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200 años de independencia¡Despertad! 1976 | 8 de noviembre
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200 años de independencia
EL 4 de julio de 1776, “nacieron” los Estados Unidos de la América del Norte. Ese fue el día en que las trece colonias de la América del Norte se declararon independientes de la Gran Bretaña.
El 4 de julio de 1976 señaló el ducentésimo aniversario de esa ocasión. Se ha llamado a esa ocasión el “bicentenario,” de bi, que significa “dos,” y centenario, que significa “centésimo aniversario.”
En doscientos años los Estados Unidos han llegado a ser el cuarto país del mundo en cuanto a tamaño, tanto en población como en territorio. Su población ahora es de aproximadamente 215 millones.
Pero según la duración de las naciones, el país es relativamente joven. La primera colonia europea permanente fue establecida por los ingleses en Jamestown, Virginia, en 1607. La mayoría de los primeros colonos vinieron en busca de libertad religiosa o política, o para tratar de mejorar su condición económica.
Comienza la revolución
Para 1776 había trece colonias con una población total de cerca de 2.600.000 habitantes. Pero mucho antes de ese año, había estado aumentando el antagonismo entre los colonos y el gobierno inglés del rey Jorge III. La mayor parte de los colonos exigían más libertad política y económica. Cuando ésta no les fue concedida, se rebelaron y formaron su propio Congreso Continental.
La primera acción militar agresiva de los revolucionarios norteamericanos que tuvo éxito se realizó en mayo de 1775. Ethan Allen y sus “Green Mountain Boys” de Vermont atacaron la fortaleza inglesa en Ticonderoga, Nueva York. Allen exigió y obtuvo la rendición de los ingleses “en el nombre del gran Jehová y del Congreso Continental.”
Al año siguiente, el Congreso Continental se reunió en el Salón de la Independencia en Filadelfia. Allí, el 4 de julio de 1776, se aprobó la Declaración de Independencia.
Libertades deseadas
La Declaración explicaba las libertades que se deseaban. Englobaba ideales altos y nobles, declarando en parte: “Afirmamos que estas verdades son patentes, que todos los hombres son creados iguales, y que están dotados por su Creador con ciertos Derechos inalienables, entre los que están la Vida, Libertad y la busca de la Felicidad.—Que para conseguir estos derechos, se instituyen Gobiernos entre los Hombres, que derivan sus poderes justos del consentimiento de los gobernados, —Que cuando quiera que una Forma de Gobierno se hace destructora de estos fines, es el Derecho del Pueblo alterarlo o abolirlo, e instituir un Gobierno nuevo.”
La Declaración también incluía protestas contra los ingleses por ‘rehusar aprobar leyes para los derechos del pueblo, por obstruir la administración de la justicia, privar a ciudadanos en muchos casos de los beneficios de un juicio por un jurado, saquear nuestros mares, asolar nuestras costas, quemar nuestras aldeas, destruir la vida de nuestro pueblo, y tomar cautivos a ciudadanos y obligarlos a prestar servicios para el Rey.’
Finalmente, después de ocho amargos años de guerra, se firmó un tratado de paz en 1783. Todas las fuerzas inglesas fueron retiradas. Los Estados Unidos ahora eran su propio amo.
¿Qué ha sucedido desde entonces? ¿Qué le han proporcionado a la nación doscientos años de libertad proclamada? ¿Es brillante su futuro? ¿Qué perspectivas hay para un “tricentenario”?
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¿Han perdurado las libertades?¡Despertad! 1976 | 8 de noviembre
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¿Han perdurado las libertades?
CON la Declaración de Independencia en 1776, comenzó un experimento extraordinario y en gran escala en gobierno humano... la democracia moderna. En aquel tiempo la mayoría de las naciones estaban gobernadas por reyes u otras formas de control autoritario.
Pero los Estados Unidos pensaban que solo un ‘gobierno por medio del consentimiento del pueblo’ podría proteger las libertades deseadas. Estas incluían las libertades de palabra, de religión, de prensa y de reunión.
Esas libertades fueron proclamadas como “derechos inalienables.” Y en 1787 fueron incorporadas al documento oficial que iba a ser el fundamento de los Estados Unidos... la Constitución.
¿Qué muestra el registro?
El valor de los ideales proclamados queda probado por lo bien que funcionan cuando son puestos a trabajar. No es muy difícil escribir palabras nobles sobre el papel. Pero el atenerse a ellas es otra cosa.
El registro histórico concerniente a esto es contradictorio. En muchos casos las libertades proclamadas han sido conservadas muy bien. Pero en otros casos los abusos y el modo en que se han pasado por alto las libertades básicas han sido desastrosos.
