convención Bautista del Sur de 1972:

      “La cuestión que había amenazado proveer la explosión más aturdidora en las deliberaciones de la SBC —la continua inquisición acerca del ‘Broadman Bible Comentary’ de 12 tomos y a sus redactores— se extinguió con un gemido . . . [los conservadores] presentaron una resolución pidiendo que la obra fuera retirada y redactada de nuevo debido a su inconsistencia con la creencia bautista en la absoluta infalibilidad de la Biblia.”

      ¿Favorecieron la mayoría de los delegados el rechazar un comentario que pone en duda la “absoluta infalibilidad” de la Biblia? ¿Querían que se volviera a redactar para mostrar indudable apoyo a la Biblia? El informe continúa diciendo:

      “Los [delegados] rehusaron por un voto ampliamente mayoritario endorsar el retiro del comentario . . . No hubo recuento, pero parece que la resolución fue derrotada por una proporción de 4 a 1.”

      ¿Cómo se espera que miembros corrientes de la Iglesia sepan “expresar distintamente sus creencias” si hasta los dirigentes eclesiásticos están divididos en cuanto a asuntos tan fundamentales como la “absoluta infalibilidad de la Biblia”? Ciertamente que tienen que existir amplias variaciones de creencia como resultado de dudar en cuanto al papel que desempeñan las Escrituras. Pero la incertidumbre no se limita a la creencia.

      La conducta cristiana debe ser guiada por la Biblia. Así es que ¿no es natural que también haya dudas con respecto a lo que es acción y conducta cristiana apropiada?

      Sí. Y la confusión que ha resultado puede ser ilustrada con un ejemplo específico. Una empresa de relaciones públicas de Georgia le preguntó a dos ministros bautistas sureños si el voto político, el servicio militar, el saludar los emblemas nacionales, las actividades de unión de fes, las ceremonias patrióticas y el apoyar a las NU lo hacían a uno “parte del mundo.” Un ministro contestó “Sí” a cada pregunta. El otro dijo “No” a cada punto. Sin embargo uno de los dos pastores también anotó en el cuestionario que se le envió que “Dios no es un dios de confusión.”

      Cierto, Dios no está confuso, ni tampoco lo está su Palabra, la Biblia. Pero, ¿no es obvio que hay confusión entre el clero dentro de la misma confesión bautista? La persona corriente no estará menos confusa. No es sorprendente que muchos legos “casi totalmente ignorantes” simplemente estén abandonando a sus Iglesias.

      El no adherirse a las normas bíblicas de conducta también está creando una cuestión divisiva entre los metodistas de la “región de la Biblia.” ¿Cuál es esa cuestión?

      Metodistas y la homosexualidad

      La cuestión es la homosexualidad. La Biblia claramente dice: “No os engañéis; . . . ni los adúlteros, ni los homosexuales . . . heredarán el reino de Dios.” (1 Cor. 6:9, La Versión Latinoamericana) No obstante, al interrogar a cuatro ministros metodistas de la zona de Atlanta en cuanto a si la homosexualidad viola los principios de la Biblia, ¡solo uno dijo que Sí!

      En 1971, un periódico, The Texas Methodist, entrevistó a miembros de esa Iglesia con respecto a la homosexualidad. En respuesta a la pregunta, “¿Cree usted que una persona puede ser a la vez cristiana y homosexual?” 41 por ciento del total de los 533 que respondieron, dijeron “¡Sí!” Y 60 por ciento de los ministros dijeron “¡Sí!” Algunos hasta se refirieron a la homosexualidad como algo “natural.”

      El efecto divisivo que la cuestión de la homosexualidad ha tenido sobre las Iglesias Metodistas de la zona se observa claramente en esta carta que un miembro de más edad de la Iglesia escribió a The Texas Methodist: “He sido metodista por más de setenta años y jamás he visto cosas tan inmundas como las que se están efectuando en la Iglesia Metodista, las cuales parecen ser aceptadas por los guías de nuestra Iglesia. No es de extrañar que se estén yendo tantos miembros.”

