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Una base sólida para confianzaLa Atalaya 1976 | 1 de diciembre
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14. (a) Cuando Jesús y los apóstoles hablaron en cuanto al tiempo del fin, ¿qué actitud estaban recomendando para nosotros? (b) ¿Significa el hecho de que el fin se acerca que los cristianos tienen que efectuar grandes cambios en su modo de vivir, o qué?
14 Entonces ¿qué quisieron decir Jesús y los apóstoles cuando hablaron de estar alerta en cuanto a las señales del fin, o en cuanto a ‘esperar y tener muy presente la presencia del día de Jehová’? Quisieron decir que tuviéramos absoluta confianza en que el día no vendrá ni un momento más tarde de lo que Jehová se propone. Pedro dijo que esto debería impelernos a “actos santos de conducta y hechos de devoción piadosa,” mientras vigilamos que vivamos en armonía con los principios bíblicos y que estemos ocupados en la proclamación del mensaje del Reino y convenciendo a la gente de la urgencia de dirigirse a Dios. (2 Ped. 3:11, 12) Todos podemos efectuar mejoras en la adoración que damos a Dios, y asegurarnos una relación más estrecha con él. Quizás hasta este tiempo hemos hecho lo mejor que podemos, y hemos ido mejorando al avanzar. ¿Significa entonces para nosotros el hecho de que el fin esté muy cerca que debemos efectuar cambios grandes en nuestro modo de vivir y servir a Dios? No necesariamente. Sin embargo, pudiera haber importantes mejoras que bíblicamente nos fuera necesario efectuar. También, si en nuestra vida hay zonas en las cuales podemos ‘comprar’ tiempo de actividades vanas de este sistema deberíamos hacerlo. De esta manera, muchos han continuado recibiendo el gozo del servicio de “precursor” de tiempo cabal a través de los años. Todos podemos hacer un examen para ver lo que podemos hacer.—Efe. 5:15, 16.
15. Si alguien hubiera regulado su vida con el punto de vista de que el fin vendría en cierta fecha, ¿qué debería hacer ahora?
15 Pero no es aconsejable que pongamos nuestras miras en cierta fecha, desatendiendo las cosas cotidianas que ordinariamente atenderíamos como cristianos, cosas que nosotros y nuestras familias realmente necesitamos. Quizás nos estemos olvidando de que, cuando el “día” venga, no cambiará el principio de que los cristianos tienen que cuidar a todo tiempo de todas sus responsabilidades. Si alguien ha resultado desilusionado por no haber seguido este modo de pensar, debe concentrarse ahora en ajustar su punto de vista, al ver que no fue la palabra de Dios la que le falló o lo engañó y le trajo desilusión, sino que su propio entendimiento se basó en premisas incorrectas.
16. Si con toda sinceridad usted ha contado fuertemente con cierta fecha, ¿qué consuelo puede hallar en esa situación?
16 Sin embargo, digamos que usted es una persona que contó fuertemente con una fecha, y, loablemente, puso su atención más estrictamente en la urgencia de los tiempos y la necesidad de que la gente oyera. Y digamos que usted ahora, temporalmente, se siente algo desilusionado; ¿ha salido usted perdiendo, realmente? ¿Se le ha perjudicado, realmente? Creemos que usted puede decir que ha ganado y se ha beneficiado por haber emprendido este derrotero concienzudo. También, ha podido obtener un punto de vista realmente maduro, más razonable.—Efe. 5:1-17.
17. ¿Cómo sabemos que no se nos dará, con anticipación, la fecha exacta de la “venida” de Cristo para juicio?
17 Las Escrituras repetidas veces nos dicen que el fin le vendrá como sorpresa completa al mundo. El apóstol habló de esto, diciendo: “Ustedes mismos saben bastante bien que el día de Jehová [para juicio] viene exactamente como ladrón en la noche.” (1 Tes. 5:2) A fin de que los cristianos verdaderos no fueran ‘alcanzados como ladrones,’ Jesús dijo aun a sus discípulos en aquel tiempo, y a nosotros hoy día: “Manténganse alerta, pues, porque no saben en qué día viene su Señor.” Después de eso dijo: “Demuestren estar listos, porque a una hora que no piensan que es, viene el Hijo del hombre.” (Mat. 24:42-44) Estas declaraciones francas de Jesús indican que los siervos de Dios jamás recibirán la fecha de la “venida” de Cristo para juicio hasta que esto realmente se realice. De hecho, vendrá en lo que les parecerá un tiempo ‘improbable’ para ello.—Luc. 12:39, 40.