En cuanto al lado positivo, ha sido posible mantener en gran medida las ideas básicas implicadas en las libertades de palabra, religión, prensa y reunión. No obstante, a veces esto ha significado una lucha dura en los tribunales para obtener las libertades provistas por la Constitución.
Una lucha
Al tratar de ejercer la libertad de religión, a veces las creencias de las minorías han sufrido. Por ejemplo, a fines de los años treinta y a principios de los años cuarenta los testigos de Jehová en los Estados Unidos fueron perseguidos. No solo por la acción de chusmas, sino que las acciones de ciertos funcionarios con prejuicios les negaron sus derechos constitucionales.
Como resultado, los testigos de Jehová tuvieron que llevar muchos casos legales ante el Tribunal Supremo de los Estados Unidos. Felizmente, una decisión tras otra fallada por este alto tribunal repelió las fuerzas de la opresión. Se conservó la libertad de religión.
Esa libertad ha sido de verdadero beneficio para la obra de predicación de los testigos de Jehová en todo el mundo, puesto que su centro de dirección mundial está ubicado en los Estados Unidos. Y no hay duda de que las básicas libertades de religión, reunión, palabra y prensa garantizadas por la Constitución han sido importantes para todas las religiones en el país.
Esto contrasta con la situación en muchos otros países. Solo hay que pensar en cómo se suprimió esa obra de predicar en la Alemania de Hitler. Hoy día no es posible hacer abiertamente esa obra en los países comunistas, así como en una cantidad de otros países dictatoriales donde está proscrito el adorar a Dios libremente.
Por lo tanto, se han realizado muchas luchas intensas a fin de conservar las básicas libertades que quiere la gente. En los Estados Unidos, hasta la fecha, todavía existen.
Mejor que estar sin libertad
Es mejor tolerar los abusos de la libertad que estar sin libertad en absoluto. Y un ejemplo de esto es la misma celebración del bicentenario. Aunque muchos grupos han celebrado asambleas dignificantes relacionadas con el ducentésimo aniversario del país, otros lo han usado para propósitos egoístas.
U.S. News & World Report declara: “A menos que todo el mundo tenga cuidado, puede que se recuerde este año como el ducentésimo aniversario del vendedor ambulante estadounidense. El bullicio y la agitación por sacar provecho de la celebración del bicentenario ha empezado en algunos casos a alcanzar proporciones absurdas.”
La revista noticiera dice que se pueden comprar camisetas del bicentenario así como “cubos para hielo, copias de la silla de John Hancock, astillas de las maderas del Salón de la Independencia original, réplicas de las pistolas de George Washington, bolígrafos del bicentenario, un asiento rojo, blanco y azul para el inodoro, y una bolsa para desperdicios con la Campana de la Libertad sobre ella.”
The Wall Street Journal también comentó: “Triste es decirlo, el bicentenario ha atraído una tremenda cantidad . . . de comercialismo vulgar vestido en colores patrióticos.”
El bicentenario también ha atraído a los turistas a los lugares históricos. En algunos casos los turistas no han respetado los derechos de las personas que viven allí. Por ejemplo, en un vecindario de Filadelfia los visitantes han andado en tropel por las calles históricas, tratando de mirar por las ventanas en los hogares de ciudadanos particulares y han cubierto de basura las aceras y las calles.
Una mujer, en su desesperación, dijo que finalmente halló un modo de mantener alejados a los turistas excesivamente curiosos. Dice que imitó una costumbre del pasado y comenzó a deshacerse de los desperdicios del mismo modo que lo hicieron algunos de sus antepasados coloniales: ¡Los arrojó por la ventana de su segundo piso! “Si eso no aleja a los turistas, no se qué podrá hacerlo,” declaró ella.
En unos cuantos lugares, se ha insistido en que los trabajadores se vistan de ciertos colores, o adopten ciertos estilos de vestido y peinado para celebrar el bicentenario. Pero el tratar de obligar a que la gente haga esto es una violación de las mismísimas libertades que conmemora el bicentenario.
Por supuesto, si un abuso llega a ser intolerable, se puede recurrir a los tribunales del país. Esos tribunales están obligados a proteger las libertades constitucionales. Pero de nuevo, es mejor tener abusos de libertad que estar sin ninguna libertad.
Es cierto que las libertades básicas han sido el privilegio de muchos en el país. Pero los nobles ideales de libertad incorporados en la Declaración de Independencia y en la Constitución de los Estados Unidos les han sonado muy huecos a otros. ¿A quiénes? ¿Y por qué?
[Comentario de la página 5]
La libertad resultó en bien para algunos, pero los abusos de ella fueron desastrosos para otros.
