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Fiestas gozosasLa Atalaya 1980 | 1 de septiembre
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admisión de los gentiles incircuncisos o gentes de las naciones en general. Se entiende que esto último sucedió en otoño de 36 E.C. (Hech., caps. 8 y 10) Durante los últimos 19 siglos se han estado completando los dos panes antitípicos. Los hechos muestran que en los últimos tiempos algunas personas han sido añadidas para ser parte de los “panes,” y que éstas fueron prefiguradas por Rut la moabita y antepasada de Jesucristo y por la reina Ester, la prima del judío Mardoqueo que llegó a ser primer ministro del Imperio Persa.—Vea el libro Preservation, publicado en el año 1932, el cual reprodujo el material de dos series de artículos que salieron en varios números de la revista Watchtower, series que, traducidas al español, se publicaron en varios números de La Torre del Vigía de 1931, 1932 y 1933.
17. (a) El proceso de completar la cantidad de miembros de los dos panes simbólicos ha sido causa de ¿qué, para los celebradores de la fiesta? (b) ¿Qué razón hay para que sean cierta clase de “primicias” las personas que componen los panes simbólicos?
17 El proceso de completar el número de los que son miembros de los dos panes antitípicos del Pentecostés durante los más de 1.900 años que han pasado ha sido causa de gran regocijo para los israelitas espirituales que han estado celebrando la fiesta antitípica de las semanas. Tal como los dos panes típicos representaban las primicias de aquel mes de siega de Siván, así los que componen los panes antitípicos son primicias para Jehová Dios por medio de Jesucristo, pues tienen prioridad sobre el resto del mundo de la humanidad, al obtener una herencia celestial como los primeros beneficios del sacrificio del “Cordero de Dios.”—Sant. 1:18; Rev. 14:4.
LA FIESTA DE LAS CABAÑAS
18. ¿Cuál era la fiesta final del año sagrado judío, cuándo se celebraba, y quiénes habían de tomar parte en ella?
18 La gran fiesta final del año sagrado judío se efectuaba durante el mes séptimo, el mes de Etanim, o Tisri. (1 Rey. 8:2) Esta fiesta era sobresaliente en ciertos respectos. Más a menudo se le llamaba la fiesta de las cabañas, pero dos veces se le llama la fiesta de la recolección. (Éxo. 23:16; 34:22) Por ejemplo, Éxodo 23:16, 17 declara lo siguiente: ‘¿También, la fiesta de la cosecha de los primeros frutos maduros de tus labores, de lo que siembras en el campo; y la fiesta de la recolección a la salida del año, cuando recojas tus labores del campo. En tres ocasiones en el año se presentará todo varón tuyo delante del rostro del Señor verdadero, Jehová.” Además, Éxodo 34:22 habla de “la fiesta de la recolección al término del año.” Deuteronomio 16:13-15 la menciona como la fiesta de las cabañas y dice: “Debes celebrarte la fiesta de las cabañas durante siete días cuando hagas una recolección de tu era y de tu lagar de aceite y vino. Y tienes que regocijarte durante tu fiesta, tú y tu hijo y tu hija y tu esclavo y tu esclava y el levita y el residente forastero y el huérfano de padre y la viuda, que están dentro de tus puertas. Siete días celebrarás la fiesta a Jehová tu Dios en el lugar que escoja Jehová, porque Jehová tu Dios te bendecirá en todo tu producto y en todo hecho de tu mano, y nada sino gozoso tienes que llegar a estar.”
19. ¿Por qué estaba en armonía con su nombre la manera en que se celebraba esta fiesta? (b) ¿Por qué era sumamente favorable para los celebradores la época en que la fiesta se celebraba?
