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  • El amor, el “vínculo perfecto de unión”
    La Atalaya 1983 | 15 de febrero
    • otros si alguno tiene causa de queja contra otro. Como Jehová los perdonó sin reserva a ustedes, así también háganlo ustedes. Pero, además de todas estas cosas, vístanse de amor, porque es un vínculo perfecto de unión”. (Colosenses 3:12-14.)

      Un contraste con los que no están unidos

      14. ¿Qué clase de personas fueron los miembros de la congregación cristiana antes de obrar en armonía con las instrucciones de los apóstoles?

      14 Esas instrucciones de los apóstoles indican la clase de personas que deben ser los miembros de la congregación cristiana. Anteriormente eran parte del mundo impío, incapaz de inspirar amor, con todas sus cualidades diabólicas. Por eso, ¿qué clase de personalidades eran entonces? En 1 Corintios 6:9-11, el apóstol Pablo lo dice: “¡Qué! ¿No saben ustedes que los injustos no heredarán el reino de Dios? No se extravíen. Ni fornicadores, ni idólatras, ni adúlteros, ni hombres que se tienen para propósitos contranaturales, ni hombres que se acuestan con hombres, ni ladrones [...] heredarán el reino de Dios. Y sin embargo eso es lo que algunos de ustedes eran. Mas ustedes han sido lavados, mas ustedes han sido santificados, mas ustedes han sido declarados justos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo y con el espíritu de nuestro Dios”.

      15. ¿Por qué no existe entre las personas del mundo el “vínculo [...] de unión” que persiste?

      15 Sería difícil que hubiera un motivo desinteresado y puro que sirviera de ligadura perfecta e inquebrantable entre personas mundanas como las que se acaban de describir. De hecho, entre ellas no hay ningún “vínculo perfecto de unión”. Por lo tanto, la sociedad humana del viejo mundo de afuera no está unida. Tal vez por un tiempo cierto interés o motivo egoísta que tengan en común los mantenga unidos. Pero, con el tiempo, cuando el interés o motivo egoísta que han tenido en común ya no exista, los mundanos dejan de preocuparse los unos por los otros. Los vínculos de unión se disuelven. Y así, finalmente, solo se toleran los unos a otros como inevitables compañeros humanos de cierta comunidad.

      16. Cuando están libres de lo que temporeramente los une, ¿a qué regresan las personas mundanas, y por qué?

      16 ¡Nacionalismo! ¡Patriotismo! ¡Sectarismo religioso! ¡Racismo! Tales cosas que agitan las emociones, cuando son fervorosamente fomentadas, llenan de un sentido de deber y obligación a las personas que se ven envueltas en ellas. Pero, al fin y al cabo, los seres humanos siguen siendo los mismos individuos que se ponen a sí mismos en primer lugar. Por eso, cuando no están desempeñando su deber, cuando están libres para satisfacer sus propios deseos conforme a sus propios gustos y aversiones personales, revelan que son las mismas personas egoístas de antes. Aunque hay personas que se conforman a este mundo, y a quienes se pone por las nubes y respecto de quienes se dice que merecen que se les dé honra y gloria celestial debido a los servicios sobresalientes que han rendido en el mundo, o debido a la devoción inquebrantable que han demostrado respecto a alguna causa mundana, tales personas no pueden, según las normas bíblicas, ser vistas como dignas de ocupar un lugar en el reino celestial de Jehová Dios para reinar con Cristo.

      17. ¿Qué exige el reino de Dios de los que lo buscan primero, y qué los ayuda al respecto?

      17 El Reino de Dios no está en relación de socios con este mundo y sus devotos. Ante el colosal fracaso de los esfuerzos del mundo bajo Satanás por unificar a sus adherentes, el Reino de Dios bajo Cristo exige acción y servicio unificados por parte de los cristianos dedicados y bautizados que lo buscan en primer lugar. Este Reino es producto del amor de Dios. El mismísimo espíritu de ese gobierno celestial es el amor, sobre todo amor para con Dios y odio para con su enemigo principal, Satanás, y para con el mundo del cual éste es “el dios”. A pesar de todos los esfuerzos de Satanás por causar disensión, este amor que emana de Jehová Dios, el Padre celestial, sigue funcionando como el “vínculo perfecto de unión” para todos los que se adhieren a Su organización terrestre visible, sí, para toda la familia de Dios tanto en el cielo como en la Tierra.

  • El amor como ‘vínculo de unión’ resulta “perfecto”
    La Atalaya 1983 | 15 de febrero
    • El amor como ‘vínculo de unión’ resulta “perfecto”

      1. ¿En qué sentido puede compararse a Jehová con un forjador, y en qué sentido le debe toda familia su nombre?

      EL FORJADOR más grande del universo, Jehová Dios el Todopoderoso, puede forjar un ‘vínculo de unión’ que se mantenga firme para siempre. Los lazos familiares, hasta los de la Tierra, pueden ser muy fuertes; y de Jehová Dios se dice que es “el Padre, a quien toda familia en el cielo y en la tierra debe su nombre” (Efesios 3:14, 15). Desde el Diluvio de alcance mundial de los días del patriarca Noé, toda familia humana ha descendido de ese hombre fiel a quien Dios aprobó como persona digna de ser preservada junto con su familia a través de aquella inundación que anegó a todo un mundo. Debido a este hecho, toda familia humana actual en la Tierra debe a Noé su “nombre”, es decir, el estar viva para poder llevar un nombre. En el pasado, Jehová Dios ha sido responsable de dar ciertos nombres a personas de la Tierra, pero directamente no ha dado nombres a familias humanas. No obstante, ellas deben su nombre a El, pues nunca hubieran llegado a existir como familias con nombre si no hubiera sido por El como el Dador de Vida universal. (Génesis 5:1, 2, 32.)

      2. ¿Cómo llegó a ser padre de una familia el rebelde que se opuso a la familia de Dios, y, por eso, qué pregunta oportuna debemos hacernos cada uno de nosotros?

      2 El hombre se ha separado de la familia universal del Padre celestial. El que provocó tal acción fue un rebelde sobrehumano que se opuso a la familia angélica de Dios en los cielos, el rebelde que llegó a ser conocido como Satanás el Diablo. Mediante reunir de su lado a algunos seguidores en los cielos él llegó a ser, por decirlo así, padre; pero no es el amor lo que une a los miembros de su familia. En cierta ocasión Jesucristo, el miembro de la familia universal de Jehová que más se ha destacado por su fidelidad, dijo a sus opositores de descendencia judía: “Si Dios fuera su Padre, ustedes me amarían a mí, porque de Dios vine yo y estoy aquí. [...] Ustedes proceden de su padre el Diablo, y quieren hacer los deseos de su

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