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Dolorosos problemas del pasado¡Despertad! 1976 | 8 de noviembre
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Dolorosos problemas del pasado
HA HABIDO graves problemas al poner en vigor las prometidas libertades que se proclaman en la Declaración de Independencia y en la Constitución. Algunos de estos problemas han resultado muy dolorosos y, a los ojos de algunos historiadores, han dejado una mancha trágica en la historia de los Estados Unidos.
Un observador afirma que durante el bicentenario a la mayoría de los estadounidenses se les está presentando una versión almibarada de la historia de su país. Él señaló: “Sencillamente se trata de que también hay otras verdades que contar.” Una apreciación honrada de doscientos años de historia debe incluir esas verdades.
Una de ellas tiene que ver con las libertades proclamadas el 4 de julio de 1776. La Declaración de Independencia había dicho “que todos los hombres son creados iguales, y que están dotados por su Creador con ciertos Derechos inalienables, entre los que están la Vida, Libertad y la busca de la Felicidad.” La Constitución garantizaba las libertades básicas de palabra, reunión, prensa y religión. La Enmienda IV también decía: “El derecho de la gente de estar segura en sus personas, casas, papeles, y efectos, en contra de registros y detenciones irrazonables, no será violado.”
Estos son principios nobles. Y han sido conservados en gran medida para muchas personas. Pero los historiadores muestran que esto no ha sido así para todos.
Un pasado violento
Por ejemplo, la colonización de lo que habría de ser los Estados Unidos por los colonos europeos implicó una violación de casi todos esos excelentes principios. Los colonos europeos exigieron esos ideales para ellos, pero se los negaron a los que habían estado en esa tierra mucho antes que ellos llegaran.
El ‘derecho de la gente de estar segura en sus personas y casas y libre de registros y detenciones’ no aplicó a los indios que habían estado en la tierra siglos antes que los colonos. La verdad de la historia es que las poblaciones indias fueron en gran manera aplastadas. Les quitaron sus tierras y hogares. A las tribus diezmadas se les obligó a estar en terrenos reservados por el gobierno para ellos. Y ni siquiera se les dio a los indios el derecho a votar en todos los estados sino hasta 1948.
Es cierto que a los indios se les consideraba como ‘salvajes.’ Ciertamente habían guerreado entre ellos mismos, a menudo una tribu conquistando a otra. Y resistieron ferozmente al hombre blanco. Pero se pudiera preguntar si es que los estadounidenses no hubieran resistido con toda su fuerza, y con el mismo salvajismo, si durante la Guerra Civil de 1861 a 1865 una potencia extranjera hubiera considerado ese ‘guerrear intertribual’ entre el Norte y el Sur como ‘salvaje’ y hubiera invadido a los Estados Unidos para ‘civilizar’ al país.
Hoy, algunos portavoces de los indios todavía están muy amargados. Vernon Bellecourt, un dirigente del Movimiento de los Indios Americanos, sostiene que los ‘estadounidenses deberían mirar a los 200 años de su Gobierno como 200 años de engaño y vergüenza.’ Él declaró que los indios norteamericanos no deberían celebrar el bicentenario porque ‘no tenemos nada que celebrar . . . desde que los colonizadores blancos empezaron a quitar los derechos soberanos y tierras a los indígenas norteamericanos.’
Algunas autoridades creen que el violento pasado estadounidense contribuye hasta cierto grado al presente. El Post de Denver relató: “Parece que el punto más serio es la cuestión acerca de la naturaleza de la sociedad estadounidense. Ciertamente ha incluido desde los días de los pioneros una gran cantidad de violencia. La ‘guerra’ de siglos de duración contra los indios americanos fue en sí misma un acondicionamiento terrible. Los europeos vinieron como invasores y con demasiada frecuencia pelearon para tomar posesión de la tierra de otros pueblos, destruyendo las sociedades de otras personas. Estos elementos de violencia continuaron.”
Hay otro capítulo que ha producido dolor y manchas durante el pasado estadounidense. Tiene que ver con el establecimiento de la esclavitud.
¿Por qué hubo esclavitud?
Cuando los primeros colonizadores se apoderaron de las tierras de los indígenas, se hallaron en posesión de vastas zonas con riquezas en potencia. En las colonias del sur, el clima y el suelo eran buenos para el cultivo del tabaco, arroz, la caña de azúcar y el algodón.
Pero, ¿quién haría todo el trabajo en estos terrenos extensos? La relativamente pequeña población de europeos no era suficiente. Y la clase de trabajo no era muy deseable tampoco. ¿Qué fue la solución? Los esclavos negros, secuestrados del África.