      La hipocresía aparta a muchos en “la región de la Biblia”

      Hay otra razón por la cual muchos —especialmente la gente más joven— se han apartado de las religiones fundamentalistas de la “región de la Biblia.” ¿Cuál es? La respuesta viene de Paul H. Johnson de la Iglesia Bautista de Martin Street en Raleigh, Carolina del Norte: “Muchos de los jóvenes ven a los cristianos predicar una cosa y practicar otra.”

      Hace mucho que se han impuesto estrictos requisitos sobre la mayoría de los miembros de las Iglesias de la “región de la Biblia,” prohibiéndoles fumar o beber bebidas alcohólicas. Pero, ¿han creído verdaderamente estas enseñanzas los feligreses? Bueno, más del 90 por ciento de la gran cosecha de tabaco de los Estados Unidos todavía viene del Sur. Y Kentucky sigue llevando la delantera entre los estados productores de whiskey norteamericano. ¿Debería esperarse que los jóvenes inteligentes de hoy día pasen por alto tan obvias inconsistencias? ¡Difícilmente!

      Ni tampoco pueden pasar por alto la hipocresía dentro de muchas de las Iglesias de la “región de la Biblia.” Una mujer en Decatur, Georgia, dice: “Era hija de un ministro bautista y fui educada como tal, lo que significó nada de maquillaje, ni joyas, ni naipes en la casa, ninguna clase de bailes, no cabello corto en las jóvenes, ninguna música en los domingos, y absolutamente nada de tabaco o bebidas alcohólicas. Casi todo era ‘no.’ Para cuando llegué a los doce años me di cuenta de que todos decían una cosa y de hecho vivían otra. Y el peor era mi padre. El domingo predicaba en contra de todo lo que había hecho durante la semana.” Esa hipocresía es solamente una causa más por la cual muchos se apartan de las iglesias del Sur.

      Ciertamente, el dejar de creer en la Biblia por adherirse firmemente a sus enseñanzas ha resultado en división, incertidumbre e hipocresía dentro de las organizaciones religiosas de la “región de la Biblia.” Ha contribuido a la disminución de sus miembros. Sin embargo, mucha gente sincera honradamente pregunta si hay algún punto estable en el panorama religioso de la “región de la Biblia” en la América del Norte.

  • La verdad bíblica progresa en “la región de la Biblia”
    ¡Despertad! 1973 | 8 de junio
    • La verdad bíblica progresa en “la región de la Biblia”

      LA ÚNICA señal de salud espiritual en “la región de la Biblia” (y en cualquier otra parte del mundo) la señaló recientemente el historiador de la Iglesia Bautista Dr. H. L. McManus de la Universidad de Mercer en Macon, Georgia. Designó especialmente a los testigos de Jehová diciendo que estaban destinados a convertirse en una ‘gran confesión’ y llamó la atención a su ‘crecimiento fenomenal.’

      Las cifras que aquí se muestran, basadas en el trabajo de los testigos de Jehová en quince estados de la tradicional “región de la Biblia,” revelan que, ciertamente han tenido, como lo nota el Dr. McManus, un ‘crecimiento fenomenal.’

      Año: 1961 1971 1972

      Núm. de T. de J.: 70.926 115.730 120.425

      Pero, ¿por qué han crecido tan vigorosamente? Considere la explicación que otro clérigo bautista, C. Earl Cooper de la Iglesia Bautista de Riverside en Jacksonville, Florida, ofreció en un sermón:

      “Los Testigos creen en la Biblia . . . desde el principio hasta el fin, ‘no una parte de ella, sino en toda ella.’ Si ustedes [bautistas] creyeran en su religión tanto como ellos creen en la suya, si ustedes perseveraran en la inteligente realidad de su religión tanto como ellos perseveran en la suya, si los diez millones de bautistas sureños a través de este país creyeran en su religión a la manera en que los Testigos de Jehová creen en su religión, estos bautistas del Sur pondrían a la América del Norte patas para arriba, pero nosotros no creemos.”

      Miles de personas han hallado que “los Testigos creen en la Biblia” y por eso se han separado de las iglesias fundamentalistas donde a la Palabra de Dios a menudo se le da poco más que alabanza de dientes afuera. Aunque muchas personas sinceramente deseaban entender la Biblia y usarla como una guía para su vida, ésta permaneció como un libro cerrado para ellas hasta que se pusieron en comunicación con los testigos de Jehová.

