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  • La Vid, cuyo vino alegra a Dios y al hombre
    La Atalaya 1979 | 15 de febrero
    • “. . . ¿Nunca leyeron en las Escrituras: ‘La piedra que los edificadores rechazaron es la que ha venido a ser la principal piedra angular. De parte de Jehová ha venido a ser esto, y es maravilloso a nuestros ojos’? Es por eso que les digo: El reino de Dios les será quitado a ustedes y será dado a una nación que produzca sus frutos. También, el que caiga sobre esta piedra será hecho pedazos. En cuanto a cualquiera sobre quien ella caiga, lo pulverizará.”—Mat. 21:33-44.

      12. ¿Qué fruto no ofrecieron los cultivadores de la viña nacional típica? y, por eso, ¿cómo se aseguraría Dios de recibir la clase correcta de fruto?

      12 ¿Qué fruto deberían haber ofrecido los viticultores o cultivadores israelitas de la “viña” nacional de Jehová a su Hijo Jesucristo? Debería haber sido fe en el Hijo como el Mesías verdadero, el prometido, y aceptarlo como el Hijo de Aquel que había plantado la “viña” nacional de Israel y era dueño de ella. Si ellos hubieran entregado aquella clase de fruto al Hijo de Dios, aquello hubiera resultado en que se les hubiera introducido en el verdadero reino mesiánico de Dios. Porque no produjeron el fruto que debería haber caracterizado al reino típico de Dios en Israel, el privilegio de ser el reino de Dios se les quitaría como nación. Por eso, se crearía otra nación de ‘viticultores.’ Esta nueva nación produciría frutos apropiados para el reino de Dios. Aquellos cultivadores presentarían los frutos debidos al Plantador y Dueño Divino de esta viña.

      13. (a) ¿Qué pensaron que podían hacer los cultivadores de la “viña” judía por medio de apoderarse de la herencia del Hijo del Dueño? (b) ¿Qué dijo Jesús que le sucedería a la piedra real que los edificadores de una construcción rechazaron?

      13 En la determinación que Dios hace de los que deben disfrutar de los privilegios de su reino mesiánico, la cosa importante es los “frutos.” Los cultivadores judíos pensaban que, por retener los frutos que correctamente se esperaban y hasta matar a Jesús el “heredero” del reino de Dios, podían apoderarse de Su herencia. Pensaban que podrían mantenerse en la gobernación del reino típico de Dios, bajo el pacto de la ley mosaica. (Juan 11:47-53) Pero no era así, según la conclusión que se deriva de la parábola de Jesús. (Mat. 21:41) ¿Qué dijo Jesús acerca de la Piedra real que los edificadores de una construcción para Dios habían rechazado precisamente el día anterior, después que Jesús hubo entrado triunfalmente en Jerusalén? A esta Piedra se le haría la piedra principal del ángulo en la nueva construcción real de Dios, el celestial “reino de Dios.”

      14. ¿Por qué no pensó Jesús que carecería de significado el que él diera la parábola de la viña y los sarmientos poco antes de que fuera arrestado en Getsemaní?

      14 En cuanto a “la vid verdadera” que Jehová había plantado y que estaba cultivando, Jesús sabía que a ésta no se le podría privar de vitalidad, aunque a los cultivadores judíos de la “vid” nacional típica se les permitiera darle muerte a él más tarde en el día de la Pascua. Por eso, aunque fue precisamente antes de que él fuera al jardín de Getsemaní y se le arrestara, Jesús no pensó que carecería de significado el que él diera a sus discípulos la parábola de la vid y los sarmientos.

      15. Según Juan 15:1-5, ¿quién es el cultivador de “la vid verdadera,” y qué les hace a los sarmientos según lleven fruto o no?

      15 “Yo soy la vid verdadera,” dijo Jesús, “y mi Padre es el cultivador. Todo sarmiento en mí que no lleva fruto él lo quita, y todo el que lleva fruto él lo limpia, para que lleve más fruto. Ustedes ya están limpios a causa de la palabra que les he hablado. Permanezcan en unión conmigo, y yo en unión con ustedes. Así como el sarmiento no puede llevar fruto por sí mismo a menos que permanezca en la vid, así mismo tampoco pueden ustedes, a menos que permanezcan en unión conmigo. Yo soy la vid, ustedes son los sarmientos. El que permanece en unión conmigo, y yo en unión con él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí ustedes no pueden hacer nada.”—Juan 15:1-5.