Muchos se han preguntado cómo una nación fundada sobre los principios de que “todos los hombres son creados iguales” y que todos tienen los “Derechos inalienables” de “Vida, Libertad y la busca de la Felicidad,” y que deben estar libres de “registros y detenciones irrazonables” pudiera haber permitido la esclavitud. Uno de los agravios señalados en la Declaración de Independencia fue que los ingleses ‘tomaban cautivos a ciudadanos y los obligaban a prestar servicios para el Rey.’ Sin embargo, el tomar cautivos a los negros y obligarlos a ser esclavos era aceptable, y por los mismísimos individuos que escribieron esas palabras que expresaron sentimientos tan nobles.
El problema demuestra lo profundo que están arraigados los deseos egoístas en toda la humanidad. Y uno de esos deseos es el de ganar mucho dinero, aun a expensas de otra persona. En el pasado estadounidense, a menudo quedó demostrado que ese deseo era más poderoso que los principios nobles, tal como tan a menudo demuestra serlo en la actualidad.
Por supuesto, la esclavitud no comenzó en 1776. Los primeros esclavos negros desembarcaron en Jamestown unos 150 años antes de esa fecha. Pero para la víspera de la Declaración de Independencia en 1776, los negros sumaban aproximadamente 500.000 en una población de 2.600.000. Mucho más del 90 por ciento de los negros vivían en el Sur.
Tomás Jefferson, que redactó el borrador de la Declaración de Independencia, había hablado francamente en contra de la esclavitud cuando era un joven abogado. Pero él mismo tenía esclavos. En cuanto a esto, la revista Ebony dice: “El que él pudiera hacer eso mientras recogía los beneficios de la esclavitud era típico de los brillantes jóvenes revolucionarios de la época.” Las fuentes informan que Jefferson tenía más de 200 esclavos en Monticello, su hacienda de miles de hectáreas en Virginia.
Patrick Henry, aunque se refería a la esclavitud como repugnante, no obstante dijo: “¡Soy dueño de esclavos de mi propia compra!” La respuesta en cuanto al porqué quizás se pueda hallar en su frase siguiente: “Me lleva a ello la general molestia de vivir aquí sin ellos.”
Dos años más tarde, Patrick Henry presentó su famoso discurso en el cual, declaró esto respecto a la ruptura venidera con Inglaterra: “¡Denme libertad o denme muerte!” Sin duda muchos esclavos negros abrigaban sentimientos parecidos.
Finalmente la abandonan
Creció el descontento acerca de la esclavitud. Muchas personas veían la injusticia básica de ella en una nación que afirmaba ser la defensora de la libertad.
Muchos estadounidenses que decían ser seguidores de Jesucristo hallaban difícil armonizar el esclavizamiento perpetuo de su prójimo con la famosa “regla áurea” de Jesús, que dice: “Por lo tanto, todas las cosas que quieren que los hombres les hagan, también ustedes de igual manera tienen que hacérselas a ellos.”—Mat. 7:12.
Para el tiempo de la Guerra Civil, que comenzó en 1861, los Estados Unidos se componían de 34 estados. De éstos, quince eran estados de esclavos. Once de ellos se separaron para formar la Confederación del Sur; cuatro estados de esclavos se unieron al Norte.
En 1863 el presidente Abraham Lincoln publicó su Proclama de la Emancipación. Esta declaraba que los esclavos se consideraban libres en los estados confederados. Pero la esclavitud no fue abolida legalmente en su totalidad en todos los estados sino hasta 1865 cuando se ratificó la Enmienda Constitucional 13.
La Enmienda 15, en 1870, dio a los negros el derecho a votar. Pero ese derecho tenía poco significado para muchos. Por ejemplo, algunos estados requerían una capitación. Este era un impuesto que se tenía que pagar antes que se pudiera votar. Por supuesto, los negros pobres, así como los blancos pobres, a menudo no podían pagar el impuesto. Solo fue en 1964 cuando se adoptó la Enmienda 24 que se prohibió la capitación para las elecciones nacionales. Y en 1966 el Tribunal Supremo declaró fuera de la ley esa clase de impuesto para todas las elecciones.
Muchos estados también habían concedido el derecho al voto solo a las personas que podían aprobar un examen de leer y escribir. Muchos negros, y también blancos, no podían salir bien en dicho examen. No fue sino hasta 1970 que el gobierno proscribió esos exámenes como un requisito para votar.
Las injusticias cometidas durante los más de 350 años de esclavitud forman una profunda mancha en la historia estadounidense. Hasta este día el país no se ha recobrado de todos los efectos de ello.
Opiniones diferentes de algunas mujeres
Muchas mujeres afirman que las libertades proclamadas al tiempo de nacer la nación les fueron negadas a ellas, en algunos aspectos, por largo tiempo. Estas mujeres señalan al hecho de que por casi un siglo y medio las mujeres no tuvieron derecho al voto.
