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El mundo trata de controlar su población¡Despertad! 1974 | 22 de septiembre
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¡Recientemente la India, quizás con el más antiguo programa de planificación familiar, rebajó considerablemente la cantidad meta para reducir la natalidad en un 40 por ciento para 1980! Muchos del pueblo y hasta sus líderes se resisten a los programas gubernamentales e internacionales.
Los intereses egoístas impiden que muchos cooperen con la planificación familiar. Quizás quieran mantener numéricamente superior su raza, religión o grupo lingüístico a fin de ganar o mantener el poder político, aunque estarían contentos de ver reducciones en las poblaciones de otros. Un país importante de la América Latina recientemente restringió el control de la natalidad, esperando poder duplicar su población dentro de este siglo. Se citaron como razones el deseo de incrementar el poder nacional y el temor de vecinos excesivamente poblados.
La Iglesia Católica desde hace mucho ha usado el dogma religioso para bloquear cualquier método “artificial” del control de la natalidad, dejando así que sus masas empobrecidas sigan aumentando. The Encyclopædia Britannica reseña la perspectiva total:
“Sería fútil negar que el control artificial de la población está inhibido por poderosas restricciones morales y tabúes. . . . aun el programa del control demográfico más optimista solo puede esperar lograr una leve reducción en la proporción de aumento para fines del siglo veinte.”—Tomo 18, pág. 54.
¿Le parece a usted que una “leve reducción” en veinticinco años es una “solución”?
¿Acción “unida”?
El fracaso de todas las “soluciones” antedichas está convenciendo a los líderes mundiales de que el crecimiento de la población es un problema mundial. La civilización ha llegado a ser firmemente interdependiente, y las naciones ya no pueden seguir actuando sin considerar las repercusiones internacionales. Cada vez más líderes instan a un abordamiento cooperativo mundial para resolver los problemas asociados con la población. En consecuencia, las Naciones Unidas han designado a 1974 el “Año de la Población Mundial” y esperaban celebrar una conferencia en agosto acerca del control demográfico.
Se espera que de esta reunión surja un “plan de acción para la población mundial.” ¿Será obligatorio? Un observador señala que al plan “más apropiadamente se le podría llamar una sugerencia,” que bosquejará los pasos que los países “quizás deseen” dar en sus propias circunstancias. “Todo esto parece un remedio muy débil,” señala este escritor, en vista de la situación que se agrava rápidamente.—Science, 1 de marzo de 1974, pág. 833.
Muchos ven la alternativa de tomar una acción vigorosa por todo el mundo como una serie de penalidades sacudidoras que pueden preparar el camino para el control dictatorial de la población y los recursos, así como para la pérdida de las libertades humanas. Preveen abortos y esterilización obligatorios, y hasta cosas tales como el manejo de la genética y la eliminación del débil. ¿Querría usted que le impusieran tal “solución”? ¿Hay alguna mejor?
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La verdadera solución para la población de la Tierra¡Despertad! 1974 | 22 de septiembre
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La verdadera solución para la población de la Tierra
¿NOTÓ usted que las “soluciones” que los “expertos” ofrecen atacan solo los síntomas del problema, pasando completamente por alto el verdadero mal? En realidad, ¿es el problema subyacente el exceso de población?
O, ¿no lo es, más bien, el egoístamente dividido sistema de cosas económico, político y religioso? Eso es lo que algunas personas están comenzando a reconocer. Ven la necesidad de hacer arreglos diferentes a los arreglos actuales para administrar los asuntos de la Tierra. El libro Environmental Ethics señala que el primer paso hacia asegurar la supervivencia del hombre en la Tierra debe ser ‘alguna clase de gobierno mundial para que la humanidad se pueda administrar a sí misma como un todo.’
Pero, ¿abandonarán alguna vez los hombres sus egoístas rivalidades nacionales por el bien común? Hay poca razón para creer eso. Por ejemplo, las Naciones Unidas recientemente aprobaron una propuesta a las grandes potencias para reducir sus presupuestos militares en 10 por ciento y entonces usar esa cantidad para ayudar a los países pobres. Pero, ¿qué hicieron las grandes potencias? Sencillamente pasaron por alto la propuesta. Además, el egoísmo impera dentro de las naciones mismas. Hay desigualdades. Por ejemplo, en los Estados Unidos una quinta parte de la población posee el 76 por ciento de las riquezas, ¡mientras que la última quinta parte solo tiene el uno por cierto! Si los países no pueden equilibrar esas desigualdades dentro de sus propias fronteras, ¿qué razón hay para creer que pueden hacerlo en una escala mundial?
La verdadera solución estriba en una nueva clase de gobierno mundial. Pero tal gobierno no puede ser administrado por hombres imperfectos y egoístas. Hay una necesidad urgente de un gobierno de alcance mundial bajo un gobernante altruista e imparcial. ¿Sabe usted que la Biblia revela que Dios se ha propuesto tener esa clase de gobierno mundial para la humanidad? La Biblia nos dice: “Seguí contemplando en las visiones de la noche, y, ¡pues vea! con las nubes de los cielos sucedía que venía alguien como un hijo del hombre; y al anciano de Días obtuvo acceso, y lo presentaron cerca, aun delante, de Aquél. Y a él fueron dados gobernación y dignidad y reino, para que los pueblos, grupos nacionales y lenguajes todos le sirvieran aun a él. Su gobernación es una gobernación indefinidamente duradera que no pasará, y su reino uno que no será reducido a ruinas.”—Dan. 7:13, 14.
Antes de desechar esa idea como algo irreal o como tontería religiosa, piense en el significado de un gobierno mundial y un gobernante cuyo propósito sea la unidad en el cielo y la Tierra. Puesto que Cristo es perfecto, el reunir todas las cosas en él significará unidad en toda la Tierra. Eso significará el fin de todas las fuerzas divisivas que han hecho imposible el que millones de personas tengan el alimento, ropa y abrigo necesarios.
No puede haber ninguna duda de que nuestro planeta fue diseñado para proveer un hogar feliz y cómodo para su población humana. Las intrincadas bellezas y la abundante variedad en la creación obviamente fueron diseñadas para el beneficio
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