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¿Ha visto esta generación ‘señales del cielo’?¡Despertad! 1985 | 8 de marzo
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por hora (3.500 millas por hora) antes de dar en el blanco, y llegaban a suelo británico solo unos cinco minutos después de haber sido lanzados. Luego los Estados Unidos dejaron caer dos bombas atómicas sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, las cuales mataron al instante a más de cien mil personas. “Junto con la bomba atómica —explica la Encyclopædia Britannica—, el V-2 prefiguró los proyectiles balísticos intercontinentales [ICBM] de la era de la posguerra.”
Después de la guerra, las naciones desarrollaron armas nucleares que eran más destructivas aún. Antes que se firmara en 1963 el tratado que prohíbe las pruebas nucleares, había una fiebre de tales pruebas. Se hicieron estallar bombas nucleares hasta en el espacio. En cuanto a uno de estos experimentos, el doctor Mitton escribe en su libro Daytime Star—The Story of Our Sun (La estrella diurna... la historia de nuestro Sol): “La explosión ‘Starfish’, en julio de 1962, produjo una zona radiactiva que continuó en existencia por varios años. La insensatez de este ejercicio se pudo ver clara y enérgicamente cuando se supo que varios satélites costosos fueron totalmente destruidos”.
El tratado de 1963 limitó las pruebas de armas nucleares, pero no impidió que las superpotencias fabricaran más de estas bombas. Tampoco impidió que desarrollaran los métodos para lanzarlas. Al comentar en cuanto a este asunto, el doctor Jastrow escribió en Science Digest: “Cuando los alemanes estaban haciendo llover cohetes V-2 sobre Gran Bretaña hace 40 años, creían que eran bastante certeros si los cohetes caían dentro de un radio de 16 kilómetros [10 millas] de su blanco. [...] Las ojivas nucleares de los ICBM soviéticos y estadounidenses que hay hoy día pueden caer a unos 270 metros [300 yardas] de su objetivo después de haber recorrido millares de kilómetros”.
El doctor Jastrow pasó a describir las nuevas ojivas nucleares que tienen sistema de radar y cerebros electrónicos. Se les llama “ojivas astutas” y se dice que, “como promedio, pueden caer a unos 23 metros [25 yardas] de su objetivo”. Se cree que estas “ojivas astutas” se pueden adaptar a los proyectiles balísticos intercontinentales.
¿No concuerda usted en que lo que comenzó allá en 1914 era solo “el principio de los dolores de parto”? El hombre ha dado un uso cada vez más mortífero al “cielo”.
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‘Señales del cielo’... ¿razón para sombría aprensión?¡Despertad! 1985 | 8 de marzo
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‘Señales del cielo’... ¿razón para sombría aprensión?
“Es muy probable que para el año 2000 se envíen al espacio armas terribles de gran precisión, las cuales podrían atacar tanto satélites y estaciones espaciales como objetivos aquí en la Tierra.”
ESTA declaración la hizo el año pasado el presidente de la Academia Internacional de Astronáutica. El tener armas en el espacio no es solo teoría. Ya una de las superpotencias ha probado con éxito un arma “antisatélite”.
En un discurso que pronunció el 23 de marzo de 1983, el presidente de los Estados Unidos propuso que se utilizara un sistema de defensa estacionado en el espacio. Este plan de defensa requeriría poner en órbita una serie de satélites... satélites que puedan detectar mísiles enemigos para destruirlos. El plan se llama oficialmente Iniciativa de Defensa Estratégica, y se le ha dado el sobrenombre de “Star Wars” (La guerra de las galaxias).
Una revista científica describe el plan como “una magnífica esperanza para el futuro”, uno que “reduciría la terrible amenaza de emplear armas nucleares”. Otra revista, Nature, dijo: “El desarrollo del sistema de guerra en el espacio hace que las probabilidades de reducir la cantidad de armas nucleares sean cada vez más remotas; si el enemigo tiene un escudo, se necesitan más flechas”. De manera similar un artículo que apareció en la revista Scientific American describió que la era nuclear ha hecho que la “seguridad mundial disminuya drásticamente”, y sugirió que si a esta situación le siguiera “una carrera de armamentos espaciales sin restricción”, se reduciría más aún el “nivel de seguridad”.
Perspectivas sombrías predichas
La Biblia predijo la inseguridad que nuestra generación experimenta, al decir que los hombres “desmayan por el temor y la expectativa de las cosas que vienen sobre la tierra habitada; porque los poderes de los cielos serán sacudidos” (Lucas 21:26). Hay muchas cosas que hacen que la gente ‘desmaye por el temor’ debido al futuro de la Tierra.
Por ejemplo, hace poco un equipo de cinco científicos escribió lo siguiente acerca del tema “Los efectos climáticos de una guerra nuclear”: “Lo que nuestro grupo ha descubierto recientemente, confirmado por trabajadores en Europa, los Estados Unidos y la Unión Soviética, sugiere que los efectos climáticos de largo plazo debido a una guerra nuclear a gran escala serían probablemente mucho más severos y trascendentales que lo que se suponía. Después de una guerra como ésta, grandes porciones de la Tierra podrían quedar expuestas a largos períodos de oscuridad y experimentarían temperaturas mucho más bajas de lo normal, vendavales violentos, niebla tóxica y lluvia radiactiva persistente [...] Hasta los sobrevivientes de las regiones que estuvieran lejos de la zona de conflicto estarían en peligro de morir de hambre [...] y debido a otras consecuencias espantosas”.—Scientific American de agosto de 1984.
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