Argumentan que si, según declaró Lincoln, la nación iba a tener un “gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo,” entonces esa forma de gobierno democrático debería dejar votar a las mujeres. El negarles eso sería privar a la mitad de la población, el “pueblo,” el derecho implicado por los padres fundadores de la nación. Con el tiempo, el gobierno accedió, y en 1920 dio a las mujeres el derecho al voto.
Además, algunas mujeres dicen que en general no obtienen la misma consideración y trato de los patronos que los hombres, tampoco obtienen el mismo pago por el mismo trabajo aun cuando son el único sostén de una familia. Una mujer afirmó que el empleo de las mujeres a menudo es un caso de ser “la última contratada, la primera despedida.”
Por supuesto, no todas las mujeres en los Estados Unidos están de acuerdo con esos sentimientos. Sin embargo, la mayoría sí aprecia las mejoras en las condiciones de trabajo que han llegado como resultado de las leyes diseñadas para proteger a las mujeres de los abusos e injusticias laborales.
Así es que el curso de la libertad en los pasados doscientos años ha sido un curso irregular. Ha significado un alto nivel de libertad para algunos, y esto se ha apreciado y fomentado. Para otros no se puede negar que ha habido variados grados de opresión. Y aunque desde entonces muchas de las previas injusticias han sido corregidas, su fruto malo todavía afecta a la nación.
[Ilustración de la página 7]
Los primeros europeos daban sus mercancías pacíficamente en cambio por lo que querían. Pero pronto emplearon la fuerza para respaldar sus demandas acrecentadas.
[Ilustración de la página 8]
Los excelentes principios de igualdad y libertad no eran aplicables a los esclavos
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¿Qué base hay para un futuro mejor?¡Despertad! 1976 | 8 de noviembre
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¿Qué base hay para un futuro mejor?
DESPUÉS de doscientos años de historia, ¿es el actual estado de desarrollo de los Estados Unidos un buen fundamento para un futuro mejor? Ciertamente hay gran fuerza económica en la nación, junto con muchos otros factores potenciales para el bien.
Sin embargo, muchas autoridades que estudian las tendencias en la economía, educación, problemas sociales y la política, llegan a una conclusión que hace pensar seriamente. Opinan que, aunque el país tiene mucho poder y mucho que es bueno, a menos que se inviertan las tendencias negativas, pronto pudiera topar con graves dificultades.
Ellos señalan que muchas familias han sido víctimas del “Sueño Estadounidense.” Por esto se refieren a la creencia de que las mejoras continuarían indefinidamente, con mejores trabajos, más dinero, un nivel de vida más alto, seguridad, paz mental, y un buen futuro para los jóvenes.
Pero para muchos no ha resultado así. El Times de Nueva York informa: “Entre muchos estadounidenses parece que aumenta el temor de que posiblemente haya terminado la fiesta. El Gran Sueño Estadounidense . . . de algún modo les parece menos realizable a muchas personas.”
Un problema importante tiene que ver con el modo en que los estadounidenses han financiado gran parte de su prosperidad en las pasadas cuantas décadas. Lo han hecho con dinero prestado... deuda, deuda excesiva. Han hipotecado el futuro para vivir bien hoy. Pero demasiada deuda lleva a la bancarrota.
Debido a la enorme y aumentante deuda, la capacidad que una gran cantidad de personas, muchos comerciantes, algunos gobiernos de ciudades y estados, y hasta el gobierno federal, tienen de pagar sus gastos está en grave peligro. U.S. News & World Report dice: “La deuda está creciendo con mayor rapidez que la economía que debe sufragarla. Las obligaciones totales públicas y privadas ahora suman poco más del doble de la producción anual de bienes y servicios de la nación.” ¡Esa deuda total ahora excede a los tres billones de dólares!
La revista señala que “la deuda de las corporaciones hoy es alrededor de 17 veces más que las ganancias combinadas de las compañías después de pagar los impuestos,” y sigue ascendiendo. La deuda del gobierno federal supera por mucho a 600.000 millones de dólares, y también está ascendiendo. En los pasados diecisiete años, solo una vez ha tenido el gobierno un pequeño superávit en su presupuesto anual. El déficit para el año fiscal de 1975 fue de más de 43.000 millones de dólares. Se cree que el déficit para el año fiscal de 1976 llegará a unos 75.000 millones de dólares, una marca que supera toda anterior.
En 1939 el interés de la deuda pública era de mil millones de dólares por año. ¡Pero en el año fiscal de 1977 se cree que llegará a aproximadamente 45.000 millones de dólares! Tan solo ese interés, por un año, es mayor que la entera deuda pública acumulada en toda la historia del país hasta la II Guerra Mundial.
El senador Harry F. Byrd, h., dice: “Creo que si esta clase de gasto deficitario continúa, es inevitable que se encamine el país al desastre.”
