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El tiempo para un atalaya como EzequielLa Atalaya 1981 | 15 de junio
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detuvieron ni disminuyeron la II Guerra Mundial y su secuela la afluencia de los de la “grande muchedumbre” al lado de la clase del “atalaya” en medio de persecución mundial. Por afluir éstos al lado de la clase del “atalaya,” han quedado obligados a participar con ella en anunciar denodadamente la advertencia divina. No han rehuido de emprender esta responsabilidad. Al proceder así no solo desean expresar su amorosa obediencia a Jehová Dios, sino que también quieren expresar su amor a su prójimo, su semejante.
18, 19. (a) ¿De qué actividad hay apremiante necesidad ahora en conformidad con las palabras de Isaías 52:8? (b) ¿Qué debe estimularnos a participar en difundir la advertencia divina?
18 En esta fecha tardía, en los días finales de la cristiandad y de todo el resto de este sistema de cosas condenado a destrucción, hay apremiante necesidad de acción unida. Hace mucho tiempo el profeta Ezequiel y el profeta contemporáneo de él, Jeremías, a pesar de estar separados por centenares de kilómetros, unieron sus voces en advertir a su descarriada nación acerca del “día de la venganza” que estaba a punto de desatarse sobre ellos. Ahora, en nuestro siglo, desde el fin de la I Guerra Mundial, las siguientes palabras de Isaías 52:8 han aplicado al pueblo dedicado de Jehová: “¡Escucha! Tus propios atalayas han levantado la voz. Al unísono siguen clamando gozosamente; porque será ojo a ojo que verán cuando Jehová haga volver a Sión.” Todos los que llegaron a ser recogidos bajo la ‘Sión celestial’ vieron la misma visión a la luz de la profecía bíblica que entonces estaba cumpliéndose; juntos vieron la mano de Jehová en acción a favor de ellos. Levantaron un mensaje unido a todo el mundo. Hoy día, más de 60 años después, tienen que seguir dando unidamente su testimonio, solo que éste ahora incluye la advertencia urgente acerca del “día de la venganza” de Jehová. Los de la “grande muchedumbre” procedente de muchas naciones y de muchas lenguas tienen que unir sus voces a las del “atalaya.”
19 Entonces, ¡adelante, dando en unión la advertencia del “día de la venganza de parte de nuestro Dios”! Mantengámonos libres de culpa por sangre derramada. Esto se debe a que queremos que se nos deje con vida durante ese “día de la venganza.” Muchos de nuestros vecinos quisieran disfrutar de la misma salvación. Que nuestro amor supremo a Jehová y Cristo y nuestro amor humanitario y compasivo a nuestro prójimo, nuestro semejante, nos estimulen de manera irresistible a difundir la advertencia que salva vidas. ¡Eso nos proporcionará inmenso gozo! Y lo que es mejor, ¡Jehová quedará vindicado, pues se habrá demostrado su interés amoroso!
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Los que amamos a Dios resolvemos...La Atalaya 1981 | 15 de junio
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Los que amamos a Dios resolvemos...
Esta Resolución fue adoptada entusiásticamente el verano pasado por centenares de miles de concurrentes a las Asambleas de Distrito “Amor Divino” de los Testigos de Jehová.
1. ¿Qué advertencia están dando los testigos de Jehová, y por qué?
Por más de 100 años Jehová Dios por medio de sus testigos ha estado dando la advertencia de que este mundo o sistema de cosas no puede perdurar. Por consideración a nuestro prójimo, prescindiendo de la nación, tribu, pueblo o lengua que sea, el amor divino nos mueve a señalar a las personas que el camino designado por Dios es la única solución para los problemas de la humanidad.
2. ¿Qué cosas del mundo han salido mal?
2 Con el comienzo de los años ochenta, ¿qué observamos como consecuencia de que individuos y naciones pasen por alto o resistan el camino que Dios señala y procuren seguir su propio proceder de autonomía y de vida independiente? Personas responsables de todo campo de actividad expresan seria preocupación por el estado confuso e inestable de los asuntos del mundo. Y no es de extrañar... ¡son tantas las cosas que han salido mal! Con demasiada frecuencia ha sucedido que diversas cosas de los campos de la transportación, comunicación, medicina, ciencia
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