NO SE ENGAÑE POR LA ‘SUPERVIVENCIA’ DE LAS NACIONES A TRAVÉS DE CRISIS
18. ¿Por qué no debemos pensar que todas las naciones, en todas partes, hayan de llegar a una condición que raye en la inanición antes de que estalle la “grande tribulación”?
18 Sin embargo, note de qué advirtió Jesús en realidad. Sus palabras no indican que, a medida que la “grande tribulación” vaya acercándose, la situación mundial haya de llegar a tal punto que todo el mundo, en todas partes, haya de estar en una condición que raye en la inanición. De lo contrario, ¿cómo podría haber peligro de que los discípulos de Jesús llegaran a estar “cargados debido a comer con exceso y beber con exceso” en ese tiempo? Recuerde, también, que Jesús usó como ejemplos las condiciones que regían en el día de Noé antes del diluvio y en el día de Lot antes de la destrucción de Sodoma y Gomorra. Él mostró que en aquel tiempo había una apariencia de normalidad en el modo en que vivía la gente. Estaban ‘comiendo, bebiendo, casándose, dándose en matrimonio, comprando, vendiendo, plantando y edificando,’ hasta el día en que súbitamente estalló sobre ellos la destrucción.—Luc. 17:26-30.
19. ¿Qué tendremos presente, aunque las naciones puedan “remendar” las cosas y mantenerlas en función?
19 De modo que no esperaremos ver a los sistemas de este mundo funcionando con progresiva dificultad hasta casi detenerse o alcanzar una condición de derrumbe virtual como preludio necesario a la “grande tribulación.” No nos engañará el que estos sistemas aparentemente se ‘recobren’ de crisis severas, como si esa recuperación aparente ejerciera un efecto postergador en la llegada del día de juicio de Dios. No empezaremos a ‘reedificar’ con el mundo, como si este sistema fuera a continuar indefinidamente. Las palabras inspiradas del apóstol Pablo en 1 Tesalonicenses 5:3 muestran que los hombres de este mundo realmente estarán proclamando: “¡Paz y seguridad!” precisamente antes de que ‘destrucción repentina les sobrevenga instantáneamente como el dolor de angustia a la mujer encinta,’ y se les corte toda posibilidad de escape.
20, 21. (a) ¿Qué queremos evitar al comer y beber, edificar, etcétera, como sucedió antes del Diluvio? (b) ¿Qué advertencia nos dan las palabras del apóstol Pablo en 1 Tesalonicenses 5:4-6 en cuanto a escapar del peligro inminente de aquel “día”? (c) ¿Cómo muestra Pablo, en Romanos 13:11-14, lo que significa estar despierto?
20 No hay nada malo en comer y beber ni en casarse o criar una familia, comprar, vender, plantar ni edificar. Pero lo que es malo es actuar como actuó la gente de los días de Noé y Lot... dejar que estas cosas nos envuelvan o nos monopolicen de tal manera que perdamos de vista los propósitos de Dios y sus normas justas y pongamos las cosas carnales en primer lugar en nuestra vida. El proceder así es dormirse espiritualmente. Contrario a ese proceder, el apóstol Pablo dice: “Pero ustedes, hermanos, ustedes no están en oscuridad, para que aquel día los alcance como alcanzaría a ladrones, porque todos ustedes son hijos de luz e hijos del día. Nosotros no pertenecemos ni a la noche ni a la oscuridad. Pues bien, entonces, no sigamos durmiendo como los demás, sino quedémonos despiertos y mantengamos nuestro juicio.”—1 Tes. 5:4-6.
21 Mostrando lo que significa estar despierto y probar que somos “hijos del día” más bien que de la oscuridad, Pablo dice en Romanos 13:11-14: “Ustedes conocen el tiempo oportuno, que ya es hora de que ustedes despierten del sueño, porque ahora está más cerca nuestra salvación que al tiempo en que nos hicimos creyentes. La noche está muy avanzada; el día se ha acercado. Por lo tanto, quitémonos las obras que pertenecen a la oscuridad y vistámonos las armas de la luz. Como de día andemos decentemente, no en diversiones estrepitosas y borracheras, no en coito ilícito y conducta relajada, no en contienda y celos. Antes bien, vístanse del Señor Jesucristo, y no estén haciendo planes con anticipación para los deseos de la carne.”