Pero, ¿no han mejorado las perspectivas comerciales en los meses recientes? Sí, la mayoría de los economistas piensa que la mala depresión temporal del pasado reciente ha terminado. Sin embargo, la financiación de gran parte de la mejora proviene de dinero prestado. El inyectar 75.000 millones de dólares prestados en una economía sí mejora las condiciones, temporariamente. Pero la carga de la deuda se hace más y más pesada. Algunas personas han expresado su preocupación de que esto pueda ser igual al individuo aficionado a la heroína que necesita cada vez más y más de la droga hasta que su sistema ya no la aguanta y entonces sufre colapso.
Niveles de vida más bajos
La ciudad de Nueva York ya ha descubierto lo que significa seguir gastando más dinero de lo que se gana. La deuda de la ciudad se ha hecho tan pesada que se le hace muy difícil conseguir prestado más dinero para los gastos actuales, mucho menos para pagar el préstamo.
Por eso la ciudad ha reducido los servicios, lo que significa despedir a trabajadores también. Pero aun con esas medidas drásticas, los déficits persisten. Y se le está haciendo cada vez más difícil a la ciudad seguir aumentando los ya pesados impuestos.
Tal como el nivel de vida de una ciudad puede desmejorar cuando se gasta demasiado dinero y no se gana suficiente, así, también, muchos expertos opinan que esto es lo que puede sucederle al país. Algunos piensan que ya ha comenzado. El profesor George Sternlieb de la Universidad de Rutgers declaró: “Estamos presidiendo nada menos que la decadencia del nivel de vida estadounidense.”
Otra cosa que perjudica el nivel de vida de la gente son los impuestos. Son el artículo principal de aumento más rápido en la inflación. Ya más de la tercera parte del jornal del trabajador va para los varios impuestos. Con buena razón dijo el secretario del tesoro William E. Simon: “El sistema federal de impuestos que ha evolucionado desde los primeros días de la república actualmente está en dificultad.” Hay temor de una ‘revuelta contra los impuestos.’ En realidad una razón para la Guerra de la Revolución o de la Independencia fue lo que los colonos consideraban la imposición de impuestos injustos.
Pobreza en medio de la abundancia
A pesar de la prosperidad de la que muchos disfrutan, la pobreza persiste. El Post de Nueva York declaró: “Los cálculos de la cantidad de estadounidenses que viven en condiciones inferiores al nivel de la pobreza varían de 10 a 30 millones.” Muchos otros viven justamente al nivel de la pobreza o la superan por muy poco.
El columnista Jack Anderson cuenta de un compañero periodista que se hizo pasar por peón de granja y trabajó como un obrero agrícola migratorio. Dijo que el alojamiento que se le proveyó “difícilmente era adecuado para ser habitado por una criatura humana.” En cuanto a las condiciones generales eran “más evocadoras de los alojamientos provistos a los esclavos del siglo XIX que de cualquier habitación del siglo XX.”
Anderson dijo en conclusión: “Hay una siniestra ironía en el hecho de que los que trabajan en los campos más productivos del mundo a menudo viven en la pobreza más absoluta, ganando apenas lo suficiente para subsistir. Algunos realmente viven en cautiverio al capataz del campo, que cobra más de sus salarios de lo que les paga. Para la mayoría, no parece haber modo de escapar de la pobreza perpetua de los campos.”
La cantidad de ancianos que viven en la pobreza es una reconocida vergüenza nacional. Y las condiciones de vida en muchas ciudades importantes se están deteriorando. Los proyectos de renovación no se mantienen al mismo paso que los edificios que se deterioran y se dejan abandonados.
Así es que después de doscientos años, las condiciones de vida para muchos son muy buenas, pero para millones de otros son malas. Todos los años de prosperidad, todos los esfuerzos bien intencionados, no han cambiado eso. Este no es el fundamento sólido que se necesita para un futuro mejor.
Otros males
Además, después de doscientos años de uno de los sistemas de educación académica más adelantados, millones de individuos son ‘analfabetos en función.’ La Oficina de Educación de los EE. UU. llama “pasmosa” la incapacidad de aproximadamente una quinta parte de la población adulta (23 millones de estadounidenses) de superar las habilidades de lectura necesarias para las tareas diarias como ir de compras, obtener un permiso para conducir, o leer una póliza de seguro. También informó que otros 39 millones de estadounidenses “apenas se las arreglan” con sus habilidades educacionales.
El estado de muchas escuelas estadounidenses no da verdadero motivo para esperar gran mejoramiento en los niveles de educación. El periodismo del país informa que la violencia está desenfrenada en las escuelas, con asaltos, ataques, vandalismo y guerra de pandillas en constante aumento. Una publicación describió la situación como “un verdadero reinado de terror en las escuelas.” En una ciudad grande, hubo 474 asaltos a maestros y miembros del personal en cinco meses.