      EL PLANTAR Y CULTIVAR

      16, 17. (a) ¿Cuándo plantó Jehová “la vid verdadera,” y cómo? (b) ¿Cómo fue Jesucristo un personaje mayor que el patriarca Jacob, y cuándo se produjeron “sarmientos” en la “vid verdadera”?

      16 ¿Cuándo plantó esta vid fructífera el gran Viticultor? Fue en el año 29 E.C., cuando ungió con su espíritu santo a Jesús, que acababa de ser bautizado. (Isa. 61:1, 2) Entonces fue cuando Jehová estableció la cepa o tallo central de la “vid” simbólica del reino mesiánico. Recordamos ahora que el reino típico de Israel fue de la cepa del patriarca Jacob, a quien se dio el sobrenombre de Israel. Él llegó a ser padre de doce hijos, de los cuales brotaron las doce tribus de Israel. (Hech. 7:8-14) Así, Jesucristo correspondió con Jacob.

      17 Este Jacob Mayor fue la cepa o tallo central de la vid. Él escogió doce apóstoles, quienes llegaron a ser “sarmientos” en perspectiva de esta “vid” espiritual. (Juan 15:16; 6:70) Por eso, en aquella noche pascual, él los llamó “sarmientos.” Pero 51 días después, en el día del Pentecostés, doce apóstoles fieles fueron ungidos con espíritu santo. De esta manera llegaron a ser doce fundamentos secundarios para la nueva nación del Israel espiritual. Sobre ellos se construye la celestial Nueva Jerusalén. (Rev. 21:14; Efe. 2:20) Sin embargo, en aquel día del Pentecostés los demás de aquel grupo de unos 120 discípulos estuvieron entre los primeros que recibieron el espíritu santo y hablaron en lenguas, y por medio de esto a ellos también se les hizo “sarmientos” en aquella “vid” espiritual, Jesucristo.

      18. ¿Qué oportunidad ofrecida en Éxodo 19:6, 7 no aprovechó el Israel natural, y a quiénes aplica Pedro las palabras de esa declaración divina?

      18 Allí llegó a existir la nueva nación, el Israel espiritual. El Israel natural como nación no había aprovechado la oportunidad que Jehová le había presentado por medio de su mediador Moisés según Éxodo 19:6, 7. Por eso, las palabras de aquella declaración divina fueron aplicadas por el apóstol Pedro a miembros de la nueva nación del Israel espiritual. ¿Dónde? En su primera carta inspirada, en 1 Pedro 2:9, 10, donde está escrito: “Pero ustedes son ‘una raza escogida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo para posesión especial, para que declaren en público las excelencias’ de aquel que los llamó de la oscuridad a su luz maravillosa. Porque en un tiempo ustedes no eran pueblo, pero ahora son pueblo de Dios; eran aquellos a quienes no se les había mostrado misericordia, pero ahora son aquellos a quienes se les ha mostrado misericordia.”

      19. Después de haberse cumplido Isaías 5:5-7, ¿qué le sucedió a la nación del Israel espiritual, y por qué no le dio Jehová menos atención de la que le dio a la “viña” típica de Israel?

      19 Felizmente, la nación cristiana del Israel espiritual continuó floreciendo después que Jehová cumplió sus palabras de advertencia dadas en Isaías 5:5-7, en la “viña” simbólica del Israel natural. Como Cultivador de lo que fue plantado por él, él da la atención necesaria a los “sarmientos” de la “vid verdadera,” Jesucristo, no menos atención que la que dio a la “viña” anterior del Israel natural hasta el 33 E.C. Él hace eso con el propósito de mantener un grupo limpio y productivo de “sarmientos” que son discípulos de Jesucristo. No debe haber lugar para vástagos chupones y madera seca entre esos sarmientos ‘limpios.’ Por eso, en su parábola, Jesús dijo a sus apóstoles fieles: “Todo sarmiento en mí que no lleva fruto él lo quita, y todo el que lleva fruto él lo limpia, para que lleve más fruto. Ustedes ya están limpios a causa de la palabra que les he hablado.”—Juan 15:2, 3.

      20. En armonía con el relato de Juan 6:67-69, Jesús podía pronunciar “limpios” a los once apóstoles fieles debido a que ellos aceptaron ¿qué?