      Por ejemplo, un hombre de Columbia, Carolina del Sur, contrasta cincuenta años en las Iglesias de la “región de la Biblia” con lo que aprendió estudiando con los Testigos: “A medida que estudiaba con los testigos de Jehová empecé a darme cuenta de que en la Escuela Dominical [de mi anterior Iglesia] se pasaba lista, se pasaban dos platillos de colecta, la Biblia nunca se abría o usaba. Simplemente permanecía sentado y escuchaba y nunca aprendía nada de la Biblia. Cuando asistí al Salón del Reino de los testigos de Jehová escuché un excelente discurso bíblico, busqué muchos textos y verdaderamente obtuve conocimiento y entendimiento exacto.”

      Por supuesto, este hombre halló que los testigos de Jehová no solamente aprenden acerca de la Biblia, sino que realmente la creen y la viven. Por ejemplo, no pasan “platillos de colectas” o evalúan financieramente a los miembros de la congregación. Más bien, siguen el principio bíblico de dar voluntariamente que se encuentra en 2 Corintios 9:7: “Que cada uno haga así como lo ha resuelto en su corazón, no de mala gana ni como obligado, porque Dios ama al dador alegre.”

      La verdad acerca de los muertos atrae a muchos

      Cientos de personas que han estado en las iglesias del Sur y quieren creer la Biblia han quedado perplejas por la enseñanza del “fuego del infierno.” Por ejemplo, una mujer en Houma, Lousiana, revela la frustración que una vez sintió en cuanto a la doctrina del “fuego del infierno”: “Se me había enseñado que Dios era un Dios de amor según se declara en Juan 3:16, sin embargo la iglesia enseña un infierno ardiente. Esto sencillamente no parecía lógico para un Dios de amor. Recientemente sufrí la pérdida de un familiar querido y estaba preocupada acerca de la condición de esta persona. Me emocionó aprender de la Biblia la condición de los muertos y también la maravillosa esperanza de una resurrección.” Sí, la sencilla verdad de la Biblia declarada en Eclesiastés 9:5, de que ‘los muertos no están conscientes de nada,’ y están dormidos en la muerte esperando una resurrección o volver a la vida, atrae a las personas de corazón honrado, tal como hizo con esta mujer. Ella sabe ahora que un Dios amoroso no atormenta eternamente a las personas en un “fuego del infierno.”

      Otra mujer, en Daraville, Georgia, había perdido a su madre en la muerte. Le preguntó a su ministro bautista si su madre (quien no era un miembro de la Iglesia del ministro) estaba en el “fuego del infierno.” Esta mujer, al recordar los intentos de él de contestar, concluyó: “Bueno, cuando oí los ‘quizás’ y los ‘yo no sé,’ eso me decidió. Finalmente me di cuenta de que aquel hombre no sabía nada acerca de la Palabra de Dios la Biblia. Así es que decidí olvidarme de todo el asunto, del predicador, de la Iglesia, de todo.”

      Algún tiempo después la visitaron los testigos de Jehová. Ahora, no solo recibieron contestas sus preguntas con respecto a la condición de los muertos, sino que aprendió cómo ayuda la Biblia a los vivos. Dice ella: “Ahora estoy aprendiendo el modo de vivir cristiano. Los testigos de Jehová verdaderamente tienen a Dios como la Autoridad Suprema en todos los asuntos prescindiendo de cuán grande o pequeño sea el problema. Todas las respuestas están en la Biblia y ahora las estoy encontrando, y tengo la esperanza de ayudar a otros que al igual que yo no han estado obteniendo las respuestas de la Palabra de Dios a sus preguntas.”

      La moralidad de la Biblia atrae

      La genuina, sincera norma de moralidad bíblica sostenida por la organización de los testigos de Jehová ha atraído a cientos de personas.

      Un hombre que había sido miembro del consejo de una iglesia bautista de Louisiana recuerda: “En una reunión del consejo el pastor auxiliar nos instruyó a enseñar a los adolescentes cómo cometer fornicación con las jóvenes sin que éstas quedaran encinta.” El hombre abandonó la iglesia.