19 En su mayor parte, a esta fiesta se le llama “la fiesta de las cabañas.” Durante los siete días que duraba los judíos que se habían reunido en Jerusalén moraban en cabañas o tabernáculos, en armonía con el nombre de la celebración. La fiesta comenzaba cinco días después del Día de Expiación, que tenía lugar anualmente el 10 de Tisri y por medio del cual se restauraba a la nación de Israel a relaciones pacíficas con Jehová Dios. De manera que la fiesta de las cabañas comenzaba en un tiempo sumamente propicio, y duraba desde el 15 hasta el 21 de Tisri, un número completo de días.
20. Según registros históricos que no forman parte de la Biblia, ¿qué hacía un sacerdote cada mañana de la fiesta?
20 La fiesta de las cabañas no tenía igual por el regocijo que la caracterizaba. Según registros históricos, al amanecer de cada día de la fiesta un sacerdote tomaba un cántaro dorado que podía contener hasta tres medidas de log, o aproximadamente un litro de líquido, y bajaba de Jerusalén a lo que se llegó a llamar el Estanque de Siloam. Aquellos de nuestros lectores que hayan estado de visita en la Jerusalén de hoy día recordarán que, cuando salieron de la ciudad por la Puerta del Estiércol en la esquina sudoeste, bajaron a lo que se llamaba el Pozo de la Virgen, o el Pozo de Gihón. Partiendo de aquel pozo, el rey Ezequías excavó un túnel durante la amenaza de una invasión asiria. Los visitantes intrépidos recordarán que, después de haber pasado algún tiempo andando a tientas en la oscuridad de este túnel, salieron al Estanque de Siloam.
21. (a) ¿Cómo llegaba el sacerdote al Estanque de Siloam, y qué hacia con el agua de Siloam? (b) El regocijo de aquella ocasión recordaría a los judíos ¿qué palabras de la profecía de Isaías?
21 No a través del túnel de Ezequías, sino seguido de una gran procesión, incluso una banda de músicos, el sacerdote iba con el cántaro dorado hasta el Estanque de Siloam. Después de llenar de agua el cántaro, el sacerdote regresaba a la ciudad e iba hasta el atrio donde estaba situado el altar en el que se ofrecían los sacrificios a Jehová. En el lado sur del altar se habían instalado dos jofainas o vasijas, cada una con un agujero en el fondo. La jofaina colocada en la esquina sudoeste del altar era para el agua del Estanque de Siloam. Cuando el sacerdote derramaba en la jofaina el agua, ésta atravesaba la jofaina y caía a la base del altar. En esa ocasión los judíos que observaban se regocijaban grandemente. Eso quizás haya recordado a los celebradores gozosos el capítulo 12 de Isaías, el cual describe el placer que experimentaron los israelitas al ser librados del exilio en Babilonia en 537 a. de la E.C. Isaías 12:3 dice: “Con alborozo ustedes de seguro sacarán agua de los manantiales de la salvación.”
22. (a) ¿Cómo fue Jehová la Fuente de agua de salvación para los antepasados de los celebradores judíos? (b) ¿Qué descripción se dio del regocijo que había cuando se derramaba el agua de Siloam?
22 Jehová Dios era la Fuente celestial de la salvación de ellos. Era Aquel que había librado a los antepasados de ellos de 70 años de exilio en la Babilonia pagana, donde habían estado sedientos por la salvación que vendría después del derrocamiento de Babilonia en 539 a. de la E.C. (Isa. 44:28 hasta 45:7, inclusive; Jer. 2:13) El recuerdo de aquella liberación era causa de regocijo durante la fiesta de las cabañas. Un antiguo proverbio judío dice: ‘El que nunca haya visto el regocijo que hay cuando se derrama el agua de Siloam, jamás en la vida ha visto el regocijo.’
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La iluminación de la fiestaLa Atalaya 1980 | 1 de septiembre
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La iluminación de la fiesta
1. ¿Cómo recibía Jerusalén iluminación especial durante la fiesta de las cabañas, y cómo procedían los judíos bajo aquella iluminación?