      20 Judas Iscariote, el apóstol que se hizo traidor, no estuvo presente cuando Jesús dijo esas palabras. Jesús ya lo había despedido de la compañía de ellos al fin de la cena pascual. (Juan 13:26-30) Los otros once apóstoles, los fieles, habían aceptado de todo corazón su palabra o mensaje mesiánico, y por esa razón él los pronunció “limpios.” Por ejemplo, allá en el norte, en Capernaum, cuando Jesús dirigió a aquellos apóstoles la pregunta: “Ustedes no quieren irse también, ¿verdad?” Simón Pedro contestó: “Señor, ¿a quién nos iremos? Tú tienes dichos de vida eterna; y nosotros hemos creído y llegado a conocer que tú eres el Santo de Dios.”—Juan 6:67-69.

      21. Por eso, ¿de qué cosas estaban limpios aquellos “sarmientos” apostólicos, y qué efecto deben haber tenido en ellos las palabras que Jesús les habló en privado?

      21 Así que no había ramitas muertas de descreencia infructífera con relación a aquellos apóstoles leales. No había, adheridos a ellos, vástagos chupones de judaísmo antibíblico que los distrajeran. Estaban dando su atención indivisa a la causa del “Santo de Dios.” Creían que él era “el Cristo, el Hijo del Dios vivo.” (Mat. 16:16) En una ocasión más, Pedro le dijo: “¡Mira! Nosotros hemos dejado todas las cosas y te hemos seguido; ¿qué habrá para nosotros realmente?” (Mat. 19:27) Ante decisiones de tal índole, las palabras de Jesús, habladas en especial a los apóstoles privadamente, deben haber tenido un efecto purificador, deben haberlos dejado en una condición espiritual que era ‘limpia.’ Todos los “sarmientos” que permanecieran en tal condición de “limpios” podrían dedicarse en compromiso pleno al propósito singular de la “vid verdadera” de Jehová. Esto resultaría en alegría tanto para Dios como para los hombres.

  • La clase de fructificación que glorifica a Dios
    La Atalaya 1979 | 15 de febrero
    • La clase de fructificación que glorifica a Dios

      1. Por las palabras de Jehová en Ezequiel 15:1-5, ¿qué indicó él que era el propósito principal de una parra?

      ¿QUÉ propósito tiene realmente una parra? Hace mucho tiempo el Plantador de la primera parra interrogó acerca de esto a su profeta Ezequiel, así: “Hijo del hombre, ¿de qué manera sucede que el árbol de la vid sea diferente de todo otro árbol, el sarmiento, que ha llegado a estar entre los árboles del bosque? ¿Se toma de él algún palo con el cual hacer algún trabajo? ¿O toma la gente de él una estaca en la cual colgar cualquier clase de utensilio? . . . ¡Mira! Cuando sucede que está intacto, no se usa para ningún trabajo.” (Eze. 15:1-5) Está claro, pues, que el propósito principal de la parra es llevar fruto, las deliciosas uvas que se usan para hacer el vino.—Jue. 9:13.

      2. En armonía con ese propósito de la vid, ¿qué dijo Jesús en Juan 15:16 que él pensó al escoger aquellos “sarmientos” apostólicos?

      2 El vino tuvo que ver con la celebración de la última Pascua de Jesús con sus apóstoles. Después de aquella cena él dio su propia ilustración de la “vid verdadera” y sus “sarmientos.” Con esto presente él pudo decir a sus once apóstoles fieles: “Ustedes no me escogieron a mí, sino que yo los escogí a ustedes, y los nombré para que vayan adelante y sigan llevando fruto y que su fruto permanezca; a fin de que sin importar qué le pidan al Padre [el Plantador de la vid] en mi nombre él se lo dé a ustedes [en vista de que llevan fruto].”—Juan 15:16.

      3. ¿Por qué se poda con cada temporada la vid, y qué lección debe comunicar esto a un “sarmiento” de la “vid verdadera” que muestre aprecio?