22. ¿Debería resultar en que aflojáramos nuestra vigilancia el hecho de que no sepamos cuándo vendrá el “día”?
22 Claramente, pues, el hecho de que no sepamos exactamente cuándo estallará la “grande tribulación” ni cuándo comenzará el reinado de mil años del Hijo de Dios no disminuye la necesidad de estar alerta hoy día. Aumenta y realza mucho la necesidad de que estemos despiertos, alerta, listos. Si supiéramos el tiempo exacto podríamos sentirnos tentados a aflojar el paso y pensar que a medida que se fuera acercando aquel tiempo podríamos empezar a prepararnos para él. Pero el no saberlo exige que estemos listos en todo momento. La entera sustancia de la Palabra de Dios, la Biblia, y en particular el consejo de su Hijo, tiene ese sentido.
23. ¿Qué proceder dice Pablo que sigamos mientras esperamos aquel “día”?
23 Por lo tanto, a nosotros aplica enérgicamente el consejo del apóstol, cuando dice: “Por lo tanto sigan consolándose los unos a los otros y edificándose los unos a los otros, así como de hecho lo están haciendo.” (1 Tes. 5:11) Usaremos toda oportunidad para ayudar, no solo a nuestros hermanos, sino también a los de fuera de la congregación, a emprender el derrotero que hará que puedan ‘lograr escapar de todas estas cosas que están destinadas a suceder.’ (Luc. 21:36) Como padres, nos esforzaremos por poner un ejemplo excelente de aprecio y vigilancia espiritual para nuestros hijos a fin de que ellos también permanezcan despiertos y alerta con nosotros.
AVANZANDO CON MAYOR CONFIANZA
24. En cuanto a la proximidad del fin, ¿qué valor tiene para nosotros la cronología?
24 La cronología de la Biblia no está allí sin buen propósito. Esa cronología indica que nos encontramos en la terminación de seis mil años de historia humana. Este hecho cronológico, aunque no revela cuándo comenzará el día del juicio adverso de Dios contra este inicuo sistema de cosas, sí agrega una razón más a las muchas, muchas otras razones que ya tenemos para confiar en que el tiempo que queda es muy corto. Suministra apoyo adicional a estas razones como base para tener fuerte confianza en la palabra de Dios, que es viva y poderosa y que nos incitará a proseguir hasta un justo nuevo orden.
25. Teniendo una base sólida para confianza, por lo tanto, ¿qué actitud adoptaremos?
25 En vista de esto, pues, por amor a Dios, por amor a su Hijo, por amor a la verdad y la justicia, sí, por amor a la vida misma... mantengámonos despiertos, mostrémonos espiritualmente vivos y activos, hoy y todos los días, y lograremos escapar de todas estas cosas que están destinadas a suceder. Jehová Dios, el Dios de la verdad, nos ha dado su “palabra” solemne, y “ninguno que cifre su fe en él será desilusionado.” (Rom. 10:11) Que Él y su Hijo lo bendigan abundantemente a usted, y que usted continúe sirviendo fielmente, tanto ahora como en todo el tiempo futuro.
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“No te asombres”La Atalaya 1976 | 1 de diciembre
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“No te asombres”
● ¿Le sorprende o hasta sacude de asombro el hecho de que haya mucha opresión en el mundo? Tal opresión no es nada nuevo. Un observador perspicaz de tiempos antiguos escribió: “Si en la región ves la opresión del pobre y la violación del derecho y de la justicia, no te asombres por eso. Se te dirá que una dignidad vigila sobre otra dignidad, y otras más dignas sobre ambas.” (Ecl. 5:7, Biblia de Jerusalén; Ecl. 5:8 en otras traducciones) Las dignidades menores son vigiladas por dignidades superiores, y éstas, a su vez, por las que tienen aun mayor autoridad. Por estar al fondo, por decirlo así, la persona de condición humilde siente lo más fuerte de la presión de hombres que buscan su propia ventaja a costa de los que les están sujetos.
Esto, sin embargo, no significa que los hombres despiadados en realidad saldrán impunes. Al fin, tendrán que rendir cuentas por sus acciones al Soberano Supremo, Jehová Dios. La Biblia nos dice: “Mía es la venganza; yo pagaré, dice Jehová.”—Rom. 12:19.
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