Esa tendencia corresponde con el aumento del crimen. Actualmente se cometen más de once millones de crímenes graves cada año. Y hay otros millones que no se informan.
La vida de familia se está deteriorando. Los sociólogos de Boston han encontrado que la ‘violencia parece ser por lo menos tan común como el amor en la familia estadounidense típica.’ La mitad de los matrimonios entrevistados confesaron que ocurrió violencia física en la familia el año pasado. Y según los cálculos se cree que cada año ocurre por lo menos un millón de casos de maltrato de niños.
El Times de Nueva York dijo: “En los pasados pocos años, parece que como pueblo andamos perdidos, que por ser presos de la incertidumbre obramos torpemente, que estamos inseguros de nosotros mismos en nuestras relaciones unos con otros y con el mundo en general. El optimismo y el empuje moral característicos de los EE. UU. por décadas ha sido reemplazado en gran manera por un profundamente arraigado cinismo y desilusión.”
El senador Frank Church también halló que “una falta de fe, cinismo general, y un profundo pesimismo son los problemas más centrales y fundamentales a los que se enfrentan los estadounidenses hoy día.” Church, que encabezó una investigación de abusos en las agencias federales, dijo que “ha aumentado el desafuero en todos los niveles de la sociedad estadounidense hasta e incluso el gobierno federal.” Él señaló que “la existencia de un gobierno libre está en peligro si éste deja de cumplir con la ley.”
El futuro
¿Sobrevivirán los Estados Unidos en su actual forma para celebrar su tercer centenio, su “tricentenario”?
Muchos piensan que la democracia no es la ‘ola del futuro.’ Señalan que hay cada vez menos y menos gobiernos democráticos en el mundo. En cambio, los gobiernos totalitarios están aumentando.
La revista ilustrada más popular de Alemania Occidental, Stern, llegó a la conclusión de que ‘la actual era de dominio estadounidense ha pasado,’ pero espera que tome su lugar otra clase de era estadounidense. El Economist de Londres, pro estadounidense habla de una “recesión” del “imperio” estadounidense. Concluyó que ‘es posible que el caudillaje del mundo pase a nuevas manos bastante temprano en la centuria 1976 a 2076.’
Sin embargo, hay una razón más fundamental por la cual podemos esperar ver un cambio muy importante acontecer mucho antes de la llegada de un “tricentenario.” Y no se debe a que los Estados Unidos hayan de ser conquistados por otra potencia mundial.
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Algo mejor que el nacionalismo¡Despertad! 1976 | 8 de noviembre
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Algo mejor que el nacionalismo
LA GENTE de cada país quiere pensar que ellos y sus descendientes tendrán un futuro mejor. Pero, ¿cómo vendrá? ¿Como resultado de los esfuerzos de las naciones individuales?
Actualmente hay más naciones en existencia que nunca antes. Cada una le promete a su pueblo tiempos mejores, y requiere la obediencia a sus normas. Pero, ¿ha mostrado alguna nación, o grupo de naciones, el camino al mejoramiento de toda la familia humana? Seguramente han tenido el tiempo. Sin embargo nuestro siglo ha estado lleno de fracasos desastrosos.
No podemos escapar al hecho de que la división de la Tierra en tantas naciones diferentes no ha resultado provechoso. No es probable que una ‘casa dividida’ solucione los problemas complejos del mundo.
Por ejemplo, la revista Parade dice: “La cuarta parte de la población del mundo casi siempre está hambrienta y la décima parte está al borde de la muerte debido a muy poco alimento.” Sin embargo los expertos en la alimentación dicen que la Tierra no tiene la culpa, puesto que puede producir suficiente alimento. Ellos dicen que los sistemas políticos y económicos divididos son los que impiden la cooperación y la distribución razonable.
Además, debido al orgullo nacional —nacionalismo— las naciones divididas se temen unas a otras. Por eso las naciones del mundo actualmente gastan más de 300.000 millones de dólares al año en armamentos. ¡Imagine lo que la familia humana podría lograr si se usara ese dinero para propósitos productivos!
Realmente, ninguna nación o ideología puede dar a la gente lo que más necesita y desea. Y lo que la mayoría de la gente quiere es verdadera paz, seguridad permanente, prosperidad, salud y felicidad.
Piense en las cualidades deseables de que se podría disfrutar entre los grupos nacionales si todas las personas se pudieran llevar como una familia amorosa, como hermanos leales y confiables. ¿No es interesante probar la extensa variedad de comidas que comen los diferentes pueblos? Muchos de sus estilos de ropa, y su música, son agradables. Hay muchos rasgos buenos entre todas las culturas que aumentarían mucho el goce de la vida si las actuales divisiones nacionales no existieran.