      3 Para que la parra lleve fruto a plenitud, se le poda en cada temporada. Es como lo que dijo Jesús en su carácter de “vid” espiritual: “Todo sarmiento en mí que no lleva fruto él lo quita. . . . Si alguien no permanece en unión conmigo, es echado fuera como un sarmiento y se seca; y a esos sarmientos los recogen y los arrojan al fuego y se queman.” (Juan 15:2, 6) Entonces, ¿qué lección nos comunica esto? Bueno, si cualquiera de nosotros es un “sarmiento” en la “vid” espiritual y considera de valor su privilegio, no querrá que lo poden. Por eso, le conviene llevar fruto... ¡mucho!

      EL FRUTO

      4. ¿Qué es el “fruto,” como se indica en el caso de Isaías 5:7?

      4 Pero, ¿qué es el fruto? El fruto, las uvas, no representa a los discípulos de Cristo. Los sarmientos son la representación de los discípulos engendrados por espíritu. Lo que sí está representado por el fruto que llevan los sarmientos lo indican las Escrituras inspiradas. Por ejemplo, cuando Jehová comparó al Israel antiguo con una viña, mencionó el fruto que estaba buscando. Dijo: “La viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá son la plantación con la cual él estaba encariñado. Y siguió esperando juicio, pero, ¡miren! el quebrantamiento de ley; justicia, pero, ¡miren! un clamor [como el de la antigua Sodoma].”—Isa. 5:7; Gén. 18:21; 19:13.

      5. En el día de Jesús, ¿qué cosas de más peso de la Ley de Dios estaban descuidando los líderes religiosos, y qué enseñaban como doctrinas?

      5 Por eso, lo que Jehová el Plantador buscaba que fuera parte del fruto de aquella “viña” típica de Israel era juicio (lo cual envuelve ejercicio de justicia) y justicia, lo contrario de violación de la ley y conducta escandalosa. Faltaban el juicio y la justicia en Israel en el día de Jesús. Poco antes de que recibiera muerte de mártir en Jerusalén, él dijo a los escribas y fariseos hipócritas: “Ustedes . . . dan el décimo de la hierbabuena y del eneldo y del comino, pero han desatendido los asuntos de más peso de la Ley, a saber, la justicia y la misericordia y la fidelidad.” (Mat. 23:23) Sobre el asunto de la violación o quebrantamiento de la Ley de Dios, Jesús dijo además: “Han invalidado ustedes [los fariseos y los escribas] la palabra de Dios a causa de su tradición.” “Enseñan mandatos de hombres como doctrinas.”—Mat. 15:6, 9.

      6, 7. (a) Como en el caso del Israel natural, ¿qué fruto debe buscarse en los “sarmientos” de la “vid verdadera,” y cómo debe demostrarse esto? (b) En los días de Jeremías, ¿cómo estaba cometiendo adulterio Israel de dos maneras?

      6 El juicio y la rectitud, la misericordia, la fidelidad, la justicia, el observar y no el torcer la Ley de Dios eran parte del fruto que Jehová buscaba de la “viña” típica de Israel. Para obrar con consistencia, ¿debería él procurar que hubiera fruto diferente de todo aquél en los “sarmientos” de su “vid verdadera”? ¡De ninguna manera! El fruto que Él desea como adorno de esos “sarmientos” es cualidades de personalidad que sean como las de Cristo. Pero el fruto abarca más que solo una personalidad que no esté efectuando nada.

      7 ¡También se exige la expresión activa de los rasgos de la personalidad! Por ejemplo, en los días del profeta Jeremías, Jehová expresó su desilusión por los frutos que le ofrecía la “viña” típica de Israel. Dijo: “Sobre toda colina alta y debajo de todo árbol frondoso estabas echada despatarrada, prostituyéndote. Y en cuanto a mí, yo te había plantado como una vid roja selecta, toda ella semilla verdadera. ¿Cómo, pues, has sido cambiada para conmigo en los sarmientos degenerados de una vid extranjera? . . . ¿Cómo puedes decir: ‘No me he contaminado. Tras los Baales no he andado’?” (Jer. 2:20-23) De manera que otra parte del fruto que buscaba Jehová de la “vid” del Israel típico era limpieza moral y adoración exclusiva para Él. Pero, en vez de hallar tal fruto en sus sarmientos, Jehová halló que se cometía fornicación y adulterio entre los israelitas como individuos, además de adulterio espiritual por parte de la nación entera por medio de entrar en alianzas amistosas con las naciones paganas de alrededor.—Compare con Santiago 4:4.