      ¿Qué sucedió entonces? Declara: “Mi esposa comenzó a estudiar con los Testigos. Quedó impresionada con la limpieza moral de ellos. Fui invitado a las reuniones. De inmediato noté la amigabilidad de la congregación. Entonces también me enteré que la congregación expulsa a los malhechores. Me di cuenta de que ésta era una organización con muy elevadas normas morales.” Este hombre ha aceptado las normas morales de la Biblia y ahora es un testigo de Jehová.

      La profecía bíblica interesa a muchos

      Otras personas se han emocionado al aprender acerca de las profecías bíblicas. El apóstol cristiano Pedro muestra que los cristianos hacen bien en ‘prestar atención a la palabra profética.’—2 Ped. 1:19.

      Pero la mayoría de las Iglesias de la “región de la Biblia,” prácticamente pasan por alto la profecía. Un ministro de la “Iglesia de Cristo” de Georgia hasta dice que la profecía está ‘expuesta a toda clase de especulación subjetiva.’

      Sin embargo, las condiciones generales del mundo, sin paralelo en la historia, se entienden claramente solo a la luz de la profecía bíblica. (Vea Mateo capítulo 24; Marcos capítulo 13 y Lucas capítulo 21.) Además, es la profecía la que revela a los cristianos el maravilloso Nuevo Orden de justicia donde la voluntad de Dios será hecha en la Tierra como en el cielo. (Mat. 6:9; Rev. 21:1-4) Muchas personas se están dando cuenta de que los testigos cristianos de Jehová sostienen firmemente esta esperanza porque creen la entera Palabra de Dios. Al aprender acerca de esa misma esperanza, ellas, también, se han hecho Testigos.

      Como lo revelan estos pocos ejemplos, la Verdad de la Palabra de Dios, que enseñan los testigos de Jehová, se está esparciendo rápidamente en “la región de la Biblia,” y por todo el resto del mundo. Mientras otras Iglesias están observando la disminución del número de sus miembros, los Testigos están creciendo numéricamente y, lo que es de mayor importancia, creciendo espiritualmente en el entendimiento de la Sagrada Palabra de Dios. ¿Por qué no averigua personalmente las razones de este crecimiento? Dondequiera que viva, póngase en comunicación con los testigos de Jehová, aprenda la Verdad acerca de la gente que realmente modela su creencia y su vida según la Biblia.

  • Marcas del verdadero cristianismo
    ¡Despertad! 1973 | 8 de junio
    • Marcas del verdadero cristianismo

      CASI todo el mundo estaría de acuerdo en que una gran iglesia o el haber sido miembro de una iglesia por mucho tiempo no quiere decir que uno tiene las marcas del verdadero cristianismo. Pero, ¿cuáles en realidad deberían ser esas marcas? Note las declaraciones hechas por E. M. Green en su libro acerca del evangelismo entre los cristianos primitivos:

      “Una de las más extraordinarias características del evangelismo en los días primitivos fue la gente que tomó parte en él. No se consideraba que el comunicar la fe era la prerrogativa de los muy celosos o de los evangelistas oficialmente designados. El evangelismo era la prerrogativa y el deber de cada miembro de la Iglesia. Hemos visto a apóstoles y profetas errantes, nobles y pobres, intelectuales y pescadores todos tomando parte con entusiasmo en ésta, la tarea principal encomendada por Cristo a su Iglesia. La gente común de la Iglesia lo veía como su trabajo: El cristianismo era primordialmente un movimiento laico, esparcido por misioneros que no se ajustaban a formalidades. . . .

      “Este entusiasmo contagioso de parte de gente tan diferente en edades, antecedentes, sexo, y culturas estaba respaldado por la cualidad de sus vidas. Su amor, su gozo, sus hábitos cambiados y sus caracteres progresivamente transformados daban gran peso a lo que decían.”

      Por lo tanto, un celoso evangelizar por todos en la congregación, viejos y jóvenes, así como las evidencias de verdadera transformación cristiana... éstas son las marcas del verdadero cristianismo.

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