LA FIESTA de las cabañas era una ocasión en que había iluminación especial en “la ciudad del gran Rey,” Jehová. (Mat. 5:35) Cada noche, en el templo de Herodes, en el Atrio de las Mujeres que estaba al este del altar, se efectuaba una exhibición poco usual. Se instalaban allí cuatro tremendos candelabros. Cada uno de éstos tenía cuatro tazones, grandes recipientes profundos. Era preciso usar escaleras para llegar a los tazones a fin de llenarlos de aceite combustible. Prendas de vestir que los sacerdotes habían descartado servían de mechas para los tazones de aceite. La luz que despedían estos 16 tazones de aceite ardiente bastaba para iluminar a toda Jerusalén de noche. Bajo esta iluminación ampliada, los hombres israelitas bailaban o ejecutaban acrobacias en el Atrio de las Mujeres, mientras las mujeres observaban desde su galería superior la escena que se desenvolvía allá abajo. Unos cantores entonaban los 15 Salmos de las Subidas con el acompañamiento musical de los levitas. Este regocijo seguía hasta el amanecer.
2. ¿Dónde se situaban durante la celebración los gentiles que asistían a la fiesta?
2 Los gentiles incircuncisos que asistían a la fiesta tenían que permanecer en el Atrio de los Gentiles, el cual estaba separado del Atrio de Israel por la Valla de Piedra y el Atrio Exterior.—Note Hechos 21:28, 29, como ilustración de las restricciones que se imponían a los gentiles en el templo.
3, 4. (a) ¿Cómo asistió Jesús a la fiesta en el otoño de 32 E.C., y qué dijo en aquella ocasión que podía recordar a los judíos el agua de Siloam? (b) Según Juan 7:39, ¿a qué se refería Jesús en aquella ocasión?
3 En vista de los prominentes rasgos que fueron añadidos a la celebración de la fiesta de las cabañas, podemos comprender algunas declaraciones pertinentes que Jesucristo hizo en la fiesta. Él celebró esa fiesta por última vez en el otoño de 32 E.C. Puesto que los judíos de Jerusalén estaban buscando la manera de matarlo, Jesús partió de Galilea solo y subió a la fiesta de tal modo que no llamara la atención. Más o menos a mediados de la fiesta, digamos el 18 de Tisri, se presentó abiertamente y empezó a enseñar a la gente, a las multitudes que habían venido a celebrar la fiesta y estaban en el templo.
4 Al último día de la fiesta, el 21 de Tisri, se le llamaba “el gran día de la fiesta.” En aquel día Jesús probablemente le recordó a la gente el derramamiento del agua de Siloam cuando dijo: “Si alguien tiene sed, venga a mí y beba. El que pone fe en mí, así como ha dicho la Escritura: ‘De su parte más interior fluirán corrientes de agua viva.’” El apóstol Juan hace el siguiente comentario sobre lo que Jesús dijo en aquella ocasión: “Sin embargo, dijo esto respecto al espíritu que estaban para recibir los que ponían fe en él; porque aún no había espíritu, por cuanto Jesús todavía no había sido glorificado.”—Juan 7:37-39.
5. ¿Cuándo empezaron a cumplirse aquellas maravillosas palabras, y cómo?
5 Aquellas maravillosas palabras empezaron a cumplirse en el día del Pentecostés del año siguiente, cuando unos 120 discípulos, reunidos en un aposento superior de Jerusalén, recibieron el derramamiento del espíritu santo. De ellos, ciertamente, empezaron a fluir corrientes de agua viva cuando, en muchas lenguas que se les habían dado milagrosamente, expresaron “las cosas magníficas de Dios” a los miles de judíos asombrados que se habían reunido para presenciar el espectáculo.—Hech. 2:1-41.
6. En el último día de la fiesta, ¿qué dijo Jesús que quizás haya recordado a sus discípulos la iluminación especial del templo?
6 En el séptimo y último día de la fiesta
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