      8. ¿Cómo sucedía que los israelitas no estaban dando adoración exclusiva a Jehová?

      8 Además, en vez de adorar a Jehová exclusivamente como el Dios con el cual estaban en pacto, la nación andaba corriendo en idolatría tras de las imágenes de Baal y adorándolas. En realidad, las “uvas” de la “vid” del Israel típico eran ‘las uvas de Sodoma,’ de modo que sus “racimos” eran amargos. Por eso, el fruto de la “vid” israelita incluía homosexualidad como la de la antigua Sodoma. (Deu. 32:32) El fruto indeseable contrasta agudamente con lo que Dios desea.

      9. ¿Cómo deben evitar el adulterio espiritual los “sarmientos” de la “vid verdadera,” aunque por ello incurran en el odio del mundo?

      9 El Dios que no cambia no desea tampoco que haya tal clase de fruto en los “racimos” de su “vid verdadera,” Jesucristo. Se ve, pues, que los israelitas espirituales de la clase del Reino tienen que mantenerse limpios en sentido moral. No pueden cometer adulterio espiritual por medio de tener amistad con este mundo. Lo que se requiere de ellos, absolutamente, es devoción exclusiva a Jehová como Dios. ¿Qué les importa que el mundo los odie por llevar tal fruto? “Porque ustedes no son parte del mundo, sino que yo los he escogido del mundo, a causa de esto el mundo los odia.” Eso fue lo que Jesús dijo a sus once apóstoles fieles en la noche en que Judas Iscariote lo traicionó.—Juan 15:19.

      10. (a) ¿El fruto de qué clase de condición de separación y de estar sin mancha tienen que llevar los “sarmientos” que están en la “vid verdadera,” y qué acción exige esto de ellos? (b) Por no producir tal clase de fruto, ¿qué pérdida experimentó la nación de Israel?

      10 El que ellos no sean parte de este mundo, porque se mantienen alejados de la política y los conflictos de éste, es la expresión del fruto de estar limpios y sin mancha de este mundo. Este fruto tiene que caracterizar a los que pertenecen a la organización de Jehová como la representa Su Hijo, “la vid verdadera,” Jesucristo. Ellos tienen que demostrar que se apegan incondicionalmente al reino de Dios en las manos de Jesucristo. Esto exige que reconozcan y acepten públicamente al Hijo de Dios como el Mesías, o Cristo, que había sido prometido desde mucho tiempo antes. La “vid” típica del Israel natural no le presentó fruto de esta clase a Jesús el Mesías. Ella no produjo los “frutos” del reino de Dios. Esto les resultó en tremenda pérdida, porque el reino de Dios les fue quitado a ellos y fue dado a la nación que produciría el fruto que se requería, el Israel espiritual. (Mat. 21:43) Esta nueva nación está compuesta de los “sarmientos” que prueban que están en unión con la “vid verdadera” por medio de no rechazar a Jesús el Mesías como lo hizo la nación judía, sino aceptándolo públicamente y andando en sus pasos.

      11. (a) Debido a la profecía de Mateo 24:14, ¿qué está envuelto en este asunto que es más que el solamente ‘aceptar a Jesús en el corazón’? (b) ¿Qué rasgo de la “vid verdadera” es obligatorio para los “sarmientos” de la vid?

      11 Como se ve, esto envuelve más que solo reconocer y aceptar al Mesías en el corazón de uno, ‘aceptar a Jesús en el corazón,’ como dicen los evangelistas de la cristiandad. Tiene que haber una confirmación y revelación de esto por medio de acción pública. (Rom. 10:10) Es necesario que se participe personalmente en el cumplimiento de esta profecía de Jesús: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones.” (Mat. 24:14) Si un “sarmiento” dedicado, bautizado y ungido por el espíritu en la “vid,” Cristo, no está participando activamente en la obra predicha, ¿cómo pudiera estar produciendo los “frutos” del reino de Dios? El aspecto obligatorio, en cuanto a esto, es que ellos son “sarmientos” en el que fue el primero que fue ungido con el espíritu del Señor Soberano Jehová para predicar las buenas nuevas del Reino. (Isa. 61:1-3; Luc. 4:16-21) ¡Como es la cepa de la “vid,” así deben ser también los “sarmientos” que embeben la savia!