No tiene sentido
El incitar a naciones o razas una en contra de la otra no tiene sentido, puesto que todos provenimos de los mismos padres.
El difunto historiador inglés Arnold Toynbee dijo del nacionalismo: “Es una condición mental en la cual damos nuestra máxima lealtad política a una fracción de la raza humana . . . prescindiendo de las consecuencias que esto le acarree a la mayoría extranjera de la raza humana.”
Debido a que el nacionalismo es tan divisivo y destructivo, Toynbee dijo: “El nacionalismo es una enfermedad mental.” Y el anterior secretario general de las Naciones Unidas U. Thant señaló: “Muchísimos de los problemas que arrostramos hoy día se deben a, o son el resultado de, actitudes falsas... algunas de ellas han sido adoptadas casi inconscientemente. Entre éstas está el concepto del nacionalismo estrecho... ‘mi país, tenga razón o no.’”
El Creador de la humanidad, Jehová Dios, “no es parcial,” dice su Palabra. (Hech. 10:34) Y puesto que “hizo de un solo hombre toda nación de hombres,” es evidente que tampoco tiene sentido para el Creador el que el hombre mantenga divisiones nacionales.—Hech. 17:26.
Pero, ¿hay alguna esperanza real de que algún día todas las naciones superen sus prejuicios nacionales y se unan en una hermandad internacional para trabajar para el bien de todos los pueblos?
¡La unidad ya ha empezado!
Sí, hay una esperanza real. De hecho, la propia Palabra de Dios garantiza que pronto terminará la presente condición dividida de la humanidad. Ya no habrá las perjudiciales divisiones nacionales.—Dan. 2:28, 44.
La profecía bíblica muestra que ahora vivimos “en la parte final de los días” poco antes de que Dios intervenga en los asuntos del hombre y ponga fin al actual sistema dividido del régimen del hombre. Pero en este mismísimo tiempo, como lo predice el capítulo 2 de Isaías, la adoración verdadera de Dios será puesta en alto de modo que “tendrán que afluir todas las naciones” a ella.
¿Con qué resultado? Dios “ciertamente dictará el fallo entre las naciones y enderezará los asuntos respecto a muchos pueblos. Y tendrán que batir sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni aprenderán más la guerra.”—Isa. 2:4.
Sí, el Dios Todopoderoso ahora mismo está congregando a personas de corazón honrado en una hermandad internacional y les está enseñando a vivir en un justo nuevo orden que él gobernará desde el cielo. Y después de destruir el inicuo sistema actual, Dios introducirá a los sobrevivientes que él ha ‘enderezado’ en su nuevo orden de paz y prosperidad eternas.
El capítulo 7 de Revelación 7, versículo 9, muestra que estos sobrevivientes son una “grande muchedumbre, que ningún hombre podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas.” Estos son los que se someten a Su régimen. Ellos reconocen que prescindiendo de los beneficios que cualquier nación pueda suministrar, nada se puede comparar con la esperanza de vida en el nuevo orden de Dios. Solo Dios, no el hombre, puede conducir las personas dispuestas a esa tan deseable meta.
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La Biblia ayuda a promover la unidad de familia¡Despertad! 1976 | 8 de noviembre
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La Biblia ayuda a promover la unidad de familia
HOY muchas familias se enfrentan a problemas graves a causa de no aplicar el consejo de la Biblia en su vida. Sin embargo, una vez que empiezan a hacerlo, hay asombrosos cambios hacia condiciones mejores.
Un hombre que vive en España relata: ‘Mi situación económica en el mundo era muy próspera. Era el propietario de una agencia de publicidad que marchaba muy bien. Sin embargo, mi matrimonio estaba arruinado por el adulterio. Cada uno de nosotros vivía una vida separada al grado de tener un día asignado para la “infidelidad marital.” El día que era el turno de mi esposa yo me quedaba en casa y cuidaba de los dos hijos y viceversa. No obstante, comprendí que las cosas no podían continuar de ese modo. Quería poner en orden mi vida. Le pedí a Dios que me ayudara, y la ayuda vino del modo más inesperado.
‘Estaba yo en la buhardilla que era el estudio de un pintor con otros amigos cuando uno de ellos, mirando a su reloj, dijo: “Me voy. Tengo un Testigo esperándome en casa.” Le pregunté: “¿Qué es eso?” Su respuesta despertó mi interés de modo que fui con él para escuchar. Me pusieron en contacto con los testigos de Jehová en mi vecindario, y mi esposa y yo comenzamos a estudiar. Poco a poco hicimos cambios en nosotros mismos, no solo en un sentido moral, sino hasta el grado de abandonar la empresa de publicidad para evitar relaciones indeseables. Gracias a Jehová, la familia ahora está unida.’
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