      12. Desde el año 1914, ¿en escala de qué amplitud tiene que cumplirse Mateo 24:14, y quiénes tienen la responsabilidad de hacer que “estas buenas nuevas” se prediquen a tal grado?

      12 La profecía de Mateo 24:14 se cumplió parcialmente en el primer siglo de la E.C., desde el tiempo de la ascensión de Jesús al cielo y su comparecencia ante la presencia de Dios hasta el año 70 E.C., cuando los romanos destruyeron a Jerusalén. Pero aquel cumplimiento prefiguró o representó de antemano el cumplimiento en escala plena de la profecía acá en nuestros tiempos desde 1914 en adelante. Al fin de los Tiempos de los Gentiles en el otoño de aquel año, el reino mesiánico de Dios nació arriba en los cielos. Hoy, más de 19 siglos después que la “vid,” Cristo, empezó a echar sus “sarmientos,” solo queda un resto pequeño de esos “sarmientos” todavía vivo y produciendo los “frutos” del reino de Dios, puesto que habrá, a lo más, 144.000 de tales “sarmientos” como herederos con Jesucristo. (Rev. 7:4-8; 14:1-3) A este resto corresponde la responsabilidad de hacer que estas “buenas nuevas del reino” se prediquen por toda la Tierra de modo que todas las naciones las oigan.

      13. Por eso, ¿por la producción de qué “fruto” por parte del resto de los “sarmientos” de la vid ha sido glorificado por toda la Tierra el Padre de Jesús?

      13 El que se haya llevado el fruto de obedecer el mandato de predicar ha resultado en glorificación para Jehová Dios. Es tal como dijo Jesús como estímulo para sus “sarmientos”: “Mi Padre es glorificado en esto, que ustedes sigan llevando mucho fruto y demuestren ser mis discípulos.” (Juan 15:8) En este tiempo del cumplimiento final de Mateo 24:14, ¿ha llevado “mucho fruto” el resto de estos “sarmientos”? Si investigamos los registros disponibles correspondientes al período que ha transcurrido desde el año posbélico de 1919 E.C., tenemos que decir: ¡Sí! Por tal producción de “fruto” se ha glorificado mundialmente a Jehová Dios.

      EN UNIÓN CON LA “VID”

      14. ¿Cómo muestra Jesús en Juan 15:4-6 que se necesitaba una unión inquebrantable con él para que el resto de los “sarmientos” produjera tanto fruto?

      14 Para la producción de tanto fruto durante estos tiempos turbulentos desde que estalló la I Guerra Mundial en 1914 se ha necesitado unión inquebrantable de los “sarmientos” con la “vid,” Cristo. Ciertamente las siguientes palabras de Jesús han aplicado al resto de “sarmientos” productivos: “Permanezcan en unión conmigo [la Vid Verdadera], y yo en unión con ustedes. Así como el sarmiento no puede llevar fruto por sí mismo a menos que permanezca en la vid, así mismo tampoco pueden ustedes, a menos que permanezcan en unión conmigo. Yo soy la vid, ustedes son los sarmientos. El que permanece en unión conmigo, y yo en unión con él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí ustedes no pueden hacer nada. Si alguien no permanece en unión conmigo, es echado fuera como un sarmiento y se seca; y a esos sarmientos los recogen y los arrojan al fuego y se queman.”—Juan 15:4-6.

      15. (a) Si los apóstoles no se hubieran apegado a él, ¿para qué no los habría nombrado Jesús en asociación consigo? (b) ¿Por qué no podía el resto salir en apoyo de la Liga de las Naciones y permanecer en unión con “la vid verdadera”?

      15 Jesucristo no asignaría a estos “sarmientos” un reino en asociación con él en el cielo a menos que ellos se apegaran a él aunque por ello experimentaran penalidades. (Luc. 22:28-30) Para retener su ungimiento con el espíritu del Señor Soberano Jehová, tienen que permanecer en unión con Cristo, la cepa de la “vid.” Si no hicieran eso, el lugar que tienen en perspectiva en el reino celestial les sería quitado. (Rev. 3:5, 11) Por consiguiente, cuando los Tiempos de los Gentiles terminaron en 1914 y se reveló que se había hecho que el reino mesiánico naciera en los cielos, ¿qué estaba obligado a hacer el resto de “sarmientos” ungidos? ¡Aclamar lealmente al glorificado Jesucristo

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